Martín & Martín

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Pinocho en palacio

Por Martha Meier M.Q.– Diario EXPRESO.
La normalización de la mentira perpetrada por Vizcarra como eje central de su gobierno y de su discurso, carcome la política, pulveriza la confianza y esperanza de una población atribulada por la pandemia, la muerte de sus seres queridos, el desempleo y el empobrecimiento galopante. Este hombre ha destrozado su propia credibilidad ante la gente, el resto de autoridades, de sus pares internacionales y, con ello, la integridad de nuestro país en el ámbito global. Su manipulación del lenguaje daña y degrada la política, nos hunde en el purgatorio de la ambigüedad con términos vagos y sin compromiso, hasta haber logrado que el debate y el diálogo sean casi imposibles.
Presionado por informes internacionales se ha visto obligado a “sincerar” la cifra de los fallecidos por Covid-19, que a saber son al menos tres veces más que los registrados oficialmente. El ocultamiento de cadáveres es reflejo de su soberbia e incapacidad para aceptar su fracasada gestión de la pandemia por la politización de un asunto exclusivamente científico: al virus chino no lo controlan las frases de un presidentito del quinto mundo ni sus afanes de control social con una cuarentena brutal que ha pauperizado al Perú. En dos tuits del doctor Ernesto Bustamante se lee: “Ojalá que @pcmperu no instaure nueva cuarentena general. El rastreo de contactos vía pruebas rápidas que se encargó a @WalterMartosR nunca funcionó. El camino es cuarentena para los contactos de los infectados luego de detectarlos mediante testeo molecular masivo focalizado. Hay que acorralar el virus: aislar al infectado y poner en cuarentena a sus contactos. Para identificar infectados se aplica estrategia focalizada de testeo masivo, que solo funciona con tests moleculares, que detectan temprano. Acorralar el virus es reducir contagios y enfermos”. Ahora bien, para eso se requiere un presupuesto que Vizcarra prefiere regalar populistamente como créditos Reactiva a empresas insalvables. ¿Reactiva qué?
El progre-marxismo vizcarrista es incapaz de escuchar a los expertos y menos aún agradecer a la empresa privada por su invalorable apoyo. Los señores Dionisio Romero Paoletti (Grupo Romero, Banco de Crédito, Alicorp, etc.); Roque Benavides (Minas Buenaventura) y la familia Rodríguez (Grupo Gloria), entre otros, donan víveres, plantas de oxígeno, prestan sus aviones para trasladar al heroico personal de salud contagiado en provincias; pero este servicio a la patria de los “cochinos capitalistas” es obviado por la prosti-prensa, cada vez más prosti y menos prensa, y con las rodillas rojas de tanto hincarse ante el de turno, tan Pinocho y tan inútil.

Pedro Cateriano pidió destitución de Walter Martos, pero tres semanas después Vizcarra lo nombró premier

Cuando Pedro Cateriano fue nombrado presidente del Consejo de Ministros habría pedido la destitución de Walter Martos en la cartera de Defensa, pero el presidente de la república, Martín Vizcarra, decidió ratificarlo, según informó Cuarto Poder.
Tras la negación del voto de confianza por el Congreso de la República, el mandatario decidió nombrar como nuevo premier a Martos.
Como se recuerda, Martín Ruggiero (exministro de Trabajo) y Rafael Belaúnde Llosa (exministro de Energía y Minas) dejaron el renovado gabinete de ministros y en reemplazo de ellos ingresaron Javier Eduardo Palacios Gallegos y Luis Miguel Incháustegui Zevallos, respectivamente.
Walter Martos, presidente del Consejo de Ministros, indicó que el mensaje que dará al Congreso de la República este martes 11 de agosto para solicitar el voto de confianza, estará centrado en cuatro puntos.
Indicó que su discurso priorizará la lucha contra la pandemia del coronavirus, la reactivación económica, la seguridad ciudadana y la generación del empleo tras la cuarentena.
Fuente: Revista CARETAS.

Este Congreso no me gusta, matatirutirulá….

Por Mariella Balbi– Diario EXPRESO.
Durante su estadía en el poder, Vizcarra usa el pernicioso recurso de tirar barro con ventilador contra el Congreso. Con los medios amigos del régimen, involucrados como el mandatario en la corrupción del caso Lava Jato, fraguó el psicosocial de un Congreso obstruccionista, atacando básicamente al Apra y al fujimorismo.
Inventó la ridiculez: “denegación de la confianza fáctica” y dio un golpe de Estado, ganándose el apoyo inconstitucional –sabrá Dios de qué oscura manera– de un sector de la FF. AA. El expremier, Pedro Cateriano, baloteado recientemente por el nuevo Congreso, fue importante activista en la demolición del orden constitucional.
Al no poder culpar de esto al ausente Apra y al debilitado fujimorismo, Cateriano adujo un chantaje del Parlamento. Declaró que le condicionaron la confianza a la salida del ministro de Educación. Responsabilizó a los 22 integrantes de la bancada de APP de su infortunio por abstenerse. Afirmó también que ‘el dueño’ de APP, César Acuña, le garantizó los votos apepistas. El ‘cunda’ “plata como cancha” le replicó: “yo no le prometí votos”.
Resulta incomprensible que alguien tan recorrido como Cateriano, viceministro con Toledo, ministro y premier con Humala, aliado de Vizcarra, factótum del linchamiento de Alan García y Keiko Fujimori, confiara tanto en una bancada, descuidando su discurso ante el Congreso.
Un político que no lee lo que pasa a su alrededor desafinará siempre y será rechazado. El Perú tiene el mayor contagio de Covid-19 del mundo y más de 50 mil muertos. Los peruanos sufren y tienen dolor. En su breve paso por el poder, el expremier no solucionó el acuciante, permanente y aberrante problema de la falta de oxígeno.
Si desde el primer día Cateriano hubiera amenguado, siquiera en algo, esta carencia mortal, otro habría sido el resultado. Al ministro de Educación lo interpelarán, algo parlamentariamente legítimo. El pliego interpelatorio no lo impulsan sus nuevos enemigos de APP. Las preguntas versan sobre si dos nuevas universidades, una ligada a un banco, tuvieron privilegios en su rápida acreditación.
El ministro en cuestión tendrá que explicarlo, punto. Es potestad del Congreso. En el pliego se debería incluir la corruptela ocurrida con la fallida licitación de las tabletas, por S/800 millones. Quién protegió a una empresa que no tenía respaldo financiero. Son escolares de sectores pobres los desfavorecidos.
La ‘petit histoire’ tiene otra versión. Cateriano quería sacar de su cargo al uniformado que hoy tenemos de premier, Walter Martos, ‘recontrachochera’ de Vizcarra. Acuña es cercano al gobernante, quien tiene una trayectoria de traiciones implacable. Lo dejamos ahí.
Vizcarra ha insistido con los ministros de Educación y de Economía; esta aún no dice nada sobre los contratos de su padre con el Estado. Además, ya aparecieron denuncias contra el premier y el ministro de Defensa. Esos oficios no nos gustan, matatirutirulá.

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