Izquierda camaleón

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La izquierda contra la educación

Existe una diferencia radical entre velar por los intereses de los ciudadanos y velar por los intereses de la burocracia. En el primer caso, la preocupación central es mejorar la vida de todos los peruanos, mientras que en el segundo solo la un grupo de interés que vive de nuestros impuestos. En países como Cuba y Venezuela se ha adoptado este segundo modelo y personas como Nicolás Maduro o los hermanos Castro se han enriquecido a costa del hambre de sus pueblos.
Con un enfoque similar, la bancada del Nuevo Perú (grupo político liderado por Verónika Mendoza) ha presentado un proyecto de ley que busca eliminar la prueba de desempeño docente como condición para permanecer en la carrera pública magisterial. La iniciativa presentada por el grupo de izquierda busca que la evaluación de desempeño docente únicamente sirva para que los profesores asciendan. Quienes fallen, en lugar de ser despedidos, gozarán de una suerte de estabilidad laboral absoluta y no podrían ser removidos en base a malos resultados en estas pruebas.
Lo primero que debemos decir sobre esto es que el Nuevo Perú quiere modificar para mal una situación que es completamente justa. Hoy, si un profesor jala la evaluación de desempeño docente, no es despedido inmediatamente, sino que es capacitado para que la vuelva a rendir. Más todavía, si vuelve a fallar, vuelve a recibir una capacitación y se le ofrece una oportunidad más. Es recién a la tercera desaprobación que un docente puede ser despedido. ¿Cómo este puede ser un esquema injusto?
Lo que no parecen haber entendido algunos parlamentarios del Nuevo Perú es que el Estado debe estar al servicio de los ciudadanos, no de los funcionarios públicos. El fin de la educación pública es garantizar una educación de calidad a los niños peruanos, no pagarle un sueldo a todos los que quieran ser profesores. Lo que reconoce nuestra Constitución es el derecho a la educación, no el derecho a que el Estado te mantenga empleado incluso si no demuestras estar capacitado.
Al elegir anteponer los intereses del magisterio por sobre los de los alumnos, el Nuevo Perú está pretendiendo que condenemos a cientos de niños a una educación de mala calidad. Si un profesor no rinde, se debe contratar a otro que pueda hacer mejor el trabajo de formar a los estudiantes. ¿Por qué vamos a mantener a profesores deficientes cuando hay otros más capacitados esperando ser contratados? El futuro de los peruanos no puede estar supeditado a los intereses de los funcionarios públicos.
Fuente: Editorial de Altavoz.

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