Por Fritz Du Bois- Diario Perú21
Si uno deja que una bola de nieve ruede por una pendiente, esta crece y crece adquiriendo cada vez más velocidad hasta que ya no se puede controlar. Lo mismo ocurre si se permite que quienes salen a protestar cometan desmanes sin ser sancionados.
En ese caso, la violencia inevitablemente se incrementará y se irá de las manos.
Así tenemos que desde hace semanas estamos presenciando a diario violentos actos propiciados por algunos sindicatos oponiéndose a la reforma del Servicio Civil, la cual finalmente se ha promulgado. Durante ese tiempo la Policía, usualmente, se ha hecho a un lado para tratar de evitar enfrentamientos innecesarios. Sin embargo, el grado de violencia ha continuado aumentando.
Más aún, la impunidad de la que parecían gozar los que estaban protestando ha incentivado a otros grupos que también están demandando algo al salir a bloquear carreteras e impedir el libre tránsito del resto de ciudadanos. Entre otros, los afectados por el proyecto Parque Rímac han cerrado la Vía de Evitamiento, mientras que en Barranca la población bloqueó la Panamericana Norte y el incidente terminó con varios de ellos abaleados. Asimismo, estudiantes marchando contra el intento del Congreso de intervenir en las universidades confrontaron violentamente a la Policía tratando de llegar al Legislativo para pedirles explicaciones a los parlamentarios.
Al final, todos aquellos que tienen algo que reclamar han dejado de lado la necesidad de dialogar o han descartado de plano el recurrir al Poder Judicial, simplemente queman llantas y destruyen todo a su paso para tratar de lograr lo que están buscando.
Incluso, envalentonados, el número de manifestantes se ha ido incrementado, dando con ello la impresión de un Gobierno intimidado. Lo que a su vez provocará que nuevos grupos salgan a protestar, es la de nunca acabar. El asunto se puede tornar bien dramático si no se pone orden rápido.
Agenda gay
El pleno del Congreso rechazó por mayoría incorporar en la legislación la orientación sexual y la identidad de género como agravante en los delitos de discriminación en el país.
La polémica decisión fue tomada por 56 votos en contra, 27 a favor y 18 abstenciones.
El congresista de Concertación Parlamentaria, Carlos Bruce, fue uno de los más tenaces defensores de la inclusión de estos conceptos en la legislación al considerar una obligación del Estado proteger a sectores del país vulnerables que son sometidos a agresiones, vejámenes y hasta crímenes por su opción sexual.
Durante el debate, citó, por ejemplo, que los derechos de muchos gays, lesbianas y transexuales peruanos son vejados solo por su opción sexual y de vida.
Lamentó, además, que en los delitos de discriminación sí figure como agravante la religión, cuando en el Perú nadie es violentado por razones de fe, situación muy diferente en el caso de la orientación sexual y la identidad de género.
La posición de Bruce fue respaldada por algunos congresistas como Verónika Mendoza y Yehude Simon Munaro, entre otros.
NO ES NECESARIO
No obstante, posición contraria fue expuesta por Humberto Lay, quien se opuso a que esos conceptos sea incluidos en el Código Penal, al considerar que mejorando la calidad de la educación se combatiría mejor todos los delitos de discriminación.
La posición de Lay fue respaldada por, entre otros, el fujimorista Julio Rosas, quien dijo que incluir esos conceptos “tergiversaría” la legislación nacional.
El dictamen que excluye a la orientación sexual y a la discriminación de género como agravantes en los delitos de discriminación fue elaborado por la Comisión de Justicia del Congreso, presidida por Marisol Pérez Tello.
Fuente: Diario Perú21.