Por Graciela Villasís Rojas y Karla Ramírez– Diario El Comercio.
Cuando se desató el escándalo por las coimas pagadas por Odebrecht a funcionarios del segundo gobierno aprista, el ex ministro Enrique Cornejo aseguró que le sorprendió ver que entre los involucrados aparecía su viceministro Jorge Cuba, por quien la policía ofrece S/30 mil de recompensa.
Cornejo dijo enfáticamente que no entendía cómo el ex viceministro de Comunicaciones tuvo vínculos con Odebrecht, pues la ejecución del metro de Lima era competencia exclusiva del Viceministerio de Transportes. Sin embargo, la Unidad de Investigación de El Comercio accedió a dos resoluciones supremas que ponen en entredicho su sorpresa inicial.
Estos documentos oficiales demuestran que Cuba, siendo viceministro de Comunicaciones, fue enviado por Cornejo a Japón y a Brasil entre el 2010 y el 2011 para evaluar personalmente propuestas relacionadas con el entonces llamado Proyecto Tren Eléctrico del Perú.
La salida al Japón se autorizó el 9 de marzo del 2010, apenas tres meses después de la firma del contrato con el consorcio que lideraba Odebrecht para la ejecución del tramo 1. En la Resolución Suprema 027-2010-MTC –refrendada por el entonces presidente Alan García, el primer ministro Javier Velásquez Quesquén y el propio Cornejo–, se señala que Cuba formaba parte de una comisión encargada de realizar las coordinaciones del tren. La resolución señalaba que el viceministro debía conocer la infraestructura ferroviaria de Japón para la futura implementación de su similar en el Perú. Cuba también viajó con quien era gerente de Operaciones y Mantenimiento de la Autoridad Autónoma del Tren Eléctrico (AATE), Jhony Garro.
Al año siguiente, el 7 de febrero, Alan García, el entonces primer ministro José Antonio Chang y Enrique Cornejo firmaron otra resolución suprema, la 002-2011-MTC, en la que autorizan a Jorge Cuba a viajar a Brasil para “determinar la factibilidad de incorporar” 28 unidades de trenes ofrecidas por el gobierno de Río de Janeiro en calidad de préstamo o venta. Nuevamente fue acompañado por Garro Fernandini.
Hace cinco días, en la entrevista que Cornejo concedió a este Diario, sostuvo que Cuba no tenía ningún tipo de relación “ni formal ni funcional con la empresa [Odebrecht] ni con las obras”. Sin embargo, al mostrarle las resoluciones de los viajes que él mismo autorizó, recordó que sí pidió la colaboración de Cuba.
Cornejo dijo: “Cuba formó parte de varias tareas, pues había acumulado experiencia manejando temas de transporte público con [Luis] Castañeda”. Cabe recordar que el ex viceministro había trabajado anteriormente en Pro Transporte durante la primera gestión edilicia de Castañeda Lossio.
Según Cornejo, en el viaje a Río de Janeiro, Cuba tenía el encargo de ver si existía en Brasil la disponibilidad de los trenes ofrecidos. De esta manera, el ex ministro de Transportes y Comunicaciones confirmó que Cuba sí participó en las negociaciones del metro de Lima.
Antecedentes
Viaje de Jorge Cuba a Japón: del 10 al 17 de marzo del 2010. Se autorizó con Resolución Suprema 027-2010-MTC.
Viaje de Jorge Cuba a Brasil: del 8 al 12 de febrero de 2011. Se autorizó con Resolución Suprema 002-2011-MTC.
Reunión en el MTC con Omar Chehade: el 9 de junio del 2011. Participaron Enrique Cornejo (ministro), Hjalmar Marangunich (viceministro de Transportes), Jorge Cuba (viceministro de Comunicaciones) y Jorge Menacho (secretario general).
El gran papelón
Por Martha Meier Miro Quesada.
Los medios cercanos al (des)gobierno de Pedro Pablo Kuczynski siguen tratando de confundir a la opinión pública sobre los alcances de la corrupción de Odebrecht. La pus brasilera cubre a políticos y empresarios peruanos, así como a ciertos abogados y periodistas que se auto-proclamaban la reserva moral del Perú.
La agonizante gran prensa se inmunda tratando de tapar la corrupción de los suyos y minimizar los montos festinados. Vale la pena recordar: las coimas no son de 29 millones de dólares como se quiere hacer creer; son más de 600 millones de dólares -sí, 600 millones de dólares-, esto sin contar miles de millones de sobrecostos, que solo en el gaseoducto del sur sobrepasan los ¡cinco mil millones de dólares! Insistir en la cifra de 29 millones es mentir y tratar de satisfacernos con la captura de pececitos de acuario, o sea Luyo, Cuba y demás chivos expiatorios.
Indigna que se pretenda limpiar a las empresas peruanas consorciadas con la brasilera, como el caso de Graña y Montero, GyM, que tiene en su directorio a un accionista minoritario (4%) del grupo “El Comercio”; pero el señor José Alejandro Graña tiene la suerte de que dos de sus primos hermanos integren el Consejo Editorial del diario: Alejandro “Alejo” Miró Quesada Cisneros y el cocinero Bernardo Roca Rey, a la sazón ex vice ministro del gobierno de Alan García Pérez. A este dúo se suma la esposa de Emilio Rodríguez Larraín, representante de buena parte de los intereses chilenos en el Perú, (vaya coincidencia, Pedro Pablo Errázúriz, ex ministro de Transportes del régimen de Piñera y ex gerente de Lan Chile, integra el directorio de GyM).
En una entrevista con el periodista Hernán Floríndez, (revista Ideele Nº 257), el presidente del Consejo Editorial, Alejo M.Q. dijo: “tampoco pidan que El Comercio sea un detractor de José Graña, a no ser que sea una cosa grosera…”. Nadie pide tal cosa, solo que el diario deje de mentir, confundir y publicar irrelevancias para tapar las vinculaciones de GyM con Odebrecht en 5 de las 7 obras bajo investigación.
La empresa Graña y Montero afirma que no sabía nada; eso resulta curioso pues se asoció con Odebrecht para el gaseoducto del sur cuando Marcelito Odebrecht ya estaba preso. ¿Qué cosa no sabía?
“El Comercio” alguna vez fue una institución nacional, hoy es apenas un papelón que editorializa contra quienes se indignan ante la corrupción. El indescifrable señorito director de ese diario, Fernando Berckemeyer y su cófrade, el becario Fullbright, Enrique Pasquel, sostienen puerilmente que quienes alzan la voz [la izquierda local] contra Odebrecht quieren “relacionar los casos de corrupción con el modelo del libre mercado”.
Lima sin agua
El Consorcio Huachipa conformado por las empresas Camargo Correa y OTV S.A., incluyó el diseño y construcción de la Bocatoma, la Planta de Tratamiento de Huachipa y Ramal Norte, asimismo, su operación y mantenimiento por 4 años. El Consorcio conformado por Nippon Koei y Cesel OIST estuvo a cargo de la supervisión del diseño y construcción.
Una semana antes de culminar el plazo del contrato de operación y mantenimiento, el 22 de septiembre del 2015, el Consorcio Huachipa informó mediante carta la situación de riesgo de la estructura de la Bocatoma, ante lo cual el Gerente General de SEDAPAL, Ramón Huapaya, se dirigió formalmente a dicho Consorcio exigiéndole que asuma sus responsabilidades por los daños encontrados y que ejecute todas las obras necesarias para reparar dichos daños.
Al haber culminado el plazo de contrato de operación y mantenimiento, SEDAPAL se hizo cargo de la operación de la Bocatoma, Planta Huachipa y Ramal Norte a partir del 1° de octubre del 2015. Además, solicitó formalmente la intervención de la Contraloría General de la República.
Frente al señalamiento de SEDAPAL, el Consorcio Huachipa se ha comprometido a asumir su responsabilidad haciéndose cargo de la reparación temporal inmediata, en principio, con medidas de prevención, cautela y salvaguarda de la infraestructura dañada, y de cualquier otro relacionado con ésta que pueda ser susceptible de vulneración ante la proximidad del Fenómeno del Niño.
SEDAPAL exigirá al Consorcio Huachipa las reparaciones definitivas que se determinen como resultado de un peritaje especializado a todo el Sistema Huachipa (Bocatoma, Planta y Ramal Norte), el que deberá realizarse con una empresa de reconocido prestigio a nivel nacional o internacional que la Empresa contratará para tal efecto.
Cabe recordar que SEDAPAL cuenta con las garantías otorgadas por el Consorcio Huachipa a fin de que honre su compromiso y responsabilidades.
Fuente: SEDAPAL.