Monseñor Kay Martín Schmalhausen Panizo, obispo emérito de Ayaviri
Nació en Lima, Perú, el 27 de julio de 1964. Es un obispo emérito católico, profesor, filósofo y teólogo peruano de ascendencia alemana. Perteneció desde joven al Sodalicio de Vida Cristiana hasta el año 2018. Fue ordenado sacerdote en diciembre de 1989 para la Diócesis del Callao. Desde 2006, al ser elegido por Benedicto XVI, fue Prelado Territorial de Ayaviri hasta el 7 de abril de 2021. Cuando tenía un año de vida se fue con sus padres a vivir a la ciudad de Múnich (Alemania) donde pasó gran parte de su infancia, hasta el año 1975 que volvieron al Perú. De joven prosiguió con sus estudios en el Colegio Peruano Alemán Alexander von Humboldt de Lima.
En 1983 ingresó en el Sodalicio de Vida Cristiana (SCV), con los que realizó su formación filosófica y teológica en diversos centros, y en 1988 logró un Bachillerato en Teología. Al año siguiente se trasladó a Colombia durante un tiempo para asistir a la Universidad Pontificia Bolivariana (UPB) de Medellín.
Realizó su profesión perpetua en el Sodalicio y el 16 de diciembre de 1989 fue ordenado sacerdote para la Diócesis del Callao, por el Cardenal y entonces Arzobispo Metropolitano de Medellín, Monseñor Alfonso López Trujillo.
Tras su ordenación se estuvo desempeñando como Capellán y Asistente Espiritual del Movimiento de Vida Cristiana (MVC) en Callao, Director de la Oficina diocesana para las comunicaciones, Asesor de la comisión diocesana para la familia y Asistente Regional de espiritualidad de la Región Perú de su instituto.
Desde 2003 fue Capellán y profesor de Ética en la Universidad Católica San Pablo de Arequipa. También ejerció de Director del Instituto para el Matrimonio y la Familia y Responsable de la Asociación Familia de Nazareth en Arequipa.
Recibió la consagración episcopal el día 23 de abril del 2006, a manos del Cardenal-Arzobispo Metropolitano de Lima Monseñor Juan Luis Cipriani actuando como consagrante principal y como co-consagrantes tuvo al entonces Nuncio Apostólico en el país Monseñor Rino Passigato y al entonces Auxiliar de Lima Monseñor José Antonio Eguren.
Tras haber sido nombrado por Su Santidad el Papa Benedicto XVI, fue Obispo Prelado de la Prelatura Territorial de Ayaviri situada en el Departamento de Puno, desde el 18 de febrero de 2006 hasta el 7 de abril de 2021. Adoptó como lema de su escudo episcopal, la frase: “Mihi Enim Vivere Christus Est“- “Para mí la vida es Cristo“.
El año 2018 se retira del Sodalicio de Vida Cristiana mediante indulto de salida concedido por la Santa Sede. Ejerce de obispo miembro en la Conferencia Episcopal Peruana.
Fuente: Wikipedia.
Iglesia en el Surandino
El Obispo Prelado de Ayaviri, Monseñor Kay Schmalhausen Panizo SCV, se pronunció respecto a la no renovación de licencias ministeriales del Padre Gastón Garatea en la arquidiócesis de Lima: “con pena lo digo, pero el Padre Gastón, quien años atrás ha sido Vicario General en ésta nuestra Prelatura y a quienes ustedes conocen y le guardan cariño, en este asunto concreto no ha hecho las cosas bien“.
Además criticó algunos medios de comunicación “que no siempre son veraces ni informan con la verdad completa, sea por desconocimiento o a veces por agenda propia“.
En el lapso de varios años, el Padre Garatea “ha dado unas declaraciones que son contrarias a lo que como Iglesia creemos y defendemos y se ha expresado de modo impropio con respecto al Arzobispo de Lima, su Pastor“, dijo el Prelado.
El Obispo recordó además que “todo Pastor está puesto para guiar el rebaño de Dios, la Iglesia particular que le ha sido confiada. Debe cuidar la unidad al interior ese rebaño y la unidad de éste con la Iglesia Universal. Y si no lo hiciera haría muy mal“.
Monseñor Schmalhausen precisó luego que debe quedar claro “que el Sr. Cardenal (Juan Luis Cipriani) no lo ha suspendido. Le ha quitado las licencias, es decir no puede ejercer el ministerio en esa Arquidiócesis en particular. Pero sigue siendo sacerdote y si quisiera podría ir a otra diócesis“.
“Pero, ¿qué queremos que haga el Pastor? Si un sacerdote comienza a hablar no digamos en privado sino además públicamente a través de medios de comunicación cosas que no se condicen con nuestra fe y vida cristiana, ¿es que debe callar el pastor? ¿Y luego nosotros quedamos confundidos y ya no sabemos en qué ni quién creer?“, cuestionó.
A continuación explicó que el Cardenal Cipriani “tenía la obligación de llamarle la atención en privado. Cosa que ha hecho no una sino varias veces. Pero, ¿y si no hace caso? Pues tiene no digo el derecho sino el deber de actuar. Precisamente para salvaguardar y proteger la unidad de su rebaño. Y eso es lo que hizo con toda discreción“.
El Obispo dijo luego que “cuando tenemos un amigo que hace las cosas mal; debemos corregirle. Y si lo que hace mal además daña a otros, pues no podemos estar mirando, hay que intervenir. Y eso es lo que ha hecho el pastor de la Arquidiócesis de Lima. Y en esto hay que decir que ha hecho muy bien“.
“Y lamentablemente –por mucho que queramos al Padre Gastón– en esto tenemos que decir que él ha obrado mal“, agregó.
Finalmente pidió rezar por el Cardenal Cipriani “que está pasando por momentos muy duros al ser atacado injustamente con una campaña que está totalmente fuera de lugar” y por el Padre Garatea “para que reflexione, se de cuenta que no puede actuar de esta manera y que enmiende su conducta“.
Mensaje a la comunidad universitaria
En cumplimiento de la tarea de guiar a la porción del Pueblo de Dios que nos ha sido encomendada y en ejercicio de nuestra solicitud por el bien común de nuestro país, nos sentimos en la obligación moral de declarar lo siguiente:
1. Nos llama la atención que algunas personas vinculadas a la Pontificia Universidad Católica del Perú (PUCP) hayan iniciado una campaña de desprestigio en contra del Cardenal Juan Luis Cipriani, inmediatamente después de que el Tribunal Constitucional del Perú declarara que el último testamento del Dr. Riva Agüero del año 1938 establece que, como Arzobispo de Lima, él tiene derecho a designar un representante ante la Junta que, de modo insustituible y a perpetuidad, debe administrar todos los bienes que Don José de la Riva Agüero dejó en herencia para el sostenimiento de dicha Universidad.
2. Tal reacción hace pensar que, al no haber logrado su pretensión por la vía legal, aquellos que están interesados en administrar la herencia de Riva Agüero de un modo distinto al que corresponde, puedan haber optado por un camino que confunde a la comunidad universitaria y a la opinión pública pues se basa en la difusión de prejuicios y supuestas intenciones ajenas a la realidad.
3. Como le ha sido informado al Rector de la PUCP mediante carta del Presidente de la Conferencia Episcopal Peruana del 28 de junio último, los obispos del Perú lamentamos que el Rector y algunas de las principales autoridades de esa Universidad estén agraviando públicamente a la persona e investidura del Cardenal de Lima y Primado de la Iglesia en el Perú que es, a su vez, el Gran Canciller de la PUCP, poniendo en duda sus buenas intenciones respecto a esa Casa de Estudios y haciéndolo víctima de diversas acusaciones carentes de fundamento.
4. Esas actitudes no concuerdan con el principio de comunión que, conforme a la recta doctrina de la Iglesia y a sus normas, debe primar en las relaciones entre los fieles y sus Pastores, y debe caracterizar de modo especial a las universidades católicas, más aun a toda universidad pontificia.
5. Resulta particularmente preocupante que mientras el Papa Juan Pablo II y el Papa Benedicto XVI han confiado al Cardenal Cipriani la guía de la Arquidiócesis de Lima, y con ello el cargo de Gran Canciller de la PUCP, además de otros cargos que le han sido confiados en el Vaticano, las actuales autoridades de la Universidad no compartan esa misma confianza y, por el contrario, se apoyen en personas ajenas a la Iglesia y, en algunos casos, incluso públicamente contrarias a ella y a sus enseñanzas.
6. Exhortamos a los fieles católicos, a la comunidad universitaria y a la ciudadanía en general a mantener la objetividad en tan importante asunto y no dejarse distraer ni confundir con argumentos ajenos a los hechos en cuestión. El Tribunal Constitucional, órgano supremo de control constitucional y de defensa de los derechos fundamentales, después de evaluar los argumentos de cada una de las partes ha emitido una sentencia y todos los miembros de la PUCP están en obligación de cumplirla.
7. Conforme a esa sentencia, corresponde al Señor Cardenal de Lima, mediante la designación de un representante en la Junta de Administración de la herencia de Riva Agüero, estar informado y velar por el buen uso de la fortuna dejada por ese ilustre peruano para beneficiar la formación católica de los profesionales que tanto necesita nuestro país. Para nada afecta esta disposición testamentaria a la autonomía de la Universidad ni a la libertad de cátedra que son perfectamente compatibles con las normas de la Iglesia.
8. Finalmente, invocamos a los fieles católicos que se unan a nuestras oraciones y buenos deseos para que, como es propio de toda universidad pontificia y católica, la PUCP siempre se deje orientar por el Magisterio de la Iglesia y guiar por sus legítimos Pastores en el respeto a su propia identidad.
Monseñor Luis Sebastiani SM, Arzobispo de Ayacucho; Monseñor Juan Antonio Ugarte, Arzobispo del Cusco; Monseñor José Antonio Eguren SCV, Arzobispo de Piura; Monseñor Javier Del Río, Arzobispo de Arequipa; Monseñor Miguel Irizar CP, Obispo del Callao; Monseñor Domingo Berni OSA, Obispo de Chuquibambilla; Monseñor Julián García OSA, Obispo de Iquitos; Monseñor Sebastián Ramis TOR, Obispo de Huamachuco; Monseñor José Luis Astigarraga CP, Obispo de Yurimaguas; Monseñor Emiliano Cisneros OAR, Obispo de Chachapoyas; Monseñor Eduardo Velásquez, Obispo de Huaraz; Monseñor Daniel Turley OSA, Obispo de Chulucanas; Monseñor Jesús Moliné, Obispo de Chiclayo; Monseñor Ivo Baldi, Obispo de Huari; Monseñor Mario Busquets, Obispo Prelado de Chuquibamba; Monseñor Antonio Santarsiero OSJ, Obispo de Huacho; Monseñor Salvador Piñeiro, Obispo Castrense del Perú; Monseñor Gilberto Gómez, Obispo de Abancay; Monseñor Carlos García, Obispo de Lurín; Monseñor Adriano Tomasi OFM, Obispo Auxiliar de Lima; Monseñor Anton Zerdin OFM, Obispo de San Ramón; Monseñor José Carmelo Martínez OAR, Obispo de Cajamarca; Monseñor Isidro Barrio, Obispo de Huancavelica; Monseñor Juan Oliver OFM, Obispo de Requena; Monseñor Gabino Miranda, Obispo Auxiliar de Ayacucho; Monseñor Ricardo García, Obispo de Yauyos; Monseñor Jaime Rodríguez MCCJ, Obispo de Huánuco; Monseñor Marco Cortez, Obispo de Tacna y Moquegua; Monseñor Fortunato Pablo Urcey OAR, Obispo de Chota; Monseñor Kay Schmalhausen SCV, Obispo de Ayaviri; Monseñor José María Ortega, Obispo de Juli; Monseñor Rafael Escudero, Obispo de Moyobamba; Monseñor Gaetano Galbusera SDB, Obispo de Pucallpa; Mons. Héctor Vera, Obispo de Ica; Monseñor Guillermo Abanto, Obispo Auxiliar de Lima; y Monseñor Raúl Chau, Obispo Auxiliar de Lima.
Obispo peruano revela encubrimiento
Por Íñigo Domínguez– El País.com
Kay Schmalhausen señala, en un texto publicado por Religión Digital, al cardenal Sean O’Malley que es un símbolo de la lucha contra la pederastia en EE UU y presidente de la Comisión Pontificia de Tutela de Menores; al secretario de Estado, el número dos del Vaticano, el cardenal Pietro Parolin; y al franciscano español José Rodríguez Carballo, arzobispo desde hace un año de Mérida-Badajoz, que en Roma fue secretario de la Congregación para los Institutos de Vida Consagrada entre 2013 y 2023.
Rodríguez Carballo, contactado por este diario, ha replicado a través de una portavoz de la diócesis extremeña que “no recuerda el caso” y asegura que “no conoce personalmente” a Schmalhausen. Precisa que, según sus recuerdos, el Vaticano nombró a un comisario, el mexicano Guillermo Rodríguez, para que investigara los abusos, y también encargó al cardenal estadounidense Joseph William Tobin que indagara en las cuestiones económicas, que eran “los asuntos más espinosos”.
Schmalhausen decidió acudir a Roma, entre 2015 y 2016, verbalmente y por escrito. “Me entrevisté con el secretario de Estado, Pietro Parolin: silencio romano. Llevé mi denuncia personalmente a la entonces Congregación para la Vida Religiosa, otro esfuerzo en vano”, relata. El prelado peruano asegura que con Rodríguez Carballo sufrió “una denigración como pocas he padecido”. “Un año después, él mismo me pidió que le enviara mi denuncia por correo electrónico. No sirvió de nada. Advertí, asimismo, con un largo informe escrito, al cardenal Sean O’Malley, cabeza de la Comisión de Prevención de Abuso a Menores: silencio bostoniano”.
Relata que en 2021 el nuncio en Perú, Nicola Girasoli, le pidió su renuncia “por teléfono y a gritos”. “Bastó una simple carta y una excusa de corte diplomático: ‘Monseñor Kay debía atender a su madre muy anciana’”.
También acusa a la Conferencia Episcopal peruana. Schmalhausen concluye con una llamada de atención: “Los tiempos han cambiado. Como pastores de la Iglesia nuestra actuación no debería circunscribirse a meros trámites burocráticos ni mucho menos estar motivada por intereses”.
Monseñor Javier Del Río pide no condenar a todo Sodalicio por abusos de Luis Figari y su cúpula
Por Mariajosé Delgado Cárdenas.
Monseñor Javier Del Río Alba, arzobispo de Arequipa, expresó su solidaridad ante la reciente publicación de Kay Martin Schmalhausen, exobispo de Ayaviri, Puno, quien denunció haber sido víctima de abuso sexual por parte de Luis Fernando Figari, fundador del Sodalicio de Vida Cristiana en Perú. Según Schmalhausen, los hechos fueron denunciados a la Iglesia en 2013, pero no obtuvieron respuesta durante años, y realizó varias denuncias adicionales respecto a las irregularidades en el movimiento.
“Es muy doloroso para mí leer el artículo que ha publicado un hermano a quien conozco desde hace más de veinte años. Hemos coincidido como sacerdotes y obispos, y no puedo imaginar el sufrimiento que ha llevado en silencio. Me duele profundamente que no haya podido expresar esto ante nosotros, sus hermanos en la Conferencia Episcopal“.
El arzobispo también se refirió al impacto del libro Mitad monjes, mitad soldados de Pedro Salinas y Paola Ugaz. Este libro publicado en 2015 expuso públicamente numerosos testimonios de abusos cometidos en el Sodalicio.
“Agradecí personalmente a los autores por la publicación de ese libro. Estoy seguro de que, como yo, muchos obispos desconocían la magnitud de los hechos. Ese trabajo permitió que salieran a la luz una serie de denuncias que han contribuido a esclarecer la verdad“.
Respecto a las medidas adoptadas por el Vaticano, Del Río Alba manifestó su pleno respaldo a las acciones realizadas contra miembros del Sodalicio. Entre las cuales se incluye la expulsión de 15 personas, entre ellas un arzobispo, varios sacerdotes y laicos. El arzobispo señaló que estas decisiones se tomaron siguiendo el debido proceso. Además, expresó su confianza en que la Santa Sede continuará actuando con justicia, como lo ha hecho hasta ahora según su parecer.
Asimismo, se le consultó sobre uno de los casos más recientes que es el de Miguel Salazar, ex miembro del Sodalicio y exprorrector de la Universidad Católica San Pablo de Arequipa. Salazar fue excluido del movimiento por decisión del Vaticano, aunque hace poco presentó un recurso de reconsideración. Monseñor declaró que tras conocerse su exclusión, la universidad procedió a retirarlo de sus funciones, y afirmó que el caso sigue en manos de la Santa Sede, en la cual confía plenamente para tomar la decisión adecuada.
Sodalicio en Arequipa
Sobre la labor social del Sodalicio en Arequipa, Monseñor Del Río Alba reconoció el impacto positivo de las obras en la comunidad, como el cuidado de ancianos y niños, pero enfatizó la necesidad de diferenciar entre las cúpulas corruptas y los miembros de base.
“Es posible que una institución haya estado corrompida en sus cúpulas, pero eso no quita que haya miembros de bien, gente que reza y trabaja sinceramente. Lamentablemente, algunos de ellos también han sufrido las consecuencias de estos hechos“.
Finalmente, el arzobispo recordó un caso de abuso ocurrido en Arequipa años atrás, donde brindó orientación al padre de un menor de edad quien habría sufrido de abuso y pidió el retiro inmediato del sacerdote acusado. Además, remarcó la importancia de que la Iglesia actúe con transparencia, justicia y un compromiso firme hacia las víctimas. Destaca que el futuro del Sodalicio está bajo la dirección de la Santa Sede, en quien confía para que se tomen las decisiones más adecuadas para todos.
Fuente: El Buho.pe