Archivo de la categoría: Antropología de la Religión

Factor religioso como fenómeno humano

Audín Osvaldo Araya Alarcón

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Audin Araya

A la pena de dos años de presidio fue condenado el sacerdote Audín Osvaldo Araya Alarcón como autor de dos delitos consumados de abuso sexual. No obstante, la pena fue dada por cumplida debido al tiempo que estuvo privado de libertad.
El Tribunal Oral en lo Penal de Concepción, debido al mayor tiempo que el condenado se mantuvo privado de libertad con la medida de prisión preventiva (del 13 al 23 de mayo de 2011), como también con restricción de su libertad con arresto domiciliario total (desde el 24 de mayo de 2011 hasta el domingo 19 de enero de 2014), “contabilizándose un total de 982 días, los cuales superan la pena privativa de libertad impuesta, por lo que se da por cumplida”, según el fallo.
Araya Alarcón fue condenado también a la pena de inhabilitación especial perpetua para el cargo u oficio de maestro o encargado en cualquier manera de la educación o de la dirección de la juventud.
El fallo agrega que fue condenado a la pena de 3 años y un día de inhabilitación absoluta temporal en su grado mínimo para cargos, empleos, oficios o profesiones ejercidas en ámbitos educacionales o que involucren una relación directa y habitual con personas menores de edad.
Asimismo, el sacerdote fue condenado a las penas accesorias de suspensión de cargo u oficio público durante el tiempo de la condena; de interdicción del derecho de ejercer la guarda y de ser oído como pariente en los casos que la ley designa y a la sujeción a la vigilancia de la autoridad en los 10 años siguientes al cumplimiento de la pena principal consistente en avisar cada tres meses a la unidad policial de carabineros más cercana a su residencia o morada cuál es su domicilio.
La sala del tribunal estuvo compuesta por las magistradas Cecilia Grant del Río, María Francisca Durán Vergara y Paola Schisano Pérez.
Fuente: www.emol.com

Benedicto XVI

Benedicto XVI destituyó sacerdotes por abuso de menores

El papa emérito Benedicto XVI destituyó entre 2011 y 2012 a casi 400 sacerdotes por abuso de menores, según un informe del Vaticano hecho público.
Esta cifra duplica al número de curas cesados por el mismo motivo entre 2008 y 2009, resalta el portal RIA Novosti, que cita información de la agencia AP.
El informe fue elaborado para su presentación ante el Comité de los Derechos del Niño de las Naciones Unidas.
Fuente: www.rpp.com.pe

Conferencia Episcopal de Chile

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Cardenal Ezzati SDB

Ricardo Cardenal Ezzati SDB
El Papa Francisco anunció en Roma la creación de los 16 primeros Cardenales electores de su pontificado, entre los que se encuentra el Arzobispo de Santiago Ricardo Ezzati.
En total fueron 19 los nuevos Cardenales anunciados por el Santo Padre, de los cuales 16 tienen menos de 80 años y pueden ser electores en caso de cónclave para elegir a un nuevo pontífice.
De estos, cinco son latinoamericanos, procedentes de Argentina, Chile, Brasil, Haití y Nicaragua.
De los demás nuevos electores en caso de cónclave, cuatro son italianos, dos europeos (un alemán y un británico), un norteamericano (Canadá), dos africanos (Costa de Marfil, Burkina Faso) y dos asiáticos (Corea del Sur y Filipinas).
Ricarzo Ezzati es un sacerdote salesiano italo-chileno y es el actual arzobispo metropolitano de Santiago, además es presidente de la Conferencia Episcopal.
Nació en Italia en 1942 y llegó a Chile en 1959 e ingresó al noviciado de la Congregación Salesiana.
En diciembre de 1966 emitió la Profesión perpetua como religioso salesiano y el 18 de marzo de 1970 fue ordenado sacerdote.
El consistorio en el que el pontífice entregará el capelo y el anillo a los 19 nuevos purpurados se celebrará como ya se había adelantado el próximo 22 de febrero en el Vaticano, fiesta de la Cátedra de San Pedro.
El último consistorio fue en noviembre de 2012 y a finales de este mes los Cardenales electores, es decir los menores de 80 años, quedarán en 106, por lo que había 14 vacantes disponibles en el Colegio Cardenalicio.
Con los nombramientos de hoy, el número de electores pasará a 122, superando el máximo de 120 purpurados que participa en un cónclave, pero diez cardenales cumplirán en 2014 los 80 años.
El cónclave en el que se eligió a Francisco el 13 de marzo del año pasado estaba formado por 69 cardenales de Europa, 19 de Latinoamérica, 11 de África y 10 de Asia.
Fuente: Diario El Mercurio.

Líder por cercanía

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Papa Francisco

Por Antonio Spadaro SJ*
Dialogar con Francisco ha sido para mí una enorme experiencia humana y espiritual. El Papa es «indisciplinado», como él mismo se define. Y así es también su discurso, que procede con un ritmo de oleadas progresivas. El Papa es un caos en calma, un volcán que con el magma de sus palabras abre pistas, sin intentar cerrarlas jamás. Precisamente ése es uno de los rasgos más interesantes de su Pontificado: el haber puesto encima de la mesa temas como la transformación misionera entendida como un hospital de campaña, el papel de la mujer allí donde se toman las decisiones importantes, la apertura a los sacramentos, la conversión del Papado…
Puertas abiertas para colocar a la Iglesia en actitud de discernimiento. El estilo de Francisco anima al debate, algo muy saludable para la Iglesia en este momento histórico. Bergoglio está convencido de que éste es un tiempo en el que el Espíritu sopla con fuerza, y es necesario encontrar nuevos caminos. Caminos que ni él conoce. A su juicio, sólo caminando se hace camino y, por lo tanto, hay que caminar sin mapas preparados. La gente lo escucha, lo sigue y lo ama. Y creo firmemente que no es popular porque tenga las clásicas dotes de gran líder, sino porque se convierte en un instrumento sencillo para expresar y dar forma, incluso por medio de gestos, a lo que la gente desea en lo más profundo de su ser.
Es interesante comprobar que, en un momento en que la autoridad está en crisis a todos los niveles, Francisco haya sido capaz de encarnar una autoridad auténtica y reconocida por muchísima gente, creyente o no. ¿Cómo lo hace? Si la autoridad tiene en la distancia una de sus expresiones simbólicas más significativas, con Francisco es al contrario, la cercanía –a través de cartas o llamadas y abrazos– es la que le confieren la autoridad. El Papa ama el diálogo, pero no le basta una simple confrontación de ideas. Para él dialogar significa «hacer» juntos. De ahí que, por ejemplo, crea en la laicidad del Estado, porque así todas las fuerzas vivas de un pueblo, incluidas las religiosas, pueden colaborar para construir juntas la sociedad. El próximo año va a ser un tiempo de sacudida más que de cambios drásticos. Un tiempo de movimiento ondulatorio que ya está incidiendo sobre los equilibrios consolidados y las visiones habituales, preparando a la Iglesia para dejarse sorprender por Dios.
*Antonio Spadaro SJ es director de la revista Civiltà Cattolica.

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En el camino que lleva a Belén

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Santos Reyes Magos

Santos Reyes Magos
Por Walter Drum
I. QUIÉNES ERAN LOS MAGOS
A. Evidencia no-bíblica
Podemos conjeturar la evidencia no-bíblica a partir de un significado probable de la palabra magoi. Herodoto (I, ci) es nuestra autoridad para suponer que los Magos eran de la casta sagrada de los Medos. Proveían de sacerdotes para Persia y, dejando de lado vicisitudes dinásticas, siempre mantuvieron sobre sus dominios influencia religiosa. Al jefe de esta casta, Nergal Sharezan, Jeremías da el título de Rab-Mag, «Mago-Jefe» (Jeremías 39, 3; 39, 13, en el hebreo original -las traducciones de los Setenta y de la Vulgata son aquí erróneas). Después de la caída del poder de Asiria y de Babilonia, la religión de los Magos perdió influencia en Persia. Ciro sometió totalmente a la casta sagrada; su hijo Cambises la reprimió severamente. Los Magos se sublevaron y pusieron a Gaumata, su jefe, como Rey de Persia con el nombre de Smerdis. Sin embargo, fue asesinado (521 a. C.), y Darío fue nombrado rey. Esta caída de los Magos fue celebrada en Persia con una fiesta nacional llamada magophonia (Her., III, lxiii, lxxiii, lxxix). No obstante, la influencia religiosa de esta casta sacerdotal continuó en Persia a través del gobierno de la dinastía Aquemenida (Ctesias, «Persia», X-XV); y no es inverosímil pensar que en tiempos del nacimiento de Cristo fuese bastante floreciente bajo el dominio parto. Estrabon (XI, ix, 3) dice que los sacerdotes magos formaron uno de los dos consejos del Imperio parto.
B. Evidencia bíblica
La palabra magoi frecuentemente tiene el significado de «mago» [magician], tanto en el Antiguo como en el Nuevo Testamento (ver Hch 8, 9; 13, 6, 8; también los Setenta en Daniel 1, 20; 2, 2, 10, 27; 4, 4; 5, 7; 11, 15). San Justino (Tryph., lxxxviii), Orígenes (Cels., I, lx), San Agustín (Serm. xx, «De epiphania») y San Jerónimo (In Isa. xix, 1) encontraron el mismo significado en el segundo capítulo de Mateo, aunque esta no es la interpretación común.
C. Evidencia Patrística
Ningún Padre de la Iglesia sostuvo que los Magos tenían que ser reyes. Tertuliano (Adv. Marcion., III, xiii) dice que fueron de estirpe real (fere reges), y por eso coincide con lo que hemos concluido en la evidencia no-bíblica. Por otra parte, la Iglesia en su liturgia aplica a los Magos las palabras: «Los reyes de Tarsis y de las islas ofrecerán presentes; los reyes de Arabia y de Saba le traerán sus regalos: y todos los reyes de la tierra le adorarán» (Salmo 71, 10). Pero este uso del texto refiriéndose a ellos no prueba más que eran reyes que viajaban desde Tarsis, Arabia y Saba. Como frecuentemente sucede, una acomodación litúrgica de un texto ha venido a ser considerada con el tiempo una interpretación auténtica fuera de él. No eran magos [magicians): el significado correcto de magoi, aunque no se halla en la Biblia, es requerido por le contexto en el segundo capítulo de San Mateo. Estos Magos pueden no haber sido otros que miembros de la casta sacerdotal anteriormente referida. La religión de los Magos era fundamentalmente la de Zoroastro y prohibía la hechicería; su astrología y habilidad para interpretar sueños fue ocasión de su encuentro con Cristo» (Ver Aspectos teológicos del Avesta).
La narración evangélica no menciona el número de Magos, y no hay una tradición cierta sobre esta materia. Varios Padres hablan de tres Magos; en realidad se hallan influenciados por el número de regalos. En el Oriente, la tradición habla de doce obsequios. En el cristianismo primitivo el arte no es un testimonio consistente:
– una pintura en el cementerio de San Pedro y San Marcelino muestra a dos;
– otra en el Museo Laterano, tres;
– otra en el cementerio de Domitila, cuatro;
– un jarrón en el Museo Kircher, ocho (Marucchi, «Eléments d’archéologie chrétienne», Paris, 1899, I 197).
Los nombres de los Magos son tan inciertos como su número. Entre los Latinos, desde el siglo VII, encontramos ligeras variantes en los nombres, Gaspar, Melchor y Baltasar; el Martirologio menciona a San Gaspar el primero de Enero, San Melchor el día seis y San Baltasar el once (Acta SS., I, 8, 323, 664). Los sirios tienen a Larvandad, Hormisdas, Gushnasaph, etc.; los armenios Kagba, Badadilma, etc. (Cf. Acta Sanctorum, May, I, 1780). Dejando de lado la noción puramente legendaria según la cual representan a las tres familias que descienden de Noé, aparecen como provenientes de «oriente» (Mat., ii, 1, 2, 9). Al oriente de Palestina sólo la antigua Media, Persia, Asiria y Babilonia tienen un sacerdocio de Magos en el tiempo del nacimiento de Cristo. Los Magos vinieron desde alguna parte del Imperio Parto. Probablemente cruzaron el desierto de Siria, entre el Eufrates y Siria, llegando a Haleb (Aleppo) o Tudmor (Palmyra), recorriendo el trayecto hasta Damasco y hacia el sur, en lo que ahora es la gran ruta a la Meca (darb elhaj, «el camino de los peregrinos»), continuando por el Mar de Galilea y el Jordán por el oeste hasta cruzar el vado cerca de Jericó. No hay tradición precisa de la denominada tierra «del oriente». Según San Máximo (Homil. xviii in Epiphan.) es Babilonia; también Teodoto de Ancyra (Homil. de Nativitate, I, x); según San Clemente de Alejandría (Strom., I, xv) y San Cirilo de Alejandría (In Is. xlix, 12) es Persia; según San Justino (Cont. Tryphon., lxxvii), Tertuliano (Adv. Jud., ix) y San Epifanio (Expos. fidei, viii) es Arabia.Reyes MagosII. TIEMPO Y CIRCUNSTANCIAS DE SU VISITA
La visita de los Magos tuvo lugar después de la Presentación del Niño en el Templo (Lucas 2, 38). Los Magos habían partido poco antes de que el ángel dijese a José que tomase al Niño y a su Madre y fuese a Egipto (Mateo 2, 13). Antes Herodes había intentado infructuosamente que los Magos retornasen, lo que deja fuera de toda duda que la presentación ya habría tenido lugar. Surge con ello una nueva dificultad: después de la presentación, la Sagrada Familia volvió a Galilea (Lucas 2, 39). Se piensa que este retorno no fue inmediato. Lucas omite los incidentes de los Magos, la huida a Egipto, la matanza de los Inocentes y el retorno desde Egipto, y retoma la historia con la vuelta de la Sagrada Familia a Galilea. Nosotros preferimos interpretar las palabras de Lucas como indicando un retorno a Galilea inmediatamente después de la presentación. La estancia en Nazaret fue muy breve. Tiempo después la Sagrada Familia volvió probablemente a permanecer en Belén. Entonces vinieron los Magos. Era «en tiempos del rey Herodes» (Mateo 2, 1), i. e., antes del 4 a. C. (A.V.C. 750), fecha probable de la muerte de Herodes en Jericó. No obstante, sabemos que Arquelao, hijo de Herodes, sucedió como etnarca a su padre en una parte del reino, y fue depuesto o en su noveno año (Josefo, Bel. Jud., II, vii, 3) o en el décimo (Josefo, Antiq., XVII, xviii, 2), durante el consulado de Lepido y Arruntio (Dion Cassis, lv, 27), i. e., 6 d. C. Por otra parte, los Magos vinieron mientras el rey Herodes estaba en Jerusalén (vv. 3, 7), no en Jericó, i. e., o al comienzo del 4 a. C. o al final del 5 a. C. Por último, eso fue probablemente un año, o un poco más de un año, después del nacimiento de Cristo. Herodes preguntó a los Magos el tiempo en que apareció la estrella. Considerando esto como el tiempo del nacimiento del Niño, mató a los varones de dos años para abajo en Belén y sus alrededores (v. 16). Algunos Padres concluyen de esta cruel matanza que los Magos llegaron a Jerusalén dos años después de la Navidad (San Epifanio, «Haer.», LI, 9; Juvencio, «Hist. Evang.», I, 259). Su conclusión tiene visos de probabilidad; aunque la matanza de los niños de dos años puede haberse debido a alguna otra razón -por ejemplo, al temor de Herodes de que los Magos le hubiesen engañado en lo que a la aparición de la estrella se refiere o que los Magos se hubiesen equivocado en la unión de la aparición de la estrella con el nacimiento del Niño. Arte y arqueología favorecen nuestro punto de vista. Únicamente un monumento primitivo representa al Niño en el pesebre mientras los magos adoran; en otros Jesús permanece sobre las rodillas de María y bastante crecido (ver Cornely, «Introd. Special in N. T.», p. 203).
Desde Persia, de donde supuestamente vinieron los Magos, hasta Jerusalén había un trayecto de entre 1000 y 1200 millas. En semejante distancia debieron emplear entre tres y doce meses en camello. Además del tiempo del viaje, emplearon probablemente varias semanas de preparación. Los Magos pudieron haber llegado a Jerusalén un año o más después de la aparición de la estrella. San Agustín (De consensu Evang., II, v, 17) opina que la fecha de la Epifanía, el seis de Enero, prueba que los Magos llegaron a Belén trece días después de la Natividad, i. e., después del 25 de Diciembre. Su argumento conforme a las fechas litúrgicas era incorrecto. Ninguna fecha litúrgica es, ciertamente, fecha histórica (Para una explicación de las dificultades cronológicas, ver Cronología Bíblica, Fecha de la Natividad de Jesucristo). En el siglo IV las Iglesias de Oriente celebraban el 6 de Enero como la fiesta del Nacimiento de Cristo, la Adoración de los Magos y el Bautismo de Cristo, mientras que en el Occidente el Nacimiento de Cristo era celebrado el 25 de Diciembre. Esa fecha tardía de la Natividad fue introducida en la Iglesia de Antioquía en tiempos de San Juan Crisóstomo (P. G., XLIX, 351), y todavía más tarde en las Iglesias de Jerusalén y Alejandría.
Que los Magos pensaron que la estrella les dirigía es evidente por las palabras (eidomen gar autou ton astera) que emplea Mateo en 2, 2. ¿Era realmente una estrella? Los racionalistas y los protestantes racionalistas, en sus esfuerzos por evadirse del sobrenatural, elaboraron algunas hipótesis:
– La palabra aster puede significar un cometa; la estrella de los Magos era un cometa.
– La estrella pudo haber sido la conjunción de Júpiter y Saturno (7 a. C.), o de Júpiter y Venus (6 a. C.).
– Los Magos pudieron haber visto una stella nova, una estrella que aumenta de repente en tamaño y brillo y luego disminuye de nuevo.
Estas teorías dejan de lado la explicación de que «la estrella que habían visto en el oriente, estaba delante de ellos hasta que vino a pararse sobre el lugar donde estaba el Niño» (Mateo 2,9). La posición de una estrella fija en el cielo varía al menos un grado cada día. Una estrella no fija pudo moverse delante de los Magos hasta conducirles a Belén; ninguna estrella fija ni ningún cometa pudo haber desaparecido y aparecido ni tampoco pararse. La Estrella de Belén sólo pudo haber sido un fenómeno milagroso, como fue la columna de fuego que permaneció en el campamento durante el Éxodo de Israel (Éxodo 13, 21), o el «resplandor de Dios» que brilló en torno a los pastores (Lucas 2, 9), o «la luz proveniente del cielo» que abatió a Saulo (Hechos 9, 3).
La filosofía de los Magos, aunque errónea, les condujo en su viaje hasta que encontraron a Cristo. La astrología de los Magos postulaba una contrapartida celestial como complemento del hombre terreno y condicionaba por completo la personalidad humana. Su «doble» [los fravashi de los parsis) se desarrollaba junto con cada hombre bueno, unidos los dos hasta la muerte. La aparición repentina de una nueva y brillante estrella sugirió a los Magos el nacimiento de una persona importante. Ellos vinieron a adorarlo -i. e., a conocer la divinidad de este Rey recién nacido (vv. 2, 8, 11). Algunos Padres (San Ireneo, «Adv. Haer.», III, ix, 2; Progem. «in Num.», homil. xiii, 7) pensaron que los Magos vieron en «su estrella» un cumplimiento de la profecía de Balaam: «Una estrella brillará sobre Jacob y un cetro brotará de Israel» (Números 24, 17). Pero en el paralelismo de la profecía, la «Estrella» de Balaam es un gran príncipe, no un cuerpo celeste; no es probable que en virtud de este mensaje profético los Magos siguieran a una estrella especial del firmamento como un signo del Mesías. Además, es probable que los Magos estuvieran familiarizados con las grandes profecías mesiánicas. Muchos judíos no volvieron del exilio con Nehemías. Cuando nació Cristo, había indudablemente población hebrea en Babilonia, y probablemente también en Persia. Por alguna razón, la tradición hebrea sobrevivió en Persia. Por otra parte, Virgilio, Horacio, Tácito (Hist., V, xiii) y Suetonio (Vespas., iv) dan testimonio de que, en tiempos del nacimiento de Cristo, había por todo el Imperio Romano una inquietud y expectación generalizadas de una Edad de Oro y un gran liberador. Podemos admitir sin dificultad que los Magos estaban guiados por tales influencias hebraicas y gentiles para esperar al Mesías que pronto vendría. Pero debió de ser alguna revelación especial divina el motivo por el cual conocieron que «su estrella» significaba el nacimiento de un rey, que ese rey recién nacido era verdadero Dios y que debían seguir «su estrella» hasta el lugar del nacimiento del Dios-Rey (San León, Serm. xxxiv, «In Epiphan.», IV, 3).
La venida de los Magos causó gran conmoción en Jerusalén; todos, incluso el rey Herodes, escucharon su pregunta. Herodes y sus sacerdotes deberían haberse puesto contentos con las noticias, pero estaban tristes. Llama la atención que los sacerdotes mostrasen a los Magos el camino, de lo cual se deduce que no habrían hecho el camino por sí mismos. Los Magos siguieron la estrella unas 6 millas hacia el sur de Belén, «y entrando en la casa [eis ten oikian], encontraron al niño» (v. 11). No hay razón para suponer, con algunos Padres (San Agustín, Serm. cc, «In Epiphan.», I, 2), que el Niño aún estaba en el establo. Los Magos adoraron (prosekynesan) al Niño Dios, y le ofrecieron oro, incienso y mirra. Dar regalos obedecía a una costumbre oriental. La intención del oro es clara: el Niño era pobre. No conocemos la intención de los otros regalos. Los Magos no pretenden probablemente un significado simbólico. Los Padres han encontrado numerosos y variados significados simbólicos en los tres regalos; no está claro que alguno de estos significados sea inspirado (cf. Knabenbauer, «in Matth.», 1892).
Los Magos escucharon en sueños que no volviesen a Herodes y «volvieron a su país por otro camino» (v. 12). Ese camino pudo haber sido un camino por el Jordán, de tal manera que eludiese Jerusalén y Jericó; o un rodeo hacia el sur a través de Berseba, al este del camino principal (ahora la ruta de la Meca) en el territorio de Moab y allende el Mar Muerto. Se dice que después de su retorno a su patria los Magos fueron bautizados por Santo Tomás y trabajaron mucho para la propagación de la fe en Cristo. La historia es narrada por un escritor arriano no antes del siglo VI, cuya obra está impresa como «Opus imperfectum in Mattheum» entre los escritos de San Juan Crisóstomo (P. G. LVI, 644). Este autor admite que lo ha descrito a partir del apócrifo Libro de Seth, y escribe sobre los Magos algo que es claramente legendario. La catedral de Colonia contiene los que pretenden ser los restos de los Magos; éstos, se dice, fueron descubiertos en Persia, llevados a Constantinopla por Santa Elena, transferidos a Milán en el siglo V y a Colonia en 1163 (Acta SS., I, 323).

Una higuera culpable de respetar las estaciones

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Evangelios molestos

Por Alessandro Pronzato- Evangelios molestos
Al día siguiente, cuando salieron de Betania, sintió hambre. Y viendo de lejos una higuera con hojas, fue a ver si encontraba algo en ella; acercándose a ella, no encontró mas que hojas; es que no era tiempo de higos. Entonces dijo a la higuera: ¡Que nunca jamás coma nadie fruto de ti! Y sus discípulos oyeron esto…Al pasar muy de mañana, vieron la higuera que estaba seca hasta la raíz.
Pedro, recordándolo, le dice: Rabbi, mira, la higuera que maldijiste está seca. Jesús le respondió: Tened fe en Dios. Yo os aseguro que quien diga a este monte: quítate y arrójate al mar y no vacile en su corazón sino que crea que va a suceder lo que dice, lo obtendrá (Marcos 11:12-14 y 20-23).
Varias veces, lo confieso, he intentado evitar, regatear, diríamos en argot futbolístico, el episodio de la higuera estéril. Me daba un poco de fastidio.
El empeño de Jesús de tomar sus frutos cuando todavía no era la estación de los higos, me parecía absurdo, además de ingenuo. Es difícil encontrarle una justificación “razonable”.
Más vale arrinconarla. Más vale separar esta página de los evangelios molestos. La molestia es una cosa, y lo ridículo es otra muy distinta.
Voltaire se rió de ella a mandíbula batiente. Los teólogos han buscado mil recursos para eludir la dificultad, con modestos resultados. Algunos intérpretes han llegado incluso a insinuar la duda de que este hecho se derivaría de una tradición espúrea.
Pero al final siempre se imponía una conclusión: Precisamente su “falta de razonabilidad” es la mejor garantía de su autenticidad.
Por tanto no nos queda más remedio que hacer también las cuentas con esta higuera que no tiene más pecado que el de respetar las estaciones. Podríamos definirla: una planta culpable de observar escrupulosamente el reglamento.
Si al menos fuese una parábola… Siempre podríamos descubrir una aplicación que no repugnase a nuestra lógica.
Pero se trata de un episodio acaecido realmente. De un episodio que se convierte en una parábola. La parábola que sirve para documentar las absurdas pretensiones de Dios en relación con nosotros.
Y ahora, para “entender”, para no escandalizarme, tengo que prescindir de mi sentido común, tengo que desarraigar mis exigencias racionales.
¡Cuántos intentos para reducir a ” dimensiones razonables” las pretensiones de Cristo! ¡Cuántas seguridades se nos han dado para ello! ¡Cuántas veces hemos oído cómo labios devotos sentenciaban: Dios no exige tanto…!
Evidentemente, para todos estos tranquilizadores de oficio, el episodio de la higuera que es maldecida tiene que reducirse a un vulgar despiste del Señor, a una fatal equivocación en cuestión de calendario. Cristo no nos pide mucho. Ni tampoco muchísimo. Nos pide sencillamente lo imposible. Exige un milagro. Como si dijera: el amor tiene que hacer milagros.
“Tengo un profesor muy exigente”, se lamentan los estudiantes. Pero Dios es “peor” todavía. Cuando vas a examinarte en latín, se le ocurre preguntarte de trigonometría. “Mi patrón no entiende nada”, murmura el obrero. “Quinientos tornillos al día. Y ahora nos exige seiscientos. No sabe lo que dice…” Pero el Señor es “peor” todavía. Espera de ti los tornillos incluso en vacaciones.
…Jesús sintió hambre. Y viendo de lejos una higuera con hojas, fue a ver si encontraba algo en ella.
Veo cómo se acerca a mí. Tiene hambre. Me dirige su mirada y me hurga por dentro en busca de “algo”. Un fruto, aunque sea uno sólo, entre las hojas. Hace el inventario de mi mercancía, para descubrir “algo” que le interesa.
Creía que no se iba a ocupar de mí, que no me iba a localizar. Que se iba a contentar con pasar a mi lado. Uno de tantos árboles a lo largo del camino. ¿Por qué concentra su mirada precisamente en mí? ¿Por qué me traspasa con esos ojos implacables?
Tiene hambre. Y yo soy un árbol destinado a dar fruto. No una planta ornamental. Acercándose a ella, no encontró más que hojas… Mi nombre inscrito en el registro de bautizos. Mi tarjeta de Acción Católica. Mi estampa en la cartera. La medalla de San Cristóbal junto al volante del coche. “Tengo un tío canónigo”. Mi charlatanería. Estuve en Londres de peregrinación. He hecho ejercicios espirituales. Hasta estoy suscrito a la hoja parroquial, leo el boletín diocesano y recibo “el pan de los pobres”. No voy a ver películas obscenas. No hago mal a nadie.
Nada mas que hojas…. ¿Es ése todo tu cristianismo? Lo que yo quiero son frutos, no hojas. Tengo hambre y tu sombra no me llena el estómago.
Es que no era tiempo de higos.
Alessandro Pronzato

Señor, piensa un poco. No es aún tiempo de higos. Todavía no he tenido tiempo. ¿A qué tanta prisa? Un poco de comprensión. Yo no soy un santo, en definitiva. Hasta el sacerdote, a quien he pedido consejo, me ha dicho que puedo estar tranquilo, que no tengo obligación…
¿Tenía que haber hablado? ¿Tenía que haber tomado posición? Pero si no era oportuno…; hay que tener prudencia, no hay que precipitar las cosas, se corre el peligro de comprometerlo todo. Y luego se saca lo mismo, en el fondo. No es tiempo, Señor, haz el favor de controlar un poco tu calendario. Debe haber un error. Iguálalo con el mío y déjame en paz.
Entonces dijo a la higuera: Que nunca jamás coma nadie fruto de ti ! y sus discípulos oyeron esto.
Lo oyeron. ¿Comprenderían quizá que la fe tiene que superar las falsas necesidades? ¿Que el amor tiene la obligación de realizar milagros?
Tengo una agenda en mi mesa. Cada día señalo allí mis compromisos, mis citas, el final de mis plazos. En resumen, todo lo que tengo que hacer.
Algunas hojas cuajadas de notas, de compromisos. Al verlas, no tengo mas remedio que admitir que “hago demasiado”. Algunos días, cuando estoy literalmente hasta el cuello de trabajo, le robo horas al sueño. Para respetar la agenda. Y me engaño al pensar que soy tremendamente exigente conmigo mismo.
Si dejase esa agenda en manos del Señor… Escribiría allí cosas jamás pensadas, exigencias locas, plazos imposibles, cifras desproporcionadas.
Y yo, al leer aquellas absurdas exigencias, abriré unos ojos de espanto y tendré la impresión de que me vuelvo loco.
Y sin embargo, debería verme ebrio de alegría. Porque Dios me considera capaz de cosas imposibles. Si busca higos fuera de tiempo, quiere decir que ama y estima aquella planta hasta considerarla capaz de hacer milagros.
El que no ama, pide tonterías. Los hombres les piden muy poco a las criaturas. Un poco de tiempo, el cuerpo, la belleza, un segundo de placer, un poco de consideración, una propina de dinero, algún aplauso, alguna inclinación más o menos espontánea de cabeza.
Los hombres no aman a sus semejantes. No los estiman. Por eso se limitan a pedirles una miseria.
Dios me ama. Me estima inmensamente. Por eso me lo pide todo. Exige de mí lo imposible.
Cristo no ha muerto en la cruz para que yo “no hiciera mal a nadie”. Sino para que me hiciese capaz de realizar milagros.

Santa Adelaida de Italia

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Santa Adelaida de Italia

Llamada también Adelaida de Borgoña (928/93316 de diciembre de 999), fue quizá la mujer europea más interesante del siglo X. Hija, esposa (por dos veces) y madre de reyes de Italia, fue emperatriz del Sacro Imperio Romano Germánico y regente del mismo.
Era la hija de Rodolfo II de Borgoña y de Berta de Suabia. Su matrimonio (en 947, antes del 27 de junio), a la edad de 15 años, fue con el hijo del rival de su padre en el trono de Italia, Lotario II, el Rey de Italia nominal. Esta unión era parte de un acuerdo político diseñado para establecer la paz entre el padre de la novia y Hugo de Provenza, el padre del novio. Tuvieron una hija, Emma de Italia, que llegó a ser reina de Francia Occidental al casarse con el rey de Francia Lotario.
El Santoral con la Vida de los Santos afirma que su primer marido fue envenenado el 22 de noviembre de 950 en Turín por el verdadero titular del poder en la Padania y su sucesor como Rey de ItaliaBerengario II de Italia de la Casa de Ivrea, que trató de cimentar su poder político obligando a Adelaida a casarse con su hijo, Adalberto. La joven viuda se negó y huyó, pero fue localizada y encarcelada en Como el 20 de abril de 951, por orden de la esposa de Berengario, Willa de Arlés, siendo maltratada por ella, pues seguía negándose a casarse con su hijo Adalberto. Adelaida logró fugarse de sus maltratadores el 20 de agosto de 951, primero a Reggio y luego se acogió bajo la protección de Adalberto Atto de Canossa en el Castillo de Canossa, que fue asediado por Berengario sin que consiguiera asaltarlo.

Esposa de Otón el Grande

Adelaida logró enviar un emisario para acogerse a la protección del emperador Otón el GrandeSacro Imperio Romano Germánico, que mantenía un ejército en Italia. Adelaida y Otón se reunieron en Pavía, la capital histórica lombarda, donde Otón se hizo coronar rey de los lombardos el 23 de septiembre de 951, reforzando su legitimidad al casarse seguidamente (octubre-noviembre) con la propia Adelaida, viuda del último rey legítimoBerengario aceptó la principalía de Otón y rendirle homenaje a cambio de mantenerse como rey en Italia, como así sucedió.
Otón retornó a Alemania junto con su nueva esposa, donde cimentó la existencia del Sacro Imperio al derrotar a los invasores húngaros en la batalla de Lechfeld (10 de agosto de 955) y al extender los límites de la Francia Orientalis hasta más allá del río Elba, venciendo a los obodritas y otros eslavos del Elba en la batalla de Recknitz (16 de octubre de 955). Unos años antes, en 953, la revuelta del hijo del primer matrimonio de Otón (y presunto heredero), Liudolfo, duque de Suabia, contra su padre fue sofocada por éste, que le desposeyó de su título ducal. Aunque fue perdonado por el emperador, su padre, perdió su estima y este hecho favoreció la posición de Adelaida y de su descendencia en la corte. Adelaida también consiguió retener toda su dote territorial.
Adelaida acompañó a su esposo en su segunda expedición a Italia, destinada a someter la revuelta de Berengario II y a proteger al Papa Juan XII. En RomaOtón el Grande fue coronado emperador el 2 de febrero de 962 por el Papa Juan XII y Adelaida fue coronada emperatriz en la misma ceremonia (excepcionalmente, pues no fue muy común este ceremonial de doble coronación emperador-emperatriz en el Sacro Imperio Romano Germánico). También acompañó a su esposo Otón en 966 en su tercera expedición a Italia, donde permaneció con él durante seis años.

Descendencia con Otón el Grande

Adelaida y su segundo marido Otón I el Grande tuvieron cinco hijos, de los cuales sólo tres alcanzaron la edad adulta: Enrique (entre el 952/953- † 7 de abril de 954); Bruno (entre el 953/954- † 8 de septiembre de 957); Matilde (inicio de 955- † 6 de febrero de 999) fue abadesa de Quedlinburg desde 966, acompañó a su hermano Otón II a Roma en las Navidades de 981 y recibió de éste un legado importante a su muerte, fue regente en Alemania de su sobrino Otón III durante su ausencia por el viaje a Roma del emperador y está enterrada en la iglesia de la Abadía de Quedlinburg; Otón II el Sanguinario (final de 955- † 7 de diciembre de 983) fue el sucesor de su padre como Emperador del Sacro Imperio Romano Germánico; y Riclinda († después del 1 de noviembre de 1007), casada con Conrado de Öhningenduque de Suabia en 983; sólo algunas fuentes secundarias la hacen hija del matrimonio de Otón el Grande con Adelaida.

Viuda y regente

Cuando su marido Otón I el Grande falleció el 7 de mayo de 973 en Memleben (un palacio en las tierras familiares de los Otónidas, a orillas del río Unstrut), su sucesor en el reino fue su hijo Otón II, y Adelaida ejerció durante algunos años una poderosa influencia en la corte. Sin embargo, más tarde su nuera, la princesa bizantina Teofania, volvió a su esposo Otón II en contra de su madre, y Adelaida fue expulsada de la corte en 978. Durante su exilio, repartió su tiempo viviendo parte en Italia y parte en el Arelato con su hermano Conrado de Borgoña, rey de Borgoña, por cuya mediación se reconcilió finalmente con su hijo: a principios de 983 Otón II la nombró su virrey en Italia. No obstante, cuando Otón II murió el mismo año, y aunque tanto la madre como la abuela del niño-rey Otón III fueron nombrados corregentes, Teofania obligó a Adelaida a abdicar y la exilió. Cuando Teofania falleció en 991, Adelaida fue restablecida en la regencia de su nieto. Estuvo asistida por San Willigisobispo de Maguncia. En 995, cuando Otón III alcanzó la mayoría de edad y empezó a reinar personalmente, Adelaida fue libre de dedicarse exclusivamente a sus obras de caridad, en particular a la fundación y restauración de casas religiosas: monasterios, iglesias y abadías.

Años finales

Adelaida había mantenido durante mucho tiempo estrechas relaciones con la Abadía de Cluny, entonces el centro del movimiento de la reforma eclesiástica y, en particular, con sus abades San Mayolo y San Odilón. Adelaida se retiró a un monasterio que había fundado alrededor del año 991 en Selz, localidad al norte de Alsacia. Aunque ella nunca llegó a profesar como monja, pasó el resto de sus días en oración siguiendo la regla monástica de Selz.
De camino a Borgoña en apoyo de su sobrino el rey Rodolfo III de Borgoña contra una rebelión de nobles, Adelaida murió en la Abadía de Selz el 16 de diciembre de 999, a pocos días del fin del milenio, que como muchos en su tiempo Adelaida creía que señalaba la Segunda Venida de Cristo en la Tierra y el fin de los tiempos. Fue enterrada en la Abadía, aunque después de unas graves inundaciones, que casi la destruyeron por completo en 1307, las reliquias de la santa, milagrosamente salvadas, fueron trasladadas a la iglesia parroquial de la localidad de Seltz, dedicada a San Esteban, donde en la actualidad descansan.
Adelaida se dedicó constantemente al servicio de la iglesia y de la paz, y al imperio como guardiana de ambas. También se interesó por la conversión de los eslavos de las marcas orientales del Sacro Imperio. Ella fue así un agente principal -casi una encarnación- de la labor de la Iglesia Católica durante la Baja Edad Media en la construcción de la cultura-religión de la Europa Occidental. Su día de fiesta, el 16 de diciembre, aún se conserva en muchas diócesis de Alemania.
Fuente: Wikipedia.

Creer en México

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Juan Diego

Estudio sobre la religiosidad y la devoción de la población mexicana
Por Andrés Beltramo Álvarez- Vatican Insider
Felices con su religión, no obstante las contradicciones. Eso caracteriza a los fieles católicos de México. Y se deduce de una inédita investigación realizada por el Imdosoc, el prestigioso instituto de Doctrina Social Cristiana. El estudio arroja una radiografía de los hábitos religiosos en ese país y ofrece datos sorprendentes. Entre otros que el 56 por ciento de los mexicanos no cree en la vida eterna y el 94 no participa en organización social alguna.
No obstante 8 de cada 10 mexicanos se consideren católicos y que según cifras oficiales más del 80 por ciento son bautizados, los resultados de la Encuesta Nacional de Cultura y Práctica Religiosa dejan al descubierto el impacto de la secularización.
“Creer en México” se llama el primer estudio serio en la materia que se realiza en América Latina. La información fue dada a conocer esta semana por María Luisa Aspe Armella, presidenta del Imdosoc. Cuatro mil 313 encuestas fueron aplicadas a personas representativas de la población mayor de 18 años en México. Cuestionarios cara a cara, con un alto grado de confiabilidad.
Los indicadores confirmaron lo previsible: el mexicano es un pueblo religioso. El 90 por ciento aseguró creen en Dios y el 86 dijo pertenecer a algún credo. Al ser cuestionados sobre qué tan felices se sienten con su religión, 62 por ciento declaró que mucho.
La Iglesia católica (47 por ciento) se ubicó tercera entre las instituciones con mayor grado de confianza, superada sólo por el Ejército (57) y la Marina (49). Percepción positiva reforzada por el hecho que el 37 por ciento de los encuestados consideró que la Iglesia ayuda a resolver problemas sociales apoyando a los pobres, ayudando a los drogadictos, promoviendo la unión en las comunidades y la cultura de la paz.
Más allá de los datos previsibles, la investigación reservó sorpresas. Los mexicanos confían más en la monjas que en los sacerdotes y los obispos. Estiman a las religiosas de vida apostólica y contemplativa, las asocian, de manera positiva, a temas como el respeto a los derechos humanos, al éxito pastoral, la honestidad, tolerancia y solidaridad, disciplina, orden y transparencia.
Otro dato clamoroso es que el 56 por ciento de los encuestados respondió “no” a la pregunta: “¿Cree usted en alguna forma de vida después de la actual?”. Sólo 37 indicó que sí.
Datos que parecen resultado de un ambiente ateista e individualista. ¿Por qué? El mismo estudio da respuesta, aunque indirecta. Cuando se le preguntó “¿De qué depende el acceso a la vida eterna?”, más del 50 por ciento dio respuestas morales y no sobrenaturales. Un 32 por ciento sostuvo que “depende del comportamiento de la persona” el llegar al Cielo y un 20 de la “forma de vivir”. En contraparte el 14 atribuyó el acceso a la vida eterna a la fe y un nueve a “cumplir la voluntad de Dios”.
La vocación religiosa popular mexicana quedó de manifiesto cuando un 83 por ciento aseguró que reza cuando tiene un problema muy serio en la vida. Incluso los no católicos tienden a orar más. De ellos 72 por ciento invoca a Dios, 25 a la Virgen, 10 a Cristo y 5 por a los santos.
Una religiosidad libre, no institucional y no comunitaria. El 50 por ciento realiza oración personal y privada todos los días, el 35 acude al menos una vez a la semana en ceremonia con ministro de culto y el 59 jamás ha orado con sus compañeros de trabajo. En el último año, el 45 por ciento de los encuestados nunca leyó la Biblia y el 47 no asistió a un templo, ni siquiera una vez.
Finalmente, cabe destacar que para la práctica de la religión entre los católicos, quien más ha influido es la familia y los amigos con un 63%.

Vamos pastores vamos

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Tafur, Sanchez y Malaga

Sus voces suenan en Nochebuena desde hace 48 años, pero nadie los conoce. O los confunden con Los Toribianitos. Ellos fueron la Coral del Colegio Manuel Pardo, de Chiclayo, cantores de un clásico LP de villancicos que no deja de sonar. Somos propició su primer encuentro en cuatro décadas.
Vea a los ex miembros de la coral cantando viejos villancicos http://youtu.be/l_Dp_HHW584
Hace 48 años, un grupo de niños integrantes de la Coral Infantil del Colegio Manuel Pardo de Chiclayo, bajo la dirección del Padre Vicentino Reverendo José María Junquera, grabó un LP de villancicos que no ha dejado de sonar en el Perú cada diciembre. ¿De quiénes se trata? Óscar Tafur, integrante del conjunto vocal nos lo cuenta.
“Somos los niños cantores”, “Vamos pastores, vamos”, “Canta, ríe y bebe”, “Una pandereta suena”, entre otros temas se hicieron famosos en las voces de estos pequeños. Cada año, estas pegajosas canciones ambientan los hogares peruanos.
“La Coral Infantil del Colegio Manuel Pardo de Chiclayo es la pionera en interpretar estos temas. Muchas veces nos confunden con Los Toribianitos, pero ellos vinieron después, aparecieron como una moda visual más que como un tema de canto propiamente dicho. Nosotros grabamos cuatro discos que fueron un éxito”, recuerda Óscar Tafur, de 56 años de edad, en diálogo con elcomercio.pe.
La Coral del Colegio Manuel Pardo grabó los LP titulados “Ronda Infantil” y “Ronda Peruana”, posteriormente, en 1967, lanzó el LP, titulado “Súper Ronda de Navidad”. También ese año grabó algunos track del álbum de 5 discos “Somos libres, seámoslo siempre”, que ya fue posteado en YouTube.
“Tenía 8 años cuando ingresé a la coral, estaba en tercer grado de primaria. Éramos como 18 niños los que participábamos, pero cuando teníamos que viajar ese número se reducía a 15”, detalla.
“Ronda de Navidad”, primer LP que grabó la Coral Infantil del Colegio Manuel Pardo de Chiclayo obtuvo un disco de oro en 1966. “Nosotros debutamos en un Día de la Madre en el colegio, la acogida fue tal que nos empezaron a llamar de todos lados; lamentablemente, tres años después, cuando regresamos de vacaciones, nos dimos con la sorpresa de que el cura (Junquera) ya no estaba, se había ido, y sin él ya nada fue igual”, señala.
Pese al éxito de sus producciones, Óscar aclara que nunca cobraron regalías ni percibieron algún pago por sus temas. “Cuando se grabaron los discos lo hicimos sin un fin económico, no nos pagaron nada, ese fue el acuerdo. La productora desapareció, quien ahora cobra las regalías es Apdayc“, manifiesta con cierta resignación.Pese a ello, Óscar asegura que haber formado parte del exitoso coro de niños lo llena de orgullo y felicidad. “En algún momento me llegué a cansar de los villancicos, sin embargo, ahora que tengo mi propia familia, esos temas siempre me acompañan”, subraya.
Fuente: Diario El Comercio.

Sister Mary Kenneth Keller PhD

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Sister Mary Kenneth Keller

Por Enrique Chuvieco
Corría el año 1965 cuando la monja católica Mary Kenneth Keller se convertía en la primera mujer que conseguía un doctorado en Ciencias de la Computación en Estados Unidos. Fue en Universidad de Wisconsin-Madison, pero antes había sido también la primera fémina que cruzaba el umbral de la prestigiosa Universidad de Dartmouth, solo masculina, para trabajar en el laboratorio de Ciencias de la Computación y formar parte del equipo que desarrollaría el lenguaje de programación BASIC.
Nacida en Cleveland, Ohio, en 1914, a los 18 años comenzó a descubrir su vocación religiosa uniéndose a las Hermanas de la Caridad, congregación en la que tomaría los votos en 1940. Con hábito, asistía a clases de Matemáticas en la Universidad de DePaul, de Chicago, en la que obtuvo su primera licenciatura en Matemáticas y, posteriormente, una maestría en Matemáticas y Físicas.
La capacidad informática de la hermana Mary Keller quedó contrastada al ingresar en la elitista Universidad de Dartmouth, fundada en 1769 por el clérigo británico Eleazar Wheelock y que es uno de los once centros educativos superiores que fundaron los ingleses antes de la Revolución Americana.
La primera mujer en 188 años
Situado el campus de Dartmouth Nuevo Hampshire (Estados Unidos), la religiosa tenía tan claro sus objetivos que no se amilanó al conocer que sólo permitían la entrada a varones. Hizo su solicitud, que fue aprobada, y ostenta el reconocimiento de ser la primera mujer en este centro educativo en sus 188 años de existencia. Entró a formar parte del equipo de desarrolladores de BASIC, el primer lenguaje informático que acercó la programación, hasta entonces solo al alcance de científicos y matemáticos, a un público más generalista.
Su influencia fue amplia porque ha sido la base para fundamentar posteriormente los lenguajes de código, como, por ejemplo, el caso del sistema operativo Windows de Paul Allen y Bill Gates. Por tanto, la contribución de Keller y el resto del equipo de Dartmouth fue neurálgica, porque han formado parte de los pioneros que acercaron la informática a todos lo estratos sociales con el consiguiente avance a escala planetaria en el tratamiento veloz de la información.
Adelantada a su tiempo y comprometida con la educación
Ánimo a las mujeres de su época a introducirse en la informática, porque “vamos a tener una explosión de información disponible que deberá tratarse”. Vaticinó el protagonismo de la inteligencia artificial y el auge de oportunidades de trabajo en este ámbito, ya que “por primera vez, podemos simular mecánicamente el proceso cognitivo. Más allá de eso, este mecanismo se puede utilizar para ayudar a los hombres en su aprendizaje. Como tendremos con el tiempo mayor número de estudiantes, será cada vez más importante este tipo de enseñanza.” 
Absolutamente cierta de esto, tras convertirse en doctora a los 51 años, creó el Departamento de Informática de la Universidad de Clarke, Iowa, del que estuvo al frente durante veinte años para fomentar el uso de las nuevas tecnologías en el ámbito educativo. Compaginó la docencia con la divulgación técnica y escribió cuatro libros.
Como dice su obituario, “la hermana Keller falleció en enero de 1985, a la edad de 71 años, tras una larga y distinguida carrera”. No en vano su nombre figura en la historia de la tecnología como una de sus precursoras.
Un lenguaje de lenguajes: BASIC
En la programación de computadoras, el BASIC, siglas de Beginner’s All-purpose Symbolic Instruction Code (Código simbólico de instrucciones de Propósito General para Principiantes), es una familia de lenguajes de programación de alto nivel. El BASIC original, el Dartmouth BASIC que crearon Mary Keller y otros, y a cuyo frente estuvieron John George Kemeny y Thomas Eugene Kurtz en la universidad de Dartmouth College, facilitó programar computadoras a estudiantes (y profesores) que no fueran de ciencias.
En ese tiempo, casi todo el uso de los computadoras requería codificar software hecho a la medida, lo cual era algo bastante restringido a personas con formación científica y matemática. BASIC originalmente fue desarrollado como una herramienta de enseñanza. El lenguaje y sus variantes llegaron a estar ampliamente disponibles en los microcomputadores a finales de los años 1970 y en los años 1980. La influencia de BASIC ha llegado a otros lenguajes, como Microsoft Visual Basic o Gambas en GNU/Linux. En el 2006, el 59% de los desarrolladores para la plataforma .NET usaban Visual Basic .NET como su único lenguaje.

Papa Francisco

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Time

Por Juan Vicente Boo- abc.es
Siguiendo las huellas de la revista «Forbes», que le había considerado la cuarta persona más influyente del planeta, el semanario «Time» ha elegido al Papa Francisco Persona del Año 2013, dejando atrás a otros finalistas variopintos como el presidente Barack Obama, el ex analista de la CIA Edward Snowden o la cantante Miley Cyrus.
Los motivos, según la revista, son muchos, empezando porque «muy pocas veces un nuevo jugador en la escena mundial ha capturado tanta atención tan rápidamente». En solo nueve meses, Francisco «se ha situado en el mismísimo centro de los debates más importantes de nuestro tiempo: la riqueza y la pobreza, el juego limpio y la justicia, la transparencia, la modernidad, la globalización, el papel de la mujer, la naturaleza del matrimonio o las tentaciones del poder».
Para el histórico semanario norteamericano, Francisco se mueve con soltura en las nuevas tecnologías de comunicación viral, por lo que «cuando besa la cara de un hombre desfigurado o lava los pies de una mujer musulmana, la imagen resuena mucho más allá de las fronteras de la Iglesia católica».
«El Papa ha cambiado la letra y la música»
Según la editora gerente de la revista, Nancy Gibbs, «en menos de un año, Francisco ha conseguido algo extraordinario: no sólo ha cambiado la letra sino que también ha cambiado la música». El Papa ha tenido el valor de clamar contra «la idolatría del dinero», y ha decidido «no vivir en un palacio rodeado de cortesanos sino en un hotel sobrio, rodeado de sacerdotes».
La revista ha detectado características menos conocidas como que Francisco «reza todo el tiempo, incluso cuando espera al dentista». El Papa ha sabido aprovechar el interés de los medios de comunicación «para llamar la atención sobre cualquier cosa, desde la oración por la paz en Siria hasta sus ataques en la economía especuladora». Hasta tal punto que el líder de color norteamericano Jesse Jackson «le ha comparado con Martin Luther King».
En cuanto a su modo de gobernar, «ha reconocido el peligro de que una Iglesia obsesionada por sus propios derechos y por tener razón pueda causar más heridas de las que cura».
Al mismo tiempo, la revista hace notar que el Papa «no es un liberal. Dice que reservar el sacerdocio a los varones no está abierto a debate, como tampoco lo está el aborto o la definición de matrimonio». Aun así, «su atención a los pobres y el hecho de que el 50 por ciento más pobre de la población mundial sume solo el 1 por ciento de la riqueza pone nerviosos a quienes defienden el capitalismo como el mayor programa contra la pobreza de la historia».
El portavoz del Vaticano, Federico Lombardi, comentó que la elección del Papa como Persona del Año «no es sorprendente». Al mismo tiempo, considera «un signo positivo que una de las cabeceras más destacadas en la prensa mundial haya escogido una persona que proclama valores espirituales, religiosos y morales en el mundo». En todo caso, «si ese nombramiento significa que muchos entienden su mensaje, al menos implícitamente, le alegrará».
«Time» había elegido Persona del Año a Juan Pablo II en 1994 y a Juan XXIII en 1962. Fueron Papas innovadores, que cambiaron profundamente la Iglesia y el mundo.