El lunes 22, José León apareció ante la prensa en el Congreso escoltado por chakanos como Rennan Espinoza. También estaban Fernando Andrade, cuyo partido Somos Perú aporta dos curules a la bancada de Perú Posible (el otro es Tito Valle), y Yehude Simon.
León anunció que “quiero ser más transparente aún de lo que estoy siendo. Quiero pedirle públicamente a mi bancada que acepte mi pedido de licencia mientras dure la investigación en este caso y mi bancada ha aceptado”.
Simon miró al cielo como un cura que clama paciencia y Andrade observó inescrutable al trujillano, envuelto en un auténtico escándalo desde que CARETAS reveló a principios de mes sus negados nexos con el prófugo narcotraficante mexicano Rodrigo Torres, propietario de 7.4 toneladas de cocaína incautadas en lo que fue el más gigantesco decomiso de droga que se haya visto en el país. León le alquiló su casa en Huanchaco, desde la que Torres operaba.
Pronto se supo que Andrade había condicionado la permanencia de SP a la suspensión.
Hasta entonces León no daba su brazo a torcer.
Ya la presidenta del Congreso, Ana María Solórzano, había advertido que su gestión no lo blindaría y que el caso, que ya se indaga en la Comisión de Ética, podía llegar a la de Acusaciones Constitucionales, lo que podría terminar con el retiro de su inmunidad.
Irónicamente, León era uno de los integrantes de esa comisión, que se instaló el martes 23.
El cartelito con su nombre fue volteado durante el acto.
Cónclave en Camacho
El viernes 19, ante el nuevo cúmulo de evidencias presentadas por esta revista, León volvió a la casa de Camacho del expresidente Alejandro Toledo. Allí también estaban el secretario general de PP, Luis Thais, y Espinoza.
Entonces, increíblemente, se decidió seguir cerrando filas en torno a León.
El exministro Juan Sheput, que hoy parece practicar la oposición desde dentro de PP, declaró que “la orden de no suspender a León vino de Toledo”.
“En este momento la imagen que tiene Perú Posible ante la opinión pública es la peor en toda su historia”, lamentó.
Mal jugado, ‘Cholo’.
Razones de un aval
León se desempeñaba como vocero de la bancada desde agosto del año pasado, mientras que Espinoza era el vocero alterno.
Ambos reemplazaron a Daniel Mora y la actual ministra de la Mujer, Carmen Omonte.
El dato es relevante porque denota la importancia de León ante Toledo, que administra su oxígeno político con el apoyo parlamentario prestado a Humala.
León no es cualquier ficha dentro de Perú Posible y eso agrava el escándalo del aval que le brindan.
El responsable es un expresidente de la República y aliado político del gobierno de Humala.
Una cosa, como lo dicta el recuerdo del Hotel Melody, es tener noches de juerga con altas aspiraciones.
Otra muy diferente hacerse de la vista gorda con un negocio gigantesco que corrompe sociedades enteras. Y, cómo no, compra partidos políticos.
¿Qué inhibe a Toledo sancionar a León? ¿Acaso no dejó marcharse del partido sin tragar saliva a otros dirigentes como Carlos Bruce y David Waisman?
Bruce, exministro de Vivienda de Toledo, fue expulsado de PP cuando se opuso a la alianza con Humala, y hoy hace bancada con el APRA.
“No es poca cosa ser amigo de narcotraficantes, es gravísimo y hubiera sido suficiente para separar a León desde un primer momento. Y lo peor es que la bancada le terminó por enmendar la plana a Toledo”, comentó.
El exprimer vicepresidente de la República de Toledo, David Waisman, considera que “aquí hay una concurrencia de mentiras. Destruye toda la credibilidad no solo de León sino del propio partido. Toledo comete un error gravísimo al salir a avalar a León. Es la incautación de droga más grande en la historia del Perú”.
León ha caído en contradicciones dignas de su jefe.
Aquí hay videos policiales de seguimiento que revelan que visitaba al narco –lo que había negado– y hasta un testimonio demoledor de la empleada doméstica a la que pusieron como fachada para firmar el contrato de alquiler.
Ecos de Ecoteva
La dirigencia de PP ya era un petit comité de los que estaban dispuestos a tragarse el inmenso sapo del caso Ecoteva.
Como recuerda Bruce, “León avaló la primera explicación de Alejandro. Y la segunda y la tercera. A Toledo no hay nada que le guste más que eso”.
En 2012, a Toledo y su entorno familiar le descubrieron cuentas por más de US$ 20 millones en Costa Rica.
La fortuna fue camuflada en empresas offshore y la enclenque versión según la cual era en realidad de Yosef Maiman, el amigo magnate que “justo” se puso a comprar propiedades en Lima cuando se hundían sus negocios en Israel.
La anciana suegra de Toledo compró al cash con ese dinero una mansión en Las Casuarinas y una oficina de lujo en el cercano Monterrico.
Toledo cayó en la mendacidad y la incoherencia durante su defensa. Ese caso no tiene cuándo acabar.
El jueves 4, el Congreso aprobó por unanimidad, con los votos de Perú Posible, la aprobación del informe Ecoteva elaborado por la Comisión de Fiscalización. El documento recomienda al Ministerio Público denunciar por asociación ilícita para delinquir a Toledo, su esposa Eliane Karp, su suegra Eva Fernenbug y Maiman. La fiscal Elizabeth Parco, que excluyó a Toledo de la investigación, fue reemplazada por la fiscal superior de Lavado de Activos Lydia Flores.
La defensa legal de Toledo ha intentado por todos los medios anular la investigación del grupo de Fiscalización, pero un nuevo hábeas corpus acaba de ser rechazado. El abogado de Toledo, Luciano López, declaró que consideraban la posibilidad de elevar un recurso al Tribunal Constitucional.
En medio de la desesperación –o la negación– Toledo lanzó la semana pasada su candidatura presidencial en la Plaza Francia, durante el acto por el veinte aniversario de Perú Posible. Las maniobras para prolongar su relevancia política incluyen la alianza con la opción municipal de Susana Villarán, que se supone quiere representar la honestidad.
Sheput se puede ir en cualquier momento del partido. De la guardia vieja persisten Thais y Javier Reátegui, cuestionado exsecretario general del partido que nunca transparentó las finanzas de PP en la campaña presidencial pasada. Fue un ministro de Estado. Y Marcial Ayaipoma, otro de los que persisten, fue presidente del Congreso.
En Plaza Francia reapareció el expremier Carlos Ferrero, que hace mutis desde que estalló el caso Ecoteva. Respondió amablemente que tampoco declararía para esta nota. Un silencio elocuente.
Fuente: Revista CARETAS.
Noches de juerga con altas aspiraciones
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