Extractores ecuatorianos cavaron 144 túneles en selva del Cenepa. En sacos, llevan tierra peruana a su país para extraer oro. Mineros ecuatorianos entran al Perú y se llevan tierra con oro a su país. Zamora, en la frontera ecuatoriana, produce unas 15 toneladas de ese metal al año.
Por Ricardo León- Diario El Comercio
Caprichos de la geografía: el Cenepa, lado peruano de la frontera con Ecuador, ahí donde hace exactamente 20 años se desarrolló un serio conflicto armado, es tan serpenteante y agreste que para trasladarse de un puesto de vigilancia militar a otro uno tiene que viajar a pie y durante varias horas, a veces días. Aquí la distancia no se mide en tiempo, sino en posibilidades de llegar a algún destino.
Desde este territorio circulan de vez en cuando noticias, malas casi todas. A fines de noviembre del 2014, por ejemplo, el subteniente del Ejército Hugo Cabrera Tantaleán, destacado en el puesto de vigilancia N° 3, asesinó con disparos de fusil a tres integrantes indígenas de su tropa: Alexander Bardales (18), Rober Kunchikui (19) y Luis Tsejem (18). Los tres le exigían más comida, así que fueron a cazar. Cabrera los buscó, discutió con ellos y los mató. La noticia llegó a Lima varios días después. Es la misma ecuación: la distancia, el tiempo, las posibilidades.
En el lado ecuatoriano de esta frontera, en cambio, la situación es otra. El pueblo más pegado a la línea divisoria, La Herradura, cuenta con una pista de tierra que comunica con la localidad de Chinapintza, luego con Paquisha y finalmente con la ciudad de Zamora. En todo este recorrido hay luz, teléfono, Internet, caminos. No solo son caprichos geográficos: son ventajas.
SOBERANÍA BURLADA
En Zamora hay un monumento al minero artesanal. Es un territorio eminentemente minero donde hay artesanales, también informales e ilegales: en un censo elaborado en Ecuador en el 2010 se calculó que en Zamora hay 100 puntos de minería ilegal. Pero también los hay en nuestro país, por lo que algunos prefieren cruzar esa frontera, ingresar al territorio desprotegido del Perú y extraer material. Hay oro, mucho.
Decenas de estos ingresos ilegales han sido denunciados a las autoridades peruanas. Desde el 2003, diversas instituciones –la Dirección de Energía y Minas de Amazonas, el Ministerio de Defensa, la cancillería y el Gobierno Ecuatoriano– han sido notificadas, aunque no ha habido reacción. En enero de 1995, las escaramuzas entre el Perú y Ecuador comenzaron cuando militares ingresaron con armas a suelo peruano. Ahora son decenas de mineros los que rompen esa soberanía, de noche y con un pico al hombro. La amenaza cambió de giro.
En junio del 2014, las incursiones de mineros ecuatorianos a suelo peruano alcanzaron un punto crítico. Un operario de la empresa minera Afrodita, que trabaja en el lado peruano, muy cerca de la frontera (es la única entidad no militar en la zona), halló en un túnel una motobomba utilizada por los ‘cuñeros’ –así les dicen a los ilegales– para succionar agua y extraer material. Los mineros se negaron y amenazaron al operario.
Días después, el jefe del campamento de Afrodita, cuyo nombre es mejor no divulgar, encontró él mismo un túnel, a 15 minutos a pie desde el campamento. Dentro vio un generador eléctrico para activar una motobomba; había un solo ‘cuñero’, así que el operario cargó el generador hasta las oficinas. Sin embargo, apenas comenzó a escribir el acta de incautación, fue interrumpido por 12 mineros foráneos que le exigieron, bajo amenazas, que les devolviera el motor. Él les sugirió firmar un acta de compromiso, pero los ‘cuñeros’ querían su motor. El encargado del campamento llamó a los militares del puesto de vigilancia, pero el subteniente a cargo respondió que no iría “por encontrarse enfermo”.
Nadie acudió. Los ecuatorianos se llevaron el motor, su botín. Y anunciaron que regresarían por más oro.
BALAS PERDIDAS
¿Puede un extranjero cruzar ilegalmente la frontera con tanta impunidad? Una vez en el Perú, ¿puede amenazar y amedrentar a un ciudadano peruano? ¿No debieron los militares del puesto más cercano acudir de inmediato y elevar una nota al alto mando de las Fuerzas Armadas, y este a la cancillería? Un joven militar de 21 años, encargado de uno de los puestos de observación fronterizo (tampoco diremos su nombre porque no estaba autorizado a declarar), explicó a El Comercio: “No es mucho lo que podemos hacer. Si los detuviéramos, tendríamos que llamar a un fiscal, pero el fiscal más cercano está a tres días de camino. Patrullamos de noche armados, pero igual ingresan. Lo máximo que hacemos es disparar al aire para ahuyentarlos”.
Y en Bolivia
La mano dura contra la minería ilegal de oro en Perú ha creado nuevas rutas de contrabando por su porosa frontera con Bolivia, con algunas bandas usando “mulas humanas”, carros blindados y avionetas para evadir su captura.
El oro es transportado a través de la selva, bosques y el lago Titicaca que comparten Perú y Bolivia, y es vendido a comercializadores del metal precioso para exportarlo desde la capital boliviana, La Paz, dijeron autoridades peruanas.
Bolivia, un productor de oro relativamente pequeño que no ha desarrollado nuevas grandes minas en el 2014, exportó oficialmente 24 toneladas de oro entre enero y agosto, según datos de la agencia de estadísticas de Bolivia.
Eso es seis veces más el volumen de oro producido en los primeros siete meses del año y más de tres veces del volumen total exportado en todo el 2013, lo que ilustra cómo el oro peruano está siendo desviado.
Casi todo el oro exportado de Bolivia fue enviado a Estados Unidos, según datos del Gobierno.
El Gobierno del presidente peruano, Ollanta Humala, lanzó a fines del año pasado medidas drásticas para controlar la bonanza de la minería ilegal de oro de la última década, cuya actividad ha destruído miles de hectáreas de bosques amazónicos y ha contaminado sus ríos con mercurio.
Pero la proliferación de las rutas de contrabando en Bolivia muestran cuán difícil es erradicar la minería ilegal si no hay una mejor coordinación entre ambos países.
“Ellos se mueven mucho más rápido que nosotros”, dijo el intendente de control aduanero peruano Gustavo Romero, quien está investigando el comercio ilegal de oro.
“Cerramos una puerta y ellos ya han abierto otra”, agregó.
Funcionarios de la aduana y autoridades del sector minero de Bolivia declinaron hacer comentarios.
Mineros de oro legal en Perú reportaron 178 toneladas de oro para exportación el año pasado al Gobierno. La aduana peruana sin embargo, registró exportaciones por 290 toneladas.
Una fuente del ministerio dijo que la diferencia de 112 toneladas, con un valor de unos US$ 3,000 millones, fue mayormente atribuída a la extracción de oro por mineros ilegales que se filtraba a la cadena de exportaciones de Perú.
“Lo que no podíamos permitir era que bajo nuestras narices, por nuestra principal puerta, salía todo ese flujo de oro ilegal”, dijo Romero.
“Pero con Bolivia tenemos 1,000 kilómetros de frontera, y todos esos kilómetros son totalmente transitables”, agregó.
Al ser consultado acerca de si el oro peruano está siendo contrabandeado a Bolivia para su exportación a Estados Unidos, el Departamento de Seguridad Interna estadounidense dijo que Washington y Lima estaban discutiendo compartir datos comerciales para investigar lavado de activos.
Mulas y carros blindados
Un traficante de oro que contrabandea el mineral por Bolivia afirmó que si bien los mineros ilegales han sido golpeados en la región amazónica de Madre de Dios, en el sureste de Perú, la producción mensual de minas ilegales peruanas sólo se habría reducido a entre 4 y 5 toneladas desde las 8 toneladas antes de las medidas.
“Nos hemos llevado el oro por motocicleta, por mula, por carros blindados y nunca por el mismo camino”, dijo el traficante. Una vez que el oro cruza a Bolivia, es dejado en casas seguras antes de ser enviado a los compradores.
El contrabando de oro a Bolivia implica un cambio de lo que sucedía antes, cuando el mineral boliviano se transportaba a Perú para evitar impuestos, dijo Hector Córdova, un ex ministro de minería del presidente boliviano Evo Morales.
Las interdicciones en la minería ilegal son el esfuerzo más reciente de Perú para intentar controlar una fiebre del oro en la selva amazónica, a donde migran trabajadores, a menudo de empobrecidas zonas andinas, que se sumergen en los ríos en busca de pepitas de oro.
Perú ha introducido nuevos requisitos para empresas exportadoras del mineral y ha restringido el combustible y mercurio usado en zonas de minería ilegal. Además, ha enviado tropas para destruir maquinarias en minas no autorizadas.
En junio, el entonces responsable contra la minería ilegal, Daniel Urresti, declaró que la mayoría de la minería en Madre de Dios se había erradicado. Poco tiempo después, el general del Ejército retirado fue promovido como ministro del Interior.
Sin embargo, Urresti dijo recientemente que tenía conocimiento de la proliferación de bandas de traficantes en Puno, en la frontera con Bolivia. El ministro afirmó que grandes números de personas cruzaban la frontera cargando pequeñas cantidades de oro, en un contrabando “tipo hormiga”.
Fuente: Agencia Reuters y Diario Gestión.
Oro peruano en Ecuador
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