Cuando el cielo huanca se ponía del gris de la tristeza, dejó de existir monseñor Moisés Ramos Guija, eterno vicario general de la Arquidiócesis de Huancayo, quien conoció y trabajó con casi todos los obispos y arzobispos de Huancayo.
Las campanas de la catedral y de las parroquias ya no llaman a misa, lloran ahora por quien fue el sacerdote mayor de la región, con más de 90 años de edad, toda una vida dedicada a Dios en santidad, con estudios en el Perú y en Roma, director del Colegio Pío X y rector del Seminario Mayor San Pío X. Era la historia viva de la Iglesia en Huancayo.
Dejó de existir después de una delicada operación en el hospital EsSalud de esta ciudad.
Cuando aún estaba con vida, monseñor José Ríos Reynoso, quien fue arzobispo de Huancayo, le rindió homenaje de gratitud con una carta que le hizo llegar y fue le fue leída en su cama de dolor.
CARTA. “Hoy cuando el Ángel del dolor te visita y vas vislumbrando el cielo que Jesús nos ha prometido y el Padre nos ha preparado desde la creación del mundo, te escribo estas líneas que no leerás pero que necesito expresarlas y que se sintetizan en una palabra: ¡Gracias!.
Después de 90 años podrías decir “Confieso que he vivido” intensamente, sobre todo gracias a tus padres que ofrecieron a la Iglesia tres buenos sacerdotes, a la Iglesia que te entregaste hasta el final, sin voz pero con tantas palabras que no se llevó el viento, con dificultad para caminar. Hoy los que quedamos tenemos una deuda contigo porque nos faltó tiempo para decirte que te queremos”.
Padre Domingo Galván Salvatierra
Sirviendo a Dios hasta el último minuto de su vida, murió el reverendo padre Domingo Galván Salvatierra, quien por más de 30 años fue párroco de San Pedro de Sapallanga, donde se venera a la Virgen de Cocharcas, de la que fue celoso guardián durante ese tiempo.
En Chupaca, su ciudad natal, se realizaron las exequias. El arzobispo metropolitano de Huancayo, monseñor Pedro Barreto Jimeno, concelebró con sus hermanos sacerdotes la misa de cuerpo presente en el templo de la parroquia San Juan Bautista.
Su deceso ha causado hondo pesar, pues era muy querido por su sencillez, humildad, obediencia y lealtad, tan sencillo que pocos conocían que era doctor en sociología.
Fuente: Diario Correo.
Daniel Badiali, siervo de Dios
Daniel Badiali (Faenza, Italia 3 de marzo de 1962–Acorma, Perú 18 de marzo de 1997) fue un sacerdote, cantautor y misionero italiano, miembro de la Operación Mato Grosso. Trabajó como sacerdote misionero en la sierra oriental de Áncash, primero en Chacas, ayudando al padre Ugo de Censi y luego en San Luis donde fue párroco hasta su asesinato a manos de sus propios trabajadores en el invierno de 1997.
Daniel Badiali nació en Ronco, Faenza, miembro de una familia de agricultores. Inició sus actividades en favor de los pobres con la Operación Mato Grosso (OMG) cuando era adolescente. Como voluntario participó en las operaciones de ayuda a la población de los terremotos en Friuli y de Irpinia. También cooperó con el servicio civil entre 1981 y 1982, y pasó a vivir vivió durante dos años (1984 a 1986) en los Andes peruanos, en la parroquia de Chacas, una ciudad de la región Áncash, colaborando con el párroco fundador de la OMG, Ugo De Censi SDB. Es en este lugar donde decide convertirse en sacerdote.
De vuelta en Italia, asistió al Seminario regional de Bolonia de 1986 a 1991. Ordenado sacerdote en el verano de 1991 fue enviado como misionero “fidei donum” de la diócesis de Faenza-Modigliana como párroco de San Luis, a media hora de Chacas.
Vivió en esta parroquia durante seis años de intensa actividad pastoral, ayuda a la población, tanto en términos sociales (la escuela, la formación profesional para los jóvenes, el apoyo a las familias), y desde el punto de vista religioso (oratoria, preparación a los sacramentos, celebraciones) siempre de la mano con la OMG y el sacerdote Ugo de Censi SDB.
El domingo 16 de marzo de 1997, cuando regresaba a la parroquia después de celebrar una misa en un pueblo alejado, un bandido detuvo la camioneta en el que viajaba junto con algunos voluntarios italianos y peruanos. El criminal quería secuestrar a un italiano para obtener un rescate: el padre Daniel se entregó voluntariamente a los secuestradores en lugar de una mujer joven. Fue encontrado muerto en un paraje desolado por un pastor, dos días después, asesinado por un disparo en la cabeza, probablemente porque reconoció a los secuestradores. Una gran cantidad de personas asistieron al funeral, tanto en Perú como en Italia. Su cuerpo descansa en el cementerio de Ronco.
Bibliografía
Cada día me voy. Pensamientos y testimonios de Padre Daniel Badiali en el décimo aniversario de su muerte, publicada por Papel Tiempo, 2007, ISBN 8895297016.
Padre Daniel Badiali. Corazón, las manos y los pies en el camino de Dios, testimonios y cartas, editado por Giulio Donati, Edizioni Il Piccolo, Semanario diocesano Faenza- Modigliana, 1997.
Fuente: Wikipedia.