Asamblea en la Pontificia Universidad Católica

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Gran Canciller PUCP

La Congregación para la Educación Católica de la Santa Sede se pronunció sobre los estatutos presentados por la Pontificia Universidad Católica del Perú. La última vez que la PUCP renovó sus estatutos con el Vaticano fue en 1967.
El documento, que ya se encuentra en manos de las autoridades de la casa de estudios, determina en primer lugar que la Pontificia Universidad Católica del Perú debe regirse por la constitución Ex Corde Ecclesiae, dada por el papa Juan Pablo II en 1990, acerca del funcionamiento de las universidades católicas; y por las leyes peruanas.
Según el documento remitido desde Roma sobre sus estatutos, la PUCP, en cuanto católica, inspira y realiza su investigación, la enseñanza y todas las demás actividades según los ideales, principios y actitudes católicos.
Establece además que el episcopado peruano tiene derecho a participar en la vida de la universidad a través del Gran Canciller (que en este caso es el Arzobispo de Lima).
Las correcciones a los estatutos establecen que son atribuciones del gran canciller proponer a la Congregación para la Educación Católica el nombre del Rector, el que será nombrado por el gran canciller a partir de los tres candidatos elegidos por la asamblea universitaria.
En este contexto, el Arzobispo de Lima en su calidad de gran canciller de la PUCP recibe la profesión de fe del Rector cuando comienza a ejercer su cargo.
En cuanto a los profesores, al momento de su nombramiento estos deben ser informados de la identidad católica de la institución y de la responsabilidad de promover, o al menos respetar tal identidad.
Según la constitución Ex Corde Ecclesiae –citada en la corrección de los estatutos–, “los profesores de las universidades católicas deben respetar la doctrina y la moral católica en su investigación y enseñanza”.
Estas modificaciones, tal como lo determina la Congregación para la Educación Católica, deben introducirse en los estatutos “necesaria e ineludiblemente”.
Desde su fundación en 1917 como consta en la Carta Orgánica: “Se funda una institución docente bajo la denominación de Universidad Católica. Su objeto es la enseñanza superior de las ciencias y las letras siguiendo el criterio católico”. En el año de su fundación la Universidad obtuvo el carácter de “persona moral pública de Derecho Eclesiástico”.
Derecho Canónico
A través de su programa radial “Diálogo de Fe” en RPP, el Cardenal Juan Luis Cipriani manifestó que este problema no es entre él y el rector de la PUCP, y tampoco tiene que ver con “unos millones”. “Yo diría una frase un poco dura: ‘El ladrón cree que todos son de su condición’. Yo no creo que estamos hablando aquí de millones, estamos hablando de acatar una transparencia que toda entidad tiene”, explicó.
“El que está casado ¿no está limitado por su mujer? El que maneja un carro ¿no está limitado por el semáforo que tiene que respetar? Toda persona acepta unas normas donde trabaja. La universidad tiene unos estatutos, entonces porque le va parecer una limitación que la Sagrada Congregación de Roma, no el cardenal Cipriani, les haya dicho que se pongan en la línea de lo que la Iglesia les pide”, indicó .
Cipriani le pidió a Rubio hablar con claridad ante el alumnado de la PUCP y la opinión pública. “Es imposible que yo quite y ponga profesores, porque ahí están los estatutos, que el rector dé a conocer los estatutos a la gente y que señale en qué artículo está que yo pongo y saco profesores”, agregó.
También negó que el Opus Dei vaya a tomar posesión de la Universidad Católica. “El Opus Dei no tiene nada que ver, es como decir que el Alianza Lima va agarrarse la universidad, no tienen nada que ver dos instituciones diferentes como la PUCP y una institución aprobada por el Papa como el Opus Dei, es mezclar camotes con chicharrones por gusto”, dijo.
En otro momento, emplazó a Marcial Rubio a decirle a sus alumnos que fueron al Tribunal Constitucional antes de buscar la concertación y dejó entrever que, ahora, que perdieron a nivel judicial las autoridades de la PUCP estarían buscando usar el poder político: “porque el actual ministro de Justicia (Francisco Eguiguren) proviene de sus canteras. ¿Qué pretenden? ¿Utilizar el poder político para cambiar un fallo judicial? ¿Quieren dejar de ser católica y pontificia? Que lo dejen con sus consecuencias“, acotó.
La PUCP “ha cerrado sus pensamientos a un único pensamiento, en donde el pensamiento de la Iglesia Católica y el Papa, no tiene espacio”. El Cardenal se mostró a favor de sentarse en una mesa de diálogo con el Rector de la PUCP: “es obligatorio que por respeto a la verdad dialoguemos, no con mentiras, sino sentados racionalmente, nadie quiere robarse la universidad, nadie quiere atropellar a la universidad, formamos todos partes de una institución, que es la Iglesia Católica, donde hay jerarquías y normas como en todos los lugares”. “Ya es hora de acabar con tanto juicio y sentarnos como personas racionales a dialogar, y si no podemos, pongamos las personas que sí lo pueden hacer”, concluyó.
Sobre el tema, el Obispo del Callao, monseñor Miguel Irízar, señaló que el conflicto preocupa “muchísimo”, pero la PUCP tiene que ponerse “a tono para cumplir con los requerimientos de la Santa Sede”. “Lógicamente ponerse a tono significa que tiene que cumplir lo que determina la Iglesia”, precisó. “Pienso que el doctor (Marcial) Rubio (rector de la PUCP) también tiene que considerar lo que Roma le está pidiendo”, dijo.
Por su parte, el expresidente de la Conferencia Episcopal Peruana (CEP), monseñor Luis Bambarén, manifestó que las normas de la Santa Sede son “para todas las universidades católicas del mundo”. “Por supuesto que estoy de acuerdo”, dijo.
Bambarén remarcó que según las normas eclesiásticas, la Asamblea Universitaria elige (una terna), pero el Gran Canciller nombra al rector. “Roma nombra”, sintetizó.
El sacerdote Luis Gaspar, juez del Tribunal Eclesiástico de la Arquidiócesis de Lima, explicó que “la Iglesia siempre ha respetado la autonomía de la Universidad. La Santa Sede quiere garantizar que no haya fraude y que se respete la identidad cristiana, por eso se llama Católica y Pontificia”.
El documento de la Congregación para la Educación Católica de la Santa Sede plantea observaciones a los estatutos de la PUCP, a fin que se adecuen a los lineamientos establecidos por el entonces Papa Juan Pablo II.
Al preguntársele si considera que la PUCP no cumple con los preceptos de la Iglesia Católica, el padre Gaspar manifestó que los actuales estatutos de la universidad no han sido aprobados por Roma “por lo tanto hay que someterlos a su aprobación”.
En caso las autoridades de dicha casa de estudios no modifiquen su Estatuto, según ordena el Vaticano la PUCP dejaría de llamarse Católica y Pontificia, y regirse solo en base a las leyes peruanas y privadas.
“Dudo que se llegue a ese extremo, pero en caso sucediera, la PUCP dejaría de llamarse Católica y Pontificia, dado que estos dos nombres pertenecen a las autoridades de la Iglesia, y (la universidad) tendría que regirse por leyes civiles peruanas y desde el ámbito privado, sin vinculación con la Iglesia”, anotó.
Aclaró que los bienes de la PUCP son de propiedad de la Iglesia por estar erigida bajo las leyes canónicas: “Sus bienes son eclesiásticos desde el momento en que se erige la PUCP (1917), están bajo las leyes canónicas, porque es bajo la aprobación del Arzobispo de entonces que se le da el nombre de Católica”.
Mostró, en ese sentido, un documento del 17 de marzo de 1965 firmado por el entonces Rector de la PUCP, RP Felipe Mac Gregor SJ, en el que reconoce los bienes de la Pontificia Universidad Católica como “eclesiásticos”.
Es más, explicó que el Estatuto de 1917 -en su penúltimo artículo- sostiene que en caso de ser disuelta la universidad sus bienes pasan a la Iglesia Católica para ser destinados a fines educativos.
Recordó que “en la historia de la universidad, el cardenal (Juan) Landázuri, que es el antecesor de Augusto Vargas Alzamora, se retiró de la PUCP porque sintió que su investidura no fue respetada, cuando un profesor cometió una inmoralidad con su secretaria, no acorde a una universidad católica y no se le sancionó”. En el Perú existen otras ocho universidades católicas y todas ellas se rigen por las indicaciones del Vaticano.
“Yo considero en caso hipotético de que la Asamblea Universitaria no acepte las indicaciones del Vaticano debería intervenir el Tribunal de la Rota Romana y luego la Signatura Apostólica, que es la última instancia de justicia en la Iglesia Católica, que verían la forma para desvincularse de la PUCP, a la cual se le quitaría el nombre de Católica y Pontificia”.
Por su parte, Ricardo Vásquez Kunze sostuvo que si la universidad es “Pontificia” y es “Católica”, lo que corresponde es que adecúe sus estatutos a lo que establece la Constitución Apostólica Ex Corde Eclesiae.
Consideró que a la PUCP “le salió el tiro por la culata” al no esperar el proceso en el Poder Judicial y llevar el caso directo al Tribunal Constitucional.
El jurista Fernán Altuve explicó que la Constitución ‘Ex Corde Ecclesiae’ es una norma del derecho canónico que fue otorgada en 1991 por el Papa Juan Pablo II para que fuera inspiración de los estatutos de todas las universidades católicas en el mundo. “Por esa razón es que las universidades que se llaman católicas y que hacen uso de ese nombre tienen que adecuar sus estatutos a la norma dada por el Santo Padre hace casi 20 años”, explicó, tras señalar que de no aceptar el nuevo reglamento deberían retirar la denominación de Pontificia: “Aquí las cosas son muy claras. Es una institución fundada como una institución católica; es una institución para dar formación y educación católica, y ha obtenido bienes y beneficios informando que es católica; por lo tanto tiene que estar en concordancia con la Iglesia Católica”.
Señaló que la Ley Universitaria de 1983 recoge lo dicho por el Concordato, pero remarca que no existe contradicción entre la ley peruana y la ley canónica: “La ley peruana permite que los estatutos de las universidades católicas se rijan por la ley canónica. Por eso el argumento de Marcial Rubio es insostenible”.
Además, indicó que el Tribunal Constitucional (TC) ya resolvió también ese tema cuando la PUCP demandó que se pronuncie sobre la autonomía universitaria “y precisó (el TC) que no había incompatibilidad entre los requisitos que exige una universidad católica y la ley peruana. Es penosa la actitud de Rubio, que dice defender el Estado de Derecho, pero demuestra cuán totalitaria sigue siendo la concepción que se vive en algunas instituciones educativas”.

Fuentes: Radio Programas del Perú, Diarios Expreso y Correo.
Jorge Dintilhac SSCCLa Asamblea Universitaria, reunida en sesión extraordinaria del 19 de agosto del 2011, en conocimiento de la propuesta de reforma del Estatuto de la Universidad procedente de la Congregación para la Educación Católica de la Santa Sede, según comunicación suscrita por el cardenal Juan Luis Cipriani, Gran Canciller de la Universidad, ha acordado lo siguiente.
1. Expresar su respaldo al modelo actual de la PUCP plasmado en su Estatuto, enraizado en su historia institucional y que goza del consenso de su comunidad universitaria.
2. Expresar un voto de reafirmación en la identidad católica de nuestra casa de estudios, comprometida con el Perú y su sociedad, que se caracteriza por la libertad académica y la pluralidad, la búsqueda de la verdad, el respeto por la dignidad de la persona, la responsabilidad social y el compromiso con el desarrollo, la honestidad, la solidaridad y la justicia.
3. Manifestar su voluntad de preservar la autonomía universitaria y el derecho a la propiedad privada de sus bienes, de acuerdo con la Constitución y la legislación peruana.
4. Declarar que los bienes de la Universidad no son eclesiásticos ni regidos en tal condición por el Derecho Canónico, sino que se rigen por las leyes peruanas.
5. Expresar un voto de respaldo a la conducción que viene dando el Rectorado a las relaciones que mantiene, de un lado, con el Arzobispo de Lima y, de otro lado, con la Congregación para la Educación Católica de la Santa Sede y otras instancias de la Iglesia Católica, con base en las posiciones antes expresadas.
6. Conformar una comisión al interior de la Asamblea Universitaria para que estudie la propuesta de reforma y elabore un informe a partir del cual la Asamblea Universitaria adoptará una decisión institucional en una próxima sesión respetando el plazo establecido por ella para modificar el Estatuto.
Miembros de la Asamblea Universitaria
Rector
Marcial Rubio Correa
Vicerrector Académico
Efraín Gonzales de Olarte
Vicerrectora de Investigación
Pepi Patrón Costa
Vicerrector Administrativo
Carlos Fosca Pastor
Decanos
Estudios Generales Ciencias: Carlos Pizarro Ortiz
Estudios Generales Letras: Pablo Quintanilla Pérez Wicht
Escuela de Posgrado: Patricia Martínez Uribe
Facultad de Administración y Contabilidad: Óscar Díaz Becerra
Facultad de Arte: Alberto Agapito Aburto
Facultad de Ciencias e Ingeniería: Daniel Torrealva Dávila
Facultad de Ciencias Sociales: Alan Fairlie Reinoso
Facultad de Ciencias y Artes de la Comunicación: Juan Gargurevich Regal
Facultad de Derecho: Walter Albán Peralta
Facultad de Educación: Carmen Coloma Manrique
Facultad de Letras y Ciencias Humanas: Susana Reisz Candreva
Facultad de Arquitectura y Urbanismo: Frederick Cooper Llosa
Representantes de los profesores ordinarios
Departamento Académico de Arquitectura
Pablo Vega Centeno Sara Lafosse
Susana Elsa Gema Biondi Antúnez De Mayolo
Departamento Académico de Arte
Natalia Iguiñiz Boggio
Rogelio Sueiro Cabredo
Departamento Académico de Ciencias
Sergio Alberto Pavletich Silva
Nadia Rosa Gamboa Fuentes
Departamento Académico de Ciencias Sociales
David José Antonio Sulmont Haak
Catalina Eugenia Romero Cevallos de Iguiñiz
Departamento Académico de Derecho
Javier Mario De Belaunde López De Romaña
José Rogelio Llerena Quevedo
Iván Fabio Meini Mendez
Gattas Elías Abugattas Giadalah
Departamento Académico de Economía
Javier María Iguiñiz Echeverría
Departamento Académico de Educación
Elsa Doraliza Tueros Way
Departamento Académico de Humanidades
Julio César Del Valle Ballón
Iván Teófilo Hinojosa Cortijo
Fidel Julio Tubino Arias Schreiber
Rosemary Jane Rizo Patron Boylan De Lerner
Jeffrey Klaiber Lockwood
Departamento Académico de Ingeniería
Jorge Marcial Blondet Saavedra
Miguel Ángel Hadzich Marin
Juan Carlos Dextre Quijandria
Aníbal Eduardo Ísmodes Cascón
Carlos José Romero Izaga
Joaquín Vicente Guerrero Rodriguez
José Carlos Daniel Álvarez Merino
Luis Ángelo Velarde Criado
Claudia María Del Pilar Zapata Del Río
Representantes del Episcopado Peruano
Monseñor Guido Breña López
Monseñor Miguel Cabrejos Vidarte
Monseñor Miguel Irízar Campos
Monseñor Lino Panizza Richero
Monseñor Jesús Moliné Labarta
Representantes de los estudiantes
Luis Eduardo Almeida Palomino
Gustavo Eduardo Aparicio Walling
Ana Lucía Araujo Raurau
Henry Ayala Abril
Carlos Rodrigo Basurco Arteaga
Jackeline del Rosario Borjas Torres
Lucía Alessandra Córdova Silva
Alejandra Irene Cueto Piazza
Yanira Teresa Dávila Herrera
Lorena de la Puente Burlando
Paul Gabriel García Oviedo
Luis Alonso Hidalgo Salinas
Rosa Jimena Lama Mavila
Adrián Rodolfo Lengua Parra
Valeria Azucena Malpartida Sánchez
Omar Alonso Marañón Tovar
Victor Emilio Ostolaza Seminario
Natalia Rosa Palomino Castañeda
Álvaro Guillermo Ramos Ríos
Ximena María Rodríguez Leiva
Xinthya Katherine Sarmiento Viena
Clara Alejandra Susti Piazza
Fabio Arturo Taboada Pérez
Ericka Miluska Valverde Montalvo
Yssia Cristine Verano Legarda
Andrés Arturo Wertheman Cárdenas
Fuente: Diario El Comercio y PUCP.

¿QUÉ ES UN CAVIAR?

Por Uri Ben Schmuel- Diario LA RAZÓN.
A raíz del pronunciamiento del Vaticano sobre la PUCP, la progresía nativa se ha pintado el rostro con colores de guerra y hace sonar sus tambores mediáticos. Por eso, viene muy a cuento recordar qué es exactamente un caviar.
Los caviares son izquierdistas de salón que viven de la injusticia que dicen combatir. Han hecho de los derechos humanos y la defensa del medio ambiente un negocio, a través de ONG’s financiadas por incautos estadounidenses y europeos.
Los derechos humanos les sirven de pretexto para perseguir y satanizar a los militares que vencieron la subversión y a defender a los terroristas. Y la ecología para sabotear la inversión extranjera, en especial la minera y petrolera.
Los caviares hablan en nombre de la “sociedad civil” pero cuando se presentan a elecciones nunca obtienen más del 0.5 por ciento de los votos. Por eso hacen política a través de su poderoso aparato mediático y sus organizaciones no gubernamentales, verdaderos lobbies a través de los cuales presionan a los gobiernos para conseguir asesorías, consultorías, y si es posible carteras ministeriales.
Los caviares son “progresistas”. Eso significa que pretenden inculcar un pesimismo constitutivo en el alma nacional y convencernos que la religión, la autoridad, la familia, la jerarquía, la moralidad, el patriotismo, la tradición, la lealtad y la economía de mercado son aberraciones conceptuales.
Los caviares son totalitarios. Cualquiera que se atreva a disentir de sus consignas “políticamente correctas” es tachado de reaccionario, fanático, fascista o “fujimontesinista”.
Los caviares viven en las zonas más prósperas de Lima, manejan costosas 4×4, tienen casas de veraneo en “Eisha” y hacen sus congresos partidarios en clubes de jazz. Pero pontifican sobre la pobreza, que según ellos desaparecería si hubiera una “justa redistribución de la riqueza” (la de otros, por supuesto, no la de ellos). Son igualócratas compulsivos y pobretólogos profesionales que propugnan la masiva intervención del Estado en asuntos privados. A eso lo llaman “Estado de bienestar”.
Volvemos a citar a Pablo Molina, un conocido de nuestros lectores: “Nuestro sistema de vida no es atacado por este ejército de zombis morales por sus defectos (que los tiene como toda obra humana), sino precisamente por sus virtudes.
La motivación real de los que controlan nuestra cultura no es su amor por la ‘liberación del tercer mundo oprimido’, sino su odio visceral hacia el sistema de vida occidental capitalista.
Su mediocridad les impide admitir que el éxito de los demás se debe a su superior talento o disciplina; por tanto insisten con empeño en que toda fortuna es fruto del robo y, por extensión, que la riqueza de los países prósperos procede de la explotación injusta de las zonas míseras del planeta.
Por eso siguen repitiendo que los que defienden la libertad civil y la propiedad privada son peligrosos egoístas totalitarios, mientras que los apóstoles de mayores controles estatales o los que se declaran fascinados por el régimen castrista (o chavista) son los auténticos adalides de la libertad y el progreso”.
En suma, los caviares son hipócritas y perniciosos.

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