Comunicore 2: Castro y Gómez

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RELIMA

Relima exige deuda a Emmsa
En el mercado de Santa Anita los negocios funcionan a pesar de servicios que podrían ser irregulares.
Por Gustavo Kanashiro Fonken- Diario El Comercio
Hay una deuda millonaria de por medio pero todavía no hay quién asuma la responsabilidad. Que Relima quiera cobrar una cuenta pendiente de S/3,7 millones a la Empresa Municipal de Mercados (Emmsa) por no haber pagado el servicio de limpieza del mercado mayorista de Santa Anita es grave, pero más preocupante es que ni la empresa ni la Municipalidad de Lima hayan hecho algo en cuatro meses a pesar de estar al tanto de la deuda.
Desde mediados de enero, la gestión de Susana Villarán estuvo al tanto de que Relima estaba cobrando el servicio de limpieza en el nuevo mercado desde el 18 de setiembre, según el entonces presidente del directorio de la Emmsa, Ricardo Giesecke. Sin embargo, poco se hizo al respecto, hasta que la deuda se elevó a un total de S/3,7 millones.
“Relima hizo llegar a la administración de Emmsa facturas, órdenes de servicio, y demás, pero no eran cosas que había mandado a hacer la empresa (…) Todo se remitió entre la primera y segunda semana de enero a la Municipalidad de Lima. Yo he visto el cargo de recepción”, dijo al ser contactado por elcomercio.pe.
Giesecke señaló que la Municipalidad fue la que le informó a Emmsa que Relima se encargaría del servicio de limpieza y, por eso, le remitió estos documentos al gerente municipal, José Miguel Castro, a la espera de que la comuna se haga cargo.
“La municipalidad es la dueña de todo lo que hay en el mercado. Nos mandó también el servicio de Serenazgo, de Policía. ¿Quién rinde cuentas de esos contratos? No tengo idea”, dijo Giesecke.
PROCESO IRREGULAR
Las cuentas de los servicios que recibe Emmsa, en teoría, debería rendirlas la misma Emmsa. Sin embargo, la irregularidad pasó desapercibida por casi cuatro meses sin que dos gestiones hagan algo hasta abril, cuando recién se regularizó el contrato entre ambas partes.
El problema es que, para Relima, los casi siete meses previos de servicio deberían costarle varios millones al tesoro público. Específicamente S/3’721.463 en total, monto que supera largamente los S/.1,5 millones que originalmente deberían pagarse según la licitación pública de Emmsa.
“A partir de abril detectamos esta irregularidad. Por acuerdo con el directorio se dio una exoneración para formalizar esa relación con Relima y tenemos un contrato vigente hasta que hagamos una licitación general”, dijo el actual gerente general de Emmsa, Rafael Gómez, a elcomercio.pe. Ese contrato implica un cobro de S/.157 por tonelada de recolección.
Actualmente, Emmsa y Relima están en un proceso de negociación para evitar que estas “irregularidades” sean tan caras para Lima. De por medio está el Cuerpo Nacional de Tasaciones, que ha establecido una suma que todavía mantienen en secreto ambas partes.
¿Y LOS RESPONSABLES?
“La responsabilidad la va a señalar el informe de la comisión que yo formé. Hemos establecido que se inicie el proceso administrativo contra los funcionarios, pero todavía son presuntos responsables”, detalló Gómez.
El informe, cuya aprobación todavía está pendiente, pediría sanciones administrativas contra el gerente general, el gerente de administración, el gerente de operaciones y el jefe de logística, todos responsables de no haber formalizado el contrato desde Emmsa con Relima o con alguna otra empresa de limpieza.
¿Cuándo se sabrá lo que costará esta irregularidad y quiénes fueron los culpables? Muy pronto, promete Gómez. Mientras tanto, cabe solo especular si es que han ocurrido negligencias similares en otros servicios y si los limeños terminarán pagando por las mismas.
El pontificado de la moralina caviar
Por Martín Santiváñez- Diario Correo
Dos mitos han sido destruidos desde que la izquierda decidió apoyar a Ollanta Humala y legitimar los potoaudios durante la campaña a la alcaldía de Lima. El primer mito es el de la tecnocracia caviar. Los cuadros de izquierda que asumieron el poder y se treparon al carro de Humala han demostrado una incapacidad profunda para la gestión. Qali Warma es el emblema de la inoperancia a nivel estatal. En teoría, los programas sociales, en manos de la izquierda tecnocrática, iban a convertirse en el gran legado humalista, a imagen y semejanza del lulismo. Pero el fracaso de Trivelli y con ella, de la crema y nata de la tecnocracia caviar, demuestra que el paso de intelectual a gestor no ha sido consumado. En la izquierda peruana sobran pensadores y faltan gerentes. Esto es preocupante y muy malo para el Perú.
La cosa se profundiza a nivel municipal. A nadie se le olvida que Susana Villarán sostuvo durante la campaña que un grupo de tecnócratas del “más alto nivel” la respaldaban, hasta el punto de garantizar a sus votantes una gestión de primer nivel (“no la voy a cagar”, llegó a prometer cuando era candidata). Sin embargo, la realidad ha demostrado que la izquierda también es inoperante a nivel municipal. Si en el Estado repartieron arena y coliformes, en la Municipalidad destruyeron puentes y generaron anarquía. Por eso, los que piden la salida de Castilla carecen de obras para respaldar sus argumentos. No tienen nada que mostrar.
Destruido el primer mito, el de la tecnocracia caviar, el segundo, el de las manos limpias, va cayendo por su propio peso. Sabemos que el marxismo es un sucedáneo, una triste copia, la margarina de la religión. Pero allí donde la religión reconoce la fragilidad de la naturaleza humana, los pontífices caviares, falsos profetas sin obras, son incapaces de admitir la debilidad de su pensamiento y, por tanto, la inconsecuencia de sus acciones. Se niegan a sí mismos al traicionar el juramento de San Marcos, y a esta bajeza la llaman “estrategia”. Habría que recordarle a la reserva moral del país que las personas decentes no rompen sus juramentos. Pero esta es una empresa imposible. Capturados por una soberbia maniquea, proclamando la infalibilidad de su activismo, nuestros pequeños heresiarcas disfrazan la venganza de “lucha contra la corrupción”, mientras buscan desestabilizar al gobierno. No soportan que Humala sobreviva sin ellos.
Con el escándalo de RELIMA y la agresión a los regidores del PPC el pontificado de la moralina caviar acaba de sufrir otro golpe en su línea de flotación. Que no son tecnócratas ya es bastante obvio. Pero que permanezcan callados ante la incapacidad y el abuso denota su auténtica catadura moral.

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