José Aldunate Lyon SJ
La opción por los pobres y la defensa de las personas perseguidas fue su consigna. Teólogo, intelectual, obrero, educador y activista, el sacerdote jesuita José Aldunate Lyon (Santiago, 1917) consagró su vida a la defensa de los sectores populares y de los oprimidos. Colaboró con Alberto Hurtado en la Acción Sindical Chilena y, en la década del 70, como parte del trabajo de una comunidad cristiana de base, formó el Equipo Misión Obrera (EMO). Durante la dictadura, este grupo se dedicó a la defensa de perseguidos del régimen y a promover la recuperación de las libertades cívicas.
En este campo desplegó –junto a otros religiosos, religiosas y laicos– una amplia y comprometida labor de protección y denuncia, tanto en la práctica que va, desde el asilo de personas en la Nunciatura hasta las manifestaciones callejeras en los años 80, pasando por el permanente apoyo a la Agrupación de Familiares de Detenidos Desaparecidos, como a través de sus escritos en las publicaciones clandestinas “No podemos callar” (que circuló desde 1975) y “Policarpo” (que la sucede hasta 1995), así como en la revista “Mensaje”.
Es conocido y respetado por su protagonismo y rol fundacional en el Movimiento contra la Tortura Sebastián Acevedo. Tuvo un relevante papel en la denuncia del centro de torturas y exterminio Villa Grimaldi y en su posterior recuperación como sitio de memoria.
El padre José Aldunate, sin duda es uno de los nombres que resuena en temas de derechos humanos, sufrió un infarto cerebral y falleció en 2019, a los 102 años.
Sigue siendo un ícono en la defensa de los más desvalidos y también en los temas «tabúes» que envuelven a Chile.
Mariano Puga
Un cura obrero en medio de las balaceras de los esbirros de Pinochet. Mariano Puga fue padre espiritual del seminario cuando fue activo opositor a la dictadura militar. Representaba a esa iglesia más comprometida con el pueblo, con los pobres.
Su incansable tarea evangelizadora, especialmente entre los más desposeídos y olvidados, lo hizo acreedor del apelativo del “guerrillero de la fe“. El nuevo rebaño de este peculiar pastor que para replicar las enseñanzas de Cristo no tuvo miedo de vivir la pobreza, de convertirse en un obrero y de confrontar al mismísimo Pinochet para enrostrarle el sufrimiento que padecieron millones de chilenos durante diecisiete años.
El famoso cura obrero, ex párroco de La Legua, el creador de la Capilla Universitaria y uno de los principales referentes de la lucha por los Derechos Humanos durante la dictadura de Pinochet, fue un chilote más. Incansable, recorría los rincones más apartados del archipiélago. Con una Biblia en la mano y un acordeón en la espalda. Este hombre alto, de pelo canoso y voz profunda aparecía y desaparecía de las islas a las que llevaba un mensaje evangelizador audaz y rompedor.
Mariano Puga Concha continuó su peregrinar por las islas de la X Región centrando su mensaje en el aspecto pastoral. “La iglesia se ha preocupado mucho de sacramentar, es decir, de realizar bautizos, primeras comuniones, matrimonios por la iglesia, confirmaciones, pero no ha presentado, como centro del mensaje, a Jesús y su proyecto. La pregunta no debe centrarse en torno a cuánta gente comulga en misa, sino más bien a cuántos discípulos de Jesús existen, cuántos, como diría el padre Hurtado ‘chiflados’, por el mensaje de Cristo tenemos entre nosotros”. Por eso, cada vez que podía, el cura Puga tomaba el acordeón, se ponía a cantar y pedía a sus fieles leer la Biblia.
Proveniente de una familia conservadora y de la elite social y económica, encajaba perfecto. Su madre procedía de una familia inglesa. Fue criado por institutrices traídas desde Inglaterra, y poco después su familia se instaló en Londres, donde cursó sus estudios primarios y secundarios, y luego ungido como sacerdote, en Italia y Bélgica, obtiene un doctorado en Teología Moral, especialización que le abre las puertas para impartir una cátedra de Teología en la Universidad Católica.
Teniendo todos los requisitos, decidió tomar una vía distinta, vinculándose con el padre Alberto Hurtado. Junto a él conoce el mundo de los trabajadores y sus organizaciones, los pobladores y su lucha cotidiana por la sobrevivencia. Falleció en 2020 a los 88 años.
Pierre Dubois
El mítico sacerdote francés, Pierre Dubois llegó a Chile en 1963 para participar en el Movimiento Obrero de Acción Católica y en la Juventud Obrera Católica. Durante los ataques de fuerzas especiales contra los pobladores, Dubois hacía de escudo humano, abriendo los brazos en cruz, en medio de balas y bombas lacrimógenas y expulsando a gritos a los efectivos policiales.
Muchas veces fue detenido y golpeado durante los operativos. En 1986, luego del atentado contra Pinochet, fue expulsado de Chile, regresando en 1990 pero con la orden de no residir en La Victoria. En 2001 recibió la nacionalidad por gracia y en 2010 volvió a vivir en su querida población, en donde falleció en septiembre de 2012.
Antonio Llidó
El español Antonio Llidó llegó a vivir a Quillota en 1969. A mediados de 1971, ingresó al Movimiento Izquierda Revolucionaria MIR, razón que motivó al obispo de ese entonces a prohibirle el ejercicio de su ministerio, tras negarse a regresar a España como castigo por su militancia política.
Tras el golpe de Estado fue detenido y llevado a los centros José Domingo Cañas y Cuatro Álamos, donde recibió torturas. Sus compañeros de prisión coinciden que hasta en las peores condiciones físicas siempre mantuvo palabras de ánimo y contención, cantando y ofreciendo misas para los presos. Hasta el día de hoy permanece como detenido desaparecido.
Cardenal Raúl Silva Henríquez
Luego de titularse de abogado en la Universidad Católica, ingresó la congregación salesiana de Macul para ser sacerdote. En 1959, don Raúl Silva Henríquez es nombrado Obispo de Valparaíso, tres años más tarde se convirtió en Arzobispo de Santiago y en 1962 fue nombrado Cardenal.
En su apostolado, repartió cinco fundos y 128 hectáreas de la Iglesia Católica a 244 familias campesinas, dando pie a la reforma agraria. Fue mediador en las protestas universitarias de 1967 y trató de evitar el golpe de Estado contra Allende en 1973.
Durante la dictadura ejerció un importante trabajo en derechos humanos, creando la Vicaría de la Solidaridad, la Vicaría de la Pastoral Obrera y defendiendo a los religiosos perseguidos por la represión. El Cardenal del pueblo murió en 1999 a los 91 años.
Alfonso Baeza
El padre Alfonso Baeza falleció en el 2013. Era ingeniero civil de la Universidad Católica y sacerdote desde 1960. Participó en el Movimiento Obrero de Acción Católica y trabajó el Comité Pro Paz, en la Vicaría de la Solidaridad y en la Vicaría de la Pastoral Obrera.
Se fue a vivir a la población José María Caro, rechazó la posibilidad de ser Obispo para poder seguir trabajando con el mundo obrero.
Fue uno de los más comprometidos religiosos en la lucha contra la dictadura y su perpetuación; incluso en 2009, viajó a Brasil para visitar a Mauricio Hernández Norambuena “comandante Ramiro“, autor del asesinato del senador Jaime Guzmán, a quien le regaló el nuevo testamento.
Gonzalo Arroyo SJ- Cristianos por el Socialismo
Agrónomo, Licenciado en Filosofía, en Teología y PhD en Economía, la vocación intelectual de Gonzalo Arroyo SJ se ha traducido en su desempeño como docente en las Universidad Católica y en la Universidad de Chile, previo a su exilio. En París, fue Profesor Asociado en la Universidad de París y contribuyó a la creación de CETRAL (Centre de Recherche sur l’Amerique Latine et le Tiers Monde) y colaboró con la revista Études. Tras su retorno a Chile, el Padre Gonzalo Arroyo SJ se ha destacó por su trabajo en la revista Mensaje, como director de ILADES y por su aporte en la fundación de la Universidad Alberto Hurtado, ya sea como profesor y vicerrector.
Roberto Bolton García, miembro del Equipo Misión Obrera (EMO) en Calama.
Michael Roy Woodward Iriberry- MAPU
Pablo Fontaine Aldunate SSCC
Daniel Caruette
Jaime Lancelot
Rafael Maroto Pérez, miembro del Comité Central del MIR
Monseñor Enrique Alvear Urrutia
Esteban Gumucio Vives SSCC
Gerardo Poblete Fernández SDB- Izquierda Cristiana
Ronaldo Patricio Muñoz Gibbs SSCC
Carlos Puentes Figueroa
Lorenzo Maire
Monseñor Carlos González Cruchaga
André Joachim Jarlan Pourcel
Blanca Rengifo, miembro del Comité Central del MIR
Joan Alsina