Por Alicia Rojas Sánchez– Diario El Comercio.
El excongresista Glider Ushñahua (51) falleció en la ciudad de Pucallpa, región Ucayali, informó a El Comercio el exparlamentario Carlos Tubino, quien también fue representante de esta región.
La Dirección Regional de Salud (Diresa) de Ucayali informó a El Comercio que el área de epidemiología maneja el caso del excongresista como “sospechoso” de COVID-19; y que su deceso se dio por “problemas respiratorios”.
Detallaron que la prueba rápida por la que pasó Ushñahua fue tomada ayer en el Hospital Regional de Pucallpa, y esta salió negativo. El área de epidemiología informaría esta tarde si el excongresista falleció debido al COVID-19.
De acuerdo con un video publicado en la página Frente a Frente, se le habría negado la atención en el Hospital Regional de Pucallpa y en el Hospital Amazónico de Yarinacocha. Luego de ello, se dirigió al Hospital de EsSalud de la ciudad, donde finalmente falleció.
En el video, el excongresista manifiesta que tiene dificultad para respirar; y el policía que custodia el ingreso al Hospital Amazónico le responde que no cuentan con más oxígeno. “Las personas aisladas ya cuentan con su propia reserva de oxígeno”, le responde.
Añadió que debido a que fue atendido en un primer momento en el Hospital Regional de Pucallpa, debería volver ahí y pedir ser atendido. “Usted ha sido atendido ahí y tienen que atenderlo ahí”, manifiesta el policía.
Test rápido y engañoso
Por Ricardo Vásquez Kunze- Político.pe
Una estafa sin precedentes es la que le está vendiendo el gobierno de Martín Vizcarra y su ministro de Salud a los peruanos: el de las pruebas rápidas o serológicas para detectar el coronavirus. Las cifras oficiales de contagiados ya superan los 12 mil y la de muertos sobrepasan los 200. Esto se debe, según Vizcarra, a que el Estado ha hecho un gran esfuerzo en comprar miles de kits de pruebas rápidas o serológicas, lo que ha producido un sinceramiento de las cifras de contagios y ha permitido monitorear el alcance social de la pandemia para actuar en consecuencia.
Junto a los tests rápidos también se ha comprado un lote mucho más pequeño de pruebas moleculares, las únicas que según la literatura y praxis médica puede identificar al 100% el virus, a diferencia de las pruebas rápidas que no detectan el virus sino los anticuerpos, y cuyo desarrollo no se revela de inmediato o se producen por múltiples factores que no corresponden necesariamente al virus.
Ante las críticas de destacados científicos y especialistas en epidemias que han cuestionado la efectividad de las pruebas rápidas, el gobierno las ha defendido a capa y espada procediendo a un protocolo en el que primero se aplica la prueba rápida que si resulta positiva se complementa con la prueba molecular. Si la prueba rápida resulta negativa, entonces se descarta el uso de la prueba molecular.
Pues bien: la evidencia está demostrando lo que los científicos y expertos habían advertido. Las pruebas rápidas vienen dando en varios casos falsos negativos, que solo se desmienten cuando los síntomas del paciente son muy obvios y se les aplica la prueba molecular. Cuando esto ocurre, el paciente con falso negativo ya se encuentra muy grave, ha desarrollado la temible neumonía y, de paso, ha contagiado a todos aquellos que han tenido contacto con el paciente.
Esto es lo que le sucedió al pobre excongresista Glider Ushñahua de Ucayali, que aparece en un video con el rostro morado por la falta de oxígeno rogando por ser atendido en un centro de salud. Decía que no podía respirar, y se le negó la asistencia porque, en palabras de su interlocutor, presentaba resultado negativo en el test de coronavirus. El exparlamentario de Fuerza Popular murió horas después ahogado por la neumonía.
Se ha dispuesto hacerle post mortem una prueba molecular para comprobar lo que parece obvio: que Ushñahua murió de coronavirus luego de un falso negativo de prueba rápida.
Y lo mismo ha sucedido con los siete congresistas infectados con el virus. Todos dieron negativo en un test rápido y, sin embargo, todos experimentaron los primeros síntomas. Dada su alta investidura, tuvieron la oportunidad de ser testeados con un reactivo molecular y dieron positivo. Algunos se encuentran hospitalizados y otros en cuarentena absoluta en su casa, pero a todos los une el factor común de haber dado negativo en un test rápido para después dar positivo… mientras contagiaban a todo el que se cruzara con ellos en su camino.
Según Expreso, “el presidente de la República, Martín Vizcarra, dijo este jueves que, al momento, se han tomado 121,468 pruebas entre moleculares y rápidas, dando como resultado 12,419 contagiados. Pero centrémonos en los test serológicos que detectan anticuerpos. Según indicó Vizcarra, en total se han realizado 85,378 test, de los cuales 5,225 son positivos y 80,153 negativos. Acerca de este último grupo, ¿se puede afirmar con certeza que no están contagiados?”
En efecto, dadas las circunstancias y los hechos, resulta imposible saber cuántos contagiados existen en el universo de esos 80,153 negativos. De lo que sí hay certeza es de que existe un porcentaje letal de esos negativos que son falsos y que vienen contagiando a miles sin que lo sepan.
Vizcarra le debe una explicación al país de este crimen contra la salud pública. Nos quedamos esperando a que alguna prensa independiente se “atreva” a preguntarle al presidente sobre esta situación gravísima y escandalosa, que se quiere ocultar a como dé lugar.