Archivo de la categoría: Antropología de la Religión

Factor religioso como fenómeno humano

Francesco Interdonato SJ

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Parroquia

Por Armando Nieto Vélez SJ
El Padre Francesco Interdonato Santisi (1924-1991) nació en Sicilia el 1 de diciembre de 1924. Vino al Perú en los años de la segunda guerra mundial, y vivió un tiempo en el Callao. En un retiro espiritual decidió su vocación religiosa e ingresó en el noviciado San Estanislao Kostka, de la Compañía de Jesús, el 28 de febrero de 1948. Al cabo de un bienio de noviciado hizo los primeros votos e inició los estudios de Humanidades Clásicas (Juniorado) en 1950. En ese tiempo fue bibliotecario del Juniorado y al mismo tiempo ayudante del Bibliotecario de la Casa de Formación de Miraflores.
La Etapa siguiente fue la filosofía. Fue enviado a Cotocollao (Quito), donde fue un aplicado estudiante. Inteligente y agudo, intervenía en debates de Metafísica y Psicología. Era ávido lector de Filosofía y Literatura.
En el paréntesis trienal antes de Teología, Francesco fue destinado al colegio limeño de la Inmaculada, donde enseñó diversas asignaturas, alternando con clases de Religión para alumnos de escuelas fiscales de los barrios de Maravillas y Malambito.
Los estudio teológicos los realizó en el Teologado jesuita de Ciudad de México, que funcionaba bajo el título de “Instituto Libre de Filosofía” (ya que los jesuitas no tenían autorización estatal) de Río Hondo, desde 1958 a 1961. Fueron para él años de intenso estudio y reflexión. Sus compañeros admiraban la penetración y profundidad de sus intervenciones en clase.
Fue ordenado sacerdote en México el 27 de octubre de 1961, al terminar el tercer año de Teología. La tercera probación, prevista por San Ignacio de Loyola para los recién ordenados, la realizó en la Ceja (Colombia). Regresó al Perú en 1964. Enseñó en el Seminario Mayor del Cuzco. Luego los jesuitas del Ecuador lo invitaron a dar cursos de Filosofía en San Gregorio. Un trienio regresó al Perú para enseñar otra vez en el Cuzco a los estudiantes teólogos. El 15 de agosto de 1965 hizo la profesión solemne de 4 votos. A partir de 1968 hasta su muerte ejerció ininterrumpidamente la docencia de Teología en la Facultad de Teología Pontificia y Civil de Lima, y varios años también en la Facultad de Derecho de la pontificia Universidad Católica del Perú. Colaboró asiduamente en la Revista Teológica Limense. Fue autor de varios libros y muchos artículos de temas teológicos, como su excelente tesis doctoral sobre el ateísmo en el Perú.
Los últimos siete años de su vida los pasó en la residencia jesuita de Miraflores (Fátima). Gran deportista, no dejaba de ir diariamente a la playa donde competía en natación y “frontón” con elementos juveniles, que admiraban su vigor y resistencia.
Los médicos le descubrieron un cáncer pulmonar. Continuaba sin embargo empeñosamente sus clases y la redacción de artículos y libros. Fue un religioso fiel a la oración y al espíritu de Ignacio de Loyola; apasionado y vehemente cuando se tocaban puntos de doctrina de fe o moral. Falleció el 4 de julio de 1991 a los 67 años de su edad.

Parroquia de Fatima

Testamento del Padre Interdonato

“Pido perdón a todos los que haya ofendido. Mi fe es firme, confío en el Señor y he aceptado su voluntad. Quiero que sepan que siempre he sido fiel a la Iglesia y a mi sacerdocio. Quiero que sepan que lo que más he querido siempre ha sido poder enseñar, y que me duele mucho que en la plenitud de mi lucidez y pensamiento deba renunciar a este anhelo. El Señor así lo ha querido: ese es el sacrificio que ahora ofrezco. El recuerdo mío para ustedes es éste: Aunque nadie sabe los estragos de la enfermedad, la decisión existencial que uno toma frente a Dios abarca el pasado, el presente y el futuro; tiene carácter definitivo e irrevocable. Uno no puede prever el curso de la enfermedad pero nada debe alterar la actitud delante de Dios y de la Iglesia. Lo que soy ahora, como creyente, como sacerdote e hijo de la Iglesia es lo definitivo y único que puede caracterizarme, suceda lo que suceda por el curso de la enfermedad y de su poder destructor. El punto al que ha llegado es irreversible. Agradezco a todos los alumnos la receptividad y la apertura. Para mí ha sido una fuente de gozo dictar clases. Si hubo mérito, gran parte ha sido por el anhelo y acogida que uno veía en los ojos de los alumnos. Ver tanta avidez era enorme prodigio de satisfacción; siempre he querido poner de manifiesto todo lo que en la tradición teológica y eclesial era necesario que conocieran. Creo que la materialidad de la explicación o de mi enseñanza como profesor no subsistirá; pero el anhelo y el impulso hacia ese saber que creo que he dejado en muchos, por el camino que Dios sabe, cada uno lo alcanzará. Quiero por último, que ustedes sean capaces de continuar algún día lo que yo he dejado y se mantengan siempre fieles al Magisterio y a las enseñanzas de Cristo”.
Transcripción de José Gálvez Krüger.
Fuente: Enciclopedia Católica on line.

Tim Murphy nuevamente en la Iglesia

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Tim Murphy tiene un nuevo libro titulado “Devociones” David Samson / The Forum.

Tim Murphy, ateo y gay: Dios le habló, y vivió casto con su pareja

Tim Murphy era monaguillo en la parroquia cuando tenía apenas 6 años y un chico mayor abusó sexualmente de él. Más tarde, a los 18 años, un clérigo también abusó de él. No parece extraño, con estos antecedentes, que en el instituto desarrollara atracción por el mismo sexo y odio hacia la iglesia y Dios. Era un joven sensible e inteligente, enamorado de la literatura, malo en deportes, muy pronto adicto al alcohol, amante de la caza y la poesía. A los 22 años conoció a Alan Sullivan, que entonces tenía 24, y sería su amante durante toda su vida, su editor, amigo y traductor.
Timothy Murphy nació en 1951 en Minnesota en una familia católica que tendría otros cinco niños.
Era monaguillo en la parroquia cuando tenía apenas 6 años, y un chico mayor abusó sexualmente de él. Más tarde, a los 18 años, sufrió abusos sexuales otra vez, en el instituto, por parte de un jesuita que estaba a punto de ordenarse sacerdote.
No parece extraño, con estos antecedentes, que en el instituto desarrollara atracción por el mismo sexo y odio hacia la iglesia y Dios. Era un joven sensible e inteligente, enamorado de la literatura, malo en deportes, pero con dos pasiones: la caza y la poesía. Y muy pronto, con una adicción especialmente destructiva, el alcohol.
Un compañero, también espiritual
A los 22 años conoció a Alan Sullivan, que entonces tenía 24, y sería su amante durante toda su vida, su editor, amigo y traductor.
Eran personas con inquietudes espirituales, pero sin Dios. Juntos exploraron la meditación tibetana, el budismo zen, el taoísmo y el confucionismo.
“Éramos buscadores espirituales, pero nunca buscamos en la Iglesia Católica por su postura sobre los gays”, explica Murphy.
Tenían una granja en Dakota que les daba para vivir, y su poesía sobre caza, sufrimiento y espiritualidad no teísta tenía buenas críticas y relevancia en el panorama literario de EEUU.
A punto de suicidarse
Pero en marzo de 2004, con 53 años, Murphy se encontraba en problemas. La juventud había pasado, acababa de perder muchísimo dinero en un mal negocio, ya no era granjero activo y bebía más que nunca. No estaba bien de salud.
Tomó su escopeta de cañón doble, la cargó, dispuesto a suicidarse… y en ese momento sonó el teléfono. ¡Era un amigo de la universidad, de Yale, al que no veía desde entonces, media vida atrás! Le tuvo hablando durante dos horas… y se le quitaron las ganas de matarse. Empezó a reflexionar más en profundidad.
Este amigo, ateo en la universidad, le había ayudado a dar el paso completo y específico hacia el ateísmo. Pero ahora ¡este hombre tan ateo era cristiano! Más aún, al retomar el trato, este amigo le proponía volver a la fe.
Y retumbó la voz de Dios
Un año después del intento de suicidio, Murphy estaba sentado ante el ordenador, respondiendo un e-mail en el que su amigo hablaba de Dios y el cristianismo.
“Yo estaba respondiendo a la defensiva, como de costumbre, cuando ¡bam! salté de la silla. Y oí esa voz enorme que decía: Hijo mío, hijo mío, ¿por qué me has abandonado?”
Murphy añade riendo que “la única vez que Dios me habla, resulta que lo hace en inglés al estilo de la Biblia del Rey Jaime”.
Y Murphy se volcó en el teclado y escribió un poema, como si se lo dictaran:
“El Señor de los Ejércitos existe.
He escuchado cantar a sus ángeles poderosos.
Cuando caí de sus murallas, oí resonar sus himnos.
Oí a mi alrededor batir sus alas, mientras caía por siglos,
Y Dios significa para mí cantar al salir del Infierno”.
Dos días después, acudió a la parroquia católica de San Joaquín y Santa Ana en Fargo, y se presentó ante el joven párroco, el padre Robert Pecotte, que le escuchó, le echó una ojeada y decidió administrarle la Unción de los Enfermos. “Yo estaba temblando como una hoja por mi proceso de desintoxicación”, recuerda.
Misa diaria… y una visión de Juan Pablo II
Confesó sus pecados, fue perdonado, y en tres semanas era recibido en la Iglesia de nuevo. Ahora era un católico de misa diaria, para compensar tantos años sin misa.
Aún tenía un punto de fricción con la fe católica: la homosexualidad. Ya no era un joven sexualmente activo, pero la autoimagen gay era parte de su identidad. Y entonces ¡soñó con Juan Pablo II!
“Caminé por el muelle, hasta donde él estaba, y él rezó vísperas y escuchó mi confesión. Pero sobre todo me escuchó quejarme de la actitud de la Iglesia respecto a los gays. Y al acabar el sueño, todo lo que dijo fue: ‘Te Dominus amat’. No dijo ‘yo te absuelvo’, ‘ego te absolvo’, sino, simplemente, ‘Dios te ama’”.
Y esa mañana, al despertar, Murphy puso la radio y escuchó las campanas de San Pedro en Roma: Juan Pablo II acababa de morir.
Murphy no le echa ya nada en cara a la Iglesia, y admite que haber sido casto durante los últimos años 20 años (ya tiene 62 años) le ha ayudado.
Odiaría ser un gay sexualmente activo veinteañero y católico, sería una situación muy difícil”. A ciertas edades, el problema ya no la lujuria, sino el orgullo y la rendición ante Dios.
Tim

La conversión de Sullivan
Poco después de su conversión, dos días antes de Pentecostés de 2005, su pareja, Sullivan, recibió un diagnóstico: leucemia, una sentencia de muerte, una previsión de vida de apenas dos años.
Para sorpresa del poeta, Sullivan recibió la devastadora noticia pidiéndole que le leyera algo del Libros de los Salmos.
La enfermedad avanzaba, y en diciembre de 2008, Sullivan, destrozado por un dolor que las medicinas no mitigaban se empezó a preparar un vaso de ron al que añadir un veneno.
Pero Sullivan, como Murphy tres años antes, quedó asombrado al oír muy fuerte la voz de Dios que le decía: “hijo mío, no estás solo”.
Y enseguida acudió a su compañero: “Tim, he tenido una epifanía; quiero unirme a la Iglesia Católica”.
Alan Sullivan murió en 2010, con 61 años, tres de ellos como católico, el último dedicado a traducir Salmos y a escribir de literatura, poesía y fe en su blog Seablogger.com.
Tim Murphy ha escrito su historia de fe en el libro “Mortal Stakes and Faint Thunder”, un libro que empieza con su nota de suicidio y acaba con un mensaje de alegría y esperanza, el que recibió en un sueño de un Papa polaco falleciente: “Te Dominus amat”, “Dios te ama”.
Fuente: www.religionenlibertad.com
Santa Fe de Bogota

Senado de Colombia rechaza matrimonio gay

El proyecto de ley sobre matrimonio igualitario en Colombia, presentado por el senador Armando Benedetti, recibió 17 votos a favor y 51 en contra de la iniciativa. El resultado se dio durante el segundo debate que desarrollaba el Congreso de la República sobre el tema.
Minutos después de la votación, Benedetti cuestionó la decisión tomada en el Senado. “El congreso es tan tonto, y a veces tan estúpido, que termina quitándose los derechos de legislar para que la Corte vuelva a legislar, porque la Corte sí conoce los postulados constitucionales. El Congreso parece que solo conoce de postulados de la Iglesia católica romana”, indicó el congresista.
“Esto parece una fachada de catedral pero que en últimas es como una pesebrera”, agregó.
Por su parte, la senadora por el partido de ‘La U’ Claudia Wilches celebró a través de su cuenta en Twitter el resultado del segundo debate. “Colombia no es ningún país atrasado. En el Congreso se escucha la voluntad de los colombianos y esa voluntad hoy triunfó”, dijo en un trino.
Entretanto, integrantes de la comunidad LGBTI mostraron su rechazo en la Plaza de Bolívar sobre el resultado de la votación en el Congreso. Personas en contra de la iniciativa celebran el resultado, también el sitio.
En días atrás, el proyecto sufrió un duro golpe tras la alianza entre el Partido Conservador y ‘la U’.
El proyecto, que pretendía regular la unión civil entre parejas del mismo sexo, como se denomina, responde a una sentencia de la Corte Constitucional, que en 2011 dio plazo al Congreso hasta junio de 2013 para reglamentar ese tipo de uniones.
Así, desde el 20 de junio próximo los notarios y los jueces civiles tendrán que garantizar el derecho de las parejas homosexuales a conformar una familia, como lo estableció la Corte Constitucional hace dos años.
Mientras la Judicatura y el Gobierno trabajan en una serie de instructivos para evitar que cada notario o juez asuma esa responsabilidad, según su propia interpretación, la Unión Colegiada de Notarios tiene ya un proyecto de documento que, en principio, es considerado “viable” por el superintendente de Notariado, Jorge Enrique Vélez.
En esencia apunta a dos objetivos: que ningún notario pueda negarse o argumentar objeción de conciencia a la hora de legalizar la unión de parejas gay y evitar que en la formalización de ese derecho se utilice la palabra matrimonio.
Desde 2007 en Colombia, debido a decisiones de la Corte Constitucional, se le reconocen a las parejas homosexuales los mismos derechos sociales, patrimoniales y de herencia que a las uniones libres de heterosexuales, pero no pueden contraer matrimonio ni adoptar niños.

Así se votó
Los que votaron sí:
Luis Carlos Avellaneda, Armando Benedetti, Arleth Casado, Juan Fernando Cristo, Parmenio Cuéllar, Jaime Durán, Juan Manuel Galán, Guillermo García Realpe, Hemel Hurtado, Jorge E. Londoño, Eugenio Prieto Soto, Gloria Inés Ramírez, Jorge Enrique Robledo, Camilo Romero, Camilo Sánchez, John Sudarsky y Luis Fernando Velasco.
Los que votaron no:
Héctor Julio Alfonso, Hernán Andrade, Samuel Arrieta, Marco Avirama, Carlos Baena, Jorge Eliécer Ballesteros, Roy Barreras, Carlos Barriga, Musa Besaile Fayad, Germán Carlosama, Bernabé Celis, Efraín Cepeda, José Iván Clavijo, Antonio Correa, Juan Manuel Corzo, César Tulio Delgado, Édinson Delgado, Bernardo Elías Vidal, Eduardo Enríquez, Manuel Enríquez, Édgar Espíndola, Nora María García, Jorge E. Gechen, Roberto Gerlein, Édgar Gómez, Aurelio Iragorri, Gilma Jiménez, Óscar Lizcano, Juan Lozano, Manuel G. Mora, Martín Morales, Alexandra Moreno, Carlos F. Motoa, Iván Name, Myriam Paredes, Carlos Quintero, Liliana Rendón, Milton Rodríguez, José Darío Salazar, Astrid Sánchez, Luis Emilio Sierra, Carlos Soto, Fernando Tamayo, Efraín Torrado, Félix Valera, Juan Carlos Vélez, Germán Villegas, Manuel Virgüez, Claudia Wilches, Gabriel Zapata y Jaime Zuluaga.
Asistieron pero no pudieron votar:
Álvaro Ashton, Juan C. Restrepo, Jorge Hernando Pedraza, Rodrigo Villalba y Antonio Guerra.
Los que no asistieron:
Mauricio Aguilar, Manuel Mazenet, Fuad Char, Carlos Ferro, Daira Galvis, Jesús Ignacio García, Jorge Elíecer Guevara, Alexander López, José David Name, Plinio Olano, Germán Darío Hoyos, Karime Mota, Maritza Martínez, Carlos Ramiro Chavarro, Juan de Jesús Córdoba, Juan Mario Laserna, Samy Merheg, Olga Lucía Suárez Mira, Honorio Galvis, Lidio García, Guillermo Santos, Teresita García Romero, Francisco Herrera y Mauricio Ospina.
Fuente: Diario El Tiempo de Bogota y AFP.

Obispos secuestrados

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Obispos secuestrados

Los obispos siro-ortodoxo Gregorios Yohanna Ibrahim y greco-ortodoxo Boutros Yazigi viajaban hacia Aleppo cuando su coche fue interceptado por hombres armados que han asesinado al conductor. Los obispos sirios fueron secuestrados en cuando iban de camino a Aleppo, procedentes de la frontera con Turquía. El obispo Yohanna Ibrahim de la Archidiócesis de Aleppo de la Iglesia Ortodoxa Siria se había desplazado a la frontera para acompañar de vuelta al obispo greco-ortodoxo Boulos Yazasij, de la misma ciudad. Ambos viajaban en un coche que fue interceptado por un grupo de hombres armados, que han asesinado al conductor del vehículo.
Así ha informado la Archidiócesis de Aleppo, a través de un comunicado oficial, a la fundación católica internacional Ayuda a la Iglesia Necesitada. Añadiendo que están haciendo todo lo posible por liberar a los obispos, pero hasta ahora “ha sido imposible contactar con ellos o con los secuestradores”.
En el comunicado se hace un llamamiento a las iglesias de cualquier confesión y a los gobiernos de todo el mundo para que ejerzan presión y pidan la puesta en libertad de los secuestrados. Ambos prelados estaban llevando a cabo labores humanitarias con el fin de poder liberar a otros dos sacerdotes que se encuentran desaparecidos desde hace meses. También se piden oraciones por la pronta liberación de los obispos.

“L’Oeuvre d’Orient” condena el asesinato del chofer del obispo siro-ortodoxo y llama a que las autoridades internacionales trabajen para que sean liberados los dos sacerdotes secuestrados que se encuentran como rehenes desde casi tres meses».
Fuente: Ayuda a la Iglesia Necesitada y Vatican Insider.

Werenfried

El Padre Tocino

El 17 de enero de 1913 comenzó en Holanda la historia de una vida llena de pasión, generosidad y amor. Ese día nació el padre Werenfried van Straaten, que ha dejado una impronta de entrega a los demás a través de una institución, Ayuda a la Iglesia Necesitada, fundada en 1947, cuyo primer y principal objetivo es estar Donde Dios llora.
El Padre Werenfried consiguió que quienes habían sido enemigos durante la II Guerra Mundial se ayudaran y rezaran los unos por los otros. Fue un profeta que supo leer los signos de su tiempo. A través de sus predicaciones, consiguió que innumerables personas de todo el mundo se reconciliaran, “perdieran la cabeza por Amor”.
Frente a los retos encontró soluciones, y así, por ejemplo, puso en marcha capillas sobre ruedas o encima de los barcos para acercar a Jesucristo a los alejados. Nunca actuó conforme a la lógica empresarial, económica o bursátil. Los logros obtenidos estribaron únicamente de su infinita confianza en Dios. Las necesidades siempre tenían un rostro y un nombre.
La vida del Padre Werenfried se agotó el 31 de enero de 2003. Sin embargo, Ayuda a la Iglesia Necesitada, la escuela del amor (como a él le gustaba llamar a la institución), continúa sembrando la reconciliación y la paz por todo el mundo, y llevando a las gentes el mejor regalo que se puede ofrecer: Jesucristo.

Treinta mil cristianos han dejado Aleppo

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Aleppo

El obispo católico caldeo de Aleppo, Antoine Audo, denunció la fuga de «30,000 cristiani» de la ciudad siria en la que todavía hay enfrentamientos violentos entre los rebeldes y las fuerzas del régimen de Damasco.
En una entrevista con la AFP, Audo dijo que la situación es «dolorosa». «Yo hago mi trabajo desde Damasco –añadió–, estoy en contacto con mi vicario, con mis sacerdotes, con mis amigos y parientes. La clausura del aeropuerto de Aleppo no me permitió volver».
«Me han aconsejado que no vaya a esa zona, a pesar de mi fuerte deseo de estar con mi gente», declaró y concluyó diciendo que está seguro de que «el Papa Francisco hará todo lo posible para ayudarnos».
Fuente: Vatican Insider- Diario La Stampa.

Conferencia Episcopal de Corea

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Monseñor Peter Kang U-il, Obispo de Cheju, Corea del Sur, y presidente de la  Conferencia Episcopal de Corea declaró recientemente que las provocaciones de  Corea del Norte alcanzaron un grado muy elevado, haciendo que la población viva  una situación de angustia frente a los últimos hechos.
“El pueblo surcoreano está de cierta forma acostumbrado  con las provocaciones del Norte. Pero esta vez, el grado de provocación es muy  elevado y el pueblo lo siente. Algunos dudan que exista realmente la  posibilidad de una nueva guerra, que todos repudiarían. Los dos gobiernos, Sur y  Norte, saben muy bien que la guerra, en nuestra época, con la existencia de  armas de destrucción masiva, sería un desastre total y podría aniquilar al  pueblo coreano, en el Sur y el Norte. No creo que quieran llegar a esto. Como  cristianos, auspiciamos y esperamos responsabilidad de los líderes políticos y  queremos también mirar al futuro con confianza y esperanza”, afirmó el  prelado.
El Obispo de Cheju recordó que en el año 2013 se conmemora el 60º aniversario  de la guerra entre las dos Coreas. Entretanto, el acuerdo realizado al final del  armisticio no disminuye todos los conflictos, las naciones vecinas técnicamente  continúan en guerra. Al comienzo del mes de marzo, el presidente Kim Jong-un,  anuló el armisticio.
Para el episcopado coreano la conmemoración del aniversario debería ser “una  ocasión para dar un paso adelante en dirección a un verdadero tratado de la  paz”.
Una campaña de oración por la paz fue lanzada al inicio de este mes por la  iglesia coreana en todas las diócesis de ambos países. La iniciativa será  realizada hasta diciembre.
“Nosotros nos dirigimos al Papa Francisco: le agradecemos por la oración y  esperamos que continúe dando atención a la península coreana, pidiendo a todos  los responsables de las naciones, en Corea, Rusia, Estados Unidos y China, que  trabajen seriamente por la paz en Corea”, concluyó Monseñor Peter Kang U-il .
Fuente:  http://es.gaudiumpress.org

Chacas y el cielo

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Misionero

Por Mario Vargas Llosa
Chacas está más cerca del cielo que cualquier otro lugar del planeta. Para llegar allí hay que escalar los nevados de la cordillera de los Andes, cruzar abismos vertiginosos, alturas que raspan los cinco mil metros y bajar luego, por laderas escarpadas que sobrevuelan los cóndores, al callejón de Conchucos, en el departamento de Áncash. Allí, entre quebradas, riachuelos, lagunas, sembríos, pastizales y un contorno donde se divisan todas las tonalidades del verde, está el pueblo, de mil quinientos habitantes y capital de una provincia que alberga más de veinte mil.
La extraordinaria belleza de este lugar no es sólo física, también social y espiritual, gracias al padre Ugo de Censi, un sacerdote italiano que llegó a Chacas como párroco en 1976. Alto, elocuente, simpático, fornido y ágil pese a sus casi noventa años, posee una energía contagiosa y una voluntad capaz de mover montañas. En los 37 años que lleva aquí ha convertido a esta región, una de las más pobres del Perú, en un mundo de paz y de trabajo, de solidaridad humana y de creatividad artística.
Las ideas del padre Ugo son muy personales y muchas veces deben haber puesto a los superiores de su orden –los salesianos– y a los jerarcas de la Iglesia muy nerviosos. Y a los economistas y sociólogos, no se diga. Cree que el dinero y la inteligencia son el diablo, que los enrevesados discursos y teorías abstractas de la teología y la filosofía no acercan a Dios, más bien alejan de él, y que tampoco la razón sirve de gran cosa para llegar al Ser Supremo. A éste, en vez de tratar de explicarlo, hay que desearlo, tener sed de él, y, si uno lo halla, abandonarse al pasmo, esa exaltación del corazón que produce el amor. Detesta la codicia y el lucro, el piélago burocrático, el rentismo, los seguros, las jubilaciones y cree que si hay que hacer alguna crítica a la Iglesia Católica es haberse apartado de los pobres y marginados entre los que nació. Ve a la propiedad privada con desconfianza. La palabra que en su boca aparece con más frecuencia, impregnada de ternura y acentos poéticos, es caridad.
Cree, y ha dedicado su vida a probarlo, que la pobreza se debe combatir desde la misma pobreza, identificándose con ella y viviéndola junto a los pobres, y que la manera de atraer a los jóvenes a la religión y a Dios, de los cuales todo en el mundo actual tiende a apartarlos, es proponiéndoles vivir la espiritualidad como una aventura, entregando su tiempo, sus brazos, sus conocimientos, su vida, a luchar contra el sufrimiento humano y las grandes injusticias de que son víctimas tantos millones de seres humanos.
Los utopistas y grandes soñadores sociales suelen ser vanidosos y autorreferentes, pero el padre Ugo es la persona más sencilla de la Tierra y cuando, con ese sentido del humor que chispea en él sin descanso, dice: “Me gustaría ser un niño, pero creo que soy sobre todo un revoltoso y un stupido (palabra que, en español, se debe traducir no por estúpido sino por sonsito o tontín)” dice exactamente lo que piensa.
Lo curioso es que este religioso algo anarquista y soñador es, al mismo tiempo, un hombre de acción, un realizador de polendas, que, sin pedir un centavo al Estado y poniendo en práctica sus peregrinas ideas, ha llevado a cabo en Chacas y alrededores una verdadera revolución económica y social. Ha construido dos centrales eléctricas y canales y depósitos que dan luz y agua al pueblo y a muchos distritos y anexos, varios colegios, una clínica de 60 camas equipada con los más modernos instrumentos clínicos y quirúrgicos, una escuela de enfermeras, talleres de escultura, carpintería y diseño de muebles, granjas agrícolas donde se aplican los métodos más modernos de cultivo y se respetan todas las prescripciones ecológicas, escuela de guías de altura, de picapedreros, de restauración de obras de arte colonial, una fábrica de vidrio y talleres para la elaboración de vitrales, hilanderías, queserías, refugios de montaña, hospicios para niños discapacitados, hospicios para ancianos, cooperativas de agricultores y de artesanos, iglesias, canales de regadío, y este año, en agosto, se inaugurará en Chacas una universidad para la formación de adultos.
Esta incompleta y fría enumeración no dice gran cosa; hay que ver de cerca y tocar todas estas obras, y las otras que están en marcha, para maravillarse y conmoverse. ¿Cómo ha sido posible? Gracias a esa caridad de la que el padre Ugo habla tanto y que desde hace casi cuatro décadas trae a estas alturas a decenas de decenas de voluntarios italianos –médicos, ingenieros, técnicos, maestros, artesanos, obreros, artistas, estudiantes– a trabajar gratis, viviendo con los pobres y trabajando hombro a hombro con ellos, para acabar con la miseria e ir haciendo retroceder a la pobreza. Pero, sobre todo, devolviendo a los campesinos la dignidad y la humanidad que la explotación, el abandono y las inicuas condiciones de vida les habían arrebatado. Los voluntarios y sus familias se pagan los pasajes, reciben alojamiento y comida pero no salario alguno, tampoco seguro médico ni jubilación, de modo que formar parte de este proyecto les significa entregar su futuro y el de los suyos a la incertidumbre más total.
Y sin embargo allí están, vacunando niños y tirando lampa para embalsar un río, levantando casas para comuneros misérrimos en San Luis, diseñando muebles, vitrales, estatuas y mosaicos que irán a San Diego y a Calabria, dando de comer o haciendo terapia a los enfermos terminales del asilo de Santa Teresita de Pomallucay, levantando una nueva central eléctrica, cocinando las setecientas comidas diarias que se distribuyen gratuitamente y formando técnicos, artesanos, maestros, agricultores, que aseguren el futuro de los jóvenes de la región. Uno de estos jóvenes voluntarios se llamaba Giulio Rocca, y trabajaba en Jangas, donde lo asesinó un comando de Sendero Luminoso, explicándole antes que lo que él hacía allí era un obstáculo intolerable para la revolución maoísta. Años después, otro miembro del proyecto, el padre Daniele Badiali, fue asesinado también porque se negó a entregar el rescate que le pedía un puñado de ladrones.
En la actualidad hay unos cincuenta voluntarios en Chacas y unos 350 en toda la región. Viven modestísimamente, en comunidad los solteros y en viviendas las parejas con hijos, mezclados con los pobres y, repito, no ganan salario alguno. Las obras que construyen, apenas terminadas, las ceden al Estado o a los propios usufructuarios; según la filosofía del padre Ugo, el proyecto Mato Grosso no tiene bienes propios; todos los que crea, los administra sólo temporalmente y en beneficio de los necesitados, a quienes los cede apenas son operativos. La financiación de las obras proviene, además de la exportación de muebles, de donativos de instituciones, empresas o personas de muchos lugares del mundo, pero principalmente de Italia.
Los voluntarios vienen por seis meses, uno, dos, tres, diez años, y muchos se quedan o regresan; traen a sus niños o los tienen aquí, en esa modernísima clínica donde los usuarios sólo pagan lo que pueden o son atendidos gratuitamente si no pueden. Es divertido ver a esa nube de niños y niñas de ojos claros y cabellos rubios, en la misa del domingo, entreverados con los niños y las niñas del lugar cantando en quechua, italiano, español y hasta en latín. A muchos de estos voluntarios les pregunté si no los angustiaba a veces pensar en el futuro, el de ellos y el de sus hijos, un futuro para el que no habían tomado la menor precaución, ni ahorrado un centavo.  Porque sólo en Chacas los pobres tienen asegurado un plato de comida, una cama donde dormir y un médico que los atienda en caso de enfermedad. En el resto del mundo, donde reinan aquellos valores que el padre Ugo llama diabólicos, los pobres se mueren de hambre y la gente mira para otro lado. Se encogían de hombros, hacían bromas, siempre habría un amigo en alguna parte para echarles una mano, la Madonna proveerá. La confianza y la alegría son como el aire puro que se respira en Chacas.
Estoy convencido de que, pese a la notable grandeza moral del padre Ugo y sus discípulos y de la fantástica labor que vienen realizando en los cuatro países donde tienen misiones –Perú, Bolivia, Ecuador y Brasil–, no es éste el método gracias al cual se puede acabar con la pobreza en el mundo. Y no lo creo porque mi escepticismo me dice que no hay, en el vasto planeta, suficientes dosis de idealismo, desinterés y caridad como para producir transformaciones como las de aquí. Pero qué estimulante es vivir, aunque sea sólo por un puñado de días, la experiencia de Chacas y descubrir que todavía hay en este mundo egoísta hombres y mujeres entregados a ayudar a los demás, a hacer eso que llamamos el bien, y que encuentran en esa entrega y ese sacrificio la justificación de su existencia. ¡Ah, si hubiera tantos stupidi en el mundo como en Chacas, querido y admirado padre Ugo!

Paz en Corea

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Andrew Yeom Soo-jung

Monseñor Andrew Yeom Soo-jung, arzobispo de Seúl, en Corea del Sur, pidió en su mensaje por Pascua de Resurrección: “abundantes gracias y bendiciones para nuestros hermanos, separados de nosotros, en Corea del Norte, con la esperanza de que la paz pueda triunfar siempre en la península coreana”. El mensaje, difundido por la agencia Fides, se produce en un momento de alta tensión política y militar entre las dos Coreas.
Recordando que “el amor y la paz del Señor resucitado han inundado el mundo de la alegría pascual”, el arzobispo invita a todos a “rezar por aquellos que sufren física y espiritualmente” y, sobre todo, “por los hermanos de Corea del Norte”.
“Con la resurrección de Jesucristo, Dios nos muestra que la muerte no es el final sino un nuevo comienzo: se pasa de la oscuridad a la luz, de la muerte a una nueva vida”.
Esa “nueva vida” que el arzobispo desea a todo el pueblo de Corea del Norte y del Sur, invocando: “Vivimos en una época en que la paz es más necesaria que nunca, y nosotros los cristianos debemos convertirnos en el instrumento que trae la paz de Jesús al mundo.
“Nuestro país está lejos de la paz debido a la inestable situación política y al conflicto con Corea del Norte. ¿Qué debemos hacer para ser un instrumento de paz? Debemos creer en la Resurrección de Cristo y vivir la Resurrección. Permanecer en Cristo con una fe profunda ante el mal o el dolor significa abrazar la agonía del prójimo y ayudar a los demás a llevar su cruz”.
El arzobispo remarca la actualidad de la Resurrección que “no es sólo un acontecimiento que ocurrió en el pasado”: “El Señor resucitado está con nosotros en este momento. Si creemos en su presencia, todo se puede cambiar, nada es imposible para Dios”. “El amor y la paz de Dios sea con todos ustedes y con toda la Corea”, concluye el mensaje.

Corea

En Corea se ordenan unos 300 sacerdotes católicos por año, en un país que tiene poco más de un 10 % de católicos.
El crecimiento de la Iglesia Católica en ese país es explosivo: hace veinte años los católicos representaban apenas el 1 % de la población.
Este año se ordenaron en la arquidiócesis de Seúl (la capital de Corea del Sur) 39 sacerdotes católicos. Y el clero del país es muy joven: el 35 % de los sacerdotes son menores de 40 años y el 68 % de los sacerdotes tiene menos de 50 de años.
Así lo comenta el presbítero Emiliano Hong, sacerdote del Opus Dei, que se graduó en Economía en la Universidad de Buenos Aires (UBA) y desde hace cuatro años desarrolla su ministerio en la tierra de sus mayores, donde nació hace 40 años.
Vino a la Argentina con sus padres y poco tiempo después, cuando tenía 13 años, toda la familia se convirtió al catolicismo, en contacto con la iglesia de los Santos Mártires Coreanos, que reúne a la comunidad católica de ese origen en Thorne y Asamblea, en el barrio porteño de Flores. Ellos eran en Corea protestantes, presbiterianos, y tenían un tío que era pastor.
Pero además a Emiliano no le faltaba alguna conexión familiar con el catolicismo: tiene una tía que es religiosa paulina. Fue la primera vocación de esa congregación en Corea, a la que se acercó siendo adolescente; se bautizó cuando estaba en el colegio y ahora tiene unos 75 años.
Y nueve generaciones antes, el padre Hong tiene un ascendiente que está en un proceso de beatificación de 125 mártires coreanos, muertos al comenzar el siglo XIX. El mismo es ahora allá capellán de una asociación de descendientes de los mártires. Históricamente, quienes plantaron la fe católica en el país y la mantuvieron durante muchos años fueron laicos.
Al establecerse en Buenos Aires, el padre de Emiliano emprendió distintos negocios para ganarse la vida: restaurant, tintorería, remisería, carnicería, hasta que lo asaltaron y, cansado, decidió irse del país con su esposa a Chile, donde falleció.
Siendo católico, Emiliano conoció el Opus Dei cuando estudiaba Economía en la UBA y se incorporó a esta prelatura de la Iglesia a los 20 años. Fue ayudante de cátedra en Economía II. A los 30 años se ordenó sacerdote y luego estuvo cinco años en la Argentina, de donde partió a Corea en 2009, a iniciar la labor apostólica del Opus Dei en ese país.
Según cuenta, todas las instituciones católicas que van a establecerse en el país tienen vocaciones y menciona, entre otras, a los Focolares, los Neocatecumenales, los Legionarios de Cristo…
Dice que “hay mucha sed de Dios en los jóvenes, muchos deseos de entrega a Dios”. Casi la mitad de la población es arreligiosa, en el sentido de que no practica una religión, pero aclara que no son ateos. Hay una base de cultura confucianista y una apertura a creer en la trascendencia, en un ser divino, aunque no haya práctica religiosa.
No obstante, existen 18 % de protestantes y un 25 % de budistas. Y la Iglesia Católica tiene un proyecto concreto, que, además él ve factible: para el 2020 representar el 20 % de la población, y para el 2030, el 30 %. Son muchísimos los conversos cada año. El gran desafío es asegurar la formación de los neófitos. Y estima que de los fieles, más de la mitad asiste a misa los domingos. En Seúl hay 250 parroquias; sólo en el barrio donde él vive hay seis parroquias. Y los católicos son generosos en el sostenimiento de la Iglesia, se organizan para trabajar bien, mantener los templos, ayudar a los necesitados.
Durante un tiempo, el padre Emiliano actuó como capellán de un grupo católico en la Universidad estatal de Seúl. En esa universidad pública, un grupo bastante numeroso de estudiantes católicos se reúne cada mañana para hacer oración durante media hora antes de comenzar las clases.
Los seminarios están llenos, hay cupos y no hay lugar para albergar a todos. Una curiosidad: hay un examen de ingreso sumamente exigente, similar al que se necesita para entrar en la Universidad oficial. Y en algún caso, un aspirante ha debido esperar hasta el año próximo por no dar buenos resultados en matemática.
Algunos datos estadísticos del decenio 2000-2010 dan una idea del crecimiento de la Iglesia:

Catolicos en Corea

Los católicos pasaron de ser 4 millones 71,560 en 2000 a 5 millones 205,589 en 2010; los sacerdotes diocesanos: de 3,116 a 4,522; y cada año hubo, en promedio, alrededor de 150,000 personas convertidas al catolicismo.
Fuente: Agencia Informativa Católica Argentina.

Cardenal Julien Ries

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Cardenal RiesAntropólogo de la religión

En Tournai, Bélgica, murió a los 92 años el cardenal Julien Ries. Nació en Arlon, en 1920, y dedicó su vida a la investigación científica; era considerado el fundador de un verdadero campo del saber: la antropología religiosa fundamental.
De hecho, con la figura de Ries, la disciplina adquirió una independencia científica, con la categoría de “homo religiosus”. Ahora la Historia de las Religiones puede ostentar una “ciencia hermana”. Ries, que durante muchos años enseñó en la Universidad Católica de Lovaina. En febrero de 2012 fue creado cardenal por el Papa Benedicto XVI, justamente como reconocimiento por su extraordinaria actividad científica.
La editorial Jaca Book está editando la “Opera Omnia” del antropólogo belga, con algunos ensayos todavía inéditos del eminente estudioso.
La obra de Julien Ries se convirtió en un elemento fundamental para los paleoantropólogos de fama mundial como Yves Coppens. En la Universidad Católica de Milán, que le ha dedicado un archivo, se encuentran desde hace tiempo su biblioteca, todos sus escritos y la correspondencia que a lo largo de los años intercambió con diferentes historiadores de las religiones de todo el mundo.

Cristina

Papa Francisco

La elección de Bergoglio como Papa se convirtió en una pesadilla que puso en serios aprietos a la presidenta Fernández de Kirchner

Por Andrés Beltramo Álvarez
Desde el momento que fue elegido como pastor universal de la Iglesia católica, Jorge Mario Bergoglio se convirtió en el problema número uno para el gobierno de Argentina. La decisión de los cardenales de ungir un Papa “venido del fin del mundo” desató todas las alarmas en la Casa Rosada, sede de la administración de Cristina Fernández de Kirchner. Y la audiencia que la presidente sostuvo este lunes con el pontífice en El Vaticano no cambiará las cosas. Francisco no sólo traerá aires nuevos para la cristiandad, abrirá nuevos horizontes para el pueblo argentino.
Operación Bergoglio”. Así se habría llamado una maniobra orquestada por personajes anónimos antes del más reciente Cónclave y cuyo objetivo habría sido evitar la elección del arzobispo de Buenos Aires. Según publicó el periodista argentino Román Lejtman en el diario “El Cronista Comercial” un diplomático, un legislador y un cardenal habrían hecho circular –entre algunos purpurados en Roma- un expediente secreto con algunas denuncias contra el cardenal argentino. Buscaban descalificarlo, bloquear sus acceso al papado. No lo lograron.
Verdad o no, es cierto que la administración de los Kirchner consideraba –desde hace ya muchos años- a Bergoglio como uno de sus más peligrosos enemigos políticos. Las desavenencias se remontan al gobierno de Néstor Kirchner, el esposo de Cristina Fernández ya fallecido. En 2005 el presidente se negó a participar, como representante de su país, en las exequias del Papa Juan Pablo II. Hizo el ridículo y cosechó un enorme malestar público, que pretendió acallar asistiendo a la misa de inicio de pontificado de Benedicto XVI.
Pero con Joseph Ratzinger las cosas no fueron mejores. Una situación que se mantuvo cuando la mujer, Cristina, asumió la presidencia. Ella y su equipo idearon una estrategia política basada en el rechazo a la más mínima crítica a su gestión. Pudo cooptar a sindicalistas, empresarios y políticos de oposición. Incluso a algunos obispos. Pero no pudo con Bergoglio quien, con libertad y sencillez, continuó denunciando las injusticias, la creciente pobreza e inseguridad.
Él y todos aquellos que, desde la Iglesia, se atrevieron a criticar (aunque indirectamente) la falta de acción del gobierno en el campo social, como la asociación Caritas, se convirtieron inmediatamente en “aves de mal agüero” y “artífices de un complot” contra la administración de Kirchner. Pero esa actitud hostil no afectó, en lo más mínimo, la postura del arzobispo de Buenos Aires.
Como pastor, continuó trabajando en los barrios más pobres, se opuso públicamente a cualquier intento por “homogeneizar el pensamiento” e instó a “recuperar la alteridad y el diálogo”. En 2010 rechazó duramente la legalización del “matrimonio” homosexual, proclamando la dignidad de la familia basada en el matrimonio tradicional, concorde con la ley natural y con la enseñanza de la Iglesia.
La respuesta de la presidente no se hizo esperar. Determinó acabar con la añeja tradición del “Te Deum”, una ceremonia que cada año veía al mandatario argentino celebrar la fiesta patria del 25 de mayo en la catedral metropolitana de Buenos Aires. En 2010 Cristina Fernández prefirió asistir a la Basílica de Nuestra Señora de Luján, con la excusa de llevar esa ceremonia republicana a distintos puntos del país. En realidad su decisión fue una especie de represalia contra el personaje incómodo: ayer Bergoglio, hoy Papa.
A ese gesto se sumaron otros. Durante su gobierno Cristina rechazó hasta 14 solicitudes de audiencia privada cursadas por el Arzobispado de Buenos Aires. En cambio concedió inmediatamente cita al actual presidente de la Conferencia Episcopal y arzobispo de Santa Fe, José María Arancedo, en diciembre de 2012. Pensaba así dividir posiciones al interior del episcopado, pero la elección de Francisco como vicario de Cristo le echó a perder sus planes.
Con estos antecedentes no resulta extraño, entonces, que personalidades muy cercanas a la presidente montasen una campaña de desprestigio contra el pontífice ni bien se anunció su nombre tras el “habemus papam”. Equivocando la medida política, personalidades del gobierno dieron vuelo a una campaña difamatoria encabezada por Horacio Verbitsky, un periodista con un pasado oscuro. Antiguo militante del Partido Comunista Argentino (PCA), hace más de 30 años fue jefe de la red de espionaje del grupo guerrillero paramilitar de “Los Montoneros” y desde esa posición se dedicó a hacer lo que siempre criticó: armar expedientes contra sus enemigos políticos.
Con esos archivos escribió numerosos libros, la mayoría anticatólicos. Y facturó mucho. La elección de Bergoglio como Papa se convirtió en su peor pesadilla y lo llevó a embarcar al gobierno argentino en una cruzada de desprestigio. Una jugada que puso en serios aprietos a la presidenta Fernández de Kirchner y es capaz de comprometer, peligrosamente, la supervivencia misma de su administración.
Fuente: Vatican Insider.

Clodovis y Leonardo Boff, hermanos separados

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Clodovis Boff

La teología de la liberación que una vez los unía, ahora los divide. El primero la critica a fondo, mientras el segundo continúa defendiéndola y se siente traicionado.
Por Sandro Magister
El primer golpe es de hace algunos meses. Y es un artículo publicado en una revista de Brasil por una celebridad de la teología latinoamericana: Clodovis Boff.
Pero es el segundo golpe que ha retumbado. Y es la áspera réplica al artículo de Clodovis Boff escrita por su hermano, aún más célebre que él: Leonardo.
Los caminos de los dos hermanos se separaron y se enfrentaron precisamente en lo que antes los unía: la teología de la liberación.
Con su ensayo publicado en el otoño pasado en la “Revista Eclesiástica Brasileña” (curada por los franciscanos de Brasil y dirigida de 1972 a 1986 precisamente por su hermano Leonardo), Clodovis Boff ha roto con esta corriente teológica, o mejor dicho, con “el error de principio” sobre el que a su juicio se funda.
Leonardo Boff, en cambio, en su réplica difundida a fines de mayo, se mantiene muy firme en el mismo principio: “Desde el momento que Dios se ha hecho hombre-pobre, el hombre-pobre se convierte en la medida de todas las cosas”.
Leonardo Boff se autodefine hoy “theologus peregrinus”, sin hogar fijo. Ha sido retirado de la enseñanza en las facultades de teología católicas por una sentencia de 1985 de la congregación para la doctrina de la fe, causada principalmente por su libro “Iglesia: carisma y poder. Ensayo de eclesiología militante”. Dejó el hábito franciscano y se casó. Vive en Petrópolis, en el estado de Río de Janeiro.
Clodovis Boff pertenece en cambio a los Siervos de María. Vive en Curitiba, en el estado de Paraná, y enseña en la Pontificia Universidad Católica de la ciudad. No ha sido nunca procesado por la congregación para la doctrina de la fe, pero en los años ochenta perdió la cátedra en la Pontificia Universidad Católica de Río de Janeiro y le se le impidió enseñar en el “Marianum”, la facultad teológica de su orden, en Roma.
El hermano Leonardo lo recuerda así, en los años en los que era un ferviente partidario de la teología de la liberación: “pasaba la mitad del año entre las comunidades de base, ofreciendo cursos populares, bajando y subiendo los ríos para visitar los pueblos de la selva, y dedicaba la otra mitad del año a la enseñanza y a la producción teórica en la universidad de Río”.
En cambio hoy, siempre a juicio de Leonardo, Clodovis se ha pasado en alma y cuerpo a sostener “con optimismo ingenuo y entusiasmo juvenil” la línea dictada por los obispos latinoamericanos en la conferencia continental que tuvieron en Aparecida, Brasil, en mayo del 2007, e inaugurada por Benedicto XVI en persona.
Curiosamente, precisamente el que sustituyó a Clodovis Boff en la cátedra de teología en Río, el italiano Filippo Santoro, hoy obispo de Petrópolis y perteneciente a Comunión y Liberación, es el mismo que más ha inspirado y seguido su “conversión”, que ha durado algunos años y que finalmente ha desembocado en el ensayo publicado en la “Revista Eclesiástica Brasileira”.
Al aparecer, este ensayo de Clodovis Boff tuvo un fuerte eco solamente en Brasil. Pero cuando, el pasado mayo, el hermano Leonardo difundió su réplica, la disputa retumbó en todo el mundo.
En Roma, el diario de la conferencia episcopal italiana “Avvenire” ha dado la noticia del enfrentamiento entre los dos celebres hermanos en una breve nota, a fines de junio. Pero sobre todo ha sido la agencia progresista “Adista” la que ha dado relevancia a la cosa, en varios servicios.
En otras dos páginas de www.chiesa se encuentra reproducido por completo, en la lengua original portugués, tanto el ensayo de Clodovis Boff como la réplica del hermano Leonardo.
A continuación un breve resumen de los dos textos:
1. Teologia da Libertação e volta ao fundamento
Por Dr. Clodovis Boff OSM
En la primera parte del ensayo, Clodovis Boff critica el fundamento sobre el que se basa la teología de la liberación, no la teórica, sino la “realmente existente”.
A su juicio, el error “fatal” en el que ella incurre consiste en colocar al pobre como “primer principio operativo de la teología”, sustituyéndolo a Dios y a Jesucristo.
Y explica: “Desde este error de principio sólo pueden derivarse efectos funestos. […] Cuando el pobre adquiere el estado de ‘primum’ epistemológico, ¿qué ocurre con la fe y su doctrina a nivel de teología y de pastoral? […] El resultado inevitable es la politización de la fe, su reducción a instrumento para la liberación social”.
Las consecuencias son graves también para la vida de la Iglesia: “La ‘pastoral de la liberación’ se vuelve un brazo entre tantos del ‘movimiento popular’. La Iglesia se hace semejante a una ONG y así se vacía también físicamente: pierde empleados, militantes y fieles. Los ‘de afuera’ experimentan poca atracción por una ‘Iglesia de la liberación’, ya que, para la militancia, disponen ya de las ONGs, mientras que para la experiencia religiosa tienen necesidad de mucho más que una simple liberación social. Además, por el hecho de no percibir la extensión y la relevancia social de la actual inquietud espiritual, la teología de la liberación se muestra culturalmente miope e históricamente anacrónica, o sea alienada por su tiempo.
En la segunda parte de su ensayo, el autor muestra cómo la teología de la liberación puede “salvarse” con sus frutos positivos sólo regresando a su fundamento original. Que encuentra en el documento final de la conferencia de Aparecida.
Ese documento – escribe – es la “límpida demostración” de cómo es posible conjugar correctamente la fe a la acción liberadora. A diferencia de la teología de la liberación, que “parte del pobre y encuentra a Cristo”, Aparecida “parte de Cristo y encuentra al pobre”, teniendo bien claro que “el principio-Cristo incluye siempre al pobre sin que el principio-pobre incluya necesariamente a Cristo. […] La fuente original de la teología no es otra que la fe en Cristo”.
2. Pelos pobres, contra a estreiteza do método
Por Leonardo Boff
En su réplica, Leonardo Boff rechaza la tesis sostenida por su hermano Clodovis como “equivocada, teológicamente errónea y pastoralmente dañosa”. Ella, en efecto, escribe “corre el riesgo de condenar a la Iglesia y a la teología a la irrelevancia histórica y a la esterilidad pastoral”.
A juicio del hermano, a la tesis de Clodovis se debe dar la vuelta: “No es verdad que la teología de la liberación sustituya a Dios y a Cristo con el pobre. […] Ha sido Cristo que ha querido identificarse con los pobres. El lugar del pobre es un lugar privilegiado de encuentro con el Señor. Quien encuentra al pobre encuentra infaliblemente a Cristo, además bajo la forma de crucificado, que pide ser depuesto de la cruz y resucitado”.
Y en cuanto a las consecuencias del ataque que Clodovis hace a la teología de la liberación, Leonardo Boff escribe: “Mi sospecha es que las críticas hechas por Clodovis den a las autoridades eclesiásticas locales y romanas las armas para condenarla nuevamente y, quién sabe, prohibirla definitivamente del espacio eclesial. Ya que las críticas devastadoras provienen de dentro, de uno de sus más conocidos expositores, ellas pueden prestarse a este juego infeliz. […] Su posición es música para los oídos de cuantos, distantes del mundo del sufrimiento de los pobres, tienen aversión por esta teología. Refuerza el intento de aquellos que en la sociedad y en sectores del Vaticano la quieren muerta o impiden que sea estudiada o prohíben que sea una referencia para la práctica pastoral con los pobres y los marginados”.
Leonardo Boff concede que la intención del hermano no es la de refutar en bloque la teología de la liberación sino la de “volverla a colocar en sus fundamentos originales, ya que así podrá ser salvada”.
Pero agrega: “Es una intención que para mí equivale a decir: Hermano mío, yo te apuñalo en el corazón, pero quédate tranquilo, es para tu salvación”.
Fuente: http://chiesa.espresso.repubblica.it/

Pontificia Universidad Católica Argentina

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Santa Maria de los Buenos Aires

La Iglesia impulsa con renovada fuerza la urgente misión de evangelizar la cultura y las culturas. La Pontificia Universidad Católica Argentina, constituida por el Episcopado de la República Argentina como persona jurídica pública canónica, se reconoce a sí misma instrumento privilegiado en este empeño evangelizador, según las claras enseñanzas del Concilio Vaticano II, el Código de Derecho Canónico, la Constitución Apostólica “Ex Corde Ecclesiae” y el decreto de la Conferencia Episcopal Argentina que reglamenta su aplicación, el documento “Presencia de la Iglesia en la Universidad y la Cultura Universitaria”, entre otros documentos magisteriales.
La misión de la Universidad es la constante búsqueda de la verdad mediante la investigación, la conservación y la comunicación del saber humano para bien de la sociedad (Ex Corde Ecclesiae, 30), en un marco de excelencia académica, liderazgo en el campo del conocimiento y compromiso con la comunidad.
Al mismo tiempo, en la Universidad, en cuanto Católica, los estudios y enseñanzas se han de realizar e impartir a la luz de la Fe, es decir, del reconocimiento de la Verdad Revelada, de tal forma que la actividad sea presidida e inspirada por dicha verdad, que se encuentra en la Sagrada Escritura y en la Tradición, con la guía del Magisterio de la Iglesia que, por institución divina, es su maestra y custodia (ECE, 27). Por ello, la fe católica impregna:
-la investigación y la enseñanza,
-la formación de los miembros de la comunidad universitaria y
-la misión de servicio y compromiso con la sociedad y la Iglesia.
La Universidad organiza la enseñanza y formación integral para preparar a la juventud y a todas aquellas personas con vocación universitaria, en la labor específica de la cultura, de la investigación científica, del ministerio de la docencia superior y en el ejercicio de las profesiones liberales, cuidando de promover tanto su especialización científica, profesional, artística o técnica, cuanto su cultura universitaria y superior, haciéndola capaz de ejercer su vocación con competencia y un recto sentido católico de los propios deberes y cumplir así un rol dirigencial en la sociedad.
Por su propia identidad, la Universidad Católica debe dar una respuesta adecuada a los graves problemas contemporáneos, particularmente de la realidad argentina y regional, en el complejo campo de la cultura intelectual moderna, descubriendo en la Palabra revelada por Dios una interpelación, un mandato y un sustento.
La Universidad procura lograr “una presencia, por así decir, pública, continua y universal del pensamiento cristiano en todo esfuerzo tendiente a promover la cultura superior y, también, a formar hombres insignes por el saber, preparados para desempeñar funciones de responsabilidad en la sociedad y a testimoniar su fe en el mundo” (Concilio Vaticano II, Gravissimum Educationis, n. 10).
Como institución dependiente de la Conferencia Episcopal Argentina, la Universidad Católica Argentina, conforme le fuera eventualmente solicitado por los Obispos diocesanos, en la medida de sus posibilidades y cumpliendo con las normas canónicas y civiles, podrá crear facultades en todo el país, salvadas las condiciones de razonabilidad y factibilidad académica y económica de cada proyecto.
Para todo ello, se ha de constituir como auténtica comunidad, es decir, espacio humano vitalizado por la fe que brinda un desarrollo equilibrado e integral de la persona.
En su misión, la Universidad está animada por un espíritu evangélico misionero, de apertura y pluralismo. Por ello ha de proveer el ámbito donde se promueva el diálogo entre creyentes y no creyentes, sin renunciar a la verdad, en la mayor caridad.
En resumen, la Universidad Católica Argentina ha de brindar una formación integral, que realice la síntesis entre excelencia en el campo profesional y compromiso social desde una cosmovisión humanístico-cristiana.
El Gran Canciller de la Pontificia Universidad Católica Argentina es el Papa Francisco.

Armando Nieto Velez SJ

Para el historiador jesuita Armando Nieto Vélez —presidente de las Academia Nacional de Historia y de la Academia Peruana de Historia Eclesiástica— el nombramiento de Bergoglio es una reivindicación del catolicismo en la región. Aquí lo que piensa sobre el nuevo papa un representante académico de la Compañía de Jesús en el Perú.
¿Cómo recibió como sacerdote de la Compañía de Jesús esta noticia?
Mi primera impresión fue de sorpresa. Nunca la Compañía había tenido esta función. Estábamos al servicio de la Iglesia, como lo dijo San Ignacio de Loyola: enfocados en el trabajo apostólico, la educación, pero no los puestos de gobierno, como obispos o el sumo pontificado. Para hacerlo, se debe tener un permiso, con una petición de la propia sede apostólica. Es, ciertamente, una agradable sorpresa de que sea un jesuita, pero también lo es que sea de Latinoamérica, la primera vez que un latinoamericano llega al papado.
¿Considera que esta es una reivindicación de los tantos católicos que habitan nuestros países?
Sí. Es una reivindicación porque es una gran cantidad de católicos que pertenecen a este continente. Históricamente, se trató de una fuerza nueva, del que fue el Nuevo Continente, que vino a reemplazar lo que era el Antiguo Mundo. Siempre fueron los países europeos quienes centraron la política vaticana y esto es un cambio.
¿Cuál cree que será la principal característica de este papa? ¿Habrá una diferencia con sus antecesores?
Es difícil decirlo a priori, pero pienso que –-por ser el Papa Francisco de un país como Argentina— puede haber una mayor preocupación por América Latina, un continente que tiene tantas necesidades, como de una acción más directa de la Iglesia Católica.
¿Considera idóneo a Mario Bergoglio para el cargo?
No lo conozco personalmente, pero sé que es un hombre muy sencillo, de una austeridad muy grande, que se movilizaba en metro o servicios públicos aun cuando era Arzobispo de Buenos Aires. Sé también que tiene una gran formación doctrinal, teológica, lo que se ha visto porque ha presidido la Conferencia Episcopal Argentina.
¿Por ser jesuita, de un sector eclesiástico históricamente cuestionador y progresista, Francisco traerá una ola de cambios en la Iglesia?
No creo que se desempeñe como jesuita. Como Papa, continuará el legado de sus antecesores. No puede haber una quiebra fundamental en cuando a la dirección de la Iglesia. Estamos en el año de la fe, la preocupación religiosa, teológica, unida a lo que se llama la paz mundial, el desarrollo de los pueblos, la atención de los más necesitados: estos son los objetivos comunes que debe procurar cualquier pontífice a estas alturas. Él (Bergoglio) es un hombre de paz, no de actitudes radicales. Se espera que tenga un pontificado de consideración y de trabajo común con todos los que buscamos la finalidad.
Algunos calificaron a Bergoglio de contestatario. ¿Cabe el adjetivo, sobre todo tras conocerse que es un opositor firme a cuestiones como el matrimonio gay y el aborto?
No cabe este adjetivo. No lo es. Temas como el matrimonio, por ejemplo, son parte de nuestra doctrina. Debemos ser consecuentes en ello.
>El Papa enfrenta una situación difícil por la divulgación de cables confidenciales, que revelaban casos de corrupción en sectores de la Iglesia…
Será un pontificado no muy fácil, pero pedimos al Señor que lo haga y lo dirija con mucho acierto, prudencia y discreción.

Jesuita

Bergoglio nunca apoyó la dictadura militar

Por Andrés Beltramo-Vatican Insider
Jorge Mario Bergoglio nunca fue condescendiente con la dictadura argentina. Tampoco es el típico eclesiástico “conservador”. Con el correr de los años ha descubierto y reforzado su vocación de “reformista humilde”, con una concepción nueva de la iglesia. En entrevista con el Vatican Insider el escritor argentino Sergio Rubín, biógrafo del nuevo Papa Francesco y autor del libro-entrevista “El Jesuita”, aclara dudas sobre el perfil del nuevo pontífice.
¿Estás sorprendido con esta elección?
Sí, la verdad que estoy muy sorprendido porque si bien el cardenal Bergoglio era candidato hace ocho años nos parecía que esta vez no lo era por la edad, parecía que había pasado su tiempo. No me esperaba para nada que lo eligiesen Papa y por eso la sorpresa fue muy grande.
¿Cómo es este Papa “venido del fin del mundo”?
Es una persona muy simple, muy sencilla, austera y directa, muy delicada en el trato personal. Me gusta mucho su concepción de las cosas de la Iglesia pero me gustan más sus actitudes personales, sea por su sencillez y su austeridad como también en su preocupación con las personas con las cuales trata. En general y sobre todo tiene cercanía con las personas más simples, más humildes y las visita en los barrios pobres.
¿Tienes una idea de por qué se “dejó atrapar” ahora y hace ocho años pidió que no lo votasen en el Cónclave?
No lo sé, pero supongo que en su momento se sintió como muy nuevo. A él nunca le gustó la sobreexposición. Sintió que era un novato, sabía de las grandes posibilidades de Joseph Ratzinger y no se quería prestar a bloquear, de alguna manera, su candidatura o demorarla. Por eso pidió rápidamente que no lo votasen a él porque, con el sentido común, sabía que no iba a lograr los dos tercios de los votos. Tuvo un cúmulo de razones por las cuales se descartó pero ahora ya no está Ratzinger y el Colegio Cardenalicio insistió con él. Se vive otro momento y otra situación.
Se ha especulado mucho con su historia pasada y sus actitudes respecto de la dictadura argentina (1976-1982). ¿De qué lo acusan?
A él lo acusan de no haber defendido a dos sacerdotes jesuitas cuando él tenía 37 años y era superior de la Compañía de Jesús en Argentina. A estos padres, que trabajaban en un barrio pobre de Buenos Aires, los secuestraron. Algunos le critican porque supuestamente él los habría dejado solos, pero se trata de personas puntuales y no de una cosa masiva. Pero otros, con mucha autoridad para hablar, como una de las principales fundadoras de uno de los grupos más importantes en Argentina (la Coordinadora Permanente de los Derechos Humanos) lo conocieron desde antes de la dictadura militar y han dado su testimonio. Ellas aseguran que él siempre tuvo una preocupación por estos sacerdotes y otros tantos en problemas. Que luchó por su liberación y después de meses de torturas ellos recuperaron la libertad. Uno ya murió y el otro, cada tanto, lo visitaba en el arzobispado de Buenos Aires. En todo caso, como periodistas, debemos escuchar las dos campanas.
¿Entonces no puede ser considerado un “colaboracionista”, como algunos pretenden hacerlo pasar?
No, de ninguna manera. No hay ninguna razón ni prueba para afirmar eso. Se debe considerar que él era un simple sacerdote de 37 años ni era una autoridad del episcopado. Se ha hecho una novela con todo este asunto. Él entonces no era un “progresista” como se comprendía tal etiqueta en aquel tiempo, hace 35 años. Hoy está claro que él, ya desde hace muchos años, puede ser considerado un reformador, con una concepción muy moderna de la Iglesia, con una gran preocupación social. No ha mostrado ninguna condescendencia con el régimen militar.
¿Qué quiso decir con este nombre, Francisco?
Él fortaleció mucho el trabajo el trabajo de las “villas de emergencia”, los barrios pobres. Lo de Francisco es muy simbólico porque se refiere al santo de Asís, un hombre que con su pobreza vino a renovar a una Iglesia opulenta. Estoy convencido que ha dado una señal muy importante de hacia dónde quiere ir.