Por Anian Christoph Wimmer– ACI Prensa.
Monseñor Carlo Maria Viganò, arzobispo y ex Nuncio Apostólico en Estados Unidos, afirmó que el Dicasterio para la Doctrina de la Fe del Vaticano ha iniciado un proceso contra él por el presunto delito de cisma.
Citando un documento que publicó en su sitio web y en redes sociales, escribió que fue convocado a Roma el 20 de junio para enfrentar un proceso penal extrajudicial por las acusaciones.
“He sido convocado al Palacio del Santo Oficio el 20 de junio, en persona o representado por un abogado canónico”, escribió el prelado en X. “Supongo que la sentencia ya está preparada, dado que se trata de un proceso extrajudicial”.
Los cargos específicos esbozados contra el arzobispo Viganò implican hacer declaraciones públicas que supuestamente niegan los elementos fundamentales necesarios para mantener la comunión con la Iglesia Católica. Esto incluye negar la legitimidad del Papa Francisco como el pontífice legítimo y el rechazo rotundo de las doctrinas establecidas durante el Concilio Vaticano II.
Monseñor Viganò, quien se desempeñó como Nuncio Apostólico en Washington D.C. de 2011 a 2016, comentó que consideraba las acusaciones en su contra “como un honor“.
Vatican News informó que el Dicasterio para la Doctrina de la Fe no ha comentado sobre los supuestos procedimientos.
CNA -agencia en inglés de EWTN News- se puso en contacto con el Vaticano para obtener confirmación y comentarios.
El arzobispo Viganò llegó a los titulares en 2018 con la acusación, seguida de varias cartas, de que prelados de alto rango habían sido cómplices en el encubrimiento de presuntos abusos sexuales por parte del excardenal Theodore McCarrick. También pidió la renuncia del Papa Francisco.
Según Vatican News, el Secretario de Estado del Vaticano, Cardenal Pietro Parolin, dijo el jueves, en reacción a la noticia: “Monseñor Viganò ha tomado algunas actitudes y algunos gestos por los que debe responder“.
“Lo siento mucho porque siempre lo aprecié como un gran trabajador, muy fiel a la Santa Sede, que en cierto sentido era también un ejemplo. Cuando fue nuncio apostólico trabajó bien“.
Las mentiras, encubrimientos y errores que llevaron al abusador McCarrick a escalar en la Iglesia
ABUSOS SEXUALES A MENORES
El Vaticano publica un extenso informe que revela que Juan Pablo II y Benedicto XVI hicieron oídos sordos a las acusaciones contra el excardenal
Por Anna Buj- www.lavanguardia.com
El Vaticano ha realizado un ejercicio de transparencia y ha mostrado la cadena de errores que llevó al estadounidense Theodore McCarrick, de 90 años, a escalar hasta el cardenalato pese a las acusaciones contra él de abusos sexuales. La Santa Sede ha publicado un informe insólito de más de 450 páginas, resultado de una exhaustiva investigación durante dos años, que muestra todos los engaños, mentiras y encubrimientos que permitieron que McCarrick terminara siendo arzobispo de Washington. Es un texto muy grave que revela que, si bien Francisco tuvo poca responsabilidad en el caso, sus predecesores Juan Pablo II y Benedicto XVI ignoraron o desestimaron las acusaciones contra el purpurado.
El caso de McCarrick se convirtió en una de las mayores tormentas en el pontificado de Francisco cuando en agosto del 2018 el exnuncio en EE.UU. Carlo Maria Viganò, representante de la oposición ultraconservadora al Pontífice, distribuyó una durísima carta acusando al Papa de conocer de primera mano y encubrir desde el 2013 los abusos de McCarrick, y conminándole a dimitir por ello. Fue entonces cuando el Vaticano ordenó una investigación sobre el escándalo y que después de dos años se ha publicado a través de una serie de documentos y de más de 90 entrevistas a testimonios.
El actual Papa
Francisco conocía los rumores pero decidió que el tema ya había sido afrontado por sus predecesores.
El informe descarga la responsabilidad del argentino y si bien dice que Francisco fue informado de oídas de los rumores del “comportamiento inmoral con adultos” de McCarrick –no con menores–, decidió que el tema ya había sido afrontado por los anteriores pontífices y no vio necesario modificar la línea adoptada por sus predecesores.
En cambio, apunta a Juan Pablo II entre los responsables del nombramiento de McCarrick como arzobispo de Washington en el 2000, un episcopado clave que normalmente comporta el cardenalato. McCarrick tenía buena referencias de sus pasadas experiencias como obispo en Newark y Metuchen. Su nombre empezó a sonar para Washington, un episcopado al que va unido un cardenalato. Era considerado un gran recaudador de fondos, aunque el informe dice que las transferencias que envió a diferentes personas en el Vaticano no influyeron en las decisiones. Envió hasta 600.000 dólares desde su propia cuenta, donde recibía las donaciones que recogía para la Iglesia en Estados Unidos.
Pero cuando sonaba su nombre para Washington el cardenal arzobispo de Nueva York informó a Juan Pablo II de una serie de acusaciones que no le hacían propicio para el puesto. Entre ellas, un cura que decía que había mantenido “actividad sexual” con otro sacerdote y había intentado hacer lo mismo con él en 1987; una serie de cartas anónimas que le acusaban de pedofilia con sus “sobrinos”; o que se sabía que había forzado a jóvenes hombres adultos a compartir cama con él en su residencia como obispo en anteriores destinos o a seminaristas adultos en la costa de Nueva Jersey.
Según el informe, Juan Pablo II hizo oídos sordos y le promocionó igualmente. Le convencieron, entre otras cosas, tres obispos que encubrieron su comportamiento y el poder de persuasión del mismo McCarrick, que juró al papa que nunca había tenido “relaciones sexuales con ninguna persona, hombre o mujer, joven o viejo, clérigo o laico”. Según algunos testimonios, también pesó la experiencia que vivió el entonces arzobispo Wojtyla en Polonia, quien durante años había visto como el régimen instrumentalizaba falsas acusaciones para desacreditar a sacerdotes.
El papel de Ratzinger
Benedicto rechazó un proceso canónico y sólo le pidió que mantuviera un perfil bajo, pero no lo cumplió.
Cuando en el 2005 resurgieron acusaciones ya estaba al mando Benedicto XVI, que rápidamente le jubiló de la diócesis de Washington cuando había alcanzado la edad de 75 años. Entonces Viganò, que trabajaba en la secretaría de Estado, informó sobre la conducta en los 80 de McCarrick y sugirió abrir un proceso canónico. Ratzinger lo rechazó y solamente pidió a McCarrick que mantuviera un perfil bajo “por el bien de la Iglesia”.
El estadounidense no obedeció a Benedicto y siguió viajando por el mundo sin que nadie le frenase. Hasta que explotó el caso en el 2017 al salir pruebas consideradas creíbles de abusos sexuales cometidos a un adolecente hace 50 años. Francisco le convirtió en el primero en casi un siglo en perder el birrete cardenalicio y le redujo al estado laico, la pena más dura contra un clérigo. Algo que no cumplió y el cardenal siguió viajando por el mundo sin que nadie se lo impidiese.McCarrick en 1988, cuando era arzobispo de Newark, junto al presidente Ronald Reagan en un mitin republicano Barry Thumma / AP
Con el informe se zanja el caso más vergonzoso para la Santa Sede, un dolor que, según el secretario de Estado Pietro Parolin, servirá para que todos los involucrados en procesos similares sean “más conscientes del peso de sus decisiones u omisiones”. “Son páginas que nos empujan a una profunda reflexión –dice– y a preguntarnos qué más podemos hacer en el futuro, aprendiendo de las dolorosas experiencias del pasado”.
Juez de Wisconsin suspende caso penal contra McCarrick
Un juez de Wisconsin suspendió un caso penal contra el ex cardenal Theodore McCarrick, alegando incompetencia. McCarrick había sido acusado de agresión sexual en cuarto grado por abuso que supuestamente tuvo lugar en 1977.
El fallo se produce tras la desestimación de todos los cargos penales contra McCarrick en Massachusetts en agosto, cuando se consideró que el ex clérigo ya no era mentalmente competente. En ese caso, el juez del Tribunal de Distrito de Dedham, Michael Pomarole, dictaminó que McCarrick, un cardenal católico alguna vez poderoso e influyente, no puede ser juzgado después de recibir un informe médico de los fiscales que coincidía con el informe anterior de la defensa de que McCarrick, de 93 años, sufre demencia. .
No hay otros casos penales pendientes en relación con McCarrick en este momento.
Los cargos contra McCarrick fueron anunciados en abril pasado por el fiscal general de Wisconsin, Josh Kaul, y el fiscal de distrito del condado de Walworth, Zeke Wiedenfeld. Según la denuncia, que surgió de un informe presentado a la iniciativa de abuso de líderes religiosos y clérigos del Departamento de Justicia de Wisconsin (WDOJ), McCarrick supuestamente acarició los genitales de la víctima mientras se hospedaba como invitado en una residencia de Geneva Lake, Wisconsin. La denuncia afirma que McCarrick “se involucró en repetidos abusos sexuales de la víctima a lo largo del tiempo“, según el comunicado de prensa de WDOJ.
El comunicado no especificó si la presunta víctima era menor de edad. Según su sitio web, la WDOJ “espera que la gran mayoría de la información recopilada durante su revisión se relacione con el abuso sexual de menores“, pero el escrutinio de la agencia “no estará limitado por la edad de la víctima en el momento del abuso“.
El contenido de los informes sobre las capacidades mentales de McCarrick no se hizo público.
Los abogados de McCarrick, Barry Coburn y Daniel Marx, plantearon por primera vez la cuestión de la competencia en febrero de 2023, cuando presentaron una moción para que se desestimaran los cargos en el caso de Massachusetts basándose en un informe de un experto médico que contrataron. Los abogados defensores afirmaron que McCarrick sufre demencia progresiva e irreversible.
“Si bien tiene una comprensión limitada del proceso penal en su contra, sus déficits cognitivos progresivos e irreparables lo hacen incapaz de consultar significativamente con su abogado o ayudar efectivamente en su propia defensa“, escribieron Coburn y Marx en ese momento.
McCarrick, que alguna vez fue uno de los clérigos más poderosos de la Iglesia católica conocido por su destreza para recaudar fondos, ha sido acusado de abusar sexualmente de víctimas adultas y niños durante décadas, un escándalo que estalló en público en 2018. Después de que la Congregación para la Doctrina de la Faith (ahora dicasterio) declaró a McCarrick culpable de abuso en 2019, fue laicizado por el Papa Francisco. La carrera clerical de McCarrick y las acusaciones de abuso sexual que la acompaña se detallaron en un extenso informe del Vaticano publicado en noviembre de 2020.
Fuente: www.catholicregister.org
El arzobispo más crítico con el papa, excomulgado por el delito de “cisma”
Por Gonzalo Sánchez- www.swissinfo.ch
El arzobispo italiano Carlo Maria Viganò, crítico feroz con el papa Francisco, al que tacha de “usurpador”, ha sido excomulgado este tras ser hallado culpable del delito de “cisma”, es decir, de dividir la Iglesia.
La Congregación vaticana para la Doctrina de la Fe, dirigida por el cardenal argentino Víctor Manuel Fernández, confirmó la sentencia en un breve comunicado, alegando sus “conocidas afirmaciones públicas” en las que el monseñor se niega a someterse al pontífice.
Pero no solo: Viganò, rostro visible del sector más conservador del catolicismo, también ha sido condenado por renegar de “la legitimidad y autoridad magisterial” del Concilio Vaticano II, la “cumbre” que entre 1962 y 1965 modernizó y actualizó la Iglesia.
¿Quién es el monseñor de la discordia?
Viganò, de 83 años, fue nombrado arzobispo en 1992 por Juan Pablo II y luego, entre otros cargos, ejerció como nuncio (embajador) en Nigeria hasta 1998 y entre 2011 y 2016 en Estados Unidos, donde se congrega un importante núcleo de críticos con el papa argentino.
En los últimos años, no ha escondido su confrontación con Bergoglio y en 2018 le acusó abiertamente de conocer los abusos sexuales del cardenal estadounidense Theodore McCarrick, a quien el pontífice más tarde expulsaría del sacerdocio por sus conductas, llegando incluso a solicitar su renuncia.
En estos años ha tildado a Francisco de “herético”, “tirano” y “siervo de Satanás”, puesto en duda su elección en el cónclave de 2013 y atacado duramente algunas de sus decisiones, sobre todo las más aperturistas, como el documento ‘Fiducia Supplicans’ (2023) que permite una bendición informal de parejas homosexuales.
Es patrón de la fundación ultraconservadora ‘Exsurge Domine’, que tiene por misión “ayudar a los religiosos perseguidos por su fidelidad a la tradición” (el nombre alude a la bula del 1520 contra las herejías de Martín Lutero firmada por León X).
El 28 de junio, cuando se le comunicó la apertura del juicio canónico, lo consideró “un honor” en sus perfiles de la red social X.
Entonces calificó entonces al Concilio Vaticano II (1962-1965) de “cáncer ideológico, teológico, moral y litúrgico” y tildó la “Iglesia Bergogliana”, la del papa Bergoglio, de “metástasis”.
Fulminante proceso canónico
La Doctrina de la Fe, con orígenes en la extinta Inquisición y que vela por la corrección doctrinal y disciplinar, comunicó al monseñor la apertura de un proceso por incurrir presuntamente en “cisma”.
El Código de Derecho Canónico define ese grave delito como “la negación a someterse al Sumo Pontífice o a la comunión con los miembros de la Iglesia”.
La noticia la dio él mismo en las redes sociales -no el Vaticano- adelantando que no tenía ninguna intención de personarse al requerimiento de las autoridades de la Santa Sede.
El plazo para presentar sus alegaciones terminaba el 28 de junio. La Doctrina de la Fe se reunió para deliberar su caso y determinó su culpabilidad.
La Santa Sede comunicó al exnuncio el veredicto, pero este todavía no se ha pronunciado (ni tampoco sus eventuales simpatizantes). Su última aparición en X, se resume en una imagen del Crucificado y un mensaje de agradecimiento a quienes le apoyan y pidiendo donaciones a su fundación.
Excomunión ‘latae sententiae’
El pronunciamiento de la Doctrina de la Fe es una excomunión ‘Latae sententiae”, es decir, una sanción en la que se incurre inmediata y automáticamente solo por haber cometido un hecho.
De ahora en adelante, según el artículo 1331 § 1 del Derecho Canónico, Viganò no podrá “de ningún modo” oficiar misas ni otras ceremonias de culto público, ni impartir o recibir sacramentos, ejercer cargos eclesiásticos u ordenar actos ejecutivos, entre otros castigos.
Sin embargo, la excomunión, aunque es una pena muy grave dentro de la legislación apostólica, no tiene por qué ser definitiva, tiene una intención “medicinal” y puede ser revocada en caso de que el condenado se arrepienta y regrese a la obediencia.
Su controvertido caso, por ejemplo, ha sido comparado con otro de los pocos precedentes a ese nivel, el del arzobispo francés Marcel Lefebvre, fundador de la Fraternidad de San Pío X, crítico con el Vaticano II y excomulgado en 1988 por Juan Pablo II por actos cismáticos.
Todo para evitar las divisiones que marcan la milenaria historia de la Iglesia, algunas tan importantes como el “Cisma de Occidente”, que entre 1378 y 1417 dividió el papado en dos, Roma y Avignon, o el que separó en el 1054 para siempre a católicos y ortodoxos de oriente.