Lima, 10 de febrero, 2015
Señor José García Miró M.Q.
Presidente del Directorio
Empresa Editora El Comercio S.A.
Jirón Antonio Miró Quesada #300. Lima 1
Presente.-
De mi consideración:
La presente tiene por objeto presentar mi renuncia a la redacción del diario “El Comercio”, por diferencias irreconciliables -profesionales, éticas y morales- con el nuevo director señor Fernando Berckemeyer Olaechea. Diferencias que se profundizaron tras la censura de mi nota de Opinión #MáximaNoEstaSola y las falacias y tergiversaciones vertidas contra mi persona y mi trabajo en el COMUNICADO por él firmado, con fecha 9 de febrero del 2015.
La animadversión del actual director contra mí no es nueva. Cuando él se desempeñaba como co-editor de Opinión y yo como Editora Central de Fin de Semana modifiqué (con autorización del entonces director Francisco Miró Quesada Rada) una línea de un editorial que defendía a la minera Xstrata de las denuncias por contaminación del agua en Espinar. En ese momento no existía estudio independiente que confirmase que aquella minera –denunciada por la congresista Verónika Mendoza- estuviese o no contaminando el agua potable de la zona. Lo prudente me pareció dejar la cosa en veremos. Hoy, la propia Autoridad del Agua, ANA, confirma lo denunciado por la congresista Mendoza.
Con lo anterior dejo en claro que de no haber modificado aquella frase del editorial, “El Comercio” hubiese incurrido en mentira para defender a una minera. Y esto en el editorial que NO es la opinión del editor de sección, sino la de nuestro diario y por extensión la de nuestra familia.
Fue entonces cuando empezó el distanciamiento con el señor Berckemeyer, el cual se acrecentó cuando descubrí que fraguaba las cartas de los lectores, haciéndolas firmar inclusive por el hijo de su secretaria Ana María Morales y por practicantes de su sección. Su intención, con esas cartas falsas de “lectores” era reforzar sus posiciones editoriales, crear consensos inexistentes sobre sus ideas o atacar a determinadas personas. Lo hizo contra mí: elaboró una carta que fue firmada por Rafaela Aréstegui Buscaglia, esposa de Avelino Aramburú Piaggio, abogado del estudio “Aramburú Heudebert y Asociados”, donde coincidentemente trabaja el padre del actual director: Fernando Berckemeyer Conroy. Investigando, encontré más de 30 cartas falsas (desconozco el número total de ellas). Esa mala práctica no tuvo sanción, y más bien usted, como presidente del directorio de Empresa Editora El Comercio S.A., respaldó equivocadamente esa cuestionable práctica, que estoy segura no cuenta con la aprobación del resto de directores y menos de la Junta de Accionistas. Lo mismo ocurrió cuando en aras de defender la credibilidad del diario modifiqué una línea del editorial que defendía a Xstrata: fui desautorizada por usted ante el personal, prohibiéndoseme revisar los editoriales de Fin de Semana.
Desde el nombramiento de Berckemeyer, al igual que otros periodistas (algunos ya desvinculados) me he sentido incómoda de compartir mi centro de trabajo con quien usa las páginas de “El Comercio” para que sus amigos libertarios-radicales silencien las voces de quienes son atropellados por las grandes empresas e insulten sistemáticamente a nuestra Iglesia Católica, al cardenal (comparándolo hasta con Adolfo Hitler), así como a otras confesiones, y a todo aquel que se oponga a sus ideas mercantilistas, pro aborto, pro legalización de las drogas, entre otras.
Berckemeyer ha iniciado una campaña sistemática de apoyo a la legalización de las drogas (impulsada internacionalmente por el especulador financiero George Soros), tema desaprobado por cerca del 70% del Perú. Impulsa, también, la “Ley Bruce” sobre matrimonio homosexual (61% en contra, según encuestas), pero silencia otras iniciativas legislativas, como la Unión Solidaria, que son un inteligente primer paso para lograr los derechos plenos de la comunidad LGTB, sin generar oposición ni rechazo. Ambos temas –legalización de las drogas y unión civil- son altamente sensibles y no son ley federal ni siquiera en los Estados Unidos.
En el caso del “matrimonio igualitario”, si de verdad nos preocupa que la comunidad LGTB cuente con derechos plenos, necesitamos ampliar el debate, recoger la posición de los diversos sectores y sensibilizar y educar en la tolerancia a la población. Imponer el tema e insultar a quienes no están de acuerdo solo llevará a una mayor marginalización de la comunidad LGTB, y con eso se profundizará el gran daño de un gran grupo social que debe contar con derechos plenos. Los derechos, sin embargo, (lo demuestra la historia) se conquistan poco a poco y esa es nuestra labor, ayudar a la población a alcanzar esos derechos ciudadanos: dando cátedra y no insultando; proponiendo y no imponiendo.
Berckemeyer ha implementado, además, una política de veto y censura que va contra todo principio del periodismo libre, y le da renovados argumentos a nuestros detractores por la supuesta “concentración”. Además, promueve un sistemático ocultamiento de datos relevantes para nuestros lectores en los “análisis” realizados por los nuevos editores, amén de una lamentable falta de rigurosidad que puede verse en el día a día y que nos hacen blanco constante de burlas y críticas.
Todo ello me lleva a alejarme de nuestro querido diario, en el que con espacios de por medio, he laborado desde 1989, gracias a la confianza y el apoyo que tuve primero del entrañable Aurelio, la oportunidad que me dio Jan y luego la confianza que depositó en mí, Paco.
Mi compromiso con la búsqueda de la verdad y el ejercicio de un periodismo libre de intereses subalternos, guiado por los principios y valores inculcados por nuestros antepasados, me impiden permanecer en este “Nuevo El Comercio”, donde el director impone la errada tesis de la noticia como “commodity”. Esto hiere a quienes creemos que la noticia no es un bien transable sino el reflejo de la verdad, analizada sin los yugos de intereses subalternos y difundida en aras del Bien Común. Una tarea en la que debemos darle voz a aquellos que no la tienen, como Máxima Chaupe o visibilizar casos como el del asesinado líder Edwin Chota y tantos otros que, como nosotros, solo quieren un país más justo, digno y en el que se erradique la prepotencia y abuso de las grandes empresas.
En aras de recuperar la golpeada imagen del diario, le ruego mediar para que la nota #MaximaNoEstaSola sea publicada, demostrando así que no fue censurada por las vinculaciones familiares del señor Berckemeyer con Minas Yanacocha-Buenaventura (bajo cuyo paraguas se encuentra minera El Brocal, donde su familia mantiene un paquete accionarial). Esto liberará a “El Comercio” de cualquier tipo de cuestionamientos futuros. Así mismo, por principio, le solicito evitar que se declare mi “muerte civil” en nuestro diario como ha propuesto Berckemeyer: “La señora Meier no publicará más sus artículos bajo mi gestión”.
Agradeciendo la atención a la presente, se despide
Martha Meier Miró Quesada
D.N.I. 08270803
C.C. Directores y accionistas EEECSA
El perdón no es olvido
Por Saúl Hernández Bolívar
El sábado me aprestaba a escribir una columna sobre el caso de María del Pilar Hurtado, cuando noté una avalancha de insultos en mi cuenta de Twitter, provenientes de personas de izquierda y exaltados antiuribistas. Todo por un trino que escribí el día anterior: “Navarro sigue conmovido por suicidio de su hijo. ¿Y por las víctimas del M-19 también?”.
Obviamente, ese trino no fue más que un pretexto para tildarme de insensible, inhumano e insolidario. El insulto más liviano fue “qué bajeza”, pero muchos son impublicables y todos tenían como fin el de hacerle el habitual matoneo al uribismo.
Pues bien, tal escandalera encubre un alto grado de relativismo moral y profunda hipocresía. Si la tragedia familiar que le tocó en desgracia al senador Navarro hubiera acaecido en el entorno íntimo de un jefe paramilitar, de un militar acusado de ‘falsos positivos’ o de un supuesto ‘parapolítico’, un mensaje como el mío habría pasado inadvertido en medio de las lindezas que esta gente suele propalar.
Son malintencionados quienes consideran que el trino que escribí fue ofensivo. En ningún momento puse en duda el dolor de padre de Navarro ni vulneré la memoria de su hijo. En cambio, recuerdo que cuando la presentadora Lina Marulanda tomó el mismo camino, su memoria fue mancillada monstruosamente en las redes sociales y los foros de los periódicos, solo por ser colaboradora de la campaña de Santos, quien por entonces era el candidato del uribismo. Barbaridades que me da pena repetir, pero que seguramente muchos recordarán.
De hecho, el mismo día que el hijo de Navarro, tomó la misma decisión el periodista Juan David Arango, a quien conocí en la universidad. Todos los que lo conocimos quedamos estupefactos, pues nada hacía pensar que alguien como él tomara una decisión tan radical. Si hasta me parece increíble que tuviera un arma. Sobre esos casos triné: “La depresión es una epidemia. La frustración, el ver como un fracaso que las cosas no salen como queremos…”.
En Colombia se están quitando la vida cerca de dos mil personas cada año, cinco cada día. En el 2013, hubo 1810 suicidios (‘Forensis’). Pero se teme que este sea un subregistro, pues muchos se encubren como muertes naturales o accidentales, ya que siguen siendo un estigma que las familias tratan de ocultar en medio de su dolor.
Así que una cosa es la innegable tragedia, el dolor de padre y la memoria del ser querido que se ha ido, aspectos totalmente respetables, y otra el que a una persona como el doctor Navarro no se lo pueda cuestionar sobre actos de su pasado por los que ha recibido el perdón, pero por los que no puede haber olvido. ¿Qué no era el momento? Para hablar de víctimas no puede haber escenarios inoportunos. Esa mácula es imborrable y con ella tendrá que vivir por el resto de sus días. ¿O es que se pretenden borrar de un plumazo los cientos de crímenes impunes de esa banda terrorista, de la que él fue uno de los principales cabecillas?
No confundamos las cosas, bajeza fue quemar el Palacio de Justicia fletados por Pablo Escobar, o asesinar a José Raquel Mercado y a muchas personas más por las que me pregunto si hay alguna congoja, algún grado de arrepentimiento. Por la sensibilidad que ha querido exteriorizar el doctor Navarro, quisiera creer que sí.
Pero si, en medio de una negociación en la que se les va a otorgar total impunidad a unos terroristas brutales, no se le puede preguntar a un líder amnistiado si hay algún sentimiento de conmiseración por sus víctimas, queda claro que a las Farc será imposible preguntarles por las suyas. En tal caso, no creo que haya matoneo mediático alguno; ellos prefieren las bombas lapa y los sicarios de la ‘Teófilo Forero’.
La Teófilo Forero
Qué es la columna móvil Teófilo Forero ? Qué tan directa es su relación con el secretariado de las Farc? Quién les da las instrucciones?.
Estos son algunos de los interrogantes que afloraron tras las declaraciones del fiscal general de la Nación, Alfonso Gómez Méndez, sobre los indicios que señalan a la columna móvil Teófilo Forero como responsable de algunos de los crímenes más sensibles en la opinión.
De acuerdo con lo dicho por el Fiscal pruebas recogidas apuntan a señalar la autoría de la columna móvil en la muerte del congresista Diego Turbay Cote, su madre y sus acompañantes, en el plan para atentar contra la periodista Claudia Gurisatti, en el asesinato del diputado de Caquetá Carlos Páez y en la muerte de varios coroneles y generales.
Acciones estas que han sido calificadas por algunos como una degradación hacia el sicariato que hace más complejas las condiciones del conflicto armado.
En diferentes ocasiones, las Farc ha dado a entender que algunas acciones delictivas pueden ser realizadas por miembros de su organización sin la debida orden del secretariado. Qué tanto han incidido en las acciones de la Teófilo?
La Teófilo Forero tiene su radio de acción en pleno corazón de la zona de distensión. Tienen su base en Algeciras (Huila), pero recorre un corredor que pasa por San Vicente del Caguán, el Doncello y Puerto Rico, entre otros.
La columna depende jerárquicamente del Bloque Sur de las Farc, comandado por Joaquín Gómez miembro del secretariado y uno de los negociadores por parte del grupo guerrillero en el proceso de paz con el gobierno.
Inicialmente la columna que tomó su nombre de un líder sindical de la Unión Patriótica en Cundinamarca, asesinado en 1989, se dedicó a la seguridad del secretariado.
Hoy, según informaciones de inteligencia, estaría integrado por tres grupos (en el Putumayo, en el sur de Huila y Caquetá) y 350 hombres y mujeres en armas.
La Teófilo Forero es una de las seis columnas móviles que tiene las Farc en todo el país, y hoy es reconocido como uno de los grupos que más extorsiona en esa zona del país.
De esta columna hacía parte Arnubio Ramos, el guerrillero que puso en calzas prietas el proceso de paz al secuestrar en su condición de detenido un avión en Neiva para ser conducido a San Vicente del Caguán.
También pertenecía a la Teófilo Julián el guerrillero que escapó en septiembre del año pasado de las Farc con 650 millones de pesos en efectivo.
La Teófilo no tiene nada que ver con el proceso de diálogo. Hacen presencia en San Vicente del Caguán pero no tienen que ver con el proceso, ellos son los que prestan la seguridad en la zona con el Bloque Oriental y el frente José María Córdoba.
Además, la columna participó en la toma de la base de Las Delicias en 1996.
Fuente: Diario El Tiempo.
Martha Meier renuncia
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