Archivo por meses: enero 2024

Los “dueños” de la democracia

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Con sus acciones nos llevaron al precipicio y lo mejor que podrían hacer es asumir su responsabilidad”.

Diana SeminarioPor Diana Seminario– Diario El Comercio.
A dos años de las elecciones generales no se avizora nada –ni nadie– en el horizonte, y eso va poniendo nerviosos a quienes al verse ahora marginados del poder pretenden tomar la iniciativa. “¡Primer!”, diríamos cuando niños los que hoy ya pasamos los 50. Por eso, el predecible colectivo Coalición Ciudadana no hace otra cosa que quitar el velo a las pretensiones de varios que –permítanme la licencia– “yala” hace rato.
Los voceros de este experimento se atribuyen la representación de todos cuando en su “Manifiesto por la democracia” dicen: “Los peruanos necesitamos lograr un consenso para una salida pacífica y constitucional o por el adelanto de elecciones generales para ir hacia un período de transición”. ¿Quién les dijo a estos ilustres ciudadanos que “todos, todes y tod@s” nos sentimos identificados con este anhelo? Al parecer los más interesados con este “clamor popular” son ellos.
El documento dice también que “frente al debilitamiento democrático” proponen “la defensa de la separación de poderes, la autonomía de instituciones constitucionales y el avance de los procesos anticorrupción sin interferencia política”.
Veamos: “debilitamiento democrático”. Parece chiste que lo digan personas que con sus acciones avalaron la disolución del Congreso por Martín Vizcarra el 30 de setiembre del 2019. ¿Ya nos olvidamos de que fue Gino Costa –vocero de la coalición– el que le facilitó al entonces primer ministro Salvador del Solar la intervención para que presentara una irregular cuestión de confianza? ¿Nos olvidamos de que así forzó el cierre del Parlamento? Cómo entender que Marianella Ledesma suscriba este manifiesto si cuando fue presidenta del Tribunal Constitucional (TC) se puso de costado ante el atropello de Vizcarra. Felizmente, el actual TC ratificó lo que ya sabíamos: que no existe la “denegación fáctica de confianza” inventada por ‘Lagarto’.
“Defensa de la separación de poderes”, “la autonomía de poderes”, lo firma Marisol Pérez Tello, que como ministra de Justicia y Derechos Humanos descabezó la Procuraduría Anticorrupción cuando Julia Príncipe y Katherine Ampuero investigaron demasiado. Hablan de autonomía de poderes quienes firmaron un documento para que en el 2018 el entonces fiscal de la Nación Pablo Sánchez continuara en el cargo cuando no le correspondía, y son los mismos que llaman ‘golpe de Estado’ a una vacancia presidencial legítima y a una sucesión presidencial constitucional. “Merino no me representa” fue su consigna.
Manifiestan también su compromiso en el “avance de los procesos anticorrupción sin interferencia política”. Parece broma si el pronunciamiento lo adhiere Mirtha Vásquez, expresidenta del Consejo de Ministros de Pedro Castillo que prefirió el fajín mientras en sus narices se levantaban el país en peso. Supo de las irregulares visitas a la casa del pasaje de Sarratea, pero calló. Prometió entregar la lista de habitúes de la casa de Breña, pero seguimos esperando. Fue parte de uno de los peores y más corruptos gobiernos de la historia.
También figura como firmante la exministra Gloria Montenegro, quien fuera acuñista, vizcarrista y ahora morada. La ministra que avaló la probada corrupción de Martín Vizcarra, que por irregularidades como titular del Ministerio de la Mujer y Poblaciones Vulnerables no entregó abrigo a peruanos que padecían de frío en las alturas de Puno.
¿Nos va a hablar de lucha anticorrupción Mesías Guevara, quien apadrinó a ‘Los Niños’ de Acción Popular?
Lejos están los tiempos cuando estos “ilustres adherentes” con su efímero poder creyeron que podían colocarse por encima del resto. Nadie los ha nombrado policía de la institucionalidad.
No son los dueños de la democracia, sino todo lo contrario. Con sus acciones nos llevaron al precipicio y lo mejor que podrían hacer es asumir su responsabilidad.

Augusto Cáceres dispara contra la ‘Coalición Ciudadana’: «Debería llamarse ‘Coalición Golpista’»

Exalcalde de San Isidro apuntó que «este grupo está conformado por gente reciclada del castillismo y el vizcarrismo».

Por Aaron Salomón– Diario EXPRESO.
Augusto Cáceres, exalcalde del distrito de San Isidro, arremetió contra el grupo izquierdista ‘Coalición Ciudadana’, que propone adelantar las elecciones generales para supuestamente salir de la crisis política y económica.
En conversación con EXPRESO, el exburgomaestre anotó que “este grupo está conformado por gente reciclada del castillismo y el vizcarrismo”.
Al respecto, mencionó que los integrantes del colectivo no son democráticos, dado que, recordó, “Martín Vizcarra, como Pedro Castillo, también dio un golpe de Estado”.
Es gente que no está ligada a la democracia. Hay que recordar que Vizcarra, como Castillo, también dio un golpe de Estado. El comunicado que han emitido está lleno de lugares comunes y es para el olvido. Estas personas, que tienen todo el derecho de juntarse entre ellos, no suman absolutamente nada desde el punto de vista electoral”, señaló Cáceres. 

Para justificar su postura, Augusto Cáceres hizo mención al caso del exparlamentario Gino Costa, quien dijo, “tiene un comportamiento sinuoso y melifluo, y nunca ha defendido la democracia, sino sus propios intereses”.
Yo creo que debemos llamar a este grupo como la ‘Coalición Golpista’, sentenció.
En cuanto a la propuesta de anticipar los comicios, Cáceres sostuvo que “es una locura en las actuales circunstancias”.
Si en algún momento tuvo alguna posibilidad, eso fue hace mucho tiempo atrás. Hoy vivimos otra realidad y lo que tenemos que hacer es fortalecer el sistema democrático, para que las elecciones del 2026 sean absolutamente prístinas y transparentes. Con el adelanto de elecciones, solo busca favorecerse este grupo, porque, claro, en río revuelto, ganancia de pescadores”, aseveró.

Impedimento de salida

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No se olviden de Vizcarra

Los casos contra el expresidente por los proyectos Lomas de Ilo y el Hospital de Moquegua continúan avanzando”.

Esta semana, el Poder Judicial le impuso 12 meses de impedimento de salida del país al expresidente Martín Vizcarra por los casos Lomas de Ilo y Hospital de Moquegua. Se trata de una noticia importante para la ciudadanía, no solo por el hecho de que tiene como protagonista a quien hasta hace poco más de tres años ocupaba el cargo más importante del país, sino también porque se trata de alguien que continúa haciendo vida política, ha logrado inscribir su partido (Perú Primero) y no descarta presentarse en las próximas elecciones generales, pese a que se encuentra inhabilitado para ejercer la función pública por su vacunación irregular durante la pandemia (por lo que en realidad, al pedir el voto por él, no hace otra cosa que engañar al electorado). Solo una de estas circunstancias sería suficiente para requerir a las autoridades que lleguen hasta el final en las pesquisas contra el exmandatario y más aún cuando –para su pesar– las evidencias en su contra no ayudan a darle el beneficio de la duda.
Respecto de estas, hay que decir que la Unidad de Investigación de El Comercio fue clave en recopilarlas y hacerlas de conocimiento público. Ello, en un momento en el que el entonces presidente gozaba de una importante aprobación popular (54% en octubre del 2020, según Ipsos) y cuando muchos de sus defensores criticaron a esta casa periodística por supuestamente hacerle el juego al Congreso que terminaría declarando su vacancia el 9 de noviembre del 2020. La realidad, no obstante, es que las investigaciones de este Diario contra Vizcarra comenzaron a finales del 2019, antes incluso de que la representación nacional que lo destituyó jurara.
El 6 de diciembre de ese año, El Comercio informó que en el penúltimo día de la gestión de Vizcarra como gobernador regional de Moquegua (2011-2014) se autorizó un sospechoso desembolso de más de S/41 millones a favor del consorcio encargado de la construcción del hospital de la región, un pago que la contraloría calificó de irregular. Dicho consorcio estaba integrado por las empresas ICCGSA e Incot. Un año después, en octubre del 2020, este Diario revelaría que tres aspirantes a colaboradores eficaces en un caso diferente (el del ‘Club de la Construcción’, que comprometía a ICCGSA) declararon ante la fiscalía que le habían pagado S/1′300,000 a Vizcarra por esta obra.
Pero para el momento en el que publicamos el primer reportaje, nuestra Unidad de Investigación ya se encontraba siguiendo la pista de un sospechoso vuelo que en diciembre del 2013 trasladó a una serie de funcionarios bolivianos hasta Ilo, donde fueron recibidos por Vizcarra. El avión que se encargó de la travesía fue contratado por la empresa Obrainsa por un costo de casi S/36 mil, la misma firma que apenas tres días después suscribiría un contrato millonario con el Gobierno Regional de Moquegua por el proyecto Lomas de Ilo. Obrainsa, para más luces, pertenece a los hermanos Tejeda Moscoso, que años atrás habían trabajado con la empresa del expresidente y su hermano, César Vizcarra.
En octubre del 2020, nuestra periodista Graciela Villasís reveló que otro colaborador eficaz había contado al Ministerio Público que Obrainsa costeó el traslado de la delegación boliviana a pedido de Vizcarra y a cuenta de un soborno que este último le habría solicitado –de más de S/1 millón– para ayudarlos a obtener la buena pro del ya referido proyecto. El Comercio publicó el intercambio de correos entre Vizcarra y Paul Tejeda Moscoso donde discuten la cotización del vuelo, los vouchers del desembolso de S/1 millón que Obrainsa realizó a su conserje Tobías Puerta Gutiérrez para poder entregarle en efectivo el soborno a Vizcarra y mucha más información al respecto.
Por supuesto, la culpabilidad o inocencia del exmandatario se dirimirá en un juicio, pero es saludable que los casos en su contra continúen avanzando y, más aún, que no los perdamos de vista solo porque otros expresidentes se encuentran también en líos con la justicia.
Fuente: Editorial Diario El Comercio.

Poder Judicial dicta impedimento de salida del país contra Martín Vizcarra, acusado de corrupción

El Quinto Juzgado de Investigación Preparatoria Nacional impuso la medida restrictiva por 12 meses.

Por Luis Paucar– Infobae.com
El Poder Judicial dictó 12 meses de impedimento de salida del país contra el expresidente Martín Vizcarra (2018-2020), acusado de recibir más de dos millones de soles en sobornos cuando se desempeñó como gobernador regional de Moquegua.
El Quinto Juzgado de Investigación Preparatoria Nacional acogió en parte la solicitud del despacho del fiscal anticorrupción Germán Juárez, quien pedía que la restricción se extendiera por 18 meses. De acuerdo con el documento, la medida fue adoptada para evitar el riesgo de fuga del exgobernante.
No existe otra alternativa menos gravosa que cumpla con la finalidad, pues se busca asegurar la presencia del procesado en la etapa de juzgamiento y así cumplir con el fin del proceso, el cual es llegar a la verdad de los hechos”, se lee en el texto.
En diciembre del 2022, el Ministerio Público requirió 15 años de prisión contra Vizcarra por este caso que le atribuye la presunta comisión de cohecho pasivo propio, además de otros nueve años de inhabilitación para ejercer cargos públicos. Según la acusación, el exmandatario accedió a coimas a cambio de otorgar contratos de construcción para el proyecto Lomas de Ilo y la Ampliación y Mejoramiento del Hospital de Moquegua.
En rigor, los desembolsos habrían sido un millón de soles por parte de las empresas Obrainsa y Astaldi, así como 1.3 millones de soles por parte de la firma ICCGSA-INCOT. La jueza Margarita Salcedo consideró que existe “sospecha fuerte” de la recepción de coimas y que es necesario garantizar el proceso ante la proximidad de un eventual juicio.
En una audiencia realizada en diciembre pasado, la Fiscalía estimó, de igual modo, que existe “alta probabilidad” de que Vizcarra, removido por el Congreso en medio de una grave crisis política, sea sentenciado por esta causa. Al defender la petición de impedimento de salida del país, el fiscal Osías Castañeda afirmó que el peligro procesal del implicado se ha incrementado.
Durante la audiencia, en la que no estuvo presente el exgobernante, Castañeda dijo que Vizcarra ha intentado viajar por razones políticas a distintas localidades del país, pese a que ha sido inhabilitado para ejercer cargos públicos. Sin embargo, la defensa del expresidente rechazó que la Fiscalía pida, por segunda vez en el mismo caso, una medida restrictiva para salir del país.
En 2020, el equipo que investiga el caso Lava Jato solicitó en dos ocasiones interrogar al exmandatario, pues las empresas ganadoras de las licitaciones en Moquegua también están comprometidas en el ‘Club de la construcción’, un grupo de compañías supuestamente se repartían las obras públicas a cambio de millonarios sobornos.
Desde 2022, Vizcarra se encuentra inhabilitado por cinco años para ejercer cualquier función pública a raíz de una investigación abierta en su contra por vínculos con empresas del sector durante su gestión como ministro de Transportes y Comunicaciones en el Gobierno de Pedro Pablo Kuczynski (2016-2018).
Esta inhabilitación se suma a los diez años que también el Parlamento le sancionó sin ocupar cargos públicos por haberse vacunado en secreto contra la Covid-19 junto a decenas de funcionarios, en el caso denominado ‘Vacunagate’.

Epifanía 2024

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Evangelio según San Mateo 2,1-12.
Cuando nació Jesús, en Belén de Judea, bajo el reinado de Herodes, unos magos de Oriente se presentaron en Jerusalén y preguntaron: “¿Dónde está el rey de los judíos que acaba de nacer? Porque vimos su estrella en Oriente y hemos venido a adorarlo“.
Al enterarse, el rey Herodes quedó desconcertado y con él toda Jerusalén.
Entonces reunió a todos los sumos sacerdotes y a los escribas del pueblo, para preguntarles en qué lugar debía nacer el Mesías.
En Belén de Judea, le respondieron, porque así está escrito por el Profeta: Y tú, Belén, tierra de Judá, ciertamente no eres la menor entre las principales ciudades de Judá, porque de ti surgirá un jefe que será el Pastor de mi pueblo, Israel“.
Herodes mandó llamar secretamente a los magos y después de averiguar con precisión la fecha en que había aparecido la estrella, los envió a Belén, diciéndoles: “Vayan e infórmense cuidadosamente acerca del niño, y cuando lo hayan encontrado, avísenme para que yo también vaya a rendirle homenaje“.
Después de oír al rey, ellos partieron. La estrella que habían visto en Oriente los precedía, hasta que se detuvo en el lugar donde estaba el niño.
Cuando vieron la estrella se llenaron de alegría, y al entrar en la casa, encontraron al niño con María, su madre, y postrándose, le rindieron homenaje. Luego, abriendo sus cofres, le ofrecieron dones: oro, incienso y mirra.
Y como recibieron en sueños la advertencia de no regresar al palacio de Herodes, volvieron a su tierra por otro camino.

Homilía del Padre Paul Voisin CR de la Congregación de la Resurrección:

Mientras reflexionaba sobre las lecturas de este Domingo, fiesta de la Epifanía, me venía a la mente un dicho: “Lo que encuentres dependerá de lo que busques“. Como siempre me gusta empezar con una historia que me hable del mensaje básico que creo que el Señor me está llevando a explorar y compartir, empecé a pensar en buscar y encontrar. Me vino a la mente un ejemplo. En Julio de 2013 pasé tres días en Venecia, Italia. Era mi tercera vez en Venecia, y he aprendido a encontrar mi camino dentro y fuera de las islas, sus aspectos más destacados, y -debo confesar- sus tiendas. Me he quedado prendada del cristal de Murano, no tanto para mí como para regalar a mi familia y amigos. Cuando iba de compras, sabía exactamente lo que quería y dónde encontrarlo. No pasé mucho tiempo buscando cosas que no estaban en mi mente ni en mi lista. Sabía lo que quería e iba a por ello. Debo decir que subí al tren con destino a Roma como un hombre feliz, tras haber encontrado lo que buscaba.
Pensé en “lo que encuentres dependerá de lo que busques” cuando leí por primera vez el evangelio de este domingo (Mateo 2, 1-12). ¿Qué buscaban los Magos? Se cree que eran astrólogos, de ahí su interés y lectura de las estrellas. Los Magos buscaban a este Rey de los judíos nacido en el tiempo. Lo buscaban con fines nobles, no para administrarlo o comercializarlo, sino para verlo y conocerlo. Iba a ser un gran personaje, según sus estudios y creencias, y querían conocer a este “Rey de los judíos recién nacido“. Trajeron tres regalos significativos para simbolizar la vida que creían que llevaría este niño: oro para representar su majestad y gloria, incienso que hablaba de la acción misteriosa de Dios, y mirra que presagiaba su muerte. Sabían lo que buscaban, y la estrella les llevó milagrosamente a encontrar lo que buscaban.
Lo misterioso que me llamó la atención al reflexionar sobre las lecturas fue que los Magos no sabían qué forma tendría esta manifestación de lo que buscaban. Por eso, buscando al Rey de los judíos, se dirigieron al Rey de Palestina, Herodes, pensando tal vez que ese niño estaría en un palacio real y sería de familia real. Sin embargo, lo encontraron en una sencilla vivienda de Belén, con María y José, un carpintero y su mujer.
En nuestra Primera Lectura del Libro del Profeta Isaías (60:1-6) Dios revela que “Tu luz ha llegado“. Las tinieblas ya no cubrirían la tierra, sino que el “Señor brilla”. Él vino a iluminar a los pueblos y a las naciones. Los que tengan fe en las promesas de Dios vendrán a él y “quedarán radiantes ante lo que vean”. Sus corazones palpitarán y rebosarán”. Traerán oro e incienso. Jesús la luz, revelado por la estrella brillante, ha venido al mundo y ha cumplido esta profecía. Si buscamos la verdad, si buscamos la revelación y si buscamos la voluntad de Dios, esto es lo que encontraremos: la fuente de la verdad y de la revelación, el cumplimiento de la voluntad de Dios en la persona de Jesucristo, nacido en el pesebre de Belén.
En nuestra Segunda Lectura de la Carta de San Pablo a los Efesios (3,2-3a.5-6), San Pablo nos asegura que Dios se revelará y nosotros recibiremos su gracia. Durante siglos, los hombres de fe esperaron esta manifestación de Dios y aquí estaba en la persona de Jesucristo proclamado por Pablo a los paganos de Éfeso. San Pablo empieza ya a hablar de la universalidad de la venida de Cristo, no sólo para el pueblo elegido -los judíos- sino para los Gentiles, para ser “coherederos, miembros del mismo cuerpo y copartícipes de la promesa de Cristo Jesús“. Todos han de ser salvados por este Señor y Salvador, Jesucristo.
Vuelvo a mi reflexión sobre las palabras “Lo que encontremos dependerá de lo que busquemos”. ¿Qué buscamos? ¿Cuál es la “estrella” que seguimos?
Aquí, de forma simplista, podemos ver surgir dos estrellas, ambas pueden atraernos. Una es una estrella que nos lleva a buscar poder, placer y posesiones. Esta es realmente una estrella “terrenal” porque nos lleva a centrarnos en las cosas de la tierra, las cosas de este mundo. No son males, pero no nos llevan a la plenitud de vida que Dios nos dice que nos espera. Si buscamos esa estrella podemos encontrar éxito, felicidad y logros, pero ¿a qué precio y por cuánto tiempo? Esa estrella puede caer a tierra rápidamente. Tal vez podamos identificar momentos en nuestras propias vidas, o personas que conocemos que sólo han buscado esa estrella “terrenal” y lo que encontraron, como resultado de seguir esa estrella, no era lo que realmente querían en la vida, y fuera de la vida.
La otra estrella es una estrella “celestial” centrada en los valores evangélicos y en la voluntad de Dios. Esta estrella se centra en los valores y virtudes del reino de Dios. Si buscamos esa estrella encontramos esa cercanía a Dios que viene de caminar con fe y servir a Dios. Esto conduce a relaciones que dan vida y tienen valor eterno. Esa estrella nunca se apagará. Quizás también podamos identificar momentos en nuestras vidas, o personas que conocemos, que han buscado esa estrella “celestial” y lo que encontraron, como resultado de seguir esa estrella, fue una fuente de gran paz y alegría, y -muy a menudo- sorpresas (gracias y bendiciones) que el Señor tiene reservadas para los que le buscan.
Al celebrar hoy la Epifanía, no sólo recordamos a los Magos y su seguimiento de la estrella, sino nuestro seguimiento de una estrella, aquí y ahora. Del mismo modo que la estrella de los Magos les condujo a Jesús, el Señor, si nosotros buscamos una estrella “celestial”, ésta nos conducirá a Jesús. Si creemos que “Lo que encontremos dependerá de lo que busquemos”, buscaremos a Jesús y os aseguro que por la gracia de Dios lo encontraremos y compartiremos su vida, y la compartiremos con los demás.

Daesh reinvindica atentado en Irán

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Daesh reivindica la autoría del peor atentado sufrido por Irán desde la revolución de 1979

El grupo terrorista lo ha comunicado a través de sus canales de Telegram.

Irán promete «una dura respuesta» tras el grave atentado que ha elevado al máximo la tensión en Oriente Próximo

Decenas de muertos en dos explosiones en Irán durante el aniversario de la muerte del general Soleimani

El grupo terrorista Daesh ha reivindicado la autoría de los atentados contra Kermán (Irán) en los que murieron decenas de personas el miércoles, según ha informado la organización a través de sus canales de Telegram, informa Reuters.
Antes del anuncio, el diario ‘The Guardian‘ informaba de que Irán está reforzando la seguridad en sus fronteras con Afganistán y Pakistán debido al temor de que los atacantes se hubieran infiltrado desde los países vecinos y estuvieran relacionados con el grupo terrorista suní, también conocido como Estado Islámico.
Se hicieron explotar
Las dos explosiones se produjeron durante una procesión que conmemoraba  el cuarto aniversario de la muerte del general Qasem Soleimani, que fue abatido en enero de 2020 por drones estadounidenses por orden del expresidente Donald Trump. Soleimani, considerado el segundo hombre más importante del régimen de los ayatolás por detrás del líder supremo, Ali Jamenei, era el jefe de la Fuerza Quds, un cuerpo de Inteligencia destinado a favorecer los intereses iraníes en terceros países.
El comandante militar de Hezbolá, Wissam Hassan Tawil, conocido como Jawad (izq.), con el asesinado comandante de la brigada al-Quds de Irán, Qassem Suliemani, en un lugar no revelado. Hezbollah anunció el 8 de enero el asesinato de un "comandante" por primera vez, nombrándolo como Wissam Hassan Tawil. (Foto de la OFICINA DE MEDIOS MILITARES DE HEZBOLLAH / AFP)Comandante militar Wissam Hassan Tawil, conocido como Jawad, con el asesinado comandante de la brigada al-Quds de Irán, Qassem Soleimani (Oficina Medios Militares de Hezbollah/AFP).
En un primer momento, fuentes iraníes afirmaron que las explosiones fueron provocadas por explosivos introducidos en dos mochilas que se detonaron de manera remota con unos diez o quince minutos de diferencia. Sin embargo, la agencia de noticias oficial Irna explicaba que, en realidad, según el análisis de las cámaras de seguridad, los hechos se produjeron después de que dos terroristas se hicieran explotar.
Que la autoría del atentado recaiga en Daesh tiene sentido, pues los terroristas de ese grupo ya celebraron en 2020 la muerte de Soleimani, como informaba por entonces la BBC. Como potencia chiíta, Irán apoyó y promovió en el caótico Irak post-Sadam Husein a las milicias de esa rama del islam, enfrentadas con grupos terroristas suníes como el Estado Islámico. Además, la Fuerza Quds también respaldó en Siria al régimen de Bashar Al Assad, cuyas fuerzas, durante la guerra civil que ha arrasado el país, combatieron a los terroristas de Daesh en el campo de batalla.
Fuente: ABC Internacional.

Criterio de conciencia

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Dicasterio para la Doctrina de la Fe

Nota de prensa firmada por el Cardenal Prefecto y el Secretario: la doctrina sobre el matrimonio no cambia, los obispos pueden discernir su aplicación según el contexto, las bendiciones pastorales no son comparables a las litúrgicas y ritualizadas.
Escribimos esta Nota para ayudar a clarificar la recepción de Fiducia supplicans, al mismo tiempo que recomendamos la lectura completa y reposada de la Declaración para comprender mejor el sentido de su propuesta.
1. Doctrina
Las comprensibles manifestaciones de algunas Conferencias episcopales sobre el documento Fiducia supplicans tienen el valor de evidenciar la necesidad de un tiempo más prolongado de reflexión pastoral. Lo que han expresado esas Conferencias episcopales no puede interpretarse como una oposición doctrinal, porque el documento es claro y clásico sobre el matrimonio y la sexualidad. Hay varias frases contundentes de la Declaración que no dejan dudas:
La presente Declaración se mantiene firme en la doctrina tradicional de la Iglesia sobre el matrimonio, no permitiendo ningún tipo de rito litúrgico o bendición similar a un rito litúrgico que pueda causar confusión”. Actuando, frente a las parejas irregulares, “sin convalidar oficialmente su status ni alterar en modo alguno la enseñanza perenne de la Iglesia sobre el Matrimonio” (pres.).
“Son inadmisibles ritos y oraciones que puedan crear confusión entre lo que es constitutivo del matrimonio, como «unión exclusiva, estable e indisoluble entre un varón y una mujer, naturalmente abierta a engendrar hijos», y lo que lo contradice. Esta convicción está fundada sobre la perenne doctrina católica del matrimonio. Solo en este contexto las relaciones sexuales encuentran su sentido natural, adecuado y plenamente humano. La doctrina de la Iglesia sobre este punto se mantiene firme” (4).
Tal es también el sentido del Responsum de la entonces Congregación para la Doctrina de la Fe donde se afirma que la Iglesia no tiene el poder de impartir la bendición a uniones entre personas del mismo sexo” (5).
“Dado que la Iglesia siempre ha considerado moralmente lícitas sólo las relaciones sexuales que se viven dentro del matrimonio, no tiene potestad para conferir su bendición litúrgica cuando ésta, de alguna manera, puede ofrecer una forma de legitimidad moral a una unión que presume de ser un matrimonio o a una práctica sexual extramatrimonial” (11).
Evidentemente, no habría lugar para distanciarse doctrinalmente de esta Declaración ni para considerarla herética, contraria a la Tradición de la Iglesia o blasfema.
2. Recepción práctica
Pero algunos Obispos se expresan sobre todo con respecto a un aspecto práctico: las posibles bendiciones a parejas irregulares. La Declaración contiene la propuesta de breves y simples bendiciones pastorales (no litúrgicas ni ritualizadas) a parejas (no a las uniones) irregulares, entendiendo que son bendiciones sin forma litúrgica que no aprueban ni justifican la situación en que se encuentran esas personas.
Los documentos del Dicasterio para la Doctrina de la Fe, como Fiducia supplicans, en sus aspectos prácticos, pueden requerir más o menos tiempo para su aplicación de acuerdo con los contextos locales, según el discernimiento de cada Obispo diocesano con su Diócesis. En algunos lugares no se advierten dificultades para una aplicación inmediata, y en otros ven la necesidad de no innovar mientras se toman todo el tiempo que haga falta para la lectura y la interpretación.
Algunos Obispos, por ejemplo, han establecido que cada sacerdote podrá discernir pero que podrá realizar estas bendiciones sólo en privado. Nada de esto resulta problemático si se expresa en un marco de respeto hacia un texto firmado y aprobado por el mismo Sumo Pontífice, intentando acoger de algún modo la reflexión que contiene.
Cada Obispo local, por su función propia, tiene desde siempre la potestad del discernimiento in loco, en ese lugar tan concreto que él conoce más que otros porque es su rebaño. La prudencia y la atención al contexto eclesial y a la cultura local podrían admitir diversos modos de aplicación, pero no una negación total o definitiva de este paso que se está proponiendo a los sacerdotes.
3. La situación delicada de algunos países
El caso de algunas Conferencias episcopales debe comprenderse en su contexto. En varios países hay cuestiones fuertemente culturales e incluso legales que requieren tiempo y estrategias pastorales más allá del corto plazo.
Si hay legislaciones que penalizan con la cárcel, y en algunos casos con torturas e incluso la muerte el solo hecho de declararse gay, se entiende que sería imprudente una bendición. Es evidente que los Obispos no quieren exponer a las personas homosexuales a la violencia. Lo importante es que estas Conferencias episcopales no sostienen una doctrina diferente a la de la Declaración aprobada por el Papa, porque es la doctrina de siempre, sino que plantean la necesidad de un estudio y discernimiento para actuar con prudencia pastoral en ese contexto.
En verdad, no son pocos los países que en distintos grados condenan, prohíben y criminalizan la homosexualidad. En estos casos, más allá de la cuestión de las bendiciones, allí hay una tarea pastoral amplia a largo plazo que incluye formación, defensa de la dignidad humana, enseñanza de la Doctrina Social de la Iglesia y diversas estrategias que no admiten prisas.
4. La verdadera novedad del documento
La verdadera novedad de esta Declaración, aquello que requiere un generoso esfuerzo de recepción y donde nadie debería declararse excluido, no es la posibilidad de bendecir parejas irregulares. Es la invitación a distinguir entre dos formas diferentes de bendiciones: “litúrgicas o ritualizadas” y “espontáneas o pastorales”. En la Presentación se explica claramente que “el valor de este documento es ofrecer una contribución específica e innovadora al significado pastoral de las bendiciones, que permite ampliar y enriquecer la comprensión clásica de las bendiciones estrechamente vinculada a una perspectiva litúrgica” (pres.). Esta “reflexión teológica, basada en la visión pastoral del Papa Francisco, implica un verdadero desarrollo de lo que se ha dicho sobre las bendiciones en el Magisterio y en los textos oficiales de la Iglesia”.
En el trasfondo se sitúa la valoración positiva de la “pastoral popular” que aparece en muchos textos del Santo Padre. En ese contexto, nos invita a una valoración de la fe sencilla del Pueblo de Dios, que aun en medio de sus pecados sale de la inmanencia, abre el corazón para pedir la ayuda de Dios.
Por esta razón, más que por la bendición a parejas irregulares, el texto del Dicasterio ha adoptado el alto nivel de una “Declaración”, que es mucho más que un “responsum” o una carta. El tema central, que nos invita especialmente a una profundización que enriquezca nuestra praxis pastoral, es la comprensión más amplia de las bendiciones y la propuesta de acrecentar las bendiciones pastorales, que no exigen las mismas condiciones de las bendiciones en contexto litúrgico o ritual. Por consiguiente, más allá de la polémica, el texto reclama un esfuerzo de reflexión serena, con corazón de pastores, fuera de toda ideología.
Aunque algún Obispo considere prudente por el momento no dar estas bendiciones, igualmente todos necesitamos crecer en la convicción de que las bendiciones no ritualizadas no son una consagración de la persona o de la pareja que las recibe, no son una justificación de todas sus acciones, no son una ratificación de la vida que llevan. Cuando el Papa pidió crecer en una comprensión más amplia de las bendiciones pastorales, nos propuso pensar en un modo de bendecir que no requiera poner tantas condiciones para realizar este simple gesto de cercanía pastoral, que es un recurso para promover la apertura a Dios en medio de las más diversas situaciones.
5. ¿Cómo son concretamente estas “bendiciones pastorales”?
Las “bendiciones pastorales”, para que se distingan claramente de las bendiciones litúrgicas o ritualizadas, ante todo deben ser muy breves (cfr. Punto 38). Se trata de bendiciones de pocos segundos, sin Ritual ni Bendicional. Si se acercan dos personas juntas a implorarla, sencillamente se pide al Señor paz, salud y otros bienes para esas dos personas que la solicitan. También se pide que puedan vivir en plena fidelidad al Evangelio de Cristo, para que el Espíritu Santo pueda liberar a esas dos personas de todo lo que no responda a su voluntad divina, de todo lo que necesite purificación.
Esta forma de bendición no ritualizada, con la simplicidad y brevedad de su forma, no pretende justificar algo que no es moralmente aceptable. Evidentemente no es un casamiento, pero ni siquiera es un “visto bueno” ni una ratificación de nada. Es solo la repuesta de un pastor a dos personas que piden la ayuda de Dios. Por eso en ese caso el pastor no pide condiciones ni quiere conocer la vida íntima de esos sujetos.
Dado que algunos han expresado que les cuesta entender cómo podrían ser estas bendiciones, veamos un ejemplo concreto: imaginemos que en medio de una gran peregrinación una pareja de divorciados en nueva unión, le dicen al sacerdote: “Por favor, denos una bendición, no conseguimos empleo, él está muy enfermo, no tenemos casa, la vida se nos vuelve muy pesada, que Dios nos ayude”.
En ese caso, el sacerdote puede decir una simple oración semejante a esta: “Señor, mira a estos hijos tuyos, concédeles salud, trabajo, paz, ayuda mutua. Libéralos de todo lo que contradice tu Evangelio y concédeles vivir según tu voluntad. Amén”. Y finaliza con el signo de la cruz sobre cada uno de los dos.
Son 10 o 15 segundos. ¿Tiene sentido negar este tipo de bendiciones a esas dos personas que la suplican? ¿No vale la pena sostener su fe, poca o mucha, auxiliar su debilidad con la bendición divina, dar un cauce a esa apertura a la trascendencia que podría llevarlos a ser más fieles al Evangelio?
Por si quedaran dudas, la Declaración agrega que cuando la bendición sea pedida por una pareja en situación irregular, “aunque se confiera al margen de los ritos previstos por los libros litúrgicos, esta bendición nunca se realizará al mismo tiempo que los ritos civiles de unión, ni tampoco en conexión con ellos. Ni siquiera con las vestimentas, gestos o palabras propias de un matrimonio. Esto mismo se aplica cuando la bendición es solicitada por una pareja del mismo sexo” (39). Se entiende, por lo tanto, que no debería realizarse en un lugar destacado del templo o frente al altar porque esto también crearía confusión.
Por esto, cada Obispo en su Diócesis está autorizado por la Declaración Fiducia supplicans a habilitar este tipo de sencillas bendiciones, con todas las recomendaciones de prudencia y cuidado, pero de ninguna manera están autorizados a proponer o habilitar bendiciones que puedan asemejarse a un rito litúrgico.
6. Catequesis
Quizás en algunos lugares será necesaria una catequesis que ayude a entender que este tipo de bendiciones no son una ratificación de la vida que llevan quienes la solicitan. Tampoco son una absolución, porque estos gestos están lejos de ser un sacramento o un rito. Son simples expresiones de cercanía pastoral que no tienen las mismas exigencias de un sacramento ni de un rito formal. Tendremos que acostumbrarnos a aceptar que si un sacerdote da este tipo de sencillas bendiciones no es un hereje, no está ratificando nada ni está negando la doctrina católica.
Podemos ayudar al Pueblo de Dios a descubrir que este tipo de bendiciones son sólo sencillos cauces pastorales que ayudan a expresar la fe de las personas, aunque sean grandes pecadores. Por eso, al dar esta bendición a dos personas que se acercan espontáneamente a implorarla, no las estamos consagrando ni las estamos felicitando, ni estamos aprobando ese tipo de unión. En realidad, lo mismo ocurre cuando se bendicen individuos, porque ese individuo que pide una bendición -no la absolución- puede ser un gran pecador, y no por eso le negamos este gesto paterno en medio de su lucha por sobrevivir.
Si esto queda claro gracias a una buena catequesis, podemos liberarnos del miedo a que nuestras bendiciones puedan expresar algo inadecuado. Podríamos ser ministros más libres y quizás más cercanos y fecundos, con un ministerio cargado de gestos de paternidad y de cercanía, sin temor a ser malinterpretados.
Pedimos al Señor recién nacido que derrame sobre todos una generosa y gratuita bendición, para que puedan vivir un santo y feliz 2024.
Víctor Manuel Cardenal Fernández, Prefecto
Monseñor Armando Matteo, Secretario para la Sección Doctrinal

Constanza quiere prender fuego

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Arzobispo Chomalí y tuit de la delegada Constanza Martínez: “Frente a algo así no puedo quedar indiferente

Por Jorge Poblete- Ex-Ante.cl
El nuevo arzobispo de Santiago explica que solo se enteró hace pocos días del tuit de marzo de 2018 de la hoy delegada presidencial metropolitana Constanza Martínez, quien escribió que “si quiero prenderle fuego a algo, que sea a la Iglesia y a la Constitución de Pinochet”. También aborda el indulto a un condenado por prender fuego a las puertas de la Catedral de Puerto Montt tras el 18-O y el Caso Convenios.
Ese tuit me chocó porque cosas así no se dicen ni en broma”. Fernando Chomalí, 66, ingeniero civil, asumió este mes como arzobispo de Santiago y presidente de la Conferencia Episcopal. En esta entrevista por escrito con Ex-Ante explica su respuesta al tuit de marzo de 2018 de la hoy la delegada presidencial metropolitana Constanza Martínez, quien escribió que “si quiero prenderle fuego a algo, que sea a la Iglesia y a la Constitución de Pinochet”. Este viernes, la delegada dijo que su publicación no la representaba, que hacía alusión a una canción y que no creía en el camino de la violencia.
-Usted viene llegando de encabezar durante más de una década el arzobispado de Concepción, región que lleva más de un año con 2 provincias en estado de excepción constitucional de emergencia. ¿Es partidario de mantenerlo?
-No me corresponde apoyar o no una medida de ese tipo. Son razones políticas, técnicas y policiales que llevan a tomar ese tipo de medidas que escapan a mi ámbito de competencia. Lo triste sería que, a pesar de la medida, que implica mayor presencia militar y policial, todo siga igual.  Lo que sí tengo claro es que son medidas de corto plazo que no pueden perdurar en el tiempo y que son de corte paliativo, que no solucionan los problemas de fondo que hay en la zona como la pobreza, la segregación, la violencia de todo tipo y la desesperanza, toda vez que los planes propuestos no suelen darle soluciones reales a las personas que lo requieren, sean mapuches o no.
-La directora del Instituto Nacional de Derechos Humanos propuso dialogar con la Coordinadora Arauco Malleco (CAM). ¿Cuál es su posición?
-La directora del INDH, Consuelo Contreras, me pidió una audiencia y nos reuniremos prontamente. En mi opinión, es una posibilidad que se debe tomar en cuenta, toda vez que ellos se comprometan a terminar con la violencia.
-Eso no ha ocurrido…
-El diálogo siempre es un camino que hay que tener abierto. De no suceder aquello, está el riesgo de una espiral de violencia que no se sabe dónde va a terminar. Le voy a proponer a la directora que mire experiencias en el extranjero. Si no creemos en el diálogo como método para resolver los problemas, no hay ninguna posibilidad de terminar con la violencia. Es un camino muy difícil y pedregoso, pero posible. Creo que estamos llamados a vivir movidos por la grandeza de buscar la paz y no por el temor, la comodidad o el pesimismo de que todo va a seguir igual.
-¿Se reunirá con la comisión de paz presidencial?
-También me reuniré con Alfredo Moreno de la Comisión por la Paz y el Entendimiento. Si puedo ayudar en algo, estaré siempre disponible.-Tras su aterrizaje en Santiago entró rápidamente en la agenda pública, respondiendo “Dios la bendiga” a un antiguo tuit de la delegada presidencial. ¿Por qué contestó ahora?
-Ese tuit me llegó hace dos días y sigue en las redes.
-¿Qué le pareció?
-Me pareció gravísimo lo allí planteado, toda vez que vengo llegando de una zona donde se han quemado varias Iglesias y el trauma para la comunidad, el vecindario y toda la sociedad, es enorme.
Son lugares de culto, de encuentros comunitarios y de fraternidad, es decir fuentes de una sociedad cohesionada. A las capillas van católicos y no católicos porque suelen ser también sedes sociales. Frente a algo así no puedo quedar indiferente, porque nos deja en la más absoluta indefensión frente a una persona que tiene gran autoridad.
Además, que deja la impresión que los ideales políticos de una sociedad sin religión, que pueden ser legítimos, se resuelven con la violencia más descarnada. Espero haya cambiado su modo de pensar y hacer política. Debo reconocer que ese tuit me chocó porque cosas así no se dicen ni en broma.
-La delegada es militante de Convergencia Social, el partido del Presidente Boric. ¿Ve su frase como algo personal o estima que hay animadversión del Frente Amplio hacia la Iglesia?
-Veo que hay un grupo de personas que ven todo lo que tiene que ver con lo religioso y en la Iglesia en particular un obstáculo a la libertad individual, que se desentiende totalmente del reconocimiento de una verdad objetiva que estamos llamados a vivir para lograr una vida auténticamente humana. Detrás de ese tuit hay una concepción antropológica que saca a Dios del horizonte social y cultural y se pone el propio hombre como centro de la historia y del futuro, aduciendo, además, superioridad moral. Ese esquema en todo el mundo ha fracasado.
-El Presidente indultó el año pasado a Felipe Santana, condenado por prender fuego a las puertas de la catedral de Puerto Montt. ¿Cuál es su parecer sobre los indultos a los presos del 18-O?
-No me corresponde hacer un juicio al respecto. El Presidente tiene asesores desde el punto de vista político y jurídico para tomar ese tipo de decisiones. Es una prerrogativa de él que no me corresponde juzgar. Además, que él debe tener en cuenta muchos otros elementos que yo desconozco. Lo que sí me queda claro es que su posición es muy incómoda y es una prerrogativa que, si de mí dependiera, la eliminaría.
-Uno de los temas que marcó el año fue el Caso Convenios. ¿Qué tiene la Iglesia que decir de estos casos?
-Me produjo una gran desazón, porque claramente se percibe que hay un uso abusivo de una responsabilidad pública. El daño que se le hace a la fe pública y a las personas es inmenso. Por otro lado, es doloroso percatarse que el dinero destinado a los más pobres no siempre le llega a ellos. Eso genera mucha rabia y frustración, sobre todo en las personas que día a día se levantan temprano para ir a trabajar y se sacan el pan de la boca para que sus hijos estudien. Ellos son la gran mayoría de los chilenos y migrantes y a ellos se les debe una explicación.
El tiempo que se pierde en todos estos asuntos y que debiese destinarse a asuntos urgentes en Chile es enorme y nos pasa la cuenta al ver que los campamentos aumentan, la violencia y tantos males sociales que están a la vista.
-¿Qué aporte puede hacer la Iglesia Católica respecto de los temas de corrupción?
-Un país demasiado centrado en el éxito y en el dinero, en el éxito, en lo individual por sobre lo comunitario, es proclive a la corrupción. Un país con un proyecto común y compartido, sumado a una ética individual sólida y un alto sentido del valor de lo comunitario, suelen ser menos corruptos. La Iglesia colabora evangelizando, educando es su amplia red escolar y sobre todo preocupándose de los más pobres.
-Ahora, ¿qué nivel de influencia puede tener la Iglesia Católica después de los escándalos de abusos?
-Nosotros hemos actuado con diligencia y sin ambigüedades en temas de abuso. Tenemos una organización a lo largo de todo Chile en materia de prevención y recepción de abusos. Hemos hecho mucho y seguiremos en esa línea. Esperamos que las demás instituciones que tienen problemas de esa índole hagan lo mismo. Nuestra gran influencia está en el maravilloso servicio que prestamos a los más pobres, de manera abnegada y generosa. La confianza así se va a recuperar y no con una estrategia de marketing. Uso las redes desde hace años para evangelizar y dar buenas noticias.-¿Ve en Republicanos un aliado para recuperar esa influencia?
-No estamos vinculados a ningún partido político como Iglesia y nunca lo estaremos. Respetamos la decisión de cada católico de participar en el partido que más lo identifique, en sus valores y principios.
-Pero en el último proceso constitucional ellos fueron enfáticos en la defensa de quién está por nacer, lo que está en sintonía con la posición de la Iglesia Católica contraria al aborto…
-Cualquier persona que sepa de embriología, de biología y de genética se dará cuenta cuando comienza la vida y la importancia de cuidarla por ser la más débil. Este es un tema que tiene que ver con la ciencia y con la ética, no con un partido político y menos con una religión. En ese tema está llamada a aparecer la razón en todo su esplendor.
-Finalmente, ¿Qué tiene la Iglesia que decir en el escenario político actual, post plebiscito y en medio de una crisis de seguridad?
-La Iglesia está llamada a ser lugar de encuentro, de reconocer lo verdadero, bueno y justo que tiene cada ser humano y cada grupo y a denunciar con claridad cuando se ofusca la dignidad humana, se promueve el odio y no se contribuye a buscar el bien común. Creo que podemos contribuir con una visión antropológica y una mirada teológica a problemas multifactoriales de difícil solución.
-¿Cuáles serán sus prioridades en este escenario?
Mi prioridad es que los católicos entibiados vuelvan a misa los domingos, que tengan una fe madura con hondura espiritual, superar las divisiones existentes en Chile, que tanto daño nos hacen, y buscar acuerdos en un espíritu de fraternidad y una clara opción por los más pobres de la sociedad. Eso es lo nuestro y para ello es fundamental tener una profunda vida de oración. O sea, evangelizar. Para eso he sido llamado a servir.

Sybila Arredondo Ladrón de Guevara

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Esposa del poeta Jorge Teillier y viuda del escritor peruano José María Arguedas, Arredondo Ladrón de Guevara estuvo encerrada durante 14 años en las cárceles de Perú, sentenciada por militar en Sendero luminoso.
Sybila Arredondo está lejos de proyectar la típica imagen de mujer revolucionaria a la que estamos acostumbrados. Es una mujer grande, dulce y refinada, más parecida a una monja que al estereotipo aterrador. Es viuda de uno de los grandes de la literatura peruana, José María Arguedas. Antes estuvo casada con el poeta chileno Jorge Teillier, con quien tuvo dos hijos. 14 años encerrada en cárceles de alta de seguridad en Lima, por una sentencia que la acusa de militar en Sendero Luminoso, el grupo que tomó las armas para hacer una revolución maoísta en el Perú.
Ella lo niega. Afirma que en su expediente no hay ninguna prueba que acredite ese hecho, que ella nunca ha sido militante, ni menos dirigente.
En estos 14 años privada de libertad ha sufrido malos tratos y ha sido testigo de las matanzas al interior de los penales. Ha vivido lo que, para cualquiera, sería la peor pesadilla. Ella, sin embargo, no acusa los golpes. “Los asumo“, dice tranquilamente, “porque soy parte de un proceso histórico“. Esto lo dice y lo repite varias veces: “Soy parte de un proceso más grande que yo, inevitable, que va a traer la justicia y la felicidad a los pobres de este mundo“.
Sybila se ha sometido a su largo encarcelamiento con una sabiduría muy honda, muy antigua. Lo que más impresiona en ella es su falta de rencor. Dice su hija, Carolina Teillier: “Lo mejor de mi madre es su capacidad para ver las cosas por el lado positivo, para tomárselas como vienen y de ahí sacar enseñanzas“.
Su figura salta a la vista entre las 70 presas políticas acusadas de pertenecer a Sendero Luminoso en el pabellón B del penal de Chorrillos. Las demás son más bajas que ella, más agitadas y, en general, más morenas. “Me siento protectora, abuelita, la mayor“, dice.
En mayo cumplió una condena de doce años, Y, aunque le faltan diez meses para completar otra, de quince, legalmente también ya la cumplió, debido a las regalías que otorga el trabajo en prisión. Sin embargo, la justicia peruana no la quiere liberar. Su expediente circula de juzgado en juzgado, como una papa caliente, sin que juez alguno quiera asumir esa responsabilidad. Su hija se encarga, cada día, de la tramitación kafkiana, sin recibir ni una respuesta, sintiendo el cansancio de los últimos metros de una maratón: “Empujando un elefante”, como ella misma define. Desde Chile, la madre de Sybila, la escritora Matilde Ladrón de Guevara, ha hecho campaña incansable para que la liberen. A los 92 años, estira la vida para esperarla.
Existe un mito en torno a Sybila: el de mujer aventurera, musa de poetas, amadora de hombres neuróticos, difíciles, dos de ellos suicidas. Ella se burla: “Soy famosa, soy un mito, un unicornio”, y larga su risa, que la prende entera.
Vida intensa
De chica quiso ser bailarina, también profesora de escuela, pero no le resultó. Terminó trabajando en la Librería Universitaria. Ella piensa que sacó el carácter de su padre, un oficial de la Fuerza Aérea experto en acrobacias, “un hombre muy estable”. Su madre, como era una mujer elegante, trataba de que ella también lo fuera. “Me compraba unos sombreros con velos y frutas, y yo, ¡para nada!” Matilde también la llevaba a unas reuniones feministas y su abuela partía con ella a la Gota de Leche, una organización de caridad, donde por primera vez Sybila supo que había gente viviendo en la miseria y se comprometió con los más necesitados.
En la Librería Universitaria aparecieron los poetas. Se casó enamoradísima con Jorge Teillier, y tuvieron años felices, pero el poeta bebía en exceso y la convivencia se hizo difícil. Tuvo con él dos hijos, Carolina y Sebastián. Se separó después de seis años y entonces la consoló otro poeta, su amigo de niña Enrique Lihn. Sin embargo, la vida le dio verdaderamente un giro cuando apareció en la librería José María Arguedas, veinte años mayor que ella. En un almuerzo en la casa de Neruda lo escuchó cantar en quechua y quedó flechada.
“Partí a Lima, en barco, con los dos niños chicos, a vivir con él, no a casarme”, puntualiza. Pero Arguedas la convenció y se casaron en 1967, dos años antes de que él se suicidara. Vivieron en Chaclacayo, en las afueras de Lima, Sybila trabajando en una librería, él haciendo clases de etnografía en la Universidad Agraria, donde daba rienda a su afán por dar a conocer el mundo quechua. Arguedas tenía un amor comprometido por las empobrecidas etnias peruanas, porque, huérfano de madre a los tres años, fue criado por las indias que atendían a su padre.
Después de la muerte de Arguedas, Sybila se quedó en Perú, “porque quería quedarme con él”, explica. Le ofrecieron trabajar en la Universidad de Huancayo y partió contenta de ir a vivir en la sierra, un lugar que José María amaba. Estuvo ahí unos siete años, a cargo de las publicaciones de la Universidad. La eligieron para la Asociación de Empleados, se juntó con los intelectuales de izquierda admiradores de José María y ocurrió otro acontecimiento importantísimo: tuvo un hijo peruano, Inti. El padre era un profesor de física de la Universidad, Marco Antonio Briones, doce años menor que ella. “Yo siempre quise un hijo peruano, pero pensé que no era necesario casarse,” argumenta. Una editorial le ofreció trabajar en la recopilación y publicación de la obra de Arguedas y partió de vuelta a Lima a hacer el trabajo de su corazón. Con unos derechos de autor de su marido se compró una casa “chiquita pero perfecta” y vivió ahí con su hijo menor (los mayores ya eran adultos), trabajando en la obra de José María, y juntándose con sus amigos de siempre, los intelectuales revolucionarios. Alcanzó a publicar cinco tomos y a dejar listos otros cinco cuando la tomaron presa, el 29 de marzo de 1985.
La acusaron de llevar explosivos para Sendero Luminoso en su pequeño Volkswagen. Tantos explosivos que, en el proceso, un perito de la policía testimonió que de ser cierta la acusación el auto habría explotado. Después de un año y medio presa, la Corte Suprema la absolvió por falta de pruebas.
La volvieron a tomar en 1987, estuvo seis meses en la cárcel, y la Corte Suprema la volvió a absolver. En 1990 fue nuevamente detenida, sin cargos específicos, pero esta vez fue definitivo. La juzgaron los Tribunales Sin Rostro –con jueces sin identidad conocida–, un macabro invento de Fujimori y Montesinos para borrar del mapa todo lo que oliera a Sendero Luminoso. En 1995, cinco años después de estar encarcelada sin condena, la sentenciaron a 15 años de prisión. El año 2000 la Comisión de Derechos Humanos de Naciones Unidas pidió al gobierno peruano su liberación. No fue escuchada.
“Pienso que los cargos son falsos”, afirma el cónsul de Chile en Lima, Horacio del Valle, quien conoce el caso. “Había que comprometerla por lo que significaba ser la viuda de Arguedas”, indica. Sus amigos creen que también se han ensañado con ella por ser chilena.
En estos años la familia se ha dispersado. Su hijo Sebastián se vino a vivir con sus abuelos Teillier a Lautaro, cuando tenía 10 años y se quedó en Chile. El hijo peruano, Inti, se vino a estudiar a Santiago la segunda vez que la tomaron presa, y se quedó aquí haciendo cine. Y Carolina Teillier, su hija de 44 años, hizo familia peruana, y es la que está allí para apoyarla.
La cárcel
Es hora de almuerzo en el Penal de Chorrillos. El día está soleado y clarísimo y en el patio hay el revuelo propio de un día de visitas. Entramos por la vía diplomática con el vicecónsul de Chile, Elena Navarrete, quien mantiene buenas relaciones con las cárceles peruanas porque atiende a varias prisioneras chilenas.
Sybila nos recibe como una anfitriona, nos sienta en una mesa bajo un toldo amarillo y corre a buscarnos un plato de comida. El pelo canoso trenzado y horquillado en un moño la avejenta un poco, pero ella sonríe siempre, y eso la hace niña.
Cuando nos ponemos a comer, en vez del temido engrudo carcelario, nos sorprendemos saboreando un gustoso locro de verduras frescas acompañado de un arroz graneadísimo. “Cocinamos nosotras”, explica Sybila, y ése es uno de los muchos logros del colectivo de prisioneras: comen bien.
El pabellón es moderno, ordenado, meticulosamente limpio y hay plantas por doquier. Decenas de mujeres (“las chicas”, las llama Sybila) se acercan a saludar. “Ella no debería estar aquí”, repiten una y otra vez. Su celda es pequeña, apenas cabe un camarote y está impecable. Ella ocupa la cama de abajo y en la de arriba guarda sus papeles y sus libros. Al frente, una galería luminosa conecta todas las celdas. Parece más un internado que una cárcel.
–¿Por qué estás aquí?, pregunto cuando nos sentamos a conversar en una pequeñísima biblioteca abarrotada de libros, un logro que lleva clarísimo su sello.
–¡Uf! –responde–. Yo, sinceramente, no puedo entender los cargos que me hacen. No tengo cargos en el proceso, los cargos son subjetivos. Yo no he hecho nada como para que me den quince años. ¡Es una exageración! Habla buscando con esfuerzo las palabras, con acento peruano. Tiene una voz clara y joven.
–¿Por qué, entonces?
–Como uno es más o menos culta, esa gente, que debe ser un poco corta de pensamiento, pensó que yo era dirigente del comité central. En tanto soy culta, parece que me consideran peligrosa.
–¿Nunca has sido dirigente?
–Nunca he sido dirigente. Yo sabía lo que estaba pasando, que había un proceso de guerra revolucionaria dirigido por el Partido Comunista del Perú, Sendero Luminoso. Yo puedo haber asistido a cosas organizadas por el Partido. Una persona que no conozco dice, en el proceso, que yo llevaba alimentos y medicinas. He estado llevando alimentos y medicinas durante toda mi vida adonde se necesita. Y en ese momento se necesitaba ahí.
–¿Estabas de acuerdo con la revolución de Sendero Luminoso?
–Yo no puedo negar que comprendo la violencia revolucionaria. Idealísticamente podría decir: “Hagámoslo todo en paz”, pero históricamente ningún cambio importante a favor de los que más necesitan ha sido en calma chicha. Sin embargo, yo jamás voy a dirigir una guerra popular. ¡Qué cosa más disparatada! Yo no soy una líder revolucionaria soy una persona bastante simplona y no sirvo para eso. Tú ves que me cuesta hablar y todo.
–¿Y cómo ha sido tu calvario de presa política?
–¿Un calvario? ¡Yo nunca he tenido un calvario!
–¿No te has sentido víctima?
–No pues. Yo estoy viviendo un proceso vital y estoy aplicando todo mi pobre conocimiento cultural para hacerlo. Cuenta de los años terribles. De cuando, en tiempo de Fujimori, se les aplicaba el régimen carcelario más estricto de América Latina: aislamiento total. A ella y a las demás presas políticas las tenían encerradas en las celdas las 24 horas. Podían salir al patio quince minutos de a dos y sólo tenían visitas una vez al mes a través de unas rejas paralelas de alambre grueso, que apenas dejaban verse. En 1992 ella estaba ahí cuando bombardearon el Penal de Canto Grande, luego de una protesta donde murieron decenas de presos y presas de Sendero Luminoso. Relata cuando un guardia empezó a toquetearla con su vara en la oscuridad, cuando luego la interrogaron y acusaron frente a un espejo, sin que nunca pudiera verle la cara ni conocer la identidad de sus interlocutores, en los famosos Tribunales Sin Rostro.
Los tiempos han cambiado en el penal con la llegada de la democracia. Ahora la cárcel es más amable.
Fuente: Revista Paula www.latercera.com

Mensaje pastoral

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MENSAJE PASTORAL DEL OBISPO PRELADO DE MOYOBAMBA SOBRE LA DECLARACIÓN “FIDUCIA SUPPLICANS”, PUBLICADA POR EL DICASTERIO DE LA DOCTRINA DE FE EL 18 DE DICIEMBRE DE 2023.
Queridos sacerdotes, vida consagrada y fieles laicos:
¡Gracia y Paz en la Navidad del Señor!
Ante el desconcierto sin precedentes provocado por la Declaración Fiducia supplicans en el clero y muchos fieles de esta Prelatura y de tantos lugares del orbe católico, me he tomado unos días de oración y reflexión para contestar con sosiego y serenidad.
La Declaración permite “la posibilidad de bendecir a las parejas en situaciones irregulares y a las parejas del mismo sexo” (FS, 31) y de modo muy confuso insiste en que tales bendiciones se realizan “sin validar oficialmente su estado ni cambiar de ninguna manera la enseñanza perenne de la Iglesia sobre el matrimonio” (FS, 31), dejando claro que el matrimonio es la unión estable del varón y la mujer bendecida por el Sacramento.
Este documento daña la comunión de la Iglesia, pues tales bendiciones contradicen directa y seriamente la Divina Revelación y la doctrina y práctica ininterrumpida de la Iglesia Católica, incluido el magisterio reciente del papa Francisco, por eso no hay citas en toda la Declaración que se apoyen en el magisterio anterior. En su Responsum de 2021, nos decía la Congregación para la Doctrina de la Fe, con la rúbrica del Santo Padre que “la Iglesia no dispone, ni puede disponer, del poder para bendecir uniones de personas del mismo sexo“.
Bendecir a las parejas en una situación irregular y a las parejas del mismo sexo es un abuso grave del Santísimo Nombre de Dios, que se invoca sobre una unión objetivamente pecaminosa de fornicación, adulterio, o aún peor de actividad homosexual. Además, en el último caso hay que recalcar que “los actos homosexuales son desordenados y, sobre todo, contrarios a la ley natural” (Catecismo de la Iglesia Católica n. 2357). Dios no bendice nunca el pecado. Dios no se contradice. Dios no nos miente. Dios, que siempre ama incondicionalmente al pecador, por eso mismo, busca que se arrepienta, se convierta y viva. Dios desea para todos nosotros el bien.
La presente Declaración distingue entre bendiciones litúrgicas y bendiciones pastorales y permite bendecir parejas, pero no uniones, con “bendiciones pastorales”. Esta distinción nos deja perplejos y confusos, pues el acto de bendición, ya sea realizado en una asamblea litúrgica o en privado, impartida por un ministro, sigue siendo una bendición, de idéntica naturaleza. Bendecir una pareja es bendecir la unión que existe entre ambos, no hay modo lógico, real, de separar una cosa de otra. ¿Por qué, si no, pedirían una bendición juntos y no dos por separado?
El problema de fondo es mucho más grave, y es que no pocos hermanos en el episcopado y sacerdotes, contraviniendo la moral objetiva de la Sagrada Escritura y de la Sagrada Tradición, llevan mucho tiempo confundiendo al pueblo de Dios con la bendición indiscriminada de estas uniones objetivamente desordenadas y por lo tanto pecaminosas, incurriendo en horrendo sacrilegio.
Ante la falta de claridad del documento, debemos seguir la praxis ininterrumpida de la Iglesia hasta la fecha, que es bendecir a toda persona que pida una bendición, y no a las parejas del mismo sexo o en situación irregular. Evitaremos todo escándalo, confusión, inducción al pecado y a la vez seguiremos mostrando la misericordia que la Iglesia siempre ha manifestado a todo pecador que se le acerca, sobre todo, ofreciéndole la conversión, el perdón, la vida de la Gracia y la Vida Eterna.
La Iglesia bendice a los pecadores, pero nunca su pecado ni su relación pecaminosa. Nuestra caridad pastoral hacia quienes están en situaciones de pecado nos obliga a llamarles a la conversión. Todo pecador sinceramente arrepentido con la firme intención de dejar de pecar y poner fin a su situación pública de pecado (como, por ejemplo, la convivencia fuera de un matrimonio canónicamente válido o la unión entre personas del mismo sexo), puede recibir una bendición e incluso mejor, la absolución sacramental y la Sagrada Comunión.
Queridos sacerdotes y fieles laicos no minimicemos las consecuencias destructivas y de corto alcance, resultantes de este esfuerzo hecho por algunos jerarcas de la Iglesia por legitimar tales bendiciones, en algunos casos con buena intención y en otros, como vienen manifestando no pocos, con la intención de destruir el Sagrado Depósito de la Tradición de la Iglesia.
El día de mi ordenación episcopal juré solemnemente “preservar el depósito de la fe en la pureza y la integridad, de acuerdo con la Tradición siempre y en todas partes observada en la Iglesia desde la época de los Apóstoles”. Por eso, amonesto a los sacerdotes de la Prelatura de Moyobamba a no realizar ninguna forma de bendición de parejas en situación irregular ni a parejas del mismo sexo.
Puesto que Dios no quiere la muerte del pecador, sino su conversión a la vida eterna, recomiendo y exhorto cordial y paternalmente a aquellas personas que sienten atracción hacia el mismo sexo o viven en unión homosexual o irregular que se acerquen a Cristo mediante la oración, la escucha de la Palabra, el ayuno, la penitencia y el auxilio de la Virgen María con miras a su conversión y aprovechar la oportunidad de conversión que Dios les brinda para una vida más feliz y la consecución de la vida eterna.
Así mismo, exhorto a los sacerdotes y fieles de la Prelatura a seguir cultivando su filial unión al actual Pontífice de la Santa Iglesia de Dios el Papa Francisco, a los que le precedieron y a los que vendrán. Esta comunión es la que me mueve a suscribir estas letras.
Con mi afecto y bendición.
Moyobamba, 2 de enero de 2024,
Memoria de los Santos Obispos y Doctores San Basilio y San Gregorio Magno.
Rafael Escudero López-Brea
Obispo Prelado de Moyobamba

Los 51 sacerdotes de Moyobamba con su obispo

MENSAJE DE LOS SACERDOTES DE LA PRELATURA DE MOYOBAMBA, SOBRE LA DECLARACIÓN “FIDUCIA SUPPLICANS”
En total unanimidad, sin fisuras, la cincuentena de sacerdotes que trabajamos actualmente en la Prelatura de Moyobamba, acatamos, suscribimos y agradecemos el Mensaje Pastoral de nuestro Obispo Prelado, Monseñor Rafael Escudero López-Brea respecto a la Declaración del Dicasterio para la Doctrina de la Fe “Fiducia Supplicans”.
Ninguno de nosotros hemos negado jamás una bendición, aún más, ni siquiera la absolución sacramental o la sagrada comunión a ninguna persona que se haya acercado a implorar los auxilios de la Iglesia con una mínima contrición y propósito de la enmienda, en comunión con la enseñanza ininterrumpida de la Santa Iglesia de Dios.
Ante la confusión y perplejidad que ha provocado la Declaración, suplicamos al Santo Padre, el Papa Francisco, a quien reconocemos como Obispo de Roma y Sucesor de Pedro, que anule la validez del documento y toda afirmación que permita la administración de sacramentos o bendiciones a personas en pecado mortal objetivo sin arrepentimiento y deseo de conversión. Nosotros, también envueltos en pecado, creemos firmemente que no hay mayor caridad que acompañar, a todo el que se nos acerca, hacia la plena comunión y la gracia que les hace herederos de la vida eterna. Mientras no llegan a ese deseo de conversión, siempre les hemos acogido cordialmente, respetando su proceso personal e invocando sobre ellos, individualmente, la bendición de Dios que les ayude a salir del estado en el que, con tanto dolor, viven.
Que nadie piense que este mensaje nos sitúa en rebeldía, como lo están aquellos obispos y sacerdotes, especialmente de Europa central y norte, que desobedecen desde hace años, sin ningún recato las enseñanzas inveteradas de la Santa Iglesia de Dios y de los últimos Papas, incluido el Papa Francisco, rompiendo la unidad de la Iglesia en la Verdad y en la Caridad mediante la administración ilícita y sacrílega de los sacramentos de Dios y abusando de su misericordiosa bendición. No pocos, además, propagan sin esconderse, su pretensión de cambiar la Doctrina y la Moral secular de la Iglesia. Eso sí es rebeldía, contra Dios, contra el Papa y contra el pueblo fiel.
El presente mensaje conlleva el sincero deseo de ayudar filialmente al Santo Padre en su misión de guiar al Pueblo Santo de Dios como tantas veces nos ha pedido. Cuenta todos los días con nuestra oración.
Firmamos, por orden alfabético, sin excepción, todos los sacerdotes que servimos en la Prelatura de Moyobamba, el día 2 de enero de 2024.
P. Jesús A. Anaya Ramírez OSJ
P. Augusto César Bernal Gómez
P. Emilio Bosch Acarreta
P. Henry Carrero Llatance
P. Robehrt Carrasco Vela
P. Rafael Contreras Saro
P. Paweł M. Chudzik
P. Ignacio María Doñoro de los Ríos
P. Marek Duliniec
P. Segundo Felaún Fatama Rucoba CP
P. Miguel Flores Dávila
P. Wenceslao C. Flores Gómez
P. Johnny García Abad
P. Santos García-Mochales Martín
P. Gabriel García Ramos
P. José Gilver Guamuro Vilchez
P. Neyser Guerrero García DF
P. José Manuel Heredia Soriano
P. Isael Jiménez Rodríguez
P. Stanisław Knurowski
P. Grzegorz A. Kubalica
P. Abel Lucio Loayza Enríquez
P. Toribio López Cahuaza
P. Rober Martínez Guerrero
P. Roberto Mejía Altamirano CP
P. Wilmer Montenegro Olivera
P. José Joaquín Morales Arriero
P. Miquel Moré Bosch
P. Álex Amner Muñoz Marín
P. Gastón Murrieta García
P. Juan M. Navarro Colmenares CM
P. Henry M. Obregón Cueva OSJ
P. Adrián Ochoa Mendoza
P. Moisés Pérez Díaz
P. Juan José Preciado Porras
P. Víctor Ramos Vásquez
P. Antonio Javier Reyes Guerrero
P. Luis Felipe Rivas Flores
P. Nicolás Jesús Rivero Moreno
P. Enrique Rodríguez Torrejón
P. Raúl Romero Ipushima CP
P. Jaime Ruiz del Castillo Ubach
P. Cristhian B. Seclén Sandoval CM
P. Paweł J. Stec
P. Jorge Luis Tamani del Águila
P. Juan Cruz Ustarroz Irízar CP
P. Witmer Vargas Yshuiza
P. Percy Vásquez Chávez
P. Roque Vásquez Ruiz
P. Saulo Vásquez Urrutia
P. Guido Zarriello DF

Valores tradicionales

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Vladimir Putin celebra la Navidad en la Catedral de la Anunciación en el Kremlin Moscú. Mikhail Klimentyev/Russian Presidential Press and Information Office/TASS/SIPA.

Rusia: la moral de Vladimir Putin

Para Vladimir Putin, respaldado por el Patriarca Kirill, los “valores tradicionales” son una prioridad estatal. En este artículo detallado, Marina Simakova explora su genealogía para entender por qué se han convertido en algo tan central para el Estado ruso contemporáneo, hasta el punto de determinar tanto su política interior como exterior. Una lectura clave justo dos semanas antes de las celebraciones navideñas ortodoxas.
Por Marina Simakova- LeGrandContinent.eu
En la Rusia actual, la noción de «valores tradicionales» es una de las construcciones retóricas más firmemente establecidas del régimen1. Su aparición en discursos del presidente Vladimir Putin, el patriarca Kirill y miembros de la Duma, mucho antes de que comenzara la invasión de Ucrania, marcó sin duda un giro conservador en la política rusa2. Ahora prospera en todas las producciones gubernamentales, decretos oficiales y materiales de propaganda. Los significados que realmente transmite se han ido refinando con el tiempo, a medida que ha ido adquiriendo nuevos alcances y connotaciones. Sean cuales sean las variaciones, la creciente popularidad de esta figura retórica en el mundo de los portavoces del régimen apunta al acuerdo colectivo de que el rumbo a seguir es el de la tradición y la identidad.
Sin embargo, el tema de los «valores tradicionales» ya no se limita al discurso político interno; ahora forma parte integrante de la comunicación internacional del régimen. Vladimir Putin no pierde ocasión de evocar las tradiciones antaño cultivadas en el continente europeo, para deplorar mejor su derrumbe bajo los golpes del hegemón estadounidense, ávido de dominación mundial. Según esta lectura, el «Occidente colectivo» ha resuelto ahora imponer su visión del mundo a los Estados que antaño estaban cerca de Rusia, o incluso se consideraban sus aliados. Rusia, por su parte, no tiene otra ambición que resistirse a esas injerencias extranjeras y preservar, cueste lo que cueste, los cimientos de sus valores y tradiciones.
Para el régimen ruso, el rumbo a seguir es el de la tradición y la identidad.
MARINA SIMAKOVA
En los escritos que tratan de descifrar estos «valores tradicionales», aparecen a veces como una construcción estratégica para manipular a las masas, de naturaleza estrictamente técnica, y a veces como un concepto genuinamente sustancial, síntoma de una orientación política conservadora hacia la familia, la sexualidad y cuestiones sociales similares. Ambas perspectivas son válidas: cada una simplemente acentúa uno u otro aspecto de la misma dinámica. De hecho, burócratas y propagandistas se han abalanzado sobre la expresión «valores tradicionales», explotándola como una mercancía barata; se han apoderado de ella y la han respaldado sin ponerse de acuerdo previamente sobre su contenido. Sin embargo, esta incoherencia no debe llevarnos a negar la influencia real y creciente, sobre todo desde 2011, que el gobierno pretende ejercer en materia de educación cultural y moral -más incluso que de protección social- en la vida de los ciudadanos rusos.
Por parte de Vladimir Putin, la última novedad fue la firma del Ukase sobre los Valores Tradicionales en noviembre de 2022, con el telón de fondo de los combates más encarnizados en Ucrania. Según el texto, que definió por fin los contornos de los valores tradicionales, éstos son de naturaleza ética y moral. Corresponden a un impresionante conjunto de preceptos inconexos: la vida y la dignidad, los derechos individuales y la libertad, el patriotismo, el civismo y el servicio a la patria, el trabajo como práctica constructiva, la responsabilidad del propio destino y la adopción de elevados ideales morales, la solidez de la familia y la prioridad de lo espiritual sobre lo material, pero también el humanismo y la caridad, el sentido de la justicia y el espíritu de lo colectivo, la ayuda mutua y el respeto recíproco, la memoria histórica, la continuidad generacional y, por último, la unidad de los pueblos de Rusia.
Tal y como se presentan, estos valores pueden remontarse a las fuentes mismas del cristianismo, el islam, el budismo, el judaísmo y otras religiones que antaño se profesaban en territorio ruso, refiriéndose a este origen común como el principio de su unidad. A los ojos de las autoridades rusas, el sustrato mismo de los valores propios de estas religiones habría permanecido fundamentalmente idéntico, sin cambios, cualesquiera que fuesen las disensiones sobre ellos a lo largo de la historia, en particular en materia doctrinal. Estos valores habrían conservado así su significado y su fuerza a través de los siglos y las olas de secularización, permaneciendo como un legado compartido por creyentes y no creyentes. Serían, por tanto, el más preciado de los patrimonios, en la base de la sociedad y de la soberanía del Estado, que hoy deben preservarse a toda costa de cualquier influencia dañina.
Esta desconcertante construcción confirma que los «valores tradicionales» son algo más que un cliché revestido de significado político: son un auténtico ideologema. No son la clave de la organización política del Estado ruso, ni de ningún «estilo» de gobierno, ni mucho menos una herramienta de análisis. No obstante, se trata de un verdadero magma de representaciones, dotado de su propia lógica, a pesar de los aspectos aberrantes o contradictorios que puedan detectarse. Además, los «valores tradicionales» forman parte integrante de la identidad del régimen, cristalizada en la afirmación de la «soberanía cultural» rusa3. Si bien hace poco era posible leerlos como la enésima moda de los conservadores en el poder, desde la invasión de Ucrania ha quedado demasiado claro que su significado político está ahora en pleno juego. Su objetivo no es otro que sustituir las lógicas existentes de discusión política por una cosmovisión totalizadora e incondicional. Al promover una moral casi religiosa, esta construcción anticipó la agresiva propaganda de guerra actual, que apela a los sentimientos morales de los rusos para liberar a Ucrania de la depravación occidental y de la perversión nazi. Por tanto, es aún más urgente remontarse a los orígenes de esta representación, rastrear su prehistoria política, averiguar cómo llegó a convertirse en uno de los pilares ideológicos del régimen y, por último, qué revela sobre las relaciones con la religión en un Estado laico.

Ética religiosa frente a derechos humanos

Los primeros ejemplos de esta expresión se remontan a los escritos del arzobispo metropolitano Kirill, patriarca de Moscú y de toda Rusia desde 20094. Diez años antes, publicó un amplio artículo en el que discutía el liberalismo, el tradicionalismo y las normas morales en Europa. En él, se asignaba a Occidente y Oriente una tarea política común: fusionar los «valores neoliberales» -la expansión global de los derechos humanos y las libertades asociadas- con la cosmovisión tradicionalista, comprometida con la preservación de las identidades culturales y religiosas que definen a una comunidad. Consciente de todas las dificultades que entraña armonizar estos «imperativos tan divergentes», Kirill concluyó que éste era el principal «desafío de la era poscomunista». Si este desafío quedaba sin respuesta, el mundo descendería inevitablemente a una espiral de conflictos insolubles.
Los primeros ejemplos de esta expresión se remontan a los escritos del arzobispo metropolitano Kirill.
MARINA SIMAKOVA
Aprovechó la oportunidad para lanzar una mirada crítica, aunque no sin moderación, sobre la idea misma de los derechos humanos como «norma liberal» promovida por las organizaciones internacionales. Admitió que el respeto de los derechos de cada individuo es un principio perfectamente apropiado en el contexto de las relaciones entre Estados. Por otra parte, el metropolitano Kirill veía surgir una dificultad cuando la «norma liberal» pretendía convertirse en un principio indiscutible para regular la existencia colectiva, incluso dentro de países cuyas tradiciones culturales, espirituales y religiosas divergían de esta norma que, por otra parte, no habían contribuido en absoluto a formalizar. En el lenguaje contemporáneo del poder ruso, hablaríamos ahora de un «ataque a la soberanía” cultural, espiritual y religiosa. Según Kirill, este problema se agudiza cada vez más a medida que las fronteras de la Unión Europea se expanden y se desplazan hacia el oeste5.
Así, «en términos de valores», el ideal liberal, basado en la generalización de los derechos humanos, parece incompatible con las «orientaciones culturales y religiosas nacionales» de toda una serie de países. Había que ofrecer al mundo una alternativa, y aquí, a ojos de Kirill, residía la gran tarea de Rusia, e incluso su «deber moral». Teocéntrica hasta la médula, hasta lo más profundo de su tradición espiritual, no podía aceptar incondicionalmente el humanismo antropocéntrico en el corazón de la norma liberal. Por el contrario, a Rusia le correspondía defender la variedad cultural del mundo, manteniendo al mismo tiempo un diálogo con el continente europeo y sus tradiciones seculares de diversidad.
El artículo no ocultaba la identidad de sus adversarios: por un lado, Estados Unidos y todos los Estados dispuestos a plegarse a sus fantasías de poder; por otro, los revolucionarios y comunistas que, en su tiempo, se habían esforzado por reinterpretar y reafirmar a su manera el antropocentrismo occidental, siguiendo el ejemplo, en particular, de Máximo Gorki. No es casualidad que el metropolitano Kirill justificara más tarde el deber de Rusia de salvar a Europa de su previsible degeneración moral recordando el socialismo soviético, «un experimento único de creación de una sociedad sin Dios». Impía, inmoral, Europa se habría convertido en ello sólo bajo la influencia de Estados Unidos: de ahí, según el arzobispo metropolitano, la obligación de Rusia de ofrecer al mundo su iluminación y sus advertencias.
Kirill desarrolló sus tesis en una serie de discursos y escritos posteriores, adornándolos con un interminable estribillo sobre la importancia de la moral tradicional. El punto álgido de su actividad creativa se produjo poco antes de su acceso al patriarcado. En 2006, el Consejo Mundial del Pueblo Ruso, hablando en nombre de la Iglesia Ortodoxa Rusa y de «toda la auténtica civilización rusa», adoptó la Declaración de los Derechos Humanos y la Dignidad, inspirada en gran medida por Kirill. Tras pasar revista a un cierto número de valores -desde la fe al patriotismo, pasando por el sentido moral- que ningún «derecho humano» puede justificar que se descuiden, esta declaración subrayaba el peligro de autorizar, en nombre de la ley, comportamientos que «la moral tradicional y todas las religiones históricas» condenan con una sola voz.
Impía, inmoral, Europa se habría convertido en ello sólo bajo la influencia de Estados Unidos.
MARINA SIMAKOVA
Kirill también participó activamente en la culminación de los Principios de la Enseñanza de la Iglesia Ortodoxa Rusa sobre la Dignidad, la Libertad y los Derechos Humanos. En este documento de la Iglesia Ortodoxa Rusa, que presentó y comentó públicamente en 2008, los valores, los intereses del Estado, la moral tradicional y la soberanía cultural aparecían ya como realidades inextricablemente unidas, todas ellas igualmente victimizadas por el progreso desmesurado, inmoral y profano de los derechos humanos. La declaración afirmaba así: «Los derechos humanos individuales no pueden oponerse a los valores e intereses de la Patria, de la comunidad y de la familia. El ejercicio de los derechos humanos no puede legitimar ningún atentado contra las cosas sagradas, los valores culturales o la identidad nacional».
Vladimir Putin celebra la Navidad en la Catedral de la Anunciación en el Klemlin Moscú. Mikhail Klimentyev/Russian Presidential Press and Information Office/TASS/SIPA.
A partir de ese mismo año, 2008, los «valores tradicionales» empezaron a figurar cada vez con más frecuencia entre los temas de las reuniones oficiales, cumbres, discursos y comunicados de la Iglesia Ortodoxa Rusa. Fue entonces, y a través de los escritos de Kirill, cuando se les dio un alcance verdaderamente propagandístico. Kirill estaba convencido de que esos valores, unidos por su génesis común, desempeñaban un papel fundamental en el proceso de reafirmación de la religión en el mundo moderno, es decir, en el proceso político de desecularización6. El primer programa sociopolítico elaborado por la Iglesia Ortodoxa Rusa, los Principios de Concepción Social, redactados entre 1994 y 2000, definían los axiomas y objetivos de la Iglesia, así como su estrategia política y sus relaciones con el Estado. Uno de los rasgos notables de su actividad política en aquella época fue su hiperecumenismo, es decir, su apertura a otras confesiones y religiones, que se plasmó menos en un diálogo interconfesional e interreligioso que en una búsqueda constante de apoyo de otras instituciones religiosas, consideradas como otros tantos aliados políticos. Aquí pueden identificarse tres tendencias principales: llamados directos a la cooperación; un esfuerzo retórico por sustituir las palabras «religioso» y «creyente» por «ortodoxo» (e incluso «cristiano»); y un alejamiento de la teología propiamente dicha en favor de la ética tradicional, que Kirill considera en la encrucijada de todas las religiones. En el mundo moderno, afirmó, no es raro que un creyente ortodoxo se sienta más cercano a un musulmán que a un súbdito occidental perfectamente secularizado, incapaz de distinguir el bien del mal. Esto explica la lógica interna del Ukase sobre los Valores Tradicionales: se dice que estos valores son comunes a todos los rusos, porque están arraigados en todas las religiones más extendidas del país, a pesar de sus diferencias internas.
En el mundo moderno, afirmaba Kirill, no es raro que un creyente ortodoxo se sienta más cercano a un musulmán que a un súbdito occidental perfectamente secularizado, incapaz de distinguir el bien del mal.
MARINA SIMAKOVA

Esta fachada hiperecuménica presuponía, sin embargo, la existencia de un hegemón. Naturalmente, fue a la Iglesia Ortodoxa Rusa a la que se asignó el papel de liderar y unificar la cooperación sociopolítica de las religiones. Esta estrategia puede compararse con la que, en la Rusia actual, consiste en erigir el «mundo ruso» en clave de la cuestión nacional, asignando a la cultura y la lengua rusas el papel de unificadoras de las culturas de los pueblos del país. De este modo, la idea de una ética interreligiosa aparece, en última instancia, defendida sobre todo por los representantes institucionales de una confesión concreta: la ortodoxia. Uno de los instrumentos de este pluralismo religioso bajo la bandera de la Iglesia Ortodoxa Rusa fue el Consejo Interreligioso fundado en 1998 por iniciativa de Kirill, que sigue presidiendo en la actualidad. Un episodio notable tuvo lugar en la primavera de 2008, cuando el Consejo Interreligioso envió una carta al Comisario de Derechos Humanos del Consejo de Europa, Thomas Hammarberg, instándolo a no apoyar el acto del orgullo gay que unos activistas planeaban organizar en Moscú. El argumento del Consejo se basaba en la idea de que la inmensa mayoría de la sociedad rusa no reconocía la homosexualidad como una norma. En la raíz de esta inusual unanimidad, el Consejo situaba precisamente «las concepciones morales de las religiones tradicionales de Rusia, cuyos orígenes se remontan a los albores de los tiempos», las mismas representaciones que pronto se llamarían «valores tradicionales».

Los valores familiares frente a la inmoralidad

Los «valores tradicionales» entraron en la retórica oficial de las autoridades laicas en el contexto de los debates sobre los valores familiares. El tema de la familia se convirtió muy pronto en una de las principales preocupaciones del gobierno, en la época en que Kirill trataba de terminar los textos programáticos de la Iglesia. Desde mediados de los años noventa, Vladimir Putin se basó en los escritos de Solzhenitsyn para apoyar la necesidad de «preservar al pueblo» (es decir, proteger a la familia como institución tradicionalmente vinculada a las funciones de reproducción social), al tiempo que llamaba la atención sobre las cuestiones relacionadas con la infancia y la maternidad. La política demográfica adoptó así un giro claramente pronatalista, alimentado por una serie de directivas que promovían el respeto de la institución familiar. En 2007-2008, se elaboró un nuevo Libro Blanco sobre Política Pública en Materia de Educación Espiritual y Moral de los Niños, con aportaciones de varios expertos, entre ellos representantes de la Iglesia Ortodoxa Rusa. En él se afirmaba que la moralidad de los niños, más allá de cualquier forma de control gubernamental, estaba siendo influenciada negativamente por fuentes de información que podían «disolver los valores morales tradicionales de los pueblos de Rusia». El texto veía en ello una amenaza real para la seguridad del Estado y desarrollaba una compleja combinación retórica, bastante típica de la prosa oficial, articulando de diversas maneras las palabras «moral», «tradicional», «valores» y «familia».
Cualquiera que fuera esta combinación, los «valores tradicionales» se convirtieron en el fundamento de toda la educación de los niños y la protección de sus intereses. El origen religioso de estos valores no estaba en el centro del debate, aparte de una referencia a la necesidad de cooperar con organizaciones de religiones «tradicionales» (o «históricamente representadas» en Rusia) en el ámbito de la protección de la infancia. Al mismo tiempo, sin embargo, un discurso de Dimitri Medvédev apuntaba claramente en esta dirección: «Hemos cerrado 80 años de la historia más oscura, durante los cuales todos los sucedáneos de la moral han sido incapaces de generar algo que sustituyera a la fe y la moral, que están en gran medida vinculadas a la religión. […] En este campo, todo invento es algo artificial». Es más, este discurso de 2007 ya apuntaba a los restos de una religión (no especificada) como fuente de una moral eterna y orgánicamente formada: en esencia, trataba de naturalizar la cultura para dar a la moral una base natural, en línea con la estrategia ideológica general del Kremlin, que Putin mismo utilizaría más tarde.
No es de extrañar, pues, que 2008 haya sido declarado «Año de la Familia» y que el 28 de junio, festivo en 2022, haya sido declarado «Día de la Familia, el Amor y la Fidelidad». Bajo el patrocinio de la primera dama, Svetlana Medvédeva, las celebraciones tuvieron lugar en varias ciudades del país. El «Día de la Familia» recibió su símbolo: los príncipes Pedro y Febronia de Múrom, canonizados en el siglo XVI. El decreto presidencial por el que se aprobaba la instauración del «Año de la Familia» y los actos asociados subrayaba la necesidad de reforzar los «valores familiares fundamentales». Aunque no se explicitaban en ninguna parte, la familia empezó a promoverse como una unión sólidamente establecida entre adultos de distinto sexo, con uno o más hijos. Este modelo de familia se convirtió así en un emblema de la tradición, con exclusión de cualquier otro tipo de relación sexual o de pareja. Obviamente, cualquier forma de familia o unión podría, en teoría, ser «tradicional». Sin embargo, fue efectivamente la pareja heterosexual con hijos la que se estableció gradualmente como la base sustancial de la moral rusa, la portadora de sus valores y el medio para su transmisión. Esta visión conservadora de las relaciones familiares iba a reforzarse con el tiempo, extendiéndose más allá de la organización de la vida familiar.
En el Libro Blanco sobre la Política Pública de la Familia, adoptado en 2014 y en vigor hasta 2025, se afirman plenamente los valores tradicionales. Constituyen una auténtica prioridad para el Estado. A través de la familia, que el gobierno considera una opción personal, una institución que exige lealtad y un objeto de regulación, la moral tradicional fusiona lo privado, lo público y lo estatal. Aquí reside la pragmática política de los «valores tradicionales» como pilar ideológico. Este enfoque pragmático puede apreciarse en la política familiar del Kremlin, que se compromete a evitar la metafísica de las «religiones históricas» sin, por ello, romper del todo con ellas.

La espiritualidad y sus «eslabones perdidos”

Desde el principio de su reinado, Vladimir Putin ha hecho numerosas declaraciones moralizantes sobre la importancia vital de lo espiritual. Sin embargo, su retórica ha evolucionado con el tiempo, y aquí debemos reconstruir el cambio que ha visto cristalizar sus intuiciones dispersas sobre la vida espiritual en una verdadera ideología de los valores tradicionales.
Los valores tradicionales son una auténtica prioridad para el Estado.
MARINA SIMAKOVA
La primera fase tuvo lugar entre 2000 y 2007. Las palabras «espiritualidad», «moral» y «valores» aparecieron de forma fragmentaria, sin ningún vínculo real que estabilizara su significado. Por ejemplo, en su primer discurso ante el Consejo de la Federación, Vladimir Putin señaló que la nueva Rusia, a pesar de su apertura al mundo, tenía que emprender la búsqueda de «sus propias respuestas a las cuestiones espirituales y morales». El 31 de diciembre de 2004, en su discurso de Año Nuevo, añadió: «Todas nuestras prioridades están vinculadas al desarrollo intelectual y espiritual de la humanidad». En un discurso pronunciado al año siguiente, destacó por fin estos «valores», que «permanecerían inquebrantables e inalterados en suelo ruso a lo largo de los siglos». Sin embargo, estos valores de solidaridad, confianza y fiabilidad, medidos en términos de moralidad y no de reputación individual, aún no estaban explícitamente vinculados a la espiritualidad y la tradición.
Este vínculo no se estableció hasta 2007. A punto de convertirse en primer ministro, el presidente dejó una especie de testamento, la culminación del anterior ciclo de discursos, que el partido gobernante denominó «Plan Putin». Anunció que la sociedad rusa había perdido sus «tradiciones espirituales» como consecuencia de las dificultades económicas del periodo de transición que siguió al colapso de la URSS. Si bien es cierto que el país se ha recuperado, el restablecimiento de la estabilidad política y económica no debe eclipsar la unidad espiritual y los valores morales. Vladimir Putin añadió a este respecto que el estado de ánimo de la población no se derivaba en modo alguno de los fundamentos socioeconómicos, sino que, por el contrario, la verdadera «infraestructura de las relaciones económicas y políticas» residía en los «auténticos valores culturales» y en el «sistema general de puntos de referencia morales». No es de extrañar, pues, que la palabra «espiritualidad» apareciera repetidamente en este discurso, que sustituía el materialismo económico por el idealismo más vulgar.
Pero, ¿a qué se refiere exactamente el presidente ruso cuando habla de «espiritualidad», tanto en sus discursos oficiales como en su discurso personal7? Esta palabra pertenece naturalmente al léxico religioso. Como concepto, tomó forma entre los eslavófilos (representantes de un movimiento intelectual y político del siglo XIX basado en Rusia en la idea de un «genio» nacional particular) bajo la triple influencia del romanticismo alemán, la patrística ortodoxa y las cuestiones en torno a la «cultura nacional» de la época. Es aquí donde se originaron las reflexiones sobre la especificidad de la espiritualidad rusa, que continuaron en todo el pensamiento religioso del cambio de siglo. A riesgo de simplificar demasiado, puede considerarse que estas doctrinas tienen en común una concepción de la espiritualidad como vida interior en la que, citando al filósofo religioso Vladimir Soloviev, «lo verdadero, lo bueno y lo bello» están perpetuamente en relación armoniosa. Si esta concordancia es el resultado de la acción divina, requiere un esfuerzo por parte del Hombre, y se manifiesta entonces en cada una de sus acciones. En otras palabras, se trata de un movimiento interior hacia un ideal superior, que se realiza en la vida cotidiana y le da sentido.
Aunque esto pueda parecer más sorprendente, cabe señalar que el término «espiritualidad» también aparece en textos y contextos soviéticos. Aplicado al pueblo soviético y al hombre soviético, significaba sobre todo la capacidad y la convicción interior de anteponer los valores inmateriales a los materiales. Esta espiritualidad soviética era, por tanto, menos una cualidad que una decisión moral: el rechazo a dejarse llevar por los intereses mercantiles. Sin embargo, el ukase de 2022 no contiene otra cosa que esta espiritualidad como elección universal y socialmente aprobada. Hasta cierto punto, se podría leer ahí una interpretación psicologizante de la proposición Nº9 del Código Moral del Constructor del Comunismo, aprobado en 1961 en el XX Congreso, que llamaba a la «intransigencia frente a la injusticia, el parasitismo, la deshonestidad, el arribismo y la codicia». Vladimir Putin se refiere con frecuencia a este Código Moral soviético en sus discursos, deplorando la desaparición de los valores en él enunciados. Considerando que dicho código, desprovisto de toda originalidad, enunciaba simples máximas bíblicas, el presidente ruso sugiere recurrir a las confesiones religiosas rusas que, según él, se adhieren a preceptos similares desde la época prerrevolucionaria.
¿Cómo dio Vladimir Putin ese salto del materialismo al idealismo y de la espiritualidad soviética a la espiritualidad casi religiosa? Este cambio es, sin duda, independiente de las propuestas del patriarca Kirill, aunque hace eco de ellas; igualmente es dudoso que se inspirara en una lectura profunda de los escritos del filósofo conservador Ivan Ilin o del pensador religioso Nikolai Berdiaev, aunque a menudo hace referencia a ellos. Sin embargo, hay un autor que podría haber reforzado personalmente la preocupación de Vladimir Putin por la espiritualidad: Alexander Solzhenitsyn. El presidente ruso nunca ha perdido la oportunidad de subrayar la importancia de sus escritos; le concedió el Premio Estatal de la Federación Rusa, encargó una versión de Archipiélago Gulag para las escuelas y ha expresado su profundo respeto por el escritor en más de un sentido. Es más, entre 2000 y 2007, Vladimir Putin visitó en varias ocasiones la residencia de Solzhenitsyn, cerca de Moscú y, según ha informado la prensa, mantuvo con él largas y familiares conversaciones. El año pasado, en el Foro Valdai, Putin citó el famoso discurso de Harvard en el que Solzhenitsyn advertía a Occidente de su «ceguera por la supremacía» y su «falta de espiritualidad»8.
Esta espiritualidad soviética era, por tanto, menos una cualidad que una decisión moral: el rechazo a dejarse llevar por los intereses mercantiles.
MARINA SIMAKOVA

La segunda etapa data de 2008-2011, cuando Putin era primer ministro. En aquel momento, su política consistía en dos tendencias principales, que más tarde se reforzarían mutuamente. Por un lado, aumentar el número de programas gubernamentales destinados a la educación espiritual de la población. A la ya mencionada política familiar se sumó en 2010 el programa «Educación patriótica de los ciudadanos», que pretendía «regenerar la espiritualidad», en un espíritu similar al de la última época soviética. Por otra parte, el Kremlin prosiguió su acercamiento político a la Iglesia Ortodoxa Rusa. El objetivo ya no era simplemente apoyar a la institución y sus intereses, sino implicar a la Iglesia en labores sociopolíticas seculares como aliada del Estado y aumentar su presencia en los medios de comunicación. Hubo una verdadera explosión de gestos simbólicos en este sentido: los miembros del partido gobernante empezaron a participar de forma cada vez más viva en rituales ortodoxos, al tiempo que multiplicaban sus declaraciones a favor de la Iglesia. El propio Vladimir Putin repetía constantemente que llevaba una vida religiosa y veneraba a los santos rusos. Uno de los actos más sonados fue su homenaje en 2011 al «Cinturón de la Virgen», al que asistieron miles de creyentes rusos.
Preocupado sobre todo por preparar su imagen para las elecciones presidenciales de 2012, las campañas mediáticas de Vladimir Putin hicieron hincapié en su fuerza, su intrepidez y su respeto por el mundo antiguo; demostró su gusto por las antigüedades escenificando su descubrimiento de dos ánforas de 15 siglos de antigüedad en el fondo del mar de Azov. Mientras tanto, los decretos e instrucciones del presidente Medvédev continuaron en la línea marcada por su predecesor: preservar la «identidad espiritual», reforzar la «unidad espiritual» y no descuidar los «valores morales» como factores de desarrollo del país. El año 2009 vio la reinstauración del clero militar por primera vez desde la época prerrevolucionaria, mientras que una nueva disciplina destinada a aunar los fundamentos de la ética religiosa y laica, la «Educación Espiritual y Moral», hacía su aparición en las escuelas rusas. El punto de inflexión se produjo en 2012, cuando el regreso de Vladimir Putin a la presidencia supuso un claro giro conservador. Desde este punto de vista, la ocupación de Crimea en 2014 y las acciones militares de Rusia en el este de Ucrania solo sirvieron para reforzar un movimiento ideológico preexistente, acentuando su dimensión agresiva.
Ya en 2012, Vladimir Putin hizo una estruendosa declaración y diagnosticó un «déficit de vínculos espirituales» (deficit dukhovnikh skrep) en la sociedad rusa. Esta expresión (que pasó instantáneamente al uso común) sonaba arcaica, a pesar de que se utilizó hasta la década de 1990, habiendo aparecido por primera vez a principios de siglo en los escritos del historiador Vasili Kliutchevsky y el filósofo Nikolai Berdiaev, y luego del propio Solzhenitsyn, quien en su discurso del Premio Nobel se refirió a la lengua nacional como el «vínculo de la nación» (skrepa nacii). El significado de Vladimir Putin estaba perfectamente claro, ya que él mismo enumeró los «vínculos espirituales» implicados -misericordia, compasión, simpatía, ayuda mutua y apoyo- como puntos de referencia morales compartidos por todos los habitantes del «mundo ruso» desde tiempos inmemoriales. La moralidad común, tanto un ideal regulador como un verdadero sentido moral, pretendía así unir a toda la población en un todo social y transformar una sociedad fragmentada en una sociedad consolidada. Estos puntos de referencia morales se consideraban evidentes, inherentes, naturales y siempre presentes en todos. Pero, añadía Vladimir Putin, estos vínculos que siempre habían conformado orgánicamente la espiritualidad rusa habían dejado de desempeñar su papel cimentador.
La moralidad común, tanto un ideal regulador como un verdadero sentido moral, pretendía así unir a toda la población en un todo social y transformar una sociedad fragmentada en una sociedad consolidada.
MARINA SIMAKOVA

En su opinión, había dos razones para ello: en primer lugar, la Revolución y la Guerra Civil, que habían sacudido los cimientos seculares del pueblo ruso al tiempo que dividían a la sociedad; en segundo lugar, y más recientemente, las convulsiones económicas de los años noventa. Se dice que las limitaciones de la supervivencia material durante esta difícil década llevaron a la gente a olvidar sus prioridades espirituales y a sacrificar su sentido de la moralidad. Este tipo de trauma fue consecuencia de la «terapia de choque» y de la dinámica que acompañó al paso a la economía de mercado y a toda la transición postsoviética. Por eso, nada más volver a la presidencia en 2012, Putin se apresuró a proclamar que ya se había alcanzado la estabilidad económica, que las dificultades eran cosa del pasado y que ya era hora de inaugurar la parte sustantiva de la vida política: la restauración del rumbo espiritual de los ciudadanos rusos.

Por el camino de los «sentimientos superiores

Antes y después de la invasión de Ucrania, los representantes del gobierno ruso han insistido en que en Rusia no existe la «ideología», en el sentido de una gran narrativa del tipo de las que se enfrentaron durante la Guerra Fría. Del mismo modo, a lo largo de las décadas 2000 y 2010, analistas y comentaristas repitieron que no existía tal cosa como una «idea nacional» en Rusia, a pesar de los mejores esfuerzos de quienes estaban en el poder. El propio Putin subrayó que no era necesario tener una idea nacional, ya que bastaba con un simple «principio unificador». A los ojos de todos estos actores y exégetas de la política, reivindicar una ideología equivaldría a abrir la vía a una intrusión del poder en la esfera de las convicciones humanas, a ejercer una presión ideológica de forma totalitaria: la nueva Rusia no podía permitirse eso. Al tiempo que negaba estar produciendo o actuando de acuerdo con una ideología, el Kremlin pretendía simplemente basarse en lo que ya existía, en los elementos que supuestamente siempre habían estado presentes en suelo ruso y que, según esta lógica, no requerían ninguna forma de imposición o intrusión en el ámbito de la libre conciencia.
Este elemento no es otro que los valores morales y éticos derivados de las «religiones tradicionales de Rusia», independientemente de prácticas o textos religiosos, ya que están presentes en las mentes de todos y cada uno de nosotros, independientemente del eclipse temporal causado por las realidades económicas y los encantos de Occidente. Por lo tanto, ha llegado el momento de exhumar esta moral del mundo interior de cada ciudadano ruso, de demostrar que existe en todos y cada uno de ellos. De este modo, las autoridades rusas no pretenden decretar la moralidad: se limitan a revivir con valentía una moralidad preexistente. En su discurso de 2012 sobre los «lazos» espirituales, Putin afirmaba así que la ley no estaba en condiciones de establecer la moral: nada más natural, una vez que consideramos la moral no como un conjunto de ideas, ni siquiera como una visión del mundo (mirovozzrenie), sino como una percepción, un sentido o un sentimiento del mundo (mirooščuščenie). El sentimiento no puede decretarse, como tampoco puede establecerse por ley.
Las autoridades rusas no pretenden decretar la moralidad: se limitan a revivir con valentía una moralidad preexistente.
MARINA SIMAKOVA

Esta es, pues, la maniobra esencial del putinismo tardío: instar al cultivo de un sentimiento oscuramente presente en la conciencia o en la memoria, pero íntimamente sentido por todos. En realidad, ni siquiera es un «sentimiento», sino un modo de sensación, alineado con un ideal. Esta moral del sentimiento se opone a todo deseo de actuar conforme a normas, argumentos e intereses propios, que son el dominio de la política, el derecho y la organización material. Para los actuales dirigentes rusos, una preocupación excesiva por los procesos políticos y jurídicos (el aspecto formal de la vida política), por no hablar de la economía (su aspecto material), impediría a los ciudadanos compartir una aspiración común a «lo verdadero, lo bueno y lo bello». En esta percepción del mundo, que obviamente imaginamos viene dada a todo ruso, esta aspiración sería tan natural como la necesidad de respirar.
Este constructo es, de hecho, el principal giro ideológico y político del régimen de Putin. La política del Kremlin en materia de espiritualidad, a la vez cuasi religiosa y laica, pretende apoyar el orden natural de las cosas: se trata, pues, de un programa ideologizado que niega constantemente su naturaleza política y arbitraria. La lógica política y geopolítica del putinismo emana de un orden cuasi natural, de regularidades morales estabilizadas a lo largo de los siglos. Es en sí misma donde encuentra su justificación. Este tipo de lógica permite a los que están en el poder evitar cualquier argumento claro, convincente y práctico a la hora de aplicar sus decisiones políticas.
En la raíz de este retorcimiento hay un autoengaño, orquestado por toda una serie de actores bajo el liderazgo del principal autoengañador. La única verdad que consideran válida en el ámbito de la lucha económica y política, y que designan como punto de referencia para todos los ciudadanos, es una verdad apolítica, deliberadamente apolítica, del orden de una moral universal, y al mismo tiempo individualmente sentida. Esto explica, al menos en parte, el proceso de profunda despolitización de la sociedad rusa, una despolitización deliberada desde arriba, pero también la dinámica de descomposición política de la propia élite.
La paradoja aquí reside en el hecho de que, según el Libro Blanco sobre la Seguridad Nacional del Estado Ruso, estos valores, que se supone que se han establecido históricamente -aunque no entendemos cuándo ni cómo-, necesitan ser protegidos constantemente de las amenazas externas; por otro lado, se dice que la espiritualidad en la que se basan estos mismos valores es capaz de sobrevivir a cualquier cosa. Como dijo Solzhenitsyn en el discurso de Harvard al que Putin es tan aficionado: «después de sufrir décadas de violencia y opresión, el alma humana aspira a cosas más elevadas, más ardientes, más puras que las que ofrecen hoy los hábitos de una sociedad masificada». Las aspiraciones profundas y los sentimientos morales del hombre ruso son, pues, inexpugnables. Sin embargo, en el camino de estos sentimientos «más elevados», siempre hay una presencia hostil: la República de las Dos Naciones (unión de Polonia y Lituania en las fronteras de Rusia de 1569 a 1795), Austria-Hungría, los bolcheviques… En fin, tantos proyectos «antirrusos», los mismos que, según Vladimir Putin, Occidente vuelve a desplegar a través de Ucrania.
El putinismo es un sistema de representaciones plagado de contradicciones. En primer lugar, hace imposible la discusión política, ya que consiste precisamente en hacer pasar las representaciones de alguien por los sentimientos de otro. Se presenta como desprovisto de «ideología», aunque podemos detectar en él vestigios del Código Moral del Constructor del Comunismo, que se articulan, no sin estrépito, con los preceptos de los rusófilos soviéticos -del calibre de un Solzhenitsyn- y el revanchismo de los clérigos -del calibre de un Kirill-. Los clérigos, a su vez, afirman simultáneamente que la experiencia soviética (sea lo que sea lo que quieran decir con eso) pertenece al pasado, mientras que al mismo tiempo llevan a cabo una lucha implacable contra ese pasado, utilizando métodos que toman prestados de su propia experiencia soviética. Siguiendo con el tema de las contradicciones, la aspiración autoritaria al control total de los procesos políticos y legales está en permanente tensión con el desprecio por el formalismo y la ley, justificado por el hecho de que los sentimientos morales están por encima de todo. Del mismo modo, la necesidad de resolver cuestiones de seguridad material y desarrollo económico choca con la negación de todos los valores materiales. Por último, la intención de llevar a cabo una política real, guiada únicamente por intereses nacionales prácticos, choca con el principio de una preocupación exclusiva por la moral y los ideales.
El putinismo hace imposible la discusión política, ya que consiste precisamente en hacer pasar las representaciones de alguien por los sentimientos de otro.
MARINA SIMAKOVA

El marco en el que ha tomado forma el régimen de Vladimir Putin es, en efecto, este conflicto entre representaciones mutuamente excluyentes, y no parece haber encontrado solución en las últimas décadas. Cuanto más aumenta el desacuerdo político entre estas representaciones, más se intensifica su exclusión mutua, reduciendo a la nada cualquier posibilidad de discusión política, ya que cada cuestión concreta es sustituida por la propaganda de los «valores tradicionales», es decir, los valores eternos. En la actualidad, la progresiva despolitización de las contradicciones ideales del régimen ha creado una configuración en la que todos los medios para articularlas, desde los medios de comunicación independientes hasta las iniciativas ciudadanas, han sido deliberadamente desmantelados. Como resultado, el régimen no es deudor de ninguna reconfiguración política, sólo de la destrucción total. Lo único que le queda son sus tanques, misiles y drones, que, como empecinadamente difunde la televisión estatal, traen «lo verdadero, lo bueno y lo bello» a Ucrania.
NOTAS:
1. El texto que traducimos a continuación adquiere un sentido de urgencia redoblado. Se trata de un artículo que apareció en la revista de oposición Posle, escrito por Marina Simakova, historiadora de las ideas políticas especializada en las ideologías y su evolución histórica. En él, la autora disecciona la noción de «valores tradicionales», actualmente uno de los pilares de la política cultural, espiritual, política y geopolítica de Putin. Demuestra, con fuentes en la mano, que esta construcción se nutre de una triple fuente: el «revanchismo de los clérigos», y en particular la obra personal de Kirill, patriarca de Moscú y de Todas las Rusias desde 2009, en sus cruzadas contra el Occidente amoral; ciertos preceptos de la ética soviética incluidos en el Código Moral del Constructor del Comunismo de 1961; por último, el renacimiento de la idea de la espiritualidad eterna del Hombre ruso, glorificada por una miríada de escritores, desde los eslavófilos de principios del siglo XIX hasta el discurso de Alexander Solzhenitsyn en Harvard en 1978.
2. El jueves 30 de noviembre de 2023, el juez del Tribunal Supremo ruso Oleg Nefedov confirmó la petición del Ministerio de Justicia de prohibir el «movimiento social internacional LGBT», tras su reclasificación como «organización extremista». Primer acto: tal decisión reduce (al menos potencialmente) cualquier identidad sexual a una identidad política, cualquier preferencia a una ideología. Segundo acto: la Rusia de Vladimir Putin hace lo que Trump no pudo hacer en Estados Unidos, cuando pidió que Antifa fuera clasificada como organización terrorista, es decir, prohibir no una agrupación, una organización con existencia jurídica y política propia, sino un movimiento de grupos e individuos que luchan por derechos concretos. El Tribunal Supremo ruso emitió su veredicto a puerta cerrada, tras una década de reformas hostiles. En 2006, la ofensiva legal se inició en la región de Riazán, donde se aprobó una ley que prohibía la «propaganda de la homosexualidad», es decir, las acciones públicas destinadas a «promover», entre los menores, las relaciones entre personas del mismo sexo, es decir (otra vez potencialmente) cualquier exhibición pública de dichas relaciones. Entre 2011 y 2013, proliferaron leyes similares en todas las regiones rusas. Prepararon el camino para la ley federal de 2013, en virtud de la cual la Duma impuso sanciones administrativas por cualquier «propaganda de relaciones sexuales no tradicionales entre menores». Desde entonces, las personas LGTB viven cada vez más vigiladas, sometidas a prohibiciones de actos públicos y a presiones asfixiantes, en un ambiente cada vez más conservador, ya que ese mismo año 2013 también se formalizó un nuevo 
Libro Blanco sobre la Política Familiar Nacional y una ley que castiga la «ofensa a los sentimientos de los creyentes». Por último, hace exactamente un año, en noviembre de 2022, la Duma introdujo multas de hasta 400 mil rublos para particulares y 5 millones para personas jurídicas (4 mil y 50 mil euros respectivamente) por «promover relaciones y orientaciones sexuales no tradicionales», así como el cambio de sexo, esta vez entre personas de todas las edades.
3. Sobre la noción de “soberanía cultural”, véase, de la misma autora: https://posle.media/language/en/war-and-sovereign-culture/
4. Parte de sus escritos está disponible en francés con el título L’Évangile et la liberté : les valeurs de la tradition dans la société laïque, París, Éditions du Cerf, 2006.
5. En ese momento, en 1999, ninguno de los países del antiguo bloque del Este se había adherido a la Unión, aunque la mayoría de ellos ya habían presentado solicitudes de adhesión entre 1994 y 1996, que entonces se estaban examinando.
6. Cabe señalar que la expresión «valores tradicionales» no estuvo del todo ausente de los discursos de otros representantes de la Iglesia, como el patriarca Aleksei II y el diácono (ahora desterrado) Kuraev.
7. Durante sus primeros años en el poder, Vladimir Putin concedió una serie de entrevistas a periodistas, y en particular al autor de su primera biografía, publicada a principios de la década de 2000, en las que revelaba con orgullo que la espiritualidad, especialmente honrada en su familia, había compensado sus modestas condiciones de vida y las escasas oportunidades que le ofrecieron sus padres.
8. Este discurso, pronunciado en Harvard en 1978, se publicó en francés con el título Le déclin du courage.

Pantomima de tolerancia

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El jesuita James Martin bendijo (con la presencia de The New York Times) a una pareja homosexual un día después de la declaración Fiducia Supplicans.

Juan Manuel de Prada, contra las bendiciones de Fiducia: una «pantomima de tolerancia mundana»

El escritor Juan Manuel de Prada se suma a las voces críticas con la declaración Fiducia supplicans, y lo ha hecho de manera muy contundente en ABC. En su columna Benditos homosexuales llega a asegurar que “estas bendiciones fules a los homosexuales no recogen ni limpian, son puro aspaviento y pantomima de tolerancia mundana”.
Para explicar su postura, Prada pone el ejemplo del escritor vanguardista francés Max Jacob (1876-1944), homosexual y judío que tras una experiencia mística se bautizó. Durante toda su vida tuvo grandes luchas por su tendencia sexual, donde tuvo numerosas caídas, de las que se fue levantando una vez tras otra, siendo acompañado en esta batalla por un sacerdote (el canónigo Fleureau) que nunca bendijo su pecado, pero que le ayudó siempre a levantarse para encontrar la gracia. Durante años vivió retirado en un monasterio como oblato seglar en esta búsqueda de la gracia. Detenido por la Gestapo acabaría muriendo de pulmonía en un campo de concentración en 1944.
¡Cuán robusta y vibrante nos resulta la vida de este bendito homosexual, comparada con esa disposición pontificia reciente! Pero Max Jacob todavía tuvo la suerte de conocer una Iglesia cuya cabeza visible enunciaba los principios de la doctrina moral católica sin subterfugios ni componendas; y cuyos miembros (como ese canónigo Fleureau), mediante un prodigioso sentido de la capilaridad católica, acompañaban a quienes no siempre podían ajustar su vida a esos principios, los acompañaban en sus reincidentes caídas y lo ayudaban a levantarse una y otra vez, sin tomarles el pelo ni engañarlos con sentimentalismos merengosos”, señala Juan Manuel de Prada en su artículo.
En su opinión, los problemas han empezado cuando “la Iglesia quiso asimilarse al mundo” adoptando -explica- “un descarnado (y desencarnado) pragmatismo que, a la vez que enturbia los principios, no guía ni acompaña a quien está herido, sino que tan sólo sirve para dar palmaditas en la espalda y quedar fetén ante la galería”.
El escritor y columnista afirma que estas bendiciones son “una engañifa de tamaño cósmico” que compara con las que se dan a “los perritos o a los geranios”, pues la misma declaración afirma que deben impartirse sin fórmula sacramental, vestidos de calle y sin celebración.
Por ello, considera que las bendiciones de estas parejas homosexuales son “puro jesuitismo en la acepción más torva de la palabra; es decir, astucia y doblez, que sólo pretende hacer postureo ante el mundo, a cambio de perder la posibilidad de atraer a benditos homosexuales como Max Jacob, con corazón contrito y sincera piedad, mil veces caídos y mil veces erguidos, a quienes un aguachirle semejante les tiene que resultar a la fuerza repelente”. Justo al contrario que a los activistas, que “empezarán a acudir a las sacristías, demandándolos, para señalar a los curas que no pasen por el aro y exponerlos en la picota”.
Fuente: ReligiónEnLibertad.com