Este es un escándalo de proporciones mayores y millonarias, que merece reacciones inmediatas por parte del presidente del Poder Judicial, Víctor Ticona, y el fiscal de la Nación, Pablo Sánchez.
Aquí una mafia demuestra que tiene la capacidad –y el cash– para seguir operando bajo el inmenso manto de una poderosa economía negra.
Leer: CARETAS 2396 – Lingotes al Cuete
Cómo explicar la resolución de la Sala Penal Permanente de la Corte Superior de Justicia de Lima Sur que ha ordenado, mediante oficio N°409-2015-53-JPT/CSJLSUR de fecha 28 de agosto de 2015, dirigido a la Comisión Nacional de Bienes Incautados –CONABI− y la fiscalía de Lavado de Activos; proceder a la devolución de 99.84 kilos de oro incautados en marzo último, valorizados en US$6 millones.
La sala conformada por los jueces superiores Olga Isabel Contreras Arbieto, Juan Vicente Véliz Brendell y Saúl Saturnino Gerónimo Chacaltana, decidió resolver el caso días antes que los dos primeros viajen a Costa Rica para seguir un curso de pasantía establecido en el Plan de Capacitación 2015.
El principal beneficiado es Pedro Pérez Miranda (55), conocido en el mundillo de la farándula como ‘Peter Ferrari’. El apodo viene de su afición a los autos de lujo, que bien conocida se hizo en la década de los 90. Entonces fue acusado de exportar oro falso y lavar dinero para el cártel colombiano del Valle del Norte. Antes de ser exculpado por narcotráfico pasó cuatro años en Lurigancho, donde vivió su reclusión en condiciones espléndidas.
Parece que no ha olvidado los métodos para salir ganando.
Este caso, donde no se ha podido demostrar el origen legal del mineral, ha sido investigado por la fiscal Paola Díaz. Los recursos para persuadirla han sido tan sutiles como los tintes de las vedettes que suelen fotografiarse con Ferrari.
El 23 de septiembre último, la fiscal Díaz recibió en su oficina una corona fúnebre y cinco días después le dejaron una granada de guerra tipo piña en la puerta de su casa, en Villa María del Triunfo.
PRIMO AL CINTO
La historia comienza el 27 de marzo pasado cuando la Dirección de Investigación de Lavado de Activos (Divila), incautó los casi 100 kilos de oro destinados a Estados Unidos.
La incautación por orden judicial se realizó en la empresa de seguridad Hermes en Chorrillos.
El supuesto dueño era Alberto Miranda Pando, primo de Ferrari y representante nominal de Minerales Sumak Okro SAC. Como se observa en estas páginas, revólver al cinto, lo del buen gusto viene de familia.
Miranda no ha podido justificar de qué mina legal salió el oro. Declaró que salió de una en Piura, de nombre ADLER 3, pero los peritajes no concuerdan, porque dicha mina mayormente produce cobre.
Por eso la fiscal Díaz lo denunció por lavado de activos.
Las autoridades tienen la sospecha que los embarques de oro de Orkro son parte, a su vez, del mineral que Ferrari “secuestró” de los almacenes de TALMA el pasado 3 de enero del 2014 (CARETAS 2339).
Este cargamento de 304.56 kilos de oro ilegal estaba valorizado en US$11.2 millones de dólares, y había sido incautado por la SUNAT apenas un mes antes, a la empresa comercializadora de Minerales Rivero SAC, representada por Miguel Ängel Rivero Pérez, sobrino, cómo no, de Ferrari. En ese mismo mes, un escandaloso recurso de amparo fue otorgado por la Corte Superior de Ucayali, en complicidad de la abogada Blanca Paredes y el coronel PNP (r) Benedicto Jiménez, ambos hasta el cuello con la red mafiosa de Rodolfo Orellana.
Entre la apelación de la SUNAT, gallos y medianoche, se produjo el robo. Uno de los vehículos que filmaron las cámaras de seguridad pertenecía a la agencia de seguridad privada Police Security, conocidamente vinculada con el famoso ex operador montesinista Óscar López Meneses, vecino de Ferrari en la también archiconocida calle Batallón Libres de Trujillo, la de la vigilancia policial irregular.
Por eso no es gratuito que quienes siguen el caso sospechen que la interminable novela de los patrulleros apostados allí esté en realidad relacionada con una mafia de oro ilegal.
Otra razón para lamentar el pobre manejo político en la salida de la procuradora Julia Príncipe, quien investigó a la que fuera todopoderosa red de Orellana.
DORADA FAMILIA
La Fiscalía de Lavado de Activos ha decidido ampliar la investigación por lavado de activos a Miguel Ángel Pérez (sobrino de Ferrari), Alberto Miranda Pando (el primo), Alfredo Néstor Egochea Rosas y César Leyva Miyashiro (sus empleados), Juan Francisco Miranda Briceño (primo) y Gian Piere Pérez Gutiérrez (hijo).
Se calculado que desde abril de 2012, Pedro Pérez Miranda ha exportado al extranjero 14,289 kilos de oro presumiblemente ilegal, valorizado en US$615,830 millones.
El fiscal ha solicitado que se envíe a la Coordinadora de Lavado de Activos el informe de la Unidad de Inteligencia Financiera, respecto a las empresas extranjeras Republics Metals Corporation, NRT Metals LLC y Kaloti Metals Logistics. Estas son las “importadoras”.
Para el efecto de la exportación se valió de las empresas Business Investments SAC, Republics Metals Corporation, Minerales La Mano de Dios S.A.C., Minerals Gold MPP, Empresa Comercializadora de Minerales Rivero S.A.C. Cada una operó entre 3 y 7 meses.
La última raya del tigre es Sumak Orkro, representada por el primo Miranda.
Mientras tanto, Pedro Pérez Miranda, más conocido como Peter Ferrari, sigue moviéndose escoltado en sus autos de lujo, con el poco sigilo que le permiten los anillos, el Rólex en la muñeca izquierda, las esclavas en la derecha y las gruesas cadenas que le cuelgan del cuello.
Y ya se sabe que nada es de plata.
Fuente: Revista CARETAS.