Con alegría y mucha disponibilidad, Lizette Ivon Tovar Arriaga, una laica comprometida, fue enviada a la Misión Ad Gentes en Perú por los Misioneros Laicos Asociados a Misioneros de Guadalupe en la Eucaristía celebrada en la Parroquia Padre Nuestro.
Después de prestar diversos ministerios por muchos años en la Catedral, Lizette recibió formación para formar parte de esta familia eclesial, por lo que a partir de septiembre compartirá la fe con la feligresía de dicho país latinoamericano.
Para ella no fue fácil, explica, ya que tuvo que buscar en varios institutos hasta que se decidió por éste que le ofreció lo que ella necesitaba.
“Mi abuela es bienhechora de los Misioneros de Guadalupe y después de una búsqueda por otras partes desde que tuve la inquietud por las misiones, encontré lo que quería”, dice Lizette.
Para realizar la misión en Perú, ella recibió tres retiros así como una formación intensa por 10 meses, donde se le compartieron materias como documentos de la Iglesia Católica, liturgia, animación misionera, entre otras.
“Tuvimos un acompañamiento psicológico también para descubrir la vocación y éramos siete la que entramos en agosto del 2009 y nada más quedé yo, es decir, nada más yo fui enviada”, expresa con sorpresa.
Resalta que un elemento a favor es la carrera que realizó en Saltillo, Coahuila, ya que es trabajadora social, misma que “me ayuda porque voy a estar entre la gente, entonces voy a ayudar, gestionar, acompañar y, si lo hago con fe, voy a concretizar los valores del Evangelio”.
Remarcó que el acompañamiento requiere, además del anuncio, también la denuncia, específicamente cuando se presenten casos de injusticias, ya que es uno de los valores proféticos.
Agradece la apertura de sus papás que siempre la apoyan, aunque tristes por la partida, sin embargo, con una actitud generosa ya que han contribuido a la formación en bien de los demás.
De catequista para niños, siempre atenta a participar en la liturgia en las misas y de lo que siempre se requería, Lizette formó parte de las filas de Catedral y ahora será una misionera desde Saltillo, hasta los lugares lejanos en el país de Perú.
¿Qué es un misionero laico?
Es una persona bautizada que quiere compartir su experiencia de Dios, con una conciencia clara de su compromiso cristiano y con el sincero deseo de llevarlo a cabo a través de su testimonio de vida.
Este compromiso lo cumple al hacer acorde su vida con los compromisos de fe y practicando la caridad fraterna.
Vivir la caridad le hace participar en la situación de trabajo y aspiraciones de sus hermanos y hermanas y así, contribuir en la parte que le corresponde para la edificación del orden social.
Se busca que la misionera laica no sólo ejerza su profesión, sino que movido por su espíritu misionero, tenga alguna expresión y acción evangelizadora directa.
Los Misioneros de Guadalupe, teniendo en cuenta que la acción apostólica o evangelizadora, se lleva a cabo con la gracia de Dios y la colaboración humana, desde hace 28 años asume esta responsabilidad, poniendo a disposición de la Iglesia su experiencia misionera y los recursos necesarios, para asociar a los laicos y laicas en esta tarea de evangelización.
Actualmente los Misioneros Laicos Asociados a Misioneros de Guadalupe (MLA) trabajan en Kenia, Guatemala, Perú y Mozambique.
Para ser misionero laico hay algunos requisitos:
Ser profesionista titulado con experiencia laboral mínima de un año
Tener entre 23 y 40 años
Experiencia pastoral por lo menos de un año
Buena salud física y mental
Capacidad de adaptación y de trabajo en quipo
Disposición para salir al extranjero por un periodo de tiempo determinado, conforme al destino.
Para mayor información comunicarse con:
Pbro. Filiberto Serrano Cancino MG
Laura L. Leticia Marrufo Fang MLA
Línea misionera 01 800 0058 100
Misioneros de Guadalupe en el Perú
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Hola que bella labor me gusta, yo tengo 53 años pero me siento joven y me gustaría aportar, no se si tendrán algún espacio para ello, gracias Dios los bendiga.