La nueva gerenta de Cultura, Mariella Pinto Rocha, explicó a El Comercio las líneas de acción que tomará y, sobre todo, retomará hasta el 2018:
—Desde el 14 de mayo último, usted reemplaza en el cargo a Mónica Aurich, quien salió de la Gerencia de Cultura de manera abrupta. ¿Por qué aceptó sustituirla?
Fui convocada por la Municipalidad de Lima y asumí la gerencia porque me ofrecieron la suficiente autonomía para tomar decisiones. Antes de aceptar, dejé muy claro que soy amiga de la ex alcaldesa Susana Villarán y que además he trabajado con Pedro Pablo Alayza [ex gerente de Cultura] cuando formé parte de la comisión que edificó el Lugar de la Memoria, en Miraflores. En el municipio me respondieron: “La gerencia es tuya, si quieres trabajar con personas de la anterior gestión, es tu decisión”. Con tal libertad ofrecida, acepté.
—Entonces, teniendo en cuenta sus vínculos con funcionarios de la gestión anterior, vayamos al grano: ¿continuará o no con las políticas culturales formuladas por ellos?
Sí, las continuaré. He decidido seguir los lineamientos que dejó Pedro Pablo [Alayza] porque es importante continuar las cosas buenas que se hicieron durante la gestión anterior…y las políticas culturales fueron de lo más destacado. Obviamente, modificaremos algunas actividades, pero en general habrá continuidad.
—Para algunos ciudadanos, su antecesora Mónica Aurich –quien está afiliada a Solidaridad Nacional– habría decidido no continuar las políticas culturales de la gestión Villarán por revanchismo político. ¿Comparte esta opinión?
Me llama mucho la atención que digan que la gerencia ha sido ineficiente. No es que la señora Aurich no haya hecho nada; en todo caso, hizo las cosas de manera diferente. No opinaré sobre lo que hizo o dejó de hacer.
—Hablemos sobre usted. Fue asesora del Ministerio de Cultura y trabajó en el Lugar de la Memoria. Esta es su única experiencia en el rubro cultural.
He trabajado durante quince años en diferentes instituciones del Estado. Mi experiencia en el sector público es amplia. Si algo aprendí allí es que las cosas buenas hay que continuarlas, si no, nunca se avanza. Dejar de lado lo anterior no sucederá conmigo.
—Definamos la continuidad que propone, entonces. La gestión anterior elaboró programas emblemáticos como la Red Metropolitana de Cultura, que buscó la coordinación de planes culturales con los 43 distritos. A principios de este año fue desestimada. ¿La retomará?
Sí. El próximo 22 de agosto tendremos una primera reunión con todos los gerentes y subgerentes de Cultura de los 43 municipios distritales.
— También estaba el programa Cultura Viva Comunitaria, que promovía a los artistas de cada distrito. No se continuó, pese a que contaba con una ordenanza para su ejecución.
He decidido retomarlo. En julio volví a contratar a las agrupaciones artísticas que ganaron una plaza en la gestión anterior y las incluí en nuestro programa de actividades. Son 40 grupos reconsiderados desde julio.
—¿Cree que su antecesora debió ejecutar estos dos programas tan fundamentales?
Digamos que cada uno tiene sus prioridades y eso está bien. Algunos gestores priorizan el tema del patrimonio; otros, los programas comunitarios; etc. Según las prioridades de cada uno se programan actividades.
—Y sus prioridades son…
Continuar los tres ejes estratégicos: patrimonio, artes escénicas y promoción cultural. Apostaré por la recuperación de espacios como el Teatro Segura y el Museo Metropolitano, ya que planeo crear un circuito peatonal turístico. Además, elaboraré un plan cultural para el bicentenario. Para ello, he formado una comisión con expertos independientes. Esto permitirá que lo propuesto trascienda y no se politice a futuro. También trabajaré en la formación de públicos a través de la cultura, en todos los campos y especialidades. Crearé una escuela de arte popular que integre todas las expresiones.
—Incluso las expresiones en los murales…
No tengo nada en contra de los murales. Hubo una pésima comunicación desde el municipio sobre este tema. Creo que se pueden hacer de forma permanente, pero con coordinación.
—Llama la atención que el Festival de Artes Escénicas de Lima [FAEL] no esté entre sus prioridades…
Este año no habrá FAEL. Primero, porque no cuento con el presupuesto para realizarlo, que asciende a US$1 millón; y segundo, porque ya no tenemos tiempo para organizarlo. Estoy buscando una fórmula para armar una edición más pequeña en el 2016, así que no está descartado. Hay que reestructurarlo, y en eso estoy.
Fuente: Diario El Comercio.

La Revancha

Por Luis E. Lama- Revista CARETAS
Mariella Pinto Rocha, a quien de cierta manera pudiera considerársele un clon de nuestra ministra de Cultura, tiene un controvertido currículum ampliamente divulgado en la red y nunca desmentido. Basta ingresar a Google para estar informado de una trayectoria pública -con abundantes…“conflictos éticos”- en la que están estrechamente relacionados lo político, lo laboral y lo íntimo.
García Sayán, Alan García, Olivera, los Vargas Llosa, Odebrecht, etc., son mencionados entre las amistades de la señora Pinto en un círculo similar al que llevara a la señora Álvarez Calderón a ocupar un cargo, designada por la Presidenta de la República. Si hasta el momento permanece en el puesto es por su amistad con el primer ministro Pedro Cateriano desde los tiempos del Fredemo. Las similitudes no terminan allí. Pinto Rocha era también funcionaria del Ministerio de Cultura y fue la misma Álvarez Calderón quien la recomendó para la gerencia municipal.
El nombramiento vuelve a poner en evidencia los círculos del poder en el Perú y sus ramificaciones en el área cultural. Premiar con una gerencia a la señora Pinto, quien solo tiene especialización en educación inicial, es un insulto para nuestros excelentes profesionales en este campo, los cuales no son convocados por carecer de ese tipo de relaciones que hacen que todo se banalice y que el área cultural se vea cada vez más encanallada por privilegios absolutamente inadmisibles en cualquier país civilizado.