«La Iglesia no puede ser reconocida sólo porque venga el Papa»
La verdadera reconciliación entre los obispos y el gobierno en ese país sudamericano está todavía pendiente, pero la visita de Francisco puede sembrar la fraternidad necesaria
Por Andrés Beltramo Álvarez- Vatican Insider
“La Iglesia no acaba de nacer o surgió con la venida del Papa. La Iglesia no puede ser reconocida sólo porque venga Francisco, tiene toda una historia detrás, con errores pero también con muchas luces”. Palabras de Ariel Beramendi, el único sacerdote de Bolivia que trabaja en el Vaticano. Sus consideraciones hablan de un pendiente fundamental en el país sudamericano: la reconciliación real entre los obispos locales y el gobierno del presidente Evo Morales.
Oficial del Pontificio Consejo para las Comunicaciones Sociales, Beramendi recordó que los últimos cinco años han sido difíciles para el catolicismo boliviano. Entre otras cosas por la voluntad del gobierno de recuperar las religiones ancestrales e indígenas, no en una óptica de sana convivencia sino en una especie de revanchismo ideológico. Esto le ha granjeado roces con la Iglesia, una conflictividad que todavía permanece, a flor de piel.
“Francisco va a encontrar una Iglesia que se ha enfrentado con eso, que vive el día a día con esperanzas y dificultades. Una Iglesia con religiosidad popular muy intensa pero cuyos miembros viven con menor ahínco su compromiso cristiano. Se ve más religiosidad y menos compromiso social radical, como pide el Papa”, apuntó en entrevista.
Bolivia será el segundo destino del viaje apostólico más largo del presente pontificado. Jorge Mario Bergoglio llegará a La Paz el miércoles 8 de julio y pasará apenas cuatro horas en esa ciudad, ubicada a cuatro mil metros sobre el nivel del mar. Esa misma noche volará a Santa Cruz de la Sierra, donde seguirá su gira hasta el viernes 10.
La etapa papal boliviana ha estado rodeada de especulaciones. Según Beramendi, la presencia del líder católico corría el riesgo de ser “manipulada e instrumentalizada” por el presidente Morales, que “quiere ser considerado un líder espiritual para los pueblos originarios e indígenas” y por eso, no casualmente, llama a Francisco “hermano Papa”. A esto se suma el reclamo del gobierno a Chile por una salida al mar. Por eso los obispos han insistido, casi hasta el cansancio, en aclarar que la visita es estrictamente pastoral.
“Ojalá la visita del Papa sea una oportunidad de reconciliación, pero como dijo el cardenal (Julio) Terrazas (arzobispo emérito de Santa Cruz) en una reciente entrevista, el gobierno no acepta objeciones ni críticas. Pero la misión de la Iglesia es anunciar y denunciar, denunciar las injusticias, el narcotráfico y la corrupción. A este y a cualquier gobierno. Como este gobierno no acepta críticas, tampoco acepta oposición política, siempre hay roces. Una Iglesia que se quiera cuidar de los roces es una Iglesia tibia. Esperamos en una reconciliación, aunque eso no significa que se vayan a acabar los roces”, indicó el clérigo.
Sostuvo que la Iglesia y los cristianos deben ser “capaces de soñar”, de empeñarse en construir una patria mejor y de mayor tolerancia, porque actualmente se están viviendo “momentos de mucha intolerancia a nivel político y a nivel cultural”.
Desde su punto de vista Bolivia está viviendo bajo una “dominación cultural”, porque pese a ser un país multiétnico y pluricultural sólo se promueve una cultura, menospreciando a la Iglesia católica aunque es mayoritaria a nivel de número de fieles.
“Hay un entusiasmo general en la gran mayoría de las personas que están esperando al sucesor de Pedro, a un líder moral y espiritual. Es un latino, que habla el idioma de la gente y sabe calentar la tibieza de quienes tienen fe. Como cuando vino Juan Pablo II sembró justicia y esperanza, Francisco seguramente sembrará reconciliación, tolerancia y fraternidad, esos son valores que el Papa encarna bastante bien”, ponderó.
Una visión un poco más optimista, pero también reconociendo las dificultades, la aportó Erika Farfán, encargada de negocios de la embajada de Bolivia ante la Santa Sede. También en entrevista subrayó la gran expectativa de los bolivianos por la llegada del Papa y refrendó el involucramiento en la organización de la visita de Evo Morales, quien –insistió- “comparte muchos valores” con Francisco.
Abundó que el viaje apostólico se dará en un momento clave y permitirá “un poco más de unidad”, para “volver a recobrar la armonía que se había perdido” y servirá para unir al pueblo y a todos los bolivianos.
“Se puede dejar atrás ese aire de contraste que existía. Más allá de todo el Papa es una persona muy cercana al pueblo, muy cercana a nosotros y más por ser latinoamericanos. No lo vemos lejano, que está allá y no se acerca. Francisco está entre nosotros, en medio del pueblo y eso está demostrando en su viaje a Bolivia, donde visitará la cárcel y se reunirá con los movimientos populares. Todo ello es una muestra de que él quiere estar involucrado”, señaló.
Bergoglio aterrizó en el aeropuerto más alto del mundo. Y frente el presidente Evo Morales propone el rostro de una Iglesia lista para acompañar el “experimento” boliviano.
Bolivia
Por Gianni Valente- Vatican Insider
Es la preocupación apostólica lo que impulsó a Papa Francisco a subir hasta los 4000 y tantos metros de La Paz. Este es el motivo que lo llevó a ignorar con cortesía los más sinceros consejos sobre su salud y sobre tratar con delicadeza los pulmones (tanto el pulmón completo como el otro al que le falta un pedazo) con los que respira. Lo repitió el mismo sucesor de Pedro, que ahora tiene 78 años, en el discurso pronunciado al desembarcar en el Aeropuerto Internacional El Alto, el primero de su etapa boliviana en este viaje latinoamericano. “Como huésped y peregrino”, dijo Papa Francisco, “vengo a confirmar la fe de los creyentes en Cristo resucitado”.
Estaba esperando a Bergoglio el indígena aymara Evo Morales, presidente del Estado plurinacional de Bolivia, artífice de esa “revolución indigenista” que quiso imprimir en el sistema institucional y en el mismo nombre de la nación las características plurales y multiformes del país andino, con su 53% de habitantes que pertenecen a 36 grupos indígenas diferentes, todos ellos indicados en la Constitución. La fiesta de bienvenida reservada al Obispo de Roma se llevó a cabo justamente como una suntuosa celebración de la diversidad boliviana. El mandatario boliviano entregó como regalo al Pontífice la hoja sagrada de coca en una bolsita tradicional que se lleva al cuello, según las usanzas tradicionales.
“Bienvenido, hermano Papa Francisco. Todos los bolivianos y bolivianas hoy estamos muy felices porque has venido a visitarnos a nuestra casa. Y nos traes tu mensaje de fe, esperanza y liberación. Hermano Papa Francisco, te recibimos con los brazos y el corazón: al Papa de los pobres. La lucha a favor de los pobres, al igual que nuestro proceso de cambio que trabaja por los más necesitados. En tiempo de cambio, quien traiciona a un pobre traiciona a Papa Francisco”. Fueron las palabras de bienvenida del presidente Evo Morales, quien aludió al problema del acceso al océano por parte de Bolivia y las contiendas con Chile. También recordó que en la historia la Iglesia había colaborado con la dominación en el continente, pero ahora, indicó Evo Morales, “el pueblo boliviano te recibe con alegría y te da la bienvenida porque vienes a Bolivia para apoyar la liberación”.
En su discurso, Papa Francisco agradeció a Morales por “la cálida acogida”, y después ofreció un homenaje a la identidad plural de una tierra que definió “bendecida en sus gentes, con su variada realidad cultural y étnica, que constituye una gran riqueza y un llamado permanente al respeto mutuo y al diálogo”. Evitando cualquier alusión a las controversias sobre el tiempo, ya lejano, de la Conquista española, Bergoglio se refirió más bien al presente y al futuro que comparten los bolivianos de la actualidad, esos que descienden de los “originarios milenarios” y los que provienen de las personas que llegaron a América a principios de la edad moderna: “cuánta alegría”, dijo el Papa, “nos da saber que el castellano traído a estas tierras hoy convive con 36 idiomas originarios, amalgamándose (como lo hacen en las flores nacionales de kantuta y patujú el rojo y el amarillo) para dar belleza y unidad en lo diverso. En esta tierra y en este pueblo, arraigó con fuerza el anuncio del Evangelio, que a lo largo de los años ha ido iluminando la convivencia, contribuyendo al desarrollo del pueblo y fomentando la cultura”.
En su discurso, el Papa también se refirió a la cuestión del medio ambiente, fatalmente relacionada con el camino presente de un país “de singular belleza”, que ha querido incluir incluso en el preámbulo constitucional un homenaje a la exuberante diversidad de su naturaleza, de sus montañas y sus ríos, recordando también “nuestra Amazonia, nuestro Chaco, nuestro altiplano y nuestros llanos y valles”. En Bolivia, subrayó Papa Francisco, citando la reciente encíclica ecológica «Laudato si’», es más fácil darse cuenta de que “el mundo es algo más que un problema a resolver, es un misterio gozoso que contemplamos con jubilosa alabanza”.
La naturaleza de la tierra boliviana también está enfrentando la prueba de un desarrollo económico tumultuoso y no exento de insidias. Los ritmos de crecimiento ponen en riesgo no solo el medio ambiente, con la tentación que siempre está presente de la explotación desproporcionada de sus recursos naturales, sino también los vínculos de solidaridad que surgen de la fe cristiana mezclada con las culturas milenarias de los Andes y de la Amazonia. En su discurso, Papa Francisco dirigió una mirada llena de simpatía al “experimento social boliviano”, y al intento (lleno de límites y contradicciones) de conjugar la mejoría de las condiciones económicas y la custodia de las tradiciones culturales y espirituales. “Bolivia”, reconoció en su discurso Papa Francisco, “está dando pasos importantes para incluir a amplios sectores en la vida económica, social y política del País; cuenta con una Constitución que reconoce los derechos de los individuos, de las minorías, del medio ambiente, y con unas instituciones sensibles a estas realidades. Todo ello requiere un espíritu de colaboración ciudadana, de diálogo y participación de los individuos y los actores sociales en las cuestiones que interesan a todos”, porque “si el crecimiento es solo material, siempre se corre el riesgo de volver a crear nuevas diferencias, de que la abundancia de unos se construya sobre la escasez de otros. Por eso, además de la transparencia institucional, la cohesión social requiere un esfuerzo en la educación de los ciudadanos”.
Frente a este “laboratorio boliviano” y al esfuerzo nacional para lograr que amplios sectores de la sociedad salgan de la miseria y del analfabetismo, Papa Francisco volvió a proponer el rostro de una Iglesia que acompaña con simpatía los procesos sociales, para ofrecer el propio aporte gratuito a todo lo que contribuya en la humanización de la vida común. Una Iglesia que saca del Evangelio también esa espontánea actitud de colaboración para la “construcción de una sociedad más justa y solidaria”. En su discurso no hubo ninguna alusión directa a las controversias que en el pasado provocaron choques entre Morales y los sectores y representantes del episcopados, que no soportaron sus políticas indigenistas. “En estos días”, dijo el Papa, “me gustaría alentar la vocación de los discípulos de Cristo a comunicar la alegría del Evangelio, a ser sal de la tierra y luz del mundo”.
Por otra parte, en su primer discurso boliviano, Papa Francisco no ofreció ningún punto de apoyo a los que tal vez intentan acallar a la Iglesia local y las consideraciones críticas de matriz eclesial con respecto a las contradicciones y a las patologías de la vida social y política, empezando por la sofocante corrupción: “La voz de los Pastores, que tiene que ser profética, habla a la sociedad en nombre de la Iglesia madre, desde su opción preferencial y evangélica por los últimos, por los descartados, por los excluidos, esa es la opción preferencial de la Iglesia”. Porque “no se puede creer en Dios Padre sin ver un hermano en cada persona, y no se puede seguir a Jesús sin entregar la vida por los que Él murió en la Cruz”. Y se despidió diciendo “Jallala Bolivia”, con esa palabra quechua-aymara, que conjuga los conceptos de esperanza, festejo y bienaventuranza.
No sabía eso
Quienes manejan su agenda adelantaron que el Papa iba a tener tres gestos particulares: uno para cada país a visitar. Ecuador, Bolivia y Paraguay. Es la manera de dejar su sello personal.
Por ejemplo, pidió no ser atendido por mozos durante su estadía en Paraguay. Los organizadores tuvieron que coordinar almuerzos con autoservicio. Este requerimiento sorprendió al mismísimo presidente Horacio Cartes.
Además, Francisco cortó con la costumbre histórica de llevar el papamóvil desde Roma. En cambio, optó porque cada país construya su propio vehículo papal. De esa forma, se deshizo de la cúpula de vidrio blindado y retomó la tradición de los inicios del pontificado de Juan Pablo II, antes del atentado que sufriera el polaco en 1981.
El cambio fue un acto de fe. Para poder estar más cerca de la gente, el Vaticano firmó cartas que exoneraron de toda responsabilidad por algún accidente a los encargados de la seguridad local. Encima, Francisco ha podido comunicarse libremente en su propio idioma, al que ha (y seguramente añadirá) palabras en quechua, aimara y guaraní.
Como en los viejos tiempos de Juan Pablo II, el Papa busca estar más cerca de la gente.
La tarde del domingo 5 de julio, Francisco fue recibido al pie de la escalerilla del avión por el presidente de Ecuador. Con él se fundió en un abrazo. Ambos fueron rodeados por un puñado de niños vestidos en trajes típicos. Fue allí que Francisco realizó lo que algunos ya consideran su primer milagro: cambiar el lugar de la multitudinaria misa en Guayaquil. Gracias a ello, la ceremonia pasó del Santuario de la Divina Misericordia al Parque de los Samanes. Solo así se pudo recibir a los 2.5 millones de fieles. Se dice que el pedido oficial del traslado –oraciones mediante– fue realizado por el propio presidente Rafael Correa.
Luego de citar la palabra de algunos santos, Francisco instó a sus oyentes a “afrontar los desafíos actuales, valorando las diferencias, fomentando el diálogo y la participación sin exclusiones para que los logros en progreso y desarrollo que se están consiguiendo garanticen un futuro mejor para todos”. Además, aplaudió que “el pueblo ecuatoriano se ha puesto de pie con dignidad”. Acto seguido, explicó que Ecuador es el lugar más cercano al Sol y a la Luna, símbolos de Jesucristo y la Iglesia para los cristianos. Luego de escuchar el discurso de Correa, Francisco exhortó a poner “una especial atención a nuestros hermanos frágiles y en las minorías más vulnerables”, quienes representan “la deuda de América Latina”. Fue el primero de sus ya célebres dardos políticos (el segundo fue su alusión al populismo, acaso en velado toque a Correa). “Desde aquí quiero abrazar el Ecuador entero”, finalizó. “Su país es un paraíso”, dijo en guiño a Correa, quien acotó que el Papa es argentino, Dios es brasileño y el paraíso es ecuatoriano.
Por su parte, Correa puso el punto sobre algunas íes. Dijo que “el gran pecado social de nuestra América es la injusticia” y la inequidad social. Luego, lanzó una inmensa pregunta celeste: ¿cómo podemos llamarnos el continente más cristiano si somos el más desigual? Luego, citando la encíclica ecológica, recordó que el Papa habla de la deuda con las naciones pobres.
Cruzando la frontera, la llegada del Papa a Bolivia se prepara desde el mismo avión. Un dossier será colocado en el vuelo que lo trasladará al país del sur. Los asientos de tejido andino recibirán el cuerpo del Sumo Pontífice. El invitado estelar será agasajado con lo mejor de la gastronomía y la cultura boliviana. Mientras tanto, la universidad estatal de Santa Cruz viene preparando un encuentro juvenil. La llave de la ciudad (20 cm de largo y 7.5 cm de ancho) que le entregarán a Francisco tiene cuatro íconos: el Illimani, la imagen de las laderas, el logo de Ciudad Maravilla y el Escudo de La Paz.
Al cierre de edición, el Papa ya calienta los corazones de los fieles bolivianos y paraguayos. Hay un pero en la ruta: no visitará Concepción.
Hasta el momento, el papa Francisco se viene revelando como un gran orador, un fenómeno político y un maestro del carisma.
Deja algunas frases para el recuerdo. “El Bicentenario de la Independencia de América fue un grito de libertad ante los poderosos de turno”. “La evangelización puede ser vehículo de unidad y de ciertas utopías”. “Necesidad de luchar por la inclusión a todos los niveles”. “Los más pobres no pierden su dignidad a pesar de que se la golpean todos los días”. “Nuestra fe siempre es revolucionaria”. Y siguen citas.
Fuente: Revista CARETAS.
Declaraciones del Papa Francisco
“Primero: yo no sabía nada; segundo: yo lo calificaré como arte de protesta que, en algunos casos, puede ser ofensivo.
Tercero: el padre Espinal fue asesinado en el año 80. Era un tiempo en el cual la Teología de la liberación tenía muchas ramas. Una de esas ramas proponía el análisis marxista de la realidad. Padre Espinal pertenecía a esto, eso lo sabía porque en esos años yo era rector en la facultad de teología y se hablaba mucho de esto; cuáles eran las diversas ramas y quienes.
En el mismo año, el general de la Compañía de Jesús mandó una carta a toda la compañía sobre el análisis marxista de la teología. Un poco frenando y diciendo: esto no va, son cosas diversas, no es justo, no van.
Y cuatro años después, en el 84, la Congregación para la Doctrina de la Fe publicó el primer documento pequeñito, una primer declaración sobre la Teología de la Liberación que critica esto; después vino el segundo que abrió las perspectivas más cristianas. Estoy simplificando, ¿no? O sea,hagamos la hermenéutica en aquella época, aquí no.
Espinal era un entusiasta de este análisis de la realidad marxista y también de la teología usando el marxismo. De esto vino esta obra que, también las poesías de Espinal eran de ese género, de protesta.
Pero era su vida, era su pensamiento, era un hombre especial, con tanta genialidad humana y que luchaba, él tenía buena fe. Haciendo una hermenéutica como esta, lo comprendo. Para mí no fue una ofensa, pero tuve que hacer esta hermenéutica y lo digo a ustedes para que no existan interpretaciones“.
¿Dónde quedó la cruz?
“La traigo conmigo. El presidente Morales quiso darme dos condecoraciones, la más importante de Bolivia y la otra es la Orden del padre Espinal, un nuevo orden.
Si yo me los llevo: bueno, primero, jamás recibí una condecoración, no me viene. Él lo hizo con buena voluntad y con el gusto de darme un gusto y pensé que esto viene del pueblo de Bolivia y recé para saber qué hacer con esto.
Si me lo llevo al Vaticano irán a parar al Museo, terminará ahí y ninguno jamás las verá; entonces pensé en dejárselo a la Virgen de Copacabana, la madre de Bolivia, y las dos condecoraciones que he recibido irán al santuario de Copacabana. En cambio el Cristo lo traigo conmigo. Gracias“.
El Papa dejó en Bolivia las condecoraciones con la hoz y el martillo
Francisco depositó a los pies de la Virgen de Copacabana los dos presentes que recibió de manos del presidente Evo Morales en La Paz. Una de ellas llevaba grabado en un medallón el Crucifijo con la hoz y el martillo.
Por Andrea Tornielli- Vatican Insider
Antes de despedirse de Bolivia, el papa dejó a los pies de una estatua de María las dos condecoraciones que recibió el pasado miércoles de las manos del presidente Evo Morales. Una de ellas, una cadena con un gran medallón, lleva grabada la figura de cristo crucificado sobre una hoz y un martillo, imagen que concibió el padre Luis Espinal, el jesuita asesinado en marzo de 1980 en Bolivia.
“Esta mañana -informa una nota del vocero vaticano, el padre Federico Lombardi- Papa Francisco celebró la misa en la capilla de la residencia privada del arzobispo emérito de Santa Cruz de la Sierra. Al final de la celebración eucarística, el Santo Padre entregó a la Virgen de Copacabana, patrona de Bolivia, las dos condecoraciones que le fueron conferidas por el presidente del Estado, Evo Morales, durante la visita de cortesía al Palacio presidencial de La Paz”.
Bergoglio acompañó su gesto con estas palabras: “El Señor Presidente de la Nación en un gesto de calidez ha tenido la delicadeza de ofrecerme dos condecoraciones en nombre del pueblo boliviano. Agradezco el cariño del pueblo boliviano y agradezco esta fineza, esta delicadeza del Señor Presidente y quisiera dejar estas dos condecoraciones a la Patrona de Bolivia, a la Madre de esta noble Nación para que Ella se acuerde siempre de su pueblo y también desde Bolivia, desde su Santuario, donde quisiera que estuvieran, se acuerde del Sucesor de Pedro y de toda la Iglesia, y desde Bolivia la cuide”.
“Madre del Salvador y Madre nuestra -concluyó Bergoglio rezando-, tú, Reina de Bolivia, desde la altura de tu Santuario en Copacabana atiendes a las súplicas y a las necesidades de tus hijos, especialmente de los más pobres y abandonados, y los proteges. Recibe como obsequio del corazón de Bolivia y de mi afecto filial los símbolos del cariño y de la cercanía que –en nombre del Pueblo boliviano– me ha entregado con afecto cordial y generoso el Señor Presidente Evo Morales Ayma, en ocasión de este Viaje Apostólico, que he confiado a tu solicita intercesión”. “Te ruego que estos reconocimientos -concluyó el Papa-, que dejo aquí en Bolivia a tus pies, y que recuerdan la nobleza del vuelo del Condor en los cielos de los Andes y el conmemorado sacrificio del Padre Luis Espinal SJ sean emblemas del amor perenne y de la perseverante gratitud del Pueblo boliviano a tu solicita y fuerte ternura. En este momento pongo en tu corazón mis oraciones por todas las peticiones de tus hijos, que he recibido en estos días, tantas Madre: te suplico que les escuches; concede a ellos tu aliento y tu protección, y manifiesta a toda Bolivia tu ternura de mujer y Madre de Dios”.
Concepción espera la visita del Papa Francisco
Por Justiniano Riveros- www.ultimahora.com
Mucha expectativa reina en Concepción en relación a la posibilidad de que el Papa Francisco visite la ciudad. Consideran que su presencia podría influir en la solución del grave problema de inseguridad que se vive.
La Diócesis de Concepción hará el pedido oficial a la Conferencia Episcopal Paraguaya (CEP) para que Concepción sea incluida en el itinerario de visita del Papa Francisco, según explicó monseñor Pablo Cáceres, vicario de la diócesis.
El prelado indicó que en el año 1988 Concepción fue marginada de la presencia del pontífice por cuestiones políticas, dado que la feligresía católica tenía mucha ilusión de compartir con Juan Pablo II.
Dijo que la Iglesia considera que la presencia del Papa Francisco ayudaría a solucionar los graves problemas de pobreza, injusticia e inseguridad. Este último campante por la presencia de grupos armados en el departamento. “Yo creo que el Papa no se va a inmiscuir en cuestiones internas del país, como por ejemplo dialogar con grupos insurgentes, pero sí consideramos que su presencia puede influir en la solución de estos graves problemas, tal como había ocurrido en el 89”, destacó Cáceres.
El vicario indicó que en los próximos días se debe formalizar la solicitud con acompañamiento de las autoridades, puesto que la presencia del Pontífice implicará apoyo de todos los sectores y en especial del público.
PEDIDO PARTICULAR
Que el mismo Pontífice solicite llegar a Concepción, que tiene sus problemas particulares como su vecino San Pedro.