Abrazo de la muerte: Ismael Haniyeh y Yahya al Sinwar
El ejército de Israel afirma que una unidad de su 828ª Brigada Bislamach estaba patrullando Tal al-Sultan, una zona de Rafah, cuando identificaron a tres combatientes que corrían de casa en casa y los atacaron. Todos fueron eliminados.
El hombre, identificado como Sinwar, “corrió solo hacia uno de los edificios” y fue muerto después de ser localizado con un dron.
Sin embargo, en el momento del tiroteo, las fuerzas israelíes no sabían la identidad de ninguno de ellos. Y los soldados no volvieron al lugar.
Fue entonces, cuando se inspeccionaron los cuerpos y descubrieron que uno de ellos tenía un parecido asombroso con el líder de Hamás.
Sin embargo, el cadáver permaneció en el sitio porque se sospechaba que había trampas explosivas y, en su lugar, se extrajo parte de un dedo y se envió a Israel para su análisis.
Finalmente, su cuerpo fue llevado a Israel, cuando la zona quedó segura.
Daniel Hagari, portavoz del ejército israelí, dijo que sus fuerzas “no sabían que estaba allí“.
El cuerpo de Sinwar fue encontrado con un chaleco antibalas, una pistola y unos US$11,000 (40,000 shekels).
Ninguno de los rehenes que se decía que Sinwar utilizaba como escudos humanos estaban presentes y su pequeño séquito sugiere que o bien estaba tratando de moverse sin ser detectado, o bien había perdido a muchos de los que lo protegían.
Hagari también dijo que el ejército había obtenido pistas de los movimientos de Sinwar cuando encontraron su ADN en un túnel cerca de donde se recuperaron los cuerpos de seis rehenes hace unas seis semanas.
Israel está buscando ahora al hermano de Sinwar, Muhammad Sinwar, y a todos los comandantes militares de Hamás, dijo Hagari.
Imágenes de un dron
Yoav Gallant, ministro de Defensa de Israel, dijo: “Sinwar murió como un prófugo, no como un comandante, sino como alguien que sólo se preocupaba por sí mismo. Este es un mensaje claro para todos nuestros enemigos“.
Las imágenes de un dron publicadas por el ejército israelí muestran los últimos momentos de Sinwar antes de morir.
El video parece haber sido grabado desde un dron que vuela a través de la ventana abierta de un edificio prácticamente destruido.
El dron se acerca a un hombre, con la cabeza cubierta, sentado en un sillón en el primer piso de una casa que está llena de escombros.
El hombre, que parece estar herido, arroja un palo al dron y el video termina.
Israel anunció por primera vez que estaba “investigando la posibilidad” de que Sinwar hubiera sido abatido en Gaza.
A los pocos minutos del anuncio, las imágenes publicadas en las redes sociales mostraban el cuerpo de un hombre con rasgos muy similares a los del líder de Hamás, que había sufrido heridas catastróficas en la cabeza. Las imágenes son demasiado gráficas para publicarlas.
Sin embargo, los funcionarios advirtieron que “en esta etapa” no se podía confirmar la identidad de ninguno de los tres hombres muertos.
Poco después, fuentes israelíes dijeron a la BBC que los líderes estaban “cada vez más seguros” de que lo habían matado. Sin embargo, dijeron que debían realizarse todas las pruebas necesarias antes de poder confirmar la muerte.
Esas pruebas no tardaron mucho. El jueves por la noche, Israel había anunciado que se habían completado y que se había confirmado que Sinwar había sido “eliminado“.
Benjamin Netanyahu, el primer ministro israelí, dijo que “el mal” había recibido un “golpe“, pero advirtió que la guerra israelí en Gaza no había terminado.
Aunque Sinwar no murió durante una operación selectiva, las fuerzas armadas de Israel afirmaron que llevaban semanas operando en zonas donde los servicios de inteligencia indicaron la posible presencia del líder de Hamás.
Por eso, las fuerzas israelíes fueron capaces de determinar la ubicación aproximada de Sinwar en torno a la ciudad de Rafah, al sur, y avanzaban lentamente para atraparlo.
Sinwar llevaba más de un año prófugo. Sin duda sintió cómo aumentaba la presión israelí a medida que otros dirigentes de Hamás, como Mohammad Dief e Ismail Haniyeh, eran abatidos, y mientras Israel destruía la infraestructura que habían utilizado para llevar a cabo los ataques del 7 de octubre.
En una declaración, el ejército israelí afirmó que sus operaciones en las últimas semanas en el sur habían “restringido el movimiento operativo de Yahya Sinwar, que era perseguido por las fuerzas y condujo a su eliminación“.
Matar a Sinwar era un objetivo importante para Israel, pero no pone fin a la guerra en Gaza.
Un miembro de la oficina política de Hamás, Basem Naim, dijo en una declaración que parece que “Israel cree que matar a nuestros líderes significa el fin de nuestro movimiento y de la lucha del pueblo palestino“, pero dijo que Hamás como movimiento no puede ser eliminado.
Naim no nombró directamente a Sinwar ni confirmó su muerte, pero dijo que “es muy doloroso y angustioso perder a personas queridas“.
Aunque Netanyahu dijo que había “ajustado cuentas“, insistió en que la guerra continuaría, sobre todo para salvar a los 101 rehenes que aún se encuentran en poder de Hamás.
“A las queridas familias de los rehenes les digo: este es un momento importante en la guerra. Continuaremos con toda nuestra fuerza hasta que todos sus seres queridos, nuestros seres queridos, estén en casa“.
En Israel, las familias de los rehenes dijeron que esperaban que ahora se pudiera alcanzar un alto el fuego que trajera a casa a los rehenes.
Fuente: BBC de Londres.
Infografía del lugar donde fue ubicado Sinwar
Netanyahu dice que Israel seguirá adelante “con todas nuestras fuerzas“
El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, celebró el deceso del líder de Hamas, Yahya Sinwar, a manos de las fuerzas israelíes, pero prometió continuar la guerra “con todas nuestras fuerzas” hasta que los rehenes retenidos por Hamas en Gaza sean devueltos.
“Quiero decirlo una vez más, de la manera más clara: Hamás ya no gobernará Gaza. Este es el comienzo del día después de Hamás, y esta es una oportunidad para que ustedes, los residentes de Gaza, se liberen finalmente de su tiranía“, dijo Netanyahu en un mensaje grabado.
“La guerra, queridos míos, aún no ha terminado. Es difícil y nos exige un alto precio“, afirmó Netanyahu.
Netanyahu dijo que Sinwar fue asesinado cuando huyó de los soldados de las FDI en pánico.
“Ahora está claro para todos, en Israel y en el mundo, por qué insistimos en no terminar la guerra. Por qué insistimos, frente a todas las presiones, en entrar en Rafah, el bastión fortificado de Hamás donde se escondieron Sinwar y muchos de los asesinos“, dijo Netanyahu.
“Estamos en una guerra por nuestra existencia. Aún tenemos grandes desafíos por delante“, dijo Netanyahu.
Fuente: ABC News.
La muerte del carnicero del diablo
Por Bruno De Ayala Bellido– Diario La Razón.
La muerte de Yahya Sinwar, líder del grupo terrorista Hamás, a manos de las FDI de Israel, hace al mundo un poco mejor. Este individuo fue el responsable de dar la orden para el genocidio del 7 de octubre del año pasado, en la fiesta Nova y sus alrededores.
Sinwar es el responsable ideológico de la muerte de 1,200 seres humanos, muchos de ellos quemados vivos, mujeres violadas sistemáticamente, incluso después de haber fallecido.
Además, es culpable de utilizar a su propio pueblo palestino como escudo humano, sin importarle sacrificar niños y mujeres para protegerse a sí mismo y a sus secuaces, demostrando así una cobardía sin parangón. Ahora, está ardiendo en el infierno.
Es un golpe duro para las organizaciones terroristas, pero no su final. Esta parte del conflicto terminará cuando los aún 101 rehenes que permanecen en los túneles de Gaza vuelvan con sus familias.
Lo que está claro es la decisión del gobierno de Benjamín Netanyahu de ir a por todas.
Israel ha entrado en un camino sin retorno: va a sellar sus fronteras y a eliminar a todos los proxies de Irán. En pocas palabras, Israel está condenado a ganar esta guerra; en ello va su existencia como Estado. Su estrategia es clara: no darles descanso a sus enemigos y enviar señales claras de su capacidad militar y, sobre todo, de inteligencia.
Prueba de ello es el operativo de los “beepers” en el Líbano. Dicen que el frío que sintieron los ayatolás al ver de lo que son capaces los herederos del rey David, y al darse cuenta de que su gran “Guardia Revolucionaria islámica” está totalmente infiltrada por el Mossad, los ha llevado a rogarle a Rusia y a China que intercedan en Medio Oriente.
Este conflicto ya dejó de ser algo religioso o político: se ha convertido en algo personal. Los ayatolás temen por sus vidas; son conscientes de que la estrategia prioritaria es acabar con las cabezas de las organizaciones terroristas. Estos remedos del Imperio Persa quieren vivir para seguir expoliando sus riquezas de su país y seguir exportando su ideología de maldad al mundo.
Más allá de las declaraciones altisonantes y del apoyo de la progresía de Occidente, que les sigue el juego, Ruhollah Jomeini quiere ganar tiempo. Quiere la bomba nuclear y quiere sobrevivir a esta huracan que Hamás desató hace un año.
El mensaje del Estado de Israel es claro: «Dejen marchar a los rehenes, esta guerra puede terminar ahora. Lo que debe suceder es que Hamás se rinda, entregue las armas y libere a todos. Si no lo hace, lucharemos hasta lograr la victoria final. Nada puede sustituirla». Siguen escribiéndose capítulos de este drama de guerra y horror. Todas las partes tienen un ojo en el conflicto y el otro en las decisivas elecciones de los Estados Unidos, el próximo 5 de noviembre.
Muchas cosas se decidirán ese día: la hegemonía de un progresismo zombi encarnado en Harris o el intento de una potencia en declive de elegir a un gobernante como Trump, con más luces que sombras. La cuenta regresiva ha comenzado.