Por Javier Albán- Semana Económica
A una semana de la segunda vuelta, las principales encuestadoras todavía daban como favorita a Keiko Fujimori. Sin embargo, tanto las encuestas privadas que circularon durante el último sábado como los resultados a boca de urna y los conteos rápidos de GfK e Ipsos Perú, ya mostraban a Pedro Pablo Kuczynski (PPK) como probable ganador. El conteo de la ONPE al 98.4% confirma esas mediciones. Este súbito cambio en las preferencias se debe sobre todo a cinco factores, según la información contrastada y los especialistas consultados por SEMANAeconómica.
1) EL ALTO NÚMERO DE INDECISOS
Tanto el simulacro de Ipsos Perú del 29 de mayo como el de GfK del 27 de mayo mostraban aún un 13% de votos blancos o viciados, un número ligeramente más alto del usual para ese momento de la campaña, si se toma en cuenta lo ocurrido en las dos últimas elecciones. Tanto en el 2006 como en el 2011, el número de personas que votaron en blanco o viciaron su voto se redujo a la mitad entre la primera y la segunda vuelta. Considerando que en la primera vuelta de este año el porcentaje de votos blancos y viciados fue de 18%, se esperaba que éste se redujera al menos hasta 10%.
Además, las encuestas de intención de voto realizadas por ambas encuestadoras en esas fechas —que se hicieron paralelamente a los simulacros, aunque con una metodología distinta— revelaban también un alto número de electores que no estaban seguros aún de por quién votar. Ipsos Perú mostraba un 7% de personas que, ante la pregunta “si mañana fuera la segunda vuelta de las elecciones presidenciales, ¿por quién votaría?”, optaron por la opción “no precisa”. En la encuesta de GfK, la cifra era de 3.9%.
Estas dos situaciones daban cuenta de que el número de votantes indecisos aún era alto a una semana de las elecciones. Lo anterior se condice con los resultados del Perfil del Elector Peruano, según el cual el 17% de los peruanos decide su voto en la última semana, mientras que un 22% lo hace el mismo día de la elección. Con ello en cuenta, el Economist Intelligence Unit (EIU) —think tank de The Economist— sugirió el último jueves que era probable que la mayoría de indecisos terminara optando por PPK.
Eso fue justamente lo que habría ocurrido: si se observan los votos emitidos en el conteo rápido al 100% de Ipsos Perú, los votos a favor de Keiko Fujimori incluso crecieron 0.6 puntos desde su simulacro del 29 de mayo. Es decir, casi no variaron. En cambio, los votos emitidos por PPK crecieron de 40.6% a 47.4%, lo que sugiere que una gran mayoría de los electores indecisos a una semana de la elección votaron por el candidato de Peruanos Por el Kambio.
2) EL DEBATE
Para que un alto número de indecisos termine optando por PPK, entraron en juego varios otros factores. Uno de ellos, como antes había sugerido SEMANAeconómica (ver Influiría en indecisos), fue el debate presidencial. “El debate fue un punto importante: PPK estuvo mejor; una encuesta que hicimos a mitad de semana [en Lima] nos indicaba eso”, comentó Guillermo Loli, gerente de estudios de opinión de Ipsos Perú. Hernán Chaparro, gerente general de GfK, coincide en que el debate fue importante.
El cambio de actitud y comportamiento de PPK durante la última semana fue clave para el cambio en la tendencia, según Chaparro. “El cambio se marcó más en el segundo debate, pero también es cierto que la campaña misma se perfiló más en los últimos días”, explicó. La percepción de que PPK había ‘despertado’, simbolizada en el último debate con frases que calaron en redes sociales como “tú no has cambiado pelona, eres la misma”, fue determinante para que varios de los indecisos votaran por PPK.
3) EL APOYO DE VERÓNIKA MENDOZA
Otro factor decisivo y que influyó en los votantes indecisos, sobre todo en los del sur del país, fue el apoyo de Verónika Mendoza. “El mensaje de Mendoza tuvo un claro impacto en el sur, donde el porcentaje de votos blancos y viciados disminuyó considerablemente”, indicó Chaparro. En entrevista con SEMANAeconómica, Alfredo Torres, presidente ejecutivo de Ipsos Perú, coincidió en que el apoyo de Mendoza fue clave para el buen resultado electoral de PPK en las regiones del sur del país.
4) LA INVESTIGACIÓN DE LA DEA
Un tercer factor que influyó en el voto de los indecisos fue la duda generada en la población sobre si Keiko Fujimori realmente representaba un fujimorismo renovado. Ello sobre todo por los cuestionamientos planteados contra el ex secretario general de Fuerza Popular, Joaquín Ramírez, quien estaría siendo investigado por la DEA, y ya lo está siendo por la fiscalía peruana, por lavado de activos, tras el reportaje de Univisión y Cuarto Poder.
A esa investigación se sumaron los cuestionamientos a José Chlimper, candidato a la vicepresidencia por Fuerza Popular y quien reemplazó a Joaquín Ramírez en la secretaría general de Fuerza Popular, por haber entregado al programa Las cosas como son un USB con un audio que fue editado para tratar de desmentir la investigación contra Ramírez. Tras estas denuncias, “un sector que creía en la renovación del fujimorismo, pero que estaría menos vinculado, tomó distancia”, explica Chaparro.
5) LOS VOTOS ‘RECUPERADOS’
Finalmente, aunque la mayoría de los votos que han terminado por dar la victoria a PPK provienen de los indecisos, también existe un sector de gente que en un inicio pensaba votar por PPK, pero que migró hacia Keiko Fujimori ante la pasividad inicial del primero. “Ha habido algunos votos picados a Keiko también, debido a los factores anteriores”, comenta Loli, de Ipsos Perú. Esto explica además por qué las primeras encuestas tras la primera vuelta colocaban como favorito inicial a PPK, luego se invirtieron los papeles, pero finalmente parte del apoyo a PPK volvió.
Estrecho pero suficiente
A BOCA DE URNA
En un cuentagotas cardiaco, cada par de horas los reportes electorales emitidos por Mariano Cucho de la ONPE se acercan al resultado final de la segunda vuelta.
Al cierre de esta edición se publicaba el avance del escrutinio sobre el 98.224% de las actas contabilizadas. Es decir, cuyos votos ya fueron sumados al conteo general.
Pedro Pablo Kuczynsky obtenía el 50.148% de los votos válidos y Keiko Fujimori el 49.852%.
Una final de fotografía con 50,065 votos de diferencia. Apenas el 0.296%. A estas alturas quedan por procesar apenas 482 actas que equivalen al 0.623% de la votación y a los Jurados Electorales Especiales se han enviado observadas otras 891, que no han entrado aún al cálculo. Se desprende que los JEE ya vienen resolviendo esas actas, pues su número ha ido bajando. De todo el conjunto de actas observadas, solo 225 fueron impugnadas por ambos partidos y el resto registra sobre todo errores materiales.
Los antecedentes recientes solo se pueden encontrar en el 0.5% que García le sacó en el 2006 para pasar a la segunda vuelta a Lourdes Flores Nano y los 38 mil votos con los que Susana Villarán derrotó a la misma pepecista en el 2010 por la alcaldía de Lima.Son las elecciones más reñidas en el Perú en 6 décadas. En el 2006, Alan García venció a Ollanta Humala en el balotaje por casi 695 mil votos. Cinco años después, Humala sacó de carrera a Fujimori por un poco más de 447 mil.
Aún así, el especialista y exjefe de la ONPE, Fernando Tuesta, sostiene que “hemos dicho desde el conteo rápido que la mayor probabilidad de ganar era de PPK y menor de KF. Hoy eso se mantiene”. Alfredo Torres añade que “creo que ya podemos decir que el triunfo de PPK es definitivo” y el especialista Iván Lanegra tercia que “prácticamente el conteo nos indica que PPK es el ganador”. Si bien la diferencia inicial que ya era ajustada se redujo aún más, en ningún momento Fujimori logró voltear los resultados. En la recta final viene siendo sostenido el margen de más de 55 mil votos.
De ser finalmente así, ¿qué dejó a Keiko Fujimori con la maleta hecha en la puerta de Palacio de Gobierno?
DOS ERRORES DE FONDO
Mucho se puede especular sobre un conglomerado de razones y el impacto específico de cada una.
Pero, primero, hay que recordar que la campaña de la segunda vuelta arrancó con 4 puntos de ventaja para Kuczynski. Era lógico pensar que el casi 40% de votos válidos que su contendora obtuvo en la primera vuelta le dejaba a ella el camino expedito, pero la migración instantánea de más de 20 puntos a las filas de PPK demostró que el antifujimorismo era el gran protagonista que sido silenciado durante buena parte de la primera vuelta.
A partir de allí, Fujimori revirtió los números y luego, desde el 22 de mayo, mostró una ventaja de por los menos 4 puntos que se convirtieron en hasta 7 y 8 al momento de comenzar el “apagón” de sondeos, una semana antes de las elecciones.
Segundo, el día a día de las encuestas confidenciales de la última semana ofrece una aproximación al escenario sobre el cual Fujimori podría haberse perdido la Presidencia por una cantidad de votantes que apenas alcanzarían para llenar el Estadio Nacional.
El punto de inflexión ocurre el domingo 29, día del segundo debate en la Universidad de Lima, cuando Ipsos publicó una encuesta que le daba 53.1% a Fujimori en votos válidos y
46.9% a PPK.
El esfuerzo en esa noche de Kuczynski por diferenciarse de su contrincante, mostrar más energía y vitalidad que las semanas previas y, particularmente, explotar la fuerte carga negativa de Fuerza Popular; comenzó a rendir unos frutos que maduraron mediáticamente muy rápido, cuando dos días más tarde las manifestaciones contra el retorno al poder del fujimorismo se tomaron las calles.
PPK logró lo que le había sido esquivo hasta entonces: darle al fantasma de los 90 un cuerpo presente. Y por más estrategas y mensajes que hubieran trabajado con entusiasmo –o así fuera con la guerra sucia que critica el fujimorismo– ello no hubiera sido posible sin dos errores incontrastables:
Joaquín Ramírez fue encumbrado y protegido en Fuerza Popular, a pesar de tener en su contra una investigación vigente de lavado de activos. Y su caso no se va a acabar aquí (ver más). Esto se sumó a la presencia activa de otros personajes cuestionados en la campaña.
José Chlimper, exministro respetado como un actor renovador incluso en la campaña de PPK –aunque hubiera sido ministro del fujimorismo de la rereelección– fue quien entregó a Pedro Arbulú –director de Panamericana TV y hombre de Ernesto Schutz, quien vendiera su línea editorial a Vladimiro Montesinos– un audio manipulado para desacreditar el testimonio del piloto Jesús Vásquez, que colabora con la DEA y embarra a Ramírez. No solo se dio la impresión de exhumar viejos métodos sino que reflejó con crudeza la gravedad del caso Ramírez. Por añadidura, la noticia del celular de Montesinos pareció la última carta jugada por el gobierno saliente.
Maximiliano Aguirre, asesor argentino de PPK, dijo a CARETAS sobre el caso Ramírez que “no afecta en las encuestas hasta que esto lo revive la propia campaña de Keiko a través de José Chlimper y su audio adulterado. Ese fue el gran error que permite no solo revivir un tema olvidado sino mostrar a los vicepresidentes. Cuando solo le quedaba uno a Keiko más o menos lo podía manejar, pero cuando se borró Chlimper nosotros trabajamos fuertemente con Martín Vizcarra y Mercedes Aráoz”.
El 2 de junio fue emitido un simulacro de GfK, que ya arrojaba importantes diferencias frente a su muestra de 6 días antes. En votos válidos Keiko pasó de 52.2% a 50.3%. PPK, de 47.8% a 49.7%. Importantes variaciones en Lima y el Sur del país daban cuenta de lo antes advertido y del muy probable impacto que tuvo la activa campaña de Verónika Mendoza en los días previos a la elección, cuando llamó literalmente a “marcar PPK” y circuló videos en quechua.
Al mediodía siguiente, viernes 3, Juan Sheput comentó a CARETAS a su salida del evento para observadores electorales organizado por el Jurado Nacional de Elecciones en el Hotel Los Delfines que el tracking privado de la campaña –los seguimientos diarios que marcan la tendencia– mostraba por primera vez en las últimas semanas un ínfimo pero significativo 0.1% de diferencia a favor de PPK.
Al día siguiente, en la víspera de elecciones, circularon muestras de GfK primero e Ipsos horas después. El primero le daba 2 puntos de ventaja a PPK, con la aclaración que seguían dentro del empate técnico. El segundo marcaba una diferencia de apenas 0.8%, que se reprodujo en la boca de urna del día siguiente.
El flash electoral de Ipsos fue de 50.4% para PPK y 49.6% para KF. El de GFK fue de 51.2% para PPK y 48.8% para KF. Finalmente CPI fue la única compañía que le dio la victoria a KF, con 51.2% ante 48.8% de su contrincante. Posteriormente, CPI no presentó cifras de conteo rápido.
PELONA DE DOBLE FILO
En la tienda de PPK consideran, mientras tanto, que un factor determinante pero poco comentado en el retroceso final de Fujimori fue la actitud agresiva que mostró en la etapa final, en marcado contraste a los esfuerzos conciliadores de los días de su intervención en Harvard. Se multiplicaron los comentarios asustadizos de quienes la asociaron con Alberto.
“Esperábamos una Keiko más dialoguista, creímos que era lo que más le convenía en ese momento”, opina el asesor Aguirre. “Esa fue una de las claves de la dificultad de Pedro Pablo para trazar una estrategia adecuada para ese primer debate. Podía despertar algunos fantasmas de otras épocas. El problema es que no había un solo debate, había una revancha. Y allí Pedro Pablo mostró que podía diferenciarse”.
Pero si ese fue un factor para quienes no se vieron persuadidos por Keiko, lo ha sido también en sentido inverso para los fujimoristas duros que la encontraron demasiado blanda y concesiva.
¿Qué le queda a pesar de haber ganado el voto de la mitad del país? En los días inmediatos estará la reacción ante los resultados. Las redes sociales fujimoristas exhiben una ira que demanda conteos auditados y pronuncia cada vez más frecuentemente el término fraude, lo que es una provocación si se toma en cuenta que los observadores electorales internacionales han reportado la normalidad del proceso. El reparto de polos y gorras en la portátil que hizo vigilia en la ONPE sugiere que la campaña de dádivas no se ha terminado. Como si no los hubiera casi sacado de carrera en la primera vuelta.
El establecimiento de derecha ha rechazado su opción y muy posible que de aquí en adelante refuerce la impronta populista para ocupar el espacio de izquierda que tanto explicó el éxito político de los 90.
Con la casa dividida al punto que su hermano Kenji simplemente no fue a votar, la candidata enfrenta el desafío de administrar una importante mayoría del Congreso y al mismo tiempo conciliar las fricciones con los “albertistas”.
¿Será de una oposición que llegue a ser obstruccionista? ¿Optará por darle herramientas al Ejecutivo para no ser acusada de saboteadora?
En los próximos años, el tono del fujimorismo será al menos tan determinante como el de Palacio.
Observadas e impugnadas
El especialista electoral, Alejandro Rospigliosi, explica que los Jurados Electorales Especiales que se encuentran en cada departamento son la primera instancia para resolver el destino de las actas observadas. “Las apelaciones suben al JNE”, dice. “Las actas de estas mesas pueden ser declaradas nulas y para los personeros es un tema de vigilancia y cuidado. Las últimas actas que llegan del extranjero también pueden ser observadas”. Concluidas las elecciones, la ONPE dio a conocer que 1,225 actas habían sido observadas –con Lima como la región con más incidencia, de 497– lo que podía poner en juego casi medio millón de votos.
Al cierre de esta edición, quedaban 891 de este grupo sin resolver. Sin embargo, hay que aclarar que solo 247 actas fueron impugnadas por ambas candidaturas. Es decir, el resto presentaban errores materiales y problemas como ilegibilidad. Rospigliosi explica que, si el partido tiene su personero en la mesa en cuestión, recibe una copia que le puede servir para apelar en caso el JEE declare nula el acta. “Dudo que los resultados completos al 100% estén el sábado como fue anunciado”, dice. “Las apelaciones pueden tomar varios días más”.
Fuente: Revista CARETAS.