Conferencia Episcopal de Taiwán

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Por Gianni Valente- Vatican Insider.
Desde hace casi diez años los obispos de Taiwán no habían venido a reunirse con el Papa en el Vaticano, en ocasión de las tradicionales visitas “ad limina Apostolorum”. Lo acaban de hacer, del 8 al 14 de mayo. Y a algunos días de distancia, se delinea con mayor claridad, gracias a los mismos obispos taiwaneses, el carácter exquisitamente político-diplomático que ha tenido su “mission” en los Palacios vaticanos.
El Vaticano es uno de los pocos Estados que cuenta con representación diplomática en Taipéi. Pero los contactos entre el gobierno chino y la Santa Sede plantean la posibilidad de que se establezcan plenas relaciones diplomáticas entre el Vaticano y la República Popular China. Perspectiva vista con preocupación en Taiwán, que los jefes políticos de Pekín siguen considerando una provincia rebelde.
Los líderes taiwaneses actuales temen que la eventual apertura de canales diplomáticos entre la China Popular y la Santa Sede implique la contemporánea clausura de la representación vaticana en Taipéi. Y, por lo que se ha podido saber en estos días, los obispos taiwaneses hablaron con Francisco también sobre estos argumentos. «Le dije al Papa», declaró el arzobispo de Taipéi John Hung Shan-chuan, al final de su viaje romano, «que no nos considere parte de China, que no nos piense juntos. Si quieren establecer relaciones diplomáticas, está bien, pero esto no debe sacrificar el interés de Taiwán».
Obispos mensajeros
Durante la visita “ad limina”, los obispos taiwaneses se convirtieron en voceros de las instancia de las preocupaciones que cultiva la cúpula política de Taiwán, en relación con los posibles progresos de las negociaciones entre la Santa Sede y la República Popular China. Antes de comenzar el viaje hacia Roma para las visitas “ad limina”, los siete obispos y el Secretario de la Conferencia Episcopal taiwanesa fueron recibidos por la presidenta de Taiwán Tsai Ing-wen y por el vicepresidente Chen Chien-jen, cuya fe católica fue generosamente citada durante la campaña electoral. El 10 de mayo, en ocasión de la recepción organizada en su honor en la sede diplomática de Taiwán ante la Santa Sede, los obispos taiwaneses pre-anunciaron a los medios de comunicación que habrían invitado al Papa a su país, en marzo de 2019, coincidiendo con el Congreso Eucarístico Nacional. El arzobispo precisó también que la invitación contaba con el apoyo «de la presidenta Tsai». Tres días después, en la audiencia con el Papa, el arzobispo taiwanés le preguntó al obispo de Roma «si tenía alguna frase para la presidenta Tsai». Ante semejante pregunta, el Papa Francisco respondió: «que trate bien a la Iglesia católica».
Agenda político-eclesiástica
Los detalles más elocuentes de la agenda con la que los obispos taiwaneses llegaron al Vaticano fueron descritos por el mismo arzobispo Hung, en una entrevista concedida después del viaje romano a Radio Free Asia, la corporación de transmisiones de radio creada durante los años cincuenta por los Estados Unidos para hacer llegar a las personas programas de sensibilización anti-comunista y con el objetivo de apoyar la política estadounidense en el Asia oriental. El mensaje que había que transmitir al Vaticano era claro, y en absoluta sintonía con la línea independentista de la actual cúpula taiwanesa: Taiwán es un país que se basta a sí mismo, y también la Iglesia de Taiwán lo es; la China popular y Taiwán son «dos naciones». Y también la Iglesia en China y la Iglesia en Taiwán son «dos Iglesias» distintas.
En la entrevista con Radio Free Asia, el arzobispo de Taipéi ofreció un informe sobre las palabras que dirigió al Papa: «Traté de decirle: “Usted puede entablar relaciones diplomáticas con China, pero no puede herir a Taiwán, debe proteger a Taiwán», porque «Taiwán es la parte más débil, se puede considerar como un huérfano, como un huérfano en el escenario internacional». Al Sucesor de Pedro, el prelado explicó que hasta ahora en Taiwán todos le aprecian, pero las cosas podrían cambiar: «Si sienten que el Papa quiere romper las relaciones diplomáticas con nosotros, entonces comenzarán a ver disminuir el aprecio hacia él, y dicen: “¿Cómo se puede tener un Papa así, que quiere dejarnos?”».
Operación “tranquilización”
El 10 de mayo, durante la recepción oficial organizada en honor de los obispos taiwaneses en la sede de la embajada ante la Santa Sede, el arzobispo Hung se refirió, bromeando, a las tantas “falsas alarmas” que han surgido recientemente en relación con un posible e inminente acuerdo entre Pekín y la Santa Sede sobre la cuestión de los nombramientos de los obispos chinos. Cuando volvió a Taipéi, el arzobispo ofreció más “tranquilizaciones” para todos los que, por diferentes motivos, esperan que se verifique (y evocan) el enésimo fracaso de las negociaciones entre la Santa Sede y el gobierno de Pekín. Lo hizo utilizando palabras del Papa, con el ya consabido método de las “citas” papales extrapoladas de conversaciones privadas con el Pontífice, con todo y anejo exegético.
«No sabemos», dijo el pastor de Taipéi al “South China Morning Post”, «si el Vaticano llegará a construir vínculos con China, pero sabemos que no se ha alcanzado ningún acuerdo sobre los nombramientos de los obispos. El Papa Francisco –añadió Hung– dijo que no desistirá. Dijo que debemos mantener los principios sobre el nombramiento de los obispos, y probablemente China no estará de acuerdo». El arzobispo de Taipéi también propuso algunas consideraciones doctrinales un poco arriesgadas para corroborar su escepticismo sobre el posible acuerdo sino-vaticano en relación con los métodos para nombrar a los obispos: «La postura del Papa», dijo, «es la de mantener la tradición de la Iglesia católica romana, que los obispos son nombrados por el Papa. Nunca se rendirá, por lo que es difícil llegar a un acuerdo cuando no hay un compromiso aceptado por ambas partes».
La Iglesia de Taiwán cuenta con 300 mil católicos locales y casi otros tantos católicos inmigrantes. En los últimos años, el número de los católicos que han fallecido es más o menos igual al de los nuevos bautizados. Actualmente, los seminaristas católicos que se preparan al sacerdocio son 12, distribuidos en siete diócesis. En sus informes mediáticos sobre los discursos y encuentros (con el Papa y sus colaboradores) que tuvieron en Roma, los obispos no hicieron muchas referencias a problemas pastorales o a cuestiones vinculadas con la misión de anunciar el Evangelio.
En mayo de 2017 la Corte Constitucional de Taiwán abrió las puertas a la plena legalización de los matrimonios entre parejas del mismo sexo. Una medida que convirtió a Taiwán en el primer país de Asia que ha emprendido (con el absoluto apoyo de la presidenta actual) el camino que han recorrido alrededor de 20 naciones europeas y americanas (además de Israel y la República Sudafricana).

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