Spotlight

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En primera plana

Por Manuel Kalmanovitz G.
Título original: Spotlight
País: Estados Unidos
Año: 2015
Director: Tom McCarthy
Guion: Josh Singer y Tom McCarthy
Actores: Mark Ruffalo, Michael Keaton, Rachel McAdams
Duración: 128 min.

Tras dirigir una de las peores películas de 2015 -el sofrito meloso, ingenuo y magicorrealista titulado Zapatero a tus zapatos con Adam Sandler-, Tom McCarthy se redime en esta historia dura y medida sobre el equipo de periodistas que dejó al descubierto la red de sacerdotes criminales que durante décadas abusaron de niños, jóvenes y fieles en la ciudad de Boston, amparados por un cardenal complaciente y una estructura de poder local que prefería no ver nada.
A diferencia de sus películas de la década pasada (Vías cruzadas y El visitante) que se concentraban en personajes solitarios que establecían un contacto tentativo con el mundo exterior, En primera plana es una película coral, comunitaria, donde se entrelazan hábilmente muchas voces para mostrar que un grupo de personas puede lograr mucho más que los individuos aislados.
El protagonista es el equipo de Spotlight, la sección investigativa del Boston Globe, que recibe la sugerencia de Mart Baron (Liev Schreiber), el nuevo director, de indagar en los rumores de abuso sexual por parte de sacerdotes.
El trabajo periodístico se presenta acá como una labor compleja y fundamental para la vida en comunidad, un oficio que requiere paciencia, intuición, determinación y contrastar la información de múltiples fuentes, además de estar alerta de revisar las situaciones que por costumbre o apatía terminan haciéndose invisibles.
En ese sentido, En primera plana retoma el tema de los solitarios solo que encontrándoles un papel purificador en las comunidades y celebrando su rol como personas capaces de lograr, por su distancia existencial, ver con nuevos ojos situaciones que se les escapan a los locales.
Es una idea que se encarna tanto en el abogado de origen armenio que representa a muchas víctimas, Mitchell Garabedian (Stanley Tucci), como en Baron, acusado por los defensores de la Iglesia de ser un forastero entrometido que, además de venir de gerenciar un periódico en Miami, es judío.
Esta ciudad, esta gente, nos hace sentir a los demás que no pertenecemos. Pero no son mejores que nosotros”, le dice Garabedian a Mike Rezendes (Mark Ruffalo), uno de los periodistas de Spotlight, hablando de quienes los rodean.
Pero los periódicos hacen parte de la institucionalidad de una ciudad, y En primera plana no pasa por alto el hecho de que el Boston Globe también se contagió durante años de la ceguera que hizo invisibles los desmanes de cerca de un centenar de sacerdotes, que atacaban sexualmente a sus feligreses sin recibir más castigo que un traslado a otra parroquia.
Es una historia terrible que, a pesar de centrarse en el compromiso heroico de los periodistas, deja una sensación de profunda desesperanza por la forma como estos abusos terminaron siendo ignorados gracias a la presión de elites políticas, religiosas y legales. Y volvemos al tema de los solitarios: la única esperanza de una comunidad en su sentido más amplio es esa gente sin ataduras que logra ver la descomposición en el estado de las cosas.

Spotlight’, la Iglesia aprecia el mensaje de denuncia

Por Sergio Mora- https://es.zenit.org
La película “Spotlight”, vencedora del Oscar a la Mejor Película, que aborda el tema de la pedofilia en la Iglesia fue definida en el diario del Vaticano, L’Osservatore Romano, “no como una película anti-católica”, sino positiva porque tiene confianza de que el papa Francisco derrotará a esta lacra.
Lo indicó la editorialista del diario de la Santa Sede, Lucetta Scaraffia, en un artículo de la edición de hoy, al comentar el Oscar de Hollywood y la petición hecha al papa Francisco por Michael Sugar, productor de la película. Al recibir el premio, Sugar dijo: “Papa Francisco es hora de proteger a los niños y restaurar nuestra fe”.
Entre otras voces se ha destacado la del obispo de Malta, Charles Scicluna, que “invitó a todos, también a los obispos a ver esta película”. Mientras que de la Comisión Pontificia de protección a los menores llegó el “aprecio por esta película y claramente por el mensaje que transmite”.
Spotlight” narra lo sucedido en el 2002 en el diario The Boston Globe al destapar los casos de pederastia en la Iglesia católica, y el encubrimiento de forma sistemática los abusos sexuales cometidos por casi un centenar de curas en Estados Unidos. El hecho de que las acusaciones se volvieran públicas llevó a muchas personas a hablar, permitiendo así que se conociera la magnitud del fenómeno y a entender que no se trataba solamente de casos aislados.
El hecho de que en la ceremonia de los Oscar se haya hecho un llamamiento al papa Francisco para que combata este flagelo debe verse como una señal positiva”, señaló la editorialista de L’Osservatore Romano, si bien reconoció que “dentro de la Iglesia hay demasiadas personas que están más preocupadas por la imagen de la institución que por la gravedad del acto”.
En cambio, añadió, “nada puede justificar la grave falta cometida por la persona que representa a Dios y que usa su autoridad para abusar de un inocente. Todo ello está bien contado en la película”. Motivos por los cuales no se puede decir que se trate “de una película anti-católica”, dijo.
Hay confianza en un Papa que está continuando con la limpieza comenzada por su predecesor desde que era cardenal”, señaló Scaraffia. Aunque también lamentó que no se mencione en la película “la larga y tenaz lucha” realizada por el cardenal Joseph Ratzinger, cuando era prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, y como Benedicto XVI.
El papa Francisco ha exigido y puesto en marcha medidas para que esta lacra sea erradicada de la Iglesia. En el vuelo de regreso de México, el Santo Padre reiteró: “La pederastia es una monstruosidad porque un sacerdote está consagrado para llevar a un niño a Dios y ahí se lo come en un sacrificio diabólico. Lo destruye”. Y precisó que “un obispo que cambia a un sacerdote de parroquia cuando se detecta una pederastia es un inconsciente, y lo mejor que puede hacer es presentar la renuncia”.
El sacerdote jesuita Hans Zollner, miembro de la Pontificia Comisión para la tutela de los menores, señaló a Radio Vaticano que el mensaje es un llamado “para que la Iglesia haga lo que desde el 2002 inició a hacer. Porque desde el final de los años 90 el cardenal Ratzinger prefecto de la Congregación de la Doctrina de la Fe, señaló que la Iglesia no podía más tolerar estos abusos, ni los obispos encubrirlos”. Y después como Benedicto XVI “dio grandes pasos para volver a la Iglesia una institución transparente empeñada en la lucha contra los abusos”. Y a continuación el papa Francisco instituyó la Pontificia Comisión para la tutela de los menores.
El padre Zollner recordó además que el obispo de Malta, Charles Scicluna, en primera fila en la persecución de estos crímenes, hace algunos días “invitó a todos, también a los obispos a ver esta película”. Hay por lo tanto “mucho aprecio por esta película y claramente por el mensaje que transmite”.

Puntuación: 5 / Votos: 26

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