Avenida Canta Callao
El gerente de Servicios públicos y medio ambiente de la Municipalidad de San Martín de Porres, Luis Alvarado, expresó que la obra de la avenida Canta Callao, inaugurada por la alcaldesa de Lima, Susana Villarán, tiene deficiencias.
Alvarado señaló que en la berma central, donde se han colocado áreas verdes no está funcionando el sistema de riego y peor aún, en las áreas verdes que colindan con las vías auxiliares ni siquiera se ha hecho la instalación respectiva de este sistema.
“En 15 días todo esto se puede convertir en un sitio malogrado. Todo lo que significa el grass porque no hay sistema de riego”, señaló el funcionario.
El gerente dijo que una solución es que se construya un reservorio intermedio y mientras eso se hace, el consejo de SMP podría brindar a Lima su sistema con el fin de que las plantas no se mueran.
“Debemos hacer un trabajo coordinado y cordial porque acá no hay rivalidad simplemente que las cosas se tienen que hacer bien para el beneficio de la comunidad”, agregó Alvarado.
BASURA
Además, los vecinos que colindan con la reciente obra se encuentran mortificados debido a las 30 toneladas de basura y desmonte que se acumulan a diario.
“Nosotros pedimos que por favor no boten la basura y que Lima nos apoye de la mano también con la Municipalidad de San Martín de Porres”, dijo una vecina.
Fuente: Diario Correo.
Susana la que engaña
Luis García Miró Elguera- Diario Expreso
La alcaldesa Susana Villarán sencillamente se burla de los limeños. Corrijo. Se mofa del país. Con su prosapia neosocialista se cree facultada para hacer lo que le provoca, porque para eso tiene a su disposición al coro mediático-político de la izquierda que saldrá a blindarla cuantas veces le sea necesario.
Para empezar, Villarán se salvó de ser revocada –vacada– gracias a la necedad de la derecha local. O más propiamente, a la incongruencia de gente que se hace llamar de derecha, aunque al momento de definirse es más gelatinosa que malagua. Todo para salvar cara frente al político correctismo. Lourdes Flores fue quien le echó el salvavidas a Villarán, quien encarna a uno de los peores burgomaestres que ha tenido la capital. Salvada la situación, la incompetente y vana alcaldesa se sintió fortificada, pese al baldazo de agua helada que le echó encima la mitad de ciudadanos limeños por su pésima labor al frente del Concejo Metropolitano. La otra mitad no lo hizo por la tontería a la que nos referimos de la derecha.
Sin embargo, superado el trance revocador Villarán se dio cuenta que su carta blanca era absoluta. Quien cuestionara cualquier acto de su gestión ella se encargaría de mecerlo hasta pasar piola, apelando a su caparazón –como lo ha demostrado– digna del Campo de Marte. Nada ni nadie la perturba. Ella avanza apeada al espectro político neosocialista y a la claque de medios progresistas que la blindan las 24 horas del día. ¿Que la Contraloría la cuestiona por despilfarros? Pues a retar al Contralor. ¿Que Lima está amenazada por el caos del transporte, la brutal ola criminal, la inoperancia del municipio capitalino para todo lo que es construcción de infraestructura? Ni caso, sigue tan campante. ¿Que la ciudadanía revocó a su inepto cuerpo de regidores? Entonces a contratarlos como asesores rentados en el Concejo. No le entran balas.
Existen motivos de sobra para desconfiar de la gestión Villarán. Para muestra un botón: la manera escandalosa como contrata costosísimas –e inservibles– asesorías por quítame estas pajas, despilfarrando los fondos municipales en amigotes, antes que aplicarlos a mejorar los servicios de la capital. Pero los progre son así. Malversan el dinero ajeno y quedan impunes, por la complicidad de aquella izquierda asentada en el poder político, burocrático y mediático.
La más reciente viveza de Villarán ha sido la contratación del cuestionado ex teniente alcalde Eduardo Zegarra -precisamente uno de los principales responsables de los muertos de La Parada- como miembro del directorio de la Empresa Municipal de Mercados. Por cierto, la alcaldesa había prometido a los limeños que sus regidores revocados no regresarían al Concejo. Pero su caradura es de museo. En consecuencia Villarán raciocina: ¿qué le hace una raya más al tigre con una nueva mentira mía, cuando con ella me saco el clavo reponiendo a mis amigotes echados por la derecha? No nos cansaremos de repetir que así es la izquierda. Mendaz y provocadora; inútil y derrochadora; taimada y sacavueltera. En todo orden de cosas.