Por Eric Cardich Briceño
Charles Darwin es uno de los hombres de ciencia más importantes e influyentes de nuestra época por su Teoría de la Evolución de las Especies. Para ello utilizó los datos, observaciones y muestras recogidas en el viaje que realizo en el Beagle por casi cinco años alrededor del mundo. El análisis y reflexión de la información le llevaron 18 años para formular su teoría. Darwin, personaje sumamente metódico y minucioso describió en un diario de viaje sus apreciaciones de naturalista. Es evidente que muchas de las claves las obtuvo en las Islas Galápagos. Los aspectos científicos más relevantes del diario han sido reproducidos extensamente. Pero poco se conoce de su estadía de seis semanas en el Perú entre julio y agosto de 1835, donde no se encuentran aportes naturalistas significativos. Esto debido a las caóticas condiciones políticas por las que atravesaba el país, que le impidieron recorrer nuestro territorio.
Hasta donde se conoce, su estadía en el Perú, que tiene ásperas observaciones sobre la sociedad peruana, ha pasado desapercibida. Hemos recurrido a la última versión del diario que fue revisada personalmente por Darwin para su publicación en 1860. Las anotaciones son en su mayoría sobre Iquique en ese entonces territorio peruano, y sobre Lima y el Callao
INTRODUCCION
Charles Darwin visito nuestro país entre el 12 de julio y el 30 de agosto de 1835 como miembro de la expedición científica inglesa a bordo del bergantín Beagle.
El artículo se basa en la traducción del diario que llevaba Darwin en su travesía y cuyo texto editado data de 1860. Es la última versión que reviso personalmente para su publicación por la Biblioteca de Historia Natural de Nueva York. Se aprecia que el relato incluye también observaciones del diario personal que paralelamente llevaba Darwin, pues aparecen comparaciones con lugares visitados posteriormente. Las anotaciones sobre el Perú se refieren a Iquique, en ese entonces territorio peruano, Lima y El Callao.
Esto quizá nos ha aliviado del rígido lenguaje oficial de la bitácora para introducir otras reflexiones y su mejor entendimiento.
Es una traducción realizada con ciertas dificultades. Ha tenido que hacerse con algunas libertades por el refinado, irónico y en ciertos casos rebuscado lenguaje.
Consideremos la formación cultural del personaje, un intelectual iconoclasta, de fortuna y poseedor de lo que en ese momento estaba a la vanguardia del conocimiento.
Proporciona entre otras cosas una interesante y cáustica visión de la sociedad peruana a inicios de la vida republicana.
De otro lado, como Darwin confiesa, debemos tomar en cuenta la frustración que debió pasar al quedar imposibilitado de visitar la sierra y otros lugares de la costa por la inestabilidad política que lo mantuvo durante semanas prácticamente recluido en Lima y el Callao.
Aparentemente no hay traducciones al español de esta parte de la travesía, porque desde el punto de vista natural son comparativamente pobres las observaciones.
EL PERSONAJE
Charles Robert Darwin Wedgwood nació el 12 de febrero de 1809 en el oeste de Inglaterra (Shrewsbury) y falleció en 1882 en Down, condado de Kent. Pertenecía a una familia acomodada e intelectualmente muy activa. Por el lado de su madre eran propietarios de la fina y afamada porcelana Wedgwood. Su padre, Robert era un famoso medico y su abuelo Erasmo también medico, es considerado un pionero de las teorías evolucionistas.
Estudió medicina y botánica en las Universidades de Edimburgo y Cambridge.
Un hecho decisivo en su vida fue su incorporación como naturalista en la expedición científica que organizó el Capitán Fitz Roy al mando del bergantín Beagle para un viaje de casi cinco años alrededor del mundo.
En 1859, Darwin, publicó uno de los libros más controversiales y notables en la historia de la ciencia: “On the Origin of Species by Means of Natural Selection, or the Preservation of Favoured Races in the Struggle for Life”. (Sobre el origen de las especies por medio de la selección natural, o la preservación de las razas favorecidas en la lucha por la vida), que es la fuente principal sobre la que se basa la teoría de la evolución.
EL VIAJE DEL BEAGLE
El Beagle era un pequeño barco de guerra que había servido por más de 100 años a la Marina Inglesa. En 1831 fue reparado y enviado a completar un reconocimiento, entre otros, de las costas de Sudamérica para tomar medidas de latitudes y longitudes que permitiesen mejorar los mapas y refinar las posiciones geográficas de los sitios de interés para Inglaterra, en ese entonces la primera potencia económica y militar del planeta. Sus objetivos eran similares a las que efectuaban otras embarcaciones alrededor del mundo.
El Beagle ha pasado a la historia por ser el navío en el que viajó Charles Darwin, un joven científico que sus contemporáneos consideraban “muy versado en geología y en todas las ramas de las ciencias naturales” y que anteriormente había dejado los estudios de medicina por que no podía soportar la visión del dolor en las personas.
El capitán Robert Fitz Roy, cuatro años mayor que Darwin, tenía la convicción que las observaciones del naturalista, a quien consideraba una persona sensata y proveniente de una buena familia, serían un gran aporte para fortalecer las ideas religiosas de la época y quizá acabar con las ideas evolucionistas y transformistas que profesaban algunos, en su concepto, extravagantes intelectuales europeos.
Darwin era una persona muy ordenada. Durante la travesía del Beagle, diariamente y de manera metódica llevaba sus apuntes, dedicados principalmente a observaciones científicas, que alcanzaron las 2,000 páginas manuscritas en 18 cuadernos de notas.
Otro grupo de observaciones está en su diario personal, desarrollado de manera intermitente en sus ratos de descanso.
El recorrido por Sudamérica se inició en Pernambuco, Brasil, continuó por el resto de la costa de Brasil, Uruguay, Argentina y las Islas Malvinas. Pasó al Océano Pacifico por el estrecho de Magallanes visitando diversos puntos del territorio Chileno.
El navío atracó en Iquique y luego en el Callao, de donde se dirigió a las islas Galápagos continuando su viaje por el Pacifico.
LA TEORIA
De vuelta en Inglaterra, Darwin se dedicó a ordenar y estudiar su colección de especímenes recolectados durante su travesía en el Beagle.
Analizando las aves de las islas Galápagos (Ecuador), le llamo la atención las características de los pinzones, un grupo de aves que se alimentan de granos, parecidas a los gorriones.
Inicialmente había supuesto que todos los especímenes colectados en Galápagos pertenecían a una sola especie, pero estudiándolos con cuidado encontró que cada una de las 15 islas tenía su propia especie de pinzones. Luego revisó sus apuntes y encontró que en cada isla se desarrollaba una vegetación diferente.
Dedujo rápidamente que todas las especies de pinzones de las islas se habían desarrollado, adaptándose a la vegetación que les proporciona el alimento, a partir de un antecesor común.
El siguiente y fundamental paso era explicar porque las especies cambian. Revisó todas las teorías. Ninguna explicaba la adaptación, un hecho crucial para Darwin.
El debate principal era si las especies de plantas y animales habían sido creadas como entidades inmutables o si estas se modificaban a lo largo del tiempo.
Hasta esa época, la idea dominante era que las especies eran fijas según la idea religiosa de la creación. Era un espinoso tema de discusión que condujo en épocas pasadas a varios a la hoguera.
Pero también es una idea muy antigua desde la antigua Grecia, en la cultura occidental, considerar que los organismos vivos no son entidades estables y permanentes. Platón postulaba la sorprendente idea para la época, que se heredaban o transmitían de padres a hijos algunas características.
Además, se creía que existían seres, intermedios y mezclados, donde se acentuaban o combinaban algunos rasgos como en las sirenas, los minotauros, los centauros, etc.
Posteriormente, intelectuales de la Revolución Francesa, como Diderot, cuestionaron el concepto de las especies como entidades inmutables.
Igual hizo el abuelo de Darwin, Erasmo. No obstante, ninguno tenía una teoría para explicar cómo se producían estos cambios.
En su autobiografía, Darwin dice: “es igualmente evidente que ni la acción de las condiciones del medio, ni la voluntad de los organismos (en alusión a Lamarck), pueden explicar los innumerables casos en los que los organismos de todo tipo están bellamente adaptados a sus hábitos de vida, por ejemplo un pájaro carpintero, o un sapo arbóreo que trepa arboles, o las semillas que se dispersan con púas o por el viento.” Se refería al duro y puntiagudo pico del ave adaptada a extraer insectos de la corteza de los arboles, a las patas y movimientos de los batracios que les permite subir fácilmente a los arboles y a las semillas que se “pegan” a los pelos o plumas o a las que tienen estructuras para ser arrastradas por el viento y como consecuencia se dispersan mejor.
La explicación se produjo cuando leía el conocido libro de Thomas R. Malthus “Ensayo sobre el Principio de la Población” (1798, Primera Edición).
Darwin señala: “ En octubre de 1838, quince meses después de haber iniciado mis indagaciones, leyendo el libro de Malthus sobre las poblaciones humanas, estuve preparado para entender la lucha por la existencia a la cual todos estamos sometidos. Después de una larga y continua observación de los hábitos de los animales y las plantas, esto me convenció que en esas circunstancias las variaciones favorables tienden a ser preservadas y las desfavorables a ser destruidas. El resultado de esto sería la formación de nuevas especies.”
Debido a la lucha por la existencia, las formas que están mejor adaptadas para sobrevivir dejan mayor descendencia y automáticamente incrementan su frecuencia en cada generación.
Actualmente se considera que la evolución es la teoría más importante de la biología moderna.
DARWIN EN EL PERU
1835. Julio, 12
Anclamos en el puerto de Iquique, latitud 20° 12’, en la costa del Perú. La ciudad tiene unos mil habitantes y se ubica en una pequeña planicie arenosa al pie de un gran farallón rocoso de 2,000 pies de altura. Todo el ambiente es intensamente desértico. Esta costa recibe en ciertas épocas y después de muchos años una ligera lluvia. Las pequeñas quebradas están por eso llenas de depósitos y hasta los mil pies tienen una fina cubierta de arena blanca.
En este mes del año una densa capa de nubes cubre el océano. El lugar tiene un aspecto melancólico. El pequeño puerto, con unas cuantas embarcaciones y un reducido grupo de ruinosas casas parece una intromisión y está fuera de toda proporción con el resto de la escena.
Los habitantes parecen personas que viven a bordo de un barco. Todo lo necesario viene de una gran distancia. El agua es traída en botes desde Pisagua, cuarenta millas al norte y se vende a nueve reales (4 s. y 6 d.), el barril de 18 galones. Así compre por tres peniques una botella de vino llena de agua.
De igual manera la leña y todos los artículos domésticos son traídos de lejos. Muy pocos animales pueden ser mantenidos en estas condiciones.
A la mañana siguiente, pude con dificultad y pagando cuatro libras de plata alquilar dos mulas y contratar un guía para visitar las minas de salitre.
Estas producen el nitrato de Iquique. La sal comenzó a ser exportada en 1830. En un año una cantidad valorada en 100 mil libras de plata fue enviada a Francia e Inglaterra. Se emplea como fertilizante y para la fabricación de ácido nítrico, olvidando esta disolvente propiedad, no sirve para hacer pólvora. Anteriormente existieron en la vecindad dos ricas minas de plata pero ahora su producción es muy pequeña.
Nuestro arribo produjo un poco de aprehensión. El Perú se encontraba en un estado de anarquía, cada parte en conflicto le demanda una contribución y la pobre ciudad de Iquique se encontraba atribulada, pensando que la hora del demonio le había llegado. La gente tenía sus propios problemas domésticos, poco antes de nuestro arribo, tres carpinteros franceses habían roto violentamente durante una misma noche, las puertas de las dos iglesias y habían robado los objetos de plata. Uno de los ladrones fue capturado y confesó. La platería fue recuperada. Los convictos fueron enviados a Arequipa, que es la capital de ésta provincia, a doscientas leguas de distancia. Allí el gobierno consideró que era una lástima castigar a tan valiosos trabajadores que podían fabricar todo tipo de muebles, motivo por el cual los dejaron libres. Las cosas estaban en esa situación cuando las puertas de las iglesias fueron nuevamente violadas, pero esta vez los objetos de plata no fueron recuperados. Los habitantes estaban enardecidos y declaraban que solo los herejes podrían robar los bienes del todopoderoso, procediendo a torturar a algunos ingleses, con la intención de fusilarlos posteriormente. Finalmente las autoridades intervinieron y se estableció la paz.
1835. Julio, 13
Por la mañana me dirigí a las minas salitrosas que están a unas 14 leguas de distancia. Habiendo ascendido las empinadas montañas costeras, por un arenoso camino en zigzag, pude ver las minas de Guantajaya y Santa Rosa. Estas dos pequeñas villas se encuentran en la boca de las minas, como colgadas de los cerros. Tienen una apariencia aun más desolada y antinatural que la ciudad de Iquique. No llegamos a las minas hasta después del atardecer, habiendo transitado todo el día por un territorio accidentado, un completo y peligroso desierto.
El camino estaba regado con huesos y pieles secas de muchas bestias de carga que habían perecido de fatiga. Excepto por los gallinazos, que aprovechan las carcasas, no pude ver ninguna ave, cuadrúpedo, reptil o insecto. En las montañas costeras a la altura de 2000 pies donde se posan las nubes, unos pocos cactus crecen entre las rocas y la arena. La superficie del suelo está salpicada por unos líquenes. Esta planta pertenece al género Cladonia, que se asemeja “al liquen del reno”.
En algunas partes, los líquenes estaban en suficiente cantidad como para teñir la arena, que se ve a distancia de un color amarillo pálido. Más al interior, durante todo mi recorrido de 14 leguas, solo vi otro producto vegetal y fue un diminuto liquen amarillo creciendo sobre los huesos de las mulas muertas. Este era el primer verdadero desierto que había visto, el efecto no me impresionó mucho, pero creo que se debe a que me fui acostumbrando a tal escenario durante la ruta desde el norte de Valparaíso a través de Coquimbo, hasta Copiapó.
La apariencia de este territorio es notable. Esta cubierto de una gruesa capa de sal común y de estratos de sales aluvionales, que parecen haber sido depositados como la arena, lentamente, elevándose por encima del nivel del mar.
La sal es muy blanca, muy dura y compacta, presenta nódulos de arena y yeso mezclados.
La apariencia del terreno se asemeja a la de campo después de una nevada y antes que las manchas de lodo aparezcan en el paisaje.
La existencia de esta costra de sales solubles, sobre toda la superficie, denota cuan extraordinariamente seco ha sido el clima durante un largo periodo de tiempo.
En la noche dormí en la casa del propietario de una de las minas. Aquí la tierra es improductiva como cerca de la costa, pero el agua tiene más marcado el sabor amargo y salado. Se obtiene de pozos. El pozo de la casa tiene 36 yardas de profundidad. Como son tan escasas las lluvias, es evidente que el agua no proviene de esa fuente, además hay que considerar que si esto sucediera sería tan salada como la salmuera, porque todo el suelo está impregnado de sustancias salinas.
Debo pensar que ésta procede de una fuente subterránea, de la distante cordillera a muchas leguas de distancia. En esa dirección hay unos pocos pueblos donde los habitantes tienen más agua que les permite irrigar unas pocas tierras que producen heno para alimentar a las mulas y asnos empleados en cargar la sal.
El nitrato de sodio actualmente se vende al costado del barco a 14 chelines por 100 libras. El mayor costo es el transporte hasta la orilla marina.
La mina consiste en un duro estrato de entre 2 y 3 pies de grosor de nitrato mezclado con un poco de sulfato de sodio y una buena cantidad de sal común.
Se encuentra cerca de la superficie y sigue por 150 millas el margen de una gran cuenca, esto indica que una vez fue un lago o más probablemente un brazo marino al interior del continente, como puede inferirse de la presencia de sales con yodo en el estrato. La superficie de la planicie esta a 3,300 pies por encima del Pacifico.
1835. Julio, 19
Anclamos en la bahía del Callao, el puerto marino de Lima, la capital del Perú. Permanecimos allí seis semanas, pero debido al problemático estado de los asuntos públicos, vi muy poco de los alrededores.
Durante toda nuestra estadía, el clima fue lejos de ser agradable, como comúnmente nos refieren.
El paisaje está dominado por un pesado y denso banco de nubes, tan es así que durante los primeros 16 días, solo tuve la oportunidad de ver una sola vez la cordillera que se encuentra atrás de Lima.
Esas montañas aparecen como planos sobrepuestos que le dan una impresionante apariencia.
Es casi un proverbio decir que la lluvia nunca cae en la costa del Perú. Esto, difícilmente puedo considerarlo correcto, porque durante todos los días de nuestra visita una densa neblina y una fría llovizna fue suficiente para poner las calles barrosas y las ropas mojadas y frías. A la gente le encanta llamar a esto el “rocío peruano”.
Que mucha lluvia no cae es cierto, porque las casas tienen techos planos cubiertos de barro endurecido y la carga de un barco con trigo puede ser dejado en el muelle a la intemperie por semanas sin ninguna cubierta.
Puedo decir que no me gusto lo poco que vi del Perú. En verano, nos dicen que el clima es mucho más placentero. Pero en todas las estaciones los peruanos y extranjeros sufren de severos ataques de fiebre. La enfermedad es común a toda la costa del Perú, pero es desconocida al interior. Los ataques de la enfermedad parecen ser de lo más misteriosos.
Es difícil juzgar por el aspecto de un ambiente, que tan saludable puede ser. Si alguien menciona que en los trópicos hay una zona saludable quizá se refiera a esta costa.
La planicie alrededor del Callao, está cubierta por una densa capa de pasto, con pequeños afloramientos de agua cada cierto trecho. Es probable que aquí se origine la enfermedad.
La ciudad de Arica tiene similares condiciones pero su estado sanitario ha mejorado por el drenaje de estos espejos de agua. Esta enfermedad no siempre se produce por una lujuriosa vegetación y en un clima ardiente. En muchas partes del Brasil, donde inclusive encontramos lagunas y más vegetación, el ambiente es más saludable que en esta estéril costa del Perú. Los bosques en un clima templado, como en la isla de Chiloé, no parecen influenciar en mínimo grado su saludable condición atmosférica.
La isla de San Jago en el Cabo Verde, ofrece otra prueba notable de un territorio que uno puede esperar como sano y es todo lo contrario. Ya me he referido a las desnudas y abiertas planicies que mantienen durante unas pocas semanas después de la estación de lluvias una escasa vegetación que rápidamente se seca. En este periodo el aire parece volverse particularmente peligroso, pues los nativos y los extranjeros sufren de violentas fiebres. De otro lado el Archipiélago de las Galápagos, en el Pacifico, con un suelo parecido y una vegetación y periódicamente sujeta a un proceso similar es un lugar perfectamente sano.
Humboldt había observado que “en las zonas tórridas los pequeños humedales son los más peligrosos, cuando son rodeados, como sucede en Veracruz y Cartagena con un suelo árido y arenoso, que eleva la temperatura del aire”.
En la costa del Perú, la temperatura no es excesivamente caliente y quizá como consecuencia las fiebres intermitentes no alcanzan un nivel tan maligno.
En todos los países insalubres el gran riesgo es circular por las noches o dormir cerca de las playas. ¿Esto es debido al estado del cuerpo cuando uno duerme, o a la mayor abundancia de miasmas en tales horas?
Parece cierto que aquellos que se encuentran a bordo de una embarcación anclada a cierta distancia de la costa generalmente sufren menos que los que se encuentran a la orilla del mar. Asimismo, he escuchado un notable caso donde la fiebre apareció en la tripulación de un barco a cientos de millas de la costa de África y al mismo tiempo una epidemia del mismo mal (1) mataba gente en Sierra Leona (2).
Ningún estado en Sudamérica, desde la declaración de su independencia ha sufrido más anarquía que el Perú.
En ocasión de nuestra visita, existían cuatro jefes en armas disputándose la supremacía para llegar al gobierno (3).
Si uno de ellos tiene éxito y se torna poderoso, los otros se unirán en su contra, pero no mucho después que obtuviera la victoria, nuevamente los otros serán sus hostiles enemigos.
El otro día, se celebró el aniversario de la independencia, una gran concentración de personas participó junto con el Presidente de un solemne Te Deum laudamus. Mientras los regimientos ondeaban la bandera Peruana, una bandera negra con una calavera fue desplegada. Imagino que un gobierno que se consagra bajo tal apología, estará indicando su determinación de pelear hasta morir!
Para mí esta situación es muy desafortunada, pues no me permite visitar ningún lugar más allá de los límites de la urbe. La desolada isla de San Lorenzo, frente al puerto, es el único lugar donde uno puede transitar sin peligro.
La parte superior de la misma, encima de los mil pies, durante esta estación del año (invierno), tiene unas nubes bajas que mantienen una vegetación criptogámica con unas pocas flores en la cima.
En las colinas cercanas a Lima, la tierra está cubierta por una gruesa capa de musgos donde proliferan unas hermosas liliáceas llamadas Amancaes. Esto indica un mayor grado de humedad en el aire que en Iquique a esa altura.
Hacia el Norte de Lima el aire sigue igual de húmedo hasta las costas de Guayaquil, casi bajo el ecuador, donde encontramos una lujuriosa vegetación. El cambio en esta estéril costa del Perú se percibe a la altura de Cabo Blanco, dos grados al sur de Guayaquil.
El Callao es un pequeño puerto costero, un lugar inmundo y mal construido. Los habitantes al igual que en Lima presentan todas las imaginables mezclas de sangre entre europeos, negros e indios. La población tiene una apariencia depravada y de ebrios.
La atmósfera del puerto está cargada de los desagradables olores de la inmundicia, en particular uno muy intenso que se puede percibir en todas las ciudades de los trópicos.
La fortaleza que resistió a Lord Cochrane, durante su larga lucha tiene una imponente apariencia.
Durante nuestra estadía, nos enteramos que el Presidente vendió los cañones de bronce y procedió a desmantelar partes de la fortaleza.
La razón que adujo fue que no tenía un oficial a quien él le pudiera delegar la custodia de tan importante plaza. Evidentemente tenía buenas razones para pensar eso, pues había obtenido la presidencia rebelándose mientras estaba a cargo de la fortaleza.
Después que dejamos Sudamérica nos enteramos que sufrió el castigo usual, fue capturado, encerrado en la fortificación y fusilado.
Lima está ubicada en la planicie de un valle formado por el gradual retiro del océano. Se ubica a siete millas del Callao a una altura de 500 pies sobre el nivel del mar. Estando en Lima es difícil apreciar que uno ha ascendido incluso 100 pies.
Anteriormente, Humboldt se había percatado de esta ilusoria sensación que producen los altos cerros desnudos y de gran pendiente que se elevan como islas desde el fondo del valle. Este se encuentra dividido por largos y rectos muros de barro, que separan los extensos campos verdes. Se ven pocos árboles, excepto algunos sauces y pequeños grupos de naranjos y plátanos.
La ciudad de Lima se encuentra en estos momentos atravesando una penosa situación. Pocas calles tienen pavimento y en todas las direcciones se ven rumas de basura donde los dóciles gallinazos, picotean su ración de carroña.
Las casas tienen normalmente un piso alto, construido debido a los terremotos con madera y argamasa. Los más antiguos, que ahora habitan varias familias, son enormes y pueden rivalizar con los elegantes departamentos de las mejores ciudades
Lima, la llamada Ciudad de los Reyes, debe haber sido en algún momento una espléndida ciudad. Pienso eso por el extraordinario número de iglesias que tiene. En la actualidad, conserva aun su peculiar y notable carácter, especialmente cuando se aprecian las construcciones a corta distancia.
Un día salimos de cacería con algunos comerciantes a las afueras de la ciudad. Nuestro deporte produjo magros resultados, pero me dio la oportunidad de observar las ruinas de un antiguo poblado indio, tenía una apariencia de morro como si fuera una montaña natural. Los restos de las casas, cercados, canales de irrigación y cementerios, repartidos por el terreno me da una idea más amplia de la condición y numero de las antiguas poblaciones que ocuparon el valle.
He visto restos de ceramios, ropajes tejidos, utensilios de elegantes formas cortados de la dura roca, herramientas de cobre, ornamentos de piedras preciosas, asimismo, los palacios y obras hidráulicas son considerables.
Es imposible no sentir respeto por el avance que hicieron en las artes civilizadas.
Estos cementerios en forma de morros de barro que se llaman huacas, son realmente estupendos, aunque por su deterioro en algunos lugares parecen apenas cerros formados por las fuerzas de la naturaleza.
Existe otro tipo de ruinas muy diferentes, que poseen también algún interés, particularmente aquellas del antiguo Callao, provocadas por el gran terremoto de 1746 y el posterior embate de las grandes olas del mar.
La destrucción debe haber sido más completa que la que sucedió en Talcahuano.
Las cantidades de piedras removidas de los cimientos de las paredes, así como los ladrillos abandonados, asemejan la agitación de los guijarros que dejan las olas cuando se retiran de la playa.
Me puedo imaginar la conmoción que se produjo cuando la tierra se calmo, porque la forma de la costa inclusive se ha modificado. Lo que no puedo imaginarme es como después las personas no han tenido el sentido común suficiente y han escogido nuevamente este lugar para construir.
Luego de nuestro viaje, Mr. Tschudi, ha llegado a la conclusión, por la comparación de mapas antiguos y modernos, que las costas al norte y sur de Lima han sido ciertamente alteradas.
En la isla de San Lorenzo existen pruebas muy evidentes de la elevación ocurrida en épocas recientes. Esto no se opone a la creencia que un pequeño hundimiento del terreno también pudo haberse producido en alguna zona.
El lado de esta isla que da frente a la bahía del Callao, tiene tres desgastadas y oscuras terrazas. La inferior tiene una cubierta de una milla de largo compuesta por conchas de 18 especies, que ahora habitan en el mar adyacente. La altura de esta terraza es de 85 pies. Muchas de las conchas están muy corroídas y las más antiguas y más deterioradas tienen la apariencia de aquellas que se encuentran a 500 a 600 pies de altura en la costa de Chile.
Estas conchas contienen sal común y un poco de sulfato de calcio, ambas probablemente dejadas por la pulverización del suelo cuando lentamente se levanta. También se encuentran los sulfatos de sodio y muriatos de calcio.
El resto de fragmentos que descansan en la arena subyacente, está cubierta por una gruesa capa de detritus.
Las conchas en la parte alta de esta terraza pueden descascararse en hojuelas que se deshacen en forma de polvo impalpable, el cual se deposita en la terraza más alta a la altura de 170 pies, pero la deposición continua hasta alturas más considerables.
Allí encontré capas de polvo salino de apariencia exactamente similar y casi en igual posición.
No tengo duda que esta terraza superior originalmente existió como una capa de conchas como las que están en la de la parte baja, pero que ahora no contiene ni trazas de estructura orgánica.
Mr. T. Reeks analizó este polvo, determinando que está formado por calcio y sodio con un poco de carbonatos. Se sabe que la sal común y el carbonato de sodio fueron dejados en la misma época.
Como las semi destruidas conchas se encuentran en las partes bajas y están asociadas con la sal común, junto con otras sustancias salinas, tengo la fuerte sospecha que esta doble descomposición química ha tomado lugar aquí. Las sales resultantes deberían ser carbonato de sodio y muriato de calcio. Este último está presente, pero no el carbonato de sodio.
Aquí tengo que pensar que por unos medios inexplicables, el carbonato de sodio sé ha transformado en sulfato de sodio. Es obvio que la capa salina no podía haber perdurado si hubiese abundante agua de lluvia. De otro lado, esta circunstancia que a primera vista parece ser altamente favorable para la larga preservación de las conchas expuestas, ha sido probablemente alterada por medios indirectos, donde ha actuado la sal común.
Fue muy interesante encontrar en la terraza, a la altura de 85 pies e incrustados entre las conchas y muchos restos marinos, algunos hilos de algodón tejido, juncos trenzados y algunos restos de corontas de maíz indio. Los comparé con muestras similares recogidas de las huacas, es decir las antiguas tumbas Peruanas y encontré idénticas apariencias.
En la costa frente a San Lorenzo y cerca a Bellavista, hay una enorme y nivelada planicie de 100 pies de altura en donde las secciones bajas están formadas alternativamente por capas de arena y arcilla con impurezas. También se encuentra alguna grava.
En la parte superficial y a una profundidad de tres a seis pies se encuentra arcilla rojiza, que contiene restos de conchas marinas y numerosos fragmentos de ceramios color rojo.
Al principio, estuve inclinado a creer que esta amplia y suave superficie había sido depositada por el océano adyacente, pero después encontré un lugar donde esta descansaba en un piso de piedras redondeadas. Parece más probable que en algún momento cuando la tierra estaba a un nivel más bajo existió una planicie muy similar a la que ahora rodea al Callao, que estaba protegida por una playa de piedras ubicada apenas por encima del nivel del mar.
Esta zona con base de arcilla rojiza, imagino que los indios la utilizaron para fabricar sus vasijas de arcilla y que durante un violento terremoto, el mar arrasó la playa y la convirtió en un lago temporal, como ha sucedido en el Callao en 1713 y 1746. El agua pudo haber depositado lodo conteniendo fragmentos de vasijas de los hornos así como las conchas marinas. Esta capa con vajilla fósil esta a la misma altura que las conchas de la terraza baja de San Lorenzo en donde los restos de hilos tejidos y otros residuos están incorporados. Así pude concluir con seguridad que en el periodo Indo-humano había una elevación, a la que he aludido, de más de 85 pies que se ha hundido desde que los mapas antiguos fueron elaborados.
En Valparaíso, comparando datos de 220 años antes de nuestra visita, la elevación no ha excedido los 19 pies. En 1817 esta se habría elevado de manera imperceptible y en parte por él terremoto de 1822 unos 10 a 11 pies.
La antigüedad de la raza Indo-humana aquí es más notable, juzgándola por la elevación de 85 pies desde que los relictos están incorporados.
Es como en la costa de la Patagonia, donde se encuentran restos de la bestia Macroauchenia, pero ese litoral esta algo distante de la cordillera, por lo que la elevación fue menor. En Bahía Blanca, la elevación fue de solo de unos pocos pies desde que los numerosos y gigantes cuadrúpedos fueron enterrados. De acuerdo a la opinión general, cuando estos animales se extinguieron el hombre aun no existía en estas tierras.
Pero la elevación de una parte de la costa de la Patagonia si bien está probablemente conectada con la Cordillera, también lo está con una línea de antiguas rocas volcánicas en la Banda Oriental, cuyo levantamiento puede haber sido infinitamente más lento que en las costas del Perú.
Todas estas especulaciones son vagas, para quien pretende hacerlas pues ha habido ciertamente muchas y largas pausas en la acción de las fuerzas de levantamiento de la tierra.
1835. Setiembre, 15. Archipiélago de las Galápagos
Notas
Darwin (1). Un ejemplo similar está reportado en el Madras Medical Quart. Jour. 1839, p. 340. El Dr. Ferguson, en un admirable escrito, muestra claramente que el miasma es generado en el proceso de desecamiento del ambiente. Por eso las zonas secas y calurosas son las más insalubres.
L. Engel. (2). La enfermedad que Darwin discute es la Malaria. Las observaciones que él reporta son fácilmente explicadas por la emergencia de poblaciones de mosquitos, en los charcos, después de las lluvias. Islas como Galápagos estaban libres de los zancudos transmisores, en otros casos los insectos no llegaban a alcanzar a los barcos alejados lejos de la playa. El descubrimiento que la malaria se transmite por los insectos Anofeles recién se descubrió dos generaciones después.
S. Llontop (3). Es probable que los cuatro jefes militares a los que se refiere Darwin, sean: Luis José de Orbegozo, elegido Presidente por la Convención Nacional en enero de 1834, Pedro Bermúdez, candidato derrotado que intentó un golpe de estado, Agustín Gamarra, ex presidente que unido al anterior inicia una guerra civil contra Orbegozo y Felipe Santiago Salaverry, quien en 1835 se sublevó en Lima contra el gobierno proclamándose Jefe Supremo de la República. De Salaverry se cuenta que solía decir “háganme coronel que yo me haré lo demás”. Este caos político terminó en 1845 con el gobierno de Ramón Castilla, también militar, quien inició la organización política del Perú.
Darwin en el Perú
Deja una respuesta
[Visto: 3198 veces]