Homilía del Padre Paul Voisin CR, Superior General de la Congregación de la Resurrección:
Estoy seguro de que todos hemos recibido un regalo que atesoramos por encima de todos los regalos que hemos recibido. Para mí es el anillo que llevo. Cinco meses antes de hacer mis Votos Perpetuos como Resurreccionista, murió mi abuelo paterno. Después de su muerte, me dieron su anillo. En realidad, lo había llevado mi abuela paterna durante sesenta años, y a su muerte él empezó a llevarlo. Ocho años después era mío. Mis padres y mis dos tías sabían que quería un anillo para mis Votos Perpetuos, y ésta era la solución perfecta (sobre todo porque cada tía no quería que la otra lo tuviera). Lo llevo desde hace más de cuarenta y cuatro años.
Hoy celebramos el gran regalo que Dios Padre nos ha hecho: su Hijo unigénito, Jesús. Y celebramos el gran regalo de Jesús: su vida. En este Viernes Santo conmemoramos su pasión y muerte. La lectura de la Pasión de San Juan nos ayuda dramáticamente a reconocer este gran regalo dado a un gran precio. Como católicos estamos familiarizados con el Vía Crucis, y la lectura de la Pasión cada año en el Domingo de Ramos y el Viernes Santo nos han dado muchas oportunidades de acompañarlo en ese doloroso viaje que comenzó en el Jardín de Getsemaní y terminó en el Calvario.
Sólo podemos empezar a imaginar el dolor físico y el sufrimiento de Jesús, y el dolor psicológico de los que le acompañaron: su madre, María, la Verónica, las santas mujeres y los numerosos discípulos y apóstoles. La mayoría de los que presenciaron su sufrimiento y su muerte no estaban “comprometidos” con la vida de Jesús: para ellos era una persona más. Pero para el Padre, era su único Hijo. Para María era su único Hijo. Para sus discípulos y apóstoles era su Señor y Maestro.
No hay regalo más grande que el de la vida. Pensamos en esto en particular cuando alguien muere al servicio de la sociedad, como la policía, los bomberos, los socorristas o los soldados. Pensamos en esto cuando la valentía de alguien rescató o protegió a alguien, lo que terminó en la pérdida de su vida.
Pero no sólo debemos pensar en el regalo de la vida de alguien cuando se acaba, sino reconocer y valorar el regalo de la vida de alguien que compartimos en la vida, aquí y ahora. Con demasiada frecuencia no reconocemos ni apreciamos la vida de las personas que forman parte de nuestra vida. Demasiado a menudo podemos estar tan envueltos en nosotros mismos que no los “vemos”, ni los acompañamos, ni nos comprometemos verdaderamente con su vida.
Al celebrar hoy la muerte del Señor -la celebramos porque se ha convertido en fuente de vida y de salvación para todos nosotros- recordemos y reconozcamos el don del Padre y del Hijo, y cómo podemos valorar el don de la vida y de la salvación que nos han hecho. Valoremos la vida que compartimos con los demás y la que ellos comparten con nosotros. Valoremos la vida de Dios en nosotros y compartámosla con los demás.
En Viernes Santo hallan sin vida a sacerdote que cayó a un río tras accidente
Por WALTER SÁNCHEZ SILVA– ACI Prensa.
Este 2 de abril, Viernes Santo, fue hallado sin vida el Padre Venancio Chambi Moscaido, sacerdote diocesano de 55 años de la Prelatura de Huancané en el sur del Perú, que había sufrido un accidente de tránsito en la madrugada del lunes.
El accidente, en el que también habría fallecido el chofer que iba con el sacerdote y que aún no ha sido encontrado, ocurrió en el puente del sector Huancaluque, a unos diez kilómetros de la zona urbana de Sandia, en la Prelatura de Huancané, departamento de Puno.
El Padre Chambi y el chofer cayeron al río Inambari, donde el auto fue arrastrado alrededor de un kilómetro.
“Desde el lunes el padre estaba desaparecido. Hoy después de buscar en varios lugares, junto con la unidad de salvataje de la policía de Juliaca, se logró encontrar al sacerdote”, explicó a ACI Prensa el Padre Jorge Muñoz Darwit, párroco de Massiapo– Alto Inambari en la Prelatura de Huancané.
El Padre Muñoz indicó que el accidente ocurrió cuando el Padre Chambi y el chofer se dirigían a Huancané para la Misa Crismal con el Prelado, Monseñor Giovanni Cefai. “No se sabe bien por qué el carro salió de la pista y cayó al precipicio”, dijo el sacerdote.
El Padre Muñoz explicó que el velatorio del Padre Chambi se realiza este viernes y seguirá mañana por la mañana, pero “aún no se sabe cuándo y dónde va a ser el funeral porque falta coordinar con la familia”.
El sacerdote dijo también que, desde que se supo del accidente, Monseñor Cefai mostró su preocupación y se acercó al lugar pero luego tuvo que volver a Huancané por el inicio del Triduo Pascual.
La muerte del Padre Chambi “es una pérdida grande y más todavía considerando cómo es la personalidad del padre Venancio: un padre totalmente misionero en la zona de selva de nuestra Prelatura”, dijo el Padre Jorge Muñoz.
“Nos deja bastante apenados, recién tenemos dos años de creación y somos muy pocos sacerdotes”, agregó.
La Prelatura de Santiago Apóstol de Huancané se creó en abril de 2019 con territorio desmembrado de las prelaturas de Ayaviri y Juli. El Papa Francisco dispuso que sea sufragánea de la Arquidiócesis de Arequipa.
“Sabemos que los caminos de Dios son misteriosos y no nos abandona. El padre Venancio nos decía que si el grano no muere no da fruto. Confiamos en Dios, en que Él nos mandará vocaciones para atender a las personas”.
El párroco de Massiapo– Alto Inambari comentó a ACI Prensa que en 2020 perdieron a dos sacerdotes a causa del coronavirus, el Padre Valeriano Mercieca O.Carm. y el Padre Javier Quispe.
“Nos hemos visto afectados pero confiamos en el Señor que no nos va a dejar para que podamos seguir al servicio de su iglesia”, concluyó.