Balance positivo 2015

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Por Ary Waldir Ramos Díaz- Aleteia.org
La cumbre del cambio climático que se celebró en París (COP21) del 30 de noviembre al 11 de diciembre fue una cita ineludible para la humanidad. Tanto, que el Papa Francisco quiso que su encíclica, Laudato Sí, fuera publicada en junio, meses antes, para sensibilizar la opinión pública y especialmente a los líderes mundiales reunidos en París que intentan avanzar en la lucha contra el cambio climático.
Francisco publicó el 18 de junio la Encíclica sobre el cuidado de la casa común, en la cual se advierte del riesgo inminente para la humanidad y del camino sin retorno que lleva al consumismo que devora selvas, agua, y contamina el aire, entre otros recursos vitales para la vida de los seres del planeta.
A continuación veamos 7 puntos clave para entender la COP21 de París, es decir de la vigesimoprimera Conferencia de las Partes de la Convención Marco de Naciones Unidas sobre Cambio Climático.

¿Cuál era el objetivo principal?

En primer lugar el objetivo era que 195 países firmen un acuerdo ‘vinculante’ para revertir el cambio climático.
La agenda era compleja porque cada compromiso que se firme puede cambiar para siempre el sistema político y económico actual. Proteger el planeta no es gratis, aún si los beneficios son amplios y duraderos a largo plazo. Y los beneficiarios inmediatos alcanzan principalmente a los pobres y los países en desarrollo.

El cambio climático ¿fantasía o realidad?

El cardenal hondureño, Óscar Rodríguez Maradiaga, en uno de los eventos vaticanos preliminares a la presentación de la encíclica oficial del papa sobre el medio ambiente, contó que un taxista romano les explicó a la perfección el cambio climático: “padre ya no tenemos primavera, pasamos directamente al verano”.
Bueno, la sabiduría popular coincide con datos científicos; desde el año 1850 hasta nuestros días la temperatura del planeta ha aumentado de un 1 grado Celsius. Prontamente, 2 grados Celsius se considera el límite de un calentamiento peligroso.
Entonces, aplazar las decisiones por otros veinte años como sostienen los tecnócratas y los economistas a favor del equilibrio que llegará con la globalización es una ruleta rusa.
30% es el aumento del gas invernadero producto de la producción industrial de los últimos cien años. A este paso, los daños más graves llegarán en pocos años.
Las decisiones se pueden aplazar, sin embargo no sabemos cuales serán las consecuencias, o mejor ya sabemos lo que pasa en los países pobres inermes antes las catástrofes ambientales.
¿Qué pasará cuando se termine de descongelar el hielo en el Ártico? La perdida de masa podría llegar en breve tiempo a 7%.

¿Quiénes tienen en sus manos el futuro del planeta?

Participamos 40,000 lideres políticos, delegados de gobiernos, capitanes de empresa, lobistas, industriales, ongs, etc.
No sólo los jefes de Estado como Obama, Putin, Hollande, Xi Jinping, Humala o Merkel realizaron discursos, sino que hubo una maquina de negociaciones y trabajos movida por un ejercito de personas en varios campos del saber y de intereses.
El aire que contamina en China es el mismo que llega a las costas del pacífico en las Américas.

¿Qué se espera de la COP21?

Cambiar el sistema de producción que deriva de los combustibles fósiles. El vestido, el computador, el celular que usamos no existirían sin los combustibles fósiles. Es decir, hay que cambiar toda la producción de bienes y servicios para acabar con los riesgos del aumento del dióxido de carbono y de la contaminación.
Según datos de la ONU de 2012, se requiere 450 litros de agua para producir un huevo de gallina, 7,000 litros para refinar un barril de petróleo crudo y 148,000 litros para fabricar un automóvil.
Precisamente, la conferencia de París tiene el desafío de limitar la emisiones de gas invernadero.
El Acuerdo de París pretende encontrar un equilibrio entre los países ricos que ya han contaminado y que ahora exigen a los países en ‘vía de desarrollado’ de no seguir sus pasos, mientras estos últimos aún necesitan crecer. Obama en su discurso inaugural habló de acompañar a estas naciones en un ‘desarrollo limpio‘.

Obstáculos para salvar la casa común

Los países en desarrollo no quieren perder la carrera hacía el bienestar del occidente y para ello quieren seguir quemando petróleo y carbón.
Los países ricos tendrían que financiar la transición a las energías renovables para los países pobres.
Pero, aún más difícil es conseguir dinero para ayudar a los países pobres que enfrentan desastres debidos a la subida de los niveles del mar o las sequias.
De esta manera, ¿qué es más conveniente? Porque la ola de inmigrantes que escapan a las sequías también debe entrar en la cuenta y la resta de los países ricos.
Así, la globalización de la solidaridad del Papa es concreta. Una solidaridad que no se mide en los ingresos per cápita, sino en los niveles intangibles de felicidad relacionados a una vida digna y de relaciones sociales plenas.
Además porque los costos en vidas humanas debido al cambio climático pasarán la cuenta a todo el mundo, antes o después.

¿La voz del papa en Laudato Sí fue escuchada?

El Papa hace propuestas en Laudato Sí para llegar a una “ecología integral, que incorpore claramente las dimensiones humanas y sociales” (137).
Propone (capítulo 5) emprender un diálogo sobre el medio ambiente que facilite procesos de decisión transparentes. Y destaca (capítulo 6) el poder de la educación para crecer sin dañar el planeta, con una relación espiritual, eclesial, político y teológico.
Francisco en el texto valora los conocimientos científicos disponibles hoy (capítulo 1) y los relaciona con la enseñanza bíblica (capítulo 2), analizando los orígenes del mal (capítulo 3) en el egoísmo, la tecnocracia y el consumo excesivo.
En suma, Papa en la encíclica invita a alcanzar un equilibrio social con beneficio para el planeta que pasa por mayor equidad para “los pobres” en relación a la fragilidad del planeta”.
Por ello, lanzó un llamado a una nueva economía, por un el progreso que valore de cada criatura, y esto se logra a través de “de debates sinceros y honestos”, para cambiar “la cultura del descarte y la propuesta de un nuevo estilo de vida” (16).

¿Alcanzará la COP21 un compromiso por la vida?

El Acuerdo alcanzado a escala global para limitar los gases de efecto invernadero significa la reducción del impacto del cambio climático. Pero la ‘ambición’ y ‘el sectarismo económico’ podrían ser el peor enemigo del medio ambiente y de la creación.
En términos prácticos el COP21 de París no realizará un milagro, pero por lo menos se espera alcance un compromiso lo más próximo a una aspiración al bien común por el planeta.
A pesar de que no será perfecto, si tiene bases solidas, los expertos y los negociadores podrán en un futuro no muy lejano ir mejorándolo.
Pero, atención que los objetivos del COP21 sobre cambio climático en cierta medida dependen mucho de   de cada uno de nosotros. A partir de un cambio de estilo de vida. Por ello, el Papa en Laudato Sí invita a una “ecología integral” hecha de simples gestos cotidianos donde rompemos “la lógica de la violencia, del aprovechamiento, del egoísmo” (230).

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