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En la antigua capital del Reino de Armenia los restos de una de las iglesias más antiguas del mundo
El lugar de culto, que data del siglo IV, descubierto en Artaxata. Un descubrimiento fruto del trabajo conjunto de arqueólogos de la Universidad de Münster y la Academia Nacional de Ciencias de Armenia. Para los expertos se trata de un acontecimiento «significativo» también porque el reino fue el primero de la historia «en adoptar el cristianismo como religión oficial». En los días en que el Papa Francisco nombra al Patriarca de Cilicia de los Armenios Raphaël Bedros XXI Minassian como nuevo miembro del dicasterio para las Iglesias Orientales, un grupo de estudiosos anuncia el descubrimiento de los restos de una iglesia del siglo IV en Artaxata, la antigua capital del reino de Armenia. Para los expertos, el edificio representa uno de los lugares de culto más antiguos hallados en el mundo y el más antiguo de la zona donde estuvo el reino, que es también el primero de la historia que abrazó el cristianismo como religión oficial. Los restos de la iglesia de planta octogonal fueron desenterrados en Artaxata, la antigua capital del reino de Armenia, por un equipo conjunto de arqueólogos de la Universidad de Münster y la Academia Nacional de Ciencias de Armenia, que llevan trabajando en el yacimiento desde septiembre. El descubrimiento «consiste en una estructura con extensiones cruciformes» que «corresponde a los edificios conmemorativos de los primeros cristianos», explicó la universidad alemana en una nota. El edificio se caracterizaba por «un diámetro de unos 30 metros» y tenía «un sencillo suelo de argamasa y baldosas de terracota». Los investigadores también hallaron fragmentos de mármol que indican lo «ricamente decorado» que estaba con valiosos materiales importados. «En las extensiones en forma de cruz, los investigadores descubrieron restos de plataformas de madera que han sido datadas por radiocarbono» y datarían “de mediados del siglo IV d.C.”, prosigue el comunicado. Esta datación permitió a los investigadores establecer que la estructura «es la iglesia arqueológicamente documentada más antigua del país y una prueba sensacional del cristianismo primitivo en Armenia», como señala Achim Lichtenberger, profesor de la Universidad de Münster. La ciudad de Artaxata, hoy en ruinas, situada en una colina al sur del país junto a la frontera con Turquía, fue fundada en el año 176 a.C. y se desarrolló con el tiempo hasta convertirse en «una importante metrópolis», sobre todo durante el periodo helenístico. Un crecimiento constante, explican los investigadores, hasta el punto de convertirse en la «capital del reino de Armenia durante casi seis siglos». En la misma colina, que goza de una espectacular vista del monte Ararat, justo al otro lado de la frontera turca, se encuentra Khor Virap, un antiguo monasterio que sigue activo y es también lugar de peregrinación. Entrevistada por Times of Israel, la arqueóloga clásica, biblista e historiadora de las religiones Jodi Magness, profesora de la Universidad de Chapel Hill, en Carolina del Norte (EE.UU.), habla también de un «descubrimiento significativo». «El descubrimiento de esta iglesia -añade- tiene sentido, ya que el reino armenio fue el primer Estado que adoptó el cristianismo como religión oficial a principios del siglo IV». Y en el mismo periodo, concluye, los armenios establecieron «una presencia en Jerusalén, que han mantenido hasta nuestros días». El reino, entonces un estado satélite vinculado al Imperio Romano, se convirtió formalmente al cristianismo en 301, cuando, «según la leyenda, San Gregorio el Iluminador convirtió al cristianismo al rey armenio Tiridates III en Artaxata». Estos acontecimientos tuvieron lugar mucho antes del Concilio de Nicea del 325, que codificó y racionalizó los diversos dogmas del cristianismo, pero, sobre todo, antes del Edicto de Milán del 313, con el que el emperador romano Constantino proscribió la persecución de los cristianos y autorizó su culto. Por este motivo, Armenia está considerada el primer reino cristiano y la Iglesia ortodoxa armenia es una de las confesiones cristianas más antiguas, además de la presencia de un importante número de católicos armenios, de tradiciones distintas y fieles al Papa y a la Iglesia de Roma.
Fuente: Asia News.
Antauro Humala: Sala Suprema Constitucional anula inscripción del partido A.N.T.A.U.R.O y ordena su disolución
Por Karem Barboza Quiroz– Diario El Comercio. Por mayoría, la Sala de Derecho Constitucional y Social Permanente de la Corte Suprema declaró ilegal a la organización política Alianza Nacional de Trabajadores Agricultores Universitarios Reservistas y Obreros (A.N.T.A.U.R.O.), vinculada al etnocacerista Antauro Humala, informaron fuentes judiciales a El Comercio. Por ello, ordenó su disolución partidaria disponiendo la cancelación de la inscripción del partido A.N.T.A.U.R.O, así como el cierre de los locales partidarios de la referida organización política. De esta manera, declaró fundada la demanda que presentó la Fiscalía de la Nación el pasado mes de julio, al considerar que dicha organización era antidemocrática y promovía atentados contra la integridad de las personas. Las fuentes señalaron que fueron cuatro votos a favor y uno en “minoría”. Como consecuencia de la decisión, el tribunal supremo constitucional ordenó la disolución y anulación de la inscripción del partido de la Organización de Registros Políticos del Jurado Nacional de Elecciones (JNE). Como se recuerda, amparado en la Ley de Organizaciones Políticas, el Ministerio Público solicitó a la Corte Suprema que declare la ilegalidad del partido luego de diversas presentaciones públicas del sentenciado etnocacerista, Antauro Humala, durante actividades del partido A.N.T.A.U.R.O., cuestionando el sistema democrático peruano y promoviendo la ejecución de expresidentes, entre otros actos. Los jueces supremos Mariem Vicky De La Rosa Bedriñana, Eduardo Raymundo Ricardo Yrivarren Fallaqué, Juan José Linares San Román y José Wilfredo Díaz Vallejos emitieron el fallo en mayoría, a favor de declarar fundada la demanda. Mientras que el juez supremo Pedro Cartolín Pastor, en minoría, votó por declarar infundada la demanda. Cabe precisar que la decisión aún puede ser apelada por la parte demandada.
Alejandro Muñante: «Decisión judicial que anula la inscripción del partido de Antauro Humala es histórica»
Vocero de Renovación Popular dijo que el fallo del Poder Judicial es sólido, puesto que Antauro, en reiteradas ocasiones, señaló que “iba a cerrar el Congreso, jurar por la Constitución del 79 y fusilar a generales y altos funcionarios“, entre otros disparates. El vocero de la bancada de Renovación Popular, Alejandro Muñante, calificó de «histórica» la decisión del Poder Judicial que ordenó la anulación de la inscripción del partido del radical etnocacerista Antauro Humala. «Es una decisión histórica. Nunca se ha dado, en la historia de nuestro país, que un partido inscrito haya sido cancelado por una decisión de la Corte Suprema. Es la primera vez que se activa el artículo 14 de la Ley de Organizaciones Políticas, que establecía una especie de candado para proteger la democracia», manifestó Muñante a Altavoz. «Se ha encontrado evidencia suficiente para que la Corte Suprema pueda, finalmente, resolver en favor de la democracia y el Estado de derecho», destacó el legislador celeste. Por último, recordó que esta resolución se ha conseguido luego de que, desde su despacho, planteara la denuncia correspondiente ante la Fiscalía de la Nación, que solicitó a la Corte Suprema que declare la ilegalidad de la agrupación A.N.T.A.U.R.O., apelando al artículo 14 de la Ley de Organizaciones Políticas. En su demanda, el Ministerio Público acusó que las actividades de este partido «son contrarias a los principios democráticos y vulneran sistemáticamente las libertades y derechos fundamentales».
Fuente: Altavoz.pe
Cardenal Angelo Becciu en “Het Vaticaan: de staat van de kerk”.
Becciu: El Papa “ya no debería ser jefe de Estado”
El cardenal Angelo Becciu, ex jefe de gabinete papal condenado por delitos financieros, ha dicho que el ejercicio del poder papal debe cambiar y ha pedido que el Papa pierda su autoridad de gobierno en el Estado de la Ciudad del Vaticano. Becciu, quien fue condenado por malversación de fondos, fraude y abuso de poder por un tribunal de la Ciudad del Vaticano el año pasado, está apelando actualmente una sentencia de cinco años y medio de prisión, que le fue impuesta después de un juicio que duró más de dos años y medio. El cardenal concedió una extensa serie de entrevistas, filmadas a lo largo de varios años y transmitidas la semana pasada en la cadena de televisión belga VRT como parte del programa “Het Vaticaan: de staat van de kerk”. En la transmisión, el cardenal, a quien Francisco ordenó renunciar a su cargo en 2020 en espera de su acusación y juicio, discutió una variedad de temas controvertidos, incluidas sus opiniones sobre el Papa Francisco, así como sus tratos con ex autoridades financieras del Vaticano. Aunque el cardenal siguió insistiendo en su inocencia durante las sesiones de entrevistas, su relato de los hechos a menudo pareció estar en desacuerdo con sus admisiones en el tribunal y con otros acontecimientos conocidos públicamente. Durante el programa, transmitido el 24 de octubre, el cardenal Becciu recordó el día de septiembre de 2020 en el que el Papa Francisco exigió su renuncia, después de que le presentaran los resultados de una investigación criminal del Vaticano sobre el cardenal. “Transferiste dinero del Óbolo de San Pedro a tu diócesis, pero este dinero fue a parar a los bolsillos de tu hermano”, recordó Becciu que le dijo el Papa, en referencia al admitido apoyo financiero del cardenal a la Cooperativa Spes dirigida por su hermano Antonio Becciu en su Cerdeña natal. En el programa, las sesiones de entrevistas con Becciu se intercalaron con imágenes del cardenal inspeccionando el trabajo de la organización benéfica en Cerdeña, incluida una panadería. “Si yo envié 25,000 euros a la diócesis, esos 25,000 euros eran necesarios para terminar la restauración de un horno… Yo quería ayudar en la diócesis, en una cooperativa de la diócesis, una cooperativa de Cáritas de la que es presidente mi hermano. Pero estoy orgulloso de haber ayudado a esta cooperativa… Quiero decir, este dinero era caridad, ¿no?”, dijo Becciu. El cardenal fue condenado por canalizar decenas de miles de euros de fondos de la Iglesia a la cuenta bancaria personal de su hermano, algo que admitió haber hecho ante el tribunal, aunque insistió en que tales transferencias eran una práctica habitual del Vaticano cuando se apoyaban obras de caridad. A pesar de su defensa, Becciu fue declarado culpable por los jueces de la Ciudad del Vaticano de violar las leyes financieras que prohíben que bienes o dinero de la Iglesia sean vendidos o entregados a familiares “sin un permiso especial dado por escrito por la autoridad competente”. Tanto los fiscales del Vaticano como los italianos también han cuestionado cuán “caritativos” eran los propósitos de los hermanos Becciu. En 2021, la policía financiera italiana identificó recibos de entrega falsificados de casi 20 toneladas de pan, que supuestamente fueron entregados a parroquias por Spes para su distribución entre los pobres. Durante el juicio de Becciu, los fiscales del Vaticano dijeron al tribunal que sus homólogos italianos habían encontrado los recibos falsificados entre casi 1,000 páginas de documentos que examinaron. Cuando se presentaron los documentos de las supuestas entregas, nadie pudo reconocer las firmas en los mismos, dijeron los fiscales. La policía financiera italiana concluyó que las facturas se crearon apenas unas semanas antes de los registros policiales y fueron fabricadas para encubrir supuestas entregas que datan de 2018, para las que no existen otros registros. Se espera que Antonio Becciu, su esposa Giovanna Pani y la hija de Pani enfrenten cargos penales por parte de los fiscales locales. A pesar de las pruebas presentadas contra él en el tribunal, Becciu afirmó en el programa que “el Papa fue engañado” sobre los crímenes del cardenal. “Supongo que alguien se vengó de mí. ¿Quizás porque fui demasiado amigo del Papa? ¿Estaban celosos?”, especuló Becciu durante sus recientes entrevistas. A lo largo de su juicio y después de su condena, los abogados de Becciu han argumentado que el Papa Francisco interfirió en un caso penal en la Ciudad del Vaticano y violó el derecho del cardenal al debido proceso al “cambiar la ley” para favorecer a los fiscales, aunque la única ley modificada por Francisco fue permitir que los cardenales fueran juzgados en un tribunal ordinario. A pesar de la insistencia reiterada de Becciu en que sigue siendo leal al Papa Francisco, durante un segmento de una entrevista filmada en Cerdeña, el cardenal pidió una revisión radical del cargo petrino después del reinado de Francisco. “Será necesario aclarar el ejercicio de la autoridad papal”, dijo Becciu. El cardenal insistió en que el Papa debería ser apartado del gobierno temporal de la Ciudad del Vaticano: “Es decir, ya no debería ser jefe de Estado”. Durante sus sesiones de entrevistas, Becciu también abordó sus conflictos con el cardenal George Pell, quien hasta 2017 fue prefecto de la Secretaría de Economía del Vaticano, y Libero Milone, quien se desempeñó como primer auditor general del Vaticano, antes de ser obligado a dejar su cargo por Becciu. Ambos hombres tuvieron enfrentamientos con Becciu en medio de sus intentos de auditar las finanzas de la Secretaría de Estado durante su tiempo como sustituto, en el que comenzaron a descubrir las actividades ilícitas que llevaron a la eventual condena de Becciu por delitos financieros el año pasado. “Con el cardenal Pell tuvimos un período de contraste, pero mi contraste no surgió de querer oponerme a las reformas, sino porque el cardenal Pell quería imponer reglas que todavía no eran reglas”, afirmó Becciu en la entrevista. “Él quería auditar las cuentas de la Secretaría de Estado. Pero para auditar las cuentas de la Secretaría de Estado se necesita una autorización del Papa, lo que nunca ocurrió”, afirmó Becciu. Sin embargo, como informó anteriormente The Pillar, tanto Pell como Milone dijeron que Becciu inicialmente cooperó con sus esfuerzos para auditar la Secretaría de Estado, pero se volvió confrontativo después de que descubrieron una serie de préstamos e inversiones ocultos en los libros de contabilidad departamentales utilizando prácticas contables prohibidas por la ley financiera del Vaticano. Becciu ha declarado sistemáticamente ante el tribunal que la Secretaría de Estado estaba fuera de la supervisión tanto de la Secretaría de Economía como de la Oficina del Auditor General, a pesar de que no existe tal exención en el ámbito de competencias de ninguno de los dos departamentos. Además, en las audiencias legales por la demanda presentada por Milone tras su despido, los abogados de la Secretaría de Estado aceptaron la afirmación de Milone de que estaba actuando dentro de su mandato al tratar de investigar el antiguo departamento de Becciu. En los argumentos legales obtenidos por The Pillar, presentados por escrito y reiterados durante la audiencia de la demanda el 18 de octubre, los abogados de la Secretaría de Estado definieron la relación entre el ex departamento de Milone y la secretaría como “la relación entre la ‘entidad que proporciona la auditoría de los estados financieros’ (el Auditor) y la ‘entidad sujeta a la auditoría’ (la Secretaría de Estado)”. Becciu ya se había atribuido el mérito de haber obligado a Milone a dimitir en 2017, diciendo que se vio obligado a dimitir bajo amenaza de procesamiento penal por “espiar” las finanzas privadas de altos funcionarios, incluido Becciu. Sin embargo, en la entrevista emitida la semana pasada, Becciu intentó trasladar toda la culpa del despido de Milone al papa Francisco. “El doctor Libero Milone me acusa de haber planeado su defenestración de la Secretaría de Estado. Falso, falso, falso. Yo sólo cumplí órdenes”, afirmó Becciu. “El Papa me llamó una mañana y me dijo: ‘Mira, te encargo una tarea pesada y lamento tener que darte siempre tareas desagradables. Debes llamar al doctor Milone y decirle que ya no tiene mi confianza. Por lo tanto, lo mejor para él es que renuncie’. Yo lo hice, él no me creyó”. Cuando presentó una demanda por despido injustificado contra el antiguo departamento de Becciu, Milone dijo que él y su equipo fueron objeto de meses de vigilancia, incluyendo piratería informática y escuchas telefónicas, por parte de las fuerzas del orden del Vaticano como parte de un esfuerzo por cerrar sus investigaciones. “Lo que pasó”, dijo Milone, “es que descubrí que había cardenales que se metían dinero en los bolsillos, que hacían cosas raras, y mi línea de denuncia era ante el Papa, así que le informé de todo al Papa”. Milone dijo que su trabajo descubrió la apropiación indebida de cientos de miles de euros por parte de cardenales y prelados individuales, proyectos de construcción ficticios y el uso de una institución de la Iglesia para supuestamente lavar dinero de partidos políticos italianos. “Evidentemente, Becciu y sus amigos debieron haber tenido conocimiento de estos informes porque él era el jefe de gabinete del Papa en ese momento y se preocuparon porque ‘este tipo’ estaba poniendo en dificultades a estos cardenales”, dijo anteriormente a The Pillar . “Estas son las razones por las que aparentemente me acusaron de espionaje”. Becciu también utilizó la entrevista televisiva para abordar acusaciones previamente hechas en la prensa italiana de que había jugado un papel en orquestar falsas acusaciones de abuso sexual infantil contra el cardenal Pell. Esas acusaciones provocaron la salida de Pell del cargo al mismo tiempo que el despido de Milone, y el cardenal regresó a Australia para ser juzgado antes de ser finalmente exonerado por el Tribunal Superior del país. “Es cierto que [el periódico italiano] Corriere della Sera lanzó la acusación [en 2020], pero se trató de una noticia manipulada”, dijo Becciu. “Es una locura, una locura”. El periódico sugirió que cientos de miles de euros enviados desde el Vaticano a Australia podrían haber sido para sobornar a los acusadores de Pell, señalando que las transferencias coincidieron exactamente con las primeras demandas de Pell de una investigación sobre las finanzas de la Secretaría de Estado. La cantidad y el propósito de ese dinero han sido objeto de numerosos informes de prensa, incluido The Pillar , y los organismos de control financiero australianos señalaron inicialmente que unos 2.000 millones de dólares australianos se habían transferido desde el Vaticano entre 2014 y 2020. Austrac, el organismo de control financiero nacional, tuvo que anunciar más tarde que la cifra real era inferior a 10 millones de dólares y atribuyó la discrepancia a un error de codificación. “Tenemos los documentos que me entregó el cardenal Parolin justo el día antes de mi interrogatorio, de los cuales se desprende que se envió dinero a Australia, 2,3 millones de dólares australianos”, dijo Becciu en la entrevista transmitida la semana pasada. “Este pago nos lo había pedido en su momento el Consejo Pontificio para las Comunicaciones Sociales, porque se quería garantizar el dominio .Catholic. Pero sólo eso, la autorización la dio el cardenal Pell”. Informes anteriores de The Pillar establecieron que Becciu envió grandes sumas desde el Vaticano a Australia en ese momento, aunque Becciu insistió en que el dinero era para un propósito “confidencial”. Un informe posterior de The Pillartambién estableció que Becciu envió dinero a una empresa tecnológica en Australia y que podría estar vinculado al dominio ‘.catholic’. Sin embargo, la afirmación de Becciu en la entrevista de que el envío de los fondos había sido aprobado personalmente por el cardenal Pell contradice directamente las repetidas declaraciones públicas de Pell antes de su muerte en enero de 2023. En 2022, Pell cuestionó repetida y específicamente las afirmaciones de Becciu sobre los fondos enviados a Australia y sobre la supuesta participación de Pell en su aprobación, y rechazó la narrativa de Becciu como “extraña” e “incompleta“. Aunque la mayoría de las imágenes de la entrevista transmitidas la semana pasada fueron filmadas antes de la condena del cardenal Becciu en diciembre del año pasado, el segmento final muestra al cardenal discutiendo las perspectivas de su apelación y las enormes responsabilidades financieras que el tribunal le impuso por la malversación y abuso de millones de euros de fondos del Vaticano. “Ahora es cuando se presenta la apelación”, dijo Becciu en la entrevista. “No sabemos cuándo será. Pero no tengo bienes, no soy dueño de ninguna casa, ningún apartamento, ninguna villa junto al mar”, dijo el cardenal. “Lo único que tengo es un pequeño automóvil allí”. Sin embargo, a pesar de afirmar tener medios personales extremadamente limitados, la policía del Vaticano testificó durante el juicio del cardenal que cuando fue interrogado sobre su empleo de un “espía privado”, a quien transfirió cientos de miles de euros de fondos de la Iglesia, el cardenal ofreció devolver más de medio millón de euros de su cuenta bancaria personal para resolver el problema. Según el investigador policial, Becciu se ofreció a devolver los fondos desde su cuenta personal en el IOR, un banco del Vaticano, y pidió mantener el asunto en secreto porque causaría “graves daños” al cardenal y a su familia.
El tribunal del Vaticano emite sentencia definitiva en el juicio por delitos financieros
Más de 10 meses después de recibir sus veredictos, los acusados en el juicio por delitos financieros del Vaticano finalmente pueden comenzar su proceso de apelación después de que los jueces de la Ciudad del Vaticano depositaran su fundamento judicial completo para condenar a 9 personas, incluido un cardenal, en un juicio que finalizó el año pasado. Los abogados defensores han esperado con impaciencia la publicación de la decisión completa como el precursor necesario para apelar el veredicto del tribunal, incluso cuando la decisión presenta un caso sólido contra el cardenal condenado Angelo Becciu. Los jueces del tribunal ordinario de la Ciudad del Vaticano depositaron el martes 29 de octubre sus conclusiones finales en la cancillería de la ciudad-estado, con el texto firmado a partir de la misma fecha. Aunque las conclusiones de culpabilidad y las penas impuestas fueron anunciadas por primera vez por el tribunal en diciembre del año pasado, ese juicio sumario no expuso los fundamentos de las condenas ni explicó la valoración que los jueces hicieron de las pruebas presentadas. Hasta que se presentó la justificación judicial completa y definitiva, el proceso de apelación legal quedó prácticamente congelado, ya que los abogados de la defensa aún no sabían exactamente qué conclusiones iban a impugnar. La publicación de la sentencia íntegra por parte de los jueces significa que los acusados pueden finalmente iniciar el proceso de apelación de sus sentencias, que imponen décadas de prisión y millones de euros en daños y perjuicios ordenados por el tribunal. En casi 750 páginas de argumentación, los jueces abordaron numerosas críticas al proceso judicial y a las instituciones de la ciudad-estado planteadas por los abogados defensores a lo largo del juicio, además de exponer las pruebas y la argumentación que dieron lugar a las condenas dictadas el año pasado. “El ordenamiento jurídico del Vaticano reconoce los principios del debido proceso, la presunción de inocencia y el derecho de defensa, que de hecho están expresamente previstos en las normas vigentes”, escribieron los jueces. A lo largo del juicio y después de la sentencia, los abogados y los medios de comunicación que apoyan a los acusados afirmaron repetidamente que el sistema jurídico de la ciudad-estado carecía de credibilidad internacional y estaba sujeto a la influencia e interferencia indebidas del Papa Francisco. Estos argumentos provienen especialmente de los partidarios del acusado estrella en el caso, el ex jefe de gabinete papal caído en desgracia, el cardenal Angelo Becciu, aunque algunos no han resistido el escrutinio legal básico. Otros acusados han presentado recursos internacionales contra el proceso en la Ciudad del Vaticano. A principios de este año, Raffaele Mincione, el gestor de inversiones al que la Secretaría de Estado compró el edificio de Londres que dio origen al proceso, apeló a la oficina del Relator Especial sobre la independencia de los magistrados y abogados de las Naciones Unidas . Una de las aclaraciones claves de la sentencia judicial completa es la explicación de los jueces sobre cómo el tribunal definió el delito de malversación de fondos. Tanto el cardenal Becciu como Raffaele Mincione fueron condenados por participar en la apropiación ilegal de fondos vaticanos en el acuerdo que puso unos 200 millones de euros bajo el control del gestor de inversiones por cuenta de la Secretaría de Estado. En una larga entrevista con The Pillar el año pasado, Mincione dijo que había cumplido con el contrato que firmó con la secretaría y que las inversiones que hizo (calificadas de “especulativas” y “interesadas” por el Vaticano) estaban dentro de la discreción que le otorgaban los contratos. Becciu, a su vez, argumentó que no podía ser acusado, y mucho menos condenado, de malversar fondos de la Iglesia a través del acuerdo porque no había evidencia de que se hubiera beneficiado personalmente del acuerdo. En su sentencia completa, los jueces describieron la definición legal aplicable de malversación de fondos, que se extrae de casos de derecho penal italiano (algunos estatutos penales italianos son aplicables en la Ciudad del Vaticano como resultado del Tratado de Letrán entre la Santa Sede y el estado italiano). El delito se constituye, explicaron los jueces citando jurisprudencia del Tribunal Supremo italiano, cuando “en lugar de invertir en los fines a los que estaban destinados los recursos financieros que la persona tiene a su disposición, la persona, violando la ley y los reglamentos” los utiliza para cualquier otro fin, en este caso “para comprar participaciones en fondos especulativos”. Los jueces dictaminaron que, dado que el uso ilegal de fondos del Vaticano por parte del cardenal Becciu benefició a Mincione y a los otros acusados, “no tiene importancia que no tuviera la intención de actuar en beneficio [personal]”. Por otra parte, los jueces encontraron que Becciu también era culpable de pasar más de medio millón de euros a su autodenominada “consultora de seguridad” y espía privada Cecilia Marogna. A lo largo del proceso, Becciu intentó repetidamente argumentar que sus pagos a Marogna fueron autorizados personal y secretamente por el Papa Francisco. Sin embargo, grabaciones secretas de Becciu de conversaciones entre él y el Papa , así como cartas privadas entre ellos presentadas como evidencia durante el juicio, mostraron que Francisco negaba repetidamente tener conocimiento del asunto. Becciu también fue condenado por canalizar fondos de la Iglesia a su hermano, Antonio Becciu, en un caso que ha provocado una investigación penal paralela en Italia. Antonio Becciu está acusado, junto con otras personas relacionadas con el cardenal en su Cerdeña natal, de recibir fondos de la Iglesia destinados a una organización benéfica católica local en su cuenta bancaria personal. Los investigadores italianos también han descubierto evidencias de lavado de dinero y malversación de fondos en el caso. Sin embargo, los jueces de la Ciudad del Vaticano dictaminaron que la culpabilidad de Becciu en el asunto fue determinada independientemente de cualquier acción o intención criminal por parte de su hermano y cualquier potencial co-conspirador. Por el contrario, los jueces concluyeron que Becciu fue declarado culpable de violar las leyes financieras básicas del Vaticano que prohíben que la propiedad o el dinero de la Iglesia se vendan o se entreguen a familiares “sin un permiso especial otorgado por escrito por la autoridad competente”. Durante el juicio en la Ciudad del Vaticano, el cardenal Becciu insistió en que, aunque había canalizado deliberadamente decenas de miles de euros a la cuenta personal de su hermano, sus acciones eran una práctica común. En el caso de Mincione, los jueces del Vaticano dictaminaron que él era legalmente culpable como beneficiario de fondos malversados (dinero del Vaticano utilizado para fines ilegales) y debería haberse familiarizado suficientemente, como una cuestión de debida diligencia profesional, con las leyes de la Ciudad del Vaticano y darse cuenta de que estaba participando en una operación ilegal. Mincione, por su parte, ha insistido en que firmó contratos que eran legales en las jurisdicciones en las que operaba. Antes de que se presentaran cargos penales contra él en la Ciudad del Vaticano, presentó una demanda en el Reino Unido en busca de una sentencia judicial que estableciera que actuó de buena fe en sus tratos con el Vaticano, incluido un acuerdo de separación de 2018 que transfirió la propiedad del edificio de Londres en 60 Sloane Avenue al apoderado designado por la Secretaría de Estado, el Sr. Gianluigi Torzi, quien también fue condenado por delitos financieros en el caso. A principios de este año, el tribunal de Londres escuchó al arzobispo Edgar Peña Parra, sucesor de Becciu como sustituto, quien ordenó la separación de Mincione en 2018. Peña Parra le dijo al tribunal que la secretaría había sido “víctima de un grave fraude”. Sin embargo, el sustituto también admitió que al ejecutar la separación y lidiar con los intentos de Torzi de extorsionar al Vaticano como parte del proceso, había autorizado conscientemente el pago de facturas “completamente ficticias”. “No fui honesto”, dijo el arzobispo en el tribunal. “Lo acepto”. En la sentencia completa de la Ciudad del Vaticano, los jueces dictaminaron que Torzi también era culpable de lavado de dinero y malversación de fondos, junto con Enrico Crasso, otro asesor de inversiones externo de la Secretaría de Estado, y Fabrizio Tirabassi, un ex empleado laico del departamento de estado del Vaticano. Se descubrió que los tres hombres habían participado en un complicado plan para extorsionar al Vaticano para obtener el control del edificio de Londres después de su adquisición. Torzi fue contratado por la secretaría para actuar como intermediario en la venta final del edificio en 2018. Como parte de la conspiración, Torzi presionó a la secretaría cambiando los términos del acuerdo y tratando de extraer 15 millones de euros inesperados a mitad de la compra. Torzi a su vez acusó a Tirabassi y Crasso de amenazarlo a él y a su familia, exigiendo que les entregara el control del edificio directamente a ellos, no al Vaticano. En la condena ahora apelada, el cardenal Becciu recibió una condena de cinco años y seis meses, una multa de 8,000 euros (unos 8,700 dólares) e inhabilitación perpetua para ejercer cargos públicos. Según la sentencia, sigue residiendo legalmente en su apartamento de gracia y favor en el Palazzo Sant’Uffizio, a pesar de las nuevas regulaciones emitidas por el Papa Francisco que requieren que los cardenales residentes en el Vaticano paguen tarifas de mercado por su alojamiento. Raffaele Mincione fue condenado a cinco años de cárcel, una multa de 8,000 euros (8,700 dólares) e inhabilitación perpetua para ejercer cargos públicos. El empresario italiano Gianluigi Torzi fue condenado a seis años de cárcel, a pagar una multa de 6,000 euros (6,500 dólares) y a quedar inhabilitado para ejercer cargos públicos a perpetuidad. Torzi se enfrenta actualmente a una posible extradición a Italia por otras acusaciones de delitos financieros . Ahora que los jueces han dictado la sentencia definitiva, se espera que las apelaciones de los distintos acusados sigan adelante, aunque es poco probable que las audiencias comiencen antes del nuevo año.
Fuente: The Pillar Catholic.
Prelado de honor que abusa del concordato
Aclaración sobre el artículo de Paola Ugaz
“El meollo de esta controversia con Jordi Bertomeu no es qué es lo que nosotros dijimos en nuestras audiencias, sino el hecho incontrovertible de que él contó lo que se compartió ahí en un ámbito de confidencialidad”.
Por Giuliana Caccia y Sebastián Blanco– Diario El Comercio. El 27 de septiembre del 2024, este Diario publicó un artículo escrito por Paola Ugaz Cruz titulado “La difamación ya no es un delito en el Perú”. En dicho artículo, Ugaz hace un desarrollo lleno de imprecisiones y mentiras, y busca involucrarnos en una trama en la que no tenemos ninguna relación. Y en esta nota pasamos a relatar los hechos que lo explican. En primer lugar, Paola Ugaz, a lo largo de todo el artículo mencionado, trata de justificar la forma en la que el sacerdote Jordi Bertomeu les habría contado tanto a ella como a Pedro Salinas detalles sobre las reuniones que sostuvimos por separado con dicho representante de la misión vaticana. Su foco se centra en que Jordi Bertomeu no reveló los nombres, sino que estos se dedujeron por fotos que habrían tomado periodistas en la puerta de la Nunciatura Apostólica. Textualmente dice: “Picados por la curiosidad, luego supimos por compañeros apostados ante la nunciatura quiénes habían hecho tales afirmaciones. Cualquiera que siguió aquellos días las noticias, sabe que todos los días había periodistas apostados por los alrededores de aquella embajada”. Ante esta afirmación, queremos aclarar que: 1. El día que fuimos a la reunión no había ningún periodista a la vista, ni apostado en la puerta ni en los alrededores. Esto lo puede confirmar el padre Jordi Bertomeu, quien se aseguró de ello a la hora de despedirse. También, tal y como se supo posteriormente, a la prensa se le había informado que las audiencias se iniciaban el martes. Nosotros fuimos el lunes, pues la Nunciatura Apostólica, a través de su secretario, nos concedió la cita oficialmente para el lunes. Es poco verosímil pensar que había periodistas con más de 24 horas de antelación. 2. No importa si dieron o no los nombres. Lo importante es que el padre Jordi Bertomeu reveló el contenido de nuestras reuniones confidenciales y, lo que es un agravante, a las dos personas que estaban ahí para declarar. Es decir, eran parte involucrada e interesada en la investigación que la misión venía a realizar. Las consecuencias de violar el secreto profesional han sido nefastas para nosotros, pues se activó una campaña difamatoria en nuestra contra. Un ejemplo de esta es el artículo que estamos contestando. En segundo lugar, Paola Ugaz afirma que nosotros hemos querido “ensuciar la espléndida labor de la misión especial, y en particular al papa Francisco que la ha enviado”. También dice que “cuestionar la Misión Scicluna-Bertomeu es cuestionar al mismo papa Francisco que los envió para hacer finalmente justicia con las víctimas. Atacarles de la forma en que lo están haciendo es, simplemente, ruin”. Estas afirmaciones son falsas. 1. Nosotros no hemos queridos ensuciar la misión. Nosotros fuimos por separado, con citas oficiales, a dar nuestro testimonio. La misión tenía toda la potestad de descartarlas. Pero el padre Jordi Bertomeu, con quien sostuvimos cada uno su reunión, no tenía por qué difundirlas. 2. Nosotros, hasta que recibimos el precepto penal que nos amenaza con la pena de excomunión (ámbito religioso) si es que no retiramos la denuncia penal (ámbito civil) contra Jordi Bertomeu por violación del secreto profesional, nunca hicimos mención pública de la denuncia que le interpusimos. Por tanto, no hay ningún sustento en la realidad que justifique que hemos querido “ensuciar” a nadie. 3. La denuncia es a Jordi Bertomeu Farnós de manera específica e individual. No es a la misión ni a monseñor Scicluna. Mucho menos al Papa. Esa es una construcción de Paola Ugaz que busca involucrarnos como parte de su trama en el Caso Sodalicio. En tercer lugar, a lo largo de todo el artículo, Paola Ugaz mezcla a otras personas y hechos como al abogado Percy García Cavero, a Alejandro Bermúdez y a víctimas del Caso Sodalicio, generando confusión sobre nuestro actuar e intenciones. Ante esto queremos recalcar que ambos solicitamos las reuniones con la Misión Scicluna-Bertomeu por motivaciones personales. No han sido coordinadas con ningún miembro del Sodalicio ni buscaban desmerecer la misión. Al contrario. En ese momento, y hasta hoy, pensamos que nuestros testimonios podrían contribuir a la investigación. No teníamos conocimiento de que la misión venía con una agenda predeterminada. ¿Cómo saberlo? Como dijimos, nosotros pedimos la reunión a la Nunciatura y el secretario, monseñor Rastilav Zummer, nos las concedió telefónicamente. En todo caso, el meollo de esta controversia con Jordi Bertomeu no es qué es lo que nosotros dijimos en nuestras audiencias, sino el hecho incontrovertible –confirmado por la misma Paola Ugaz– de que él contó lo que se compartió ahí en un ámbito de confidencialidad. A ambos Jordi Bertomeu nos aseguró, antes de escuchar nuestro testimonio, que tan solo el Santo Padre tendría acceso al mismo. Algo que, claramente, no se dio. Por ello, cualquier intento que busque dilucidar nuestras supuestas “intenciones” es solo un artilugio para distraer sobre el punto central: Jordi Bertomeu traicionó el marco de confidencialidad que él mismo aseguró.
Charles J. Scicluna y Jordi Bertomeu Farnós
Por Elise Ann Allen– Cruxnow.com
El abogado peruano José Ugaz afirmó el estatus diplomático de Bertomeu como representante oficial del Papa, diciendo: “Bertomeu tiene un pasaporte diplomático del gobierno del Vaticano… es un representante del estado”.
“También tiene un documento que lo autoriza como miembro de la misión diplomática”, dijo Ugaz, y agregó que “está completamente cubierto por la inmunidad diplomática que el Tratado de Viena y otros instrumentos internacionales reconocen a los funcionarios extranjeros”, entre los que se encuentra el concordato de 1980 que rige las relaciones entre Perú y la Santa Sede. Ugaz dijo que en este caso, Sandro Ruiz Herrera “hizo bien en remitir la denuncia porque considera que, efectivamente, tener inmunidad diplomática no hace procedente abrir una investigación”.
Ahora le corresponde al Procurador General decidir si, “tratándose de un funcionario extranjero que tiene inmunidad, hace gestiones con el Vaticano para iniciar una investigación al más alto nivel o, en su defecto, simplemente archiva el caso por no poder ser procesado en el Perú”.
Ugaz manifestó su convicción de que, a partir de los comentarios en su video, en el que también afirman ser víctimas de una campaña de difamación, Caccia y Blanco “están confundiendo una norma interna con lo que claramente corresponde al estatus diplomático de Bertomeu y por ende, a la inmunidad que le garantiza el Estado peruano”.
Sacerdote peruano responde a cobertura de Crux
Señor John L. Allen, Jr. Editor de Crux Estimado señor Allen: Le escribo en relación al artículo publicado hoy por la periodista Elise Ann Allen en su agencia de noticias bajo el título “Sacerdote peruano expulsado de la orden acusado de abusos sexuales y encubrimiento”. En primer lugar, es importante señalar que la señora Elise Ann Allen me envió una solicitud de aclaración a las 12:42 am (la madrugada de hoy lunes 28 de octubre) tal como consta en el correo electrónico que adjunto. Recién esta mañana, al despertarme, vi dicho mensaje y me enteré de que el artículo ya había sido publicado sin esperar mi respuesta. La publicación del artículo se hizo de manera prematura porque me era absolutamente imposible aclarar nada. Respecto a las acusaciones que ella señala, tengo que decir que ambas son totalmente falsas. Primero, lo que Martín Scheuch describe nunca ocurrió conmigo y, segundo, no es cierto que yo encubrí a Daniel Murguía. Yo fui consejero espiritual del señor Scheuch en 1979, cuando todavía no era sacerdote, y siempre lo traté con absoluto respeto y decoro. Me duele pensar que tal vez esto le pudo haber pasado con otra persona. Estoy convencido de que está confundido. Lo que él describe no me pasó a mí. Este incidente fue investigado a petición mía en 2016, como el propio Scheuch ha declarado, y fui declarado inocente porque su historia fue considerada inverosímil. Nunca he tenido otra acusación de esta naturaleza. Por otra parte, desconocía totalmente las actividades de Murguía hasta que fue detenido. Murguía fue detenido, procesado y luego encarcelado durante años por el sistema de justicia penal del Perú. Nunca vi su computadora. Las circunstancias en las que fue detenido y el contenido de su cámara con pruebas incriminatorias fueron suficientes para procesarlo. Murguía fue expulsado del Sodalicio. Finalmente, la señora Allen insinúa que miento cuando, en la carta que dirijo a la Nunciatura Apostólica, digo que no he sido acusado de abuso sexual. Tal afirmación tergiversa deliberadamente lo que digo en la carta: que las acusaciones a las que tuve que responder en la investigación contra mí por parte de la “Misión Especial” nunca abordaron ningún tipo de abuso sexual. La acusación de la señora Allen ha sido, por tanto, utilizada con malicia, injusticia y con la intención de dañar injustamente mi reputación y mi sacerdocio. Y mantengo esa afirmación. Por ello, exijo enérgicamente pero con el mayor respeto la publicación de esta carta aclaratoria. Saludos, Padre Jaime Baertl
Por César Rojas– Diario EXPRESO. Luego de las diferentes evaluaciones, se definieron los siete candidatos a la Junta Nacional de Justicia (JNJ) con mejores puntajes. Entre ellos hay importantes juristas, con experiencia en el sector privado y en instituciones públicas claves. Según el cuadro de mérito, ellos son Gino Ríos Patio (86.48 puntos), Francisco Távara (85.6), Jaime de la Puente (85.4), María Teresa Cabrera (85.23), Víctor Chanduví (85.23), Germán Serkovic (82.03) y Rafael Ruiz Hidalgo (80.65).
Año y medio
Ríos fue procurador del Estado durante el segundo gobierno de Alan García, Távara presidió el Poder Judicial y el Jurado Nacional de Elecciones (JNE), y De la Puente es actual accesitario de la JNJ. Cabrera fue congresista por Podemos Perú, y en noviembre del 2020 fue una de las impulsoras de la vacancia de Martín Vizcarra. El entonces presidente tenía múltiples cuestionamientos por corrupción, cuyos indicios lo han llevado al banquillo de los acusados. Como suplentes quedaron Cayo Galindo (puntaje de 79.7), Mónica Rossell (77.99), Iván Guevara (76.72), Roque Bravo (73.41), Freddy Hernándes (75.32), Iris Pacheco (72.86) y Jorge Balarezo (72.12). Galindo fue congresista por el hoy extinto Partido Nacionalista, mientras Rossel también quedó como suplente en el proceso anterior. A estos abogados le tocará la responsabilidad de mejorar la imagen de la JNJ, venida a menos luego de revelarse cómo aprobaron reglamentos para evitar dejar sus cargos. En el caso más saltante fue el de Inés Tello, exjueza que fue aportante a la campaña presidencial de Pedro Pablo Kuczynski, el cual llevaba en su plancha a Vizcarra. Según la Constitución, para ser miembro de la JNJ uno de los requisitos es tener entre 45 y 75 años. Tello pasó la edad límite el 2021, pero siguió con el apoyo de los demás integrantes. Esto incluso provocó un conflicto competencial entre el Congreso de la República y el Poder Judicial. Francisco Távara cumplirá la edad límite en mayo del 2026, y ya adelantó sí dejaría el cargo. Desde el extranjero se envió dinero al Instituto de Defensal Legal (IDL) y otras ONG, a fin de que eviten que el actual proceso culmine. La también foránea Comisión Interamericana de Derechos Humanos también pretende intervenir.
El texto que resume este primer sínodo con participación de laicos se ha llamado Documento Final de la Segunda Sesión de la XVI Asamblea General Ordinaria del Sínodo de los Obispos (2-27 de octubre 2024) “Por una Iglesia sinodal: comunión, participación, misión”. Se puede leer aquí en italiano. El borrador de este documento, que contó con 355 miembros con derecho a voto, tuvo 1,135 enmiendas (950 colectivas y 185 individuales). En total tiene 155 puntos y 16 de ellos tienen más de 25 votos en contra. El punto 60 tiene casi cien votos en contra y hay otros 4 párrafos con unos 40 votos en contra. Puedes ver en este enlace las votaciones de cada punto. Sin embargo, también hay puntos donde el acuerdo entre los participantes es total, es decir, sin ningún voto en contra. De hecho, estos epígrafes tocan temas como el Espíritu Santo, la relevancia del bautismo, la escucha, la evangelización o la piedad popular. El portal ACI Prensa ha traducido los ocho puntos de consenso. Párrafo 1 “Cada nuevo paso en la vida de la Iglesia es un regreso a la fuente, una experiencia renovada del encuentro con el Resucitado que los discípulos vivieron en el Cenáculo la noche de Pascua. Como ellos, nosotros también, participando en esta Asamblea sinodal, nos hemos sentido envueltos por Su misericordia y tocados por Su belleza. Viviendo la conversación en el Espíritu, escuchándonos mutuamente, hemos percibido Su presencia entre nosotros: la presencia de Aquel que, al donar el Espíritu Santo, continúa suscitando en Su Pueblo una unidad que es armonía en las diferencias”. Párrafo 15 “Del Bautismo en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo surge la identidad del Pueblo de Dios. Esta se realiza como una llamada a la santidad y un envío en misión para invitar a todos los pueblos a acoger el don de la salvación (cf. Mt 28,18-19). Es, por tanto, del Bautismo, en el cual Cristo nos reviste de Sí (cf. Gal 3,27) y nos hace renacer del Espíritu (cf. Jn 3,5-6) como hijos de Dios, de donde nace la Iglesia sinodal y misionera. Toda la vida cristiana tiene su fuente y su horizonte en el misterio de la Trinidad, que suscita en nosotros el dinamismo de la fe, la esperanza y la caridad”. Párrafo 34 “‘La criatura humana, en cuanto de naturaleza espiritual, se realiza en las relaciones interpersonales. Cuanto más las vive de manera auténtica, más madura también su propia identidad personal. No es aislándose como el hombre se valora a sí mismo, sino poniéndose en relación con los demás y con Dios. La importancia de tales relaciones se vuelve entonces fundamental’ (CV 53). Una Iglesia sinodal se caracteriza como un espacio en el cual las relaciones pueden florecer, gracias al amor mutuo que constituye el mandamiento nuevo que Jesús dejó a Sus discípulos (cf. Jn 13,34-35). En medio de culturas y sociedades cada vez más individualistas, la Iglesia, ‘pueblo reunido en la unidad del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo’ (LG 4), puede dar testimonio de la fuerza de las relaciones fundadas en la Trinidad. Las diferencias de vocación, edad, sexo, profesión, condición y pertenencia social, presentes en cada comunidad cristiana, ofrecen a cada uno ese encuentro con la alteridad indispensable para la maduración personal”.
Asamblea del Sínodo de Obispos en la Sala de Audiencias Paulo VI. (CNS/Lola Gomez)
Párrafo 51 “Debemos mirar a los Evangelios para trazar el mapa de la conversión que se nos exige, aprendiendo a hacer nuestros los actitudes de Jesús. Los Evangelios nos lo ‘presentan constantemente escuchando a las personas que se le acercan por los caminos de la Tierra Santa’ (DTC 11). Ya se tratara de hombres o mujeres, de judíos o paganos, de doctores de la ley o de publicanos, de justos o de pecadores, de mendigos, de ciegos, de leprosos o enfermos, Jesús no despidió a nadie sin detenerse a escuchar y sin entrar en diálogo. Reveló el rostro del Padre al acercarse a cada uno allí donde se encuentra su historia y su libertad. Del escuchar las necesidades y la fe de las personas que encontraba brotaban palabras y gestos que renovaban su vida, abriendo el camino a relaciones sanadas. Jesús es el Mesías que ‘hace oír a los sordos y hablar a los mudos’ (Mc 7,37). A nosotros, Sus discípulos, nos pide comportarnos de la misma manera y nos otorga, con la gracia del Espíritu Santo, la capacidad de hacerlo, moldeando nuestro corazón al Suyo: solo ‘el corazón hace posible cualquier vínculo auténtico, porque una relación que no se construye con el corazón es incapaz de superar la fragmentación del individualismo’ (DN 17). Cuando nos ponemos a escuchar a los hermanos y hermanas, participamos en la actitud con la que Dios, en Jesucristo, se acerca a cada uno”. Párrafo 58 “Cada bautizado responde a las necesidades de la misión en los contextos en los que vive y opera, a partir de sus propias inclinaciones y capacidades, manifestando así la libertad del Espíritu al otorgar sus dones. Es gracias a este dinamismo en el Espíritu que el Pueblo de Dios, al ponerse en escucha de la realidad en la que vive, puede descubrir nuevos ámbitos de compromiso y nuevas formas de cumplir su misión. Los cristianos que, de diversas maneras —en la familia y en otros estados de vida, en el lugar de trabajo y en las profesiones, en el compromiso cívico o político, social o ecológico, en la elaboración de una cultura inspirada en el Evangelio, así como en la evangelización de la cultura del entorno digital— recorren las vías del mundo y en sus ambientes de vida anuncian el Evangelio, son sostenidos por los dones del Espíritu”. Párrafo 140 “La noche de Pascua, Cristo entrega a los discípulos el don mesiánico de Su paz y los hace partícipes de Su misión. Su paz es plenitud del ser, armonía con Dios, con los hermanos y las hermanas, y con la creación; la misión es anunciar el Reino de Dios, ofreciendo a cada persona, sin excepción, la misericordia y el amor del Padre. El gesto delicado que acompaña las palabras del Resucitado evoca lo que Dios hizo en el principio. Ahora, en el Cenáculo, con el soplo del Espíritu comienza la nueva creación: nace un pueblo de discípulos misioneros”. Párrafo 144 “La Iglesia ya cuenta con muchos lugares y recursos para la formación de discípulos misioneros: las familias, las pequeñas comunidades, las parroquias, las agrupaciones eclesiales, los seminarios, las comunidades religiosas, las instituciones académicas, así como los lugares de servicio y trabajo con la marginalidad, las experiencias misioneras y de voluntariado. En todos estos ámbitos, la comunidad expresa su capacidad de educar en el discipulado y de acompañar en el testimonio, en un encuentro que a menudo hace interactuar a personas de diferentes generaciones. También la piedad popular es un tesoro precioso de la Iglesia, que instruye a todo el Pueblo de Dios en camino. En la Iglesia, nadie es puramente destinatario de la formación: todos son sujetos activos y tienen algo que ofrecer a los demás”. Párrafo 152 “El relato de la pesca milagrosa termina con un banquete. El Resucitado ha pedido a los discípulos que obedezcan a Su palabra, que echen las redes y las saquen a la orilla; sin embargo, es Él quien prepara la mesa e invita a comer. Hay panes y peces para todos, como cuando los multiplicó para la multitud hambrienta. Hay, sobre todo, asombro y encanto en Su presencia, tan clara y resplandeciente que no requiere preguntas. Al comer con los Suyos, después de que lo habían abandonado y renegado, el Resucitado abre de nuevo el espacio de la comunión e imprime para siempre en los discípulos la marca de una misericordia que abre al futuro. Por eso, los testigos de la Pascua se identificarán así: ‘nosotros que hemos comido y bebido con él después de su resurrección de los muertos’ (Hch 10,41)“.
Fuente: Religión en Libertad.
No podemos enseñar un catolicismo distinto en cada país, dice el obispo de Sidney
No podemos “reinventar la fe católica” ni “enseñar un catolicismo diferente en los distintos países”, ha dicho en una entrevista esta semana el arzobispo Anthony Fisher, dominico que pastorea Sídney, en Australia. Es uno de los asistentes al Sínodo de la Sinodalidad estos días en Roma. El arzobispo hizo declaraciones a “EWTN News Nightly” el 15 de octubre. Aunque el programa televisivo se difunde en inglés el viernes 18, una versión resumida se puede leer en EwtnVatican.com . ¿Distinta moral “católica” según el país? El arzobispo australiano plantea algunas preguntas ligadas a dar más autonomía a las iglesias de distintos países. ¿Deberían las conferencias episcopales “tener autoridad para enseñar un catolicismo diferente en distintos países o para decidir una liturgia diferente en distintos países o una misa diferente para distintos países? ¿Aportan su propia cultura local a las cuestiones en el ámbito de la moral, por ejemplo?”, fue enumerando Fisher. “¿Podríamos, por ejemplo, imaginar una Iglesia en la que se ordenen mujeres en algunos países pero no en otros, o en la que se permitan matrimonios entre personas del mismo sexo en algunos países pero no en otros, o en la que haya una cristología arriana en algunos países y una cristología nicena en otros?”, continuó. “Yo creo que no“, añadió. Sídney es una de las mayores diócesis de Australia: cubre un territorio con 5.3 millones de habitantes, de los que casi 600,000 serían católicos. En el Sínodo de la Sinodalidad, Fisher forma parte del consejo ordinario de obispos (hay 15 en ese órgano), y ya participó el año pasado en la primera parte. Fisher pide a los católicos que “se aferren al depósito de la fe, la tradición apostólica, que no imaginemos, en la vanidad de nuestra época, que vamos a reinventar la fe católica o la Iglesia católica“. La tradición, dijo, “es un enorme tesoro que hemos recibido de generación en generación, desde Nuestro Señor Jesucristo y sus apóstoles. Y estamos aquí para transmitirlo fielmente a las próximas generaciones“, afirmó. Como conjugar unidad y diversidad cultural El arzobispo matizó que ese depósito de la fe tiene una comprensión que se desarrolla con el tiempo y también en los lugares. “Hemos logrado tener una gran variedad de culturas y diferentes formas de orar y diferentes formas de evangelizar, y aún así nos mantenemos unidos como uno en Cristo”. Así, en Australia, que está geográficamente en las antípodas de Roma, los católicos celebran la misma fe: “es la única Iglesia, es la única fe y queremos seguir celebrándola incluso en medio de nuestra diversidad cultural“. Por eso, uno de los temas claves del Sínodo es establecer “los límites de lo local y lo cultural” en la Iglesia Católica universal. Un documento con frases problemáticas Del 15 al 18 de octubre, los delegados del Sínodo están trabajando la parte final del Instrumentum Laboris, y la próxima semana, hasta finalizar el 27 de octubre, se dedicarán a la redacción y revisión del documento final del encuentro. En el Instrumentum Laboris, en su párrafo 97, había una propuesta de reconocer “las conferencias episcopales como sujetos eclesiales dotados de autoridad doctrinal, asumiendo la diversidad sociocultural”, con “expresiones litúrgicas, disciplinares, teológicas y espirituales adecuadas a los diferentes contextos socioculturales“. Es por párrafos como ese que Fisher habla del riesgo de “una Iglesia en la que se ordenen mujeres en algunos países pero no en otros, o en la que se permitan matrimonios entre personas del mismo sexo en algunos países pero no en otros“. El arzobispo Fisher de Sídney con indígenas del Estrecho de Torres en 2023. La misma moral y fe, con espacio para los distintos ritos y culturas Lo que Fisher defiende es “tener la misma fe, la misma moral, el mismo orden eclesial y esencialmente la misma liturgia”. Eso aún dejaría “espacio para las diferentes tradiciones rituales en la Iglesia y para diferentes adaptaciones culturales y para diferentes formas de evangelizar”. En Sídney, donde hay católicos inmigrados o hijos de inmigrantes de todo el mundo, hay parroquias y comunidades de distintos ritos: católicos maronitas (libaneses), melquitas (grecocatólicos en árabe), caldeos (iraquíes y siríacos), ucranianos (grecocatólicos) y siro-malabares (rito siríaco de la India). “Traen espiritualidades diferentes, una Misa diferente y formas de oración diferentes, pero también a menudo una comprensión diferente de la sinodalidad, de los roles de los obispos, de la forma de elegir a los obispos, tienen un derecho canónico diferente y un orden eclesial diferente sin dejar de ser parte de la única Iglesia Católica”, detalló el arzobispo australiano. “Puedes ir a una misa maronita y es muy diferente, y sin embargo también sabes que es lo mismo: es el Señor que viene a nosotros bajo los elementos del pan y el vino, pero está realmente presente, su humanidad y divinidad, para nosotros”, explicó. Ese es el tipo de diversidad que la Iglesia Católica ya vive, sin rebajar la doctrina ni la moral.
La procesión del Señor de los Milagros de Nazarenas, se realiza tradicionalmente en el mes de octubre. Se traslada en procesión desde el Monasterio de las Nazarenas al mediodía del primer sábado de octubre e ingresa al Santuario de las Nazarenas en la noche. Se realiza un himno, creado originalmente por Isabel Rodríguez-Larraín Pendergast. Posteriormente el Cristo de Pachacamilla recorre la ciudad de Lima los días: 18, 19 y 28 de octubre. Finalmente, su último recorrido procesional se realiza el 1 de noviembre en el que la imagen sale del Santuario de las Nazarenas e ingresa al Monasterio hasta el año siguiente. La festividad fue declarada Patrimonio Cultural de la Nación por el Instituto Nacional de Cultura siendo la máxima expresión la procesión. Entre las prácticas asociadas al Señor de los Milagros están las actividades vinculadas con el culto, como la artesanía de velas, el uso de sahumerios, estampas, detentes y otros objetos que acompañan la devoción así como el consumo de una serie de productos como los turrones de doña Pepa y otros dulces limeños. El lienzo que mandó a confeccionar Sebastián de Antuñano es el que sale en procesión en la actualidad. Este lienzo fue restaurado en 1991 por los especialistas del Museo Pedro de Osma.
Fuente: Wikipedia.
Por Jaime Vargas-Zúñiga Es una película documental que aporta una visión rigurosa sobre el nacimiento y el desarrollo de la Monarquía Hispánica en América a través de los testimonios de numerosos historiadores y expertos de ambos lados del Atlántico, intercalados con el esplendor visual del patrimonio artístico de trescientos años de Historia compartida.
¿Por qué ver “Hispanoamérica: canto de vida y esperanza”?
Trascendiendo las distintas posiciones políticas e ideológicas, numerosos historiadores, intelectuales y artistas explican la Historia compartida de la Hispanidad, buscando la verdad que nos une y poniendo en valor ese legado común. Se hace un recorrido visual por el patrimonio arquitectónico, pictórico y escultórico acompañado por una banda sonora excepcional en un ejercicio de ensalzamiento del Barroco y del alma. Está dirigida por José Luis López-Linares, distinguido con la Medalla de Oro al mérito en las Bellas Artes 2023 y uno de los mayores exponentes del cine documental español. Su filmografía está galardonada con tres Premios Goya. Su última película, España: La Primera Globalización, fue la película documental más vista del 2021. Según el director: «Hispanoamérica es la película más bonita que he hecho en mi vida». Porque se afianza en la esperanza y en la reconciliación, y eso ya merece la pena. Se podrá coincidir más o menos con la propuesta, pero conviene verla antes de opinar. Y en cualquier caso, siempre invita a la reflexión, algo que nunca está de más.
Para pensar
América no se entiende sin España y España no se entiende sin América. Los hispanoamericanos tenemos tanto en común: la lengua, la cultura, una misma fe, los valores y principios rectores de la vida… La Hispanidad –en su heterogeneidad barroca y compleja– nos une a todos, con sus luces y con sus sombras, con sus avances y con sus errores. Ojalá sigamos estrechando vínculos entre hispanoamericanos. ¿Hoy por hoy, nos fijamos más en los vínculos o en las diferencias? Aunque sea un concepto que no se utiliza en todas las latitudes, la Hispanidad fue –y quizás sigue siendo– un proyecto de civilización global que trajo elementos aparejados: la riqueza de la diversidad, el encuentro y la unión entre distintos, la fusión y preservación de culturas, la evangelización y la transmisión de la religión cristiana. ¿Con qué parte de la Historia nos solemos quedar? ¿Cómo comprendemos lo global? Destaca el papel de la Iglesia –y en especial, el de la Compañía de Jesús– al dar sentido y rumbo espiritual a esta realidad en América. Los jesuitas fueron portadores de la Buena Nueva y fundadores de iglesias, misiones, hospitales y universidades. ¿Cuál es el rol de la Iglesia hoy? ¿Cuál crees que debería ser? Hispanoamérica es un canto de vida y esperanza. Ante nacionalismos exacerbados, presentismos o el líquido relativismo, la propuesta que subyace puede ser guía en el mundo de hoy: preservar los valores colectivos, actuar movidos por profundas convicciones de fe, vivir con una alegría e ilusión características, promover la igualdad y la unión en la multiplicidad y construir una sociedad universal más humana y fraternal. ¿Nuestro mundo aviva la esperanza o el resentimiento? ¿Y nosotros?
El escritor Albert Camus (1913-1960), aun siendo de izquierdas, sí descubrió y criticó el impulso totalitario inherente a las pretensiones mesiánicas de las ideologías ‘progresistas’.
¿Por qué los «woke» se consideran moralmente superiores? Un mix de razones históricas e ideológicas
La izquierda se inclina a menudo hacia una postura moral, pretendiendo encarnar el bien en política. ¿De dónde procede esta tendencia y cómo se ha manifestado? ¿Qué compromisos y negaciones ha ocultado a veces esta actitud? Benoît Dumoulin, director del Centro Antropológico de Provenza, director de desarrollo de Ichtus y profesor de ideas políticas y derecho constitucional, responde a estas preguntas en el Nº373 (octubre de 2024) de La Nef:
La izquierda… ¿el lado del bien?
En Francia, la izquierda es esencialmente religiosa y adopta la forma de una nueva religión. Inseparable de sus orígenes revolucionarios, no limita sus ambiciones a las cuestiones institucionales y políticas, sino que pretende regenerar la condición humana a través de la política y dar nacimiento a un hombre nuevo, emancipado por el progreso. Es en la filosofía de la Ilustración y en la experiencia revolucionaria donde se forja la identidad política de la izquierda. Históricamente, la división derecha/izquierda se remonta a la sesión del 11 de septiembre de 1789, cuando los diputados de la Asamblea Constituyente, reunidos para deliberar sobre el derecho de veto concedido al rey Luis XVI, se dividieron espontáneamente a ambos lados del presidente de la Asamblea: a la derecha, los “monárquicos“, partidarios de un veto absoluto para el rey; a la izquierda, los “constitucionalistas”, que preferían un simple veto suspensivo y ganaron la causa. Una división que iba a marcar la vida política francesa durante mucho tiempo, basada en la aceptación o el rechazo del legado revolucionario. Los orígenes del significado político de los términos ‘derecha’ e ‘izquierda’ remiten al lugar ocupado en la asamblea revolucionaria de 1789. En la imagen, ‘La noche del 4 de agosto de 1789 en la Asamblea Nacional’ (detalle), cuadro de Charles Monnet sobre grabado de Isidore Stanislas Helman. Pero la oposición pronto fue más allá de las meras cuestiones institucionales, ya que la Revolución pretendía hacer borrón y cuenta nueva del pasado y dar nacimiento a un mundo nuevo, enraizado en la filosofía del contrato social, es decir, la sociedad ya no se veía como un hecho de la naturaleza que precedía al hombre, sino como el producto de un contrato enteramente ideado por él. Es en esta visión constructivista del hecho social donde la izquierda, abrazando la causa revolucionaria, se reviste de una nueva religión que se asemeja al mesianismo laico, es decir, de un deseo de salvar al hombre mediante la política, pretendiendo erradicar totalmente el mal del cuerpo social. Fue San Juan Pablo II quien popularizó la expresión “mesianismo laico” en la Jornada Mundial de la Juventud celebrada en Roma en agosto de 2000. Refiriéndose a los grandes totalitarismos del siglo XX, explicó que “los diversos mesianismos laicos que han intentado sustituir a la esperanza cristiana han resultado ser verdaderos infiernos”. Antes que él, Albert Camus había visto en el mesianismo revolucionario de 1789 la matriz de los grandes totalitarismos modernos. La creencia de que la voluntad humana puede erradicar por sí sola el mal que reside en el interior del hombre conduce tarde o temprano a la instauración de un sistema totalitario que no sólo se agota sin conseguir que el mundo sea perfecto, sino que destruye lo que queda de sana realidad. Convertir en absoluto el objetivo que hay que alcanzar (dar la felicidad) tiene por consecuencia relativizar los medios puestos en marcha. Como explica Albert Camus en El hombre rebelde (1951), “cien años de dolor son fugaces a los ojos del hombre que anuncia, por centésimo primera vez, la ciudad definitiva” de la que el mal habrá sido erradicado. Fue esta arraigada creencia en el advenimiento de un paraíso rojo o pardo lo que contribuyó a relativizar, en la mente de sus autores, el horror de los medios utilizados para conseguirlo. Ahora bien, esta ambición de regenerar completamente la sociedad para dar forma a un mundo nuevo ya se había iniciado durante la Revolución francesa: “Los hombres de 1789”, explica François Furet en La Revolución francesa (con Denis Richet, 1965), “habían creído que reconstruir el Estado sobre la voluntad del pueblo proporcionaba la clave de la felicidad social; el jacobinismo de 1793 había representado el apogeo de este voluntarismo político, ya que la dictadura revolucionaria se había creído en condiciones de transformar con su acción el conjunto de la sociedad civil y de recrear ciudadanos virtuosos a partir de individuos movidos por el egoísmo”. Es esta dimensión mesiánica de la Revolución francesa la que explica el carácter potencialmente totalitario de la izquierda francesa. Ignorando la condición humana marcada por el pecado original, la izquierda pretende regenerarla según un código moral que pasa por alto la inclinación del hombre hacia el mal. “Me gustaría ser de izquierdas, pero requiere tantas cualidades humanas que he renunciado a ello”, explica con humor el actor Fabrice Luchini. De hecho, la moral propugnada por la izquierda se dirige a un hombre virtuoso que rara vez se encuentra en la realidad de la vida social. ¿Qué hombre mantendría un koljós o cualquier otra propiedad colectiva con tanta energía como su propiedad privada? Donde la izquierda apela a la virtud pública, la derecha considera el interés personal por encima de todo y se esfuerza por dirigirlo hacia el bien común, basándose en el principio de que la felicidad del hombre no puede lograrse contra sí mismo y de que -por utilizar el ejemplo de la propiedad- sólo puede mantenerla adecuadamente si le pertenece o si puede cosechar sus beneficios. ¿Bajeza y egoísmo de la condición humana? Está muy bien que la izquierda denuncie -a veces no sin razón- el cinismo de la derecha. Pero hay que decir que la izquierda, que no cree en el pecado original, peca de utopismo, y que la realidad le demuestra a menudo que se equivoca.
La visión de un hombre abstracto
La segunda característica de la moral de izquierdas es que es desencarnada, en el sentido de que se dirige a un hombre abstracto que no está enraizado ni en la geografía ni en la historia. Desde la Revolución francesa, el hombre de izquierdas defiende principios de alcance universal, mientras que el reaccionario o conservador, generalmente anclado en la derecha, considera las realidades en su encarnación temporal concreta. El hombre de izquierdas defenderá los derechos humanos, mientras que el hombre de derechas preferirá hablar de los derechos de los franceses. El hombre de izquierdas militará a favor de la democracia, la República, la libertad o la tolerancia, mientras que el hombre de derechas preferirá limitar su horizonte político a la patria carnal, considerando que las realidades universales sólo pueden alcanzarse a través de la mediación de las realidades particulares. De ahí una diferencia importante sobre el tema de la inmigración: considerando la sociedad como una construcción social que depende únicamente de la voluntad colectiva, el hombre de izquierdas cree que es posible agregar elementos externos, a quienes denomina abstractamente migrantes, sin preguntarse por su cultura ni por su voluntad de integrarse en la nación de acogida, mientras que el hombre de derechas, dado que la sociedad se fundamenta sobre un patrimonio cultural preexistente al hombre, no puede abrirse a todos sin disolverse. La tercera característica de la moral propugnada por la izquierda es que pretende encarnar la verdad en política, rechazando las convicciones contrarias marcándolas con el sello de la infamia y el deshonor, o utilizando los calificativos olfativos que sean necesarios, como “ideas nauseabundas”, de las que se burla para desacreditarlas mejor sin necesidad de refutarlas. A decir verdad, esta postura resulta inevitable, dado que la izquierda profesa una moral incorpórea, empeñada en principios sin confrontarlos con la realidad. Una ética de la convicción, por utilizar el lenguaje de Max Weber, en lugar de una ética de la responsabilidad que considera las consecuencias de las acciones. Una moral del deber, heredera directa del imperativo categórico kantiano, con la cual se analizan las opciones políticas: restringir la acogida de inmigrantes resulta así inmoral, como conducir un coche diesel, en una dialéctica maniquea del bien y del mal que restringe constantemente el alcance de la libertad política. “La verdad es una, el error es múltiple; no es casualidad que la derecha profese el pluralismo”, escribió Simone de Beauvoir en la revista Les Temps modernes en 1955. Sin embargo, el error no se debate, no tiene derecho a réplica; esto explica la dificultad de cierta izquierda para aceptar el pluralismo democrático. Jean-Paul Sartre dijo en 1961: “Un anticomunista es un perro, no saldré de ahí, no volveré a salir de ahí”, mostrando que oponerse a quienes pretenden encarnar el sentido de la Historia es una cuestión de infamia, no de debate.
La promesa de emancipación
La doctrina de la izquierda asume así todas las características de la doctrina cristiana (pretensión de verdad, universalismo, voluntad salvífica), salvo que las traslada del horizonte sobrenatural del más allá al mundo concreto de las civilizaciones temporales. Lo universal deja de ser una promesa para convertirse en un programa, según la distinción que hizo Chantal Delsol durante una conferencia de Cuaresma pronunciada en Notre-Dame de París en 2009. Es en esta falsificación de la verdad cristiana donde reside la tentación totalitaria de la izquierda, aunque hay que reconocer que siempre ha habido personas dentro de la izquierda que han sido conscientes de esta deriva y han intentado frenarla (me viene a la mente Albert Camus). Por último, si observamos el desarrollo histórico de la izquierda desde 1789, vemos tres ciclos como fases de la emancipación del individuo según una lógica progresiva que tiene su origen en la Revolución francesa. En Pensar la Revolución francesa(1978), François Furet sostiene que la Revolución no es sólo un acontecimiento político del pasado, sino una promesa de emancipación perpetua, una dinámica abierta que sigue desplegándose y produciendo sus efectos. La Revolución fue ante todo un proceso de emancipación política que abolió la monarquía de derecho divino y la sustituyó por un régimen basado en la soberanía del pueblo. La nación quedaba así liberada del derecho divino y la decisión colectiva podía ejercerse sin límites, en una forma de arrogancia que constituía precisamente el entusiasmo revolucionario. Este primer ciclo, llevado a lo largo del siglo XIX por los republicanos en la oposición y luego en el poder, llegó a su fin en 1905 con la votación de la ley de separación de la Iglesia y el Estado. A partir de entonces, el partido radical, agotado su programa, declinó y se reorientó. A su izquierda, siguiendo la lógica ‘sinistrista‘ teorizada por Albert Thibaubet en Las ideas políticas de Francia(1932), según la cual la vida política, a medida que se desplazaba hacia la izquierda, daba lugar a partidos cada vez más izquierdistas que reorientaban a los anteriores, surgieron el partido socialista y luego el partido comunista como portadores de una nueva promesa de igualdad. La segunda emancipación fue económica y social, promoviendo la igualdad real y liberando a los individuos de la dominación de los empresarios. Constituyó la matriz política de la izquierda hasta 1991, cuando el colapso del bloque soviético la obligó a abandonar el colectivismo y abrazar la economía de mercado. Luego se transformó en izquierdismo cultural que, importado de las universidades estadounidenses en los años sesenta, acabó contaminando a la izquierda francesa al pretender emancipar al individuo de todas las determinaciones culturales heredadas a lo largo de los siglos. La fantasía de una naturaleza pura, limpia de toda herencia cultural, formó el tejido de esta izquierda cultural, que también acabó queriendo liberarse de la naturaleza, vista como el último obstáculo para la plena satisfacción de los deseos individuales. El wokismo se inscribe directamente en esta lógica, que revisita la historia de la humanidad oponiendo dominantes y dominados, opresores estructurales y víctimas inocentes, en una lucha interseccional que combina feminismo, ideología gay, indigenismo y marxismo. Por el contrario, la derecha sufre una desventaja estructural: sólo existe en el espejo de una izquierda que marca el tono de la vida política y pretende encarnar la dirección de la historia, relegando a la derecha a una posición de reacción frente a esta dinámica de emancipación perpetua. La derecha será por tanto reaccionaria o conservadora, es decir, será a menudo una izquierda retrasada. “El mundo se divide en conservadores y progresistas”, explica Chesterton: “El negocio de los progresistas es seguir cometiendo errores. El negocio de los conservadores es impedir que se corrijan los errores”. Este es el famoso efecto trinquete de las reformas sociales promovidas por la izquierda y luego defendidas suavemente por la derecha, que las continúa, dando así la razón a la izquierda. Un trinquete es un mecanismo que permite a un engranaje (1) girar hacia un lado, pero le impide hacerlo en sentido contrario, ya que lo traba con un gatillo (2) que engrana en los dientes en forma de sierra. Permite que los mecanismos no giren en el sentido contrario al deseado. Así avanza la revolución: la izquierda progresista gira la rueda en un sentido y la derecha conservadora aplica el gatillo cuando alguien pretende moverla en sentido contrario. Imagen y descripción mecánica: Wikipedia. Por encima de todo, el marco estructurador de la vida política francesa sigue estando definido por la izquierda. Se considera guardiana de la herencia republicana y designa a quienes tienen derecho a reivindicarla, relegando a quienes vilipendia de toda legitimidad política. Cualquier renacimiento de una derecha libre e independiente presupone, por tanto, en primer lugar que se cuestione el proceso de legitimación política instaurado por la izquierda y, a continuación, que ésta se enfrente a una doctrina capaz de generar una fuerza de atracción tan fuerte como la del progresismo societario.
Fuente: Religión en Libertad. Traducción de Verbum Caro.
Cardenal Müller: ni siquiera un Papa puede cambiar la constitución de la Iglesia ni el Depósito de la Fe
Durante la IX Reunión Pax Liturgica celebrada en Roma, el Cardenal Gerhard Müller advirtió contra los obispos que traicionan su misión divina al relativizar la doctrina y no defender la fe ortodoxa. “No debemos ceder ante la siguiente sugerencia: si quieres llegar a la gente de hoy y ser amado por todos, entonces, como Pilato, deja a un lado la verdad; así te ahorrarás persecución, sufrimiento, la cruz y la muerte. Hablando secularmente, el poder de la política, los medios y los bancos es el lado seguro, mientras que la verdad desafía la contradicción y promete sufrimiento con Cristo, el Salvador crucificado del mundo”, dijo el ex prefecto de Doctrina de la Fe. El Cardenal Müller también señaló “dos graves errores” que existen en la Iglesia hoy en día: que no es posible ni siquiera a “un papa, con su máxima autoridad apostólica (plenitudo potestatis), pudiera incluso cambiar la constitución jerárquica de la Iglesia y su ley divina (ius divinum), por ejemplo, delegando su autoridad jurisdiccional a los laicos”. Tampoco es posible “que el Espíritu transmita al Papa una enseñanza completamente nueva que los fieles deban aceptar ciegamente, incluso si está en abierta contradicción con la clara enseñanza de la Sagrada Escritura, la Tradición Apostólica y las definiciones dogmáticas previas de los Papas y los concilios ecuménicos”. Refiriéndose al Concilio Vaticano I y a la Constitución dogmática Pastor aeternus, expresó: “De hecho, el Espíritu Santo no fue prometido a los sucesores de Pedro para revelar, por su inspiración, una nueva doctrina, sino para guardar escrupulosamente y dar a conocer fielmente, con su asistencia, la revelación transmitida por los Apóstoles, es decir, el depósito de la fe”. En ese sentido, el cardenal alemán dijo también: “Estamos obligados a luchar por la ortodoxia en la Iglesia. Digo esto porque hay algunos cardenales aquí en Roma que piensan que el Papa puede hacer lo que quiera”.
Fuente: Infocatólica.
Evangelio según San Marcos 10,46-52. Después llegaron a Jericó. Cuando Jesús salía de allí, acompañado de sus discípulos y de una gran multitud, el hijo de Timeo -Bartimeo, un mendigo ciego- estaba sentado junto al camino. Al enterarse de que pasaba Jesús, el Nazareno, se puso a gritar: “¡Jesús, Hijo de David, ten piedad de mí!”. Muchos lo reprendían para que se callara, pero él gritaba más fuerte: “¡Hijo de David, ten piedad de mí!”. Jesús se detuvo y dijo: “Llámenlo”. Entonces llamaron al ciego y le dijeron: “¡Animo, levántate! El te llama”. Y el ciego, arrojando su manto, se puso de pie de un salto y fue hacia él. Jesús le preguntó: “¿Qué quieres que haga por ti?”. El le respondió: “Maestro, que yo pueda ver”. Jesús le dijo: “Vete, tu fe te ha salvado”. En seguida comenzó a ver y lo siguió por el camino.
Homilía del Padre Paul Voisin CR de la Congregación de la Resurrección:
Hace muchos años trabajé en un programa de retiro para adolescentes en Brantford, Ontario. Uno de los ejercicios que hicimos con ellos se llamaba “A plena vista”. Todos los adolescentes estaban juntos en una gran sala y uno de los miembros del equipo les mostró un bolígrafo, un bolígrafo normal. El les pidió que cerraran los ojos y lo colocó en algún lugar de la sala. Cuando les pidió que abrieran los ojos, les indicó que encontraran el bolígrafo. Sugirió que cuando localizaran el bolígrafo, a plena vista, caminaran un poco más y luego se sentaran en el medio de la sala. Esto no “delataría” a los demás participantes dónde estaba el bolígrafo. Algunas personas dieron vueltas por la sala una y otra vez y no pudieron verlo. Sin embargo, una vez que lo veías, no podías entender cómo no lo veías y cómo los demás seguían sin verlo. Y, de hecho, el bolígrafo no estaba escondido, estaba “a plena vista”. Pensé en esa experiencia cuando leí por primera vez el evangelio de hoy (Marcos 10:46-52). Jesús está a la vista, pero a veces no lo vemos ni lo reconocemos. Nosotros también sufrimos a menudo de un tipo de ceguera. Bartimeo era ciego. Obviamente había oído hablar de Jesús, de su enseñanza con autoridad y, lo que es más importante, de sus poderes curativos. Para entonces ya había ganado cierta fama: había multiplicado dos veces cinco panes para alimentar a más de cinco mil personas; había disipado numerosos espíritus malignos; había sanado a un leproso, a un paralítico, a un sordo, a un hombre con una mano paralizada, a un ciego, a un epiléptico; y había devuelto a la vida a la hija de Jairo. Estos hechos milagrosos no podían mantenerse en secreto durante mucho tiempo. Por eso, cuando Bartimeo oyó que Jesús pasaba, naturalmente lo llamó. Quería ser contado entre los que Jesús había sanado. Y así, Jesús lo llamó. Con las sencillas palabras “Vete, tu fe te ha salvado”, su vida cambió para siempre. Ahora podía ver. Jesús tenía el poder de sanar a la gente, y ese poder continúa hasta hoy. Él sigue llamándonos, como lo hizo con Bartimeo, y quiere sanarnos. Muchos de nosotros podemos tener problemas de visión, pero dudo que muchos de nosotros tengamos idea de cómo es la vida de una persona ciega. Tengo un buen amigo, un hombre que era nuestro organista en nuestra parroquia resurreccionista en La Paz, que es ciego. Pero sólo podemos imaginar cómo es su vida, especialmente ahora que nuestro mundo se orienta cada vez más a lo visual. Así que sólo podemos imaginar cómo era la vida de Bartimeo antes de que Jesús lo sanara. Estoy seguro de que era una vida de pobreza, soledad y aislamiento, pidiendo limosna a los transeúntes en el camino a Jericó. Su vida con la vista habría sido todo lo contrario, teniendo la libertad de participar en el trabajo y la vida de su familia y comunidad. Era como una nueva vida para él. Hay un dicho que dice que “no hay peor ciego que el que no quiere ver”. Aunque no seamos ciegos físicamente, tal vez, en nuestra condición humana, a veces elegimos no ver. Esa ceguera espiritual o psicológica también nos hace pobres, solos y aislados, de Dios y de los demás. Esa ceguera nos separa de la vida. En esa ceguera, a veces ni siquiera clamamos, como hizo Bartimeo, para ser curados. Podemos acostumbrarnos a nuestra ceguera, a la forma en que nos vemos a nosotros mismos, a quienes nos rodean, al mundo e incluso a Dios. Puede que no seamos felices, pero para algunos el miedo al cambio es demasiado grande. Tal vez deseemos permanecer ciegos en lugar de “correr la riesgo” y ver. Esa nueva visión nos haría reevaluar lo que vemos (o más bien lo que no vemos), empezando por nosotros mismos, quienes nos rodean, el mundo y Dios. Si tenemos miedo al cambio –una respuesta muy humana–, tal vez seamos más felices sentándonos al borde del camino y suplicando en lugar de clamar y ser curados. En realidad, no tiene mucho sentido, pero en nuestra condición humana y en nuestro pecado, podemos elegir esa respuesta. Cuando lo hacemos, estamos impidiendo que Jesús entre en nuestras vidas y nos transforme, transformando la manera en que nos vemos a nosotros mismos –como amados, dotados, agraciados, bendecidos y dinámicos; la manera en que vemos a los demás– como hermanos y hermanas en lugar de competidores, como amigos en lugar de enemigos; la manera en que vemos al mundo –como lleno de bendiciones y oportunidades; y como Dios– como amoroso, perdonador y capaz de sanarnos y levantarnos. A veces no clamamos a Jesús porque nuestro miedo al cambio, nuestros sentimientos de indignidad o nuestras dudas sobre el amor de Dios por nosotros pueden convencernos de que si clamamos, Jesús no nos escuchará, que Jesús no está interesado y que nos pasará de largo, sin molestarse en tocar nuestras vidas. Es extraño, pero muchas veces podemos ver esta respuesta en las vidas de otras personas que quieren permanecer ciegas. ¡No quieren ver! Incluso podemos ver en nosotros mismos esta tendencia a permanecer ciegos, eligiendo la ceguera en lugar de la vista. 1. Ceguera ante la belleza con la que Dios nos ha creado, negando nuestros dones y talentos, sin reconocer las bendiciones y gracias que hemos recibido. “Vernos” a nosotros mismos de una nueva manera significa que tenemos que ser responsables de los dones y bendiciones de Dios, y usarlos bien como buenos administradores. 2. Ceguera en la forma en que miramos a alguien, de manera negativa o crítica: un ex amigo, un miembro de la familia, un compañero de trabajo o de clase, un jefe o empleado, un maestro o un estudiante. Tal vez sentimos que nos han “hecho mal” y queremos verlos castigados en lugar de bendecidos. “Verlos” significaría ser compasivos, comprensivos y perdonadores. 3. Ceguera en la forma en que miramos al mundo: como algo negativo y un mal lugar para estar, viendo nuestra humanidad como una tarea pesada o una maldición. ¡Pero Jesús ELIGIÓ ser humano! Para “ver” el mundo como bendecido por Dios, debemos ser participantes activos en la creación de un mundo, un mundo “nuevo” que refleje la presencia de Dios. 4. Y, por último, la ceguera nos impide reconocer y aceptar a Dios como realmente es. “Ver” a Dios como es significaría reconocer y aceptar que Él es amoroso, misericordioso y bondadoso, paciente y perdonador. Significaría abrir nuestras vidas a Su gracia y participar de Su vida. En nuestra propia “ceguera”, sea cual sea, clamemos a Jesús para que nos conceda el don de la verdadera vista. Entonces podremos ayudar a otros a buscar a Jesús, porque sabemos, creemos y hemos experimentado que Él está “A Clara Vista”.
Los 16 párrafos con más votos en contra; ¡uno casi con cien!
Documento final del Sínodo
Por Pablo J. Ginés– www.religionenlibertad.com Las mujeres, ministerio diaconal, roles de liderazgo Párrafo 60: 97 votos en contra. Es largo, trata del papel de las mujeres, y mezcla muchas cosas. Quizá lo más conflictivo es este fragmento: “Esta Cámara pide la plena implementación de todas las oportunidades ya previstas por la ley actual en relación con el papel de la mujer, particularmente en los lugares donde siguen siendo inaplicables. No hay razones para impedir que las mujeres asuman roles de liderazgo en la Iglesia: lo que viene del Espíritu Santo no se puede detener. La cuestión del acceso de las mujeres al ministerio diaconal también permanece abierta“. Conferencias Episcopales: “precisar” su poder sobre cada obispo Párrafo 125: 45 votos en contra. Trata sobre las Conferencias Episcopales, es muy abierto y muchos temen que algunas conferencias episcopales puedan utilizarlo para debilitar la independencia y libertad de distintos obispos. La palabra “disciplinar” o “disciplinario” solo se usa 3 veces en el documento, y dos veces va ligado a este párrafo (que las Conferencias “disciplinen” a obispos). En el texto se lee: “Se propone: […] b) precisar el alcance de la competencia doctrinal y disciplinaria de las Conferencias Episcopales. Sin comprometer la autoridad del obispo en la Iglesia que se le ha confiado ni poner en peligro la unidad y la catolicidad de la Iglesia, el ejercicio colegial de esta competencia puede fomentar la auténtica enseñanza de la única fe de manera adecuada e inculturada en los diversos contextos, identificando las expresiones litúrgicas, catequéticas, disciplinarias, pastorales, teológicas y espirituales apropiadas (cf. GA 22); c) realizar una evaluación de la experiencia del funcionamiento real de las Conferencias Episcopales, de las relaciones entre los episcopados y con la Santa Sede, para identificar las reformas concretas a implementar. Las visitas ad limina Apostolorum pueden ser una ocasión propicia para tal evaluación; d) asegurar que todas las diócesis formen parte de una Provincia eclesiástica y de una Conferencia Episcopal (cf. CD 40); e) precisar el vínculo eclesial que las decisiones tomadas por una Conferencia Episcopal generan, con respecto a su propia Diócesis, para cada Obispo que haya participado en esas mismas decisiones“. Con la excusa de la sinodalidad, ¿experimentos litúrgicos? Párrafo 27: 43 votos en contra El tercer párrafo más impopular dice que “profundizar el vínculo entre liturgia y sinodalidad ayudará a todas las comunidades cristianas, en la pluriformidad de sus culturas y tradiciones, a asumir estilos festivos que manifiesten el rostro de una Iglesia sinodal. Para ello, solicitamos la creación de un Grupo de Estudio específico, al que también confiamos la reflexión sobre cómo hacer que las celebraciones litúrgicas sean más expresivas de la sinodalidad; también será posible abordar la predicación dentro de las celebraciones litúrgicas y el desarrollo de una catequesis sobre la sinodalidad en clave mistagógica“. Los votos en contra probablemente tienen que ver más con el miedo a que se use este párrafo como un coladero de experimentos litúrgicos con excusa “sinodal” que a que las “catequesis mistagógicas sobre sinodalidad” parezcan aburridas y poco fructíferas. Formar a los seminaristas ¡y obispos! con métodos y mentalidad sinodal Párrafo 148: 40 votos en contra Pide “que los caminos de discernimiento y formación de los candidatos al ministerio ordenado se configuren en estilo sinodal. Esto significa que deben proporcionar una presencia significativa de figuras femeninas, inclusión en la vida cotidiana de las comunidades y educación para colaborar con todos en la Iglesia y practicar el discernimiento eclesial. Esto implica una valiente inversión de energía en la preparación de formadores. La Asamblea pide una revisión de la Ratio Fundamentalis Institutionis Sacerdotalis, que tenga en cuenta las exigencias del Sínodo, traduciéndolas en indicaciones precisas para la formación en la sinodalidad. Los cursos de formación pueden despertar en los candidatos la pasión por la misión ad gentes. No menos necesaria es la formación de los obispos, para que asuman mejor su misión de componer en unidad los dones del Espíritu y ejerzan con estilo sinodal la autoridad que se les confiere. El estilo sinodal de formación implica que la dimensión ecuménica esté presente en todos los aspectos de los caminos hacia el ministerio ordenado“. Que el Derecho Canónico cambie su definición de “consultivo” Párrafo 92: 39 votos en contra Es un párrafo que parece querer limitar mucho la capacidad de decisión del obispo o del Papa y ponerla en manos de “órganos consultivos“, además de atacar el concepto de “órgano consultivo“. El texto dice: “En una Iglesia sinodal, la competencia decisoria del Obispo, del Colegio Episcopal y del Obispo de Roma es inalienable, en la medida en que tiene sus raíces en la estructura jerárquica de la Iglesia establecida por Cristo al servicio de la unidad y del respeto de la legítima diversidad (cf. LG 13). Sin embargo, no es incondicional: no se puede ignorar una orientación que surge en el proceso consultivo como resultado de un discernimiento correcto, especialmente si es llevada a cabo por los organismos participantes. Por lo tanto, es insuficiente el contraste entre consulta y deliberación: en la Iglesia la deliberación se lleva a cabo con la ayuda de todos, nunca sin la autoridad pastoral que decide en virtud de su oficio. Por ello, se debe revisar la fórmula recurrente en el Código de Derecho Canónico, que habla de voto ‘solo consultivo’ (tantum consultivum), para eliminar posibles ambigüedades. Por lo tanto, parece apropiada una revisión de la legislación canónica en clave sinodal, que aclare tanto la distinción como la articulación entre consultivo y deliberativo e ilumine las responsabilidades de quienes participan en los procesos de toma de decisiones en las diversas funciones“. Más Concilios locales, más regulares y que Roma los ratifique más rápido Párrafo 129: 38 votos en contra El texto dice: “Para lograr una ‘sana descentralización’ (Evangelii Gaudium 16) y una inculturación efectiva de la fe, es necesario no solo reconocer el papel de las Conferencias Episcopales, sino también reevaluar la institución de los Concilios particulares, tanto provinciales como plenarios, cuya celebración periódica ha sido una obligación durante gran parte de la historia de la Iglesia y que están previstos por la ley vigente en el orden latino (cf. CIC puede. 439-446). Deben convocarse periódicamente. Se debería reformar el procedimiento para el reconocimiento de las conclusiones de los Concilios particulares por parte de la Santa Sede (recognitio), para favorecer su publicación oportuna, indicando plazos precisos o, en el caso de cuestiones puramente pastorales o disciplinarias (que no se refieran directamente a cuestiones de fe, moral o disciplina sacramental), introduciendo una presunción jurídica, equivalente al consentimiento tácito“. Los críticos pueden sospechar que, como con las Conferencias Episcopales, es una forma de que distintas naciones establezcan sus propias “cuestiones pastorales o disciplinarias“. Suena raro lo de “presunción jurídica equivalente al consentimiento tácito“: si Roma tarda en ratificar un Concilio local (tarraconense, amazónico, alemán, etc…), ¡se daría por aprobado! Un “consejo de Patriarcas” orientales y un Sínodo especial sobre Iglesias Orientales Párrafos 133, con 37 votos en contra Un texto sobre colaboración entre iglesias latinas y orientales y acogida a fieles orientales en regiones latinas. Lo problemático parecen ser sus propuestas organizativas concretas: “La Asamblea Sinodal propone establecer un Consejo de Patriarcas, Arzobispos Mayores y Metropolitanos de las Iglesias Católicas Orientales presidido por el Papa, que sea una expresión de sinodalidad y un instrumento para promover la comunión y el intercambio del patrimonio litúrgico, teológico, canónico y espiritual”. […] La Asamblea propone al Santo Padre convocar un Sínodo Especial para promover la consolidación y el resurgimiento de las Iglesias Católicas Orientales“. Habría que repasar si los 37 votos contra este texto eran de delegados orientales. Muchos prelados orientales probablemente prefieren tratar directamente con un Dicasterio en Roma (además de con su propia iglesia concreta, rutena, maronita, copta, etc…) en vez de con una “asamblea sinodal oriental” a la que vayan de países muy distintos (desde etíopes a indios pasando por rutenos de EEUU) que una Roma muy centralizadora podría usar para difuminar las tradiciones locales que ya existen e implantar “cosas nuevas”. El Sínodo de los Obispos ya no es puntual, sino un proceso, incorporará no obispos Párrafo 136, también 37 votos en contra Habla de “el Sínodo de los Obispos, que la Constitución Apostólica Episcopalis communio ha transformado de un evento puntual a un proceso eclesial”. […] La composición de esta Asamblea General Ordinaria es “más que un hecho contingente. Expresa un modo de ejercicio del ministerio episcopal coherente con la Tradición viva de las Iglesias y con la enseñanza del Concilio Vaticano II”. El Sínodo de los Obispos, conservando su naturaleza episcopal, ha visto y verá en el futuro en la participación de otros miembros del Pueblo de Dios “la forma que está llamada a asumir el ejercicio de la autoridad episcopal en una Iglesia consciente de ser constitutivamente relacional y, por tanto, sinodal” para la misión. Al profundizar en la identidad del Sínodo de los Obispos, es esencial que en el proceso sinodal y en las Asambleas aparezca y se realice concretamente la articulación entre la participación de todos (el Pueblo santo de Dios), el ministerio de algunos (el Colegio Episcopal) y la presidencia de uno (el sucesor de Pedro)“. Los críticos pueden sospechar que este texto puede servir para que haya más y más reuniones de “Sínodos” donde voten muchas personas que no sean obispos. O simplemente desconfían del concepto “proceso sinodal” y “asambleas”. ¿Hace falta crear un “ministerio de escucha”? Párrafo 78: 33 votos en contra El texto dice: “la Asamblea dedicó atención a la propuesta de establecer un ministerio de escucha y acompañamiento, mostrando una variedad de orientaciones. Algunos hablaron favorablemente, porque tal ministerio constituiría una forma profética de enfatizar la importancia de la escucha y el acompañamiento en la comunidad. Otros han afirmado que la escucha y el acompañamiento son tarea de todos los bautizados, sin necesidad de un ministerio específico. Otros destacan la necesidad de profundizar, por ejemplo, la relación entre este posible ministerio y el acompañamiento espiritual, la consejería pastoral y la celebración del sacramento de la Reconciliación. También surgió la propuesta de que el posible ministerio de escucha y acompañamiento se destine de manera particular a acoger a los marginados de la comunidad eclesial, a los que regresan después de haber partido, a los que están en busca de la verdad y quieren ser ayudados a encontrarse con el Señor. Por lo tanto, sigue existiendo la necesidad de continuar el discernimiento a este respecto. Los contextos locales donde más se sienta esta necesidad podrán promover la experimentación y desarrollar posibles modelos sobre los que discernir“. Todo el mundo está a favor de escuchar a los atribulados y a “los que buscan la verdad”, por lo que los votos en contra probablemente vienen de delegados que temen que se cree un “ministerio de escucha” que funcione como una especie de “confesión light”, sin absolución, que en vez de facilitar la confesión la sustituya. Además, la frase “promover la experimentación” no tranquiliza a los delegados suspicaces (o prudentes). “Explotar el potencial” de las 7 “asambleas eclesiales continentales“ Párrafo 126: 32 votos en contra El texto reconoce que “las siete Asambleas Eclesiales continentales, celebradas a principios de 2023, representaron una novedad significativa” y propone “aclarar mejor el estatus teológico y canónico, así como el de las agrupaciones continentales de Conferencias Episcopales, para poder explotar su potencial“. Los que han votado en contra probablemente piensan que las “asambleas eclesiales continentales” son un invento que no sirve para casi nada y no tienen potencial que explotar. El sensus fidei no se equivoca, es un criterio seguro Párrafo 22: 28 votos en contra El texto que habla del sensus fidei (el sentido de la fe del pueblo cristiano) para atribuir unos extraordinarios superpoderes teológicos a los cristianos de a pie. El texto dice: “Gracias a la unción del Espíritu Santo recibida en el Bautismo (cf. 1 JN 2, 20.27), todos los creyentes tienen un instinto por la verdad del Evangelio, llamado sensus fidei. Consiste en una cierta connaturalidad con las realidades divinas, fundada en el hecho de que en el Espíritu Santo los bautizados ‘son hechos partícipes de la naturaleza divina’ (DV 2). De esta participación proviene la capacidad de captar intuitivamente lo que está en conformidad con la verdad de la Revelación en la comunión de la Iglesia. Por esta razón, la Iglesia está segura de que el Pueblo santo de Dios no puede equivocarse al creer, cuando la totalidad de los bautizados expresa su consentimiento universal en materia de fe y moral (cf. LG 12). El ejercicio del sensus fidei no se confunde con la opinión pública. Siempre está vinculada al discernimiento de los pastores en los diferentes niveles de la vida eclesial, como lo demuestra la articulación de las fases del proceso sinodal. Su objetivo es alcanzar ese consenso de los fieles (consensus fidelium) que constituye ‘un criterio seguro para determinar si una doctrina o práctica particular pertenece a la fe apostólica’ (Comisión Teológica Internacional, El sensus fidei en la vida de la Iglesia, 2014, núm. 3)“. Nadie niega la existencia de un sensus fidei, pero los votos en contra seguramente ven el caos entre hablar en una frase de “la totalidad de los bautizados que expresa su consentimiento” (¿todos?, ¿con qué procedimiento?, ¿también los bebés?, ¿y los bautizados no católicos?, ¿y los de fe deformada o no formada?) , y en otro lugar de “ese consenso de los fieles” (¿cómo se mide eso?). La realidad es que cualquier demagogo puede decir que un evanescente sensus fidei defiende sus posturas, por heterodoxas o novedosas que sean. Incluso definir ese sensus fidei es problemático. Los organismos sinodales son de aplicación obligatoria Párrafo 104, con 26 votos en contra “Una Iglesia sinodal se basa en la existencia, eficiencia y vitalidad efectiva, y no solo nominal, de estos organismos participantes, así como en su funcionamiento de acuerdo con las disposiciones canónicas o costumbres legítimas y en el cumplimiento de los estatutos y reglamentos que los rigen. Por esta razón, se hacen obligatorias, como se requiere en todas las etapas del proceso sinodal, y pueden cumplir plenamente su función, no de manera puramente formal, de una forma apropiada a los diferentes contextos locales“. A los que votaron en contra probablemente no les gusta nada lo de unir “obligatorio” y “sinodal” en la misma frase, así como “cumplir los reglamentos” de los organismos sinodales. Muchos padres sinodales ven todo lo sinodal como consultivo u orientativo. Que a las “asambleas” de discernimiento acudan no católicos y “la sociedad civil” Párrafo 127: con 26 votos “En las Asambleas eclesiales (regionales, nacionales, continentales) los miembros, que expresan y representan la variedad del Pueblo de Dios (incluidos los obispos), participan en un discernimiento que permitirá a los Obispos, colegialmente, tomar las decisiones a las que estén obligados en virtud del ministerio que se les ha confiado. Esta experiencia muestra cómo la sinodalidad permite articular concretamente la participación de todos (el Pueblo santo de Dios) y el ministerio de algunos (el Colegio Episcopal) en el proceso de decisiones relacionadas con la misión de la Iglesia. Se propone que el discernimiento incluya, en formas adecuadas a la diversidad de contextos, espacios de escucha y diálogo con otros cristianos, representantes de otras religiones, instituciones públicas, organizaciones de la sociedad civil y la sociedad en su conjunto“. Es evidente que cualquier obispo u organismo católico ya puede consultar a quien quiera sobre cualquier tema, sea ateo, musulmán, etc… Los votos en contra de este párrafo parecen temer que la Iglesia de varios países o regiones se llene de órganos consultivos (y quizá con voto) controlados por facciones civiles o políticas con capacidad decisoria o casi-decisoria. Otros párrafos con 25 votos en contra cada uno son: – el 70: pide que el obispo sea ordenado en su diócesis de destino, no de origen; que los consagrantes sean de esa provincia, incluyendo el metropolitano; que el obispo en visitas pastorales pase tiempo con los fieles, y que se reflexione sobre lo “local” del obispo en casos de nuncios, curiales y otros cargos. – el 94: pide una “implementación sinodal” en las iglesias locales con cierta prisa porque “sin cambios concretos a corto plazo, la visión de una Iglesia sinodal no será creíble y esto alienará a aquellos miembros del Pueblo de Dios que han sacado fuerza y esperanza del camino sinodal. Corresponde a las Iglesias locales encontrar formas apropiadas de implementar estos cambios”. – el 102: habla de publicar informes con las finanzas de las diócesis con auditores, informar sobre la protección de personas vulnerables, y “el acceso de laicos en puestos de autoridad, especificando su género [es decir, su sexo, si son hombres o mujeres], y procedimientos de ‘evaluación periódica“. Pese a todos estos votos en contra, en realidad, excepto el párrafo 60 con casi cien votos en contra (de diaconisas) todos los párrafos superan los 300 votos a favor, aunque hay que tener en cuenta que muchos de esos votos no son de obispos, sino que incluyen a otros clérigos, a religiosas e incluso a laicos.