El presidente debería renunciar
Por Mávila Huertas– Diario La República.
A estas alturas, está claro que PPK no fue un funcionario público probo. Ex ministro de Economía y luego Presidente del Consejo de Ministros de un gobierno que puso en bandeja una obra como la Interoceánica y se la entregó a Odebrecht (ahora sabemos que a cambio de 20 millones de dólares para Alejandro Toledo).
Mientras, en paralelo, una empresa suya asesoraba a la constructora brasileña y cobraba por ello. El monto no importa. Tampoco si él firmó o no los contratos. Ganó algo de dinero. Lo admitió la noche del domingo. Lucró directa o indirectamente mientras prestaba servicios al Estado y no podía hacerlo.
That’s all!
Si PPK es coherente con la defensa que hizo de su investidura cuando se negó a presentarse ante la Comisión Lava Jato alegando que no sometería a un circo la Presidencia de la República, debería evitarle al país el penoso espectáculo al que asistiremos el jueves. Al margen de que la oposición consiga o no los votos para vacarlo, será una carnicería.
Ya expuso sus cartas intentando responder a los periodistas incisivos pero respetuosos que lo entrevistaron en Palacio de Gobierno. ¿Espera que ocurra lo mismo en el Parlamento? ¿Acaso cree que saldrá ileso después de que fujimoristas y apristas lo trituren?
Si lo vacan, el hombre que asumió la presidencia del Perú hace poco más de un año con el mejor currículum de la región (como destacó la revista América Economía) tendrá que dejar el cargo por la puerta falsa. Si se salva de la vacancia, Kuczynski estará condenado a la duda permanente del ciudadano, incluso del que votó por él. Además, habrá quedado chamuscado, frágil y sin piso ante cualquier pequeño nuevo embate.
Una disculpa y un elegante adiós. Es lo mejor que puede hacer el Presidente… si realmente está pensando en el país.
Última vacancia: diario de debates
Por 62 votos a favor, nueve en contra y nueve abstenciones, el Pleno del Congreso de la República aprobó la noche del martes 21 de noviembre un proyecto de resolución legislativa por el que declara la permanente incapacidad moral del presidente Alberto Fujimori, conforme a lo establecido en el inciso 2 del artículo 113 de la Constitución del Estado. Así mismo, declaró la vacancia de la Presidencia de la República, debiendo aplicarse las normas de sucesión establecidas por el artículo 115° de la Constitución Política del Perú.
La decisión congresal fue adoptada a las 22:25 horas, después de una jornada cuyo debate se prolongó por más de 12 horas. En la votación no participó la mayor parte de legisladores de la bancada de Perú 2000, quienes se retiraron al no conseguir que primeramente se votara la renuncia que hizo llegar el ahora ex jefe del Estado, ante el Presidente del Congreso.
La resolución legislativa fue aprobada en medio de aplausos y manifestaciones de júbilo de parte de un sector del público asistente a las galerías del Hemiciclo del Pleno. Para Perú 2000, el procedimiento que antecedió a la votación no correspondió a lo que, dijeron sus voceros, se había acordado antes en el Consejo Directivo, para coordinar en torno al tratamiento de este trascendental tema.
Antes de procederse a la votación en sí, se produjo un debate que se proyectó por cerca de una hora, debido precisamente a que entre el oficialismo y la oposición no se ponían de acuerdo acerca del punto que debería votarse primeramente. Al final, se votó la resolución legislativa, lo que motivó el retiro, en señal de protesta, de los representantes de Perú 2000.
Ese fue el corolario de un debate que tanto la Presidencia como los diversos oradores coincidieron en calificar de histórico, habida cuenta del tema central, como fue declarar la permanente incapacidad moral del Presidente de la República y la declaratoria de la vacancia de ese cargo.
El maratónico debate dio lugar a severos ataques de la oposición a Fujimori, contra su gobierno y lo que consideraron una actitud inmoral de su parte. Entre tanto, los voceros de Perú 2000 reafirmaron su respaldo al jefe del Estado, destacaron su labor gubernamental, y lamentaron que fuese objeto de una venganza por parte de la oposición.
Como lo definió en cierto momento el propio presidente Paniagua, el debate resultaba agrio, áspero y violento, particularmente cuando se produjo un fuerte intercambio ntre las legisladoras Luz Salgado (Perú 2000) y Mercedes Cabanillas (APRA), quienes mutuamente se exigieron el retiro de frases que consideraron ofensivas.
Helbert Samalvides (Perú 2000) señaló que el dolor que sentía no lo abatía y anotó que estaba preparado para enfrentar “la sed de venganza de la ex minoría”. Añadió que era la hora de demostrar lealtad a un hombre cuya labor al servicio del país -dijo- no podrá ser borrada por una resolución legislativa.
Intervino Ernesto Gamarra (FIM), quien deploró que muchas veces se advirtió a los voceros del gobierno de Fujimori sobre las medidas equivocadas que se adoptaban. Sin embargo, dijo, insistieron en su actitud. Agradeció al presidente del Congreso, Valentín Paniagua Corazao, diciendo que, con él, el Perú retornará al cauce democrático necesario.
La legisladora Martha Chávez (Perú 2000) exaltó la labor gubernamental de Fujimori y su coraje en la lucha contra el terrorismo, el narcotráfico, y la acción para liberar a los rehenes de los terroristas en la residencia del embajador del Japón. Desmintió que en la sesión se estuviera dando la muerte del fujimorismo, porque éste -aclaró- está en el alma del pueblo, al que se benefició con sus numerosas obras.
Héctor Ramos López (Perú Posible) sostuvo que 26 millones de peruanos esperan que venga Fujimori a responder al país dónde está el dinero de la privatización de empresas públicas, la naturaleza de sus relaciones con el ex asesor Vladimiro Montesinos, y otros puntos aún oscuros. Se mostró reacio a todo lo que sea “borrón y cuenta nueva”.
El ahora independiente Miguel Velit (ex Perú 2000) advirtió de ciertos arreglos políticos para declarar la vacancia presidencial por incapacidad moral. Dijo que él puede discrepar con el jefe del Estado por haber renunciado fuera del país, pero que no puede aceptar, por injusta, una vacancia motivada por intereses políticos.
En similares términos se pronunció Gregorio Ibarra Imata (Perú 2000). Entre tanto, Juan Ramírez Canchari (Perú Posible), censuró a Fujimori, acusándolo de conducir al país a la mayor crisis económica de su historia.
Cuando ya habían transcurrido diez horas de debate, intervino la primera vicepresidenta del Congreso, Luz Salgado, quien para tal efecto bajó al llano. Clamó por el cese de odios, insultos y enfrentamientos entre peruanos. Aludió al nuevo gobierno que surgirá en el Perú, y dijo que los del saliente oficialismo están prestos a colaborar y a ofrecer sus servicios en lo que la nueva Administración los considere convenientes.
Otros oradores como Rómulo Mucho Mamani (Perú Posible), Jorge Polack Merel (I) y Enrique Lau Chufón (Perú Posible) también respaldaron la vacancia por incapacidad moral del presidente Fujimori. Ántero Flores-Aráoz (PPC) sostuvo que la incapacidad moral atribuída a Fujimori se inició el 5 de abril de 1992, y que ello prosiguió con otra numerosa sucesión de hechos que consideró ilegales e inconstitucionales.
María Jesús Espinoza (Perú 2000), tercera vicepresidenta del Congreso, admitió que se cometió errores como la corrupción, la compra de conciencias y abusos. Pero al mismo tiempo aclaró que se trabajó con servicio, coraje, voluntad y decisión. Con voz emocionada, añadió que ellos seguirán defendiendo esas obras, y que nunca se avergonzarán de ello.
Sus apreciaciones fueron respaldadas en sendas intervenciones por Rolando Reátegui Flores y Nicasio Terán Adriazola (Perú 2000). Este último señaló que la intención de declarar la vacancia de la Presidencia de la República por incapacidad moral era un juzgamiento político lleno de pasión y venganza.
Guido Pennano Allison (FIM) abogó por la necesidad de declarar la vacancia presidencial por incapacidad moral de su titular. Instó a salir rápidamente de esta situación y de la crisis política del país, y subrayó que el Parlamento necesita abocarse ahora a la discusión del proyecto del Presupuesto General de la República para 2001.
Para Alberto Cruz Loyola (Perú Posible), el pueblo espera que todos los funcionarios de este gobierno también renuncien. Dijo que su grupo político apoyó a Valentín Paniagua para la Presidencia del Congreso, “porque sabíamos que usted llevará acertadamente el gobierno de transición”.
En opinión de Anselmo Revilla (Perú 2000), la declaratoria de la vacancia presidencial, como lo planteaba la oposición, no ha sido tramitada. Por lo tanto, invocó a la Presidencia a que no permita que se cometa un abuso constitucional. Puntualizó que, de lo que se trata, es sólo de aceptar la renuncia formulada por el jefe del Estado.
Fuente: www2.congreso.gob.pe