Por Jorge Ortiz Sotelo- Revista CARETAS
El 26 de mayo de 1852, con escasos diecisiete años, Miguel Grau firmaba el rol de tripulantes del clíper Courser, que partía de San Francisco a Hong Kong, recibiendo por su enganche como marinero la suma de ciento cincuenta dólares. Este y otros documentos sobre algunos de los viajes del joven Grau han sido ubicados en archivos norteamericanos por Guillermo Toro-Lira y su esposa Brenda, llamando la atención sobre la necesidad de profundizar las investigaciones que sobre la vida del almirante Grau se han efectuado hasta el momento.En los últimos años se han publicado varios trabajos sobre la vida del almirante Miguel Grau, algunos con financiamiento público, otros con apoyo de reconocidas instituciones privadas y otros como producto de esfuerzos individuales. Sin embargo, como bien señalara mi recordado amigo Percy Cayo, todos ellos “siguen siendo sólo aproximaciones, pues ninguno llega a constituir la biografía que, escrita con profundidad, cubra debidamente el periplo vital de sus 45 años y satisfaga las interrogantes sobre determinados momentos de su vida que aún no hallan respuesta”.
El aporte de Toro-Lira también permite rectificar lo conocido sobre al viaje de Grau en el Stag Hound, clíper bostoniano que al mando del capitán F. Behm zarpó de Hong Kong el 26 de agosto de 1852 con destino a Nueva York. Hasta el momento se suponía que dicho viaje se había realizado por la ruta del Cabo de Hornos, pero la información aportada por los esposos Toro-Lira precisa que no fue así, y que la ruta seguida llevó al Stag Hound, con un cargamento de té y seda, a cruzar el Estrecho de Sumatra para dirigirse hacia el Cabo de Buena Esperanza y arribar a Nueva York el 28 de diciembre.
Pero eso no es lo único que esta pareja de apasionados por la historia ha descubierto en los archivos norteamericanos. También han rectificado otro error en el que tanto el autor de esta nota como otros historiadores hemos caído, siguiendo la poco legible escritura de un documento preparado por el propio Grau en agosto de 1853, listando las naves en las que había navegado. En efecto, tras arribar a Nueva York, Grau se embarcó en el recién construido clíper Simoon (y no en el Seabon, como se suponía), zarpando hacia el 19 de enero de 1853 con destino a San Francisco, a donde arribó el 1º de junio. Nueve días después zarpó de dicho puerto con destino al Callao a bordo del clíper Golden Eagle, al mando del capitán S.A. Fabens.
Un aporte adicional, igualmente valioso, es la ubicación de imágenes de dos de los buques mencionados, el Stag Hound y el Golden Eagle; así como del clíper Witchcraft, en el que Grau navegó entre Hong Kong, Singapur y Shangai. A ellas se suman las del propio puerto de San Francisco correspondientes a la época en que Grau estuvo ahí.
El tema, por cierto, será desarrollado en un trabajo más extenso y de corte académico que se publicará en el próximo número de Derroteros de la Mar del Sur, revista anual de la Asociación de Historia Marítima y Naval Iberoamericana, pero la intención de este artículo es dar a conocer estos hechos con ocasión de un aniversario más del natalicio del almirante Grau, que se celebra este 27 de julio, e insistir en lo planteado por Percy Cayo algunos años atrás sobre la necesidad de escribir la biografía que el Peruano del Milenio merece.
Miguel Grau Seminario
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