Archivo de la categoría: Antropología de la Religión

Factor religioso como fenómeno humano

Yuval Noah Harari

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Tras el éxito de Sapiens. De animales a dioses, Yuval Noah Harari vuelve su mirada al futuro con Homo Deus. Breve historia del mañana (Editorial Debate), para ver hacia dónde nos dirigimos. Lo que nos hizo sapiens nos hará dioses. El ser humano ha alcanzado un poder sin precedentes y un estatus cuasi divino. Los grandes problemas del pasado –el hambre, las enfermedades y la guerra– ya no controlan nuestras vidas. Somos la única especie en la historia que ha cambiado el planeta por sí sola, y ya no podemos culpar de nuestro destino a un ser superior. Pero ahora que los dioses se retiran y el Homo Sapiens se convierte en Homo Deus, ¿qué vamos a hacer con nuestro futuro? ¿Qué proyecto podemos adoptar sin que nuestra especie, y el planeta entero, excedan sus límites y posibilidades?
En esta obra el autor del bestseller internacional Sapiens. De animales a dioses, examina las consecuencias de nuestra mejorada condición, desde la insistente busca de prestigio y felicidad al reto permanente de derrotar a la muerte ampliando las fronteras de la ciencia. Así, Harari explora cómo el Homo Sapiens conquistó el mundo, cómo creó el entorno homocéntrico actual, nuestra situación actual y el futuro posible. Y hace, sobre todo, preguntas fundamentales: ¿hacia dónde nos dirigimos ahora? y ¿cómo protegeremos este frágil mundo de nuestra propia capacidad destructora?
Si la guerra es algo obsoleto –es más probable quitarse la vida que morir en un conflicto bélico–, la hambruna está desapareciendo –es más habitual sufrir obesidad que pasar hambre– y la muerte es solo un problema técnico –adiós igualdad, hola inmortalidad–, entonces, ¿qué nos depara el futuro? Harari augura un mundo no tan lejano en el cual nos veremos enfrentados a una nueva serie de retos. Homo Deus explora los proyectos, los sueños y las pesadillas que irán moldeando el siglo XXI, desde superar la muerte hasta la creación de la inteligencia artificial. Porque: cuando tu smartphone te conozca mejor de lo que te conoces a ti mismo, ¿seguirás escogiendo tu trabajo, a tu pareja y a tu presidente? Cuando la inteligencia artificial nos desmarque del mercado laboral, ¿encontrarán los millones de desempleados algún tipo de significado en las drogas o los juegos virtuales? Cuando los cuerpos y cerebros sean productos de diseño, ¿cederá la selección natural el paso al diseño inteligente? Esto es el futuro de la evolución. Esto es Homo Deus.
Yuval Noah Harari (1976) es profesor de historia en la Universidad Hebrea de Jerusalén. Se especializó en Historia Medieval e Historia Militar, pero tras doctorarse en la Universidad de Oxford pasó al campo más amplio de la historia del mundo y los procesos macrohistóricos. Sus libros incluyen Special Operations in the Age of Chivalry, 1100-1550, The Ultimate Experience: Battlefi eld Revelations and the Making of Modern War Culture, 1450-2000, The Concept of “Decisive Battles” in World History y Armchairs, Coffee and Authority: Eye-witnesses and Flesh-witnesses, Speak about War, 1100-2000. Su libro Sapiens. De animales a dioses ha sido un éxito internacional que se ha traducido a treinta idiomas y ha vendido más de un millón de ejemplares.
Homo Deus.  Yuval Noah Harari.  Editorial Debate, 2016.  528 páginas.
Fuente: www.culturamas.es

Mi testimonio

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Arzobispado de Lima niega nexos con ex asesor Carlos Moreno Monseñor Raúl ChauPor Monseñor Raúl Chau, Obispo auxiliar de Lima- Diario El Comercio.

El Arzobispado de Lima, siguiendo las enseñanzas de Jesucristo, ha sido siempre promotor de la caridad y de la ayuda a los más necesitados, impulsando diversas obras sociales y tratando siempre de velar por ellos y mostrarles un camino de esperanza.
En este contexto, el 1 de abril el Arzobispado de Lima firmó un convenio marco con el Seguro Integral de Salud (SIS). Este convenio nunca se implementó, pues se fue determinando que nuestros establecimientos de salud no cumplían los estándares del SIS.
Ante esta realidad, en el mes de agosto, el entonces asesor presidencial, doctor Carlos Moreno, y los funcionarios del SIS me manifestaron que era totalmente adecuado brindar las atenciones médicas a través de un convenio específico con el arzobispado y una clínica privada, como ya lo venían haciendo con otras instituciones, como es el caso del Sistema Metropolitano de la Solidaridad (Sisol). Esto permitiría que pacientes de escasos recursos pudieran ser atendidos de forma rápida, y sobre todo con equipos de última generación.
De esta manera, fui convocado a las oficinas del SIS por su gerente financiero, Carlos Aguirre, donde se me explicó que el convenio específico era necesario y cumplía todos los requisitos. Con esta recomendación del SIS y la certeza brindada por el asesor presidencial, el doctor Moreno, experto en temas de salud pública, pensé confiadamente que lo planteado era una buena alternativa.
El 22 de agosto, a requerimiento del doctor Moreno, el representante legal del arzobispado, Walter Muñoz, y yo fuimos invitados a conocer la Clínica de Osteoporosis S.A.C. y a su gerente, Aldo Peirano. Al observar la calidad del establecimiento, tanto el ingeniero Muñoz como yo nos sentimos impresionados por lo moderno de su edificación y equipamiento. Esta visita se limitó a conocer las instalaciones.
Es así que actuamos de buena fe, confiando en que el procedimiento planteado por dichas personas era transparente y que iba a beneficiar a los más necesitados. Por ello, el 24 de agosto, en una ceremonia protocolar en las oficinas del SIS y ante un grupo de funcionarios y representantes, el Arzobispado de Lima firmó dos convenios, uno específico con el SIS y otro con la Clínica de Osteoporosis, teniendo en cuenta que previamente había sido calificada por el SIS como apta para este servicio.
En la segunda semana de setiembre, al ser informado de los contenidos de los convenios firmados, el cardenal Juan Luis Cipriani mostró su disconformidad y dispuso dejarlos sin efecto, antes que los mismos se ejecutaran. En consecuencia, el 29 de setiembre, el representante legal del arzobispado comunica al gerente financiero del SIS, quien coordinaba la gestión, la decisión de dejar sin efecto los convenios.
Las grabaciones del doctor Carlos Moreno han sorprendido a todos, y de modo especial a mi persona, pues no reflejan en absoluto la finalidad de los convenios. Sin embargo, debo dejar constancia de que hasta entonces lo he conocido como un profesional servicial con las religiosas, sacerdotes y gente necesitada.
Mi tarea pastoral como obispo auxiliar de Lima es mi mejor aval. Rechazo todo acto de corrupción y cualquier intento de agraviar o manipular a nuestro arzobispado, y a la vez espero de corazón que se conozca la verdad.

Repararemos a quienes sufrieron

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Moroni: “Repararemos a quienes sufrieron abusos de Figari”

Por Karla Bardales Farroñay– Diario El Comercio.
El fundador del Sodalicio, Luis Fernando Figari, acusado de múltiples abusos y maltratos, rompió esta semana su prolongado silencio, durante una audiencia fiscal en el Consulado del Perú en Roma. “El Vaticano y el Sodalicio […] me prohibieron hablar e ir a Lima”, intentó excusarse. Sin embargo, el actual líder de la comunidad, Alessandro Moroni, en diálogo vía e-mail y WhatsApp con este Diario, desmiente a Figari y califica su justificación de “absurda”.
—¿Usted le prohibió a Fernando Figari declarar ante la prensa o la fiscalía tal como él señala?
Cuando le impuse a Luis Fernando Figari las medidas disciplinarias en octubre del 2014, dispuse que se mudara del Perú y que su comunicación con los sodálites estuviera restringida. Nunca le prohibí que se comunicara con cualquier autoridad. Posteriormente, cuando en el marco del proceso canónico que se le seguía en la Santa Sede se nombró un visitador apostólico en abril del 2015, recibimos una serie de instrucciones. Una de ellas fue que el investigado debería guardar reserva mientras duren las investigaciones. Nunca le prohibimos dar la cara a la justicia peruana. Es absurdo que ahora Figari pretenda justificarse alegando un impedimento que jamás le impusimos.
—En abril de este año usted expulsó a Figari, declarándolo persona non grata. ¿Por qué él sigue en una casa de la institución?
Figari es una persona non grata porque deploramos su comportamiento y queremos que se haga justicia. Hemos solicitado tres veces al Vaticano su exclaustración de nuestras instalaciones. En una última oportunidad pedimos que sea trasladado a otro lugar más alejado de Roma, pero se nos ha reiterado que por respeto a un debido proceso canónico no se puede variar su situación hasta que la Santa Sede emita una sentencia definitiva.
—Ese mismo mes usted pidió perdón a las víctimas de Figari. ¿En estos seis meses cuáles han sido las medidas que adoptó la institución?
Lo más importante para nuestro consejo superior y toda nuestra institución es la reparación y apoyo a las víctimas que sí existen y merecen toda nuestra atención. Por eso convocamos a personalidades peruanas de impecable trayectoria a la Comisión de Ética por la Justicia y Reconciliación, que ya emitió su informe. Además, contratamos a especialistas extranjeros: Kathleen McChesney, ex número 3 del FBI y asesora de la Conferencia Episcopal Norteamericana hace cerca de 15 años, e Ian Elliott, que estuvo a cargo de la investigación de la grave crisis en Irlanda del Norte desde el 2002. Con la ayuda de Elliott –quien ha sostenido diálogo directo, sin presencia de ningún miembro del Sodalicio, con un número significativo de personas– venimos desarrollando un programa de reparación y ayuda integral, que no excluye un aspecto económico. Por el bien de este proceso no es posible revelar detalles, pero puedo asegurarle que está avanzando y ya comienza a dar frutos positivos. Esperamos que antes de fin de año podamos recibir el informe final de la señora McChesney, que incluye las conclusiones de la Comisión de Ética, el aporte de Elliott y las recomendaciones de Mónica Applewhite, especialista en prevención.
—¿Figari es el único involucrado? Hay personas que denuncian abusos de varios personajes de la comunidad sodálite, responsabilizando a toda la institución.
Esa información es parte de la investigación de McChesney. Cuando tengamos el informe en nuestras manos, podré responderle esa pregunta.
—¿El Sodalicio reconoce que la institución es responsable de abusos psicológicos e intenciones de manipulación? ¿Aún mantiene su postura de que fueron excesos?
Si bien es cierto existen responsables directos de daños psicológicos en algunas personas, los cuales deben responder por sus excesos, quiero reconocer ante usted, la opinión pública y toda nuestra familia espiritual que efectivamente en una etapa del Sodalicio de Vida Cristiana se cometió el error de llevar adelante una formación muy rígida, de tipo militar, que en algunos casos pasó la línea del maltrato. Pero no vamos a escudarnos en eso para no aceptar que han existido excesos inaceptables, que hicieron un daño real a varias personas. Por estos actos pedimos perdón y reitero el total compromiso de mi consejo superior para acoger, escuchar y reparar a esas víctimas. Las cosas han cambiado mucho. Ya cerramos las casas de San Bartolo y hoy nuestros procedimientos de formación se basan en el respeto total y absoluto a la persona humana.
—Muchos de estos delitos habrían prescrito por la antigüedad de los casos. ¿Por qué cree que las víctimas no denunciaron antes?
Entiendo que no es nada fácil para una persona dañada pasar por el proceso de contar sus experiencias por el dolor que ellas representan y el que puede generar a sus familias.
—¿Se han logrado avances en los procesos del tribunal canónico y de la fiscalía peruana, o el único proceso es el que impulsa Pedro Salinas contra Figari?
Tengo la impresión de que tanto en el proceso canónico que lleva adelante la Santa Sede como en el de la Fiscalía Provincial Penal 26 se han logrado avances importantes y estamos colaborando abiertamente en ambos, pero no contamos con el detalle preciso de esos procesos porque son reservados. Con respecto al caso que impulsa el señor Salinas en la fiscalía, el Sodalicio ha tenido y sigue teniendo una importante participación.
—Según Óscar Osterling, a algunas víctimas que denunciaron el caso ante la fiscalía les habrían dicho que no les darán ninguna reparación. ¿Es eso así?
Eso es falso. A pesar de que no hemos recibido aún el informe final de los especialistas extranjeros, ya hemos iniciado el programa de reparación. Lo más conveniente para nosotros sería ahora detallar quiénes y cómo están siendo reparados, pero eso sería violar la privacidad de un proceso estrictamente personal que de ninguna manera se puede hacer público. No quisiéramos que se dañe a nadie más. Con respecto a las personas que han presentado su denuncia, hemos tenido contacto con ellas, a algunas ya se les ha ofrecido algunas formas de asistencia, pero para no desvirtuar el proceso de investigación, en su caso la consideración de cualquier reparación económica deberá aguardar la conclusión de la misma.
—¿Las investigaciones se harán públicas, como aseguró en una entrevista pasada?
Queremos actuar con la mayor transparencia posible. En aquellas partes que no se afecten el honor y la privacidad de las personas que pudieran resultar afectadas, sí se harán públicas.
—¿Usted ha hablado con Figari después de que negara la existencia de víctimas?
No. Hace mucho tiempo que no hablo con Luis Fernando Figari.
—¿Cree que Figari será condenado en alguno de los procesos laico y canónico que se llevan en su contra?
Nosotros no somos los que vamos a definir esa sentencia. Eso lo deben hacer el Poder Judicial y la Santa Sede. Somos muy respetuosos del debido proceso en ambas instancias y estamos colaborando para que se llegue a la verdad lo más pronto posible y se haga justicia. Lo que hemos podido hacer es realizar una condena moral muy clara frente a los actos de Figari. No podíamos mantenernos callados frente a una situación que merece nuestra total desaprobación y rechazo. Lo que sí está en nuestras manos y estamos haciendo es realizar todos los esfuerzos necesarios para que las personas que han sufrido abusos de Figari o cualquier otro miembro del Sodalicio sean atendidas y reparadas. Eso se lo garantizo.

Presuntos delitos prescribieron

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El abogado Mario Amoretti explicó que los delitos de abuso sexual a menores por los que se acusa a Luis Figari, fundador del Sodalicio de Vida Cristiana, ya prescribieron y que es “muy difícil” que estas acaben en un juicio. El especialista en derecho penal dijo que ningún crimen es imprescriptible y que esto se debe a la incapacidad del Estado para llegar a una condena.
“Es lamentable, pero los hechos, si sucedieron antes de la vigencia del Código Penal de 1991 o incluso después, ya prescribieron”, dijo Amoretti en relación a los abusos de los que se le acuso al religioso. Incluso si se suman los nuevos cargos que formula la fiscal a cargo del caso, lesiones psíquicas, asociación ilícita para delinquir y secuestro, “también han prescrito, si aplicamos el código penal anterior o el de 1991.
“Es muy difícil que esto acabe un juicio. Es lamentable, porque estos son hechos que deben sancionarse con todo el peso de la ley”, explicó el abogado. El caso, para él, debería “recogerse como una lección” para evitar casos como este en el que un presunto culpable no quede impune. Sin embargo, también dijo que las prescripciones sirven para “evitar persecuciones eternas”. “Eso no significa que si se llegan a comprobar el hecho, eso no lo libra da una responsabilidad civil, pero sí penal”, agregó.

La titular de la 26º Fiscalía Provincial Penal de Lima, María del Pilar Peralta Ramírez, quien investiga este caso, inició sus diligencias en Roma, con la presencia de Luis Fernando Figari. Al término de la cita, el fundador de Sodalicio se declaró totalmente inocente. 
Figari dijo que no le consta que existan víctimas en el caso por el que se le procesa. “Yo estoy acá, estoy en un retiro. Entonces yo no conozco la realidad de todas las personas. Pero si hay víctimas me produce profundo dolor y creo que se les debe ayudar (…) porque hay varios casos”
También dijo que estaría dispuesto a reunirse con las víctimas. “La caridad cristiana abarca a todas las personas sufridas, pobres, marginadas, heridas y a eso he dedicado mi vida”, comentó.
Además afirmó que está “bastante mal” de salud. “Tengo cáncer y en este momento estoy en quimioterapia y a veces la cabeza se me nubla un poco”.
El proceso. Figari es procesado junto a los miembros del Sodalicio: Virgilio Levaggi, Jaime Baertl, José Ambrozic, Oscar Tokumura, Eduardo Regal y Erwin Sheuch, por secuestro agravado, asociación ilícita para delinquir y lesiones psíquicas. Todos ellos estarán presentes en la audiencia en Roma.
Armando Lengua Balbi, abogado del fundador del Sodalicio, dijo que a Figari le toca comparecer en Roma por también estar procesado en el Vaticano. “Nos preocupa esclarecer los hechos y lo vamos hacer, el viene a decir la verdad, esa es su decisión desde un primer momento. Esta es la primera oportunidad que tiene de comparecer en el lugar donde reside porque él está bajo la jurisdicción del vaticano en un proceso. En consecuencia él no podía viajar a Lima”, explicó.
Según Lengua Balbi, el Sodalicio estaría tratando de esquivar “posibles responsabilidades económicas” que implicarían las reparaciones de las víctimas.

Sí, existen víctimas

“Hace algunas horas me enteré de la infeliz declaración de Fernando Figari, quien dice desconocer de la existencia de víctimas del Sodalicio y en el Sodalicio. Quiero decir que esas víctimas existen y que tanto yo, como superior general, como todos los miembros de mi consejo, estamos trabajando denodadamente por reparar, reconciliar y ayudar a todas aquellas personas que han sufrido”, dijo Alessandro Moroni desde Argentina.
Ofensa para las víctimas. “Estas declaraciones han sido y son una ofensa para todas aquellas personas que han sufrido. Creo que estas declaraciones hacen doler más y revictimiza el dolor de tantos, por eso la rechazamos tajantemente”, explicó Moroni.
Reparación. “Son meses donde hay expertos que están trabajando por colaborar con nosotros en la reparación y conciliación de todas estas personas. Es un trabajo arduo, duro y no fácil y estamos comprometidos con él. Dure lo que dure, implique lo que implique, tanto yo como los miembros de mi consejo, estamos trabajando en eso y en eso irán nuestros mejores esfuerzos”.
Esperan sentencia. “Seremos respetuoso de lo que diga la justicia, tanto a nivel civil como canónica. Y en ambos casos, estamos esperando sus sentencias. Por eso, quiero reafirmar que sí hay víctimas y que estas víctimas están sufriendo mucho y que nosotros trabajaremos por repararlas y reconciliarlas”.
Fuente: Radio Programas del Perú.

Comunicado de la Arquidiócesis

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Conferencia Episcopal Peruana

Los obispos de la Presidencia de la Conferencia Episcopal Peruana profundamente preocupados con lo que se ha conocido recientemente sobre el Sistema integral de salud, a raíz de algunos audios publicados por los medios de comunicación, queremos manifestar lo siguiente:

  1. Nos causa estupor y extrañeza la intención de utilizar la suerte de los pobres y enfermos y de las instituciones eclesiales para un beneficio particular.

  2. Negociar con la suerte de los pobres y de los que sufren va contra el corazón del mensaje de Cristo, contra las enseñanzas de la Iglesia y contra las enseñanzas y el testimonio del Papa Francisco.

  3. Exigimos una investigación seria y transparente para conocer toda la verdad, por el bien del pueblo de Dios y por la confianza en las instituciones de salud. Pedimos a la feligresía católica dar la debida atención para que algo así nunca más vuelva a suceder.

  4. Conviene recordar que en la Iglesia Católica las jurisdicciones eclesiásticas son autónomas, no dependen del Arzobispado de Lima,  sino directamente del Santo Padre. La Conferencia Episcopal es el ente de coordinación pastoral, de colegialidad y de comunión.

  5. Reafirmamos el servicio solidario de salud que La Iglesia Católica, viene desarrollando desde muchos años atrás, en colaboración con el Estado, para la atención de los más necesitados. Esta labor encomiable de la Iglesia, no debe verse perjudicada ni empañada por personas y/o funcionarios que no tienen el criterio de ayuda, que sí tiene la Iglesia.

  6. La Iglesia Católica no lucra de ninguna manera con el servicio de salud ni con los servicios de común interés que presta a la comunidad entera, a partir del Acuerdo de mutua colaboración que tiene con el Estado Peruano.

  7. Finalmente, queremos afirmar que la Iglesia ha estado y seguirá estando siempre al lado de los pobres y de los enfermos, al ejemplo de Nuestro Señor Jesucristo.

 Lima, 13 de octubre de 2016

Asesor de UNEC

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R.P. Gerardo Alarco Larrabure (1907-96)

Por Luis Bacigalupo-Pontificia Universidad Católica del Perú
El 23 de abril de 1996 falleció en Lima, a los 89 años, el padre Gerardo Alarco Larrabure, profesor de filosofía medieval de la mayoría de los miembros del comité editorial de Areté. Estos apuntes biográficos, que se limitan a su formación intelectual hasta su retorno de Europa al Perú en 1945, pretenden ser un homenaje a su persona y una muestra de gratitud por su labor docente.
1. La Acción Social de la Juventud
Gerardo Alarco nació en Lima el 13 de febrero de 1907. Entre 1914 y 1922 estudió en el Colegio Alemán. Los estudios superiores los hizo en la Escuela de Ingenieros. Su afición por las letras lo llevó a participar en 1926 en la Acción Social de la Juventud (ASJ), creada con el propósito de contribuir a la renovación de la cultura. En el boletín NQ 4 de la ASJ (junio 1928), Alarco publicó una traducción de Chesterton. A juzgar por la viñetas del boletín, los jóvenes de la ASJ leían también a Emerson, Berdaieff, Pascal, Russell, Joyce, Voltaire, Unamuno, Ortega y Gasset, entre otros.
De esos años data lo que Alarco llamaba su proyecto fracasado de noviazgo y -bajo influencia del jesuita Valentín Sánchez- su conversión definitiva a la vida consagrada.
2. El Centro Fides
A partir de 1930 la ASJ se dedica principalmente al deporte. Alarco y seis directivos más deciden apartarse de ella y fundar el Centro Fides, que comenzó sus actividades organizando conciertos de música religiosa en Entre Nous y conferencias en la Universidad Católica. Entre los conferencistas estaban Víctor Andrés Belaúnde y José de la Riva Agüero -que acaban de retornar del exilio-, y Raúl Porras, Mariano Iberico y Honorio Delgado.
Alarco y varios miembros de Fides están entre los fundadores de la Unión Popular (31 de enero de 1931), frente amplio en cuyo manifiesto se explicaba que “hombres de todas las clases sociales y de todos los oficios y profesiones” habían acordado unirse en torno a un mismo programa “en estrecha solidaridad democrática, que no admite distingos de razas ni posiciones”.
En 1933, cuando Alarco presidía la directiva de Fides, Lima fue elegida sede del Primer Congreso Iberoamericano de Estudiantes Católicos. Se trabajó intensamente en los preparativos y en la elaboración de un documento sobre juventud católica y problema social. Alarco redactó el informe titulado “Evolución y crítica del régimen social contemporáneo”. Finalmente el Congreso no se llevó a cabo debido al conflicto con Colombia.
Verdades era el semanario de Fides. En tres números consecutivos (50-51-52), Alarco defendió el programa de la Unión Popular y criticó el Programa de Acción Inmediata del APRA. En lo referido al trabajo se apoyó en la Rerum Novarum, y en lo que toca a la educación en la encíclica de Pío XII sobre la Educación Cristiana de la Juventud. Su labor intelectual, sin embargo, seguía siendo principalmente la traducción. Desde 1927 tenía Alarco una suscripción a la revista católica alemana Hochland (estuvo suscrito hasta 1939), varias de cuyas contribuciones fueron difundidas en Verdades.
3. La importancia de la revista Hochland
A través de Hochland llegó a Fides información sobre el movimiento alemán Catolicismo del Presente, que desde fines del siglo pasado, y bajo influencia del historiador Franz Kraus (1840-1901), pretendía la reconciliación de la Iglesia con la cultura moderna. Es sintomático que el iniciador -como muchos seguidores- fuera conocedor de la Iglesia de la antigüedad. El grupo partía de una distinción entre catolicismo religioso y catolicismo político, que obviamente era una crítica al centralismo romano. La reacción de la jerarquía eclesiástica fue severa. Pertenecían al movimiento el filósofo Hermann Schell (1850-1906), que recibió influencia de Brentano; los historiadores Franz Funk (1840- 1907) y Albert Ehrhard (1862-1940), ambos sacerdotes, autor el último de una periodización de la patrística y la teología bizantina que se convirtió en norma académica; el teólogo laico Friedrich Hügel (1852-1925), que desarrolló una filosofía de la encarnación apoyada en la experiencia de Dios; el crítico literario Karl Muth (1867-1944), uno de los pocos opositores tempranos del nacionalsocialismo y editor de Hochland; y el sacerdote e historiador Joseph Wittig (1879-1949), excomulgado por el artículo que publicó en Hochland, en 1922, titulado “Die Erlosten” (Los salvados).
4. La Universidad Católica. Primer viaje a Europa. Ingreso al clero
En 1933, Alarco entró a trabajar en la Universidad Católica con el encargo de organizar la Facultad de Ingeniería. En la Semana Santa de ese año hizo los Ejercicios Espirituales de San Ignacio bajo la dirección del padre Angel Lapuerta, y a fines del año viajó a Roma como miembro de la delegación peruana al Congreso Iberoamericano de Estudiantes Católicos. En aquella oportunidad trabó amistad con el sacerdote chileno Osear Larson. Al finalizar el congreso, Alarco viajó a Alemania con la intención de conocer los círculos de estudios sociales, la organización sindical católica y los organismos de proyección social de los que había oído hablar en Roma. Vio en el nacionalsocialismo “el surgimiento de un nuevo paganismo que ha deificado a la raza y el Estado. En Alemania…se siente la crisis de la cultura moderna con más fuerza que en cualquier otra localidad de Occidente”.
Al año siguiente, Alarco optó por el clero diocesano. En 1935, vino al Perú el padre Larson, a enseñar en la Universidad Católica, y le aconsejó hacer estudios eclesiásticos en el Seminario Pontificio de Santiago de Chile. De 1936 a 1937 estudió allí filosofía, al cabo de lo cual decidió estudiar la teología en Europa.
5. Segundo viaje a Europa. La Nouvelle Théologie
En 1938, Alarco tomó un semestre en la Facultad de Teología de la Universidad de München y se entrevistó con Karl Muth, el director de Hochland. El semestre siguiente se matriculó en el seminario parisino de San Sulpicio, donde oyó disertar a Lucien Enne, profesor de apologética, sobre la compatibilidad de la fe católica y las aspiraciones del ser humano. Enne recurre al pensamiento de Maurice Blondel (1861-1949), preocupado por la compenetración de filosofía y religión en el nivel de la historia y de la libertad humana.
La guerra sorprendió a Alarco cuando visitaba a su hermano Antonio, cónsul en Hamburgo. Ambos fueron a Amberes con la idea de embarcarse al Perú, pero Gerardo decidió regresar a Francia. La ocupación de París en junio de 1940 forzó el traslado del seminario de San Sulpicio a Limoges, y luego de unos meses a Lyon, donde se reunió Jo mejor de la intelectualidad católica francesa e incluso europea.
Indirectamente Hitler convirtió a la Facultad de Teología de los jesuitas de Lyon en la cuna de la Nouvelle Théologie. Los nombres más importantes vinculados con estas nuevas ideas son Henri de Lubac, Jean Daniélou, Hans Urs von Balthasar, Yves Congar, Marie Dominique Chenu y -aunque orientado particularmente a la ciencia- Pierre Teilhard de Chardin. Los temas de controversia abordados fueron: la revitalización de la teología desde la Biblia y la patrística; la necesidad de la filosofía contemporánea para la interpretación de la fe; la rehabilitación de Blondel; la historicidad de la verdad; la interpretación de la historia del dogma; la discusión con la filosofía marxista; las relaciones del cristianismo con las religiones no cristianas; el problema del conocimiento de Dios; y algunas cuestiones dogmáticas que resultan cuestionables desde una óptica moderna, como la transubstanciación.
6. Ordenación sacerdotal. La Biblia en Lyon
Alarco asistió regularmente a las clases de Henri de Lubac y en 1942 discutió periódicamente los temas académicos y otros asuntos con el rector del seminario y los demás candidatos. En junio fue ordenado sacerdote, al par que se producía el desembarco aliado en África del Norte y la ocupación alemana de toda Francia. Estas circunstancias impidieron su retorno al Perú, por lo cual decidió estudiar dos años más de teología y trabajar como párroco en Lyon.
En 1943, Lyon recibe con júbilo la encíclica de Pío XII Divino afflante Spiritu, sobre los estudios bíblicos, porque ve en ella una concesión -aunque parcial- a la Nouvelle Théologie. A diferencia de sus antecesores, el Papa reconocía los resultados de la arqueología y la necesidad de la crítica textual y el estudio de las lenguas orientales. Sin embargo, mantenía la oposición al abandono exegético del sentido literal de la Biblia, así como la exigencia de conciliar los resultados de la ciencia con la convicción católica de la ausencia de error en el texto bíblico.
7. Retorno al Perú. La Humani generis y las secuelas del antimodernismo
En 1945, Alarco logra embarcarse en Bilbao rumbo a Buenos Aires. En setiembre llega finalmente a Lima y reingresa a la Universidad Católica en calidad de Secretario General. Aquí se encontró con un ambiente intelectual hostil a aquellos temas debatidos en Lyon, que sólo muchos años después alcanzarían algún reconocimiento en los documentos del Concilio Vaticano 11.
Desde principios de siglo los estudios bíblicos y de historia de la Iglesia, bajo influencia del historicismo, y en menor medida de la teoría de la evolución, había logrado centrar las tendencias reformistas en torno a dos ideas: la relativización del carácter sobrenatural del dogma y la acentuación del valor de la experiencia personal de Dios, en contraste con una fe puramente exterior. La condena de estas ideas modernistas se había hecho bajo la acusación de agnosticismo e inmanentismo.
La reacción contra la Nouvelle Théologie se produjo en 1950 en la encíclica Humani generis: Sobre algunos puntos de vista falsos, que amenazan con socavar los fundamentos de la doctrina católica. El mismo Papa que alentó los estudios bíblicos en 1943, declaraba ahora que no pretendía prohibir la investigación científica ni la libre opinión de cátedra, pero que Dios no le ha confiado la auténtica interpretación de su Palabra ni a los creyentes individualmente ni a los teólogos como tales, sino única y exclusivamente al magisterio.
Apasionado lector de Dostoievski, marcado por el personalismo del genial creador de Los Hermanos Karamazov y de El gran Inquisidor, e influido -como hemos visto en estos breves apuntes- por la renovación teológica de la que fue testigo presencial, Gerardo Alarco vio, comprendió como pocos y sufrió las contradicciones de la Iglesia Católica del siglo XX.
Fuente: Revista Areté Vol. VIII, Nº 2, 1996 pp. 377-382.

100 años

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Texto del cardenal Giuseppe Versaldi, prefecto de la Congregación para la Educación Católica del Vaticano:
A la Asamblea Universitaria de la Pontificia Universidad Católica del Perú
22 de septiembre de 2016
Buenos días, dignas Autoridades y miembros de la Asamblea de esta prestigiosa Universidad. Saludos a todos y cada uno de ustedes en nombre del Santo Padre, Papa Francisco, a quien tuve la oportunidad de visitar personalmente poco antes de este viaje, del Secretario de Estado, Cardenal Pietro Parolin y, en mi nombre, como Prefecto de la Congregación para la Educación Católica.
Quisiera iniciar mi intervención recordando las palabras de nuestro Santo Padre quien, ante la difícil situación mundial que estamos viviendo y que mira a un irremediable cambio de época, dice: “los cristianos insistimos en nuestra propuesta de reconocer al otro, de sanar las heridas, de construir puentes, de estrechar lazos y de ayudarnos «mutuamente a llevar las cargas»” (Evangelii gaudium, n. 67). La razón por la cual lo he citado es porque estas acciones (reconocer, sanar, construir, estrechar) se han cumplido y se han hecho realidad de manera clara y concisa. Me explico aún más: en el mes de marzo de 2015, el mismo Papa Francisco ha querido tomar la iniciativa de reconocer, de sanar, de construir y de estrechar lazos entre la Santa Sede y esta Universidad. Lo hizo convocando y conformando una Comisión que tuviera como objetivo el diálogo, no como un simple intercambio de ideas, sino sobre todo como un «intercambio de dones». Dicha Comisión fue integrada por representantes de la Secretaría de Estado, representantes de la Congregación para la Educación Católica y, por supuesto, representantes de esta Universidad. Fue así como, durante catorce meses, logramos analizar y profundizar en diferentes aspectos como: la identidad, la misión y el compromiso eclesial y civil de una Universidad Católica, entre otros. Durante todos esos meses, la Comisión logró intercambiar los propios dones hasta llegar a expresarlos en diferentes artículos del Estatuto de esta Casa de estudios.
Ahora bien, uno de los aspectos que me gustaría subrayar fue el clima en que se desarrollaron las reuniones de la Comisión. Reinó el respeto, la libertad, la sinceridad y la confianza. Podríamos decir que tratamos de vivir bajo la lógica del amor pues, como dijo el Papa, nos dimos cuenta de que “¡Estamos en la misma barca y vamos hacia el mismo puerto!” (Evangelii gaudium, n. 99).
Otro aspecto que caracterizó la Comisión fue la responsabilidad. Como miembros reconocíamos que estábamos allí para representar y defender nuestros puntos de vista pero también, sabíamos que el Santo Padre nos había encomendado una misión y que como tal debíamos hacer el esfuerzo para limar asperezas y construir puentes. Creamos un ambiente donde pudimos “compartir las propias preguntas más profundas y las preocupaciones cotidianas, [un ambiente] donde discernir en profundidad con criterios evangélicos sobre la propia existencia y experiencia” (Evangelii gaudium, 77).
Un tercer aspecto que movió a la Comisión fue buscar la verdad y el bien común. Reconocimos que esta Universidad es de suma importancia para la Iglesia Católica en Perú; valoramos el don que ha dado esta Casa de estudios por casi cien años a la sociedad civil peruana. Era importante, por ende, salvaguardarla para que cumpliendo con las exigencias estatales entrara a formar parte plenamente del vasto mundo de las Universidades Católicas de todo el mundo. Sirvieron como base, entonces, las leyes peruanas sobre las universidades privadas y la Constitución Apostólica Ex corde Ecclesiae, de san Juan Pablo II (segundo), sobre las universidades católicas.
Fue así como el pasado mes de agosto, la Comisión logró alcanzar el objetivo que se había planteado, elaborando un nuevo texto de los Estatutos conforme a las leyes que antes les he nombrado y fundamentados en el último Estatuto que había sido aprobado por esta Asamblea. He aquí, entonces, el motivo de mi visita. El Santo Padre, la Secretaría de Estado, la Congregación para la Educación Católica y el equipo rectoral de esta Universidad han querido que este servidor les presentara y les explicara brevemente algunos aspectos del nuevo texto de modo que los ayude y los ilumine en la futura, si Dios quiere, aprobación del mismo. No pretendo imponer mis ideas, ni busco convencer con retóricas falaces. Simplemente, les expreso con humildad y sencillez el fruto de nuestro trabajo que aspira obtener el bien de esta Universidad y de la Iglesia en Perú.Para ello, traigo a colación algunas ideas sobre la identidad de las universidades católicas que nos pueden servir para la reflexión. Ante todo una universidad católica participa en la misión evangelizadora de la Iglesia. Ellas son necesarias para el crecimiento de la Iglesia y para el desarrollo de la cultura cristiana y del progreso. (Cf. Ex corde Ecclesiae, 11). Sin embargo, es importante precisar que las universidades católicas participan de la misión evangelizadora bajo una modalidad específica, es decir, están orientadas en propiciar el diálogo entre la fe y la razón, demostrando que así como la fe requiere el intelecto, así la fe lo ilumina (fides quaerens intellectum; fides illuminans intellectum). Recordemos que San Anselmo decía que “la prioridad de la fe no es incompatible con la búsqueda propia de la razón. En efecto, ésta no está llamada a expresar un juicio sobre los contenidos de la fe, siendo incapaz de hacerlo por no ser idónea para ello. Su tarea, más bien, es saber encontrar un sentido y descubrir las razones que permitan a todos entender los contenidos de la fe. San Anselmo acentúa el hecho de que el intelecto debe ir en búsqueda de lo que ama: cuanto más ama, más desea conocer” (Fides et ratio, n. 42).
Ante este diálogo entre la fe y la razón dice la Ex corde Ecclesiae que “aunque conservando cada disciplina académica su propia identidad y sus propios métodos, este diálogo pone en evidencia que la «investigación metódica en todos los campos del saber, si se realiza de una forma auténticamente científica y conforme a las leyes morales, nunca será en realidad contraria a la fe, porque las realidades profanas y las de la fe tienen su origen en el mismo Dios»” (n. 17). En la búsqueda de la verdad el método racional corresponde tanto a las materias sagradas como a las profanas. Debo, por ende, subrayar que la universidad católica respeta la autonomía del método y los resultados de las ciencias partiendo de la aproximación interdisciplinar de modo que en ella la ciencia sea abierta en relación con otra u otras ciencias, en el respeto de esa diversidad. De ahí que así como tiene valor el método lógico-deductivo para las ciencias sagradas y metafísicas, así lo tiene el método empírico-inductivo para las ciencias humanas. Por otra parte, “la Iglesia, aceptando «la legítima autonomía de la cultura humana y especialmente la de las ciencias», reconoce también la libertad académica de cada estudioso en la disciplina de su competencia, de acuerdo con los principios y métodos de la ciencia, a la que ella se refiere, y dentro de las exigencias de la verdad y del bien común” (n. 29). No buscamos, entonces, que los estudiosos repitan como autómatas las declaraciones del Magisterio de la Iglesia sino que profundicen en ellas, enriqueciéndolas y haciéndolas accesibles a todos los hombres y mujeres, en el respeto y por el bien de las ánimas (bonum animarum). Al respecto, añado las palabras de San Juan Pablo II (segundo) que en la Encíclica Fides et ratio escribía: “No menos importante que la investigación en el ámbito teórico es la que se lleva a cabo en el ámbito práctico: quiero aludir a la búsqueda de la verdad en relación con el bien que hay que realizar. En efecto, con el propio obrar ético la persona actuando según su libre y recto querer, toma el camino de la felicidad y tiende a la perfección. También en este caso se trata de la verdad… Si existe el derecho de ser respetados en el propio camino de búsqueda de la verdad, existe aún antes la obligación moral, grave para cada uno, de buscar la verdad y seguirla una vez conocida” (n. 25). En una universidad católica, entonces, se busca la verdad integral la cual existe en íntima relación con el bien integral de la persona y del mundo.
Todo esto nos manifiesta que una universidad católica es diversa a cualquier otra universidad puesto que en ella la búsqueda de la verdad integral, del bien integral, la conduce a constituirse como una comunidad en la que la caridad resplandece como don precioso. Una comunidad que “siguiendo el ejemplo de Cristo, se preocupa especialmente de los más pobres y de los que sufren a causa de las injusticias en el campo económico, social, cultural y religioso. Esta responsabilidad se ejercita, en primer lugar, en el interior de la comunidad académica, pero encuentra aplicación también fuera de ella”, especialmente hacia los pobres y necesitados (cf. Ex corde Ecclesiae, n. 40).
Por ende, esta acción científica y pastoral que realiza la universidad católica tiene como contexto más inmediato la Iglesia local pero, por ser ésta una universidad estrechamente ligada con la Conferencia Episcopal peruana, su horizonte se amplía hasta alcanzar todo el territorio nacional. Es por ello que esta universidad cuenta con el amor y la estima de toda la nación y de aquellos que se consideran fuera de la Iglesia católica. Esta particularidad impulsa a esta Casa de estudios al diálogo cultural, “respetando sus fines específicos y teniendo en cuenta los diversos contextos religioso-culturales y siguiendo las orientaciones dadas por la Autoridad eclesiástica competente, puede [además] ofrecer una contribución al diálogo ecuménico, con el fin de promover la búsqueda de la unidad de todos los cristianos, y al diálogo inter-religioso, ayudando a discernir los valores espirituales presentes en las diversas religiones” (Ex corde Ecclesiae, n. 47). En pocas palabras, la Universidad está llamada a ser “el signo vivo y prometedor de la fecundidad de la inteligencia cristiana en el corazón de cada cultura” (Ex corde Ecclesiae, n. 1).
Ahora bien, ante este resumen sobre la identidad y la misión de la universidad católica, quisiera sintetizarles algunos de los puntos que proponemos en el nuevo texto de los Estatutos. El primer aspecto es por su puesto la identidad de esta universidad. Es necesario que la comunidad peruana conozca y ame aún más esta Casa de estudios a través de su identidad clara y precisa pues “quien vive para la verdad tiende hacia una forma de conocimiento que se inflama cada vez más de amor por lo que conoce” (Fides et ratio, n. 42). Se acentúa, entonces, la unión de la universidad con la Iglesia universal, con la Conferencia Episcopal, con la Iglesia local, en algunas ocasiones asumiendo algunas normas generales canónicas, y en otras, con aspectos prácticos como el respeto de la identidad y de la invitación a participar en la pastoral universitaria por parte de todos los miembros que componen esta comunidad académica, a saber, directivos, profesores, administrativos, alumnos, etc. En este punto quiero reconocer y abrazar, en primer lugar, al gran número de estudiantes que pese a los inconvenientes que se han vivido al interno de esta universidad, han sabido permanecer fieles a su compromiso católico y han defendido la identidad católica de esta Casa de estudios. ¡Gracias por no haber sido simples espectadores, sino convencidos protagonistas!, ¡gracias por no haber visto la vida desde el balcón! (cf. Francisco, Discurso a los jóvenes universitarios, 2013). En segundo lugar, pero no menos importante, reconozco el rol importante que han tenido los laicos que conforman esta Universidad, directivos, profesores, personal en general. Ustedes se esforzaron en mantener la esperanza en medio de la oscuridad.
En la propuesta de los Estatutos se ha renovado la figura del Gran Canciller y de los cinco Obispos que integran la Comisión Episcopal para la Universidad. Para esto ha sido fundamental el afecto colegial que existe entre los miembros de la Conferencia misma y que como buenos pastores se han siempre preocupado por el bien y el desarrollo de esta Universidad. Con la inclusión de la Comisión en las diversas áreas se busca que exista una mayor integración y compromiso entre los Prelados y ustedes. Esa renovación no pretende el control o el dominio de la institución sino más bien el acompañamiento sincero y leal pues, reconocemos los principios de autonomía de la universidad y de libertad académica. Como dice la nota explicativa de la Ex corde Ecclesiae: “«Autonomía institucional» quiere significar que el gobierno de una institución académica está y permanece dentro de la institución. «Libertad académica» es la garantía, dada a cuantos se ocupan de la enseñanza y de la investigación, de poder indagar, en el ámbito del propio campo específico del conocimiento y conforme a los métodos propios de tal área, la verdad por doquiera el análisis y la evidencia los conduzcan, y de poder enseñar y publicar los resultados de tal investigación, teniendo presentes los criterios citados, esto es, la salvaguardia de los derechos del individuo y de la comunidad en las exigencias de la verdad y del bien común” (nota, 15). En este punto quiero subrayar que con la aprobación de los Estatutos cada persona que integra esta Universidad será respetada en sus derechos y deberes. Lo fundamental es que se mantenga el respeto y la estima por la identidad católica de esta institución. No despreciamos a ninguno e invitamos a todos a vivir la humildad pues todos somos hijos de Dios.
Otro aspecto importante del nuevo texto es la incorporación de la universidad en proyectos de investigación sobre graves problemas contemporáneos. Queremos que esta comunidad académica sea la primera en la búsqueda, la investigación y la promoción de la verdad en el mundo de hoy. Queremos que se convierta en una universidad “en salida”, como nos insiste el Papa Francisco, que sepa “adelantarse, tomar la iniciativa sin miedo, salir al encuentro, buscar a los lejanos y llegar a los cruces de los caminos para invitar a los excluidos” (Evangelii gaudium, 24). Deseamos que la renovación de la pastoral universitaria convierta a esta universidad, según su identidad y naturaleza, en una comunidad que evangeliza y que ya no se queda tranquila en espera pasiva en sus aulas, sino que pase “de una pastoral de mera conservación a una pastoral decididamente misionera” aún en medio del mundo académico (Evangelii gaudium, 15). Una pastoral que abarque el territorio nacional.
Por último, un aspecto no menos importante es la renovada unión de la universidad con la Santa Sede a través de la debida confirmación del Rector, elegido por la asamblea universitaria según los criterios de selección y de votación; la aprobación final del texto de los estatutos, no sin antes haber sido aprobados por la asamblea y por las autoridades civiles competentes; la presencia en casos especiales de gestión y de conflicto. Esta unión se realizará por medio de la Congregación para la Educación Católica, de la cual el Santo Padre ha querido nombrarme Prefecto, y que está al servicio de todas las instituciones eclesiásticas y católicas de enseñanza de la Iglesia Universal. Auguro, finalmente, que el texto de los estatutos que han recibido suscite en ustedes miembros de la asamblea el mismo entusiasmo que nos movió a nosotros y que se repita en ustedes el gesto del Papa Francisco “de reconocer al otro, de sanar las heridas, de construir puentes, de estrechar lazos y de ayudarnos «mutuamente a llevar las cargas»”. Que Santa Rosa de Lima y todos los santos peruanos nos ayuden a ser testigos del amor de Dios.

Universidad Católica de Vietnam

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Este año comenzó oficialmente sus actividades la primera Universidad Católica en Vietnam. Durante este curso académico, inaugurado hace unos días, 23 estudiantes asistirán a las clases del Instituto Católico de Vietnam, el nombre oficial de la estructura, según ha informado a la Agencia Fides Monseñor Joseph Dinh Duc Dao, Rector del Instituto y presidente de la Comisión Episcopal para la Educación Católica.
“Es un paso importante para la Iglesia vietnamita que tiene lugar durante el tiempo del Jubileo”, señala el Obispo, expresando su satisfacción a la Agencia Fides. “Es una obra de misericordia que, gracias a Dios, comienza en el Año Santo. Nuestro enfoque es el de la compasión, realizada a través del servicio de educación”, explica.
La universidad, la primera desde que el país se reunificó bajo el régimen comunista en 1975, está reconocida oficialmente por la Santa Sede y cuenta con la autorización del gobierno. En la ceremonia de apertura, celebrada el 14 de septiembre en Ho Chi Minh City, el Obispo señaló que “el Instituto tiene como objetivo mejorar el conocimiento y las habilidades teológica de los sacerdotes, religiosos y laicos, para que puedan vivir una vida auténtica de fe en una sociedad que vive una rápida evolución”.
El instituto conferirá el título reconocido de bachillerato, licenciatura y doctorado en teología. De acuerdo con el proyecto será organizado con el fin de ofrecer cursos de teología sacramental, dogmática, moral pero también en liturgia y estudios bíblicos, espiritualidad, misionología, derecho canónico, así como filosofía, psicología y ciencias humanas”.
Fuente: Agencia Fides.

Monseñor Javier Salinas Viñals

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Monseñor Javier Salinas Viñals fue obispo de Ibiza de 1992 a 1997, obispo de Tortosa de 1997 a 2013 y desde enero de 2013 hasta ahora obispo de Mallorca. De 1999  a 2014 presidió en la CEE la Subcomisión Episcopal de Catequesis y desde 2014 preside la Comisión Episcopal de Apostolado Seglar.
Monseñor Salinas nació en Valencia el día 23 de enero de 1948. Pasó su infancia y adolescencia en Sagunto (Valencia). En septiembre de 1966 ingresó en el seminario metropolitano de Valencia. Fue ordenado sacerdote por el arzobispo monseñor José María García Lahiguera el día 23 de junio de 1974.
Fue coadjutor de la parroquia de San Jaime, de Moncada, hasta el año 1976, en que fue nombrado prefecto de estudios del seminario menor de Játiva. En 1978 es nombrado consiliario diocesano del Movimiento Junior de la Acción Católica.
De 1979 a 1982 estudió en la Pontificia Universidad Salesiana de Roma, y se licenció en Ciencias de la Educación, especialidad Catequética. En 1982, el arzobispo de Valencia monseñor Miguel Roca Cabanellas lo nombró delegado diocesano de Catequesis. En 1987 fue nombrado capellán y director espiritual del Real Colegio-Seminario de Corpus Christi de Valencia. En 1989 cursó en Roma los estudios de doctorado en Catequesis.
De 1990 a 1992 fue vicario episcopal de la arquidiócesis de Valencia. En 1992, obtuvo el doctorado en Ciencias de la Educación, especialidad Catequética, en la Pontifica Universidad Salesiana de Roma.
El Papa Juan Pablo II lo nombró obispo de Ibiza el 26 de mayo de 1992, recibiendo la ordenación episcopal el  6 de Septiembre del mismo año.
El  5 de septiembre de 1997 fue nombrado obispo de Tortosa, tomando posesión el 26 de octubre de 1997.
Es miembro asimismo del Consejo Internacional para la Catequesis, organismo de la CEE integrado primero en la Congregación del Clero y ahora en el Consejo Pontificio para la Nueva Evangelización.
Obispo auxiliar de Valencia
Con su reciente nombramiento, monseñor Salinas se convierte en el tercer obispo auxiliar de Valencia, junto a monseñor Esteban Escudero Torres (1946) y monseñor Arturo Pablo Ros Murgadas (1964). El primero ocupa este cargo, por segunda vez; y monseñor Ros fue ordenado obispo el pasado 3 de septiembre. Desde el 4 de octubre de 2014, el arzobispo de Valencia es el cardenal Antonio Cañizares Llovera (1945). Se da la circunstancia de que los cuatro son de origen valenciano.

Carta de monseñor Javier Salinas Viñals a los diocesanos de Mallorca

Estimados diocesanos:
El hecho de haber sido llamado por Dios a formar parte de la Iglesia y trabajar en ella al servicio del Evangelio en el ministerio sacerdotal y episcopal, ha sido siempre para mí el motivo que ha guiado mi vida. Consciente de que ser servidor del Evangelio es el título más valioso, y confiando en la ayuda de la gracia divina, acepté con alegría y responsabilidad el nombramiento episcopal de Mallorca.
Hoy, sin embargo, os tengo que comunicar que el Santo Padre ha tenido a bien aceptar mi renuncia a esta querida Sede. Una decisión que he tomado libremente, después de haber orado al Señor y asistido por el consejo de personas de criterio humano y eclesial, mirando lo mejor para la Diócesis.
Por otra parte, el Papa Francisco ha querido confiarme, benévolamente, un nuevo encargo pastoral como Obispo auxiliar de Valencia, el cual acepto con sentimientos de filial obediencia y gratitud al Santo Padre, y de cordial reconocimiento al Señor Cardenal Monseñor Antonio Cañizares, que quiere que sea su colaborador en su misión apostólica en Valencia.
Por encima de todo, quiero manifestar mi profundo agradecimiento a todos los fieles, laicos y consagrados de esta Diócesis querida, especialmente a los miembros de su Presbiterio y al Diáconos Permanentes, a los que intentado tratar de forma cordial y fraterna, buscando los caminos oportunos para la renovación eclesial en el corazón de nuestra sociedad.
Quiero también pedir disculpas si con algún defecto mío he ofendido a alguien o le he dado motivos de preocupación. En plena conciencia de que Dios misericordioso es quien nos perdona y renueva, os ruego que me acompañéis con la oración en esta nueva etapa de mi ministerio episcopal.
Con todos vosotros rezo ya ahora al Señor para que caminéis unidos bajo la guía del Administrador Apostólico que la Santa Sede ha designado en la persona de Monseñor Sebastià Taltavull, a la espera de un nuevo obispo que guíe la Diócesis de Mallorca según el corazón del Buen Pastor, y que bajo la mirada de la Virgen de Lluc, crezcáis en la vida cristiana, iluminados por el testimonio y la intercesión del Beato Ramón Llull en su Año Jubilar.
Fuente: Ecclesia Digital.

Facultad de Teología Pontificia y Civil de Lima

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La Facultad de Teología Pontificia y Civil de Lima tiene su origen en la decisión histórica del Maestro General de la Orden de Predicadores, fray Agustín Recuperato de Favencia, de crear la Provincia de San Juan Bautista, el 4 de enero de 1540. Esta Provincia tendría como sede el Convento de Santa María del Rosario de Lima. Instruye también sobre la creación de un “estudio” (universidad) para formar lectores de Artes (filosofía) y Teología.
Los superiores de la nueva Provincia se reunieron en el Cusco el 1 de julio de 1548. Decidieron crear y poner en funcionamiento el “estudio” en la ciudad de Lima, con algunos estudiantes y catedráticos. Casi tres años después, con los estudios de Teología en desarrollo, por Cédula Real del 12 de mayo de 1551, el Rey de España creó la Universidad de Lima, con todos los privilegios de la Universidad de Salamanca. Los estudios de Teología fueron incorporados a esta Universidad, sirviendo a ésta de base para su existencia. Así, se constituyó la Facultad de Teología, la primera Facultad de la nueva Universidad. San Pío V la aprobó también con el breve “Exponi Nobis”, del 26 de julio de 1571. En 1574, ella tomó el nombre de Universidad de San Marcos.
Este origen histórico de los estudios teológicos otorga a nuestra Facultad el privilegio de ser la iniciadora de los estudios universitarios en el Perú, tanto los de pre como los de post grado. Formó parte de la hoy Universidad Mayor de San Marcos, con existencia ininterrumpida.
En sus aulas se formaron gran parte de la intelectualidad del Perú y de América. Con las reformas emprendidas, a mediados del siglo XIX, por el gobierno de la República, la Facultad pasó a funcionar en un ambiente cedido por el Seminario de Santo Toribio, bajo la jurisdicción del Arzobispado y con plena autonomía académica y administrativa, sin dejar de ser, como hasta entonces, la primera Facultad de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos.
En 1935 la Facultad de Teología se segregó de la Universidad San Marcos con plena aquiescencia de la autoridad civil. La Congregación para la Educación Católica, por su parte, aprobó definitivamente sus nuevos Estatutos, por Decreto del 10 de diciembre de 1993. El Estado, por Ley Nº 26327, del 2 de junio de 1994, la incluye en el Sistema Universitario Peruano, manteniendo su carácter pontificio y civil. Tiene los deberes y derechos de las demás Universidades del país. Por mandato del Decreto Ley Nº18009, del 25 de noviembre de 1969, conserva su nombre histórico de Facultad. Semejante privilegio por su historia y presencia en el Perú también ha sido reconocido por el Congreso de la República, por ser la entidad universitaria más antigua del Perú y de América.
Fuente: www.ftpcl.edu.pe