El magnicidio de Jovenel Moise es el segundo en la historia de Haití
El asesinado presidente de Haití, Jovenel Moise, se une a la trágica lista de magnicidios cometidos en América, entre los que destacan el del presidente de EEUU, John F. Kennedy o el del dictador dominicano Rafael Leónidas Trujillo.
En Haití, además, no se trata del primer magnicidio. El 27 de julio de 1915, el presidente Jean Vilbrun Guillaume Sam fue asesinado por una turba enfurecida después de esconderse en la embajada francesa.
El 21 julio de 1946, el presidente de Bolivia Gualberto Villarroel murió apuñalado a manos de una turba de gente que se había sublevado en protesta por la grave crisis social y económica que vivía el país y tras una revolución popular.
Cuatro años después, el 13 noviembre de 1950, Carlos Delgado Chalbaud, presidente de la Junta Militar de Venezuela, fue secuestrado y posteriormente asesinado por disparos en el interior de una casa en la urbanización Las Mercedes (Caracas), en el único magnicidio ocurrido en Venezuela.
También Panamá cuenta con un solo magnicidio cuando, el 2 de enero de 1955, su entonces presidente José Antonio Remón murió por disparos mientras presenciaba una carrera de caballos en el palco presidencial del hipódromo Juan Franco de Panamá. No se hallaron a los autores, aunque algunas hipótesis apuntaron a personalidades de la política local, la mafia italiana e incluso la CIA.
Los Somoza en Nicaragua
Al año siguiente, el 21 septiembre de 1956, murió asesinado en Nicaragua el dictador Anastasio Somoza García, a manos de Rigoberto López Pérez, un poeta de filiación liberal, quien lo hirió de muerte de varios disparos, en León, al noroeste de Managua.
También murió el 17 septiembre 1980, su hijo Anastasio Somoza Debayle, el último de la dinastía somocista y quien, tras renunciar a su cargo y exiliarse a Paraguay, fue tiroteado por un comando guerrillero argentino durante una emboscada mientras viajaba en su vehículo en una céntrica avenida de Asunción.
Guatemala ha tenido también un único magnicidio el 26 julio de 1957, cuando Carlos Castillo Armas, al igual que ha sucedido con el presidente de Haití, fue asesinado en el interior de la casa presidencial. En 2017 el escritor y político dominicano Tony Raful señaló en un libro que el magnicidio fue ordenado por el dictador de la República Dominicana Rafael Leónidas Trujillo al negarle Castillo en una ocasión una condecoración.
También el propio Trujillo, quien llegó al poder en 1930 y encabezó durante treinta años una de las más implacables tiranías de América Latina, fue ametrallado el 30 mayo de 1961 en una emboscada mientras viajaba en su vehículo en la carretera de Santo Domingo a San Cristóbal.
El asesinato de JFK
Dos años después, el 22 de noviembre de 1963, se produjo uno de los magnicidios más mediáticos de todos los tiempos, el del presidente de Estados Unidos John F. Kennedy, quien murió tiroteado en Dallas mientras iba en el coche con su esposa Jacqueline.
Una década más tarde, el 11 de septiembre de 1973, el entonces presidente de Chile, Salvador Allende, murió durante el golpe de Estado y posterior bombardeo al Palacio de la Moneda en Santiago de Chile perpetrado por Augusto Pinochet. Aunque la versión oficial de la instaurada Junta Militar reiteró que él se quitó la vida, esa teoría fue descartada por sus seguidores y hasta la fecha sigue sin estar aclarado.
Fuente: Agencia EFE y www.eluniverso.com
Andamos como ovejas sin pastor
Por Guillermo Ackermann Menacho.
Aún no logro salir de mi asombro por la reciente aparición del regularmente ausente Arzobispo Metropolitano de Lima, quien salió de su permanente ostracismo para proferir una grave ofensa a su feligresía, al calificar de amorales a los que están dilatando los resultados electorales.
La Ciudad de Lima se erige como una Diócesis en 1541, siendo su primer obispo Gerónimo de Loayza González OP, a quien muchos identifican como el fundador del Hospital Arzobispo Loayza. Es en 1546 que el Papa Pablo III la convierte en Arquidiócesis y su territorio eclesiástico comprendía países como Nicaragua, ciudades de Colombia, Ecuador, Paraguay, Argentina, Chile, Bolivia y por supuesto todo el Perú.
En 1579 es nombrado Toribio de Mogrovejo como segundo Arzobispo de Lima quien se convierte en uno de los más importantes en la historia de la Evangelización de América Latina. Toribio fue ordenado sacerdote y nombrado obispo al mismo tiempo y enviado al Perú para que cumpla su misión. Recorrió incansablemente, en burro, toda su jurisdicción, predicando a tiempo y a destiempo. Tradujo el catecismo al quechua y aymara, defendió los derechos de los habitantes naturales de su Arquidiócesis y convocó a diversos Concilios con los sacerdotes de toda la nueva América para que se entendiera mejor la gran tarea de la llegada de la fe al continente.
En el Siglo XX, el Perú independiente ya tenía más de 40 jurisdicciones, entre Arquidiócesis, Diócesis, Vicariatos y Prelaturas, siendo Lima la Arquidiócesis primada.
Desde 1955 Lima tuvo a un Arzobispo que llegó a tener presencia mundial. Juan Landázuri Ricketts, franciscano, tuvo que enfrentar todos los cambios del Concilio Vaticano II y capear una infiltración marxista en la iglesia peruana denominada “Teología de la Liberación”, que, gracias a la oportuna intervención del entonces Cardenal Ratzinger, Prefecto de la Sagrada Congregación para la Doctrina de la Fe y del Santo Padre Juan Pablo II, se logró contener y llamar al orden a su fundador peruano Gustavo Gutiérrez.
Después de un periodo de transición de 9 años a cargo del buen obispo jesuita Augusto Vargas Alzamora, fue nombrado Arzobispo de Lima Juan Luis Cipriani, integrante del Opus Dei, quien con un estilo frontal y sin tapujos, era resistido por toda la rama progresista, y los rezagos liberacionistas, que con la complicidad de los medios de comunicación ayudaron a que no sea un Arzobispo ‘querido’. Es bueno resaltar que fue el gran promotor de las Marchas por la Vida y un ferviente defensor del rescate de la Pontificia Universidad Católica del Perú, secuestrada desde hace décadas por sectores ideologizados de izquierda, con una repartija de poder que se pasa por agua tibia.
A finales de diciembre de 2018 Cipriani presenta su renuncia, como corresponde al cumplir 75 años, y en enero el Santo Padre la acepta y a los pocos días días anuncia que el presbítero Carlos Castillo Mattasoglio, párroco de San Lázaro, sería el nuevo Arzobispo, causando el gran asombro de los 45 obispos, ya que el mensaje de la Santa Sede parecía claro y cuestionador: ninguno de ustedes da la talla para asumir esa responsabilidad.
Pero ¿cómo así el Papa Francisco escoge a un sacerdote de una Parroquia pequeña de la Ciudad? ¿Quién fue el consejero que le da ‘el dato’? ¿Fue el Nuncio Apostólico el que sugirió aquel nombre? Pues no. Fueron, ni más ni menos, sus ‘amigos’ jesuitas: el cuestionado entonces Monseñor Pedro Barreto, hoy Cardenal, el Padre Carlos Cardó y el Padre Ernesto Cavassa, quienes apadrinaron la propuesta. Todos ellos con una abierta tendencia progresista.
Entonces la siguiente pregunta es, ¿por qué Carlos Castillo? Pasados dos años en realidad pareciera quedar claro que Castillo era sencillamente un operador.
Al año de ser Arzobispo en la misma Capilla que el Papa Francisco había compartido con los obispos del Perú su experiencia de conversión frente al Santísimo, Castillo le decía a su clero que él no creía en la conversión frente al Sagrario.
Se opuso a la realización de la Marcha por la Vida y al poco tiempo empieza la pandemia y no hubo una sola palabra durante casi un año exigiendo al gobierno que permitiese la apertura de los templos, ni siquiera cuando todo se iba normalizando.
Callado durante todo el proceso electoral, incluso frente a la amenaza de propuestas que están en contra de la fe, a las que él no les da importancia, llamó la atención la rapidez para emitir opinión sobre uno de los ex candidatos presidenciales frente a unas desafortunadas expresiones. Pero también escandaliza su silencio frente a la masacre terrorista perpetrada en el VRAEM dos semanas antes de la segunda vuelta.
Su ausencia es tal que si hoy hiciésemos una encuesta sobre quién es el Arzobispo de Lima, quizá el 95% respondería: ‘No sabe, no opina’.
Por último, la siguiente noticia que tuvimos es que él se encontraba en Roma y vemos imágenes en las que está muy sonriente y afable abrazando al Papa. Nuevamente en el Vaticano en medio de una crisis nacional, así como cuando empezó la pandemia que se quedó por Europa un buen tiempo.
Y de pronto reaparece, no en un medio local, sino internacional, y lo hace para criticar que se rece en los mítines y exhortó a que no se invoque la presencia de Dios.
Y como corolario, nos tilda de amorales a todos los que legítimamente estamos exigiéndole al Jurado Nacional de Elecciones que, antes de proclamar a cualquier candidato, cumpla con su deber constitucional de revisar, hasta la última impugnación.
Adelanta opinión, rompiendo el principio de neutralidad y pide al JNE que de una vez proclame presidente a su homónimo. ¿Es acaso ese uno de los temas que trató con el Papa Francisco? Honestamente ¿podría Ud. desmentir los rumores que le pidió al Papa un pronunciamiento sobre esta situación, e incluso que reciba a quien Usted llama prematuramente ganador?
Señor Arzobispo, en mi juventud me llamó mucho la atención cuando, leyendo la Carta a los Gálatas, Pablo reprende públicamente a Pedro, siendo éste el Vicario de Cristo, nombrado por el propio Señor, algo que es recogido también en los Hechos de los Apóstoles. Y aludiendo a la corrección fraterna que el mismo Jesucristo nos invitó es que escribo estas palabras, con todo el respeto que su investidura merece, y reconociendo su autoridad como mi Arzobispo, pero con total energía y claridad.
¡Basta! El rol que está cumpliendo la iglesia en general en nuestro país deja mucho que desear, con algunas honrosas excepciones. Pero lo que está pasando en nuestra Arquidiócesis es lamentable. Hace algunos meses yo mismo le escribí solicitándole nombrar una Capellán para las obras de caridad de la Beneficencia de Lima, pues hay mucha hambre espiritual, sugiriéndole incluso el nombre de uno de los sacerdotes que Usted tiene relegado, por casi dos años, por el simple hecho de haber sido cercano a su antecesor, y su respuesta fue que no consideraba conveniente nombrar más Capellanías, que si tenemos alguna necesidad, busquemos al párroco de la zona.
Tiene abandonada a su feligresía. No nos sentimos representados por Usted. Como dice la Biblia en Mateo 9, ‘andamos como oveja sin pastor’.
Los dolorosos y vergonzosos escándalos eclesiales en el mundo y en particular en el Perú, han abierto una brecha, entre los cristianos y su iglesia como institución. Caminemos para cerrar esa distancia y recuperar la credibilidad, dejándonos de dividir.
Pero el camino no es, tomando posturas que nos deja a más de la mitad de los fieles como personas que carecemos de sentido moral. Usted no tiene autoridad para hacer una calificación de esa naturaleza.
Creo que nos merecemos una disculpa y una rectificación. Creo que Lima merece un Arzobispo que esté a la altura, y se acerque a sus fieles, en medio además de la conmemoración del Bicentenario.
Lo que escribo lo hago con caridad, como Católico, Apostólico y Romano.
Guillermo Ackermann Menacho
Desde hace 40 años me desempeño como gestor en la industria de las comunicaciones y el marketing, tanto en medios tradicionales, radio y televisión, en la producción de contenidos audiovisuales, documentales, videos institucionales, programas y publicidad, realizados en 24 países. Desde mi juventud he participado en diversas iniciativas sociales, deportivas y religiosas, como gestor y voluntario. Soy un convencido que este mundo se puede cambiar si cada uno pone su granito de arena y, en lo que hago, trato de poner el mío.
Medio especializado en Iglesia afirma que el Papa sufre una “enfermedad severa y degenerativa”
Il Sismografo es un medio especializado en noticias de la Iglesia en varios idiomas.
Citaba un periodista del New York Times a Iacopo Scaramuzzi, quien recordaba un dicho jocoso que tal vez por estos días circula más al interior de los muros sagrados de la ‘viale vaticanum’: “En el Vaticano hay un chiste de que el Papa siempre está bien hasta que se muere, e incluso un poquito después de ese momento…”.
Es claro que esa espirituosa broma se refiere a la discreción con la que la Santa Sede maneja los temas de salud del hombre más importante de la Tierra. Pero es verdad también que esa discreción, o una discreción excesiva, puede ser motor para que sensatos e insensatos levanten suspicacias, sugieran realidades ocultas, y hasta inventen historias fantásticas supuestamente con base real. Siempre será bueno pedir el recto criterio al Buen Dios, para discernir la realidad de la fantasía, en todo, y también en estos campos.
Parte oficial
En el parte diario que está emitiendo el director de la Sala Stampa, Matteo Bruni, sobre la salud del convaleciente Francisco, un dato de nuevo tipo surge, atrayendo la atención de muchos.
Expresa Bruni que Francisco ha tenido una jornada tranquila, y se ha alimentado y trasladado de forma autónoma. Cuenta también que envió su saludo a unos chiquillos que están en el Departamento de Oncología Pediátrica y Neurocirugía infantil, vecino del lugar donde se encuentra en el Policlínico Gemelli; y que no olvida a los que sufren, especialmente a los enfermos, a quienes expresa su cercanía.
Pero por vez primera en estos días, el parte de Bruni tiene un dato no ‘positivo’: el Papa tuvo “un episodio febril”, según el parte original en italiano.
Después de reseñar la fiebre en el Pontífice, el comunicado de la Sala Stampa expresa que hoy de mañana a Francisco se le hicieron los exámenes de rutina, de microbiología y un tac toráxico, con “resultados negativos”.
Es claro, si partes muy ‘positivos’ permitían las suspicacias de algunos, pues más el temporal episodio de alta temperatura que ha sido referido de forma oficial.
Il Sismografo
Suspicacias como las levantadas por un site conocedor como pocos de las realidades de la Iglesia, Il Sismografo, a cargo de Luis Badilla. Il Sismografo reproduce notas de diversas fuentes noticiando sobre la Iglesia (incluyendo a Gaudium Press), y tiene artículos de autoría de su propia redacción. La nota titulada “Papa Francisco no tiene necesidad de la cortigianeria en la prensa”, es del propio Il Sismografo. ‘Cortigianeria’, término derivado de ‘cortigiano’, que significa cortesano.
Prevé Il Sismografo que Francisco “regresará al Vaticano para retomar su camino tras las huellas de Pedro”, pero que no obstante el Papa “nunca volverá a ser el mismo”. ¿Por qué? Porque hay “un detalle muy significativo que muchos en estas horas subestiman, ignoran o manipulan: la enfermedad que ha golpeado al Papa Francisco es severa y degenerativa. Podría también ser crónica”.
Para quienes conocen el amplio y especializado mundo de la midia católica, es claro que en las anteriores afirmaciones de Il Sismografo, este se juega su credibilidad. Por ello, esa afirmación debe ser tomada muy en cuenta.
Con el trascurrir de los días, los detalles de la intervención que sufrió el Papa son más conocidos, y van revelando que no tenía las características de una fácil cirugía ambulatoria: se usó anestesia general, duró más de tres horas, se extrajo una parte significativa del colon, y el parte oficial hablaba de una “estenosis diverticular grave”.
Il Sismografo, como buen católico, convoca a orar por el Pontífice, reclama para el Papa que no tenga que sufrir presiones mediáticas, recuerda que él necesita de la ayuda de los católicos y que él deberá cuidar intensamente de su salud. Afirma también la fuerte posibilidad de nuevas visitas al Gemelli, y llega a poner en vilo su anunciado viaje a Hungría y Eslovaquia en septiembre próximo.
Cabe pues, rezar por el Papa. (SCM)
Fuente: Gaudium Press.