Derecha gana elecciones

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El presidente del Partido de la Libertad de Austria (FPÖ), Herbert Kickl. EFE/FILIP SINGER

Por Antonio Sánchez Solís y Luis Lidón- EFE.
La formación de derecha FPÖ ganó por primera vez unas elecciones parlamentarias en Austria, con el 28.8% de los votos, según el escrutinio casi completo, pero tendrá difícil entrar en el Gobierno ante la negativa del resto de fuerzas a pactar con ellos.
Los votantes han hablado”, aseguró el líder del FPÖ, Herbert Kickl, quien destacó que ese resultado muestra que el país quiere un cambio de rumbo.
El líder del FPÖ había centrado su campaña en rechazar la llegada de más inmigrantes e incluso repatriar a parte de los que ya están en el país, en denunciar las medidas que el Gobierno aplicó durante la pandemia para evitar su expansión y en criticar la inflación, que sigue estando entre las más elevadas de la Unión Europea (EU).

El Partido Popular austríaco pierde 11 puntos

Con el 96.7% de los votos escrutados, el FPÖ obtiene 57 de los 183 escaños en el Parlamento, lo que hace inviable la investidura de Kickl como canciller federal en un país donde apenas hay tradición de Gobiernos en minoría.
El conservador Partido Popular austríaco (ÖVP) y actual líder del Gobierno, Karl Nehammer, insistió en que mantiene su postura de no coaligarse con un FPÖ liderado por Kickl.
Nehammer dijo que, a diferencia de Kickl, su formación quiere resolver los problemas de la gente y “no vivir de ellos”.
El ÖVP ha perdido 11 puntos respecto a las elecciones de 2019 y se ha quedado en el 26.3%. También se niegan a pactar el socialdemócrata SPÖ (21.1%), el liberal Neos (9.2%) y Los Verdes ecologistas (8.3%).
Ante ese rechazo, Kickl argumentó que el resto de partidos tratan a sus seguidores como “votantes de segunda clase” y cuestionó los principios democráticos de sus contrincantes.

Los pactos de Gobierno

A la espera de los resultados definitivos, la opción de Gobierno que parece tomar fuerza es una “gran coalición” entre conservadores y socialdemócratas, que suman ahora una ajustada mayoría de 92 escaños, o un tripartito que incluya a los Neos, que aportarían otros 18 legisladores.
De hecho, un tripartito, que sería inédito en Austria, es la opción con más opciones, indicó a EFE el analista político Peter Plaikner, quien argumenta que la “gran coalición” tendría un margen excesivamente estrecho.
Plaikner ve poco probable la opción de que el ÖVP reedite el acuerdo que cerró con el FPÖ en 2017, cuando el partido conservador estaba dirigido por Sebastian Kurz, quien ese año logró un histórico triunfo electoral con un 37.5%, atrayendo a muchos votantes del partido ultra.
Nehammer ha devuelto el partido a sus orígenes”, señaló el analista, al recordar que los sectores más tradicionales, católicos y rurales del partido, sienten un rechazo radical por los ultras del FPÖ.
Con todo, Plaikner advirtió que bloquear la entrada del FPÖ en el Gobierno le permitirá reforzar su mensaje de victimismo y argumentar que los grandes partidos han violentado la voluntad popular.
Por ello, dijo que el nuevo Gobierno tendrá que afrontar los problemas del país, inmerso en una recesión desde hace dos años, y las preocupaciones de los ciudadanos y aplicar medidas constructivas que mejoren la situación.

El veto del presidente

El presidente del país, el progresista Alexander van der Bellen, afirmó tras las elecciones que cualquier Gobierno debe respetar los principios de la democracia liberal, como la independencia de los medios, la separación de poderes, la pertenencia a la UE o los derechos de las minorías.
Además, recordó que cualquier ejecutivo necesita tener mayoría absoluta en el Parlamento y que si una formación no la tiene, debe convencer y ganarse el apoyo de otras.
Van der Bellen llegó a afirmar en el pasado que se negaría a aceptar a Kickl como jefe del Ejecutivo, una potestad que le atribuye la Constitución austríaca.
En un discurso el presidente indicó que en las próximas semanas consultará con los partidos políticos para ver qué proponen y que opciones de colaboración existen, antes de proceder a encargar la formación del nuevo Gobierno.

Una victoria superior a la esperada

Aunque las encuestas preveían esta histórica victoria del FPÖ, el resultado, de confirmarse, estará hasta tres puntos por encima de lo esperado.
El partido ha logrado sumar casi 13 puntos desde 2019, cuando se hundió electoralmente tras un escándalo de corrupción que dinamitó la coalición con los conservadores.
El ÖVP, también lastrado por algunos escándalos de corrupción, se fue recuperando en los sondeos al final de la campaña, gracias a la rápida respuesta del Gobierno a las graves inundaciones que afectaron al país.
Con todo, ha sufrido su mayor caída electoral, con más de once puntos porcentuales menos que los resultados de 2019.
Pese a apenas perder porcentaje de votos, el socialdemócrata SPÖ roza el peor resultado de su historia.
Si se obtienen resultados históricamente malos, no se puede haber hecho todo bien”, concluyó Kickl sobre la situación de los dos partidos que han dominado la política del país durante las últimas ocho décadas.

¿Por qué los obispos austriacos y alemanes divergen en cuanto a la derecha?

Por Lucas Coppen– ThePillarCatholic.com
El Partido de la Libertad de Austria (FPÖ), que obtuvo el primer puesto en las elecciones parlamentarias nacionales, es comparado a menudo con el partido Alternativa para Alemania (AfD).
Ambos son ampliamente descritos como de “extrema derecha”. Ambos quieren una reducción drástica de la inmigración, una limitación de los poderes de la Unión Europea supranacional y el fin de las sanciones contra Rusia. Ambos están liderando lo que los medios de comunicación de habla alemana llaman un Rechtsruck (“giro a la derecha”) en sus respectivos países.
Pero los obispos sólo han instado explícitamente a los católicos a no votar por uno de los partidos.
En febrero, los obispos alemanes declararon que “no se puede votar por partidos de extrema derecha”, entre ellos la AfD. Pero los obispos austriacos no han hecho ninguna declaración similar sobre el FPÖ.
¿Porqué es eso? El ascenso del FPÖ
Tras los horrores de la Segunda Guerra Mundial, las fuerzas políticas de extrema derecha quedaron marginadas en Austria y Alemania.
Pero el panorama político en ambos países ha cambiado drásticamente en los últimos años en respuesta a la inmigración masiva, la pandemia del coronavirus, la guerra de Ucrania y una crisis del costo de vida.
Si bien la AfD se fundó recién en 2013, el FPÖ tiene un historial más antiguo: se remonta a 1956, cuando se posicionó como un partido centrista (aunque su primer líder, Anton Reinthaller, era un ex oficial de las SS).
El FPÖ comenzó a abrazar el populismo de derecha después de que el carismático Jörg Haider se convirtiera en su líder en 1986 (Haider abandonó el partido en 2005 y murió en un accidente automovilístico tres años después).
En 2017, el FPÖ se convirtió en el socio menor de un gobierno de coalición con el Partido Popular Austriaco (ÖVP), liderado por Sebastian Kurz, un católico que se convirtió en el canciller más joven en la historia de Austria, a la edad de 31 años.
En junio de 2021, Herbert Kickl, que fue ministro del Interior en el gobierno de Kurz, se convirtió en el líder del FPÖ. Este personaje, con gafas pero combativo, tiene antecedentes católicos, pero se describe a sí mismo como “al menos medio protestante de espíritu“.
Martín Lutero sabía que era necesario predicar en un lenguaje que también pudiera ser entendido por la gente común”, dijo en una entrevista en 2023. “Esto demuestra vívidamente el poder de la palabra”.
Kickl chocó repetidamente con el cardenal de Viena, Christoph Schönborn, sobre si las personas tenían la obligación de vacunarse contra el COVID-19. También pidió a Schönborn que suspendiera la contribución de la iglesia, el equivalente austriaco del impuesto eclesiástico, para ayudar a los católicos que luchan contra la inflación.
Las relaciones de Kickl con la Iglesia continuaron tensas durante la reciente campaña electoral.
En agosto, la Conferencia Episcopal Austriaca criticó el uso por parte del FPÖ del lema electoral “Euer Wille geschehe”, que significa “Hágase tu voluntad” (en plural), un juego de palabras con “Dein Wille geschehe”-“Hágase tu voluntad” (en singular), de la versión alemana del Padrenuestro.
El FPÖ tiene antecedentes de utilizar lemas de tintes religiosos, atribuidos a Kickl, entre ellos “Occidente en manos cristianas”, “Ama a tu prójimo: para mí, son nuestros austriacos” y “Que Dios me ayude”.
En las elecciones legislativas del 29 de septiembre, el FPÖ, cuyo manifiesto se titulaba “Austria-fortaleza”, quedó en primer lugar con el 28.9% de los votos, seguido por el gobernante ÖVP con el 26,3% y el Partido Socialdemócrata de centroizquierda (SPÖ) con el 21.1%. La participación fue alta, del 77.3%.
‘De derecha comprobado’
La Conferencia Episcopal de Austria no criticó abiertamente al FPÖ antes de las elecciones, limitándose a llamamientos genéricos a la cooperación y al respeto a las instituciones democráticas.
El Consejo Laico Católico de Austria (KLRÖ) ofreció una guía detallada de las políticas del partido de interés para los votantes católicos, mientras que otras organizaciones católicas argumentaron que las posturas del FPÖ sobre la inmigración y otros temas lo hacían inaceptable para los católicos.
¿A qué se debe la reticencia de los obispos? Según el periodista austriaco Klaus Prömpers, puede deberse a una diferencia importante entre la AfD y el FPÖ.
La Oficina Federal para la Protección de la Constitución (BfV), un servicio de inteligencia nacional, ha clasificado a las asociaciones regionales de la AfD en los estados de Turingia, Sajonia y Sajonia-Anhalt como “extremistas de derecha comprobados“.
Se podría decir que estas declaraciones formales animaron a los obispos alemanes a denunciar a la AfD por su nombre. De hecho, los obispos mencionaron dos veces a la BfV en su declaración de febrero.
Quien vota por partidos que han sido catalogados al menos en parte como ‘extremistas de derecha comprobados’ por la Oficina Federal para la Protección de la Constitución, se opone a los valores fundamentales de la convivencia humana y de la democracia en nuestro país”, dijeron los obispos.
Sin una declaración equivalente en Austria, los obispos locales pueden haber sentido que cualquier declaración carecería de una base legal sólida, sugirió Prömpers en una entrevista del 30 de septiembre con domradio.de de Alemania.
En general, se considera que el FPÖ es más disciplinado y menos dividido internamente que la AfD, lo que lo ha dejado algo menos expuesto a las críticas y al escándalo.
¿Qué sigue?
Como el FPÖ obtuvo una pluralidad de votos pero no la mayoría, no puede tomar el poder sin formar una coalición.
El ÖVP, segundo en la clasificación, ha descartado formar gobierno con Kickl como canciller, aunque ha formado coaliciones con el FPÖ en tres de los nueve estados federados de Austria: Baja Austria, Alta Austria y Salzburgo.
Por lo tanto, el ÖVP podría intentar construir una coalición con otros partidos, un proceso que se espera que dure meses.
Klaus Prömpers sugirió que los líderes de la Iglesia podrían estar esperando a ver quién gobierna Austria antes de decidir si deben adoptar una postura más firme. Los obispos alemanes han dado a sus homólogos austriacos un posible modelo, pero no parecen tener prisa por adoptarlo.

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