El aeropuerto de Chinchero es un enredo
Por Marco Zileri- Revista CARETAS.
El presidente Martín Vizcarra parece estar volando a ciegas en Chinchero, Cusco. Y sin instrumentos de navegación. Ahora la propia Asociación Internacional de Transporte Aéreo (IATA) ha dicho lo que los expertos independientes han sostenido con anticipación: el terminal aéreo ubicado a 3,700 m.s.n.m. no tendrá capacidad para vuelos transoceánicos por la altura y los fuertes vientos. El vicepresidente de IATA para América Latina, Peter Cerdá, declaró que “si van a crear una infraestructura donde el usuario no tiene posibilidad de exponer su parte técnica, pues el producto final es probable que no sea el más adecuado.
Chinchero es un buen ejemplo donde ha habido fallas garrafales y la industria no está participando”. La luz de alerta se ha encendido en la consola. Pero el capitán Vizcarra –tan sensato en otras muy complejas situaciones– hace caso omiso a la alarma. El movimiento de tierras en la pampa de Chinchero continúan y el MTC seleccionó esta semana al consorcio coreano compuesto por Korea Airport Corp. y tres empresas de ingeniería surcoreanas para supervisar y administrar el proyecto de construcción. El proyecto Chinchero cuesta en el papel US$ 484 millones. Pero la nave está siguiendo el mismo curso que tantos otros proyectos de infraestructura pública mal evaluados. Así las cosas, todo está servido para la firma de nuevas adendas. En el mejor de los casos, los costos se multiplicarán. En el peor, el futuro aeropuerto será un elefante blanco sin operar. ¿Acaso no leen los diarios en Palacio de Gobierno? Chinchero repite la misma partitura que los escándalos de Lava Jato: pobres estudios de prefactibilidad, oídos sordos a las advertencias, sobrecostos cantados. El Estado peruano ya ha invertido cerca de US$ 180 millones en el proyecto a lo largo de los años sin absolver preguntas básicas. Ahora anuncia que invertirá US$ 30 millones más –no para construir el aeropuerto– sino para contratar a un nuevo equipo de consultores, esta vez coreanos. Hay que ser sinceros: el aeropuerto de Chinchero está mal encaminado.El avión que despegue de Chinchero buscará ganar altura sobrevolando el valle de Urubamba y entre montañas más altas.
No tiene ruta de escape
El teniente general (r) FAP Bruno Papi Aparicio ha identificado una falla colosal en el estudio de la consultora española ALG en el que se sustenta la construcción del aeropuerto de Chinchero. La salida instrumental predominante RWY 34 que sobrevolará el valle del Urubamba no tiene prevista una ruta de emergencia en caso de falla de un motor al momento del despegue. Esta salida debe permitir a la aeronave regresar al terminal aéreo o dirigirse a una pista alterna. “Si una aeronave presentara un fallo de motor en el waypoint número 3 -WP3, tendría una altitud de 13,785 pies (4,200 metros). En ese escenario, observamos a izquierda y derecha de la ruta una cadena montañosa con altitudes mucho mayores”, alertó Papi en carta notarial a la ministra de Transportes y Comunicaciones, María Jara, el 14 de junio (ver diagrama).La ruta RYW 34 no tiene ruta de escape.
Según el oficial FAP, los estudios de ALG del 2013 simplemente no han considerado el procedimiento de emergencia ‘engine failure’ de dicha salida. La Dirección General de Aviación Civil admitió que “para el inicio de la fase de operación (aproximadamente el año 2024) se tendrá validado todo el procedimiento de vuelo”, replicó al remitente en abril pasado. Con base en estas esquivas respuestas, Papi Aparicio argumentó a la ministra Jara que “el proyecto que su despacho promueve no tiene certeza de operatividad, lo cual debió ser un paso previo a las obras. No es razonable invertir recursos del Estado en la construcción de un aeropuerto con procedimientos de vuelo cuya “capacidad de vuelo” no está registrada, o que no existen, como es el caso de Chinchero”. En ese contexto, la opinión de IATA sobre la rentabilidad y la seguridad del nuevo terminal es importante. “No vas a bautizar una de esas montañas con el nombre tuyo”, sintetizó Papi Aparicio.Teniente general FAP Bruno Papi Aparicio.
Cumbres borrascosas
Macizos cordilleranos a la margen derecha e izquierda de la nave.
Margen Derecha:
Nevado Pumahuanca 5318 m
Cerro Salcayoc 4838 m
Nevado Hualancoma 5367 m
Nevado Verónica 5682 m
Nevado Huasayhuillca 5361 m
Nevando Bonanta 5319 m
Margen Izquierda:
Cerro Minasioc 4558 m
Cerro Yanorjo 4460 m
Nevado Esquina 5024 m
Nevado Huayanay 5362 m
Cerro Raucarcancha 4474 m
Cerro Casamientuyoc 4,668 m
REMOCIÓN. El movimiento de tierras para el futuro aeropuerto internacional de Cusco, ubicado en el distrito de Chinchero, en la provincia de Urubamba. Foto: Presidencia de la República
Cusco: Aeropuerto de Chinchero avanza sobre caminos Inca y coloniales
Por Clarys Cárdenas– Ojo Público.com
Cusco. Chinchero, un distrito del Valle Sagrado que ha podido combinar su actividad agrícola con el potencial turístico, es hoy escenario del paso de excavadoras que allanan el terreno donde se construirá el aeropuerto del mismo nombre. La obra avanza pese a que dos estudios contratados por el Estado, hace ocho años, reconocen la existencia de tres caminos Inca y trece rutas coloniales dentro de las 357 hectáreas del proyecto.
El aeropuerto de Chinchero no cuenta con el Certificado de Inexistencia de Restos Arqueológicos (CIRA), requisito para obras de envergadura que involucran la remoción de terrenos superficiales. El Ministerio de Cultura es quien emite el CIRA luego de realizar un Proyecto de Evaluación Arqueológica (PEA), es decir, un estudio que determina la existencia de vestigios que merecen ser protegidos. Si el PEA los identifica no se puede expedir el CIRA.
El mes pasado, en una entrevista a un medio local, la ministra de Cultura, Ulla Sarela Holmquist Pachas, sostuvo que el CIRA se emitirá posteriormente porque el PEA arrojó que solo habían “trazos de caminos carrozables” en la zona. “En realidad son una proyección de trazos. No hay ninguna evidencia monumental, no hay un piso, no hay muritos”, añadió. Pero el estudio de asesoría arqueológica y el PEA que se realizaron en Chinchero el 2011 -a los que Ojo-Publico.com tuvo acceso-, dicen más que eso.
El 2010 la entidad estatal que promueve la obra, Proinversión, contrató a la empresa Trashumantes para que realice la ‘Consultoría encargada de reconocimiento arqueológico y gestión del CIRA’. Esta tarea implicaba elaborar un estudio de asesoría arqueológica de campo, un Plan de Monitoreo Arqueológico (en caso se encuentren vestigios importantes) y tramitar los expedientes del CIRA .
El 11 de febrero del 2011 Trashumantes presentó las conclusiones de su asesoría arqueológica. El documento lleva la firma de la arqueóloga Lucía Balbuena Cotlear y concluye que los terrenos donde se construirá el aeropuerto albergan siete elementos arqueológicos aislados (fragmentos de cerámicos), tres caminos Inca y 13 rutas coloniales, los cuales forman parte de un Paisaje Cultural Arqueológico.
DEMORA. El Ministerio de Cultura aún no emite el Certificado de Inexistencia de Restos Arqueológicos, pero la remoción de tierras en Chinchero empezó hace unas semanas. Foto: Ojo-Publico.com/ Clarys Cárdenas.
“Como resultado de los trabajos de arqueología en el área del futuro aeropuerto se han registrado evidencias culturales de diversa índole: 3 caminos prehispánicos (de filiación Inca), 13 caminos coloniales y 7 elementos arqueológicos aislados. Estas evidencias culturales no son clasificadas como Sitio Arqueológico, sino que se trata, según la clasificación de patrimonio, de áreas de Paisaje Cultural Arqueológico”, precisa el informe.
Y añade: “Se ha solicitado al Ministerio de Cultura de Cusco y de Lima información respecto al estado de declaratoria de los caminos prehispánicos vinculados al proyecto. De manera extraoficial, personal del Ministerio de Cultura de Cusco nos ha informado que estos caminos han sido registrados por arqueólogos del Proyecto Qhapaq Ñan, pero aún no han sido declarados como Patrimonio Cultural de la Nación”.
En este sentido, la recomendación final de la consultora Trashumantes fue que el Ministerio de Cultura deje en suspenso el expediente de solicitud del CIRA hasta que se efectúe un PEA con excavaciones y se realice el rescate de los vestigios.
El entonces Director Ejecutivo de ProInversión, Jorge León Ballén, recepcionó el informe el 11 de febrero del 2011 y le comunicó al ministro de Cultura, Juan Ossio Acuña, que “Proinversión se responsabilizará por los eventuales daños y perjuicios al Patrimonio Arqueológico Nacional que se puedan generar durante la ejecución del PEA para el Proyecto del Aeropuerto de Chinchero”, como consta en el oficio 119-2011.
Caminos Inca
En junio del 2011, mediante la Resolución Ministerial 342-2011, el sector Cultura autoriza la realización del PEA y designa al arqueólogo William Cjuiro Mescco como encargado. En la redacción de su informe, Cjuiro confirmó la existencia de los caminos Inca y coloniales identificados por Trashumantes, incluso explica que estos también atraviesan tres comunidades campesinas: Ayllo Pongo, Yanacoma y Raqchi.
“Durante los trabajos de prospección arqueológica en el área del futuro Aeropuerto Internacional de Chinchero se han registrado un total de tres caminos de filiación Inca y 13 caminos de filiación colonial (…) se registraron además siete elementos arqueológicos aislados”, se lee en el documento.
Sin embargo, en sus conclusiones, el arqueólogo dice que al hacer las excavaciones ya no encontraron estos cerámicos porque “la tierra había sido removida por los propietarios” y le resta importancia a las rutas Inca al señalar que “los caminos registrados son únicamente sendas y no presenta arquitectura u otro tipo de infraestructura asociada”.
AVANCES. La empresa Altesa, la encargada de la remoción de tierras, ya obtuvo licencia de la ANA para usar el agua de una laguna con el fin de allanara el camino. Foto: Ojo-Publico.com/ Clarys Cárdenas.
Al final, el PEA deja abierta la posibilidad de otorgar el Certificado de Inexistencia de Restos arqueológicos (CIRA). “De no ser factible la emisión de CIRA, se recomienda otorgar autorización para la construcción del Aeropuerto de Chinchero complementando con la presentación de un Plan de Monitoreo”, agrega.
El sector Cultura no profundizó estos informes. Ocho años después de recibirlos el ministerio todavía no emite el CIRA en Chinchero, un componente obligatorio para garantizar la protección de vestigios culturales, según la Ley General de Patrimonio y el Decreto Supremo 003-2014-MC. Incluso el artículo 105 de dicho decreto establece multas de 0,25 hasta 1.000 UIT (S/4.200) por realizar excavaciones sin autorización en Paisajes Arqueológicos, pero el encargado de aplicar la sanción es el mismo Ministerio de Cultura.
Gabriela Ramos, historiadora de la Universidad de Cambridge e investigadora de la región andina, pudo revisar los documentos tras un pedido de acceso a la información y cuestionó la contradicción en sus conclusiones.
“Hay un reconocimiento explícito de que se trata de caminos Inca y coloniales, no es posible ignorarlos, parece que quisieran minimizar su valor arqueológico. Resulta extraño que estos vestigios, bastante claros, no hayan sido evaluados y se busque la forma de continuar evadiendo los pases para la obtención del CIRA. La presión de Proinversión es fuerte porque consigue hacer el PEA y califica de ‘sendas’ a los caminos. Tratan de minimizar su importancia”, dijo a Ojo-Publico.com.
El arqueólogo y gestor de patrimonio, Lenin Valdivieso, explicó que el Qhapaq Ñan cuenta con caminos principales y ramificaciones que siguen presentes en Chinchero. “La construcción del aeropuerto desaparecería por completo todos estos elementos y sobretodo contribuiría a que el turismo sea una actividad depredadora de la cultura y la historia”, añadió.
IMPACTO. El EIA de la obra indica que el ecosistema tendrá una recuperación inmediata “tras el cese de la actividad”. Los expertos consideran que esto es irreal. Foto: Ojo-Publico.com/ Clarys Cárdenas.
Este medio se comunicó con la oficina del prensa del Ministerio de Cultura, pero no obtuvo respuesta. En tanto, el arqueólogo Saturnino Fernández Carrasco, coordinador general del Programa Qhapaq Ñan de dicho ministerio, dijo que no tenía autorización para opinar sobre el tema. Asimismo, voceros de prensa de Proinversión indicaron que la institución que debe pronunciarse es el sector al que está adscrito: el Ministerio de Transportes y Comunicaciones (MTC), pero este tampoco respondió.
Riesgo de hundimiento
El Estudio de Impacto Ambiental (EIA) del aeropuerto de Chinchero también ha tenido cuestionamientos. Raúl Carreño Collatupa, geólogo experto gestión de riesgos, indicó que la meseta ubicada en el camino Chinchero – Maras tiene tendencia a la disolución de materiales y formación de cavernas subterráneas, por lo que sería un riesgo.
“Un aeropuerto en esta zona no soportaría el peso de un aterrizaje y colapsaría (…) el último hundimiento en esta meseta se presentó el 2003 y los pobladores conocen la realidad de este tipo de suelos. El proyecto del aeropuerto no tiene un estudio geofísico con georadar, que era necesario para este caso. No hay un estudio geológico serio, el EIA solo es copia de la información de Ingemmet [Instituto Geológico, Minero y Metalúrgico]”, señaló a este medio.
El EIA fue presentado el 2015 y aprobado en 52 días. El estudio reconoce 23 impactos ambientales; 13 en la etapa de construcción y 10 en la etapa de operación. Sin embargo, los impactos solo fueron identificados en el área de influencia directa del proyecto, es decir, en el polígono donde se construirá el aeropuerto, y se indica que los impactos posibles a su ecosistema tendrán una recuperación inmediata “tras el cese de la actividad”.
“Es difícil concebir que la degradación de los ecosistemas generada por el proyecto se va a revertir, que la fauna no se verá afectada. Es como pensar que las aves y serpientes de la zona se van a quedar a esperar que el proyecto culmine para regresar a su hábitat”, menciona Marco Zeisser Polatsik, ingeniero agrónomo especialista en gestión social del agua.
Respecto a los efectos que tendrá la obra en las fuentes de agua se menciona el deterioro de la calidad y modificación del patrón de drenaje de la cuenca del río Corimarca, y no de las cuatro microcuencas que existen en la zona: Huaypo, Urquillos, Marcuyohuayjo y Corimarca, en esta última se encuentra la laguna de Piuray que abastece el 42% del agua potable que consume la ciudad de Cusco.
AGUA. Los comuneros de Huila Huila no quieren que la empresa Altesa siga extrayendo agua de las lagunas que los abastecen. Foto: Rocio Cjuiro.
El pasado 18 de junio, la empresa Altesa Contratistas Generales -la encargada de realizar los movimientos de tierras- recibió de la Autoridad Nacional del Agua (ANA) la autorización para extraer agua de la laguna Poncolay, a fin de usarla en sus labores. Este efluente conecta cuesta abajo con la laguna Chakapunku que abastece a la comunidad de Huila Huila. No se consideró la opinión de la Junta de Regantes de Chakapunku, pues no está inscrita dentro de ANA.
“Nosotros nos dimos cuenta de que el agua en nuestra laguna estaba secándose, el caudal bajó considerablemente y estamos preocupados porque es época de riego”, afirma Rocío Cjuiro, comunera de Huila Huila y secretaria de dicha Junta de Regantes. Ella asegura que el Ministerio de Transportes y Comunicaciones (MTC) -al que está adscrito Proinversión- no les consultó sobre esta mega construcción, y ahora se ven afectados.
El Ministerio de Cultura respondió nuestras interrogantes a través de un correo electrónico. En este confirma que “el CIRA [Certificado de Inexistencia de Restos Arqueológicos] es necesario para la ejecución de cualquier proyecto de inversión pública y privada”, según lo ordena el Decreto Supremo 003-2014. Sin embargo, indican que cuando el Estado encargó elaborar el PEA (Proyecto de Evaluación Arqueológica) de Chinchero estaba vigente otra norma, la Resolución Suprema 004-2000, que no establecía tal obligatoriedad.
Respecto los caminos de filiación Inca y coloniales, señalan lo siguiente: “El registro catastral que se tiene indica que la segmentación de caminos registrados más bien correspondería a proyecciones de trazos, pues al no tener la estructura arquitectónica que formalice su concepción como camino prehispánico, sugiere que esta sería una habilitación posterior”.
Aún así, precisan que el 2012, como medida de prevención, su sector ordenó que se realice un plan de monitoreo arqueológico antes del inicio de las obras de ingeniería. El plan deberá incluir “el levantamiento planimétrico y descripción detallada de los componentes de la traza de los caminos identificados, con la Coordinación de Qhapaq Ñan–Sede Cusco”, agregaron, sin dar más detalles sobre el resultado de esta intervención.