Archivo de la categoría: Antropología de la Religión

Factor religioso como fenómeno humano

Exhortación Apostólica Evangelii Gaudium

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La alegría del Evangelio llena el corazón y la vida entera de los que se encuentran con Jesús”. Así empieza la Exhortación apostólica “Evangelii Gaudium” en la que el Papa Francisco recoge la riqueza de los trabajos del Sínodo dedicado a “La nueva evangelización para la transmisión de la fe” celebrado del 7 al 28 de octubre de 2012. El texto, que el Santo Padre entregó a 36 fieles, el pasado domingo durante la misa de clausura del Año de la Fe, es el primer documento oficial de su pontificado, ya que la encíclica “Lumen Fidei” fue escrita en colaboración con su predecesor, el Papa Benedicto XVI.
Quiero dirigirme a los fieles cristianos –escribe el Papa- para invitarlos a una nueva etapa evangelizadora marcada por esa alegría, e indicar caminos para la marcha de la Iglesia en los próximos años”. Se trata de un fuerte llamamiento a todos los bautizados para que, con fervor y dinamismo nuevos, lleven a los otros el amor de Jesús en un “estado permanente de misión”, venciendo “el gran riesgo del mundo actual”: el de caer en “una tristeza individualista”.
El Papa invita a “recuperar la frescura original del Evangelio”, encontrando “nuevos caminos” y “métodos creativos”, a no encerrar a Jesús en nuestros “esquemas aburridos”.Es necesaria “una conversión pastoral y misionera, que no puede dejar las cosas como están” y una “reforma de estructuras” eclesiales para que “todas ellas se vuelvan más misioneras”.El Pontífice piensa también en “una conversión del papado” para que sea “más fiel al sentido que Jesucristo quiso darle y a las necesidades actuales de la evangelización”.El deseo de que las Conferencias episcopales pudieran dar una contribución a fin de que “el afecto colegial” tuviera una aplicación “concreta” –afirma- todavía “no se realizó plenamente”. Es necesaria “una saludable descentralización”. En esta renovación no hay que tener miedo de revisar costumbres de la Iglesia “no directamente ligadas al núcleo del Evangelio, algunas muy arraigadas a lo largo de la historia”.
Signo de la acogida de Dios es “tener templos con las puertas abiertas en todas partes” para que todos los que buscan no se encuentren “con la frialdad de unas puertas cerradas”. “Tampoco las puertas de los sacramentos deberían cerrarse por una razón cualquiera”, así, la Eucaristía “no es un premio para los perfectos sino un generoso remedio y un alimento para los débiles. Estas convicciones también tienen consecuencias pastorales que estamos llamados a considerar con prudencia y audacia”.El Papa reitera que prefiere una Iglesia “herida y manchada por salir a la calle, antes que una Iglesia… preocupada por ser el centro y que termine clausurada en una maraña de obsesiones y procedimientos. Si algo debe inquietarnos santamente… es que tantos hermanos nuestros vivan” sin la amistad de Jesús.
El Papa indica las “tentaciones de los agentes pastorales”: individualismo, crisis de identidad, caída del fervor.“La mayor amenaza” es “el gris pragmatismo de la vida cotidiana de la Iglesia en el cual aparentemente todo procede con normalidad, pero en realidad la fe se va desgastando”. Exhorta a no dejarse vencer por un “pesimismo estéril” y a ser signos de esperanza poniendo en marcha “la revolución de la ternura”. Es necesario huir de la “espiritualidad del bienestar” que rechaza los “compromisos fraternos” y vencer “la mundanidad espiritual” que consiste en “buscar, en lugar de la gloria del Señor, la gloria humana”. El Papa habla de los que “se sienten superiores a otros” por ser “inquebrantablemente fieles a cierto estilo católico propio del pasado” y, “en lugar de evangelizar lo que se hace es …clasificar a los demás”, o de los que tienen un “cuidado ostentoso de la liturgia, de la doctrina y del prestigio de la Iglesia, pero sin preocuparles que el Evangelio tenga una real inserción” en las necesidades de la gente. Se trata de “una tremenda corrupción con apariencia de bien…¡Dios nos libre de una Iglesia mundana bajo ropajes espirituales o pastorales!”.
Lanza un llamamiento a las comunidades eclesiales a no caer en envidias ni en celos “dentro del Pueblo de Dios y en las distintas comunidades, ¡cuántas guerras!” .“¿A quién vamos a evangelizar con esos comportamientos?. “Subraya la necesidad de hacer crecer la responsabilidad de los laicos, mantenidos “al margen de las decisiones.” a raíz de “un excesivo clericalismo”.Afirma que “todavía es necesario ampliar los espacios para una presencia femenina más incisiva en la Iglesia”, en particular “en los diversos lugares donde se toman las decisiones importantes” .“Las reivindicaciones de los legítimos derechos de las mujeres…no se pueden eludir superficialmente”. Los jóvenes deben tener “un protagonismo mayor”. Frente a la escasez de vocaciones en algunos lugares, afirma que “no se pueden llenar los seminarios con cualquier tipo de motivaciones”.
Afrontando el tema de la inculturación, recuerda que “el cristianismo no tiene un único modo cultural” y que el rostro de la Iglesia es “pluriforme”. “No podemos pretender que los pueblos de todos los continentes, al expresar la fe cristiana, imiten los modos que encontraron los pueblos europeos en un determinado momento de la historia”. El Papa reafirma la “fuerza activamente evangelizadora” de la piedad popular y alienta la investigación de los teólogos, invitándoles a llevar en el corazón “la finalidad evangelizadora de la Iglesia” y a no contentarse con “una teología de escritorio”.
Se detiene “con cierta meticulosidad, en la homilía” porque “son muchos los reclamos que se dirigen en relación con este gran ministerio y no podemos hacer oídos sordos”. La homilía “debe ser breve y evitar parecerse a una charla o una clase”, debe saber decir “palabras que hacer arder los corazones”, huyendo de “una predicación puramente moralista o adoctrinadora”. Subraya la importancia de la preparación: “Un predicador que no se prepara no es «espiritual»; es deshonesto e irresponsable”. “Una buena homilía…debe contener «una idea, un sentimiento, una imagen». La predicación debe ser positiva para que de “siempre … esperanza” y no nos deje “encerrados en la negatividad”. El anuncio mismo del Evangelio debe tener características positivas: “cercanía, apertura al diálogo, paciencia, acogida cordial que no condena”.
Hablando de los retos del mundo contemporáneo, el Papa denuncia el sistema económico actual: “es injusto en su raíz”. “Esa economía mata” porque predomina “la ley del más fuerte”. La cultura actual del “descarte” ha creado “algo nuevo”: “Los excluidos no son «explotados» sino desechos, «sobrantes»”. Vivimos en una “nueva tiranía invisible, a veces virtual”, de un “mercado divinizado” donde imperan la “especulación financiera”, “una corrupción ramificada y una evasión fiscal egoísta” .Denuncia los “ataques a la libertad religiosa” y “las nuevas situaciones de persecución a los cristianos… En muchos lugares se trata más bien de una difusa indiferencia relativista”. La familia –prosigue el Papa- “atraviesa una crisis cultural profunda”. Insistiendo en “el aporte indispensable del matrimonio a la sociedad” ,subraya que “el individualismo posmoderno y globalizado favorece un estilo de vida que…desnaturaliza los vínculos familiares”.
Reafirma “la íntima conexión que existe entre evangelización y promoción humana” y el derecho de los pastores “a emitir opiniones sobre todo aquello que afecte a la vida de las personas”. “Nadie puede exigirnos que releguemos la religión a la intimidad secreta de las personas, sin influencia alguna en la vida social”. Cita a Juan Pablo II cuando afirma que la Iglesia «no puede ni debe quedarse al margen en la lucha por la justicia». “Para la Iglesia la opción por los pobres es una categoría teológica” antes que sociológica. “Por eso quiero una Iglesia pobre para los pobres. Ellos tienen mucho que enseñarnos”. “Mientras no se resuelvan radicalmente los problemas de los pobres… no se resolverán los problemas del mundo”. “La política, tan denigrada” –afirma- “es una de las formas más preciosas de la caridad”. “¡Ruego al Señor que nos regale más políticos a quienes les duela de verdad…. la vida de los pobres!”. Después una advertencia: “Cualquier comunidad de la Iglesia” que se olvide de los pobres “correrá el riesgo de la disolución”.
El Papa invita a cuidar a los más débiles: “los sin techo, los toxicodependientes, los refugiados, los pueblos indígenas, los ancianos cada vez más solos y abandonados” y los migrantes, por los que exhorta a los países “a una generosa apertura”. Habla de las víctimas de la trata de personas y de nuevas formas de esclavitud: “En nuestras ciudades está instalado este crimen mafioso y aberrante, y muchos tienen las manos preñadas de sangre debido a la complicidad cómoda y muda”. “Doblemente pobres son las mujeres que sufren situaciones de exclusión, maltrato y violencia”. “Entre esos débiles, que la Iglesia quiere cuidar con predilección” están “los niños por nacer, que son los más indefensos e inocentes de todos, a quienes hoy se les quiere negar su dignidad humana”. “No debe esperarse que la Iglesia cambie su postura sobre esta cuestión… No es progresista pretender resolver los problemas eliminando una vida humana”. A continuación un llamamiento al respeto de todo lo creado: “estamos llamados a cuidar la fragilidad del pueblo y del mundo en que vivimos”.
Por cuanto respecta al tema de la paz, el Papa afirma que “es necesaria una voz profética” cuando se quiere construir una reconciliación falsa que “silencie” a los más pobres mientras “algunos no quieren renunciar a sus privilegios”.Para la construcción de una sociedad “en paz, justicia y fraternidad” indica cuatro principios: “El tiempo es superior al espacio” significa “trabajar a largo plazo, sin obsesionarse por resultados inmediatos” .“La unidad prevalece sobre el conflicto” quiere decir obrar para que los opuestos alcancen “una unidad pluriforme que engendra nueva vida”. “La realidad es más importante que la idea” significa evitar que la política y la fe se reduzcan a la retórica. “El todo es superior a la parte” significa aunar globalización y localización.
“La evangelización -continúa el Papa- también implica un camino de diálogo” que abre a la Iglesia para colaborar con todas las realidades políticas, sociales, religiosas y culturales. El ecumenismo es “un camino ineludible de la evangelización”. Es importante el enriquecimiento recíproco: “¡cuántas cosas podemos aprender unos de otros!, por ejemplo, “en el diálogo con los hermanos ortodoxos, los católicos tenemos la posibilidad de aprender algo más sobre el sentido de la colegialidad episcopal y sobre su experiencia de la sinodalidad” ; “el diálogo y la amistad con los hijos de Israel son parte de la vida de los discípulos de Jesús”; “el diálogo interreligioso”, que se conduce con “una identidad clara y gozosa”, es “es una condición necesaria para la paz en el mundo” y no oscurece la evangelización ; “en esta época adquiere gran importancia la relación con los creyentes del Islam”: el Papa implora “humildemente” para que los países de tradición islámica aseguren la libertad religiosa a los cristianos, también “¡teniendo en cuenta la libertad que los creyentes del Islam gozan en los países occidentales!”. “Frente a episodios de fundamentalismo violento” invita a “evitar odiosas generalizaciones, porque el verdadero Islam y una adecuada interpretación del Corán se oponen a toda violencia”. Y contra el intento de privatizar las religiones en algunos contextos, afirma que “el debido respeto a las minorías de agnósticos o no creyentes no debe imponerse de un modo arbitrario que silencie las convicciones de mayorías creyentes o ignore la riqueza de las tradiciones religiosas”. Reitera de este modo la importancia del diálogo y de la alianza entre creyentes y no creyentes.
El último capítulo está dedicado a los “evangelizadores con Espíritu”, que son aquellos que “se abren sin temor a la acción del Espíritu Santo” que “infunde la fuerza para anunciar la novedad del Evangelio con audacia (parresía), en voz alta y en todo tiempo y lugar, incluso a contracorriente”. Se trata de “evangelizadores que oran y trabajan” ,conscientes de que “la misión es una pasión por Jesús pero, al mismo tiempo, una pasión por su pueblo”: “Jesús quiere que toquemos la miseria humana, que toquemos la carne sufriente de los demás”. “En nuestra relación con el mundo-precisa-, se nos invita a dar razón de nuestra esperanza, pero no como enemigos que señalan y condenan”. “Sólo puede ser misionero –añade- alguien que se sienta bien buscando el bien de los demás, deseando la felicidad de los otros”: “si logro ayudar a una sola persona a vivir mejor, eso ya justifica la entrega de mi vida”. El Papa invita a no desanimarse ante los fracasos o la escasez de resultados porque la “fecundidad es muchas veces invisible, inaferrable, no puede ser contabilizada”; “sólo sabemos que nuestra entrega es necesaria”. La Exhortación concluye con una oración a María “Madre del Evangelio”. “Hay un estilo mariano en la actividad evangelizadora de la Iglesia. Porque cada vez que miramos a María volvemos a creer en lo revolucionario de la ternura y del cariño”.
Fuente: www.opusdei.es

Científicos con sotana

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Cientificos con sotana

Por Roberta Sciamplicotti
Todos conocen el nombre del monje católico Gregor Mendel, padre de la genética; solo algunos saben que Niccolò Stenone, obispo y beato, puso las bases de la geología moderna; poco tienen presente que muchos otros eclesiásticos católicos -y algún pastor protestante, pero ningún imán, ningún rabino, ningún, chamán, ningún brahmán hindú, ningún monje budista- han sido la base de diversos campos de la investigación científica”.
Este es el motivo por el que Francesco Agnoli y Andrea Bartelloni han escrito un libro sobre el tema, llamado “Científicos con hábito. De Copérnico, padre del heliocentrismo, a Lemaître, padre del Big Bang” (ed. La Fontana di Siloe), en el que se destaca como en el origen de la ciencia experimental moderna haya sobre todo hombres religiosos para los que “estudiar la naturaleza no era otra cosa más que  tratar de leer el libro escrito por el Creador, ir a la búsqueda de sus huellas, de sus pasos”, pero “sin ninguna pretensión de poseer toda verdad, de reducir la causa primera a las causas segundas, de transformar la ciencia experimental en una fe, de hacer una metafísica omnicomprensiva”.
“Científicos con hábito” es la historia de algunos personajes que vivieron en la época un fuerte fe religiosa en un Dios trascendente y una gran pasión por la investigación empírica y científica para dar cuenta de la fecunda relación existente entre fe y razón.
Muchos personajes son los que se cita, comenzando por Nicolás Oresme (1323-1382), obispo de Lisieux, que teorizó el movimiento rotatorio de la Tierra alrededor de su eje, siendo, por tanto, un precursor de Nicolás Copérnico, pasando después a Leonardo Garzoni, padre del magnetismo, y a Benedicto Castelli, experto de ciencia hidráulica, prosiguiendo con “el príncipe de los biólogos” Lázaro Spallanzani, primer naturalista de Europa, y Buenaventura Corti, jesuita experto de física.<
También, Luis Galvani, descubridor de la electricidad animal que, según Niels Bohr dio vida a una “nueva época en la historia de la ciencia”, el experto en mineralogía René-Just Haüy, el experto de fluidos Juan Bautista Venturi, sismólogos y meteorólogos como San Alberto Magno y el padre Andrés Bina, el padre de la microsismología Teodoro Bertelli, el micólogo don Santiago Bresadola, Georges Eduard Lemaître, sacerdote que teorizó el Big Bang.
Se termina con dos religiosos que todavía viven, y que, además, son entrevistados: Giuseppe Tanzella-Nitti, que se ha dedicado durante algunos años a la investigación científica en el campo de la radioastronomía y de la cosmología, y el físico don Alberto Strumia.
Se deshace así el mito por el cual el doblete sacerdotes-científicos “suena mal”. El problema es que los dogmas del positivismo, vinculados desde hace mucho a los ambientes liberales o a las dictaduras del siglo XX, dichos y repetidos infinidad de veces, han dejado mella en el imaginario colectivo, nutrido de una versión banal, incompleta y anti histórica del asunto Galileo”.

Cardenal Zen SDB

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Cardenal Zen

La “Iglesia subterránea”

Persecución de los cristianos que no se someten al gobierno continúa
Por Marco Tosatti- Vatican Insider
A poco de que comience la Tercera plenaria del Partido Comunista chino, y justamente mientras el nuevo Secretario de Estado vaticano, el arzobispo Pietro Parolin, comienza finalmente su servicio (después de más de un mes, debido a problemas de salud), el cardenal chino Joseph Zen Ze-kiun SDB pide al Vaticano hablar con mayor claridad para defender a los católicos, sobre todo a los de la llamada “Iglesia subterránea”, es decir de las comunidades que se niegan a registrarse en la Asociación Católica Patriótica –controlada por el gobierno– y que permanecen fieles al Papa. «La Santa Sede debe decidirse entre ser clara o aceptar el compromiso –declaró al Catholic News Service el purpurado. Desafortunadamente la gente ve muchos compromisos porparte de los funcionarios. Se percibe la sombra de la “ostpolitik”».
Esta, era la política que había adoptado durante años el Vaticano para relacionarse con los regímenes comunistas de la Europa oriental. Los que la apoyaban afirmaban que se trataba de garantizar mejores condiciones de vida para los católicos de esas latitudes; en cambio, muy a menudo los cristianos “de las catacumbas” pedían que el Vaticano se expresara con mayor énfasis y claridad en su defensa. Tal vez no es ninguna casualidad que el cardenal se haya referido a este argumento en este momento. El nuevo Secretario de Estado, monseñor Parolin, es un diplomático de carrera, de la escuela de los cardenales Casaroli y Silvestrini, que eran grandes protagonistas de la “ostpolitik” vaticana (a veces incluso en oposición con la actitud de Juan Pablo II).
El cardenal chino sostiene que entre los diez millones de católicos chinos existen divisiones, no solo entre «la llamada comunidad clandestina y la comunidad que acepta el control gubernamental», sino también entre estos últimos. «La parte que se somete al control gubernamental no está unida. Hay algunos que oponen todavía una cierta resistencia, ante la sumisión, y otros que toleran esta opresión, este control». Y también hay algunos «oportunistas, que han aceptado cordialmente la colaboración con el gobierno, y persiguen los propios intereses y los del gobierno en lugar de velar por los de la Iglesia».
Después de alabar los esfuerzos de Benedicto XVI para tratar de llevar cierta unidad a la Iglesia china, el cardenal acusó a algunos en el Vaticano, que serían «demasiado comprensivos y conciliadores hacia el gobierno comunista». «Esa que podemos llamar “comunidad subterránea” sufre –añadió el purpurado. Se sienten abandonados. Las acciones de Roma no son en su favor. Especialmente, por ejemplo, muchos obispos mueren y no se nombran sucesores». «Esta política, según mi opinión, es un error; y, como resultado, la Iglesia se debilita». El cardenal chino Joseph Zen SDB concluyó reconociendo que, a pesar de que el nuevo Papa no se haya expresado al respecto, se trata de «un hombre sabio. Está escuchando, estudiando. Esperemos que el Señor lo ayude».
Mientras tanto, la persecución en contra de la Iglesia subterránea continúa. AsiaNews anunció que desde principios de octubre dos sacerdotes de la Iglesia subterránea se encuentran en la cárcel. Su “crimen” fue haber organizado sesiones de catecismo para adultos en la localidad de Qinyuan, cerca de Baoding (Hebei). Si trata de padre Tim Dalong y de otro sacerdote cuya identidad no se conoce. Ambos son bastante jóvenes (rondarán los 40) y después del arresto fueron encerrados en unas barracas de la policía de Baoding, ciudad en la que la Iglesia subterránea muestra una vivacidad particular. Cuatro fieles laicos, que estaban ayudando a los sacerdotes en su obra de catequesis, se vieron obligados a pagar una multa de 4 mil yuanes (unos 400 euros), que equivalen al sueldo de dos meses de un obrero especializado. Según AsiaNews, por lo menos 10 sacerdotes de la Iglesia subterránea han sufrido este tipo de persecución. Algunos de ellos fueron condenados durante años al “Laojiao”, es decir al campo de trabajos forzados. Es relevante indicar que estos arrestos se verificaron a pocas semanas de la apertura de la Tercera Plenaria del Partido Comunista chino, que, según la propaganda oficial, presentará reformas «sin precedentes».

Oración por Marilyn Monroe

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Marilyn Monroe

Por Ernesto Cardenal
Señor
recibe a esta muchacha conocida en toda la tierra con el nombre de Marilyn Monroe
aunque ése no era su verdadero nombre
(pero Tú conoces su verdadero nombre, el de la huerfanita violada a los 9 años
y la empleadita de tienda que a los 16 se había querido matar)
y ahora se presenta ante Ti sin ningún maquillaje
sin su Agente de Prensa
sin fotógrafos y sin firmar autógrafos
sola como un astronauta frente a la noche espacial.
Ella soñó cuando niña que estaba desnuda en una iglesia
                                           (según cuenta el Time)
ante una multitud postrada, con las cabezas en el suelo
y tenía que caminar en puntillas para no pisar las cabezas.
Tú conoces nuestros sueños mejor que los psiquiatras.
Iglesia, casa, cueva, son la seguridad del seno materno
pero también más que eso…
Las cabezas son los admiradores, es claro
(la masa de cabezas en la oscuridad bajo el chorro de luz)
Pero el templo no son los estudios de la 20th Century-Fox.
El templo –de mármol y oro- es el templo de su cuerpo
en el que está el Hijo del Hombre con un látigo en la mano
expulsando a los mercaderes de la 20th Century-Fox
que hicieron de Tu casa de oración una cueva de ladrones.
Señor
en este mundo contaminado de pecados y radioactividad
Tú no culparás tan sólo a una empleadita de tienda.
Que como toda empleadita de tienda soñó ser estrella de cine.
Y su sueño fue realidad (pero como la realidad del tecnicolor).
Ella no hizo sino actuar según el script que le dimos
-el de nuestras propias vidas- Y era un script absurdo.
Perdónala Señor y perdónanos a nosotros
por nuestra 20 th Century
Por esta Colosal Super-Producción en que todos hemos trabajado.
Ella tenía hambre de amor y le ofrecimos tranquilizantes
para la tristeza de no ser santos
                                      se le recomendó el Psicoanálisis.
Recuerda, Señor su creciente pavor a la cámara
y el odio al maquillaje –insistiendo en maquillarse en cada escena-
y cómo se fue haciendo mayor el horror
y mayor la impuntualidad a los estudios.
Como toda empleada de tienda
soñó ser estrella de cine.
Y su vida fue irreal como un sueño que un psiquiatra interpreta y archiva.
Sus romances fueron un beso con los ojos cerrados
que cuando se abren los ojos
se descubre que fue bajo reflectores
                                             ¡y apagan los reflectores!
y desmontan las dos paredes del aposento (era un set cinematográfico)
mientras el Director se aleja con su libreta
                                          porque la escena ya fue tomada.
O como un viaje en yate, un beso en Singapur, un baile en Río
la recepción en la mansión del Duque y la Duquesa de Windsor
vistos en la salita del apartamento miserable.
La película terminó sin el beso final.
La hallaron muerta en su cama con la mano en el teléfono.
Y los detectives no supieron a quién iba a llamar.
Fue 
como alguien que ha marcado el número de la única voz amiga 
y oye tan sólo la voz de un disco que le dice: WRONG NUMBER.
O como alguien que herido por los gangsters
alarga la mano a un teléfono desconectado.
Señor
quienquiera que haya sido el que ella iba a llamar
y no llamó (y tal vez no era nadie
o era Alguien cuyo número no está en el Directorio de Los Angeles ¡contesta Tú el teléfono!

Cristo morado

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Ollanta Humala

Comunicado de la Conferencia Episcopal Peruana
Los Obispos del Perú ante determinados acontecimientos que han sido noticia en las últimas semanas nos dirigimos a los fieles y a la opinión pública manifestando lo siguiente:
• Nos duele y reprobamos la conducta de quien fuera obispo auxiliar de Ayacucho, Gabino Miranda Melgarejo, que ha motivado la sanción de la Santa Sede con la pena máxima, que es la pérdida del estado clerical.
• Del mismo modo, reprobamos el comportamiento de quien fuera obispo auxiliar de Lima y obispo castrense, Guillermo Abanto Guzmán, a quien la Santa Sede le retiró el ministerio.
• Reiteramos el llamado hecho por el Presidente de la Conferencia Episcopal para que ambos asuman su responsabilidad por el escándalo ocasionado a los fieles y se sometan a la ley civil en lo que corresponda.
• Nos solidarizamos, también, con las personas agraviadas en ambos casos, a quienes expresamos nuestro respeto, cercanía y oración, compartiendo sus sufrimientos.
• Que estos casos lamentables no nos hagan olvidar la dedicación y el trabajo de muchos sacerdotes, religiosas, religiosos y agentes pastorales presentes en todos los lugares del país, con una atención especial a los más pobres y necesitados.
Invitamos a los fieles a rezar por la santidad de sus sacerdotes y pastores. Que el Señor de los Milagros y la Virgen Santísima, nos lleven por el camino de la conversión, la humildad y la reconciliación.

Una estrategia organizada
El cardenal de Lima, Juan Luis Cipriani, contraataca y aleja dudas sobre la destitución del auxiliar de Ayacucho decidida por la Santa Sede: “no tuvo la ocasión para defenderse”.
Por Andrea Tornielli- Vatican Insider
Detrás de las acusaciones de pederastia que cayeron sobre el obispo auxiliar de Ayacucho (Perú), Gabino Miranda Melgarejo, y que le costaron el puesto, habría una “estrategia organizada. Son las fuertes palabras que usó el cardenal Juan Luis Cipriani, a propósito del escándalo en el que se ha visto involucrado uno de los obispos peruanos -conocido como uno de sus colaboradores-. El purpurado, que pertenece al clero del Opus Dei (aunque el obispo destituido no formara parte de él directamente, pero formaba parte de la “externa” Fraternidad Sacerdotal de la Santa Cruz), dijo sin medias tintas que el objetivo de esta “estrategia” sería él mismo, dado que el caso explotó paralelamente a su viaje a Roma y a la audiencia que le concedió Papa Francisco.“Cada uno tiene que afrontar sus debilidades con hombría, saber reconocer y pedir perdón. No ocultamos nada, pero tampoco me parece que es de gente de honesta el destrozar a una persona que no ha tenido posibilidad defensa y, aprovechando mi viaje a Roma, me salpicaba por todas partes hechos que no tiene nada que ver conmigo”, dijo Cipriani al periódico peruano “La República”.
El cardenal de Lima garantizó que la Iglesia nunca será “cómplice del silencio”, pero añadió que las acusaciones por abusos contra menores que fueron esgrimidas en contra de Gabino Miranda serían parte de una estrategia para desacreditarlo ante la opinión pública. El obispo Gabino Miranda hasta hace poco tiempo era obispo auxiliar del presidente de la Conferencia episcopal de Perú, el arzobispo Salvador Piñeiro García-Calderón. Quien dio a conocer los detalles del caso y de la investigación vaticana sobre el alto prelado fue el obispo emérito de Chimbote, Luis Bambarén, quien había confirmado la destitución de Gabino Miranda diciendo que “no es posible tolerar que un obispo auxiliar de Ayacucho haya abusado de menores”. Habría sido la misma Iglesia local la que habría pedido la intervención de la justicia civil.
Cipriani indicó que la “campaña organizada” comenzó con el presidente de la Corte Interamericana de los Derechos Humanos, Diego García Sayán, que habría escrito el 19 de septiembre en el periódico “La República”: “no seamos ingenuos […] Participar más de ese circo es darle demasiada importancia. Yo quiero cerrar el circo, este es un circo que está perfectamente organizado. ¿Quién empieza esto?”.
El obispo Gabino Miranda, con una carta enviada el primero de julio al Secretario de la Congregación para la Doctrina de la Fe, Luis Ladaria, negó las acusaciones, denunciando que era víctima de un proceso injusto por parte de los tribunales vaticanos, aunque había reconocido que en una anterior carta a Benedicto XVI, enviada en febrero, había confesado al Papa que había cometido “imprudencias”, aunque, garantizaba, estas “supuestas faltas no podían ser clasificadas como delitos”. Por ello consideraba “desproporcionada la medida establecida por la Congregación para la Doctrina de la Fe, que el 23 de mayo de 2013 lo destituyó inmediatamente de sus obligaciones relacionadas con su encargo episcopal, además de prohibirle el ejercicio de las funciones como obispo auxiliar de Ayacucho.
El decreto del ex-Santo Oficio, representaba una decisión grave, y el hecho de que haya sido firmado significa que la Congregación considera poseer elementos suficientes al respecto. El directamente interesado ve las cosas de otra manera. El escándalo de Monseñor Miranda no es el único que se ha abatido sobre el episcopado de Perú. El 20 de julio pasado, de hecho, Papa Francisco aceptó la renuncia del obispo Guillermo Abanto Guzmán, ordinario castrense del país, que había sido apenas nombrado (en octubre de 2012). No hubo mayores explicaciones, pero después se supo que el obispo había tenido un hijo.
La tormenta en la que se han visto involucrados dos exponentes del episcopado peruano, considerados cercanos al cardenal Cipriani, podría tener repercusiones en los equilibrios internos de la Conferencia episcopal del país.
Carlos Navarro FernandezCondenan al asesino de sacerdote
Carlos Navarro Fernández, alias ‘Yago’, fue condenado a 35 años de prisión por el asesinato del sacerdote puertorriqueño Joel Linán Ruiz (80) y del ayudante de este, Ananías Águila (26).
La Segunda Sala Penal para Reos en Cárcel aplicó la sentencia luego de hallar culpable a Navarro Fernández del delito de robo agravado seguido de muerte por el doble homicidio. El Ministerio Público había solicitado la pena de cadena perpetua.
Como se recuerda, el crimen se produjo en agosto de 2010, en el convento San Francisco, ubicado en el Cercado de Lima, donde ambas víctimas fueron apuñaladas por el delincuente, en su intento de apoderarse de las limosnas de la iglesia.
La investigación de la Fiscalía indica que Navarro Fernández “actuó con premeditación, alevosía y ventaja”.
Fuente: Diario Perú21.
SacrilegioRoban en templo de La Visitación
La inseguridad no perdona nada. Ni siquiera a la iglesia católica. Un grupo de delincuentes entró a robar al templo La Visitación de Nuestra Señora, ubicado en el Cercado de Lima, y se llevó objetos litúrgicos, como la puerta de oro y plata del tabernáculo.
Los ladrones no solo se llevaron elementos religiosos. También se apoderaron de un televisor a color, un VHS, una computadora, una máquina de escribir mecánica y otros bienes que habían en la sacristía (teléfonos inalámbricos, micrófonos), dos mil soles en efectivo recaudado para el pago de servicios de luz, agua y hasta las hostias.Rolando Medina HernandezEl robo se produjo en la madrugada. Los hampones llegaron al templo situado en la cuadra 4 de Colonial con Pacasmayo y escalaron los muros y linderos que colindan con la parroquia.
Según el relato del sacristán Tomás Aquino Ortiz y los peritos en criminalística que acudieron a investigar el caso, los intrusos se descolgaron con un cable de teléfono por el salón de charlas y tras cruzar un pasadizo llegaron hasta la oficina del padre Rolando Medina Hernández.
Fuente: Diario La República.

De Bertone a Parolin

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Cardenal Bertone

Por Andrea Tornielli- Vatican Insider
El sábado 31 de agosto se hizo público el anuncio del nombramiento del sucesor del actual Secretario de Estado y, 45 días después, termina la “era Bertone” en el Vaticano. Estas son las últimas horas en las que el cardenal Secretario de Estado nombrado por Benedicto XVI podrá firmar como encargado de la diplomacia vaticana y “primer ministro” de la Santa Sede.  Mañana llega el relevo y todos los poderes pasarán al nuevo Secretario de Estado, el arzobispo Pietro Parolin.
El anterior cambio del Secretario de Estado fue en 2006, en Castel Gandolfo, en donde Benedicto XVI estaba pasando el fin de la pausa de verano. Hubo una comida oficial en la que participaron todos los que trabajaban en la Secretaría de Estado. Mañana, a partir de las 12 del día, la ceremonia se llevará a cabo en el Vaticano, mucho más sobriamente y sin comida. Papa Francisco se despedirá de Bertone, a quien agradecerá por el servicio desempeñado, y presentará a su sucesor, un prelado que conoce muy bien la Secretaría de Estado, pues trabajó en ella hasta 2009.
La llegada de Bertone a la cúpula de la diplomacia vaticana no fue nada fácil. Benedicto XVI lo eligió después de haber trabajado con él durante siete años en la Congregación para la Doctrina de la Fe. Hombre práctico, salesiano jovial, capaz de hacer funcionar la “máquina”, era considerado por Ratzinger el “apoyo” más adecuado, a pesar de que no proviniera del servicio diplomático. «Seré un Secretario de Iglesia más que de Estado», había declarado Bertone después de su nombramiento (desde 2002 era arzobispo de Génova), y «haré la voluntad del Papa». El Secretario  que entonces dejaba el puesto, Angelo Sodano, había tratado de convencer a Benedicto XVI de que no nombrara a Bertone. La llegada de un no diplomático a la Secretaría de Estado, a quien no veían con buenos ojos los que pertenecían al servicio diplomático, era considerada como una “venganza” de los que consideraban excesivo el peso de la diplomacia en la Curia y criticaban ciertos autoritarismos en las “carreras” vaticanas.
No hay duda de que por lo menos una parte de la Curia se mostró desconfiada ante la llegada de Bertone. Durante los años, esta oposición creció, pero no por las pocas capacidades diplomáticas del Secretario de Estado. Hubo cardenales importantes, cercanos a Papa Ratzinger, que suplicaron al Pontífice que cambiara a su “número dos”, después de haberle endosado responsabilidades en las frecuentes crisis que vivió el Pontificado. Benedicto XVI, que nunca dudó de la fidelidad ni de la lealtad de su principal colaborador, no quiso escuchar. Pero la clamorosa e histórica renuncia al papado, que llegó después del “annus terribilis” del escándalo de los “vatileaks” (aunque estuviera motivada por consideraciones relacionadas con la vejes y la disminución de fuerzas) fue en cierto sentido una admisión implícita de las dificultades para cambiar las cosas en la Curia romana.
Durante los años de su secretaría, el cardenal Bertone fue el blanco de muchísimas críticas. Críticas por sus frecuentes viajes al extranjero (en donde a veces era considerado como el “vice del Papa”); por la elección de sus colaboradores laicos, algunos con una propensión hacia los negocios; por su interés en las cuestiones italianas (nombramientos eclesiásticos y políticos) y su poco interés en las cuestiones internacionales; por no haber protegido lo suficiente a Benedicto XVI, que a veces parecía rodeado de personas que se escudaban en él en lugar de servirle como escudo. Ratzinger tuvo que intervenir personalmente en diferentes ocasiones para resolver los problemas y tratar de apagar los incendios, como en el caso, clamoroso, de la cancelación de la excomunión del obispo Richard Williamson, que negó la existencia de las cámaras de gas.
Con el nuevo Secretario de Estado debería acabar la idea de que el líder de la diplomacia vaticana es un “vice del Papa”. Además, más allá de la personalidad y de la historia del arzobispo Parolin, no hay que olvidar que también la Secretaría de Estado está bajo la atenta mirada del “consejo” de cardenales que nombró el Papa para que le ayuden con la reforma de la Curia y con el gobierno de la Iglesia universal. Una de las exigencias más fuertes es justamente la disminución de la centralidad de la misma Secretaría de Estado y, como se ha subrayado, la propuesta de crear una Secretaría del Papa más que una Secretaría de Estado. Como se sabe, entre las hipótesis que se están estudiando está la de quitar ciertas competencias de coordinación y supervisión sobre los dicasterios curiales al Secretario de Estado.
Bertone seguirá siendo, por el momento, el presidente de la comisión cardenalicia que decide sobre el IOR, además de ser camarlengo de Santa Romana Iglesia. Dentro de poco dejará a su sucesor la vivienda en la primera logia, aunque todavía no se sabe si Parolin irá a Santa Marta, en donde se está quedando ahora, o no.
En cuanto al “entourage” de Bertone, el cardenal mantendrá a uno de sus dos secretarios, don Lech Piechota. El otro, don Roberto Lucchini, tendrá un puesto en la II sección de la Secretaría de Estado.

La pedofilia no tiene atenuantes

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Papa Francisco

Por: Diana Seminario Marón– Diario El Comercio
El cardenal Juan Luis Cipriani levanta la voz, quiere ser enfático. La Iglesia condena y castiga el delito, y la pedofilia no tiene atenuantes. Su voz cambia cuando recuerda su encuentro con el papa Francisco, quien está al tanto de los temas del Perú.
Los escándalos de los ex obispos Miranda y Abanto han generado polémica y se critica que no ha habido una actuación transparente de la Iglesia. ¿Por qué este misterio?
No ha habido una buena comunicación, porque hay casos en que la Iglesia, usando sus propias normas, sanciona directamente a los sacerdotes y obispos. Cuando un obispo no quiere reconocer un hijo, estamos en el campo civil; es un delito y tiene que actuar la ley. En el caso de la pedofilia, la Iglesia inmediatamente actúa y da a conocer las cosas con total transparencia y contundencia y no oculta nada. La pedofilia no tiene atenuante, son delitos que claman al cielo y trasciende del pecado al delito. En el caso de Abanto, se tomó la decisión inmediata de separarlo como obispo, su situación le obliga a reconocer a su hijo.
Usted le ha dicho que hay que asumir las debilidades con hombría.
La ley lo va a obligar a reconocer a esa criatura inocente con derecho a tener un apellido.
¿Era su mano derecha?
He tenido cinco obispos auxiliares, pero no cinco manos derechas. Si pudiera hablar de una mano derecha, este sería monseñor Adriano Tomasi. Creo que hay una intencionalidad de olvidar los daños con tal de criticar a Cipriani.
En el caso del ex obispo de Ayacucho, acusado de pedófilo, él en una carta asegura que no ha cometido delito. ¿Cometió pedofilia? ¿Llegaremos a saberlo?
Él afirma que no ha cometido pedofilia. Si lo ha hecho, no solo se le debe aplicar la ley canónica y su respectiva sanción, sino también la ley civil y la sanción que esta contempla. Yo rechazo cualquier atenuante. Quien abusa de un menor deberá ser castigado con toda la fuerza de la ley, sea sacerdote o laico, sin ningún miramiento. Ni la Santa Sede ni nadie, hasta ahora, ha presentado una denuncia de pedofilia. Bambarén habló de pedofilia, le pido que vaya a la fiscalía y denuncie. García Sayán también mencionó la pedofilia, también le pido que haga la denuncia.
Monseñor Luis Bambarén, en “La República” del 1 de octubre, precisó que no atribuyó el delito de pedofilia a Miranda. Parece que se ha rectificado.
Puede rectificarse y decir que sí dijo y que ahora no dice. Él dijo lo que dijo y causó escándalo.Se ha dicho –luego de la revelación del Caso Miranda–, que ud. es muy crítico en muchos temas, pero que en este no lo fue y su frase “no hacer leña del árbol caído”, escandalizó a muchos.Ahora estoy diciendo que el delito de pedofilia merece la mayor condena sin atenuantes y con tolerancia cero. No me preocupa que lo tomen como una rectificación, pero nunca quise decir que aceptaba el delito de pedofilia como una cosa más o menos mediana, no. Cuando hablé del árbol caído es porque se hizo una denuncia pública de pedofilia contra Gabino Miranda sin presentar, hasta el día de hoy, denuncia.
El arzobispo de Ayacucho, Salvador Piñeiro, insiste en que no ha habido delito y su comunicado habla de un secreto pontificio. ¿Se conocerá qué delito ha cometido Miranda? Quitarle el sacerdocio es una sanción drástica, Algo muy grave debe haber cometido.
La Iglesia jamás va a cubrir ni a ocultar los delitos. Es muy diferente a una persona que va y se emborracha, eso es un pecado; pero si así borracho atropella y mata a una criatura, eso es un delito. Una persona que tuvo una relación sexual cometió un pecado grave; pero otra cosa es que sea una falta contra un menor de edad, una violación o tener un hijo y no reconocerlo, eso es un delito. En el tema que estamos viendo, la pedofilia siempre será un delito y la tolerancia siempre será cero. No se va a permitir que esto quede en la oscuridad o en la duda.
Pero con esto del secreto pontificio, pareciera que se estuviera apañando algo.
Nunca se va a apañar ningún delito. Cuando hablamos de secreto pontificio, estamos hablando del fuero interno. Por ejemplo, yo hago un juramento de vivir la castidad, de obedecer al Santo Padre, que permanece al interior de mi alma, nadie me puede violentar. Pero cuando esto sale hasta fuera de una grave inconducta, se convierte en delito. Aparte del daño que te haces en tu propia instancia espiritual, estás yendo contra las normas elementales de la sociedad.
¿El secreto pontificio obliga a Miranda, a usted y a Piñeiro a no revelar las causas por las que fue destituido Miranda?
Yo no estoy bajo ningún secreto pontificio, porque no estoy involucrado en este proceso. Según Miranda, a él le fue impuesto un secreto pontificio que le ha impedido defenderse.
Piñeiro dice que desconoce la causa de la destitución.
Hay que creerle. Y no es poca cosa, pues es su arzobispo.
¿Miranda es del Opus Dei?
No. Recibió formación espiritual de la Sociedad Sacerdotal de la Santa Cruz.
Que pertenece al Opus Dei.
No. La Sociedad Sacerdotal de la Santa Cruz está intrínsecamente unida al Opus Dei. Los sacerdotes del Opus Dei son aquellos que están incardinados, como yo. El sacerdote incardinado al Opus Dei tiene como su superior al prelado del Opus Dei. Los sacerdotes que participan de la Sociedad Sacerdotal de la Santa Cruz tienen como superior a su obispo, pero reciben la formación espiritual del Opus Dei y son socios de la Sociedad Sacerdotal de la Santa Cruz.
Se ha subrayado que es un sacerdote del Opus Dei, y que el Opus Dei no habría actuado.
Niego tajantemente que Gabino Miranda esté bajo la autoridad del prelado del Opus Dei. Su superior, como todo obispo, es el Papa, y siendo auxiliar, su superior inmediato era el arzobispo de Ayacucho. Tuvo dirección espiritual en el Opus Dei, a quienes les ocultó todo, pues nadie supo lo que pudo ocurrir.
Ud. mencionó que las acusaciones se han convertido en un circo. ¿Todo es un circo?
Soy fanático de buscar la verdad y aquí no había interés en buscarla, sino en hacer el mayor daño posible, no solo a quien lo merecía, porque si hay un delito de pedofilia lo merece, y si no reconoce a un hijo, lo merece. En ambos casos había una clara intencionalidad de generar un escenario para molestar a Cipriani.
¿Hay una crisis? Son dos casos graves en un período corto.
Hay una falta de respeto a las normas morales, a la persona, a la intimidad, a la verdad. Hay unos cuantos moralistas que se dedican a descalificar al resto. Si no estoy de acuerdo con Diego García Sayán, me dice intolerante. La única intolerancia es que no coincido con su pensamiento y por cierto, nuestras madres eran primas hermanas. Mi abuela y su abuela eran hermanas, pero él prefiere renunciar a esa relación por la defensa de una ideología.
¿Qué les dice a los fieles luego de estos escándalos?
Que cuiden más a sus sacerdotes, que recen más por ellos, que confíen en que la Iglesia es de Jesucristo, no de tal o cual persona, o pensamiento, ni de partidos ni de grupos. La unidad con Cristo.
El Papa sabe de los obispos y de la situación de la Universidad Católica
Se reunió con el Papa. ¿Cuáles son los temas que le interesan del Perú?Las cosas que uno conversa con el Papa no son ocasión de comentarios en los diarios. El Papa conoce de la situación de estos obispos [Miranda y Abanto]. El Papa sabe de la situación de la Universidad Católica y está al día de lo que ocurre en Latinoamérica. Está muy bien informado.
¿Por qué se ha hecho esta suerte de enfrentamiento entre el Papa y usted?Es una mezquindad que, creo, se origina en algunas mentes eclesiásticas y que tiene un rebote en un grupo que está asociado a una universidad.
Antes de partir se refirió a monseñor Müller, con quien Gustavo Gutiérrez fue a ver al Papa. Lo calificó de ingenuo.
Y lo vuelvo a calificar de ingenuo. Gustavo Gutiérrez concelebró misa con el Papa junto con otros 25 sacerdotes. Al final de la misa, el Papa los saluda a todos, y eso es lo que hizo con Gustavo Gutiérrez. No inventemos unas audiencias y una reconciliación.
Muller le contesta. No me importa mucho ser ingenuo, pero es necesario reconciliar los partidos que existen dentro de la Iglesia. Todos aceptamos la sana doctrina de la Iglesia, es posible tener un cierto pluralismo en el estilo de la piedad de la veneración a Dios.
No estoy de acuerdo en la afirmación de que en la Iglesia hay partidos. Creo que se ha equivocado. Monseñor Müller es el encargado de defender la sana doctrina de la fe en la Iglesia, por tanto tiene que dejar esa ingenuidad y ser más prudente. Se lo digo con toda humildad.
El Papa lo ha ratificado.
Efectivamente. Sabe de teología y está haciendo las obras completas de Ratzinger, es un hombre académico que ha estado unido al mundo universitario. Nadie duda de su capacidad intelectual.
¿Cómo observa este nuevo tono que le imprime el Papa a la doctrina de la Iglesia?
Es entusiasmante en el mundo entero, está levantando una esperanza nueva. Vengo muy reconfortado de la acogida tan cariñosa que me ha dado y de ver cómo en la Plaza de San Pedro hay una multitud que cada semana está yendo a rejuvenecerse con sus palabras.
Hay gente que dice que se ha reconciliado con la Iglesia a partir del papa Francisco.
Que Dios los bendiga. Él está haciendo un esfuerzo muy grande por estirar la mano a los que están más alejados.
¿Lo ha invitado a venir?
Sí, varias veces. Tiene una agenda muy cargada, y sabemos que no es muy viajero. La esperanza no se pierde. Además lo han invitado la Conferencia Episcopal y el presidente de la República oficialmente.
Usted y el Papa fueron nombrados cardenales juntos, ¿siempre fueron cercanos?
Sí. El Papa me dice siempre: “Hay algo que me gusta de ti, que lo que piensas, lo dices”. Lo que es una ventaja y un problema, y él lo sabe.

La Iglesia Católica, ¿tigre de papel?

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“En apariencia es muy poderoso pero en realidad no hay nada que temer; es un tigre de papel.  Un tigre por fuera,  pero hecho de papel, incapaz de resistirse al viento y la lluvia.” Mao Tse Tung
Por Cynthia Sanborn- Universidad del Pacífico
En una reciente columna en La Republica[1] Steven Levitsky de Harvard University argumenta que la creciente marginalidad política de la Iglesia Católica en América Latina, permitiría la aprobación del matrimonio gay y otros avances liberales.   En el Perú en particular, él sostiene que la Iglesia hoy es un tigre de papel, con una legitimidad moral destruida, al cual los políticos no deben temer.
Para quienes trabajamos en instituciones con fuerte arraigo católico, este argumento nos suena algo exagerado.  También será noticia para el Latinobarómetro[2], cuyas encuestas señalan al Perú como uno de los países donde la Iglesia Católica genera mayor confianza y legitimidad. Para algunos empresarios mineros, en cambio, esto será motivo de celebración, pues consideran que los agentes pastorales ejercen demasiada influencia política en las comunidades donde operan.
Pero, ¿en qué se basa Levitsky para sostener que la Iglesia Católica (IC) es débil y marginal?   ¿Tiene evidencia concreta o es wishful thinking?  ¿Qué fuentes tenemos para comprobar esta hipótesis? En el mundo académico peruano, la investigación sobre la IC es muy escasa, no solamente por las pocas fuentes asequibles, sino también por la falta de investigadores dispuestos a mirar con objetividad a este tigre y sus múltiples rayas. Sin embargo, en base a la información que tenemos — y para parafrasear al mismo autor – diría  que sobre la Iglesia hay más dudas que certezas. Las cuáles, a su vez, deben incentivarnos a estudiarla mejor.
En primer lugar, se señala la reducción del número de personas que se identifican como católicos en casi toda la región.  En el Perú también ese número ha disminuido, de 88,9% en 1993 al 81% en el último censo de 2007.  Pero sigue siendo una amplia mayoría.  Además, se presume que la mayoría de personas que dejan la IC van a engrosar las filas de grupos protestantes evangélicos, que pueden ser iguales o más conservadores en los temas que le preocupan a Levitsky.   ¿Así vamos a lograr avances liberales?
El segundo argumento, es que la mayoría de católicos “no son practicantes”, porque no van mucho a misa y no matriculan a sus hijos en colegios católicos.   Pero la asistencia a misa, ¿es la única forma de practicar la fe?  ¿Cuántos peruanos expresan su fe haciendo catequismo, procesiones, o donaciones solidarias con entidades católicas, o manteniendo importantes aspectos de la doctrina católica en su trabajo diario?
Respeto a los colegios, efectivamente, la mayoría de peruanos no matricula a sus hijos en colegios católicos. Probablemente, porque la mayoría no tiene los recursos para hacerlo, o no tiene acceso a ellos, pues los colegios parroquiales son pocos y la mayoría de familias depende del deficiente sistema de educación estatal.  Sin embargo, la mayoría de niños peruanos estudian en colegios donde el curso de Religión – Católica – es obligatorio, y donde los rituales católicos son trasmitidos prácticamente como parte del currículo escolar.  Esto no solamente es una obligación legal, sino también tiende a ser una exigencia de los padres de familia.
En tercer lugar,  Levitsky señala que la Iglesia tiene “cada vez menos influencia sobre la opinión pública”, debido a que la gente diverge de ella en temas como el uso de anticonceptivos y el divorcio. Es probable que las nuevas generaciones sean más tolerantes y abiertas en asuntos sexuales, que sus padres y párrocos.  Pero en el Perú aún tenemos una abrumadora mayoría (87%) en contra de la legalización del aborto, y una alta resistencia al matrimonio homosexual (65%), como ha señalado Alfredo Torres en una columna reciente[3].  Aunque Levitsky nos asegura que “el matrimonio gay se viene”, hay todavía trabajo por hacer.
Por otro lado, vale la pena preguntarnos si la pérdida de influencia de la IC en el terreno de la sexualidad y salud reproductiva, ¿no se contrasta con la ganancia de influencia en otros campos?  Por ejemplo, en derechos humanos, derechos indígenas y defensa del medio ambiente, donde organizaciones y líderes católicos han tenido creciente presencia y legitimidad.
El estudio La Iglesia Católica como proveedora de servicios sociales: mitos y realidad realizado por el CIUP en 2005[4], se plantea tres roles políticos que juega la IC en el Perú: Voz del Pueblo, Voz Mediadora, y Voz Política.  En el primer caso, los ejemplos incluyen el apoyo de obispos de Piura a la consulta de Tambogrande, y las campañas para mejorar las condiciones carcelarias.   En el segundo, donde la IC sirve como puente entre el Estado y la sociedad y busca facilitar dialogo entre las partes, los ejemplos incluyen una huelga de hambre de los maestros de SUTEP en 2002, y la protesta de los arequipeños contra la privatización de Egasa y Egesur.   El tercer caso incluye la presencia de la IC en la Comisión de la Verdad y Reconciliación, la Mesa de Concertación de la Lucha contra la Pobreza, el Foro Educativo, entre otros.  Vale mencionar también, que casi la cuarta parte de los miembros de la Coordinadora Nacional de Derechos Humanos son entidades de la Iglesia Católica o asociados a ella.
En un trabajo reciente, Javier Arellano también señala que en diversas localidades del Norte y Sur Andino, la IC ha escuchado las preocupaciones de la población y ha estado de lado de las comunidades afectadas por la expansión minera y petrolera[5].  A veces en el papel de mediador, y a veces en abierta confrontación con el gobierno y poderosas empresas nacionales y transnacionales. Aquí no se trata solo de individuos.  Se trata de una amplia red de obispos, sacerdotes, monjas y otros agentes pastorales, en Piura, Cajamarca, Loreto, La Oroya, quienes colaboran con las comunidades y los líderes políticos locales con infraestructura, organización, comunicaciones (ej.: Radio Marañón) y contactos internacionales.  Su opción por estar de lado de los pobres, tiene raíces en la Teología de la Liberación, doctrina recientemente revindicada por el Vaticano.  A la vez, la integración de temas ambientales en el mensaje espiritual de la IC, es novedosa y potente. Según Arellano, “la inclusión de referencias al medio ambiente y los derechos en los discursos y las rituales religiosos explícitos ha sido el aporte principal de la Iglesia”.
¿Qué otra información tenemos para evaluar la presencia y el peso de la Iglesia?  Hace diez años, por ejemplo, los investigadores del CIUP encontraron que la presencia institucional de la IC se encontraba extendida en el territorio nacional.  Según el Directorio Eclesiástico de la Conferencia Episcopal Peruana (CEP), en 2002 había 1,406 parroquias con 2,406 sacerdotes, y un promedio de 11,000 fieles por sacerdote, además de unas 2,300 otros tipos de organización religiosa asociada a la IC.
¿Cuántos son hoy?   Para responder a esto, encontramos tres fuentes.   Según el mismo CEP, hoy en las 45 jurisdicciones eclesiásticas hay 1360 parroquias (46 menos), pero 2599 sacerdotes (193 más), además de cientos de otros religiosos y religiosas.  Hay unos 27 millones de habitantes en sus jurisdicciones, o un ratio de 10,445 personas por sacerdote. Más de la mitad de estas parroquias están en el interior del país, a menudo ubicadas en lugares de difícil acceso[6].
Una segunda fuente es la Dirección de Asuntos de la Iglesia Católica del Ministerio de Justicia y Derechos Humanos, la entidad del Estado encargado de ver las relaciones institucionales con la IC[7].  Según ella, la totalidad de agentes pastorales de la IC hoy será más de 8,000 personas, repartidas en 44 jurisdicciones territoriales y el Obispado Castrense, que sirve a las Fuerzas Armadas y la Policía Nacional en todo el país. De las territoriales, 7 son arzobispados, 19 obispados, 10 prelaturas y 8 vicariatos apostólicos, éstos últimos siendo territorios de misiones en la Selva. La tercera fuente es un estudio reciente del INEI, en colaboración con el CIUP, que identifica a 180,000 organizaciones privadas sin fines de lucro legalmente registradas en el Perú.  De ellas, el 7,8% son organizaciones religiosas de diversos credos, y 2,7% (unas 4,860) son instituciones católicas, incluyendo parroquias, colegios y otras entidades.[8]
Otro indicador interesante, sería el número de laicos que participan regularmente en organizaciones católicas.  En 2002, otro estudio del CIUP encontraba que solo el 7,6% de hogares urbanos tenían personas que participan en grupos religiosos.  Sin embargo, las variaciones regionales son interesantes, pues la participación aumenta a más del 10% en nueve departamentos, los más altos siendo Cajamarca y Piura (13%), Loreto (12%) y Huánuco (11%). Según Arellano, esta participación puede ser mayor aún en zonas rurales, y señala especialmente la importancia del movimiento catequista en provincias de Piura y Cajamarca en los años 80 y 90, y su conexión con las rondas campesinas, que hoy enfrentan a proyectos mineros como Majaz y Conga.  Citando a Orin Starn, Arellano señala que a menudo los líderes elegidos de las rondas han sido catequistas, y consideran que las rondas realizan el ideal cristiano a través de una evidente integración de la religión con la política.
¿Cómo se mantiene esta red de instituciones y agentes pastorales?  Levitsky sugiere que el Estado los asume, a través de subsidios directos a los obispos y las diócesis.  Estos se basan en la relación especial que tiene la IC con el Estado desde la Conquista, y el Acuerdo actual entre las partes que data de 1980, haciendo de la IC sujeto de Derecho Público.  En este sentido, como también en relación a la enseñanza de Religión, podemos decir que es un tigre con privilegios.
Pero en cuanto a la subvención económica en sí, los números francamente no cuadran.  Mirando a la partida “Subvenciones a la Iglesia” en el Presupuesto del Sector Público, disponible en el portal del MEF, en los últimos tres años este monto ha sido de S/2,613,000 anuales, de los cuales S/2,603,000 son subvenciones a individuos, que comprende 1,052 plazas y 23 pensiones[9].  Es decir, S/2,412 por cura por año.  Otro S/1 millón va para Fe y Alegría, entidad religiosa que administra alrededor de 79 colegios públicos con unos 89,000 alumnos.  S/11 soles anuales por niño. Como es evidente, dos millones de soles anuales cubre solo una fracción de los gastos operativos de las parroquias.  Y comparados con los S/228 millones al año que recibe DEVIDA, o los S/170 millones que recibe el Instituto Peruano de Deporte (IPD), pareciera que la IC devuelva más a la sociedad que lo que recibe por subvenciones.
Por supuesto, hay otras formas de aporte público a las entidades religiosas, sobre los cuales nos faltan data reciente. Una de ellas, citado por Levitsky, es la exoneración de impuestos sobre la renta y las propiedades.  Sería interesante estimar cuánto implica esto en ahorros. Pero es importante aclarar, que las exoneraciones se aplican también a las demás iglesias que operan legalmente en el Perú, y a todas las demás asociaciones sin fines de lucro, incluyendo la Universidad del Pacifico, el Movimiento Homosexual de Lima, y el Club Nacional.
Algunos consideran que el Estado no debe otorgar exoneraciones tributarias a asociaciones cuyas  prácticas son contrarias a los derechos humanos y civiles reconocidos en nuestra Constitución.  La Iglesia Católica, discrimina en diversas circunstancias contra mujeres, homosexuales y padres divorciados.  El Club Nacional, que ocupa propiedad de alto valor en el centro histórico de Lima, no admite a mujeres, negros o indígenas (aunque fuera el Presidente de la República).  ¿Deben perder sus beneficios tributarios?   Hasta ahora la libertad de asociación ha primado en estos casos, quizás porque pocos se han atrevido a cuestionar esta situación.
Si el Estado no mantiene a la IC, ¿quién lo hace?   Aparentemente, sus fieles.  Según la  Encuesta Nacional de Donaciones y Trabajo Voluntario, realizado en 2001, las parroquias, escuelas, y organizaciones caritativas de inspiración católica, estuvieron entre los principales beneficiarios de las donaciones individuales y del trabajo voluntario de los peruanos, y también de las diversas formas de donación organizadas.  En total, el 34% de los voluntarios y más de la mitad de las donaciones se hicieron con organizaciones relacionadas con la IC.  Por cierto, esta no es una característica única de la IC, pues las otras agrupaciones religiosas también crecen gracias a los aportes de sus fieles, y así también la gran mayoría de asociaciones sin fines de lucro en el Perú.
¿Cuánto recibe la IC en donaciones para sus gastos operativos?  Portocarrero, Cueva y Portugal hicieron un ejercicio de estimación en 2002, sobre la base del número de sacerdotes, salarios promedios y otros indicadores, y concluyeron que solamente para las parroquias los gastos sumaron alrededor de S/65 millones anuales. También hicieron una aproximación del total de donaciones (principalmente limosnas) realizadas por los fieles, en S/83 millones anuales.  Es decir, hace una década, las donaciones cubrían la totalidad de los gastos operativos de las parroquias, dejando además un remanente de 22% para otros fines, presumidamente de asistencia social.
¿Esta situación se mantiene?  No se ha repetido el ejercicio, pero podemos imaginar que entre el 81% de peruanos que aún se consideran católicos, hay quienes tienen mejores ingresos ahora y dan más a su parroquia y/o las diversas entidades caritativas asociadas a la IC. Pero podría ser a la  inversa, y es un buen tema para investigar.  ¿Qué tan filantrópicos son los católicos hoy; los que son más ricos, y los de clase media emergentes?  ¿Los evangélicos dan más?  Y los que no profesan religión, ¿igualmente dan a sus causas favoritas?
En resumen, aunque el impacto de la IC puede haber disminuido en temas de sexualidad y salud reproductiva, la evidencia sugiere que mantiene una presencia institucional y social envidiable, especialmente en zonas rurales y comunidades marginadas por el Estado. Asimismo, parece mantener influencia en otras esferas de la vida política, y a pesar de todo, sigue siendo la institución con mayor confianza entre los peruanos.
Es posible que las recientes acusaciones de pedofilia en la Iglesia Católica peruana pueden mellar esta confianza, sobre todo si las autoridades eclesiásticas se niegan a entregar a los acusados y colaborar con la justicia.   Pero debemos recordar, que el abuso sexual prolifera en todas las instituciones donde hay grandes asimetrías de poder, estructuras de autoridad rígidas, y poca transparencia o fiscalización.   No hay evidencia que este problema sea mayor en la IC que en otras congregaciones, o en instituciones laicas con estas características, y debemos ser severos con todas para erradicarlo.
Irónicamente, el término “tigre de papel” es un antiguo dicho chino, utilizado en una recordada frase de Mao Tse Tung para referirse al imperialismo norteamericano[10].  Pero el astuto Mao también enfatizó la importancia de tomar en serio a este animal y conocerlo bien, pues tiene garras, dientes y camuflaje a rayas.  En nuestro caso, hacemos un llamado a los investigadores a analizar mejor a ésta y otras instituciones que ejercen poderes complejos en nuestro país.
Notas:
[1] http://www.larepublica.pe/columnistas/aproximaciones/una-iglesia-disminuida-29-09-2013
[2] Informe de Prensa Latinbarometro 1995 – 2011 Peru.  Según esa fuente, “La Iglesia es la única institución en el Perú que concita una cantidad muy significativa y superior de confianza que todas las otras instituciones, alcanzando el 69%, 19 puntos más que la institución que la sigue con el 50% (radios)”, p. 19.
[3] “La formación de la opinión pública y la unión homosexual”,
semanaeconomica.com/percepciones-y-realidades/2013/10/01/la-formacion-de-la-opinion-publica-y-la-union-homosexual/
[4]  Felipe Portocarrero, Hanny Cueva y Andrea Portugal, La Iglesia Católica como proveedora de servicios sociales: mitos y realidades (Lima, CIUP 2005).
[5] Javier Arellano Yanguas, “ Religion and resistance to extraction in rural Peru: the Church following the people? , paper presentado en conferencia sobre Religion, Social Movements and Zones of Crisis, Boston University, 25 – 27 abril, 2013.
[6] http://www.iglesiacatolica.org.pe/
[7] http://sistemas3.minjus.gob.pe/asuntos-iglesia/informacion
[8] http://www.inei.gob.pe/web/NotaPrensa/Attach/13540.pdf
[9]www.mef.gob.pe/contenidos/presu_publ/sectr_publ/proye_2014/Anexos/Anexo5.pdf
[10] “U.S. imperialism is a paper tiger”, July 14, 1956.
http://www.marxists.org/reference/archive/mao/selected-works/volume-5/mswv5_52.htm
Gustavo Gutierrez MerinoFrancisco y Gustavo
Por Francisco Miró Quesada Rada
Leí la “Teología de la liberación” de Gustavo Gutiérrez en un largo viaje por ómnibus de Lima a Tingo María en 1977. En otras palabras me lo devoré en plena noche mientras el bus subía la cimbreante carretera. Recuerdo que a eso de las dos de la mañana, el vehículo paró en la Plaza de Armas de Cerro de Pasco, donde decidí bajar, pero luego de dar unos pasos regresé rápidamente a mi sitio, no porque el bus reanudara su recorrido sino por el frío de dos grados bajo cero que hacía. Y entre la lectura, las paradas del ómnibus, los caramelos de limón que chupaba para que no mediera soroche y luego, ya en el hotel de Tingo María bajo un sol abrasador, terminé de leer el libro de Gustavo, obra que confieso, sin lujo de detalles, me devolvió al seno de la Iglesia. Los caminos hacia Dios son distintos, extraños y desconcertantes, ellos llegaron a mí, a través de la  teología de la liberación. Unos años después conocí a Gustavo en la casa de mi padre y tuvimos una amena conversación sobre su obra, yo interrogando y él respondiendo. Lo perdí de vista hasta que, luego del golpe de Fujimori, tuve la suerte de compartir una mesa con él y otras destacadas personalidades entre ellas Luis ‘Cartucho’ Miró Quesada en el acto fundacional del Foro Democrático, inicialmente promovido por Alberto Borea, Harold Forsyth y César Rodríguez Rabanal. La segunda vez que compartimos una mesa fue en 1999 cuando al peruanista francés Roland Forgues se le ocurrió organizar un evento en Pau, Francia, titulado “Europa y América Latina al alba del tercer milenio”. En este congreso, Gustavo explicó en qué consiste la teología dela liberación y a mí me tocó exponer sobre la influencia del pensamiento ilustrado en la independencia de los virreinatos americanos. Ese día ocurrió una desgracia familiar, me comunicaron que había fallecido mi suegro, Luis Westphalen, lo que nos causó, a mi esposa y a mí, un profundo dolor, que es mayor, sobre todo, cuando uno está a miles de kilómetros del ser querido. Pese a sus múltiples compromisos académicos, en la capital de Le Béarn, provincia francesa (de donde viene la famosa salsa bearnesa), Gustavo se dio tiempo para consolar a mi esposa, permaneció con nosotros un largo rato, ejerció a plenitud el sacerdocio. Un plano en el que nunca lo había visto, porque siempre lo miraba como académico e intelectual. Me ha causado grata satisfacción que el papa Francisco se haya acercado al fundador de la teología dela liberación, a quien recibió y con quien concelebró la Santa Misa, y es que, además del reconocimiento solidario, quizás el santo más próximo a esta teología sea San Francisco de Asís, con su porciúncula siempre al lado de los pobres y de una grandeza espiritual infinita, llena de amor por el prójimo. El papa Francisco, que admira a San Francisco, no podía actuar de otra manera y no solo como dicen algunos porque es latinoamericano, sino porque la Iglesia tiene que estar al servicio de los pobres, que necesitan de ella, pero igual-mente para luchar contra la pobreza. Este encuentro, desde la opinión de los especialistas en temas eclesiásticos, fue una “suerte de pacificación o de rehabilitación de la teología de la liberación en el Vaticano”. Al ser requerido por la prensa italiana para que comente la actitud del papa Francisco, Gustavo Gutiérrez lo calificó de prolífico “en el sentido que habla de los pobres y no se olvida de los pobres”. Y agregó: “Está claro que el tema de la pobreza siempre ha estado presente en la Iglesia, pero su comprensión cambió porque por mucho tiempo no solo la Iglesia, sino la humanidad misma aceptaron la pobreza casi como una fatalidad. Hoy tenemos más conciencia de las causas de la pobreza y sabemos que es una creación de los hombres”. Como dijo alguna vez el famoso sacerdote brasileño Helder Cámara: “Si doy pan a una persona hambrienta, la gente me dice que soy un santo. Si pregunto por qué esta persona tiene hambre, me dicen que soy comunista”. La caridad tiene un gran valor, pero, por lo mismo, se debe erradicar la pobreza.

Bergoglio derrotó a los teólogos de la liberación

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Aparecida

La liberación que viene del Evangelio
Por Filippo Santoro
El magisterio y la acción pastoral del Papa Francisco son el fruto maduro de la conferencia general del episcopado latinoamericano que se realizó en Brasil, en el santuario mariano de Aparecida, en mayo de 2007, de la cual el cardenal Jorge Mario Bergoglio fue protagonista de primer plano. La Conferencia de Aparecida ha indicado en el “discípulo misionero” al sujeto de la presencia de la Iglesia en la sociedad, para que los pueblos latinoamericanos tengan una vida plena. El sujeto es aquel que es consciente de sí, de su originalidad y de su misión. El sujeto nuevo que está en el origen de la liberación cristiana nace de algo que se diferencia del puro dinamismo social, no es fruto del esfuerzo del hombre y tampoco de la programación pastoral. La originalidad viene de la irrupción del Espíritu en la historia. De aquí la fuerza profética de la Iglesia latinoamericana, que hace suya la misión proclamada por Jesús en la sinagoga de Nazaret: “El Espíritu del Señor sobre mí, porque me ha ungido para anunciar a los pobres la Buena Nueva” (Lucas 4, 18).
De aquí la vigorosa afirmación de la evangélica opción preferencial por los pobres. Se trata, simplemente, de la pobreza evangélica y del testimonio de la vida en medio de la gente que vemos en el ser y en el actuar del Papa Francisco.
La disputa abierta en la teología latinoamericana no estaba tanto en el uso del análisis marxista (por otra parte, ampliamente admitido en determinados puntos de la galaxia de la teología de la liberación), y menos aún sobre la necesidad de una mediación de las ciencias sociales, sino sobre el origen de la novedad cristiana y sobre su incidencia específica en la sociedad dominada por la injusticia, la explotación del capitalismo neo liberal y por la escandalosa pobreza del continente latinoamericano.
La prolongada actividad que provocaron las dos instrucciones de la congregación para la doctrina de la fe en 1984 (“Libertatis Nuntius”)  y en 1986 (“Libertatis conscientia”)  y lo que de ellas derivó, llevó al maravilloso acontecimiento de gracia que ha sido la conferencia de Aparecida, en la que pude participar.
Su punto de partida no fue el análisis social, sino la fe de un pueblo hecho en su gran mayoría por pobres, haciendo uso del método de ver, juzgar y actuar, “a partir de los ojos y el corazón de discípulos misioneros”. En el  número 19 del documento final está escrito: “En continuidad con las anteriores Conferencias Generales del Episcopado Latinoamericano, este documento hace uso del método ver, juzgar y actuar. Este método implica contemplar a Dios con los ojos de la fe a través de su Palabra revelada y el contacto vivificante de los Sacramentos, a fin de que, en la vida cotidiana, veamos la realidad que nos circunda a la luz de su providencia, la juzguemos según Jesucristo, Camino, Verdad y Vida, y actuemos desde la Iglesia, Cuerpo Místico de Cristo y Sacramento universal de salvación, en la propagación del reino de Dios, que se siembra en esta tierra y que fructifica plenamente en el Cielo”.
El documento inicia con una solemne “acción de gracias a Dios” y tiene como perspectiva “la alegría de ser discípulos y misioneros de Jesucristo”. La introducción y el primer capítulo indican la perspectiva de fe en la que se mueve el texto en su mirada analítica de la realidad, en el desarrollo de los criterios de juicio y en las perspectivas de acción.
Es sabido que el presidente de la comisión para la redacción del documento final de Aparecida era el arzobispo de Buenos Aires, el cardenal Bergoglio. Con un estilo sapiencial, afirma en la introducción del documento de Aparecida: “Lo que nos define no son las circunstancias dramáticas de la vida, ni los desafíos de la sociedad, ni las tareas que debemos emprender, sino ante todo el amor recibido del Padre gracias a Jesucristo por la unción del Espíritu Santo” (14).
Esta referencia inicial a la Santísima Trinidad había sido positivamente deseada por el cardenal Bergoglio en una intervención decisiva, retomada en un momento dado, y con un cierto pesar, en una nota escrita por Monseñor Barros y publicada por la agencia Adital (en el n. 46 del 23 de junio de 2007), en la que se lee: “Uno de los delegados brasileños en la conferencia, el obispo de Jales dom Demetrio Valentini ha comentado que la conferencia ‘ha concretizado uno de sus objetivos más importantes, el de retomar el camino de la Iglesia en América Latina, reforzando su propia identidad y superando perplejidades que obstaculizaban su acción’. Lástima que, una vez afirmado esto, el método no haya sido aplicado después de manera rigurosa, al estar el análisis de la realidad –el ‘ver’– precedido por un capítulo de introducción sobre ‘los discípulos misioneros’: como cuenta el teólogo argentino de Amerindia, Eduardo de la Serna, la petición de desplazar este capítulo al principio de la segunda parte ha sido rechazada, en sede de votación, a pesar de haber sido presentada por 16 presidentes de conferencias episcopales. Ha sido el cardenal Jorge Mario Bergoglio, presidente de la conferencia episcopal argentina y de la comisión para la redacción quien, antes de la votación, se ha expresado contrario porque según él, respecto a la dureza de la realidad, era mejor empezar con una especie de doxología (himno de alabanza a Dios)”.
Así, el esquema del documento valoriza la tradición de la teología y de la pastoral latinoamericana, pero, al mismo tiempo, resalta la perspectiva de la fe.
Ésta, claramente, no estaba ausente, pero en ciertos desarrollos se daba por descontada, al tener que preocuparse sobre todo por la gravedad de una situación social llena de conflictos y sobre todo por el “clamor de los pobres”.
En este sentido, la posición de Clodovis Boff nos hace entender toda la problemática a partir de un artículo de la ‘Revista Eclesiástica Brasileira’ sobre el tema del pobre como principio epistemológico de la teología de la liberación: “Cuando se plantea la cuestión del pobre como principio, y si se pregunta si no viene antes el Dios de Jesucristo, la teología de la liberación suele dar un paso atrás y no lo niega. Tampoco podría hacerlo, porque Dios se halla, por definición, en primer lugar. Lo que causa el problema es su ‘indefinición’ sobre una cuestión capital en la esfera del método”. El dato de la fe “representa un dato presupuesto, que permanece a la espalda, y no un principio operante que sigue siempre activo. Pero el primado de la fe, como no puede darse por descontado desde el punto de vista existencial, tampoco puede serlo desde el punto de vista epistemológico” (“Teologia  da Libertação e volta ao fondamento”, in REB, 268, out/2007, passim pp. 1002-1004). Esta ambigüedad está superada en la conferencia de Aparecida, tanto en la estructura general del documento, como en la presencia viva de la fe en cada momento de su desarrollo; desde el mirar la dura realidad hasta el juicio sobre ella y la praxis consiguiente.
Se trata, sin embargo, de una ambigüedad que sigue presente, porque el Papa Francisco, en su reciente viaje a Brasil para la jornada mundial de la juventud, en el encuentro con la presidencia del CELAM, volvía sobre el punto 4 cuando, presentando algunas tentaciones contra el discipulado misionero, hablaba de la “ideologización del mensaje evangélico” y afirmaba: “Es una tentación que se dio en la Iglesia desde el principio: buscar una hermenéutica de interpretación evangélica fuera del mismo mensaje del Evangelio y fuera de la Iglesia. Un ejemplo: Aparecida, en un momento, sufrió esta tentación bajo la forma de asepsia. Se utilizó, y está bien, el método de ‘ver, juzgar, actuar’ (cf. n. 19). La tentación estaría en optar por un ‘ver’ totalmente aséptico, un ‘ver’ neutro, lo cual es inviable. Siempre el ver está afectado por la mirada. No existe una hermenéutica aséptica. La pregunta era, entonces: ¿con qué mirada vamos a ver la realidad? Aparecida respondió: Con mirada de discípulo. Así se entienden los números 20 al 32. Hay otras maneras de ideologización del mensaje y, actualmente, aparecen en Latinoamérica y El Caribe propuestas de esta índole. Menciono sólo algunas: a) El reduccionismo socializante. Es la ideologización más fácil de descubrir. En algunos momentos fue muy fuerte. Se trata de una pretensión interpretativa en base a una hermenéutica según las ciencias sociales. Abarca los campos más variados, desde el liberalismo de mercado hasta la categorización marxista…”.
Si el Papa habla de ello significa que las tentaciones y las ambigüedades pueden subsistir todavía.
Ciertamente, Aparecida aportó una contribución notable y marcó un cambio de posición válido no sólo para América Latina, sino para toda la Iglesia. Esto es posible por el magisterio y el testimonio del Papa Francisco que desea “una Iglesia pobre para los pobres”. Antes de su elección, Aparecida había sido prácticamente ignorada tanto en Italia como en Europa y en otras partes del mundo, a pesar de las distintas intervenciones de los obispos latinoamericanos en los dos últimos sínodos.
Aparecida, en una fase que ya no es eurocéntrica, se plantea hoy como un magisterio no sólo regional, sino ofrecido a toda la Iglesia en sus elecciones específicas, que son el desarrollo del Vaticano II. Desde la opción por los pobres a la inculturación de la fe, desde el protagonismo de los laicos a la lucha por la justicia contra las estructuras económicas y sociales injustas, desde la comunidades eclesiales de base a las pequeñas comunidades. Todo está valorizado: la vida, la familia, un vigoroso renacer de la religiosidad popular, la liturgia, el arte, la cultura, las vocaciones, los jóvenes, los movimientos y las nuevas comunidades, etc. El tema dominante sigue siendo, sin embargo, la misión, en especial en la tercera parte del Documento que lleva el sugestivo título: “La vida de Jesucristo para nuestros pueblos”. De la experiencia latinoamericana y de Aparecida deriva este contacto directo con la gente, este mezclarse con los problemas del pueblo llevando la esperanza de Cristo. Todo es abrazado a partir de la fe.
Esta clara posición evangélica es un don del Espíritu y de su potencia que actúa en el pueblo fiel, y que culmina en la Conferencia de Aparecida. Ahora el Papa Francisco la extiende a toda la Iglesia. No se trata de una teología particular –como se puede observar también por la entrevista concedida por el Papa a “La Civiltà Cattolica”– sino del corazón evangélico de la liberación cristiana.
De este modo, se plantea no sólo una “misión continental” como está sucediendo en América Latina, sino una verdadera “conversión pastoral” y una “misión permanente”, en dialogo con las distintas religiones y con las expectativas más verdaderas del mundo contemporáneo.
Umberto EcoEntrevista a Umberto Eco
“Lo que me sorprende es la curiosidad de los periodistas o del público por el hecho de que exista el Papa Francisco. Yo no estoy sorprendido”. Ésta fue una de las varias declaraciones que el semiólogo, escritor y filósofo italiano Umberto Eco dio al diario argentino La Nación.
Cuestionado sobre lo que piensa acerca del pontífice, Eco dijo que el jesuita es “interesante” y que “está en línea con la evolución de la cultura global”. “Estoy convencido de que el Papa Francisco está representando un hecho absolutamente nuevo en la historia de la Iglesia y, quien sabe, en la historia del mundo”. Pero el semiólogo confesó que se incomoda con las preguntas sobre el Papa. “Sería interesante saber lo que el Papa Francisco piensa de mí, pero no se”.
Para él, la elección de un cardenal argentino para ocupar el puesto de líder máximo de la Iglesia Católica en el Vaticano, sucediendo al alemán Joseph Ratzinger (el papa emérito Benedicto XVI), le pareció “bastante normal”. “Con las líneas aéreas que existen hoy en día, no me parece un hecho excepcional [que el Papa elegido sea de América Latina, sobrepasando la frontera del océano]”.
Para Umberto Eco, el eurocentrismo papal ya no existe más y la elección de Francisco muestra “que estamos en un mundo globalizado”. “Por eso, porque existe la globalización, es más que normal que eligieran un papa argentino. Podrían haber elegido a un Papa de Ghana, pero eligieron un papa argentino. Así es la globalización. No veo porqué la Iglesia podría escapar a este fenómeno”.
Sobre la forma de comunicar de Francisco, Eco opinó que “es mejor que Ratzinger” y que el Papa argentino “es un hombre moderno, es el Papa de internet”, no importa el hecho de que el propio pontífice no use la computadora: “quiero decir que es el Papa del mundo de la globalización”.
Lo que más le impactó al semiólogo durante estos primeros seis meses de pontificado de Francisco, fue el hecho de que el líder máximo de la Iglesia Católica haya dicho “buonasera” (buenas noches), al saludar al público en la Plaza de San Pedro, en Roma, inmediatamente después del anuncio de su elección como Papa el 13 de marzo de este año, rompiendo una liturgia centenaria de la iglesia. “Son pequeños gestos que pueden significar mucho”, observó.
El escritor Umberto Eco, de 82 años, fue premiado por la Sociedad Italia Argentina (SIA),  con una medalla de oro a la cultura italiana en Argentina.
Fuente: ADITAL Brasil.

Católicos en el planeta

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Base de datos

¿Cómo llega el Vaticano a estimar el número de fieles en todo el mundo?
La cifra de 1,200 millones, en teoría, representa el número de personas que han sido bautizados en la fe católica.
Esto puede parecer fácil de calcular. Mucha gente asume que cuando alguien se bautiza esto se registra y se transfiere al Vaticano.
Pero las organizaciones religiosas conceden diferente importancia al mantenimiento de las estadísticas, según David Voas, profesor de Estudios de la Población en el Instituto de Investigación Social y Económica de la Universidad de Essex, en Inglaterra.
“La Iglesia católica tiende a ser un poco más relajada en este aspecto y, además, se debe recordar que es una organización enorme. Hay más de un cuarto de millón de parroquias católicas“, explica.
Por ello, el resultado del proceso de información puede ser un poco impredecible, asegura el corresponsal de la BBC Wesley Stephenson.
“En la práctica, a los párrocos se les pide una estimación del tamaño de su grupo de fieles. Para esto, en parte, calculan cuántas personas acuden a misa, pero también hacen algún tipo de cómputo aproximado del número de personas que podría asistir a otros ritos como el bautismo, primera comunión, bodas, funerales, etc.”.
Como se puede imaginar, con una noción tan vaga de a quién contar y a quién no, los métodos utilizados para estimar el número de católicos no son consistentes según la parroquia. El mismo Anuario Estadístico del Vaticano apunta a esta variación: “Hay que recordar que una encuesta mundial de este tipo está inevitablemente influenciada en alguna medida por las diferencias, a menudo considerables, en las circunstancias de las jurisdicciones eclesiásticas en varios países”, dice.
Por supuesto, contar todos los bautismos es útil, pero esto significa que cualquier persona que haya apostatado y dejado la Iglesia por completo, o incluso haya muerto, incluso así puede ser contado, un problema que enfrentan todas las religiones.
“Una cosa es contar los bautismos, pero otra diferente es ajustar la cifra cuando la gente se marcha, bien espiritual o físicamente”, dice Voas.
“La Iglesia mormona aborda este problema de una manera interesante. Básicamente, asume que todo el mundo permanece inscrito en los libros a no ser que expresen lo contrario o cumplan 110 años. Hasta esta edad, en principio, todos podrían formar parte de la estadística”, señala el especialista.
“El sistema católico no intenta rastrear a las personas con tanto detalle, pero hay un problema con la cuenta al no tener tan buen sistema”, añade.
Entonces, ¿hay otra manera para contar los católicos?

Octubre

Católicos declarados

El Pew Research Center (Centro de Investigación Pew) en Estados Unidos hace sus propios cálculos contando las personas que se identifican como católicas. Recopila datos de censos y encuestas, y su última estimación habla de 1,100 millones de católicos, 100 millones menos que la cifra difundida por El Vaticano.
Conrad Hackett, demógrafo del fórum de Pew Center sobre la religión y la vida pública, no cree que sus cifras entren en conflicto con las de la Santa Sede. Dice que, sencillamente, se está midiendo algo diferente.
A 4,000 creyentes por parroquia, según números oficiales, si todos los católicos aparecieran a la vez en misa, no habría sitio para todos.
Hackett pone como ejemplo a Brasil. Según el Vaticano, 163 millones de personas se identifican como católicos, pero el censo de brasileños de 2010 muestra que menos de 127 millones de personas se identifican como tales.
“Hay un reconocimiento generalizado de que muchos brasileños que se criaron como católicos, están ahora abrazando el protestantismo”, señala Hackett.
Aunque las cifras del instituto estadounidense sean menores que las de el Vaticano, esto no aplica a todos los países, particularmente los Estados Unidos. Según Hackett, esto se debe principalmente a la migración de los fieles.
“De una población de 75.4 millones de católicos declarados en los Estados Unidos, alrededor del 30% (22.2 millones) nacieron fuera del país”, comenta.
Pero incluso el propio centro de investigación hace salvedades.
“Estas cuentas incluyen personas que pocas veces rezan o van a la iglesia. En los Estados Unidos, por ejemplo el 17% de los católicos adultos, cuentan que pocas veces acuden a la iglesia”.
Y si se analizan las matemáticas detrás de las cifras, no sorprende en absoluto.
“Si lo piensa, incluso con un cuarto de millón de parroquias, eso significa que cada una tiene un promedio de 4 o 5 mil personas que se autoidentifican como católicas. Tantas personas no cabrían en una iglesia a lo largo de una semana”, explica Voas.
Así que podría haber más de 1,000 millones de personas que se declaran católicas, pero si todos ellos acudieran a misa este domingo, probablemente se verían un poco apretados en los bancos de las iglesias.
Fuente: BBC Mundo.