Clodovis y Leonardo Boff, hermanos separados

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Clodovis Boff

La teología de la liberación que una vez los unía, ahora los divide. El primero la critica a fondo, mientras el segundo continúa defendiéndola y se siente traicionado.
Por Sandro Magister
El primer golpe es de hace algunos meses. Y es un artículo publicado en una revista de Brasil por una celebridad de la teología latinoamericana: Clodovis Boff.
Pero es el segundo golpe que ha retumbado. Y es la áspera réplica al artículo de Clodovis Boff escrita por su hermano, aún más célebre que él: Leonardo.
Los caminos de los dos hermanos se separaron y se enfrentaron precisamente en lo que antes los unía: la teología de la liberación.
Con su ensayo publicado en el otoño pasado en la “Revista Eclesiástica Brasileña” (curada por los franciscanos de Brasil y dirigida de 1972 a 1986 precisamente por su hermano Leonardo), Clodovis Boff ha roto con esta corriente teológica, o mejor dicho, con “el error de principio” sobre el que a su juicio se funda.
Leonardo Boff, en cambio, en su réplica difundida a fines de mayo, se mantiene muy firme en el mismo principio: “Desde el momento que Dios se ha hecho hombre-pobre, el hombre-pobre se convierte en la medida de todas las cosas”.
Leonardo Boff se autodefine hoy “theologus peregrinus”, sin hogar fijo. Ha sido retirado de la enseñanza en las facultades de teología católicas por una sentencia de 1985 de la congregación para la doctrina de la fe, causada principalmente por su libro “Iglesia: carisma y poder. Ensayo de eclesiología militante”. Dejó el hábito franciscano y se casó. Vive en Petrópolis, en el estado de Río de Janeiro.
Clodovis Boff pertenece en cambio a los Siervos de María. Vive en Curitiba, en el estado de Paraná, y enseña en la Pontificia Universidad Católica de la ciudad. No ha sido nunca procesado por la congregación para la doctrina de la fe, pero en los años ochenta perdió la cátedra en la Pontificia Universidad Católica de Río de Janeiro y le se le impidió enseñar en el “Marianum”, la facultad teológica de su orden, en Roma.
El hermano Leonardo lo recuerda así, en los años en los que era un ferviente partidario de la teología de la liberación: “pasaba la mitad del año entre las comunidades de base, ofreciendo cursos populares, bajando y subiendo los ríos para visitar los pueblos de la selva, y dedicaba la otra mitad del año a la enseñanza y a la producción teórica en la universidad de Río”.
En cambio hoy, siempre a juicio de Leonardo, Clodovis se ha pasado en alma y cuerpo a sostener “con optimismo ingenuo y entusiasmo juvenil” la línea dictada por los obispos latinoamericanos en la conferencia continental que tuvieron en Aparecida, Brasil, en mayo del 2007, e inaugurada por Benedicto XVI en persona.
Curiosamente, precisamente el que sustituyó a Clodovis Boff en la cátedra de teología en Río, el italiano Filippo Santoro, hoy obispo de Petrópolis y perteneciente a Comunión y Liberación, es el mismo que más ha inspirado y seguido su “conversión”, que ha durado algunos años y que finalmente ha desembocado en el ensayo publicado en la “Revista Eclesiástica Brasileira”.
Al aparecer, este ensayo de Clodovis Boff tuvo un fuerte eco solamente en Brasil. Pero cuando, el pasado mayo, el hermano Leonardo difundió su réplica, la disputa retumbó en todo el mundo.
En Roma, el diario de la conferencia episcopal italiana “Avvenire” ha dado la noticia del enfrentamiento entre los dos celebres hermanos en una breve nota, a fines de junio. Pero sobre todo ha sido la agencia progresista “Adista” la que ha dado relevancia a la cosa, en varios servicios.
En otras dos páginas de www.chiesa se encuentra reproducido por completo, en la lengua original portugués, tanto el ensayo de Clodovis Boff como la réplica del hermano Leonardo.
A continuación un breve resumen de los dos textos:
1. Teologia da Libertação e volta ao fundamento
Por Dr. Clodovis Boff OSM
En la primera parte del ensayo, Clodovis Boff critica el fundamento sobre el que se basa la teología de la liberación, no la teórica, sino la “realmente existente”.
A su juicio, el error “fatal” en el que ella incurre consiste en colocar al pobre como “primer principio operativo de la teología”, sustituyéndolo a Dios y a Jesucristo.
Y explica: “Desde este error de principio sólo pueden derivarse efectos funestos. […] Cuando el pobre adquiere el estado de ‘primum’ epistemológico, ¿qué ocurre con la fe y su doctrina a nivel de teología y de pastoral? […] El resultado inevitable es la politización de la fe, su reducción a instrumento para la liberación social”.
Las consecuencias son graves también para la vida de la Iglesia: “La ‘pastoral de la liberación’ se vuelve un brazo entre tantos del ‘movimiento popular’. La Iglesia se hace semejante a una ONG y así se vacía también físicamente: pierde empleados, militantes y fieles. Los ‘de afuera’ experimentan poca atracción por una ‘Iglesia de la liberación’, ya que, para la militancia, disponen ya de las ONGs, mientras que para la experiencia religiosa tienen necesidad de mucho más que una simple liberación social. Además, por el hecho de no percibir la extensión y la relevancia social de la actual inquietud espiritual, la teología de la liberación se muestra culturalmente miope e históricamente anacrónica, o sea alienada por su tiempo.
En la segunda parte de su ensayo, el autor muestra cómo la teología de la liberación puede “salvarse” con sus frutos positivos sólo regresando a su fundamento original. Que encuentra en el documento final de la conferencia de Aparecida.
Ese documento – escribe – es la “límpida demostración” de cómo es posible conjugar correctamente la fe a la acción liberadora. A diferencia de la teología de la liberación, que “parte del pobre y encuentra a Cristo”, Aparecida “parte de Cristo y encuentra al pobre”, teniendo bien claro que “el principio-Cristo incluye siempre al pobre sin que el principio-pobre incluya necesariamente a Cristo. […] La fuente original de la teología no es otra que la fe en Cristo”.
2. Pelos pobres, contra a estreiteza do método
Por Leonardo Boff
En su réplica, Leonardo Boff rechaza la tesis sostenida por su hermano Clodovis como “equivocada, teológicamente errónea y pastoralmente dañosa”. Ella, en efecto, escribe “corre el riesgo de condenar a la Iglesia y a la teología a la irrelevancia histórica y a la esterilidad pastoral”.
A juicio del hermano, a la tesis de Clodovis se debe dar la vuelta: “No es verdad que la teología de la liberación sustituya a Dios y a Cristo con el pobre. […] Ha sido Cristo que ha querido identificarse con los pobres. El lugar del pobre es un lugar privilegiado de encuentro con el Señor. Quien encuentra al pobre encuentra infaliblemente a Cristo, además bajo la forma de crucificado, que pide ser depuesto de la cruz y resucitado”.
Y en cuanto a las consecuencias del ataque que Clodovis hace a la teología de la liberación, Leonardo Boff escribe: “Mi sospecha es que las críticas hechas por Clodovis den a las autoridades eclesiásticas locales y romanas las armas para condenarla nuevamente y, quién sabe, prohibirla definitivamente del espacio eclesial. Ya que las críticas devastadoras provienen de dentro, de uno de sus más conocidos expositores, ellas pueden prestarse a este juego infeliz. […] Su posición es música para los oídos de cuantos, distantes del mundo del sufrimiento de los pobres, tienen aversión por esta teología. Refuerza el intento de aquellos que en la sociedad y en sectores del Vaticano la quieren muerta o impiden que sea estudiada o prohíben que sea una referencia para la práctica pastoral con los pobres y los marginados”.
Leonardo Boff concede que la intención del hermano no es la de refutar en bloque la teología de la liberación sino la de “volverla a colocar en sus fundamentos originales, ya que así podrá ser salvada”.
Pero agrega: “Es una intención que para mí equivale a decir: Hermano mío, yo te apuñalo en el corazón, pero quédate tranquilo, es para tu salvación”.
Fuente: http://chiesa.espresso.repubblica.it/

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