Teatro No

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Pero los antiguos sahumadores de la señora –de los que se esperaría ahora una condena tan altisonante como su apoyo de los días felices– no parecen haberse enterado” (Ilustración: Mónica González).

Por Mario Ghibellini– Diario El Comercio.
Que la ex alcaldesa de Lima Susana Villarán estaba en problemas con la justicia por los aportes de las constructoras brasileñas a su campaña contra la revocación es algo que se sabía desde hace tiempo. Concretamente, desde que, un año y medio atrás, el publicista Valdemir Garreta reveló que había recibido US$3 millones de Odebrecht y OAS como pago por su apoyo a la referida campaña en el 2013.
Un mes antes de que se votase la revocación, cabe recordar, el municipio a cargo de la señora Villarán firmó el contrato del proyecto Vías Nuevas de Lima (cuyas obras estaban valorizadas en US$499 millones) con Odebrecht, y la adenda al acuerdo con la empresa Lamsac (con la que se cambió el proyecto Línea Amarilla por Vía Parque Rímac) que autorizó la ampliación de la concesión de los peajes de 30 a 40 años a favor de OAS. Fea cosa.
Por alguna razón, sin embargo, la ex alcaldesa estaba pasando relativamente piola. No lo decimos por el hecho de que no se le hubiese dictado una prisión preventiva como a varios otros políticos involucrados en acusaciones sobre aportes de campaña menos comprometedores que los suyos, sino porque el foco de la atención pública prefería concentrarse en casos más estridentes, como los de Nadine Heredia y Keiko Fujimori.
¿Obedecía esa desatención selectiva de la que se beneficiaba Villarán al hecho de que el poder que ostentaron en su momento Heredia o Fujimori fue mayor que el suyo y, en esa medida, su desmoronamiento resultaba más noticioso? ¿O se debió quizás a una discreta indulgencia de la que la ex alcaldesa gozaba en distintos ambientes por alguna misteriosa razón? No hay cómo saberlo, pero lo cierto es que ella contribuyó eficazmente a esa ‘sombreada’ reduciendo al mínimo sus apariciones públicas para hacer descargos. Las respuestas indignadas y sin sustancia, ya se sabe, solo alimentan a los demoledores.
Con los testimonios ofrecidos por Jorge Barata esta semana en Curitiba, sin embargo, esa tregua ha tocado a su fin. Pero los antiguos sahumadores de la señora –de los que se esperaría ahora una condena tan altisonante como su apoyo de los días felices– no parecen haberse enterado.
Happening’ con resaca
El representante de Odebrecht, efectivamente, no solo ha confirmado la generosa pero no desinteresada contribución de esa empresa a la campaña del No, sino que ha ratificado el detalle obsceno de que la ex alcaldesa lo llamó para agradecerle el aporte.
Queda para el escarnio perpetuo, en consecuencia, el rollín que la señora se despachó en setiembre del 2017 ante la Comisión Lava Jato y en el que incluyó la solemne fórmula: “No he conocido de manera oficial ninguna evidencia que indique que yo he recibido o he promovido que se me entreguen recursos de empresas brasileñas a mi persona”.
Habrá que estar atentos desde luego a lo que los representantes de OAS, aspirantes también a un acuerdo de colaboración eficaz con las autoridades peruanas, declaren sobre la parte que supuestamente le tocó cubrir a esa empresa cuando les llegue el turno de hablar, pero mientras eso ocurre y Villarán se dispone a enfrentar su destino, resulta oportuno anotar algunas reflexiones sobre los personajes públicos –políticos, actores, deportistas– que, en uso de un legítimo derecho, decidieron en el 2013 sumarse ruidosamente a la referida campaña y ahora, cuando esta ha empezado a exhibir sus pústulas, cultivan el difícil arte del mimo.
Aclaremos de antemano que bajo ninguna circunstancia queremos insinuar aquí que alguno de ellos puede haber derivado beneficio económico alguno de su respaldo a la causa del No (de hecho, sabemos que sus apariciones en manifestaciones y material de propaganda fueron gratuitas). Lo que buscamos poner de relieve, en cambio, es que estuvieron dispuestos a empeñar su credibilidad y la simpatía que generaban entre la gente común por un cometido político cuya financiación no se detuvieron a analizar y cuando la resaca de aquel ‘happening’ viene a pasar la factura moral, se hacen los desentendidos o, a lo más, mascullan alguna frase de desencanto.
Creí que era imposible que hubiera corrupción en una gestión que precisamente enfrentaba la corrupción. No creí en las acusaciones; por esto, asumo la responsabilidad política que me toca”, dijo, por ejemplo, la amiga Marisa Glave cuando se conocieron las declaraciones de Garreta. Pero nadie sabe muy bien en qué se va a traducir esa “responsabilidad política”. ¿En que se abstendrá de pedir el apoyo para algún otro candidato o candidata mientras nos aseguramos de que sus afanes fiscalizadores funcionan con igual rigor hacia adentro que hacia afuera de las organizaciones y causas con las que simpatiza?
Brazos cruzados
Preocupa adicionalmente que condenas ya tibias, como esa, vengan con frecuencia seguidas de observaciones que pretenden atenuarlas, como: “Yo no creo que ella haya cogido plata para su beneficio personal”. Como si el hecho de destinar el dinero indebido a la campaña para no ser revocada fuese esencialmente distinto al de destinarlo a comprarse un Ferrari. En realidad, se trata simplemente de dos maneras particulares de gratificarse… con dinero indebido.
Con todo, esas sentencias benignas son más valientes que el silencio absoluto que guardan hoy otros de los políticos y actores que se subieron al estrado para endosar la resistencia de Villaráncuando lucía épica.
No vamos a nombrarlos para no arruinar su denodado esfuerzo por pasar desapercibidos en este trance ingrato, pero no nos inhibiremos tampoco de decir que lo suyo fue puro teatro: se cruzaron de brazos para las fotos promocionales de entonces y se han vuelto a cruzar de brazos cuando la señora por la que llamaron a votar se revela como una líder tan deleznable como los que empujaban su revocación. O, si se quiere, han pasado del ‘yo digo no’ al ‘yo no digo’.
La próxima vez, mejor que se queden entre bastidores.

¿Qué ruta siguió el dinero de Odebrecht?

Por Jonathan Castro– Diario El Comercio.
Ex directivo Jorge Barata precisó la forma de entregas de dinero en los casos que involucran al ex presidente Alejandro Toledo, Luis Nava, Susana Villarán, y la empresa Graña y Montero.
Las declaraciones del ex superintendente de Odebrecht en el Perú Jorge Barata serán útiles para que la fiscalía termine de identificar la ruta del dinero entregado por la constructora a políticos y ex funcionarios comprendidos en las investigaciones del Caso Lava Jato. La empresa brasileña utilizó como modalidades de entrega: transferencias en el exterior, pagos a publicistas en Brasil, dinero en efectivo y contratos simulados, según las hipótesis de la fiscalía.
En el penúltimo día de los interrogatorios en Curitiba, Barata proporcionó información nueva y relevante sobre uno de los casos más complejos: los sobornos pagados al ex presidente Alejandro Toledo por la construcción de la carretera Interoceánica.
–Alejandro Toledo–
​Según esta nueva versión, el monto total entregado por Odebrecht fue de US$31 millones. De ellos, US$27 millones pasaron a través de las empresas de Josef Maiman y US$4 millones se entregaron por otras vías.
Este caso es particularmente complejo, pues la fiscalía cuenta con información de dos fuentes distintas para determinar la cantidad de dinero que Odebrecht transfirió a las ‘offshore’ de Maiman.
La constructora brasileña dio información en el 2017 respecto a la entrega de US$9.6 millones a Toledo a través de Traildbridge, Warbury y Merhav Overseas, entre el 2006 y el 2010. Este monto es inferior al declarado por Barata.
Sin embargo, el reporte de la cuenta de Warbury en el Barclays Bank indica que esta ‘offshore’ recibió US$26,6 millones y €1,2 millones de subsidiarias de Odebrecht.
A partir de ahí, la ruta del dinero es más clara: transferencias sucesivas a Confiado Internacional, de ahí a Milan Ecotech y Ecostate Consulting, de ahí a Ecoteva, que transfiere solo US$5 millones a Eva Fernenbug y Luis Arbulú para la compra de propiedades en Lima. La cuenta de Ecoteva en Costa Rica, que contenía US$4 millones, fue congelada desde el 2013.
La declaración de Barata también aporta mayores detalles sobre el presunto aporte a la campaña presidencial de Alejandro Toledo en el 2011. Si bien el ex directivo de Odebrecht ya había señalado que la constructora entregó US$700 mil, ahora afirmó que parte del dinero se lo dio al ex presidente en su casa de Camacho. Antes había señalado que otra porción del aporte se lo entregó a Avraham Dan On, ex jefe de seguridad de Toledo.
–Susana Villarán–
En el caso de la donación a la campaña contra la revocación de Susana Villarán en el cargo de alcaldesa, Barata también aclaró el monto total: US$2 millones fueron al publicista Valdemir Garreta y US$1 millón en efectivo al ex gerente municipal José Miguel Castro. El encargado de las coordinaciones para este último pago habría sido Raúl Ribeiro, ex representante de Rutas de Lima.

Por información anterior, se había identificado que la constructora OAS también entregó US$1 millón en Brasil a Garreta. La ex alcaldesa no se ha pronunciado hasta el momento.
–Alan García–
Son tres los casos que involucran al ex presidente Alan García y sus ex colaboradores cercanos. El primero es el pago que le hizo la constructora por la conferencia a la Federación de Industrias del Estado de Sao Paulo (FIESP), en Brasil.
El portal IDL-Reporteros reveló que Odebrecht le pagó US$131,618 al estudio Spinola Consultoría Jurídica para que realice el contrato con García por la conferencia mencionada. El depósito al ex presidente fue de US$100 mil.
Barata también ha reconocido que se pagó sobornos por US$4.5 millones a Luis Nava Guibert y su hijo José Nava Mendiola, relacionados a la obra Metro de Lima, ejecutada durante el gobierno de García.
Los documentos extraídos de los servidores Drousys y My Web Day B de Odebrecht registran pagos directos al ex secretario general de Palacio por US$2’772,184, usando la palabra clave ‘Chalan’. Barata ha declarado que le realizó entregas de US$20 mil y US$30 mil en efectivo, entre el 2007 y el 2008.
La constructora también ha entregado copia de las transferencias por US$1’312,000 realizadas a la cuenta en la Banca Privada de Andorra de la offshore Ammarin Investment, de propiedad del ex vicepresidente de Petroperú Miguel Atala. A José Antonio Nava Mendiola, hijo del ex secretario de Palacio, le habrían entregado US$471,302.
La resolución con la que se ordenó la detención preliminar de García, Nava y el ex ministro Enrique Cornejo también incluye información sobre presuntos sobornos recibidos por este último. La fiscalía le imputa haber recibido US$15 mil de Alberto Carlos Nostre y dos televisores valorizados en US$9 mil cada uno, en el 2010, por haber favorecido a Odebrecht en la construcción de la línea 1 del Metro de Lima.
Además, Barata ha confesado que le entregó US$200 mil a Luis Alva Castro en la campaña presidencial del 2006. Sin embargo, los documentos entregados por la constructora al Equipo especial del Caso Lava Jato incluyen pagos por US$333,482 registrados bajo los codiname ‘Apra‘ y ‘Laque‘, este último utilizado para nombrar al ex ministro Luis Alva Castro.
–Pedro Pablo Kuczynski–
​La orden de detención domiciliaria contra el ex presidente Pedro Pablo Kuczynski comprende una compleja investigación por pagos hechos por la constructora brasileña a Westfield Capital, por asesorías financieras en los proyectos carretera Interoceánica y trasvase Olmos. La fiscalía sospecha que Kuczynski utilizó su influencia como ministro de Economía en el gobierno de Alejandro Toledo para beneficiar a Odebrecht.
La resolución de detención preliminar contra Kuczynski recopila los pagos hechos por Odebrecht y las empresas subsidiarias Concesionaria Trasvase Olmos y Concesionaria Interoceánica Sur Tramo 2 por un total de US$1’031,821. Además, también se registran pagos a First Capital, de su socio Gerardo Sepúlveda, por US$1’151,387.
La fiscalía le sigue el rastro a un conjunto de operaciones presuntamente sospechosas. Primero, Westfield le transfirió US$1’218,347 a una cuenta mancomunada entre Kuczynski y su secretaria Gloria Kisic, en el Banco de Crédito. De ese dinero, el ex presidente destinó cuatro cheques por un total de US$746,240 a la familia D’Onofrio de Bernadis para la adquisición de una propiedad en la cuadra 9 de la calle Choquehuanca, en San Isidro. Además, Kuczynski pagó créditos, cuotas y transferencias desde el exterior para saldar la deuda hipotecaria que mantenía.
La fiscalía también indaga la transferencia de la propiedad contigua a su casa realizada entre Kuczynski y la empresa Dorado Asset Management, de propiedad del mismo ex presidente, por US$695 mil.
Además, Barata confirmó que entregó un aporte de US$300 mil a la campaña de Kuczynski, en el 2011. Este donativo fue entregado a la empresaria Susana de la Puente.
–Keiko Fujimori–
​La candidatura de Fuerza Popular en el 2011 habría recibido un aporte de US$1 millón proveniente del Departamento de Operaciones Estructuradas, y US$200 mil de los recursos ordinarios de la constructora en Perú.
En su declaración anterior, Barata señaló que el aporte a la campaña de Keiko Fujimori se realizó en dos etapas. El primero, entregado en efectivo en una casa al ex secretario general del fujimorismo Jaime Yoshiyama y a Augusto Bedoya Camere.
El segundo fue realizado después de recibir las instrucciones de Brasil de aportar a la campaña de Ollanta Humala. Se habrían realizado varias entregas de dinero en la oficina de Barata a Bedoya Camere. El dinero ingresó a las arcas del partido a través de operaciones de ‘pitufeo’, según la hipótesis que la fiscalía sostuvo en los pedidos de prisión preventiva contra los investigados.
Además, Odebrecht entregó US$200 mil a la Confiep, luego de que el directivo de este gremio Ricardo Briceño le solicitó realizar una bolsa financiada por empresarios para apoyar a la candidata fujimorista. Según el presidente de la Confiep, Roque Benavides, el aporte fue para realizar una campaña a favor de la empresa privada.
–Ollanta Humala–
​Desde la primera declaración en la que Marcelo Odebrecht señaló que su compañía aportó US$3 millones a la campaña presidencial de Ollanta Humala del 2011, el monto se ha mantenido inalterable. El ex CEO de la constructora señaló que el aporte se hizo a pedido de Antonio Palocci, ex ministro de Finanzas durante el gobierno de Lula da Silva.
Según Barata, él entregó US$2 millones a Nadine Heredia. El resto del dinero fue entregado al publicista Valdemir Garreta en Brasil.
–Lourdes Flores–
​El ex directivo de la constructora Raymundo Trindade señaló en su último interrogatorio que Odebrecht realizó aportes a dos campañas de Lourdes Flores Nano: entre US$10 mil y US$15 mil a la candidatura presidencial en el 2006 y US$200 mil a la contienda por la alcaldía de Lima. Ambas entregas se realizaron a través de Horacio Cánepa, ex colaborador del Partido Popular Cristiano y ex árbitro coludido con la constructora.
El testimonio de Barata confirma el aporte de US$200 mil a la candidatura municipal en la que enfrentó a Susana Villarán. Los pagos se habrían hecho en cuatro partes en efectivo. El ex árbitro habría utilizado el dinero para pagar encuestas.
Flores Nano ha señalado que Cánepa fue quien solicitó y gastó los aportes de Odebrecht en ambos casos. “No tengo absolutamente nada de que arrepentirme de todos lo que he hecho en mis años de mi vida política“, señaló la lideresa del PPC.
Para identificar más detalles sobre el circuito del dinero, la fiscalía se encuentra a la espera de un paquete de cuatro mil folios provenientes de los servidores Drousys y My Web Day B. La información será remitida tan pronto termine de ser decodificada, según anunció el fiscal Rafael Vela.

Once conspiradores

Por Martha Meier Miró Quesada– Diario EXPRESO.
Los nombres de los conspiradores de la trampa tendida al presidente Alan García saldrán a luz. Hay periodistas, un accionista de medios cercano al segundo alanismo, opinólogos y gente estrechamente ligada a Vizcarra, tanto que da lo mismo que hubiese sido él. La historia y la ley los juzgarán porque la prensa callará.
La prensa” es el trabajo conjunto de personas diversas. No existe tal cosa como una prensa veraz y otra mendaz, sino periodistas que buscan la verdad, y otros que por cinco minutos de fama o sentir la pasajera miel del poder abrazan la mentira. Esos grises jornaleros que se desvivían por codearse, bailotear y rellenarse el buche gratuitamente en las cenas de Palacio cuando García era presidente escupen su odio sobre el muerto o fingen dolor.
El brillante periodista Beto Ortiz, en su columna dominical de Perú21, escribió sobre la tragedia: “a diferencia de algunos de mis culposos colegas que hoy quieren hacerse los compungidos, no tengo que hacer ningún esfuerzo por quedar bien, por disimular, en público, lo que en privado siento. Y lo que siento es pena, indignación y también vergüenza de formar parte de esta extraña especie de tribu caníbal que, no contenta con condenarte sin siquiera haber sido sentenciado, se solaza distribuyendo la foto de tu cuerpo ensangrentado para multiplicar así el dolor de tus hijos, de tu mujer, de tu familia”. Fortísimo y cierto.
El día de los hechos hubo una grosera coordinación de mensajes preparados que no reflejaban la realidad.
La empleada de uno de los conspiradores, tuiteó a las 6:51 de la mañana: “Alan García Pérez, ex presidente del Perú fue detenido preliminarmente esta mañana…”. Cuando lo cierto es que a las 6:47 a.m. un García herido de muerte fue ingresado al Casimiro Ulloa. Rosa María Palacios interrumpió su sueño para tuitear a las 5:00 a.m. “Solo quería ver cómo se ve escrito. Detención preliminar para Alan García”. ¿Sabía algo que ni el abogado del expresidente conocía?
Vizcarra tuiteó sus condolencias a las 8:29 a.m., pese a que la defunción de Alan es declarada recién a las 10:05 a.m. A las 8:52 la ministra de Salud, Zulema Tomás, dijo que García estaba “grave”. ¿Si estaba “grave” por qué el presidente accidental soltó sus condolencias 23 minutos antes? ¿Ya entienden por qué la congresista Yeni Vilcatoma pide una investigación? Un pedido al que todo peruano de bien debe sumarse.

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