Castro sobre el Frente Amplio: “En la práctica, estoy hace tiempo fuera”
Por René Zubieta Pacco-Diario El Comercio.
El congresista Jorge Castro ratificó su intención de renunciar a la bancada del Frente Amplio aduciendo que se siente “incómodo”. Ello luego de conocerse que su colega María Elena Foronda tenía como trabajadora de su despacho a Nancy Madrid Bonilla, condenada por el delito de terrorismo por pertenecer al Movimiento Revolucionario Túpac Amaru (MRTA).
“En la práctica, estoy ya hace tiempo fuera. Es una cuestión inagotable, ya he tomado la decisión”, manifestó a El Comercio el parlamentario. Aunque no precisó cuándo oficializará la medida, sostuvo que es cuestión de tiempo.
Al cierre de esta edición, congresistas de la bancada se encontraban reunidos abordando este y otros temas. Castro dijo que no asistió a la cita y tampoco ha acudido a otras anteriores.
El legislador ya había manifestado anteriormente sus intenciones de alejarse de la bancada, que hoy tiene como vocero a Wilbert Rozas.
Según explicó, su decisión de renunciar se debe a acciones de la bancada que también lidera Marco Arana, como su separación, de manera “abrupta”, de la Comisión Lava Jato en diciembre pasado, y los diversos comentarios y acciones que consideró complacientes respecto a organizaciones terroristas.
“Yo me siento absolutamente incómodo y ellos lo saben. Hace un mes conversé con Marco Arana, los dos solos, le dije que estoy con un pie fuera”, acotó Castro en diálogo con este Diario.
Si se concreta la renuncia de Castro, el Frente Amplio se quedará con nueve miembros. Pero no perdería presencia en comisiones (actualmente preside dos), de acuerdo a las reglas congresales de proporcionalidad.
¡Ciento veinte días para Foronda!
Por Aaron Salomón– Político.pe
Como “terruquismo histérico” calificó la legisladora frenteamplista María Elena Foronda a la cachetada de justificados cuestionamientos que recibió por haber contratado a la emerretista Nancy Madrid, encargada de las inhumanas ‘cárceles del pueblo’, como su asistente personal. Incluso la parlamentaria izquierdista tuvo la desfachatez de aducir que su amiguísima terrorista merecía “reinsertarse a la sociedad” y que no había falta alguna en haberla introducido en el Palacio Legislativo (edificio que precisamente el Movimiento Revolucionario Túpac Amaru tenía pensado explotar).
Y por si esto no fuera poco, Foronda recalcó que Madrid fue sentenciada a dieciocho años de cárcel por asociación con el MRTA mas no por ser parte de la cúpula emerretista y menos aún por haber estado encargada de las cloacas donde los empresarios secuestrados por el grupo terrorista desfallecían si no pagaban millonarias sumas para su liberación. Sin embargo, la periodista Karina Novoa del dominical Panorama dejó al descubierto la vil mentira de la congresista integrante de la bancada del excura Marco Arana. De acuerdo con la contundente sentencia, Nancy Madrid reconoció ser miembro del MRTA y la Fiscalía demostró que la terrorista alquiló una casa en el distrito de San Borja que serviría posteriormente como sede para los ya mencionados criminales centros de reclusión.
Muchas son las voces que correctamente exigen el desafuero de María Elena Foronda, pero esta posibilidad es rechazada de plano por dos reconocidos abogados constitucionalistas con los que he conversado. Los juristas coincidieron al asegurar que no habría cómo sustentar una denuncia constitucional en este caso.
Así, la pelota está en la recientemente reestrenada Comisión de Ética, ahora bajo la dirección de la legisladora pepekausa Janet Sánchez, y todo parece indicar que a su coleguita zurda le estaría por caer una más que merecida sanción de ciento veinte días sin goce de haber. Fuentes de dicho grupo de trabajo me han adelantado su pronto accionar.
“Es indignante; terrorismo nunca más”, sostiene la mayoría de parlamentarios (no se sabe qué hará Wilbert Rozas, aunque ya podemos imaginarnos). Esperemos que se siente un precedente para que ningún mal llamado padre de la patria se atreva a meter a un terrorista al Parlamento por contrabando.
Otrosí: El Congreso debe poner a debate inmediatamente (y aprobar lo antes posible) el proyecto de ley enviado por el Ejecutivo que propone que la reparación civil sea imprescriptible por el delito de terrorismo.
Yehude Simon: Juntos por el Perú se une con Nuevo Perú
Por Christian Silva- Revista CARETAS
Desde el año pasado, diversos partidos de izquierda estuvieron reuniéndose para conformar lo que es Juntos por el Perú. Usaron la inscripción que tenía el partido Humanista, de Yehude Simon, en el Registro de Organizaciones Políticas, del Jurado Nacional de Elecciones. La organización alberga a Fuerza Social, Patria Roja, el Partido Comunista del Perú, Movimiento por el Socialismo y Ciudadanos por el Cambio. El grupo de izquierdas tiene la disposición de abrirle la puerta a otras organizaciones, como sucedió con Nuevo Perú, de Verónika Mendoza.
¿Cómo se dio el acercamiento entre ustedes y Nuevo Perú?
Las reuniones fueron en febrero, para discutir diversos temas y se produjo este acercamiento con sus bases. Tienen buenos cuadros que tranquilamente pueden ser autoridades. Nunca les cerraríamos la puerta. Esto podría ser un buen ejemplo para ver el 2021.
¿Qué condiciones existen en esta alianza entre y el grupo de Verónika Mendoza?
En principio, nadie condiciona a nadie. Si Nuevo Perú quiere ir sola, va sola, pero creo que la izquierda cometería un gravísimo error si pasa eso.
¿Ella no estaba con Gregorio Santos?
No sé si Nuevo Perú está en alianza con Santos.
¿Qué hay de Frente Amplio?
Frente Amplio tiene sus candidatos. Nos hemos reunido con ellos, pero no para hablar de procesos electorales.
¿Hay diferencias entre Nuevo Perú y algún partido que integra Juntos por el Perú?
De todos ellos con Verónika, no lo creo. Del grupo de Verónika conmigo sí ha habido, evidentemente, por el tema de Bagua, pero sin entender que la responsabilidad viene de otro lado. Ahora están interpretando mejor las cosas y no por interés. Siempre hemos dicho que la política va encima de las personas. Es una ciencia y tienes que saber cómo la aplicas. Si cada uno se va a sentir ofendido por lo que dicen, entonces estamos mal.
¿Qué otras diferencias hay?
Programáticamente no hay diferencias. Está el debate del aborto y el tema del tamaño del Estado. El debate en Juntos por el Perú lo empezamos desde hace siete meses y vamos coincidiendo.
¿Van a participar en todas las jurisdicciones del país? Son alrededor de 1,700.
Tenemos candidatos en casi todo el país. Falta en Amazonas, pero no es que no tengamos aspirante, sino que no se han decidido aún. Pretendemos participar en todo el país, en todas las provincias y distritos. Es un poco complicado, pero lo vamos a hacer. La prueba de fuego va a ser cuando tengamos las listas inscritas, porque cada partido tiene a sus candidatos y alguien tendrá que ceder. Va a probar el sentido de la unidad y responsabilidad.
¿En cuáles regiones hay alianzas con Nuevo Perú?
A nivel de base, en Piura, Juntos por el Perú se ha unido con el grupo de Verónika Mendoza, incluso con un sector de Vladimir Cerrón. En Arequipa se han unido todos y juntándose con movimientos regionales. Ahí nuestro candidato es Javier Ísmodes. En Junín se han juntado todos. Tengo entendido que (con Nuevo Perú) estamos trabajando juntos en Piura, Cusco, Ica y Junín. En Lambayeque no, en Tumbes no lo sé.
Rodríguez Rabanal candidato de Nuevo Perú
¿Cómo es en Lima Metropolitana?
Hay dos o tres precandidatos. La mayoría está apostando por Gustavo Guerra García. También hay un compañero nuestro (del partido Humanista), Zacarías Merma; y Roberto Rodríguez Rabanal (candidato de Nuevo Perú). Voy a conversar con mi compañero Merma para que sea parte de una sola lista. Gustavo Guerra es un buen técnico, confiamos en él. Tiene las propuestas programáticas para Lima que son bien interesantes y además está dispuesto a ir al debate.
¿Puntos fuertes en el plan de gobierno para Lima Metropolitana?
Siempre se trabaja el tema de la reforma del transporte. Lo otro es asumir el gobierno regional de Lima, hay un montón de dinero que se pierde y que no asume la municipalidad. También es cómo logramos ir sacando de las laderas de los cerros a la población de esos sectores, para prepararnos para un sismo, haciendo ciudadelas nuevas, diferenciadas. Todo el tema de arte y cultura que se ha perdido mucho en Lima, y seguridad ciudadana, que se está trabajando con especialistas.
En Cusco, lugar de Verónika Mendoza ¿Cómo es la situación, hay precandidatos?
Tengo entendido de que alguna gente de Verónika Mendoza está trabajando con nosotros, pero ellos también están aliados con el movimiento Ayllu y están proponiendo a un candidato que ha trabajado mucho en agro, Carlos Paredes Gonzales.
¿Teme que exista un aprovechamiento de Nuevo Perú con esta alianza?
Te puedo asegurar que no. Hemos aprendido tanto la lección, hemos pasado por tantos sufrimientos, hemos traicionado al pueblo tantas veces. El partido Humanista nunca se metería en una alianza ni regalaría su inscripción a partidos que se hayan quedado en la década de los 60’s, 70’s o 80’s, eso sería un daño terrible al país.
Ustedes también piensan en el 2021…
Tenemos que ver el bosque completo. Hoy día el árbol son los procesos regionales y municipales. Tenemos que hacer que el árbol sea frondoso, pero que en esa maravilla de árbol hay que ver el bosque completo, que es el 2021. Vamos primero al 2018 y pensando en el 2021. En los últimos 20 años, la izquierda ha puesto presidentes. Toledo fue producto de la izquierda, Humala fue producto de la izquierda, PPK fue producto de la izquierda. Lo que te puedo asegurar es que no voy a ser candidato a la República, sino al gobierno regional de Lambayeque.
Roberto Sánchez es el presidente de Juntos por el Perú, ¿de qué partido proviene?
Él es del partido Humanista.
¿Por qué usted no?
Porque tengo un compromiso de un cambio generacional y para que yo no sea la manzana de la discordia. Mi presencia no ayudaba, pero me dieron un cargo muy importante que es ser responsable de la comisión política.
¿Qué debería tener el siguiente mandatario, entonces?
El próximo presidente, desde la izquierda, debería ser alguien entre 45 y 65, ese rango es importante, que sea un rostro nuevo. La izquierda ya no puede volverse a equivocar. Otros partidos presentan lo mismo y lo que aspiramos es que al final Juntos por el Perú es que no sea un frente de partidos sino un solo partido, como se planteó con Izquierda Unida y que los partidos no lo entendimos. Sería una lección para la derecha.
¿Cómo ve el futuro de Vizcarra en el gobierno?
No le desearía ningún mal a Vizcarra, es un hombre serio. Me preocuparía que se entregue al Opus Dei. Tengo algunas versiones de que lo están rodeando, espero no se deje convencer por esos políticos sectarios, como Julio Rosas o Rafael Rey. Son tiempos modernos. Si Vizcarra cae en manos de la derecha más atrasada, no creo que dure.
Apología del delito monda y lironda
Por Fabiana Sanchez– Diario Perú21.
El Congreso aprobó por mayoría el proyecto que impide a los condenados por terrorismo, apología al terrorismo, narcotráfico, lavado de activos, tráfico ilícito de drogas, violación de la libertad sexual, trata de personas y corrupción, trabajar en el Estado.
Los cuatro parlamentarios que votaron en contra fueron Humberto Morales, Rogelio Tucto, Zacarías Lapa y Hernando Ceballos, todos ellos del grupo Frente Amplio.
Al respecto, el tercer vicepresidente del Congreso, Mauricio Mulder (Apra), manifestó con esta actitud se demuestra que “la izquierda juega a ser un tonto útil de Sendero Luminoso”.
“Para mí han demostrado el interés de salvar a los terroristas. Yo no entiendo cómo es posible que Ceballos diga que Osmán Morote debe volver a la administración pública, o que Tucto señale que se le debe dar el indulto a Abimael Guzmán”, afirmó en declaraciones a Perú21 .
Por su parte, Héctor Becerril (FP) consideró que “es el momento de que la gente conozca que los congresistas de Frente Amplio están apoyando a los terroristas”.
“Siempre están tratando de favorecerlos, le hacen juego al terror, y eso debemos que estar conscientes todos”, expresó.
En tanto, Gino Costa aseguró que no llamaba su atención la postura de algunos legisladores de la bancada de izquierda, “porque no es la primera vez de una actitud cuando menos ambigua en relación con el terrorismo”.
“Pero lo que hay que acotar es que la mayoría de bancadas están a favor de que quienes fueron condenados por terrorismo no puedan trabajar en el Estado”, indicó.
DEFIENDE POSTURA
Justiniano Apaza , legislador del Frente Amplio , no estuvo presente al momento de votarse el proyecto. Sin embargo, replicó que el mismo estaría “atentando contra el derecho a reivindicarse” que tienen las personas.
“Todos los ciudadanos por ley tienen derecho a trabajar en las entidades o sitios que más convenga”, arguyó.
María Elena Foronda (FA), quien contrató a una sentenciada por terrorismo, no asistió a la plenaria vespertina y justificó su ausencia como licencia por enfermedad.
La norma aprobada tampoco permite trabajar para el Estado a los condenados por narcotráfico o corrupción.
La lavandería de Sendero y del MRTA
Por Juan Paredes Castro– Diario El Comercio.
Las organizaciones terroristas Sendero Luminoso y MRTA (o lo que queda de ellas) siguen buscando lavarse la cara y también lavar sus acciones criminales con el mismo Estado Peruano al que quisieron liquidar violentamente.
Es el mismo Estado que las venció en el terreno militar. Ideológica y políticamente también fueron derrotadas, porque a fuerza de quitarles cobardemente la vida a millares de campesinos, incluidas sus familias, nunca podrían haber conquistado, en el campo, las adhesiones en masa a la que aspiraba su “guerra popular”, ni mucho menos en la ciudad. SL y el MRTA hicieron del horror y el sometimiento armado un salvaje mecanismo de exterminio.
Este Estado, de por sí desarticulado, gaseoso y frágil, vuelve cada cierto tiempo a ser sobrepasado por el senderismo y el emerretismo en sus dos modalidades cíclicas: de infiltración en el aparato público y de alianzas con el narcotráfico en zonas aisladas como el Vraem.
Frente al legado acumulado de estas bandas homicidas, hay una izquierda que por diversas razones se siente obligada a considerarse su pariente cercana. Hay otra izquierda, nada idiota por supuesto, dentro de sus intereses electoreros, que les hace el juego, porque considera que fueron derrotadas militarmente y que política e ideológicamente sus militantes pueden, cumplidas, por ejemplo, sus sentencias, integrarse a la vida democrática. ¿Pero con qué mea culpa o paso civilizado de por medio?
Esta misma izquierda podría creer, como el señor Francisco Soberón, que dadas algunas circunstancias la sociedad puede votar por un “mal menor” (léase Ollanta Humala), a sabiendas de sus violaciones a los derechos humanos, ante el supuesto “mal mayor” (Keiko Fujimori) así no se le haya imputado a esta ningún crimen.
Con percepciones maniqueas y relajadas como esta sobre democracia y derechos humanos resulta fácil caer en la complacencia con saldos ideológicos, políticos y criminales del terrorismo. No se conocen arrepentimientos firmes. Tampoco compromisos democráticos y constitucionales. Y menos respeto al orden legal e institucional.
Al margen del incidente de la guía del Lugar de la Memoria, habría que suprimir toda intermediación explicativa en este recinto, en el que todo visitante, libremente, debe formarse su propia opinión sobre lo que ocurrió en más de veinte años de violencia terrorista en el país.
Si en el Congreso, a pedido de la parlamentaria María Elena Foronda, llegó a trabajar una excarcelada, con sentencia cumplida y pasado emerretista, es más que evidente, por las justificaciones dadas, que media docena de tortugas, con la hoz y el martillo en la caparazón, podrían penetrar los resquicios legislativos de la bancada de izquierda, que parece padecer del mismo relajamiento del señor Soberón.
En el fondo los poderes del Estado no han hecho nada hasta hoy por cuadrar y encuadrar legalmente los grandes temas pendientes con Sendero y el MRTA, incluida la palabra reconciliación.
Sobre las mil opiniones distintas y divididas que podamos tener los peruanos, SL y el MRTA seguirán lavándose la cara y lavando sus crímenes con el Estado (el nuestro) al que quisieron partir en mil pedazos.