Más de 2 mil mineros artesanales se reunieron en la ciudad de Chala, Arequipa, para plantear un sistema de formalización eficiente.
La reunión fue convocada por el economista Hernando de Soto, en representación del Instituto Libertad y Democracia, que busca apoyar la formalización de éstos.
De Soto explica que en la mineria informal trabajan 1 millón 600 mil personas. Pero si contamos a sus familias, hay en promedio 5 millones de peruanos que dependen de esta actividad, y se sienten excluidos por la decisión del gobierno de implementar un plan de formalización que no los incluyó en su proceso de creación y que, por ende, no es aplicable a su realidad.
“Tras cuatro años de gestión podemos afirmar que el método planteado por el gobierno para lograr la formalización de los empresarios mineros no ha tenido éxito. Solo 7 de 70,000 mineros han logrado formalizarse y no es porque no quieran, sino por las innumerables trabas que impone el sistema para que lo logren”, comenta De Soto.
Agregó que la formalización de la minería ayudaría a recuperar parte del crecimiento económico perdido y a ahuyentar problemas sociales derivados de políticas gubernamentales ineficientes y del descontento, como el terrorismo.
Fuente: Diario Correo.
Archivo por meses: febrero 2015
Liberación
Por Antonio Elduayen Jiménez CM
La personalidad de Jesús en dos ejemplos es lo que más llama la atención en el evangelio de hoy (Mc 1, 21-28). Los ejemplos o casos se dan en una sinagoga de Cafarnaún, en la que Jesús suele comentar la Escritura y en la que, esa mañana, hay entre la gente “un hombre poseído por un espíritu inmundo”, del cual Jesús lo libera. En ambos casos -la explicación de la Escritura y liberación del endemoniado-, hay algo en común, que sobresale y que deja a los fieles fascinados, llenos de asombro: la personalidad de Jesús, que viene a ser una buena mezcla de firmeza y bondad.
Jesús explica con autoridad, como quien sabe, y sin recurrir permanentemente a las masoras o ayudas, que llenan los márgenes de los rollos (libros). ¡Qué distinto de los escribas y rabinos! Luego, cuando se trató de curar al endemoniado, lo hizo también con autoridad, como quien puede. Con una sola palabra de mando: “¡Cállate y sal de él!”, le dijo, y “el espíritu inmundo salió”. El comentario de Marcos se reduce a decir que la fama de Jesús se extendió pronto por todas partes. Ningún otro comentario o deducción, que deja siempre a los interlocutores de Jesús (Mc 15,39: ese hombre es Dios) o a los lectores de su evangelio (Jn 13,27; Mc 14,42: la acción, hasta el final, de Satanás contra Jesús).
Permítanme un comentario, ante todo, sobre la firmeza y bondad del carácter y personalidad de Jesús. Tiene sin duda otros muchos rasgos, por ejemplo, es coherente, sencillo, comprensivo, confiable…, pero me quedo con los de firmeza y bondad, que son los que más necesitamos hoy, sobre todo en el trato familiar y social. Hay que ser firmes a la hora de señalar una tarea o de hacer que las cosas se cumplan o se corrijan. Firmes, pero no duros ni agresivos ni violentos, que sólo conducen a empeorar las cosas. Firmes, pero con bondad y afabilidad, que siempre cautivan y atraen. Que el otro se dé cuenta de que lo que pides u ordenas, es lo mejor y es para su bien. Entonces, no sólo se consiguen las cosas, sino que hasta se agradece… Hagamos nuestro ese arte de Jesús y todo nos irá mucho mejor.
En cuanto a la presencia de Satanás en aquella sinagoga, digamos que fue resultado de su sospecha creciente de que Jesús podía ser el Mesías. Su encuentro con Jesús en el desierto (Mt 4, 1-11) había confirmado esas sospechas. No había logrado su propósito, pero sí había salido resuelto a abordar a Jesús cuantas veces fuera necesario (Lc 4,13), para hacerlo fracasar si realmente era el Mesías. Y allí estaba de nuevo Satanás,hablándole desde un hombre que, con malas artes, había hecho suyo: “Sé que eres el “Santo de Dios”, le dijo, esperando una respuesta. Pero Jesús no cayó en la trampa. Y sin darse por aludido, le mandó callarse y dejar libre al hombre, lo que hizo de mala gana, lanzando un tremendo grito. Conclusión: en nuestra lucha por ser mejores y por el triunfo del bien, el Maligno va a usar todos sus recursos para hacernos caer. Pero no lo logrará si Jesús está presente y acudimos a Él con confianza.