¡Como has cambiado, pelona!

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Por Martha Meier Miró Quesada
Corría el año 2006 cuando la actual alcaldesa de Lima era candidata presidencial y entre uno de sus contrincantes figuraba el comandante Ollanta Humala. Ella, por entonces, a viva voz denunciaba que este era el carnicero y violador de derechos humanos ‘capitán Carlos’. Villarán fue la única candidata que llegó hasta Madre Mía, donde Humala en los años noventa –es decir durante el gobierno del ingeniero Alberto Fujimori– estuvo dos veces a cargo de la base contrasubversiva. Allí con la voz entrecortada y los ojos húmedos por la emoción, Villarán se despachó una perorata en la que aseguró que, de ser elegida, levantaría un monumento “para rendir homenaje a las víctimas de la violencia política [en Madre Mía] para que nadie las olvide”. El ‘capitán Carlos’ (a decir de Villarán, Ollanta Humala) era señalado como culpable del asesinato de los pobladores Natividad y Benigno Sullca.
La actual alcaldesa no llegó a la presidencia y rápidamente olvidó a tales y otras víctimas de violaciones de los derechos humanos en la zona donde Humala se desempeñó en tiempos del fujimorato. Su excusa es de vergüenza: el caso fue judicializado (César San Martín –hoy presidente del Poder Judicial y entonces vocal de la Suprema– dejó al voto el archivamiento del caso, no por contarse con pruebas irrefutables de la inocencia de Humala, sino por una débil investigación y por el peso dado a los testimonios de sus compañeros soldados de la base, en comparación con los de los familiares de las víctimas).
Dónde quedó la señora Villarán que se rasgaba las vestiduras por los derechos humanos y fue hasta Madre Mía a vociferar: “Ollanta Humala debe venir aquí y decirle cara a cara a la gente si es responsable o no de los delitos que se le imputan”. Cuando se la acusó de intromisión en las diligencias judiciales, uno de sus voceros aseguró que Villarán estaba en la zona invitada “por una coordinadora regional de derechos humanos y por los propios afectados. Se reunirá […] con un grupo de vecinos que ha recibido amenazas para que no siga declarando en los casos de violación de derechos humanos que están en plena investigación”.
Las notas de prensa sostenían que Susana Villarán llegó a la zona para “recoger los testimonios de los familiares de las víctimas de violaciones de derechos humanos por parte del candidato a la presidencia [Humala] que tiene la valentía para amenazar con fusilar, con cerrar el Congreso, pero que no tiene la valentía de dar la cara ante personas humildes que exigen justicia y reparación”. Arrebatada, dijo: “Soy pequeña de estatura, pero valiente para defender los derechos humanos y la vida, mientras que el ‘comandante’ se corre de Andahuaylas, Madre Mía y Aguaytía”.
Lo que se le ven pequeñas son la vergüenza y la memoria. Los afectados y amenazados se le han evaporado con la misma facilidad que esas propiedades de El Suche, Miraflores, que “olvidó” mencionar en su declaración jurada. Ahora con irresponsabilidad y oportunismo –vía las declaraciones de Eduardo Zegarra, vocero de su hoy extinto partido Fuerza Social y teniente alcalde– trepa al pacatán del entuerto humalista, pese a haber sostenido enfáticamente que “Humala es el candidato de la incivilidad, porque apoya un modelo militarista de gobierno, similar al que existe en Venezuela. Los peruanos ya hemos tenido demasiados gobiernos militares y desean seguir siendo gobernados por civiles. Un eventual gobierno de Ollanta Humala sería riesgoso para el país, pues este sería presa de una total improvisación que perjudicaría a todos los peruanos. ¿Qué experiencia en la gestión pública tiene el señor Humala? ¿Cuándo ha estado él al frente de un organismo estatal o empresa privada? Otro aspecto a criticar es su postura a favor de la impunidad, puesto que este no ha mostrado una condena expresa a la posible amnistía en contra de los militares que cometieron crímenes de lesa humanidad”.
Así en el 2006 Susana Villarán, actual alcaldesa de Lima, calificaba al comandante como el candidato de las tres I: “improvisación, impunidad e incivilidad”. Señora alcaldesa, usted en el 2011 se lleva la gran I por su grandiosa incoherencia. La deben estar recordando con mucho respeto y cariño en Madre Mía, pero eso qué importa, ¿verdad? Salvo el poder, todo es ilusión, decía Lenin después de todo.
Gana Venezuela

Mi voto es por Keiko

Por Jaime Bayly
Hoy votaré en las elecciones presidenciales peruanas por la señora Keiko Fujimori.
Quienes me conocen saben que hace años arriesgo el temerario pronóstico que la señora Fujimori será la próxima presidenta del Perú.
Lo que no estaba en mis cálculos, y no deja de sorprenderme, es que, según las encuestas más confiables, el señor Ollanta Humala pasará a la segunda vuelta con una cómoda ventaja sobre los demás candidatos.
Parece, pues, un hecho que el señor Humala estará en la segunda vuelta. Si ello ocurre, debemos respetar la voluntad de quienes votarán por él. No conviene insultar al señor Humala ni a sus votantes. El señor Humala ha sido inteligente y tenaz en presentarse como el cambio más radical a un gobierno que es repudiado por dos de cada tres peruanos.
Con todo respeto al señor Humala, no votaré por él. Creo que el señor Humala es una buena persona con malas ideas. Creo que un gobierno del señor Humala pondría en riesgo la democracia peruana (pues, como es bien sabido, el señor Humala admira a dictadores como Hugo Chávez y Fidel Castro) y frenaría el crecimiento económico de los últimos veinte años, que ha logrado rebajar la pobreza en el Perú. El señor Humala dice ahora que su modelo o arquetipo o inspiración es Lula da Silva y no Hugo Chávez. Me reservo el derecho de no creerle del todo. Una vez en el poder, creo que el señor Humala será un fiel amigo y dócil aliado del dictador venezolano. Entrevisté al señor Chávez cuando era candidato a la presidencia venezolana en 1998. El señor Chávez me dijo en tono moderado y conciliador que discrepaba radicalmente del modelo de Fidel Castro. Una vez que se consolidó en el poder, Chávez, deshonrando sus promesas embusteras, ha hecho todo lo posible por glorificar a un tirano despreciable como Fidel Castro y para que Venezuela se parezca cada día más a Cuba.
No quiero que el Perú se parezca a la Venezuela crispada y estatista de Chávez ni a la Cuba hundida en la miseria de los hermanos Castro. Quiero que el Perú sea un país libre y con una economía en crecimiento que alivie a los más pobres. Quiero que el Perú siga el camino de Chile, no el de Venezuela. Por eso no votaré hoy por el señor Humala y en la segunda vuelta votaré por quien se enfrente al señor Humala.
Espero que quien se enfrente al señor Humala en la segunda vuelta sea la señora Fujimori. Tengo por ella respeto y admiración. A pesar de su juventud, es una mujer que ha demostrado su tranquila inteligencia, su serenidad y firmeza en los momentos adversos y su tolerancia a las críticas más despiadadas. Creo que la señora Fujimori sería una buena presidenta. Ha demostrado que es humilde cuando corresponde serlo y que sabe delegar responsabilidades en personas serias y competentes. A diferencia del señor Humala, la señora Fujimori, precisamente para no parecerse al gobierno autoritario y corrupto de su padre, hará su mejor esfuerzo para presidir un gobierno respetuoso de las formas democráticas y exento de pillos y bribones como los que se apandillaron con su padre en la década de los noventa.
El Perú debe elegir hoy si quiere parecerse a la Venezuela de Chávez o al Chile próspero y con creciente justicia social de Bachelet y Piñera. Si quiere seguir el camino prepotente y antiliberal de Chávez, voten por el señor Humala. Si quieren seguir el admirable crecimiento económico de Chile, voten por la señora Fujimori.
Convencido como estoy de que en la segunda vuelta el señor Humala solo perderá si tiene como rival a la señora Fujimori, votaré hoy por Keiko Fujimori, que no se ha metido en esta pelea electoral por ambiciones personales sino por amor a su padre, porque el destino le planteó un desafío mitológico que ella tuvo el coraje de aceptar y no esquivar, porque su candidatura se funda no en desbordes ególatras sino en la resignación de quien acepta cumplir la ardua misión que el destino le ha encomendado, aun a expensas de complicarse la vida personal.
Invito a mis compatriotas a votar hoy por la señora Fujimori y, en la segunda vuelta, a votar por la candidata o el candidato que se enfrente al señor Humala. Creo que de este modo lograremos conjurar la sombría amenaza de que el Perú siga el camino de la Venezuela de Chávez, que es el camino seguro a la pobreza, al envilecimiento de la democracia y al recorte de las libertades personales.

Golpe o insurgencia

Jaime Bayly hizo mención del periódico “Ollanta”, que -según dijo- el líder de Gana Perú y su hermano Antauro publicaban desde el año 2002, durante el gobierno de Alejandro Toledo: “Este periódico es el primer paso en la carrera política de Ollanta Humala, que tenía como último objetivo ser presidente del Perú”, consideró Bayly mostrando en pantalla algunas portadas del citado periódico.
Asimismo, se refirió al denominado ‘Andahuaylazo’ ocurrido el 1 de enero del año 2005, en donde un grupo de reservistas se levantó en armas dejando un saldo de cuatro policías muertos. “Yo acuso al teniente coronel, Ollanta Humala, de haber conspirado contra la democracia peruana, representada entonces por Alejandro Toledo, en complicidad con su hermano Antauro. Y que quede claro que Antauro cumplía las órdenes de su hermano Ollanta Humala”, manifestó el periodista. Bayly volvió a la televisión luego que en octubre del 2010 su programa “El francotirador” se dejara de emitir por la señal de Frecuencia Latina.
El candidato de Gana Perú, Ollanta Humala, admitió que avaló desde Seúl el levantamiento conocido como ‘andahuaylazo’, que encabezó su hermano Antauro en enero del 2005. Sin embargo, señaló que solo apoyó la “insurgencia popular, que es un derecho constitucional” pero que no estuvo de acuerdo con la parte operativa, como denominó a la toma de la comisaría, que desencadenó la muerte de policías.
En diálogo con RPP, Humala intentó confusamente establecer una diferencia entre lo que fue su apoyo a “la acción política” y su rechazo la “acción operativa”.
“Yo he condenado el ‘andahuaylazo’ cuando hubo muertos. A la luz de los hechos hay que ver que [el gobierno de Alejandro Toledo] no se trataba de un gobierno antidemocrático, que hubo un error y deslindé con el ‘andahuaylazo’ porque no puedo aceptar que se derrame la sangre de los peruanos”, afirmó.
Humala hizo esta precisión tras escuchar en la emisora un audio de una entrevista que le hicieron en el 2005 en la que, desde Seúl, dijo: “Yo me pronuncio a favor de la recuperación inmediata de la soberanía popular a través del pueblo. Respaldo la insurgencia popular. La corrupción, debido a la falta de autoridad de este gobierno [de Alejandro Toledo], ha llevado a la población a una posición extrema como recuperar la nación soberana. Respaldo la acción política de mi hermano como una insurgencia popular, los detalles no los sé porque estoy en Seúl; si ha sido una comisaría o una prefectura no lo sé. Pero la acción política sí la respaldo”.
El candidato también reveló que en aquella época, tras ser alertado por algunos periodistas de que la vida de su hermano corría peligro, lo convenció de que depusiera las armas y luego llamó a Toledo para informarle de ello. “Pero eso no significa que yo lo haya ordenado. Yo no soy autor mediato, yo no he participado. No tengo ningún tipo de complicidad con el ‘andahuaylazo’”. Señaló que en el proceso penal sobre el caso se demostró que él no participó en dicha asonada.
Pese a todo, Antauro pidió, a través de un video grabado desde la prisión antes de la primera vuelta, apoyar la candidatura de su hermano Ollanta Humala.
Fuente: Perú 21.

Puntuación: 5 / Votos: 34

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