Miguel d’Escoto Brockmann MM

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El Padre Maryknoll Miguel d’Escoto sirvió en el gobierno sandinista de Nicaragua y como Presidente de la Asamblea General de las Naciones Unidas. (CNS/Naciones Unidas).

Por Robert Ellsberg -www.misionerosmaryknoll.org
Yo no era un amigo cercano del Padre Maryknoll Miguel d’Escoto, pero he pasado la mayor parte de mi vida viviendo y trabajando en la casa que él construyó.
En la historia de Maryknoll, y de la Iglesia, el padre Miguel ocupa un lugar único. No sólo fue un sacerdote, misionero y pacificador, sino también un revolucionario, estadista y diplomático.
Antes de servir como presidente de la Asamblea General de las Naciones Unidas, fue uno de los sacerdotes nicaragüenses que sirvieron en el gobierno sandinista -en su caso como Ministro de Asuntos Exteriores- y como resultado fue privado de sus facultades sacerdotales por el Vaticano.
Oí su nombre por primera vez en 1976 cuando yo era miembro de la comunidad de Trabajadores Católicos en Nueva York, donde solíamos dividirnos la tarea de escribir cartas de agradecimiento a nuestros benefactores. Un día le escribí tal nota al Padre Ernesto Cardenal en Nicaragua. Para mi sorpresa, me respondió: “Deberías ir a Maryknoll y conocer a mi amigo Miguel d’Escoto”.
Resumen de la elegía ofrecida en Maryknoll el 20 de junio de 2017
El misionero d’Escoto sentado al frente de una pancarta que dice: Personas Justicia y Paz, en Washington D.C. en 1992. (CNS/Washington D.C.)
Lamentablemente, no seguí esa sugerencia. Pocos años después me encontré estudiando español en la escuela de Maryknoll en Bolivia. Allí, en la biblioteca, descubrí mis primeros libros Orbis— de Leonardo Boff, Jon Sobrino, Gustavo Gutiérrez. Sentí, como discípulo en camino a Emaús; que mi corazón ardía por dentro. Ese encuentro me llevó a estudiar teología en 1987, y eventualmente a Maryknoll, como editor general de Orbis Books, la casa editorial que Miguel fundó en 1970.
Años más tarde ví a Miguel caminando por Maryknoll y reuní el coraje para presentarme. Lo invité a nuestra oficina y se mostró feliz de hablar sobre los orígenes de Orbis Books. Relató que Maryknoll dudaba en iniciar una casa editorial, pero que él como Director de Comunicaciones Sociales sentía que había llegado el momento de ampliar las voces teológicas de lo que entonces se conocía como el Tercer Mundo.
¿Qué pasaba en ese momento para hacerle pensar en tal aventura? Fue en 1970, dos años después de la histórica reunión de los obispos latinoamericanos en Medellín, un evento que reajustó fundamentalmente la misión de la Iglesia desde la perspectiva de los pobres. Miguel vio las implicaciones de este evento para la Iglesia en general. Los cristianos del Tercer Mundo estaban encontrando su propia voz, leyendo los signos de los tiempos e interpretando el evangelio desde abajo, desde los que estaban al margen. Miguel también vio la oportunidad de evangelizar a los ricos de América del Norte a través de las voces de los pobres. Por eso, viajó personalmente por toda América Latina para recoger los escritos de las mejores figuras emergentes de la teología de la liberación.
Resumen de la elegía ofrecida en Maryknoll el 20 de junio de 2017
El Padre Maryknoll Miguel d’Escoto sonríe con dos niños durante su servicio misionero en Chile. (Maryknoll Archives/Chile).
Entre ellos se encuentra la Teología de la Liberación de Gustavo Gutiérrez, publicada en español en 1971, y traducida al inglés por Orbis Books en 1973. Ha vendido más de 100,000 ejemplares y fue citada por Christianity Today entre los 100 libros cristianos más importantes del siglo 20. Siguieron libros de África y Asia. Pronto Orbis fue reconocido como un conducto esencial para la teología del Tercer Mundo.
El 2020 será el 50 aniversario de Orbis Books. Ahora, en esta era del Papa Francisco, es fácil olvidar cuánta fe y coraje tuvo Maryknoll para respaldar este programa. Muchos Maryknoll han tenido la amabilidad de decir que consideran a Orbis como uno de los proyectos de misión más exitosos e influyentes de Maryknoll.
Cuando oigo tales elogios, tengo que pensar, con gratitud, en la visión de Miguel d’Escoto. Y me hace preguntarme qué significaría mostrar una visión similar para hacer frente a los retos de la misión de nuestro tiempo.
Recuerdo esa tarde hace años en nuestra oficina. Mientras miraba nuestra lista de libros y los 1.000 títulos de nuestra bóveda, me dijo que uno de sus mayores orgullos fue la fundación de Orbis Books. “Todo lo que he logrado”, dijo, “ha venido de ser capaz de soñar grandes sueños, y luego encontrar personas que compartirían esos sueños”.
El sueño de Miguel de Orbis Books fue sólo un paso en su viaje profético. En última instancia, el dejó Orbis y su vocación sacerdotal por la causa de los pobres de su país. Eso lo llevó a la política y al servicio diplomático, un camino que se consideraba incompatible con su vocación sacerdotal.
Resumen de la elegía ofrecida en Maryknoll el 20 de junio de 2017No hay duda, sin embargo, que Miguel fue motivado por su profunda identificación con el evangelio de Jesús. Cuando se le preguntó si esperaba algún día reanudar su sacerdocio sacramental -que ocurrió, gracias al Papa Francisco, tres años antes de su muerte-, dijo:
“Sí, pero tal vez estoy viviendo esa Misa ahora, con el dolor, aún más que si no tuviera esta dificultad. . . Es precisamente en mi compromiso fundamental de vivir la Misa, que acepto esta prohibición de celebrar el Santo Sacrificio”.
En años posteriores, Miguel nos pidió libros que habíamos publicado, sobre todo en ecología, y, recientemente, fotografías de los fundadores de Maryknoll, porque pensaba y oraba mucho por ellos. También pidió un ícono de Nuestra Señora del Apocalipsis que habíamos publicado. Lo inspiró a escribir esta oración a María:
“Trabajas para dar a luz al Príncipe de la Paz en lo que es un proceso continuo de darle a luz, primero en vuestra propia alma y en el mundo a través de vosotros, y ahora en cada uno de nosotros, hasta que, con Pablo, todos seamos capaces de decir: Ya no vivo yo, sino que es Jesús quien ahora vive en mí”.

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