Testigos y profetas

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Introducción

La guerra civil española de 1936-1939 y su prólogo de la revolución de Asturias en Octubre de 1934 son acontecimientos históricos sumamente complejos en los que se entremezclan factores de todo tipo: sociales, políticos, militares, económicos y ¿cómo no? religiosos. Pero, cualquiera que sea el juicio histórico que se formule sobre aquella convulsa época, no cabe duda de que en ella se produjo, al socaire de la situación bélica y revolucionaria, una verdadera persecución religiosa.
La actuación de los gobiernos republicanos de izquierda asumió desde el primer momento tintes claramente antirreligiosos. La separación de Iglesia y Estado proclamada por la Constitución significó mucho más que una mera laicidad oficial; fue interpretada -y se aplicó- como una justificación de ataques a las instituciones eclesiásticas y traba a sus actividades: enseñanza, beneficencia, culto y hasta la simple existencia de órdenes y congregaciones religiosas.
Lo peor fue que, por debajo de las actuaciones oficiales más o menos respetuosos con la legalidad, se fue produciendo una actividad paralela de carácter revolucionario que desbordó todos los límites legales. Los incendios de iglesias primero y, luego, los asesinatos de sacerdotes, religiosos y religiosas y militantes católicos laicos se produjeron a un ritmo creciente que alcanzó su paroxismo en el primer semestre de la guerra civil. Fue entonces cuando la Iglesia española ofreció un impresionante tributo de sangre que no tiene otro paralelo sino el de las persecuciones del imperio Romano: una verdadera multitud de víctimas que merecieron desde los primeros momentos el título de mártires y que, en numerosos casos, ha ratificado oficialmente la Iglesia.
La Congregación de la Misión corrió la misma suerte que el resto de la Iglesia española. El planteamiento geográfico inicial de la guerra hizo que, al producirse el alzamiento o en las semanas que siguieron, la Mayoría de las casas de España cayeran en la zona que entonces se llamaba nacional. Esto, junto a la previsora medida del visitador de Madrid de trasladar el Seminario Interno y el Teologado a zonas más seguras, y a la circunstancia de encontrarse en Palma de Mallorca el estudiantado de Barcelona para celebrar el segundo centenario de aquella casa, redujo considerablemente el número de posibles víctimas. Pero el resto: doce casas de la Provincia de Madrid y cinco de la provincia de Barcelona (todas menos Palma de Mallorca), estaba situado en zona roja. Ellas supeditarían la ofrenda martirial de la Congregación: los 37 sacerdotes y los 19 Hermanos inmolados por odio a la fe, de los que 23 pertenecían a la Casa Central de Madrid.
En las páginas siguientes encontrará el lector la relación detallada de esos mártires. Pero, ¿cómo no resaltar ya desde ahora, entre otros, los nombres de las víctimas más jóvenes, los hermanos coadjutores seminaristas Vicente Cecilia y Manuel Trachiner, de la casa de Horta­leza, asesinados por llevar en la pobre maleta con que intentaban regre­sar a su familia, una sotana que delataba su condición religiosa? ¿Y cómo olvidar al benemérito y erudito Padre Benito Paradela, archivero y bibliotecario de la Casa Central de Madrid, que, con paciencia y previ­sión, fue poniendo a buen recaudo, al acercarse la revolución, los lega­jos del archivo y las mejores obras de la biblioteca, pero que no acertó a salvar su propia vida?
No menos generoso, aunque inferior en números relativos y abso­lutos, fue el tributo de las Hijas de la Caridad: 30 de ellas sufrieron heroicamente la muerte por fidelidad a su fe y a su vocación. 28 eran de la provincia española y 2 de la Hispano-francesa.
Conviene también señalar el testimonio admirable que dieron innumerables miembros de las asociaciones laicas de la Familia Vicen­ciana que murieron porque eran conocidos como católicos comprome­tidos. Así la Asociación de Hijos e Hijas de María Inmaculada tuvo 11 mártires, de los que 4 eran sacerdotes consiliarios y 7 laicos, la Aso­ciación de la Medalla Milagrosa de España tuvo 69 mártires, y la Socie­dad de San Vicente de Paúl 586, cuyos nombres figuran en los muros de la Iglesia de San Roberto Belarmino en Madrid.

Mártires de la Congregación de Misión

a) Alcorisa, diócesis de Teruel

1. Padre Fortunato VELASCO TOBAR CM, miembro de la Provin­cia de Madrid, nació el 1 de Junio de 1906 en Tardajos, Burgos (España) y murió el 23 de Agosto de 1936 en Alcorisa, Teruel. Era el 29 de Julio de 1936. Fiesta de Santa Marta, patrona de los Hermanos. Mientras se celebraba la campana de la iglesia parroquial tocaba dando la alarma. Unos quince camiones de la armada comu­nista habían entrado en Alcorisa. El Padre Superior gritó: “¡Salvése quién pueda!”. Cada uno tomó su camino, menos el siervo de Dios y el Her­mano Aguirre. Ellos se preguntaban, sobre todo el siervo de Dios pues él era el ecónomo, si no podían hacer algo por el bien espiritual del pueblo, y por el bien material de la comunidad esparcida. Un grupo de comunistas lleno la casa y la arrasó. Arrestaron al siervo de Dios así como a más de cincuenta personas conocidas por su fe. Les amenazaron de muerte colectiva. El día siguiente, el pueblo fue con­vocado a la plaza del Ayuntamiento, hicieron salir a los prisioneros, uno a uno, hasta sesenta, al balcón del Ayuntamiento para ser juz­gados públicamente. Cuando le tocó el turno al siervo de Dios el pue­blo pidió que no fuese condenado a muerte porque era religioso. Uno de los hijos del Alcalde respondió que no le iban a condenar porque era religioso. Había que ver si había actuado contra la República. Como nadie le pudo acusar de esto le dejaron en libertad. Perma­neció en libertad vigilada. Fue a refugiarse al domicilio del vicario de la parroquia, su compañero de martirio y de prisión durante más de un mes desde el 30 de Julio de 1936.
Este día, algunos jefes comunistas del exterior vinieron a presen­tarse al pueblo. Los comunistas de Alcorisa fueron a la casa alrede­dor de la una de la mañana para arrestar al Padre Fortunato. Lo llevaron a las Escuelas Nacionales, que hacían de prisión, donde se encontró al menos dos prisioneros de derechas del pueblo. La noche del 23 de Agosto de 1936 le hicieron salir de la prisión y le llevaron al cemen­terio. Allí, en la noche del 23 al 24 de Agosto de 1936, le fusilaron. Todos los testigos están de acuerdo en que murió perdonando a quie­nes le quitaban la vida.
2. Padre Leoncio PÉREZ NEBREDA CM, miembro de la Provincia de Madrid, nació el 18 de Marzo de 1895 en Villamentero, Burgos (España) y murió el 2 de Agosto de 1936 en las afueras de Oliete, Teruel (España). El 29 de Julio de 1936 hicieron su entrada en Alcorisa (Teruel) los marxistas, estando los Padres festejando la Santa Patrona de los Hermanos oyeron, no terminada aún la merienda, que sonaba la campana de la Iglesia parroquial repicando alarma. Quince camiones de tropas marxistas habían hecho la entrada. Ante la inminencia del peligro, el Superior de la Comunidad dio el grito de desbandada: “Sálvese el que pueda”.
El Siervo de Dios se orientó hacia Zaragoza e hizo su primera parada aquella misma tarde, en la Masía de Ariño (Las Lomas). El 30 de Julio, hacia las dos de la mañana, buscando un refugio más seguro, halló un nuevo escondite en la Masía de los Frailes. Hacia el 31 de Julio tuvo que buscar asilo en un tercer caserío, “La Masía de la Mascarada”. Solo permaneció dos días. Se cambió su vestido por otro viejo y los zapatos por alpargatas. El 2 de Agosto apareció muy de mañana en las afueras del pueblo de Obón, de la misma provincia de Teruel. Aguardó hasta que sonó en la torre parroquial la campana de la Misa tempranera. Edificó a todos por la gran devoción con que oyó la Misa. Terminada la Misa entró en la sacristía y pidió confesión al Cura Párroco, saliendo del pueblo por el mismo barrio que le vio entrar. Entró en el pueblo de Oliete por la carretera y se paró en el puente, sentándose en un poyo junto a la vivienda situada a la misma altura del puente. Pidió agua en la casa a cuya puerta estaba descan­sando. Estaba dialogando en el puente con Paulino Martín Pérez, cuando se llegó al grupo un vecino del pueblo: José Santiago Can­deal, de malos antecedentes y desaparecido más tarde del territorio nacional. Sospechando que aquel hombre vestido de aquella facha era un sacerdote disfrazado, intencionadamente le pasó la mano por la cabeza y le tiró la gorra al suelo. Así vio que llevaba marcada la corona en la cabeza. Esto le bastó a José para concebir y ejecutar inmediatamente su inicuo plan. Pretextó que debía marcharse con el fin de acarrear. Al poco tiempo se presentó con dos caballerías. El Siervo de Dios ya se había puesto en marcha por la carretera de Oliete. José le dio alcance en la misma carretera y comenzó a intimar con él, conociendo por sus mismos labios los planes que tenía de ir Zaragoza. A unos tres kilómetros de Oliete, José, fingiendo con toda astucia una ayuda personal, le sugirió: “No vaya Vd. por la carretera. Venga por este camino”. Y le hizo montar en una de sus caballerías mientras él montaba la otra. Lo desvió de la carretera y le llevó por un sendero, caminando aproximadamente un kilómetro más, hasta que llegaron a un barranco solitario y seco, dentro del mismo terri­torio de Oliete. Llegados aquí, José le dijo al Padre con toda sangre fría: voy a bajar de la caballería. Y luego, haciendo bajar también al Padre, comenzó a golpearle en la cabeza y en la nuca con uno de los palos o varas de acarrear que llevan en su albarda las caballerías. El Siervo de Dios cayó sin sentido, y José continuó golpeándole hasta matarle. Luego arrojó su cadáver en la hendidura de una roca al bor­de del barranco, echándole encima una gran losa y algunas piedras.
El cadáver del Siervo de Dios fue visto y reconocido por algunos vecinos de Oliete. Todos los testigos están de acuerdo que el moti­vo de la muerte del Siervo de Dios fue su condición de sacerdote y religioso.
3. Hermano Luis AGUIRRE BILBAO CM, miembro de la Provincia de Madrid, nació el 19 de Agosto de 1914 en Munguía, Vizcaya (España) y murió el 29 de Julio de 1936 en Alcorisa.
El 21 de Abril escribía a sus tíos: “Ahora vivimos al revés porque todos los criminales están fuera y los inocentes, en prisión. ¿Qué fin persiguen quemando iglesias, conventos… tirando por tierra las for­mas y haciendo todos los sacrilegios que hacen en muchas partes, sacando las estatuas de los santos fuera para prenderlas fuego? ¡Ore­mos y sacrifiquémonos…! Oremos mucho por nuestra querida patria. Pongámonos en las manos de Nuestro Señor para que sea lo que él quiera…, y preparémonos a bien morir, pues es preciso morir por defender la Fe… Hay que pasar por eso… No hay otro medio”.
El 29 de Julio, mientras estaban todavía celebrando la fiesta de Santa Marta, patrona de los Hermanos, recibieron confirmación de que las huestes comunistas estaban entrando en Alcorisa. Ante la in­minencia del peligro el Superior de la Comunidad dio el grito de des­bandada. El Padre Velasco y el Hermano Aguirre optaron por quedarse en ca­sa. Se despidieron de sus compañeros que se marchaban con un abra­zo y ellos se quedaron en casa esperando ver cómo se desarrollaban aquellos trágicos sucesos, y para ver si podían hacer algo por el bien espiritual del pueblo y por el bien material de la disuelta Comunidad
Una vez que tomaron posesión del pueblo, los marxistas encami­naron sus pasos hacia la residencia de los Padres Paúles. Al llegar allí golpearon brutalmente las puertas de la casa. Después de haberse enfrentado con el Padre Velasco, le obligaron, junto con el Hermano Aguirre, a que les acompañaran en el registro. Hicieron mil destrozos y fusi­laron en la iglesia las sagradas imágenes con abundante tiroteo. Inmediatamente después del registro tuvo lugar el apresamiento martirio del Siervo de Dios, pues el Padre Velasco, en carta autógrafa escrita a lápiz desde la cárcel de Alcorisa con fecha 30 de Julio de 1936, decía: “Ayer tarde, después de llegar las milicias, huyeron todos menos Aguirre y yo. Al llegar las milicias nos entregamos, registraron la casa delante de nosotros, hicieron mil destrozos. Al salir, me parece que le mataron (Hermano Aguirre), según me han dicho hoy”.
Los hechos se siguieron así: Apresado el Padre Velasco, los marxistas se encararon con el Siervo de Dios (Hermano Aguirre). El Hermano pro­testó su inocencia: nada había hecho para que le matasen. Los mar­xistas le hicieron ponerse de rodillas ante la fachada del Colegio -hoy Seminario Diocesano- y allí mismo le fusilaron.
Antes de ser tiroteado, el Siervo de Dios declaró: Si tengo que morir, muero por Dios y por España. Los marxistas le intimaron que gritara: “¡Viva el comunismo!”. Pero el mártir gritó: “¡Viva Cristo Rey!”. Aquella tarde del 29 de Julio de 1936, precisamente en el día de la Patrona de los Hermanos (Santa Marta), moría mártir, siendo así la primera víctima de la revolución antirreligiosa de Alcorisa. Todos los testigos son unánimes en declarar que fue asesinado en odio a la Fe católica y por su condición de religioso.

b) Guadalajara, diócesis de Sigüenza-Guadalajara (6 de Diciembre de 1936)

4. Padre Ireneo RODRÍGUEZ GONZÁLEZ CM, miembro de la Provincia de Madrid, nació el 10 de Febrero de 1897 en Los Balbases, Burgos (España) y murió el 6 de Diciembre de 1936 en Guadalajara.
5. Padre Gregorio CERMOÑO BARCELÓ CM, miembro de la Provincia de Madrid, nació el 9 de Mayo de 1874 en Zaragoza (España) y murió el 6 de Diciembre de 1936 en Guadalajara.
6. Padre Vicente VILUMBRALES FUENTE CM, miembro de la Provincia de Madrid, nació el 5 de Abril de 1909 en Reinoso de Bureba, Burgos (España) y murió el 6 de Diciembre de 1936 en Guadalajara.
7. Hermano Narciso PASCUAL PASCUAL CM, miembro de la Provincia de Madrid, nació el 17 de Agosto de 1917 en Sarreaus, Orense (España) y murió el 6 de Diciembre de 1936 en Guadalajara.
Iniciada la revolución marxista, los milicianos detuvieron a los Siervos de Dios el 26 de Julio de 1936 y los encarcelaron en la Prisión Central, calle Amparo, Guadalajara. Con ellos encarcelaron en la misma prisión a unas 300 personas destacadas por su catolicismo en la región alcarreña, entre las que se contaban 21 sacerdotes y religiosos, colocados en una celda aparte de los seglares. Sufrieron muchas molestias y privaciones. La alimentación era muy escasa, en Octubre fueron despojados de los colchones de lana y las mantas de su propiedad particular y en el mes de Noviembre, cuando el frío comenzaba a sentirse de veras, les robaron sus propios abrigos.
Los sacerdotes y religiosos llevaban una vida muy ejemplar. No hacían más que rezar, y confesaban a los presos que eran ejecutados.
El 6 de Diciembre de 1936 una turba de comunistas de la capital, instigados por una brigada de milicianos de Alicante, asaltaron la Prisión Central de Guadalajara para matar a todos los sacerdotes, religiosos y seglares destacados por su catolicismo. Comenzó el asalto a las cuatro de la tarde. Primero los marxistas cerraron los dormitorios para que no pudieran defenderse sus victimas. Después entraron y sacaron a todos los presos, uno a uno, acompañado cada uno de ellos por un miliciano. Fueron conducidos al recinto de la Prisión y allí los fusilaban, dejando sus cadáveres en el suelo. Los primeros que mataron fueron los sacerdotes y religiosos de la celda aislada, unos 21. Entre estos asesinados primeramente, estaban los sacerdotes Paúles y el hermano lego Paúl. Parece ser que los primeros en caer fueron el P. Ireneo y el Hno. Pascual. A tal punto llegó el furor de la turba marxista, que varios milicianos, armados con pistolas, acribillaron a balazos a cuantos tenían los ojos abiertos, dejando, en cambio, sin rematar a los agonizantes, en tal forma que al ser conducidas las victimas en los camiones para ser enterradas, algunas de ellas daban gritos angustiosos. Fueron enterrados en fosa común, y muchos cadáveres no fueron enterrados sino quemados allí mismo.

c) Mártires de Oviedo y de Gijón, diócesis de Oviedo

8. Padre Tomás PALLARÉS IBÁÑEZ CM, miembro de la provincia de Madrid, nació el 6 de Marzo de 1890 en La Iglesuela del Cid, Zaragoza (España) y murió el 13 de Octubre de 1934 en Oviedo.
En la tarde del 6 de Octubre de 1934 los marxistas rodearon el Seminario Diocesano envolviéndolo en horrible tiroteo. Profesores y alumnos se dieron a la desbandada. Apresado por los marxistas y lle­vado a la Comisaría, fue conducido a una cárcel improvisada junta­mente con un grupo de seminaristas y religiosos. Después de tres días fueron trasladados a otra prisión, ocupando todos los presos (unos 70) una sola habitación, sentados día y noche, vigilados día y noche por milicianos y milicianas, armadas ellas también, y apenas podían hablar entre sí. Se confesaban disimuladamente, según esta­ban sentados en la sala. Al saber que la Mayor parte eran sacerdotes y religiosos, intentaron fusilarlos allí a todos, pero el jefe de la pri­sión lo impidió, y, para impedir de momento la matanza, se formó un simulacro de juicio, aunque ya sabían la condición de todos. Fue­ron trasladados a otra prisión, donde estuvieron encerrados hasta el día de su martirio, y en lo tres días incompletos que allí vivieron no les dieron más alimento que un poco de café el tercer día por la mañana. Para beber les daban agua estancada en que se lavaban los mismos marxistas, bebida que incluso les quitaron el segundo día.
El 13 de Octubre en la improvisada cárcel hubo dos explosiones planeadas por los marxistas. A las doce y media de la mañana, cuando vieron que las fuerzas gubernamentales avanzaban por la estación, provocaron la primera explosión con el fin de darles a ellos tiempo para escapar, volar la escalera para que no escapara ninguno de los presos y preparar la segunda explosión, que volaría todo el edificio. Ante el avance de las tropas, los marxistas habían intentado fusilar a todos los reclusos, de seis en seis, pero desistieron. Después de un cuarto de hora, fue la primera explosión, que destruyó la escalera, dejando a los presos sin salida. Tres paredes del aula-prisión quedaron destruidas y una cayó encima de los reclusos sin herir a ninguno. Los guardias de asalto perdieron el control y ordenaron: “Cada uno que salga como pueda”. Unos saltaron a los tejados próximos, más bajos que el tercer piso del edificio, otros comenzaron a gatear por las cons­trucciones no terminadas del proyectado nuevo Instituto. La Mayor parte rompió el pavimento que era de madera, abrieron un boquete, levantando algunas maderas. Con unas mantas se hicieron cuerdas y por ellas se iban deslizando uno a uno, hasta el segundo piso del edi­ficio. Y llegados a él, se agarraban y gateaban por las nuevas construc­ciones del Instituto hasta tocar el suelo. Todo el edificio y la tapia de la finca estaban rodeados por un piquete de marxistas que, fusil en mano, aguardaban a cuantos intentaban escapar, para fusilarlos en el acto. Al deslizarse por la cuerda de mantas el Siervo de Dios, le alcanzó en la cabeza una ráfaga de balas. El P Pallarés se desprendió de la cuerda y cayó desplomado en el segundo piso, donde expiró al instante. Un poste de hierro de los cables del tranvía, lanzado por la segunda explosión, quedó tirado encima del cuerpo del P. Pallarés. Testigos presenciales pudieron reconocer el cadáver del Padre Pallarés, que luego desapareció, sin saberse nada más.
9. Hermano Salustiano GONZÁLEZ CRESPO CM, miembro de la Provincia de Madrid, nació el I de Mayo de 1871 en Tapia de la Rivera, León, (España) y murió el 13 de Octubre de 1934 en Oviedo.El Hno. Salustiano murió el mismo día y en las mismas circunstancias que el P. Tomás Pallares Ibáñez.
10. Padre Vicente PASTOR VICENTE CM, miembro de la Provincia de Madrid, nació el 19 de Tulio de 1886 en Caudé, Teruel (España) y murió el 7 de Octubre de 1934 en Oviedo.
Al comenzar la revolución marxista en Asturias (la “octubrada”), Octubre de 1934 (preludio de la revolución general marxista española, 1936-1939), el Siervo de Dios residía en el Seminario Diocesano de Oviedo, entonces confiado a la Congregación.
El 4 de Octubre por la mañana salió del Seminario a decir la Santa Misa en el Colegio de La Milagrosa, Hijas de la Caridad. Terminada la Misa, las Hermanas le advirtieron que no saliera del Colegio, a causa del tiroteo que ya se notaba en las calles. El Padre tuvo entonces una actitud decidida, valiente. No pasa nada, respondió, y se volvió al Seminario. El 6 de Octubre, hacia las tres de la tarde, los marxistas asaltaron Oviedo (“ciudad mártir”). En seguida rodearon el Seminario Diocesano, envolviéndolo en un horrible tiroteo. Se impuso la desbandada de profesores y alumnos. Luego los enemigos de la fe arrasaron el Seminario, prendiéndole fuego.
La Mayor parte de los seminaristas cayeron en poder de los revolucionarios. Un grupo de ellos, acompañado por un Padre Dominico, se ocultaron en un sótano próximo al Seminario. Otro grupo de Seminaristas refugiados en el sótano de una casa vecina, fueron sorprendidos por los marxistas y asesinados en la esquina de la misma calle del sótano. Murieron con valentía al grito de: “¡Viva Cristo Rey!”.
Al evacuar el Seminario todos los profesores y alumnos, el Siervo de Dios se puso traje de paisano y se quedó allí hasta el día siguiente (7 de Octubre) por la mañana, en que, vestido de seglar, dijo la santa Misa en la capilla de los Padres Dominicos dentro del Seminario. Según informes de un testigo ocular de aquellos sucesos, el Padre Pastor, antes de abandonar el Seminario, consumió él solo las formas del Sagrario.
Dicha la Misa, el P. Pastor se escondió en el pajar del Seminario, acurrucándose en la misma paja. Compartían su escondrijo dos o tres legos Dominicos. Como la paja le sofocaba el Siervo de Dios determinó escapar por la puerta trasera del pajar que se abre a dicha carretera. Allí mismo, junto a la puerta del pajar, acababan de fusilar los marxistas a siete seminaristas Mayores. Los dos legos Dominicos le advirtieron al Padre Pastor, con humor realista, que era mejor oler la paja que oler la pólvora. Ellos continuaron arrebujados en su defen­sa. El Padre Pastor nada más salir a la carretera, fue detenido por los marxistas, siendo conducido al antiguo “Mercado de San Lázaro” o “Matadero viejo”, en el Barrio de San Lázaro, Oviedo. Al anochecer del mismo día 7 de Octubre de 1934, los comunistas condujeron al mismo sitio al Provisor y al Canciller-Secretario de la Archidiócesis, e inmediatamente los fusilaron allí mismo junto con el Siervo de Dios. Después de fusilarles, los mismos marxistas recogieron los cadáveres de los tres, y en un carro los trasportaron al cementerio de “El Salvador”, Oviedo, echándolos en una fosa común.
11. Padre Amado GARCÍA SÁNCHEZ CM, miembro de la Provincia de Madrid, nació el 29 de Abril de 1903 en Moscardón, Teruel (España) y murió el 24 de Octubre de 1936 en Gijón (España).
Al comenzar la revolución marxista en Julio de 1936, el Siervo de Dios vivía en la residencia que la Comunidad tenía en Gijón (Astu­rias) y allí se quedó escondido y refugiado. Compartía este refugio con el Padre Gutiérrez y el Hermano Paulino Jiménez. Invitado a cambiar de refugio, se resistía por delicadeza, ante el temor de comprometer a la familia que le recibiera.
Ante las muchas instancias de personas amigas, el Padre Amado accedió a buscarse otro refugio más seguro en el domicilio de Sabina Llado, de la misma ciudad, donde permaneció solo cuatro o cinco días, durante los cuales dijo la Santa Misa vestido de seglar y con un misalito de los fieles, después se volvió a la residencia de la Comu­nidad, donde se ocultó por segunda vez, por no comprometer a una familia que tanta generosidad le había demostrado. Tuvo el Santí­simo en la Capilla hasta la fecha de su prendimiento. Salía algunas veces muy temprano a decir la misa y confesar fuera (Colegio de Pola), donde el 12 de Agosto pudo confesar hasta unas 30 personas. El 15 de Agosto hizo su última salida al mismo Colegio, donde hijo la santa Misa y confesó.
El 22 de Octubre fueron apresados él y el Hermano y presenta­dos ante un pseudo tribunal popular acusando al Siervo de Dios de haber dicho Misa el día 15 de Agosto, de que era cura y por lo tanto marcadamente faccioso y le hicieron recitar el Credo y el Padrenues­tro. A continuación fueron llevados los dos a una “checa” roja, en la que solo el Siervo de Dios fue torturado por tres días bien completos.
El 24 de Octubre de 1936, la víspera de Cristo Rey, los marxistas entraron muy de mañana en la checa y con la lista en mano, el fatí­dico lector de turno leyó el nombre del camarada Amado, el que abrazó al Hermano Jiménez y le dijo: “¡Adiós! ¡Hasta la eternidad!”, reco­mendando a los comunistas: “Matadme a mí, pero no hagáis nada a este pobre viejo, que es solo un criado nuestro”. Aún no había cla­reado el día hicieron subir en un coche al P. Amado y a sus compa­ñeros de suplicio. Fueron conducidos al cementerio municipal de Gijón (cementerio del Suco, Ceares) y en la pequeña explanada ante las puertas del cementerio fusilaron al Padre Amado, junto con otros tres compañeros de prisión. En el acto del martirio, el Siervo de Dios tuvo palabras de perdón para sus verdugos y de alegría al dar su vida por Dios. Así pudo testificarlo el Conserje del cementerio, que sintió perfectamente la llegada del coche de la muerte y desde su domicilio distinguió con claridad los tiros del fusilamiento.
12. Padre Pelayo-José GRANADO PRIETO CM, miembro de la Pro­vincia de Madrid, nació el 30 de Julio de 1895 en Santa María de los Llanos, Cuenca (España) y murió el 27 de Agosto de 1936 en Soto del Barco.“Un vecino de Soto del Barco (fallecido en 1952), emparentado con uno de los dirigentes locales marxistas, llamó un día a la Casa Rectoral, pidiendo clemencia para el P. Granado y protestando del trato que le daban. Al llegar a la casa oyó los quejidos del Padre y las risotadas de milicianos y milicianas que le atormentaban. Le golpea­ron y le pincharon al tiempo de insultarle. Le iban cortando la carne a trozos mientras ese vecino oyó allí mismo a los milicianos que pro­ferían este sarcasmo contra el Siervo de Dios: Mira qué carnes más blancas tiene”. Le privaron de su integridad viril…
Los tres últimos días de su prisión y tormentos estuvo encerrado en el servicio, sin comer, ni beber, ni disponer de espacio suficiente para sentarse. El Padre pidió angustiosamente a sus verdugos que al menos le dieran un poco de agua, favor que le negaron.
A estos tormentos postreros se juntó otro, de índole espiritual. Sabía el Siervo de Dios que en el pueblo había un sacerdote, y pedía como única gracia que se lo trajeran, para confesarse con él a lo que se negaron rotundamente los marxistas.
El 27 de Agosto de 1936, ya de noche, los comunistas sacaron al Siervo de Dios, más muerto que vivo, de la Casa Rectoral y lo con­dujeron a la orilla del río Nalón, que pasa junto a Soto del Barco. Allí mismo le acuchillaron por la espalda hasta que expiró, arrojando al río su cuerpo, que jamás apareció.
13. Padre Ricardo ATANES CASTRO CM, miembro de la Provincia de Madrid, nació el 5 de Agosto de 1875 en Cualedro, Orense (España) y murió el 14 de Agosto cerca de Gijón.El 14 de Agosto, a las cuatro de la tarde, sacaron los comunistas a todos los presos de la checa instalada en la Iglesia de San José para ser fusilados… Sonriente el rostro, el Siervo de Dios fue arrojado en uno de los camiones de la muerte, junto con otros 300 compañeros, entre sacerdotes y seglares destacados por su catolicismo.
Pararon los camiones en un pinar situado en una de las bellas colinas que circundan Gijón, no lejos de los depósitos de agua, en el término designado comúnmente con el nombre de “Llantones”. Inmediatamente todos los presos fueron puestos en filas y un piquete de marxistas los acribilló con varias ametralladores. Era el 14 de Agosto de 1936.
14. Padre Andrés Avelino GUTIÉRREZ CM, miembro de la Provin­cia de Madrid, nació el 12 de Noviembre de 1886 en Salazar de Amaya, Burgos (España) y murió el 3 de Agosto de 1936 cerca de Villaviciosa (Asturias).
El 3 de Agosto de 1936, hacia las tres de la tarde, tres o cuatro milicianos marxistas sacaron de la prisión al Siervo de Dios en un coche y le llevaron al pueblo y parroquia de San Justo (Asturias).
Le hicieron subir monte arriba. El Padre se abría paso fatigosa­mente por entre los cotones o malezas, dándole empujones sus ver­dugos. La subida fue muy penosa en este nuevo calvario hacia su muerte. Iba hablando solo (según dice un testigo), es decir, iba rezan­do. Llegó por fin con sus verdugos a la altura de unos setenta metros y allí mismo le fusilaron.
Una vez que los comunistas se alejaron con el coche, muchos vecinos de San Justo subieron al monte a rendir los primeros hono­res al mártir de Cristo. Desde diversos sectores habían oído los dis­paros. Merced a todos estos testigos oculares, y a la consiguiente fama de martirio que aún perdura entre aquellas bondadosas gentes, llegaron a conocerse, junto con el martirio, no pocos detalles del mismo. El misionero yacía boca arriba, con el orificio de la bala en la sien izquierda y encima de un gran charco de sangre que bajaba por el camino como un arroyo… La boina, también llena de sangre, estaba tirada junto a los hombros, y junto a la boina unos trozos del cráneo. Tenía la frente marcada con una cruz de sangre, como de dos dedos de ancha. Había tenido el gesto valiente y generoso de rubricar su martirio con su propia sangre; con los dedos de la mano, mojados en su propia sangre, se había signado en la frente un poco antes de que el Juez Supremo signara su alma con el sello eterno de los héroes del amor.
Los habitantes de San Justo, testigos oculares del hecho (presen­ciaron la llegada del auto de los marxistas con la víctima y oyeron perfectamente los disparos del fusilamiento) subieron inmediata­mente y en gran número al monte, vieron al Siervo de Dios fusilado y presenciaron su agonía. Al día siguiente el cadáver fue recogido en una escalera de las que usan en la región asturiana (“pasera”) para subir al pajar o para coger las manzanas. En ella, como en parihue­las, fue bajado del monte y subido a un camión, que lo trasportó al Depósito Judicial de Villaviciosa, a cuyo municipio pertenece el pue­blecito de San Justo. El 14 de Febrero de 1940 fueron trasladados los restos del Siervo de Dios al Cementerio Municipal de Gijón (Suco, Ceares) donde hoy reposan.

d) Rialp, diócesis de Urgel (17 de Agosto de 1936)

15. Padre Antonio CARMANIÚ MERCADER CM, miembro de la Provincia de Barcelona, nació el 17 de Abril de 1860 en Rialp, Lérida (España) y murió el 17 de Agosto de 1936 cerca de Llavorsi, Lérida.
Al comenzar la revolución marxista en Julio de 1936, el Siervo de Dios residía en la Casa Central de Barcelona, calle Provenza 212. En la tarde del 19 de Julio, al igual que los demás sacerdotes y Hermanos, dejó la Casa Central, buscando un refugio por la capital. Pero al salir, como lo hicieron todos los sacerdotes, se llevó consigo un cajita llena de formas consagradas del Sagrario, evitando así una segura profanación de las dos mil formas recién consagradas. Se refugió en dos casas de Barcelona, pero se creyó más seguro en su pueblo natal, queriendo así evitar peligros a las familias que le hospedaban. Antes de partir hizo acto de presencia ante el Superior de la Casa Central, refugiado en un domicilio barcelonés. Le pidió el permiso y bendición para la partida, licencia en materia de santa pobreza, etc. Gracias a un salvoconducto que le proporcionó el Comandante de la Guardia Civil de Barcelona, el Padre Carmaniú llegó a Rialp finalizando el mes de Julio, ocultándose en la casa que le vio nacer. Un día le llamaron desde el Comité Rojo de Rialp para prestar unas declaraciones, que significaba para preparar la sentencia de muerte. Le dejaron en libertad, pero prohibiéndole que saliera del pueblo. Una noche, entre las once y las doce, se escapó del pueblo natal. Le buscaron con toda diligencia por el río y por la montaña, sin hallar rastro. De refugio en refugio llegó a Estarón (Lérida) donde pasó unas horas en la casa de un pariente suyo muy lejano. El Siervo de Dios, acompañado de un familiar, comenzó a caminar por la montaña con dirección de la frontera de Francia, para refugiarse en alguna Casa de la Congregación, pero los milicianos lo detuvieron pidiéndole el salvoconducto y le encarcelaron en el Comité Rojo del pueblo de Estarón, donde estuvo preso lo restante del día 16 de Agosto y parte del 17. Le atormentaron en los locales de las Escuelas, golpeándole en la cabeza con el fusil, al mismo tiempo que proferían contra él las más groseras injurias. Sacaron de las Escuelas al P. Carmaniú y le condujeron a diversas paradas. En una de ellas juntó consigo a todos los miembros de la familia y les advirtió que no se dejaran engañar de las enseñanzas marxistas, y les exhortó a que no tuvieran miedo a morir por la fe. En otra parada le sujetaron de pies y manos, queriéndole obligar brutalmente a beber vino en un cáliz (habían despojado una iglesia de todos los cálices, copones, ornamentos sagrados, sotanas, bonetes que pudieron hallar), pero él rehusó.
Los marxistas bajaron a Ribera de Cardós, en plena llanura y se encaminaron a la fonda del pueblo. Le pusieron delante un caldero lleno de vino, mientras le decían: Bebe, que es el último día y le repetían las mismas injurias verbales relativas a mujeres, monjas y confesiones. En Ribera de Cardós hicieron entrega del Siervo de Dios a sus camaradas marxistas procedentes de la F.A.I. de Tremp (Lérida), que le hicieron subir con ellos a una camioneta y le condujeron al cercano pueblo de Llavorsí (Lérida) y a dos o tres kilómetros de Lla­vorsí le hicieron bajar. Eran ya de diez a once de la noche del 17 de Agosto de 1936. Los milicianos sentaron al padre encima del malecón y le enfocaron bien con los reflectores de la camioneta. Le mandaron que se pusiera de espaldas a ellos y de cara a la corriente del río, a lo que no accedió el Siervo de Dios, diciéndoles que moriría de cara, añadiendo: “Viva Cristo Rey, ya podéis tirar”. Al oír esto, dispararon sus fusiles mientras él gritó: “¡Viva Cristo Rey!”… Echaron sobre el cadáver unas paladas de arena y cascajo. Desde el mismo momento de la muerte, quedó confirmada, entre los que le conocieron, la fama de santidad y martirio y “este sentimiento se muestra espontáneo”, y “que murió mártir de Cristo y de la Fe y esta fama es general y espontánea y va en incremento”.

e) Diócesis de Madrid

La “Casita” (29 de Octubre de 1936)
16. Padre Maurilio TOBAR GONZÁLEZ CM, miembro de la Provin­cia de Madrid, nació el 14 de Septiembre de 1869 en Tardajos, Bur­gos (España) y murió el 29 de Octubre de 1936 en Madrid.
17. Padre Ponciano NIETO ASENSIO CM, miembro de la provincia de Madrid, nació el 9 de Marzo de 1875 en Valverde del Campo, Valladolid (España) y murió el 29 de Octubre de 1936 en Madrid.
En la casa llamada la “Casita” residían los capellanes encargados de la Casa Central de la Hijas de la Caridad y del seminario de las Her­manas, es decir cerca de 70 Hermanas con votos y más de 200 Her­manas en formación. Desde el 23 de Julio, los dos Padres se refugiaron en la casa de una prima del Superior. Pero les arrestaron a los tres. Fueron probablemente fusilados juntos el 29 de Septiembre de 1936.
Vallecas (23 de Octubre de 1936)
18. Padre José María FERNÁNDEZ SÁNCHEZ CM, miembro de la Provincia de Madrid, nació el 15 de Enero de 1875 en Oviedo (España) y murió el 23 de Octubre de 1936 en Vallecas-Madrid.
19. Padre Roque GUILLÉN GARCÁS CM, miembro de la Provincia de Madrid, nació el 21 de Mayo de 1879 en Sarrión, Teruel (Espa­ña) y murió el 23 de Octubre de 1936 en Vallecas, Madrid.
20. Padre Benito PARADELA NOVOA CM, miembro de la Provincia de Madrid, nació el 22 de Octubre de 1887 en Amoeiró, Orense (España) y murió el 23 de Octubre de 1936 en Vallecas-Madrid.
21. Hermano Cristóbal GONZÁLEZ CARCEDO CM, miembro de la Provincia de Madrid, nació el 21 de Agosto de 1913 en Lodoso, Bur­gos, (España) y murió el 23 de Octubre de 1936 en Vallecas-Madrid.
22. Hermano César ELEXGARAY OTÁZUA CM, miembro de la Pro­vincia de Madrid, nació el 25 de Febrero de 1904 en Anteiglesia, Guipúzcoa (España) y murió el 23 de Octubre de 1936 en Vallecas-Madrid.
23. Hermano Juan NÚÑEZ ORCAJO CM, miembro de la Provincia de Madrid, nació el 14 de Septiembre de 1882 en Font Toso, Burgos (España) y murió el 23 de Octubre de 1936 en Vallecas-Madrid.
Vallecas es un barrio de los suburbios de Madrid en cuyo cemen­terio ocho de nuestros cohermanos, tres sacerdotes y cinco Hermanos, procedentes de tres casas, fueron fusilados y enterrados el 23 de Octu­bre de 1936. Había cohermanos de la Casa Central y de la “Casita” y dos de Hortaleza de la que hablaremos más tarde. Los milicianos, en particular creían que tenían “riquezas” escondidas por las Hermanas. Primero estuvieron en la cárcel donde sufrieron privaciones, y sufri­mientos por la brutalidad de sus interrogatorios. Después, el 23 ó el 24 de Octubre, después de un periodo de encarcelamiento más suave, fueron entregados a la Checa de Fomento, más fanáticos y más cureles que los otros que, probablemente les masacraron ese mismo día.
Hortaleza
24. Padre Eleuterio CASTILLO GÓMEZ, C.M., miembro de la Provin­cia de Madrid, nació el 18 de Octubre de 1903 en Marmellar de Ar­riba, Burgos (España) y murió el 3 de Octubre de 1936 en Madrid.
25. Hermano Saturnino TOBAR GONZÁLEZ CM, miembro de la Provincia de Madrid, nació el 24 de Diciembre de 1858 en Tarda­jos, Burgos (España) y murió el 28 de Septiembre de 1936 en Valle­cas, Madrid.
26. Hermano Agustín NOGAL TOBAR, C.M., miembro de la Provin­cia de Madrid, nació el 5 de Mayo de 1885 en Tardajos, Burgos (España) y murió el 23 de Octubre de 1936 en Vallecas, Madrid.
27. Hermano Bartolomé GELABERT PERICÁS, C.M., miembro de la Provincia de Madrid, nació el 4 de Mayo de 1872 en Consey, Mallorca (España) y murió el 27 de Noviembre de 1936 en Cani­llas, Madrid.
28. Hermano Pedro ARMENDÁRIZ ZABALETA CM, miembro de la Provincia de Madrid, nació el 29 de Abril de 1877 en Tracheta, Navarra (España) y murió el 27 de Noviembre de 1936 en Madrid.
29. Hermano Manuel TRACHINER MONTAÑA CM, miembro de la Provincia de Madrid, nació el 21 de Septiembre de 1915 en Puzol, Valencia (España) y murió el 20 de Julio de 1936 en Hortaleza, Madrid.
30. Hermano Vicente CECILIA GALLARDO CM, novicio de la Pro­vincia de Madrid, nació el 10 de Septiembre de 1914 en Cabra, Cór­doba (España) y murió el 19 de Julio de 1936 en Hortaleza, Madrid.
31. Hermano Roque CATALÁN DOMINGO CM, miembro de la Pro­vincia de Madrid, nació el 24 de Enero de 1874 en Aldehuela, Teruel (España) y murió el 22 de Julio de 1936 en Hortaleza, Madrid.
32. Hermano José GARCÍA PÉREZ CM, miembro de la Provincia de Madrid, nació el 6 de Enero de 1915 en Lavadores-Tuy, Pontevedra (España) y murió el 28 de Julio de 1936 en Paracuellos, Madrid.
La casa de Hortaleza, grande y bonita, con una gran extensión de terreno que tenía varias granjas, era el lugar de nuestro Seminario Interno y de un centro de formación profesional para nuestros Her­manos. Los milicianos, animados por el odio a la religión y la bús­queda de dinero de las comunidades, querían especialmente hacerse entregar los bienes que podían tener nuestras casas. Bajo la presión de violentos interrogatorios y de torturas obtenían la confesión de los lugares en que estaban escondidos los cálices y otros objetos precio­sos de la comunidad. Algunos, que intentaron escapar vestidos de lai­cos, fueron reconocidos como religiosos, y por ese único motivo fueron fusilados. Otro, ante una multitud enfurecida, con su rosario en la mano, fue abatido con una bala en la cabeza. De esta casa fue­ron masacrados un sacerdote y ocho hermanos.
Valdemoro
33. Padre Benito QUINTANO DÍAZ CM, miembro de la Provincia de Madrid, nació el 3 de Abril de 1861 en Lodoso, Teruel (España) y murió el 12 de Diciembre de 1936 en Madrid.
34. Padre Teodoro GÓMEZ CERVERO CM, miembro de la Provin­cia de Madrid, nació el 7 de Diciembre de 1877 en Deza, Soria (España) y murió el 22 de Octubre de 1936 en Madrid.
35. Hermano Isidro ALONSO PEÑA CM, miembro de la Provincia de Madrid, nació el 15 de Mayo de 1859 en Zumel, Burgos (Espa­ña) y murió el 14 de Diciembre de 1936 en Madrid.
Cuando los cohermanos pensaban estar más seguros en este pequeño y tranquilo pueblo a 27 kilómetros de Madrid, fueron saca­dos de allí y encerrados en compañía de muchos otros religiososen los calabozos de la Dirección General de Seguridad que servía de pri­sión. Allí mismo encontraron la muerte.
Paracuellos del Jarama
36. Padre Laureano PÉREZ CARRASCAL CM., miembro de la Pro­vincia de Madrid, nació el 4 de Junio de 1876 en Valladolid (Espa­ña) y murió el 8 de Noviembre de 1936 en Madrid.
37. Padre Francisco MORQUILLAS FERNÁNDEZ CM, miembro de la Provincia de Madrid, nació el 16 de Junio de 1889 en Sarracín, Burgos (España) y murió el 30 de Noviembre de 1936 en Barajas, Madrid.
38. Padre Victoriano REGUERO VELASCO CM, miembro de la Provincia de Madrid, nació el 13 de Enero de 1902 en Valladolid (España) murió el 7 de Noviembre de 1936 en Madrid.
39. Padre Pedro Pascual GARCÍA MARTÍN CM, miembro de la Provincia de Madrid, nació el 6 de Junio de 1892 en Monteagudo, Teruel (España) y murió el 4 de Diciembre de 1936 en Madrid.
Después de un tiempo en la cárcel, fueron ejecutados en este pueblo cercano a Madrid llamado después “Paracuellos de los Mártires”, en compañía de numerosas personas conocidas por sus sentimientos religiosos o su oposición a la revolución.
Casa Central de Madrid
40. Padre José IBÁÑEZ MAYANDIA, C.M., miembro de la Provincia de Madrid, nació el 26 de Agosto de 1877 en Puebla de Híjar, Teruel (España) y murió el 27 de Julio de 1936 en Madrid.
41. Padre Hilarlo BARRIOCANAL QUINTANA, C.M., miembro de la Provincia de Madrid, nació el 14 de Enero de 1869 en Quintanavides, Burgos (España) murió el 20 de Agosto de 1936 en Boa-dala del Monte, Madrid.
42. Padre José SANTOS ORTEGA, C.M., miembro de la Provincia de Madrid, nació el 18 de Septiembre de 1882 en Rabé de las Calzadas, Burgos (España) y murió el 23 de Septiembre de 1936 en Madrid.
43. Padre Benjamín ORTEGA ARANGUREN, C.M., miembro de la Provincia de Madrid, nació el 30 de Marzo de 1885 en Villalta, Burgos (España) y murió el 19 de Octubre de 1936 en Madrid.
44. Hermano Estanislao PÁRAMO MARCOS, C.M., miembro de la Provincia de Madrid, nació el 7 de Mayo de 1885 en Pedrosa del Río Urbel, Burgos (España) y murió el 28 de Julio de 1936 en Madrid.
45. Hermano Gil BELASCOAIN ILAGORRI, C.M., miembro de la Provincia de Madrid, nació el 1 de Septiembre de 1883 en Legarda, Navarra (España) y murió el 7 de Noviembre de 1936 en Madrid.
46. Hermano Joaquín ZUBILLAGA ECHARRI, C.M., miembro de la Provincia de Madrid, nació el 31 de Enero de 1899 en Echeverri, Navarra (España) y murió el 7 de Noviembre de 1936 en Madrid.
47. Hermano Perfecto DEL 1210 PÁRAMO, C.M., miembro de la Provincia de Madrid, nació el 18 de Abril de 1882 en Pedrola del Río de Urbel, Burgos (España) y murió el 12 de Agosto de 1936 en Madrid.
En la noche del 24 al 25 de Julio de 1936 los milicianos hicieron irrupción en la Casa Central, inspeccionando todo para buscar armas, pero no las encontraron. El 25 por la mañana el superior dispersó a la comunidad que se refugió en casa de sus padres o de ami-gos. Los padres y hermanos indicados más arriba fueron arrestados y asesinados en diversas circunstancias.
Casa de Fernández de la Hoz
48. Padre Manuel REQUEJO PÉREZ, C.M., miembro de la Provincia de Aquitania (Francia), nació el 10 de Noviembre de 1872 en Aranda de Duero, Burgos (España) y murió el 30 de Septiembre de 1936 en Madrid.
49. Padre José ACOSTA ALEMÁN, C.M., miembro de la Provincia de Aquitania (Francia), nació el 27 de Mayo de 1880 en Cartagena, Murcia (España) y murió el 31 de Enero de 1937 en Totana, Mur­cia (España).

f) Diócesis de San Sebastián (17 de Agosto de 1936)

50. Padre José Modesto CHURRUCA MUÑOZ CM, miembro de la Provincia de Madrid, nació el 15 de Junio de 1873 en Motrico, Gui­púzcxoa (España) y murió el 17 de Agosto de 1936 en San Sebastián.
En San Sebastián, la revolución estalló el 19 de Julio de 1936. El 20, el Padre Churruca Muñoz fue herido en la cara por la explosión de cristales alcanzados por una bala perdida. Después, fue falsamente denunciado como espía siendo encarcelado y más tarde fusilado el 17 de Agosto de 1936.

g) Diócesis de Barcelona

51. Padre Luis BERENGER MORATONES CM, miembro de la Pro­vincia de Barcelona, nació el 4 de Julio de 1889 en Santa María de Horta, Barcelona (España) y murió el 29 de Mayo de 1937 en Bar­celona.
52. Padre Manuel BENIMELES CABRÉ CM, miembro de la Provin­cia de Barcelona, nació el 31 de Enero de 1892 en Reus, Tarragona (España) y murió el 12 de Septiembre de 1936 en Barcelona.
53. Padre Vicente QUERALT LLOTRY CM, miembro de la Provin­cia de Barcelona, nació el 16 de Noviembre de 1894 en Gracia, Bar­celona (España) y murió el 29 de Mayo de 1936 en Barcelona.

h) Diócesis de Valencia

54. Padre Rafael Vinagre TORRES MUÑOZ CM, miembro de la Provincia de Madrid, nació el 24 de Octubre de 1867 en Feria, Ba­dajoz (España) y murió el 11 de Septiembre de 1936 en Valencia.
55. Padre Agapito ALCALDE GARRIDO CM, miembro de la Provin­cia de Madrid, nació el 24 de Marzo de 1867 en Rubena, Burgos (España) murió el 30 de Julio de 1936 en Valencia.

i) Diócesis de Gerona

56. Padre Juan PUIG SERRA CM, miembro de la Provincia de Bar­celona, nació el 21 de Julio de 1879 en Los Balbases, Burgos (España) y murió el 13 de Octubre de 1936 en Figueras, Gerona.
Fuente: www.vincentians.com

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