OAS, etcétera

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Firmas brasileras usaron complejo esquema para enriquecerse

La operación ‘Lava Jato’ comenzó con una investigación sobre lavado de dinero en un puesto de gasolina en el distrito federal. El grifo pertenecía a Carlos Habib Chater, uno de los operadores financieros implicados en el caso. Curiosamente en el puesto no tienen centro de lavado (Lava Jato en portugués).
Las indagaciones avanzaron y después de las primeras detenciones surgió información que ligaba a los doleiros (operadores) con Petrobras.
En la sétima fase, la operación llevó a la cárcel a los representantes de las principales empresas del país. Uno de ellos fue Adarico Negromonte, hermano del ex ministro de Cidades Mario Negromonte.
Además de las empresas, doleiros y Petrobras, ‘Lava Jato’ investigó a políticos y partidos. De acuerdo con la Policía, se movieron diez billones de reales en contratos.
Los primeros en ser arrestados fueron el ex director de Abastecimiento de Petrobras Paulo Roberto Costa y el doleiro Alberto Youssef. Para intentar reducir la pena ellos aceptaron los acuerdos de delación premiada. Según los delatores, la mayor parte del presupuesto fue desviado a partidos políticos para financiar campañas. Después, los partidos políticos habrían  recibido cerca de 3% del valor de los contratos en propina.
El ex director de Petrobras Paulo Roberto Costa confesó a la justicia brasilera el nombre de varios parlamentarios y gobernadores que habrían sido beneficiados con los desvíos, entre ellos el ex presidente de la Cámara Henrique Eduardo Alves (PMDB-RN); el presidente del Senado, Renan Calheiro, y el tesorero del PT, João Vaccari.
Las investigadas Camargo Corrêa, OAS, Odebrechet, UTC, Queiroz Galvão, Engevix, Mendes Júnior, Galvão Engenharia e Iesa están incluidas en el proceso penal. Una de las preocupaciones de la presidente Dilma Rousseff es que esas empresas, responsables de las grandes obras del país, sean impedidas de continuar operando y que eso interfiera los proyectos de infraestructura.
Precisamente la Policía Federal allanó un estadio en la ciudad de Recife, en el noreste de Brasil, y otras oficinas de ese país como parte de una investigación sobre fraude en contratos para el escenario deportivo construido para el Mundial de fútbol del 2014. En un comunicado, la Policía Federal dijo que los contratos para el estadio Pernambuco, construido y operado por el consorcio encabezado por la firma constructora Odebrecht SA, fueron excesivos hasta en 12 mil millones de dólares.
La policía dijo que los contratos equivalían a fraude y a una falta de transparencia para distorsionar la puja entre las empresas que pretendían hacerse con el proyecto del estadio.
Odebrecht, la mayor constructora de América Latina y una compañía con un largo historial en enormes proyectos de infraestructura y otras obras públicas, también está en el centro de una investigación de corrupción que involucra a la estatal Petroleo Brasileiro SA o Petrobras.
La compañía confirmó los allanamientos en un comunicado calificándolos de “injustificados”. Odebrecht tiene “plena fe en las normas y la legalidad” del proyecto del estadio, añadió.
Marcelo Odebrecht, presidente de la compañía, es uno de los empresarios de Brasil salpicados por el escándalo en Petrobras, en el que proveedores cobraron más por contratos a cambio de sobornos.

Lula fue chuponeado con directivo de Odebrecht

El ex presidente Lula apareció en el auto apertorio de la 14ª fase de la operación ‘Lava Jato’, en la transcripción de una interceptación telefónica. Lula conversó con el ejecutivo Alexandrino de Salles Ramos Alencar, de Odebrecht, el 15 de junio de este año, conforme aparece en el informe enviado por la Policía Federal (PF) al juez Sergio Moro.
Cuatro días después de la llamada, Alexandrino –que era monitoreado por los investigadores– fue apresado con el presidente de la empresa,
Marcelo Odebrecht.
Lula, que no era interceptado, se mostraba preocupado en la conversación con los “asuntos BNDES”. Como se sabe, la Procuraduría investiga desde mayo pasado al ex mandatario por un presunto tráfico de influencias en el Banco Nacional de Desarrollo Económico y Social (BNDES).
La Procuraduría sospecha que Lula obtuvo beneficios de Odebrecht al inducir al BNDES a financiar a bajo costo los proyectos de esta entidad en el extranjero.
Según informe del Senado brasileño, en el 2014 Odebrecht recibió US$ 848 millones para garantizar diversos proyectos suyos en el extranjero, cifra que representa el 42% del total financiado por el BNDES.
Fuente: Diario La República.

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