Richard Swing y el año de la peste en el Ministerio de Cultura
Por Edwin Cavello Limas– LimaGris.com
El personaje que inició la caída del gobierno del expresidente Martín Vizcarra se llama Richard Cisneros Carballido. Un exvoleibolista que saltó de puntillas hasta la farándula y se convirtió en Richard Swing. Años más tarde se codeó con políticos, y atraído por el poder se autoproclamó “Doctor Cisneros”. ¿Cómo surge el caso Richard Swing en medio de la pandemia? La historia se inicia con un mensaje electrónico la primera semana de mayo.
1. Debido a la pandemia la bandeja del correo, WhatsApp e inbox se incrementaron con mensajes de nuevos contactos y fuentes. Desde el mes de marzo dedicaba más tiempo a revisar la información que me enviaban. Nunca antes había leído el nombre de Richard Cisneros; no lo conocía. El primer mensaje que leí referente a Richard Swing, lo recibí el 04 de mayo. Parecía un caso más de los que siempre llegan, una contratación a dedo generada por un alto funcionario del Ministerio de Cultura.
Por esos días me encontraba aislado en casa, le dedicaba la mañana a la restructuración de la nueva web y al servidor de Lima Gris, y por la tarde y noche me pegaba a la pantalla de la computadora y me zambullía entre mensajes y documentos. La primera fuente que me escribió sobre Richard Swing solo me envió algo escueto, sin documentación y con más preguntas que respuestas. Al día siguiente me puse a indagar más sobre él y fue poco lo que encontré. A los dos días me acordé de una fuente que tenía en el Ministerio de Cultura, alguien que en anteriores oportunidades me había facilitado documentos. A esa fuente, aquí la llamaré F17. Al consultarle sobre el tema, me respondió: “Hola, esta es una de las cosas que quedó pendiente de contarte. De este Richard Swing, su verdadero nombre es Richard Cisneros; así lo contratan en el Ministerio de Cultura con orden de servicio y gana como 30 mil soles y no hace nada. Siempre le inventan productos para que presente y se inventaron esta última vez que había dictado algo virtual para pagarle. Todo esto apañado por la ministra (Sonia Guillén) y la Secretaria General, Diana Tamashiro”.
Portada de Lima Gris. Edición N° 20.
El mensaje me hizo entender que la orden de servicio del 24 de abril de 2020 no era la única orden. Con esa información de F17, comencé a investigar si existían otras contrataciones del señor Cisneros en el Ministerio de Cultura. Luego de tres días llegué a reunir nueve órdenes de servicio y armé un esquema que empezó con la exministra de Cultura Patricia Balbuena, personaje clave que estructuró toda una red para beneficiar a su gente y a personas que eran recomendadas desde Palacio de Gobierno.
2. El informe detallado que fue publicado en Lima Gris, comenzó a tener rebote en los diferentes medios de comunicación. Presentamos las nueve órdenes de servicio y la reunión que había tenido Richard Cisneros con la exministra Balbuena. La suma total de las órdenes de servicio fue de S/175,400 soles. ¿Cómo un personaje sin oficio ni beneficio había logrado reunirse con ministros y obtener jugosos pagos?
La respuesta a mi interrogante la tuve el 19 de mayo. F17 me envío el siguiente mensaje: “Su vara es Mirian Morales, Secretaria General de Palacio. Richard es amigo de ella y ella exige por disposición de Vizcarra que se le contrate, y como la ministra para mantenerse le dice a todo sí, corre con sus pagos del señor”.
Además, agregó: “Ahora la Secretaria General de Cultura, Diana Tamashiro, se ha hecho muy amiga de él. Richard actualmente está como locador, es decir, con orden de servicio y ha sido solicitado y contratado por la Directora General de Recursos humanos Aura Quiñones Li, que para mantenerse hace todo lo que la Secretaria General le dice. Así se mantienen todos. La misma Secretaria General de Palacio se comunicaba con la ministra para su contratación y Richard vociferaba a todos que hablaba con Martín, que era su amigo. Toda la gente de administración lo sabe”.
La información era delicada, ya que involucraba al propio presidente Martín Vizcarra. Desde esa fecha tuvimos conocimiento de cómo se gestó las contrataciones de Richard Cisneros y quiénes estaban involucrados. Ahora tocaba hacer nuestro trabajo: investigar, contrastar la información, moverse con prudencia y caminar con cuidado.
Exministra Sonia Guillén, Richard Cisneros y ex ministra Patricia Balbuena.
3. Desde ese día la comunicación con F17 fue más fluida y hubo mayor confianza. Desde ese momento tuve claro que tenía acceso a información privilegiada y además iba conociendo qué hablaban y cómo se movían los altos funcionarios del Ministerio de Cultura.
Mientras el escándalo de Richard Swing seguía creciendo, paralelamente diversos políticos, funcionarios de Palacio de Gobierno y del Ministerio de Cultura negaban conocer en todos los idiomas a Richard Cisneros. El 29 de mayo la renuncia de la ministra Sonia Guillén sacudió la sede central del MINCUL. Por su parte, la Comisión de Cultura del Congreso de la República presidida por el parlamentario Alcides Rayme, logró realizar un informe que fue presentado a la Comisión de Fiscalización presidida por el congresista Edgard Alarcón. Desde ese momento, las cosas se pusieron color de hormiga para el expresidente Martín Vizcarra y para los exministros de Cultura: Patricia Balbuena, Rogers Valencia Espinoza, Ulla Holmquist Pachas, Luis Jaime Castillo Butters, Francisco Petrozzi y Sonia Guillén Oneglio. Seis exministros que permitieron en sus respectivas gestiones las contrataciones de Richard Cisneros.
Aun así, hubo funcionarios del Ministerio de Cultura que negaban torpemente conocer a Cisneros Carballido. Incluso en una entrevista, la propia viceministra de Cultura Leslie Urteaga negó conocerlo. El 22 de mayo a la hora del almuerzo recibí la alerta de un nuevo mensaje de F17: “Te cuento, hubo un agasajo por navidad, un saludo navideño, en la cual la vice Leslie bailó con Richard en la sala Los Incas en diciembre 2019. Comunicaciones tiene fotos. Ella lo conoce y bailó con él en el escenario. Eso lo vieron muchos trabajadores”. Efectivamente, días después llegó a mis manos un video donde la viceministra bailaba pegadito y con mucho swing junto a Richard Cisneros en el auditorio del Ministerio de Cultura.
4. La peste de la corrupción iba avanzando a paso firme, y todos los caminos llevaban a Palacio de Gobierno. Mientras todo esto sucedía, miles de peruanos morían en sus hogares y en los hospitales. No había oxígeno. El sistema de salud había colapsado; de la misma forma, había colapsado el equipo de comunicación en Palacio de Gobierno. No pudieron sostener el nivel del escándalo. Fueron apareciendo fotografías y cada día nuevas mentiras del expresidente Vizcarra. En un primer momento, frente a todo el país, negó la amistad con Richard Cisneros, pero luego fue dosificando una historia de ficción que terminó siendo desbaratada por su propio personal de confianza de Palacio. Hasta ese momento, Mirian Morales y Karem Roca se encontraban lejos de los reflectores de la prensa.
Las declaraciones de Martín Vizcarra sobre Richard Swing pusieron nerviosos a los altos funcionarios del Ministerio de Cultura. Pero también indignó a algunos de ellos que conocían muy bien cómo se había manejado todo. La única verdad existente es que, por orden de Palacio de Gobierno, Richard Cisneros logró las contrataciones en el Ministerio de Cultura. Un hecho que hoy la Fiscalía lo tiene claro.
El 25 de mayo recibí un mensaje nuevo de F17 luego de la conferencia de prensa del expresidente Vizcarra: “Que tal respuesta del presidente en relación a Richard. Qué se ha creído el presidente, o sea, todos hacen lo que les da la gana, contratan cualquier cosa contra la norma y no pasa nada, y la ministra bien gracias, dónde estamos. El presidente estaba todo nervioso, pálido”.
Richard Swing y Martín Vizcarra.
5. Recordemos que la exministra Sonia Guillén hasta el último momento negó todo; según ella no sabía nada de esas contrataciones. Pero en el Ministerio de Cultura se sabía todo: “Has leído esto, Sonia Guillén se lavó las manos diciendo que la contratación viene por Secretaría General, lo cual es cierto, pero ella tenía conocimiento de todo. Espero que se vaya; todos los arqueólogos y antropólogos lo agradecerán”, manifestó F17.
El escándalo del caso Richard Swing en el Ministerio de Cultura generó un sismo con epicentro en la avenida Javier Prado y Aviación. Las cabezas de los altos funcionarios comenzaron a caer una por una. Las renuncias se fueron haciendo públicas en medio de un ministerio acéfalo.
Sobre esto, F17 mencionó: “Sabes quién debería renunciar también, Lincoln Matos Parodi, el Director General de la oficina de administración, quien es el responsable de abastecimiento de haber generado las órdenes de servicios de Richard Swing a dedo, por no realizar los estudios de mercado, y principalmente por sacar una contratación prohibida por OSCE en estado de Emergencia. Lincoln para mantenerse, es el más sobón de la ministra. A todo le dice sí señora”.
Pero Lincoln, tenía un as bajo la manga que le servía de seguro. Conservaba en su WhatsApp la comunicación con Diana Tamashiro. Es decir, la orden directa para contratar a Richard Cisneros, ha pedido de la Secretaria General del Ministerio de Cultura. En ese momento Tamashiro negaba incluso conocer a Richard Swing. Teniendo conocimiento de esta información, llamé por teléfono al señor Lincoln Matos y a la mitad de la entrevista le pregunté sobre los mensajes de WhatsApp de Diana Tamashiro, y ante esa pregunta se negó a responder y cortó la comunicación.
6. Richard Swing se había convertido en un apestado para el gobierno. Con solo escuchar su nombre los funcionarios del Ministerio de Cultura ponían cara de asco. Las mentiras y coartadas de los involucrados en el escándalo, iban desvaneciéndose cada mañana.
Para el 31 de mayo, en Lima Gris seguíamos publicando continuamente todo lo relacionado al caso. Fue un arduo trabajo donde se presentó información documentada de forma exclusiva. El seguimiento al caso me tuvo pendiente a las nuevas movidas en el Ministerio de Cultura, a la investigación en la Comisión de Fiscalización del Congreso y a las nuevas fuentes que iban apareciendo.
Esa misma tarde de mayo, a las 5 pm recibí un nuevo mensaje de F17: “Cómo es posible que la exministra Guillen diga que no sabe nada de Richard Swing, cuando ella conocía todo. Diana, la Secretaria General la mantenía informada siempre y ahora su jugada para salir libre es mentir”. Todos los involucrados en el caso Richard Swing se habían puesto de acuerdo para mentir. Esta coordinación semanas después se conoció mediante los audios que fueron grabados por Karem Roca, una de las personas de confianza del presidente Vizcarra en Palacio de Gobierno.
7. Dos días antes de que se haga oficial el nombramiento de Alejandro Neyra como ministro de Cultura, sabíamos de la desesperación de Martín Vizcarra y de la necesidad de poner a alguien en el cargo para que haga el papel de bombero. Es así que, Alejandro Neyra llega por segunda vez a ocupar el cargo de ministro. Y el primero de junio por la mañana, la 1° Fiscalía Especializada en Delitos de Corrupción de Funcionarios de Lima Centro y la Policía Nacional del Perú intervinieron las oficinas administrativas del Ministerio de Cultura, con el fin de recabar documentos sobre las contrataciones de Richard Javier Cisneros Carballido. Es decir, una bienvenida que el ministro Neyra jamás olvidará.
Desde la primera semana de junio hubo enfrentamientos internos entre los altos funcionarios del Ministerio de Cultura; todos estaban nerviosos. Por esos días, la única que se resistía a renunciar era Diana Tamashiro.
Sobre el tema, F17 escribió: “Diana Tamashiro sigue trabajando en el ministerio, sigue firmando como Secretaria General. La tienen ahí tratando de limpiarse de lo de Swing y está tratando de embarrar a Lincoln que renunció al cargo de Director General de Administración. Lincoln está muy molesto con ella, porque lo ha traicionado después que la apoyó en las contrataciones de Swing. La que está molesta también es Aura, la que fue directora de Recursos Humanos, porque la ministra dio el nombre de ella como la anterior directora de Recursos Humanos. La ministra dijo que no la conocía a Aura, cuando fue la propia ministra quien la llevó. Asimismo, Sonia Guillén dijo en el Congreso que Recursos Humanos ha tenido la culpa en las contracciones de Richard. Ella ha tratado de disfrazar todo, porque Recursos Humanos no hace las contrataciones de un locador, la contratación lo hace administración. Sonia Guillén se hace la que no conoce nada. Acuérdate que ella antes de ser ministra, fue directora del Museo de Arqueología y también tenía locadores y ella firmaba los requerimientos de los locadores y los pasaba a administración del ministerio para que los contraten. Entonces, cómo puede confundir quién hace las contrataciones. En el ministerio nos preguntamos por qué quiere ensuciar a Recursos Humanos y cubrir a Lincoln; qué más le conoce Lincoln que le resulta importante cubrirlo”.
Exministra de cultura Sonia Guillén.
8. Desde junio también comenzó una campaña de desprestigio contra Lima Gris organizado desde el propio Ministerio de Cultura; comenzaron a reunirse por zoom y les pedían a sus trabajadores que no crean en lo que publicábamos. Junto a esto se inició un reglaje contra mi persona, mi casa era merodeada por camionetas y autos con placas falsas y nuevos personajes comenzaron a rondar mi cuadra; un seguimiento bastante obvio para alguien que conoce hace cuarenta años el movimiento del barrio. De la misma forma, a Gabriel Rimachi y Luis Felipe Alpaca, -editor de Lima Gris- le realizaban un reglaje en el distrito Barranco. Ante lo evidente, tomamos nuestras precauciones. Era claro lo que buscaban mediante el reglaje, era dar con nuestra fuente, pero nunca lo consiguieron.
Lo que sí me molestó fue cuando una noche de junio recibí la llamada de una persona de confianza de una embajada. Me comentó que desde Cancillería se habían comunicado con ellos para decirles que tengan cuidado con nosotros, porque Lima Gris buscaba desestabilizar al gobierno. Pero lo más absurdo, es que también le dijeron que Lima Gris era financiada por la gente de César Hinostroza; en otras palabras, nos estaban vinculando con los Cuellos Blancos. Una difamación que fue realizada desde el propio gobierno de Martín Vizcarra.
Desde ese momento me di cuenta que no solo buscaron desprestigiarnos, sino, que ingenuamente pensaban que algunas embajadas nos financiaban, y de alguna manera intentaron minar un financiamiento inexistente. Pero nuevamente se volvieron a equivocar.
9. Lo que sucedió después con el caso Richard Swing es de conocimiento público. El Congreso de la República solicitó la vacancia por incapacidad moral, luego de que los audios de la vergüenza de Martín Vizcarra fueran difundidos en el Pleno del Congreso.
La historia del caso Richard Swing se volvió Bizarra, con pasajes de traición, infidelidad y secretos que fueron ventilados por el principal núcleo de confianza que tuvo Vizcarra en Palacio de Gobierno. Su caída era inminente y fue solo cuestión de tiempo para que su gobierno se desplomara. De la primera vacancia Vizcarra había salido herido; días después fueron detenidos Richard Swing, Miriam Morales, Karem Roca y Óscar Vásquez, entre otros. El país entero los vio desfilar con chalecos de la policía. Nunca antes en la historia del Perú había ocurrido que los altos funcionarios de confianza de Palacio de Gobierno fueran detenidos, la causa es que la Fiscalía les atribuyó el presunto delito contra la Administración Pública, en la modalidad de colusión agravada.
Cuarenta días después de las detenciones, Martín Vizcarra fue vacado por el Congreso de la República, por la causal de incapacidad moral por hechos ocurridos cuando Vizcarra era gobernador regional de Moquegua. El muro moqueguano se desplomó.
10. ¿Algo cambio en el Ministerio de Cultura? lamento decir que nada ha cambiado. La corrupción y otros personajes como Richard Swing siguen activos. Por el momento están pacientes a la expectativa y esperan que pase la tormenta. El MINCUL a pesar de ser el ministerio que recibe el menor prepuesto, se ha convertido en una caja chica y en un espacio tomado por la mafia cultural. Mientras todo esto sucedía, el silencio de la mayoría de artistas se hizo eterno. Fueron adormecidos con premios económicos, con viajes internacionales, con órdenes de servicio y con puestos en el gobierno.
Con la caída de Vizcarra, el Congreso rigiéndose a la Constitución tomó juramento al parlamentario Manuel Merino de Lama, convirtiéndolo en el nuevo presidente del Perú. Merino duró solo seis días en el cargo, porque miles de personas salieron a las calles a marchar para pedir su destitución. Muchas personas confundidas fueron azuzadas por integrantes del Partido Morado y por algunos medios de comunicación que jugaron en pared para derrocar un falso golpe de estado. Los jóvenes Inti y Bryan perdieron la vida en medio de las protestas, y en un comunicado insólito, el Partido Morado proponía reponer a Martín Vizcarra nuevamente como presidente. Pero la historia dio un giro sorpresivo; la Bancada Morada y los medios de comunicación atacaban a los congresistas tildándolos de golpistas. Inventaron su propia regla, donde solo podían postular al cargo para la presidencia los que habían votado en contra de la vacancia de Vizcarra. Al final, la absurda propuesta fue aceptada bajo presión y llevó a Palacio de Gobierno al hoy presidente de transición Francisco Sagasti. Después de tantos años de corrupción en el Perú, no hemos aprendido nada.
Fuente: Revista Lima Gris N° 20.