Promesas ciertas de impago
Por César Tinoco
Cuando se fueron los rusos el año pasado, despacharon el asunto como un “problema entre rusos”. Recientemente se fueron los iraníes y se hicieron los locos. Faltan los indios (India) que aún no aparecen en escena y quedan los chinos. Estos últimos resisten heroicamente.
El pasado 13 de mayo la prensa nacional reportó las declaraciones del ministro Rafael Ramírez sobre otro acuerdo con una empresa china, para producir 1’000,000 de barriles de petróleo diarios. Se trata de la Corporación Nacional de Petróleo China (CNPC), la misma que le está prestando dinero a Venezuela en la cantidad de 1,200 millones de dólares.
Recordarán los lectores que hace 8 meses, en septiembre/2013, el ministro Ramírez también anunció un acuerdo con la petrolera china Sinopec para la inversión de 14,000 millones de dólares en el bloque Junín 1 de la Faja del Orinoco para la producción de 200,000 barriles diarios. Bajo la hipótesis de que nunca dispondremos de mejor y mayor información, podemos utilizar la linealidad. Así, si para producir 200,000 barriles diarios allá en la Faja del Orinoco es necesario invertir 14,000 millones de dólares, entonces para producir 5 veces más petróleo en el mismo sitio, es decir 1’000,000 de barriles, se necesitarían 70,000 millones de dólares.
En otras palabras, la empresa que planifica invertir 70,000 millones de dólares en un proyecto en la Faja del Orinoco, nos está prestando apenas el 1.71% de esa cantidad, es decir, 1,200 millones de dólares, los cuales y según el ministro Ramírez, pagaremos con lo único que nos queda: con barriles de petróleo.
Ahora bien, a menos que los chinos sean tontos, la única forma de que inviertan 70,000 millones de dólares en un país que se encuentra bajo un golpe de Estado de duración indefinida y que tiene evidentes problemas de pago, es que los flujos de efectivo de tamaña inversión, tengan el destino final asignado en oportunidad y monto: los bolsillos de los accionistas chinos y los bolsillos de los prestamistas si es que los hay.
Por un lado Pdvsa quiere administrar en su totalidad los flujos de efectivo derivados de los proyectos con los chinos y por el otro lado los chinos conocen que tal situación constituye su mayor riesgo, dada la necesidad de liquidez en dólares de Pdvsa. De hecho, a los chinos solo les bastaría mirar los estados financieros de Pdvsa, auditados por Rodríguez Velásquez y Asociados (KPMG), para darse cuenta que su efectivo operacional proviene fundamentalmente del hecho de no pagarle a sus proveedores y al mismo Estado. De allí el hecho de que tales proyectos siempre están en la situación de “por firmar” y nunca se materializan. De allí también el hecho de que los préstamos a Pdvsa sean de relativa baja magnitud.
Dado que los cubanos solo pagan con curanderos y medicamentos de dudosa reputación y los chinos no se dejan, la situación arroja una interesante señalización en torno a la necesidad del gobierno de bolívares, misma justificada con frases vistosas pero vacías tales como “financiar proyectos de inversión incluyendo la relacionada con el desarrollo social e integral del país”. Tal es el caso del nuevo intento de apropiación de más de 88,000 millones de bolívares depositados, hasta el mes de marzo/2014, en fideicomisos de prestaciones sociales e inversiones de fondos y cajas de ahorro y la extracción “privada” dirigida a la banca pública mediante bonos con vencimiento en 2024 por la cantidad de 5,000 millones de dólares anunciada por Pdvsa hace poquitos días, el 14/mayo.
Así en una asombrosa “ingeniería financiera” sin igual y sin precedentes, cuyo objetivo final es permanecer en el poder a como dé lugar, los encargos de confianza y los depósitos del público en la banca de capital del estado, son permutados por promesas ciertas de impago.
Fuente: Diario El Universal.
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