Por Mariella Balbi- Político.pe
Los audios conocidos sobre Martín Vizcarra donde este elabora una estrategia para mentirle a la Fiscalía y las conversaciones de su exasistente Karem Roca con el abogado Fabio Noriega, detallando las inconductas de Vizcarra, abrieron una caja de Pandora inmanejable para el mandatario. Tanto que evade las preguntas de la prensa afín, ahora curiosa, antes silente.
Roca menciona un rosario de irregularidades que empapelan al gobernante: negocios, cajeros, amores y su vínculo con la Fiscal de la Nación, Zoraida Ávalos, evidenciando la complicidad de esta con Vizcarra. Por eso es necesario que la Junta Nacional de Justicia (JNJ) la investigue con celeridad.
La primera acción de la JNJ fue suspender seis meses, sin fundamento, al fiscal supremo Gonzalo Chávarry. La suspensión se acordó –como en el cuento de Caperucita Roja– ¡para investigarlo mejor! Aunque es evidente la real razón: descabezar y controlar la Junta de Fiscales Supremos. Lo mismo ocurrió con el fiscal supremo Tomás Gálvez.
El acelerado proceso contra Chávarry se inició en base a las denuncias de la prensa adicta al régimen. En los audios del caso Vizcarra hay menciones ominosas sobre Ávalos publicadas en los medios. Motivo suficiente para que la JNJ le inicie una pesquisa ya. Principalmente por el cargo que ocupa y por la cercanía que parece tener con el gobernante.
Fabio Noriega presentó recientemente una denuncia fundamentada contra Ávalos ante la JNJ, pidiendo su suspensión. Si la JNJ no le abre investigación confirmaremos de qué pie cojea. Además, Ávalos decidió no investigar al gobernante hasta que termine su mandato, el 28 de julio próximo. Vizcarra, que es astuto, pidió que le iniciaran el proceso de inmediato. La Fiscal de la Nación accedió. Abrió el proceso, pero no realizará ninguna pesquisa hasta que Vizcarra deje el poder. Una engañifa grosera.
Además, en este simulacro no se menciona el evidente delito en el que estaría incurso Vizcarra. A saber: colusión agravada. Lo favorece y lo protege en la cara pelada de todos los peruanos. Otro motivo más que la JNJ debe sumar a su obligada intervención. No puede ponerse de costado.
El Congreso está indeciso en vacar a Vizcarra. Un gran sector considera que es corrupto pero que acelerar su salida sería perjudicial para el Perú. Peor no podemos estar. El PBI caerá 14.8%. El mal manejo de la pandemia nos colocó como el primer país con más muertos por millón del planeta.
Vizcarra se vinculó con la corrupción desde que era presidente regional de Moquegua. Como ministro de Transportes favoreció a las empresas que le dieron coima en su región. Saldrán más trapacerías porque hay colaboradores eficaces en este caso y en el de ‘Swing’. Aunque es improbable, su círculo íntimo debería aconsejarle a Vizcarra que renuncie por el bien del país.
Vizcarra, final del juego
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