Evangelio según San Marcos 1,40-45.
Se acercó a Jesús un leproso para pedirle ayuda y, cayendo de rodillas, le dijo: “Si quieres, puedes purificarme”.
Jesús, conmovido, extendió la mano y lo tocó, diciendo: “Lo quiero, queda purificado”.
En seguida la lepra desapareció y quedó purificado.
Jesús lo despidió, advirtiéndole severamente: “No le digas nada a nadie, pero ve a presentarte al sacerdote y entrega por tu purificación la ofrenda que ordenó Moisés, para que les sirva de testimonio”.
Sin embargo, apenas se fue, empezó a proclamarlo a todo el mundo, divulgando lo sucedido, de tal manera que Jesús ya no podía entrar públicamente en ninguna ciudad, sino que debía quedarse afuera, en lugares desiertos. Y acudían a él de todas partes.
Límites a la pastoral juvenil
Por Wang Zhicheng
Desde el 1° de febrero, entraron en vigor los nuevos reglamentos para las actividades religiosas. Ellos prevén un control estricto de todas las comunidades oficiales y multas, arrestos y expropiaciones para los miembros de las comunidades no oficiales. Entre las primeras víctimas de este endurecimiento son los jóvenes.
Fuentes de Asia News confirman que desde el 1° de febrero, la Oficina de Asuntos religiosos y el Departamento del Frente Unido han iniciado llamadas a las parroquias católicas para poner en claro que desde ahora en adelante no se podrán realizar campamentos (primaverales o estivales) donde se reúnen a los jóvenes para algunos días de vacaciones y de espiritualidad. Los nuevos reglamentos de hecho imponen que las Escuelas religiosos” se pueden efectuar sólo en lugares registrados y bajo el control del Estado. Estar en tiendas, en el espacio libre o en cualquier hotel barato y tener encuentros con misas junto a los jóvenes será considerada como una “actividad religiosa ilegal”. La urgencia de la orden llega también por la llegada de las largas vacaciones en ocasión del Fin de Año chino, que comenzará el 16 de febrero.
Diversos sacerdotes de Shanxi, de Mongolia interna y de otras partes de China han ya recibido esta advertencia. Algunas parroquias recibieron la carta de la Oficina de Asuntos Religiosos.
Los nuevos reglamentos imponen también que “los grupos no religiosos, las escuelas no confesionales, los sitios de actividad no religiosas no deben efectuar formación religiosa”, como también las “academias no religiosas… no deben tener actividades religiosas” (Art. 41). Para seguir estas indicaciones, ya desde hace varios años -no solo con los nuevos reglamentos- las universidades y las escuelas prohíben las celebraciones de Navidad, aún solo los Christmas parties, las decoraciones y los augurios natalicios en nombre de la “identidad cultural china”, pero permitiendo -por ejemplo- la difusión del fútbol.
Un hecho que ya fue realizado entre los musulmanes chinos es la prohibición a los jóvenes por debajo de los 18 años a frecuentar la mezquita. Entre los cristianos esta prohibición es menos observada. Pero el pasado agosto, al menos 100 comunidades protestantes han recibido la orden de no llevar más a sus hijos a participar en las ceremonias religiosas ni al catecismo.
Tratar de frenar la fe en los jóvenes parece ser el intento más urgente para el Partido. Según una estadística de hace algunos años, más del 60% de los estudiantes universitarios chinos de Beijing y Shanghai desean conocer al cristianismo. El despertar religioso en China parece ahora incontrolable.
Fuente: es.gaudiumpress.org
Richard Madsen
El famoso sociólogo de la Universidad de San Diego (California) explica la política del Partido Comunista de China hacia la religión. En 30 años no ha cambiado nada. Las nuevas directrices de Xi Jinping, reflejan las de Deng, pero con nuevos acentos nacionalistas. Cristianismo y el Islam son vistos como religiones “extranjeras” y sospechosas.
En China se asiste desde hace mucho tiempo de un crecimiento en la práctica religiosa. La unidad para descubrir una fe incluso en la situación de ansiedad que vive la población china, e incluso el líder del Partido. La política religiosa del Partido es más o menos la misma durante al menos 30 años. Así lo dice el profesor Richard Madsen, un sociólogo de las religiones de la Universidad de San Diego (California), que participa en una colaboración con la Universidad de Fudan en Shanghai y con el Centro “China en el siglo 21”, en San Diego.
En julio pasado, el profesor Madsen ha participado en una conferencia llevada a cabo en los Estados Unidos en San Diego sobre la situación religiosa en China y las perspectivas de la libertad y el compromiso de las religiones en el país. Más tarde tuvo una conversación con el vice-director del Centro, el profesor Samuel Tsoi, del cual la universidad ha publicado como podcasts (http://china.ucsd.edu/media-center/podcast.html).
En su diálogo, se refieren a los sucesos acontecidos el año pasado con un aumento del control sobre las religiones, en particular a los cristianos. Ya en el 2015 Xi Jinping, reunido con el Frente unido ha dado instrucciones precisas: las religiones en China tienen que ser “chinas” y libre de cualquier “influencia extranjera”. Deben integrarse en la “sociedad socialista” y bajo la dirección del Partido Comunista debe “servir al desarrollo de la nación”. En el 2016, él ha realzado la importancia del control sobre los negocios religiosos, ligada “a la seguridad del Estado y la unificación de la nación.” Por último, el pasado septiembre, han sido publicados los nuevos reglamentos sobre actividad religiosa. Según el profesor Madsen, el control sobre la religión es similar a la que China tiene sobre muchos aspectos de la sociedad y es difícil de predecir su cancelación.
Publicamos a continuación la primera parte de la conversación.
El profesor Madsen está trabajando actualmente en su último libro sobre la felicidad en China, que él describe como la exploración y la búsqueda de una buena vida en China en un momento de ansiedad. Tal vez el gran aumento en la religión en el país se explica precisamente por esta demanda de la búsqueda contemporánea china de una vida mejor en tiempos de ansiedad. ¿Este nuevo proyecto de “sinización” de la religión significa más o menos libertad? ¿Cómo los fieles viven su fe en el contexto del control del Estado?
Profesor Madsen, muchas gracias por estar con nosotros hoy para responder a estas preguntas. Él ha dedicado la mayor parte de su carrera a estudiar la religión en China. ¿Esta nueva política marca un cambio en la actitud del gobierno chino hacia nuestra religión? ¿Cómo interpreta la Directiva de Xi Jinping, en la práctica de las religiones dentro del socialismo con características chinas?
Bueno, es un gran placer estar aquí. Creo que las nuevas directrices no representan un cambio tan radical porque la política restrictiva [hacia la religión] ha estado en existencia desde al menos los últimos 30 años. Después de 1949, el comienzo del régimen comunista en China, se llevó a cabo una acción importante para reprimir cualquier forma de práctica religiosa. Las presiones han tomado diferentes formas, con la desconfianza por la religión, pero, en esencia, el objetivo era eliminar la religión de la sociedad china. Y entonces llegó a su punto culminante en la llamada Revolución Cultural de 1966 a 1976, cuando los Guardias rojos destruyeron famosas iglesias, templos y símbolos religiosos, etc … Han perseguido con dureza a los creyentes que practican su fe de forma explícita. Cuando en 1979 se inició la llamada “era de la reforma”, se observó una relajación de estas políticas y un “reconocimiento” de que el intento de acabar con la religión, lo que ellos llaman “ultraizquierda (ultraleftist)”, era contra-productiva y estaba empujando a la gente a realizar sus prácticas religiosas aún más, causando una reacción negativa. De este modo, la nueva política ha sido la de reconocer que todavía existen religiones, y que deben mantenerse estrictamente bajo control con la creencia de que tarde o temprano las religiones habrán de extinguirse mientras la modernización en China avanza.
Al mismo tiempo se mantienen bajo control haciéndolos funcionar, pero dentro de directrices estrechas. Esta fue la política que produjo el documento no. 9 del Comité Central del PCC (Partido Comunista Chino) en 1982, que preciso este marco general. Ahora, lo que pasa es que hay muchas más religiones que los que pensaban controlar. En resumen, en los últimos 20 años se han reconstruido millones de templos. Las comunidades religiosas como cristianos, budistas e incluso el culto del dólar han crecido enormemente. En consecuencia, en la política hay mucha política religiosa. La política original era que la religión moriría tarde o temprano, al igual que en la mentalidad marxista-leninista, pero no había funcionado. Por lo tanto, hay varias religiones que han intentado funcionar. Y es por eso que cambiaron la política para tratar de mantenerlas bajo control. Al mismo tiempo, en los últimos 5-10 años algo nuevo ha sucedido en la ideología del gobierno chino, que es un nuevo énfasis en el “nacionalismo”. Antes del final de Mao el gobierno fue legitimado sobre la base del marxismo y el leninismo. Ahora bien, el lenguaje marxista-leninista todavía existe y se practica todavía, oficialmente en uso todavía, pero este reconocimiento no es suficiente. El reconocimiento del Partido tiene ahora nuevas funciones: es un partido revolucionario, pero el presidente Xi Jinping, lo llama un “partido de gobierno”, y necesitan una base para legitimarla. De este modo, la nueva base de apoyo es el nacionalismo, la gran gloriosa historia de la civilización china y su gente, que también incluye parte de su herencia religiosa. Debido a esto, algunos aspectos de la herencia -las enseñanzas de Confucio, los aspectos de la religión popular – ahora se redefinen como “patrimonio cultural inmaterial”. Antes estos fueron llamados “supersticiones feudales.” Ahora bien, ser patrimonio cultural, es ser parte de la sabiduría del pueblo chino. Existe por lo tanto una nueva tolerancia a estos aspectos y, de hecho, también hay un nuevo llamamiento al confucianismo como una base importante y una base moral para China.
Al mismo tiempo, otros tipos de religiones no son vistos como parte del glorioso patrimonio histórico y cultural chino como el cristianismo y el islam. Por esto son vistos con sospecha y estrechamente controlados. En la actualidad existe un tipo de política mixta. La última idea que surgió de la conferencia hace unos meses estaba tratando de discutir cómo manejar todo esto y entender la dirección general del gobierno, el cual está en línea con la dirección tomada en otros aspectos de la sociedad china: reforzar los controles, someterlos a un control central, monitoreo, la supresión de todas las formas consideras como una posible amenaza para el Estado chino. Y esto se traduce en un control creciente del ambiente religioso.
Fuente: Traducción y edición de AsiaNews.