Papa Francisco en Cuba y Estados Unidos

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Peligrosamente evangélico, por Ernesto Cavassa, S.J.

Peligrosamente evangélico

Por Ernesto Cavassa SJ- Diario El Comercio
“El hombre más peligroso del planeta”. Así fue calificado el papa Francisco por el comentarista de una cadena norteamericana luego de su reciente viaje a Sudamérica. En este periplo, el Papa reiteró su llamado a respetar y cuidar a la “hermana madre tierra”, tema central de su encíclica “Laudato si”, “sobre el cuidado de la casa común”, presentada en Roma en junio pasado. Este hombre peligroso está a punto de subir a un avión que lo llevará en visita apostólica a Cuba, Estados Unidos y la sede de las Naciones Unidas, en su décimo desplazamiento fuera de Italia desde que inició su pontificado. El Papa participará en el VIII Encuentro Mundial de las Familias en Filadelfia y canonizará en Washington al fraile franciscano Junípero Serra, fundador de varias misiones en la California del siglo dieciocho. 
Este viaje tiene un significado particular. Su encíclica ha posicionado a la Iglesia Católica en un tema clave para el futuro de la humanidad de cara a la COP 21 a realizarse en París en diciembre próximo; al mismo tiempo, ha levantado polémicas voces dentro y fuera de la Iglesia. Francisco hablará en la ONU durante su Asamblea General 70 ante numerosos jefes de Estado en una cumbre especial que tratará sobre los Objetivos de Desarrollo Sostenible. Por primera vez, además, un Papa se dirigirá al Congreso norteamericano en una sesión conjunta del Senado y la Cámara de Representantes. Previamente, el Papa habrá visitado Cuba luego de la activa participación que tuvo en la reanudación de relaciones diplomáticas entre ambos países.
Francisco no rehúye los temas que afectan a la humanidad. Por ello, la revista “Vanity Fair” lo llamó “Papa coraje” a los cien días de iniciar su pontificado. Este Papa, sin haber participado en el Concilio Vaticano II (a diferencia de los últimos 5 pontífices) es, no obstante, profundamente conciliar. En el año jubilar de este evento eclesial –estamos conmemorando el aniversario 50 de su conclusión– Francisco lleva a cabo su lema central: “Nada hay verdaderamente humano que no encuentre eco en el corazón de la Iglesia” (Gaudium et Spes, 1). Por ello, se pronuncia con libertad y valentía sobre el cambio climático, la migración siria o africana, las desigualdades sociales o las responsabilidades políticas de los estados en los problemas que nos aquejan. 
La fuente de este espíritu profético se encuentra en el evangelio. Así lo supo leer el cantante británico Elton John –conocido por sus posiciones adversas a la religión– cuando definió a Francisco como “un milagro de humildad en la era de la vanidad”. Y añadió: “Este Papa parece querer llevar a la Iglesia a los antiguos valores de Cristo y, al mismo tiempo, acompañarla al siglo XXI. Si sabe alcanzar y tocar a los niños, las mujeres y los hombres que conviven con el VIH y el sida –muchas veces solos y escondidos por el silencio–, su faro de esperanza dará más luz que cualquier progreso de la ciencia, porque ningún fármaco tiene el poder del amor” (“La Nación”, 9 de julio del 2013). Ese es el poder de Francisco. Su fuerza radica en la misericordia, es decir, en la capacidad de colocarse en la posición del otro, particularmente del que más sufre. La misericordia no es otra cosa que la empatía evangélica, aquella que hace suyo el dolor de los inocentes.
Francisco sabe que la misericordia debe ser eficaz. Por ello, llama constantemente al diálogo. “Cuando los líderes de los diferentes sectores me piden un consejo, mi respuesta es siempre la misma: diálogo, diálogo, diálogo”, les dijo a las autoridades políticas y sociales en Brasil. Lo repite constantemente en su reciente encíclica en cada una de las líneas de acción que sugiere para abordar conjuntamente el desafío urgente de proteger nuestra casa común (LS, cap. V). Vamos a ver, pues, qué nos propone este hombre peligrosamente evangélico en este viaje de enorme significación social y eclesial.
El papa Francisco emprende el décimo viaje internacional de su pontificado que le lleva a Cuba y Estados Unidos, dos países en pleno proceso de acercamiento después de más de medio siglo de hostilidades.

Papa Francisco

Francisco partirá desde del aeropuerto romano de Fiumicino en torno a las 10.15 hora local(08.15 GMT) y tiene previsto llegar a La Habana a las 16.00 hora local (20.00 GMT).
El único acto programado para esta jornada es la ceremonia de bienvenida, en la que será recibido por el presidente cubano, Raúl Castro, con quien se reunirá además el domingo.
Asimismo, durante su estancia en la isla caribeña el pontífice mantendrá un encuentro con el anterior presidente y líder de la revolución cubana, Fidel Castro.
También pronunciará varios discursos, presidirá una misa en la plaza de la Revolución de La Habana y se desplazará a otras ciudades del país, como Holguín y Santiago, entre los numerosos actos de su agenda.
El martes, 22 de septiembre, el papa abandonará Cuba para dirigirse a la capital de los Estados Unidos, Washington D.C.
Durante su estancia en la capital estadounidense se reunirá con el presidente Barack Obama, presidirá la canonización del misionero español Junípero Serra y pronunciará un discurso ante el Congreso del país, entre otras citas.
El 25 de agosto se desplazará a Nueva York, donde protagonizará un encuentro interreligioso en el memorial de la Zona Cero y pronunciará un discurso ante la Asamblea General de Naciones Unidas.
Su visita a Estados Unidos concluirá en Filadelfia, donde se verá con miembros de la comunidad hispana y participará en la Fiesta de la Familia.
Este décimo viaje internacional será, según subrayó el portavoz vaticano, Federico Lombardi, el “más largo y complejo” de todos los que ha realizado el pontífice argentino hasta la fecha.
Muestra de ello es que, durante los nueve días que durará su periplo, pronunciará un total de 26 discursos entre los dos países, la mayor parte de ellos en español.
Su visita se produce en un momento en el que las autoridades de Washington y La Habana se encuentran en pleno proceso de acercamiento, propiciado precisamente según han reconocido ambas partes por la diplomacia vaticana.
Fuente: Radio Programas del Perú.

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